segunda-feira, 10 de março de 2014

La primavera fracasa en Ucrania



Pepe Escobar
Asia Times Online

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

La promoción de la excepcionalidad estadounidense de “democracia” entra en
acción: Washington ha reconocido un golpe de Estado en Ucrania que cambió el
régimen de –a pesar de sus evidentes faltas– un gobierno democráticamente
elegido.
Y el presidente ruso Vladimir Putin, ya habló el año pasado sobre cómo Rusia y
China decidieron comerciar en rublos y yuan, y destacó cómo Rusia tiene que
abandonar el “excesivo monopolio” del dólar de EE.UU. Tenía que saber que el
Imperio devolvería el golpe.
Ahora hay más: el consejero presidencial ruso Sergey Glazyev declaró a RIA
Novosti: Rusia abandonará el dólar estadounidense como moneda de reserva si
EE.UU. impone sanciones contra la Federación Rusa”.
Por lo tanto el Imperio devolvió el golpe dando “una pequeña ayuda” al cambio de
régimen en Ucrania. Y Moscú contestó tomando el control de Crimea en menos de un
día sin disparar un tiro –con o sin brigadas de elite Spetznaz (think-tanks
basados en el Reino Unido dicen que participan; Putin dice que no).
La evaluación de Putin de lo que ocurrió en Ucrania es realmente correcta: “una
toma anticonstitucional y armada del poder”. Queda abierto un interminable
debate, en su mayor parte desagradable, sobre si el Kremlin exageró en su
reacción o no. Considerando el historial de una satanización generalizada de
Rusia y Putin que ha tenido lugar durante años –y que ahora llega a un nivel
febril– la rápida reacción del Kremlin fue bastante mesurada.
Putin aplicó Sun Tzu al pie de la letra, y ahora juega EE.UU. contra la UE. Ha
dejado en claro que Moscú no necesita “invadir” Ucrania. El tratado de partición
de 1997 de Ucrania-Rusia permite específicamente tropas rusas en Crimea. Y
después de todo Rusia es un activo proponente de soberanía estatal; este
principio lleva a que Moscú rechace una “intervención” occidental en Siria.
Dejó abierta la puerta para –oh cósmica ironía de ironías– una
invención/intervención estadounidense (y eso, predeciblemente, no fue detectable
por los medios corporativos occidentales; la R2P –responsabilidad de proteger–
de la ONU en caso que los fascistas y neonazis alineados con Occidente en
Ucrania amenazaran a civiles rusos o ruso parlantes con un conflicto armado.
Samantha Power debe estar orgullosa de sí misma.
No te metas con la inteligencia rusa
“Occidente” ha aprendido una vez más que no hay que meterse con la inteligencia
rusa, que rápidamente previno en Crimea una réplica del golpe en Kiev,
precipitado en gran parte por UNA-UNSO – una tenebrosa fuerza paramilitar
derechista de primera vinculada a la OTAN, que utiliza Ucrania como base, como
lo denuncia William Engdahl.
Y Crimea fue una operación aún más lóbrega, porque esos neonazis de Ucrania
Occidental trabajaban en tándem con yihadistas tártaros (la Casa de Saud será
fuertemente tentada a financiarlos desde ahora).
En los hechos, el Kremlin tiene razón cuando señala que el golpe fue
esencialmente realizado por fascistas y “nacionalistas” de ultraderecha – código
occidental para neonazis. El miembro del consejo político del partido Svoboda
(“Libertad”), Yury Noyeby incluso admitió abiertamente que se utilizó la
integración con la UE como pretexto “como medio para romper nuestros vínculos
con Rusia”.
Los medios corporativos occidentales siempre olvidan convenientemente que
Svoboda –así como los fascistas del Sector Derecho– siguen los pasos del
fascista/terrorista de Galicia Stepan Bandera, un agente tristemente célebre de
un conjunto de agencias de inteligencia “occidentales”. Ahora Svoboda ha logrado
incluir no menos que seis mandamases como parte del nuevo régimen en Kiev.
Además existen los nuevos gobernadores regionales nombrados para el
predominantemente rusófono este y sur de Ucrania. Son –qué iban a ser–
oligarcas, como ser los multimillonarios Sergei Taruta instalado en Donetsk e
Ihor Kolomoysky instalado en Dnipropetrovsk. La gente en Maidán en Kiev
protestaban sobre todo –quiénes iban a ser– contra los oligarcas cleptócratas.
Una vez más, los medios corporativos occidentales – que hablaron incansablemente
de un levantamiento “popular” contra la cleptocracia – no se dieron cuenta.
Una vez más, seguid el dinero
Las reservas de divisas extranjeras de Ucrania, cayeron –solo en las últimas
cuatro semanas– de 17.800 millones de dólares a 15.000 millones. ¿Queréis
comprar hryvnia? No realmente; la moneda nacional ucraniana se encuentra en una
caída cósmica frente al dólar. Es una buena noticia solo para los buitres del
capitalismo del desastre.
Y en el momento justo, el Fondo Monetario Internacional está enviando esta
semana una “misión investigadora” a Ucrania. Los ucranianos de todo tipo
tratarán de escapar pero no se podrán ocultar ante el “ajuste estructural”.
Podrán juntar lo necesario para comprar un pasaje con sus despreciables hryvnia
(ser un candidato para una visa a la llegada a Tailandia siempre es útil).
Los bancos europeos –que según el Banco de Pagos Internacionales (BIS) se
enfrentan a más de 23.000 millones de dólares en préstamos impagos– podrían
perder mucho en Ucrania. Los bancos italianos, por ejemplo, han prestado cerca
de 6.000 millones.
En el frente del Ductistán, Ucrania depende fuertemente de Rusia: 58% de su
suministro de gas. No puede exactamente diversificar y comenzar a comprar mañana
de Catar – ¿con entrega mediante Qatar Airways?
E incluso mientras un 66% del gas ruso exportado a la UE transita a través de
Ucrania, el país está perdiendo rápidamente su importancia como centro de
tránsito. Tanto el gasoducto Nord Stream como el South Stream –desde Rusia por
vía submarina– soslayan Ucrania. Nord Stream, terminado en 2011, vincula Rusia
con Alemania por el Mar Báltico. South Stream, bajo el Mar Negro, estará listo
antes del fin de 2015.
Geoeconómicamente, el Imperio necesita que Ucrania esté fuera de la unión
económica eurasiática promovida por el Kremlin – que también incluye a Kazajstán
y Bielorrusia. Y geopolíticamente, cuando el Secretario General de la OTAN, el
engreído títere Anders Fogh Rasmussen, dijo que un paquete FMI-UE para Ucrania
sería un “importante estímulo para la seguridad euro-atlántica”, esto dio el
toque final; lo único que importa en todo este juego es que la OTAN “anexe”
Ucrania como examiné anteriormente.
Siempre ha tenido que ver con el Imperio de Bases – igual que el cerco de Irán;
igual que el “giro” hacia Asia equivalente al cerco de China; igual que el cerco
de Rusia con bases y “defensa de misiles”. Pasando por sobre el cadáver
colectivo del Kremlin, por supuesto.
Saqueemos ese yermo
La acusación del Secretario de Estado de EE.UU. John Kerry de que Rusia esté
“invadiendo Ucrania”, en “violación del derecho internacional”, y “de vuelta al
Siglo XIX”, es tan espectacularmente patética en su hipocresía –una vez más,
considerad el historial de EE.UU.– que no merece comentarios de ningún
observador informado. A propósito, es tan patético como su oferta de miserables
1.000 millones de dólares en “garantías de préstamos” – que apenas pagaría las
cuentas de Ucrania durante dos semanas.
El gobierno de Obama –especialmente los neoconservadores del tipo “que se joda
la UE”– ha perdido su maniobra agresiva. Y en cuanto a Moscú, no tiene ningún
interlocutor en Kiev porque considera que el cambio de régimen es ilegal. Moscú
también ve a “Europa” como un montón de plañideros perdedores consentidos – sin
una política exterior común para comenzar.
Por lo tanto cualquier mediación depende de Alemania. Berlín no toma en serio la
idea de “sanciones” – el sacrosanto mantra excepcionalista estadounidense; Rusia
es un excelente mercado para la industria alemana. Y a pesar de todas las
vociferaciones del Economist y del Financial Times, la City de Londres tampoco
quiere sanciones; el centro financiero cuenta con los pródigos fondos
político/oligárquicos rusos. En cuanto al “castigo” occidental a Rusia al
amenazar con su expulsión del Grupo de Ocho, es un chiste. El G-8, que excluye a
China, ya no decide nada relevante; el G-20 sí lo hace.
Si se realizara un amplio sondeo, revelaría que la mayoría de los ucranianos no
quieren formar parte de la UE – así como la mayoría de los europeos no quieren a
Ucrania en la UE. Lo que les queda a los ucranianos son los chupasangre del FMI,
recibidos debidamente por “Yats” (como llama al primer ministro Yatsenyuk Vic
–“Que se joda la UE”– Nuland).
Ucrania se arrastra hacia la federalización. Los cambiadores de régimen de Kiev
no tienen influencia en Crimea autónoma – que es casi seguro que seguirá siendo
parte de Ucrania (y, a propósito, Rusia se ahorrará los 90 millones de dólares
de alquiler que paga por la base de Sebastopol, que hasta ahora tuvo que pagar a
Kiev.)
La jugada final está prácticamente predeterminada; Moscú controlará
gratuitamente una Crimea autónoma, y EE.UU./UE “controlarán”, o tratarán de
saquear, al estilo del capitalismo del desastre, un páramo occidental ucraniano
“administrado” por un montón de títeres occidentales y oligarcas, con algunos
neonazis.
¿Qué hará entonces el dúo estratégico magistral Obama/Kerry? ¿Comenzarán una
guerra nuclear?
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving
into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad
during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books,
2009). Contacto pepeasia@yahoo.com
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Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Central_Asia/CEN-02-050314.html

In
http://rebelion.org/noticia.php?id=181829
10/3/2014



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