Gonzalo Wancha
In
SPUTNIK
https://mundo.sputniknews.com/20211103/invernaderos-dentro-de-tubos-de-lava-en-la-luna-no-es-ningun-sueno-es-cuestion-de-tiempo-1117833811.html
3/11/2021
Estamos viviendo una especie de segunda carrera espacial, no hay dudas.
A la pujanza china se suman los inesperados actores privados,
multimillonarios que luchan por ocupar una posición privilegiada a la
altura de las estrellas. Este bullicio por estar en la foto espacial
está generando nuevos horizontes y ambiciones.Por ejemplo, recientemente
la NASA ha planteado el Deep Space Food Challenge, en busca de
soluciones para responder a un reto: generar alimentos en el espacio.
Pero la iniciativa estadounidense ya llega tarde, gran culpa de ello la
tiene un ingeniero malagueño."Ya llevábamos muchos años trabajando en
esta línea, colaborábamos con India y ahora tenemos un gran acuerdo de
investigación con China", cuenta a Sputnik José María Ortega, líder del
programa internacional Green Moon Project.Su trabajo le ha valido el
sobrenombre de agricultor espacial. Aún en fase de investigación y con
solo 28 años, José María Ortega propone soluciones concretas y con
plazos asumibles para resolver uno de los mayores retos en el espacio:
crear cultivos que permitan suministros que no vengan de la Tierra. Sin
Green Moon Project y sin la posibilidad de crear invernaderos lunares,
pensar en colonias espaciales es aún inasumible, dado el coste del envío
de suministros.La semilla de un sueñoEl proyecto nació de la vocación de
José María Ortega, ingeniero malagueño que trabajaba para la
automovilística Bentley, pero que quiso soñar con más altos vuelos.
Compitió con un equipo de amigos ingenieros y biólogos en 2016 en Lab to
Moon, de Google Lunar X Prize (GLZP). Había 3.400 equipos de todo el
mundo. Para su sorpresa, su proyecto quedó entre los 15 primeros
seleccionados, "simplemente proponíamos una respuesta al comportamiento
de una planta en la gravedad de la luna".Hoy, el desarrollo de una
planta en la luna, donde la gravedad es seis veces menor que la
terrestre, es el principal reto de Green Moon Project y los resultados
de su trabajo forman parte de la campaña que China comenzó en 2019.La
misión Chang’e-4 ya logró que germinara una semilla de algodón en la
Luna, aunque ésta no sobrevivió a la noche lunar. Tras esta experiencia,
Ortega y el Centro de Exploración Espacial de la Universidad de
Chongqing, ligado a la Agencia Espacial China, empezaron su colaboración
en astrobiología y ecosistemas extraterrestres."Este proyecto se erige
en tres pilares básicos la geología planetaria, la biología vegetal y la
tecnología espacial", los objetivos y plazos de Green Moon Project son
posibilitar que una planta germine y se desarrolle en la gravedad lunar,
al menos, en un periodo de dos semanas dentro de una cápsula para 2025.
Junto al equipo de Green Moon Project, desde Granada expertos en
biología vegetal desarrollan las sondas en las que se desarrollarán las
primeras semillas. La lista de la compra lunar estará compuesta por
semillas de rápido crecimiento: lechugas, tomates, pimientos, rábanos y
trigo, "para ello creamos placas con 500 gramos de tierra de la isla de
Lanzarote, regolito basáltico, que es lo más similar al suelo lunar",
nos cuenta la Coordinadora Biológica del proyecto, Eva Sánchez, de
Innoplant."Nuestro trabajo es determinar cómo complementar ese regolito,
ya sea nutricionalmente o con microorganismos, para que la planta se
desarrolle ", explica Eva Sánchez. El reto es anular los tempos de luz
lunar con suministro artificial y contrarrestar los cambios bruscos de
temperatura en la luna, de +107º a -153º. "Respecto a la microgravedad,
presumimos que la planta podría crecer más rápido, pero aún tenemos que
saber cómo afectará al desarrollo hormonal y la floración"Con el empuje
del volcánEl proyecto de Green Moon Project evidencia que estamos, cada
vez más cerca, de ser humanos interplanetarios. No podemos olvidar que
existen proyectos por parte de Rusia, China, Estados Unidos y Europa de
crear aldeas lunares, "no solo se trata de evitar el transporte de la
tierra de alimentos, también permitiremos la creación de oxígeno si
nuestros cultivos prosperan", apunta Ortega.Este paso mayúsculo cuenta
con el inesperado apoyo que emerge del interior del planeta Tierra a
través de los volcanes. La erupción de La Palma nos ha permitido
familiarizarnos con los tubos de lava, las formaciones que el magma
genera en el interior de la nueva superficie volcánica. En la Luna o
Marte, estas estructuras tienen una importancia mayor. Por un lado,
recientes estudios constatan su existencia en esos planetas y un tamaño
inesperado."Estos tubos pueden ser infraestructuras naturales dentro de
las que ubiquemos nuestros invernaderos o bases humanas, porque en el
interior estamos a salvo de la radiación solar y hay mayor habitabilidad
para el ser humano y la vida vegetal". Los tubos de lava de la Luna o
Marte son gigantes. Si el mayor tubo de lava de la Tierra cuenta con 40
metros de diámetro, en Marte habría que multiplicar esta cifra por 80 y
en la luna por 300 ó 700.Ciudades enteras podrían desarrollarse en el
interior de un tubo de lava lunar, a salvo además de las lluvias de
meteoritos. "Es una posibilidad, no una ilusión o un sueño, ¿por qué no
imaginarlo para un futuro próximo? A la velocidad a la que progresa la
carrera espacial, pronto regresaremos a la luna y seguro que a Marte",
valora Ortega.Una carrera con acento españolEl empuje posibilitado para
el desarrollo lunar por las misiones chinas es increíble, "¡hemos
progresado tanto en tan poco tiempo!", reflexiona el joven ingeniero. El
de Ortega es un perfil cada vez más común, hay un emergente ecosistema
de investigadores españoles que trabajan para los corredores universales
de la carrera espacial.Empresas españolas como DLD Space, DHV Technology
o Ienai Space no han dejado de crecer en los últimos años. A la
tradicional presencia de Rusia y EEUU, hay que sumar las iniciativas de
la Agencia Espacial Europea (ESA), India y "sobre todo China, pero
también del sector privado", apunta Ortega.La aparición de los
multimillonarios que se permiten apostar a la carrera espacial, con los
Jeff Bezos, Elon Musk o Richard Branson como rostros visibles, ha
adereza la competición de las estrellas, no solo con geopolítica, sino
con intereses comerciales."Todo el mundo entiende la relevancia que esto
tiene y nadie quiere perder su sitio allá arriba. Los costes de
lanzamiento al espacio se han abaratado, la tecnología de cohetes
—Soyuz— rusos no ha dejado de desarrollarse, permitiendo mejoras
estables. Estamos viviendo un momento dulce e irá a más, somos muchos
los jóvenes en este mundillo"… mundillo dice José Luis Ortega, a quien
la Tierra se le queda chica.
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