terça-feira, 2 de setembro de 2014

Queremos contribuir permanentemente en la construcción de una sociedad justa, igualitaria y fraternal



Carta del MST a los candidatos y candidatas a la Presidencia de Brasil y a
gobiernos estaduales


Coordinación Nacional del MST


Los periodos electorales deben ser momentos de debate sobre los grandes temas
estructurales de la sociedad brasileña, apuntando a la naturaleza de nuestros
problemas y las soluciones necesarias.

Durante 30 años, el MST ha contribuido a la democratización de la tierra, a
través de la lucha por la reforma agraria. En febrero de 2014, celebramos
nuestro VI Congreso, con la aprobación de nuestro Programa Agrícola en la
defensa de la Reforma Agraria Popular. Luchamos por los cambios en la relación
con los bienes de la naturaleza, en la producción de alimentos y las relaciones
sociales en el campo. Queremos contribuir permanentemente en la construcción de
una sociedad justa, igualitaria y fraternal.

La tierra tiene que democratizarse y cumplir con su función social. El campo
debe ser un espacio bueno para vivir, donde las personas tengan el respeto de
sus derechos, como garantía de condiciones dignas de vida. Luchamos y exigimos
una política efectiva, estructurante y masiva de Reforma Agraria Popular,
indispensable para la permanencia de las familias en el campo, con producción y
distribución de la riqueza.

Exigimos la actualización inmediata de los índices de productividad prevista en
la legislación brasileña, que permita el acceso a la tierra a miles de familias.
Necesitamos la implementación de un Plan Nacional de Reforma Agraria - PNRA, con
metas de familias a ser asentadas y el establecimiento de prioridades por
regiones. Recuperación de tierras a través de la expropiación de los
latifundios, recuperación de las tierras ocupadas ilegalmente –de la Unión y de
las tierras baldías invadidas por el capital bancario especulativo,
principalmente el agronegocio y las transnacionales -así como las haciendas con
deudas en los bancos públicos, agencias gubernamentales y áreas identificadas
con trabajo esclavo y que no cumplen con la función social.

Reclamos el asentimiento inmediato de más de 120 mil familias que están viviendo
en condiciones precarias en centenares de campamentos dispersos por todo el
país. Asignación de tierras en proyectos de riego y en torno a los canales de
transposición para la Reforma Agraria. Fortalecimiento y la reorganización del
INCRA, como órgano encargado de la reforma agraria en el país, con condiciones
de ejecución.

Nos sumamos a las luchas y demandas con las otras fuerzas en el campo para la
demarcación y legalización inmediata de todas las áreas indígenas y quilombolas
y de la posesión de los pueblos ribereños, pescadores y comunidades
tradicionales como establece la Constitución Federal.

La no realización de la reforma agraria exacerba los conflictos en el campo:
demandamos justicia y castigo a los autores intelectuales y a los asesinos de
trabajadores y trabajadoras en el campo.

La agricultura brasileña debe dar prioridad a la producción de alimentos sanos,
como un derecho humano y como principio de la soberanía alimentaria. La comida
no puede ser mercancía, fuente de explotación, de lucro y de especulación. Para
eso, exigimos políticas públicas que garanticen condiciones para la producción
agroecológica, sin agrotóxicos, con calidad, diversidad y baratos para toda la
población brasileña. El fomento y garantía de producción, selección y
almacenamiento de las semillas por los propios campesinos, combatiendo así la
producción y comercialización de semillas transgénicas. Estamos en contra de las
leyes de patentes y la privatización de nuestras semillas.

Reanudar y garantizar los instrumentos de compra de todos los alimentos
producidos por la agricultura campesina, para atender escuelas, sistema de
salud, de seguridad y universidades, al instar del Programa de Adquisición de
Alimentos –PAA- y Programa Nacional de Alimentación Escolar –PNAE-. La educación
es un derecho fundamental de todas las personas y debe ser atendido en el propio
lugar donde ellas viven, respetando el conjunto de sus necesidades humanas y
sociales.

Necesitamos que todas las áreas de asentamientos y campamentos tengan su propia
escuela, con las condiciones necesarias para su funcionamiento. No aceptamos el
cierre de ninguna escuela del campo y exigimos la implementación de un programa
masivo para erradicar el analfabetismo. Luchamos por la defensa,
universalización, ampliación de recursos y el acceso efectivo al Programa
Nacional de Educación en la Reforma Agraria –PRONERA-, asegurando que los
jóvenes y adultos que viven en el campo puedan avanzar en la escolarización.

El asentamiento es nuestro territorio de lucha, producción, reproducción y
garantía de nuestra vida, lugar de defensa y construcción de un modelo de
agricultura, con la producción de alimentos y acceso a los bienes sociales y
culturales. Para ello, es necesario garantizar condiciones dignas de vida a las
poblaciones campesinas y urbanas, para producir una nueva sociabilidad.

Exigimos política de protección de los bienes de la naturaleza, de aguas y
fuentes, asegurando que todas las familias campesinas tengan acceso al agua
potable y de calidad con saneamiento básico. Rechazamos el proceso de
privatización del agua. Implementación de un programa de vivienda popular en el
campo, que garantice el acceso rápido y sin burocracia, para eliminar el déficit
actual de más de un millón de viviendas en el campo.

La ampliación e implementación del acceso a la agroindustrialización, con la
consolidación de un programa nacional, a partir de las cooperativas de los
trabajadores y trabajadoras, en forma desburocratizada. Asegurar el desarrollo
de tecnologías apropiadas a la realidad de las comunidades campesinas con el
desarrollo de programas de maquinaria y equipamientos agrícolas.

Es urgente la reorganización del sistema público de Asistencia Técnica y
Extensión Rural, para orientarlo y subordinarlo a las necesidades y objetivos de
los campesinos y campesinas, sumando a un programa de crédito rural que
contribuya a la estructuración del conjunto de toda la unidad productiva y sus
diferentes sistemas de producción, estimulando y fortaleciendo el
cooperativismo, la comercialización y la industrialización de la producción.
Reclamamos la garantía de los derechos laborales y la seguridad social para los
trabajadores y trabajadoras del campo y asalariados.

Es necesario el compromiso de todos y todas para la realización de amplias
reformas, principalmente en la política, que democraticen las instituciones y
devuelvan al pueblo el derecho de elegir a sus representantes. Y para ello
exigimos la convocatoria de una Asamblea Constituyente soberana y exclusiva, en
el año 2015.

Estos son algunos de los cambios urgentes y necesarios, para mejorar las
condiciones de vida y de ingresos en el campo, que todos los gobernantes electos
deben implementar. Reafirmamos nuestra voluntad de luchar de manera permanente
por la defensa y construcción de la Reforma Agraria Popular y de la
Transformación Social.

São Paulo, 08 2014.

Coordinación Nacional del MST
IN:
Rebelión
http://rebelion.org/noticia.php?id=189169
2/9/2014

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