terça-feira, 30 de junho de 2020

De la globalización a una «perestroika» para Estados Unidos


 


*Wim Dierckxsens – Walter
Formento                                                      

*Introducción*

Hoy todo demuestra que estamos ante una crisis sistémica. Crisis
sistémicas hemos visto ya en la Antigüedad, con el Imperio Romano, la
vimos con la descomposición de la Unión Soviética hace treinta años y la
vemos también hoy ante nuestros ojos en Estados Unidos. Observamos, que
rara vez se percibe el borde del acantilado, o incluso el fondo del
abismo, antes de que éste se haya tragado un imperio entero y, aun así,
tampoco se ve hoy.

/El ascenso y la caída de las civilizaciones es una tesis clásica que
con la Gran Depresión del Siglo XXI toma nuevamente vigencia. /Durante
la depresión, los tres momentos: las relaciones sociales de producción,
las fuerzas productivas y la conciencia de estas pueden bien entrar en
fuerte contradicción al interior de sí mismas. Este sistema de
contradicciones se manifiesta a través del carácter crecientemente
improductivo del capital financiero y la enorme dificultad de un retorno
al trabajo productivo en el mundo en general, en primer lugar en los
centros del poder.

Con la Gran Depresión del Siglo XXI se revelará, en otras palabras, un
momento particularmente crítico del capitalismo. El capital financiero
especulativo, basado en trabajo improductivo, se impone hoy más que
nunca al trabajo productivo y aparentemente puja por llegar a los
límites más extremos. En estos días estalló otra burbuja especulativa en
la bolsa de valores y todo hace prever que podría ser la última. La
pregunta central es si el capital podrá o no invertir, una vez más, esta
relación y retornar al ámbito productivo con ganancias justo cuando el
mundo entra en una Gran Depresión.

Este retorno, lo consideramos muy complejo y difícil. Por lo tanto, al
no poder regresar y reconectarse al ámbito productivo, nos encontraremos
no solo ante una crisis del modelo neoliberal sino ante la crisis
sistémica del capitalismo mismo. Entonces, como podemos observar, la
continuidad del capitalismo como sistema dependerá de sus posibilidades
de retorno de las inversiones al ámbito productivo. Dicho de otra
manera, a partir de una imposición dominante de la inversión financiera
improductiva y especulativa por sobre la productiva sin una clara
posibilidad de retorno, la racionalidad misma del capitalismo se
encuentra en crisis. Incluso podríamos estar ante la inversión misma de
esta racionalidad, basada en el crecimiento perpetuo, hacia otra
civilización donde se reafirme tanto la vida humana como la de la
naturaleza.

*Crisis y transición en la historia a vuelo de pájaro*

El ascenso y la caída de las grandes culturas en la historia se
encuentran estrechamente vinculados con el tema del trabajo productivo e
improductivo, sucede así también para el capitalismo. Una visión
histórica nos permite una mejor mirada hacia nuestro futuro. El
enunciado de que las relaciones existentes de producción se tornan en su
desarrollo en una traba para el propio desarrollo de las fuerzas
productivas, se manifiesta precisamente por el carácter improductivo del
trabajo que pasa a predominar sobre el productivo en cada fase final de
una civilización.

Los conceptos de trabajo productivo y trabajo improductivo trascienden
entonces al propio capitalismo. Se presenta en todas las culturas de la
humanidad, pero en el capitalismo adquiere una modalidad específica. El
hecho que en el capitalismo podrá definirse el trabajo productivo
específicamente para el capital, puede entrar en contradicción con lo
que es productivo a nivel más general, es decir, más allá de las
relaciones sociales de producción dominantes actuales. En otras
palabras, aunque exista el concepto de trabajo productivo para el
capital, lo anterior no quita que en el capitalismo continúe existiendo
trabajo productivo en general. Esta concepción de trabajo productivo en
general mejor se entiende a través de la historia, o sea, allende el
capitalismo. La concepción de trabajo productivo en general es
fundamental para entender la brecha creciente entre el capital
improductivo y productivo.

A través de toda la historia, el trabajo productivo en general se asocia
con el /ascenso/ de las culturas, y el improductivo con su /declive/.
/El ascenso y el declive estratégico de las élites/ en el poder están en
función de su propio carácter productivo en la historia, esto también es
válido para esta etapa en el 2020. En cada crisis de un modo de
producción, /la élite/ /se vuelve superflua/ por el carácter
improductivo de su presencia, que adquiere y muestra en esa fase final.
Hagamos a vuelo de pájaro un recorrido por la historia para entender
mejor el concepto de trabajo productivo e improductivo más allá de las
relaciones sociales existentes. Esta visión nos prepara mejor para
analizar la Gran Depresión del Siglo XXI y sus posibles consecuencias.

Las /grandes civilizaciones/ de la Mesopotamia, Egipto y la China
antigua, así como las culturas precolombinas, todas ellas ven surgir y
resurgir una dinastía tras otra a partir de la aparición de grandes
obras de culto, que encuentran su base económica en las grandes obras
productivas que las anteceden. Cada expansión de las obras hidráulicas
significa un gran trabajo productivo con un fuerte ascenso en las
fuerzas productivas sociales particularmente por la división de trabajo
entre las comunidades de base y la comunidad dirigente en las obras
productivas. Esta base productiva da pie a una expansión de obras de
tipo ‘cultural’. Estas últimas, al distanciarse-y-perder la dimensión en
relación con la base productiva, impactan contrayendo a esta última. Las
obras (re)productivas reafirman el Bien Común y legitiman la división
del trabajo entre las comunidades de base y la comunidad dirigente. Las
hambrunas resultado de una desproporcional inversión en suntuarias obras
de culto, deslegitiman esa división de trabajo, evidencian y potencian
los choques de intereses y, por ende, suele producir e impulsar las
rebeliones de las comunidades de base contra las élites en el poder y en
el gobierno.

Cuanto más suntuarias sean las obras de culto, más tienden a
desarrollarse a costa de la base productiva y hacen manifiesto el
carácter improductivo de la élite dominante. En una coyuntura semejante,
la permanencia de la comunidad “superior” pone en peligro la base
productiva de las comunidades. Sin embargo, la ausencia de la comunidad
superior implica una ausencia también de la clase dirigente de las obras
de infraestructura productiva. La desaparición de una dinastía
improductiva es sucedida por otra productiva. La misma crisis de un
centro de poder demanda uno nuevo, para restaurar y/o reiniciar las
obras productivas ya existentes o iniciar otras nuevas. La consecuencia
es una crisis cíclica del sistema imperante. La conquista de otros
pueblos y su tributo, en trabajo (como comunidad subyugada) y/o especie,
a la comunidad superior conquistadora pueda ampliar el espacio y el
tiempo de la dominación, pero cuanto más alejados del centro de poder se
encuentren éstos, más fácil será su rebelión, fenómeno muy bien
estudiado para la era del esclavismo.

El trabajo improductivo es inherente e imprescindible en el modo de
/producción esclavista/. En el régimen esclavista no existe ningún
mecanismo natural para la reproducción de la fuerza de trabajo. Aunque
haya existido la esclavitud por deudas, esta misma encuentra sus límites
inmediatamente. La esclavitud por deudas, que sufren históricamente los
propios civiles, tiene su límite objetivo: la amenaza de la reproducción
futura de la mano de obra esclava.

Para garantizarle a los amos la reproducción de los esclavos, existe la
necesidad de una tercera clase social: los ciudadanos libres. La
reducción a la esclavitud de pueblos conquistados es la única modalidad
efectiva para mantener su ‘oferta’. Al no reproducirse biológicamente
los esclavos, la demanda adquiere carácter permanente y con ello la
guerra. La guerra en sí constituye un trabajo improductivo. La guerra
resulta productiva a los ojos e intereses de los conquistadores,
mientras sus costos son compensados con holgura por el botín de guerra y
el reclutamiento de mano de obra esclava. Cuando se invierte la
relación, el gasto de defensa manifiesta su carácter improductivo para
el imperio.

Conforme el imperio esclavista se expande, la demanda de esclavos crece
a escala ampliada. El costo de la guerra aumenta entonces, sin cesar.
Una esclavitud a escala ampliada aumenta la base productiva y la
prosperidad pero a la vez exige un proceso de conquistas en escala
igualmente ampliada. Al acortarse la vida media de los esclavos por
efectos de trato brutal, el retorno al campo de batalla se acelera. En
medio de ello surge la necesidad objetiva de ampliar la tercera clase,
ya que muchos suelen morir en los campos de batalla. En Roma, la
ciudadanía se reproducía de manera artificial al otorgársele la
ciudadanía a los pueblos conquistados que brindaron escasa o ninguna
resistencia. La reproducción ampliada de la ciudadanía es vital para
recaudar los impuestos y reclutar guerreros necesarios para la
perpetuación de la guerra.

Conforme el imperio se expande en el espacio, las derrotas en el campo
de batalla suelen ser más frecuentes, la afluencia de esclavos disminuye
de cara a la demanda existente y su precio va en alza. Cuando el costo
de la guerra supera crónicamente su beneficio, se manifiesta una crisis
de reproducción de la relación esclavista. La única salida es promover
la propia reproducción biológica de los esclavos. Para ello, sin
embargo, se requiere que el propio esclavo tenga acceso a condiciones
objetivas de reproducción de su vida: por lo general la tierra. Para eso
hay que concederles libertad como personas. Aparecen así el liberto y el
colono, y el esclavo tiende a desaparecer. De esa forma cambia en su
esencia la racionalidad económica, lo mismo que la relación de explotación.

Durante el /Feudalismo/ la mayoría de los siervos disponían de una
parcela. En sus orígenes, se paga al señor una renta en trabajo. Con el
crecimiento de la fuerza productiva más elemental, es decir, con la
reproducción de la propia población, hay necesidad de crear pueblos
nuevos. Bajo la conducción de los señores se realizan esas obras
productivas en lugares más lejanos y menos accesibles. El paso de la
renta en trabajo a la renta en especie está vinculado al desarrollo de
estos pueblos nuevos más lejanos del burgo del señor. La renta en
especie se da entonces a partir de la ampliación de la base productiva.
Los señores cobran la renta en productos de fácil venta en otros lugares
más lejanos. Los siervos más especializados en tareas de transporte
obtienen mayor libertad del señor para moverse para la venta de
productos especializados. Estos nuevos comerciantes se instalan fuera de
los grandes burgos medievales, transformados con el tiempo en ciudades.

Los señores ya no suelen tener artesanos (siervos de la gleba) en su
burgo para sus ropas y artefactos rústicos, sino los mismos artesanos se
especializan libremente en los burgos más grandes. Nace la burguesía con
su propia economía de artesanos (guildas) y pronto con su propio
gobierno político. Con el desarrollo del comercio, los siervos en el
campo se ven obligados de entregar cada vez más el tributo en forma de
dinero, dejando el riesgo de una mala venta o cosecha en manos de los
mismos. A partir de entonces son campesinos libres como persona para
vender su producto al mejor postor.

Al pasar de la renta en especie a la renta en dinero, el rol de los
señores feudales se torna cada vez más improductivo. La pequeña nobleza
que vive de rentas más o menos fijas sufre las consecuencias de alzas
inflacionarias a partir de la entrada masiva de oro latinoamericano en
la economía de mercado. La venta masiva de tierras por parte de la
pequeña nobleza se convierte en fenómeno común. Puede surgir así la gran
explotación agrícola destinada al mercado y cuya producción se basa en
la fuerza de trabajo asalariado. La nobleza que vive de rentas
improductivas se encuentra cada vez más reducida y desconectada de la
economía viviendo como rentistas improductivos. Como clase, en esencia,
ya pasaron a la historia.

*El gasto improductivo y militar en el capitalismo y el socialismo*

Si la guerra es una actividad improductiva por su contenido lo es en el
pasado, presente y futuro. En los /tiempos nuestros/, no solo la guerra
sino también las armas producidas y empleadas en la misma lo son. Las
armas producidas en un ciclo económico aparecen como producto y riqueza
material pero no encadenan con el próximo ciclo productivo, y en el
mejor de los casos no son utilizadas. El uso de las mismas más bien es
un trabajo destructivo. En lugar de alentar el crecimiento de la
economía civil, el gasto de defensa tiende más bien a /limitar/ la
expansión de la economía. La exportación de armas podrá beneficiar a su
productor pero el comprador asumirá el gasto improductivo, en otras
palabras y visto para las economías en su conjunto, sigue siendo un
gasto improductivo.

Si el gasto militar, visto por su contenido, constituye un gasto
improductivo, lo anterior será válido sin importar las relaciones de
producción, ya sean  pre-capitalistas /(Imperio Romano)/, socialistas
/(URSS)/ o capitalistas /(EEUU)/. En vez de alentar el crecimiento de la
economía civil, el gasto de defensa tiende a la reproducción limitada.
La capacidad distributiva interna del gasto militar mediante impuestos
significa restar dinámica a los sectores de la economía civil. La
transferencia de este gasto improductivo a terceras naciones mediante la
exportación de armas o la obtención de pagos por la ‘protección militar’
ofrecida (OTAN), significa transferir el costo improductivo y una
consecuente reproducción más limitada a terceras naciones en beneficio
del país productor de armas y su complejo industrial y militar.

Ahora bien, EEUU y sus “aliados” europeos organizados en la OTAN
contaban en los años ochenta, con más o menos 600 millones de
habitantes, mientras la URSS bajo el Pacto de Varsovia no llegaba a 400
millones. El PIB de EEUU era el doble del de la URSS. EEUU pudo
transferir sus gastos de defensa a terceras naciones, incluso más allá
de sus socios del Pacto Atlántico, como fue el caso del tercer mundo
latinoamericano.

Mientras que Rusia que exportaba menos, a menudo ni siquiera cobraba a
los suyos. Si EEUU invertía, por ejemplo, el 5% del PIB en la carrera
armamentista, la URSS tendría que invertir el 10% y esto solo era
posible al costo de debilitar más la economía civil, con austeridad y un
consumo contraído. En el período de Reagan (1981-1989), el gasto de
defensa norteamericano sube con respecto a 1980 (5% del PBI), llegando a
6,3% en 1986. En otras palabras si los EEUU gastaban más de 6% de su PBI
en gasto de defensa, la URSS debería haber gastado más o menos 12%. 

Para la URSS, la carrera armamentista, hasta cierto punto respondió a la
necesidad de defender la reproducción de las relaciones socialistas de
producción. La carrera armamentista en la Guerra Fría, sin embargo,
también era una competencia sistémica, pero significó cada vez más una
carrera de la URSS hacia una reproducción limitada en el campo civil de
la economía. La asociación de /China (1967-76)/ al Bloque capitalista y
la guerra desplegada desde /Iran-Pakistan-Afganistan/ sobre Rusia y cómo
esto impacta incrementando los esfuerzos de la URSS para equilibrar el
poder, no hizo más que agravar la situación. Desde 1967-73 ya no es
contra EEUU solamente sino con el Tri-continentalismo también contra
Europa, Japón, China, etc.

Las necesidades populares quedaron desatendidas y el proceso
deslegitimado al interior. La Guerra Fría significaba para la URSS, la
imposibilidad de un desarrollo sostenible y fue una importante causa de
su decadencia estructural económica, social y política. Debido a la
crisis económica y política, la /Perestroika/ hizo su entrada y la
nación se volcó hacia adentro para poder sobrevivir, que es cuando
emergen las contradicciones internas con las repúblicas que habían
quedado subordinadas al poder centralizado.

El complejo estratégico industrial-militar era el eje medular de la
planificación centralizada. Con la Perestroika (o Reestructuración
integral), la atención debería poder ser dirigida a incrementar la
(re)producción civil y a adecuar a ella las relaciones sociales
necesarias. Re-organizar la economía civil en función del crecimiento de
la economía en su conjunto implicó descentralizar la toma de decisiones
en materia de economía política en las Repúblicas. Al delegar así mayor
autonomía a las repúblicas soviéticas, la Perestroika tuvo, como efecto
no esperado, el fomento de sentimientos nacionalistas que fortalecieron
los poderes locales en las repúblicas y con ello las empujaron hacia la
separación del poder central. El rechazo a la planificación centralizada
en torno al complejo industrial-militar condujo a la independencia de
las repúblicas.  La “caída” del Muro de Berlín simbolizó la
desintegración del Bloque Socialista y con ello se sella la caída del
socialismo real.

Con la caída del socialismo real, “todo” parecía indicar que el
capitalismo era el único sistema posible para la humanidad, que por
/naturaleza/ parecía ser eterno. Esta perspectiva, impulsada por el
estado profundo y expresado a través de un pensador reaccionario de
Washington (Francis Fukuyama), significaba que se cerraba cualquier
alternativa de desarrollo para los países del Sur. Teniendo como
consecuencia su virtual subordinación al EEUU tri-continentalista, a sus
corporaciones y a la OTAN. En este marco, es que el Consenso de
Washington dio marco a la era de globalización neoliberal (1991) que
hizo entonces su entrada con fuerza. EEUU se presentó como el glorioso
triunfador de la Guerra Fría, pero en realidad ya el Consenso de
Washington mostraba la poderosa fractura interna en EEUU, fruto de la
puja entre grandes capitales por dominar el mundo, tema que abordaremos
a continuación. 

*El imperio norteamericano*

La dominación estadounidense de la economía mundial desde 1920 hasta
1960 se basó en su posición de gran productor, exportador y acreedor
reflejado por su superávit en la balanza comercial con el mundo. Con
superávit comercial en ese periodo y con sus grandes reservas en oro,
Estados Unidos podía comprar y reconstruir las grandes industrias de
Europa (Alemania) y Japón derrotados en las guerras, y de la América
Latina periférica y dependiente subordinada a fuerza de golpes de estado
y asesinatos de sus presidentes nacionales. En el periodo entre el final
de la Segunda Guerra Mundial 1944 y 1950, cuando estalló la Guerra de
Corea, EEUU acumuló más del 75 por ciento del oro monetario del mundo.
Ese oro fue el respaldo para el dólar como moneda internacional de
reserva desde Bretton Woods en 1944.

A partir de la década de 1960, su dominación provino de su posición
deudora, es decir EEUU vivió más de medio siglo debiéndole al mundo. Su
influencia como principal economía deudora del mundo fue tan fuerte como
la que antes reflejaba su posición de acreedor neto. A partir de 1958,
cuando el sistema de Bretton Woods se hizo realmente operativo, los
países liquidaban sus operaciones de comercio internacional en dólares
al mismo tiempo que esos dólares eran convertibles por oro para los
bancos centrales participantes del sistema. Los países acordaron
mantener tipos de cambio fijos, pero ajustables en circunstancias
excepcionales, en el cual el dólar y el oro podían intercambiarse entre
sí a un tipo fijo de 35,20 dólares por onza.

En los años sesenta las exportaciones sobre todo desde Alemania y Japón,
que incluían las de las corporaciones multinacionales norteamericanas
radicadas en Europa y Japón, sobrepasaban sus importaciones desde EEUU,
lo cual hizo que disminuyeran su demanda de dólares, que más bien
cambiaban por oro. /La orden de presidente Nixon en agosto de 1971 fue
cerrar la ventana de cambio de oro por dólares de los bancos centrales
del mundo./ En ese momento el Sistema Monetario Internacional se
convirtió en un sistema de /dinero fiduciario /
<https://www.oroyfinanzas.com/2012/09/dinero-fiat/>(o sea dinero sin
respaldo en un bien tangible como el oro).

En 1974 el precio del petróleo se disparó por acuerdos entre los países
de la OPEP. En ese momento, EEUU obtuvo un acuerdo con Arabia Saudita
(principal productor de petróleo) que podía cobrar lo que quisiera por
su petróleo, pero tenía que reciclar prácticamente todas sus ganancias
netas en dólares, ya sea bajo la modalidad de compra de armas o mediante
la compra de bonos del tesoro de EEUU. Luego, EEUU determinó que el
precio del petróleo se define y paga exclusivamente en dólares. Los
países que dependían de las importaciones de petróleo tenían que
disponer de reservas en dólares (a menudo Bonos del Tesoro de EEUU) y
los países con superávit comercial con EEUU se vieron /obligados/ a
aceptar bonos del tesoro (una especie de pagarés) de EEUU. Impusieron,
en otras palabras, que el resto del mundo mantuviera sus superávits y
ahorros en forma de préstamos a los Estados Unidos. Esta es una posición
de rentista improductiva.

El país consume bienes de trabajo productivo de otras naciones a cambio
de promesas de pago a futuro.  Para mantener ese orden de las cosas
EEUU, como verdadero imperio pudo incluso, a base de crédito externo,
instalar bases militares /(hoy en día 800)/ en 40 países. Los dólares
que este gasto militar implicaba se los “prestan”, en buena medida, los
países del mundo sin saberlo. Los países que no cumplen con el requisito
de comprar dólares para el pago de petróleo corren el riesgo concreto de
una invasión, como hemos visto en Irak y Libia por ejemplo.

*Crédito Privado y privatización del Sistema Monetario Internacional*

La expansión de la banca /privada/, a partir del crédito, se desarrolla
después de 1965. Hasta esa fecha, el origen principal de los préstamos y
créditos internacionales provino de organismos multilaterales (Banco
Mundial, BID, etc.) o bilaterales. El dinero no es externo a la
reproducción del capital y así como tampoco lo es el crédito. El
crédito, sin embargo, permite la reproducción temporal de la ganancia
sin que se reproduzca el capital productivo. En este sentido, el acto de
préstamo en dinero se distingue del crédito. El préstamo es el empleo de
un capital monetario previamente reunido a partir de riqueza creada en
el pasado y atesorada, y a menudo depositada en un banco (Banco
Comercial), para poder crear mayor riqueza en el futuro. El crédito, en
cambio, es un título o derecho sobre la propiedad de mercancías futuras
a generar con trabajo futuro.

La expansión del crédito sin ahorro previo y sobre la base de deuda,
significa creación de dinero que no garantiza una inversión productiva a
futuro. El surgimiento de la Banca de Inversión privada fue clave para
este desarrollo. La banca privada de inversiones se especializa en
(crédito para) fusiones y adquisiciones, y en obtener dinero para que
las empresas privadas puedan realizar todo tipo de inversiones,
productivas o no. El carácter improductivo (ficticio) de la acumulación
sustentada por el crédito llega a primer plano, cuando la
cuasi-validación de la ‘plusvalía’ se afirma en una acumulación de
títulos o derechos sobre el trabajo futuro como, por ejemplo, en seguros
contra oscilaciones en tipos de cambio en la compra y venta a futuro o
en cambios de tipos de interés sobre deudas a plazo. 

Las acciones de una empresa son títulos que en principio reflejan el
capital (valor de equipo y maquinaria en libros contables) realmente
invertido en una empresa. El capital accionario es ficticio, ya que no
se puede contar dos veces el capital, al contabilizar también el
/capital real/ (maquinaria, edificios, etc.) de una empresa con su valor
en libros. /La recompra de sus propias acciones/ por las grandes
corporaciones aumenta el precio de las mismas en la Bolsa de Valores
pero no así el capital realmente invertido con su valor en libros. Las
acciones constituyen más que todo un derecho a participar en las
ganancias futuras de la empresa. Si es invertido en expansión y
desarrollo de la economía real es respaldado por capital real.  La
emisión de bonos del Tesoro para financiar desarrollo de infraestructura
es una inversión productiva, pero para ir a la guerra dicho trabajo no
crea riqueza a futuro. Por lo tanto, es capital ficticio.

Recién a partir de 1965, la /Banca Internacional Privada/ comienza a
operar realmente en el mercado internacional con una notable expansión
del crédito no controlado por los gobiernos y tuvo su desarrollo
precisamente cuando la /tasa de ganancia/ tendía /a la baja en la
economía real/. En un primer momento ésta expansión surge a partir de
las inversiones extranjeras directas (IDE) en la esfera productiva. El
desarrollo de las IDE productivas genera un creciente flujo financiero
privado más allá de las fronteras. En 1964, tales créditos no
representaban más del 20% de las reservas internacionales, magnitud
todavía perfectamente controlable por la banca central nacional. En
1970, estos créditos representaban ya el 70% de las reservas
internacionales y la especulación aumentó con ello.

Al perder los bancos centrales el control sobre los créditos privados
internacionales, observamos una creciente inestabilidad monetaria que
culmina a partir de 1971, cuando se impone la no-convertibilidad del
dólar en oro. En 1975, los créditos internacionales superaban ya las
reservas internacionales, y en 1980 más que duplicaba el nivel de esas
reservas. En los años noventa, las reservas de los especuladores
resultaban ilimitadas frente a las reservas internacionales oficiales. A
mediados de los noventa, la economía financiera en su conjunto manejaba
50 veces más dinero que la economía real. A partir de entonces, podemos
decir que la banca privada transnacional de hecho gobierna en el mundo.

En el periodo que va de 1970 a 1990, el volumen de las deudas de la
banca privada internacional se multiplicó por /doce (12)/ y el de los
créditos bancarios transnacionales a destinatarios no bancarios por
treinta y dos /(32) veces/. Las reservas internacionales se han vuelto
ridículas a la par de la fuerza alcanzada por el “dinero privado” en
manos de /banca transnacional/. Las autoridades monetarias de los países
(Bancos Centrales) ya no tienen ningún poder para defender su tipo de
cambio frente al “libre juego” del mercado y la especulación. El sistema
monetario internacional se ha tornado /transnacional/ privado,
especulativo e inestable. En este sistema monetario privado (de la banca
transnacional) domina el imperio del dólar /(petro-dolar)/ ya que la
especulación se efectúa en dólares.

*Del Crédito Norte-Norte en la Triada al Crédito Norte-Sur*

En la disputa por el mercado mundial, las IDE (Inversiones Extranjeras
Directas) originan tejidos de propiedad más allá de las fronteras. A
partir de ello se reestructura la producción y distribución de bienes y
servicios cada vez más entre Corporaciones e Instituciones Financieras
Privados transnacionales y cada vez menos entre naciones.

Del flujo de las IDE que tuvo lugar hasta 1990, el 75% tuvo lugar en la
triada tricontinental de /EEUU, UE y Japón/, y solo un 20% fluyó hacia
los países periféricos. En cada país, el 1% de los
consorcios-corporaciones de origen local detentaba el 50% del stock de
las IDE de ese país en el exterior, que se dirigieron sobre todo a
fusiones y adquisiciones, o sea, hacia actividades improductivas pero
muy rentables. A raíz de las fuertes inversiones extranjeras directas
(IDE) en los diferentes polos de la Triada se desarrolló progresivamente
un comercio intra-corporativo, revelando cada vez más una cadena de
producción (cadenas de valor) con planificación privada a nivel
planetario. Las corporaciones se transforman en grandes Multinacionales
Tricontinentales con múltiples filiales distribuidas en todo el mundo.

La disputa por el reparto del mercado mundial restante comenzó en los
años ochenta dentro de la Triada. A finales de la década, Japón emergió
como la potencia victoriosa en Asia Oriental a costas de Estados Unidos
sobre todo, hecho que generó fricciones entre ambas naciones no solo a
nivel de comercio sino también para la inversión extranjera.  En la
primera mitad de los años noventa comienza el neoproteccionismo al
interior de la Triada. Se constituyen los bloques económicos regionales
(la Unión Europea y el NAFTA) y disminuyen  las IDE entre los bloques de
la Triada. Comienza el flujo de las IDE Norte-Sur. La desintegración
/(Perestroika)/ de Unión Soviética permitió, sin mayores reparos
políticos, llegar a un nuevo reparto del mundo entre las Transnacionales
de los Bloques Económicos centrales. La expansión de la IDE se reorienta
hacia la periferia, en cuyo proceso EEUU toma el liderazgo. A partir de
este momento se observa un doble movimiento, neoproteccionismo en el
Norte, los países centrales “van” dejando lugar a las transnacionales
globales que los relegan, y la apertura simultánea y forzada del Sur, la
periferia emergente.

*La subordinación del mundo entero al Capital Transnacional Global*

El traslado deliberado de capacidades productivas hacia China se inició
en la década de los ochenta del siglo XX, cuando Japón realizó un firme
proceso de reconversión industrial. Esta iniciativa comenzó con la
subcontratación en países de bajos salarios, básicamente en el Este de
Asia, de actividades manufactureras intensivas en fuerza de trabajo y
tecnológicamente estandarizadas. El primer grupo de países que se
benefició de este proceso fueron las nuevas economías industrializadas
del Este de Asia (NEIS): Hong Kong, Singapur, Corea y Taiwán; más tarde,
también Indonesia, Filipinas, Tailandia y Malasia; y luego en China y
Vietnam.

La causa de la ’sorpresiva’ crisis especulativa en el sudeste asiático
de 1997, no reside en Asia ni en algunos especuladores sin escrúpulos,
sino en la guerra económica mundial que estalló entre las grandes
corporaciones multinacionales y transnacionales globales. La crisis
monetaria comenzó un tiempo antes de Hong Kong, con un ataque
aparentemente aislado contra la moneda tailandesa. Los especuladores
desestabilizaron su moneda, y la misma situación se dio en Malasia y la
podemos observar obviamente también en América Latina. La explicación es
que a EEUU le convenía la crisis en esta región asiática para
subordinarla al Fondo Monetario Internacional. El objetivo fue poder
luego penetrar con las transnacionales globales de origen norteamericano
sus mercados, desplazando a las multinacionales japonesas sobre todo. Es
el final del milagro económico japonés 1997-1999. Es este el momento en
que entró en escena un capital global, que empieza a hacer de todos los
países del Sur “neo-colonias emergentes”.

Finalizada la Guerra Fría, era de suponer que la Organización del
Tratado del Atlántico Norte (OTAN) perdiera su función y que
desapareciera. Sucedió todo lo contrario. En 1999, la OTAN inició una
intervención militar contra la ex república de Yugoslavia, sin consulta
previa del Consejo de Seguridad de la ONU. Este hecho inauguró una nueva
etapa en la historia de las relaciones internacionales y fue el
principio de un nuevo orden internacional. La OTAN acompañara el proceso
de globalización económica de las transnacionales globales. Porque
requería ser completada con un proyecto estratégico global en materia
“geopolítica” para “limitar” estructuralmente las soberanías nacionales
de todos los países. La guerra de Kósovo fue la oportunidad para ello y
la OTAN fue esencial en esa tarea. A partir de entonces los gobiernos
del mundo, incluyendo a EEUU, se subordinaran a la voluntad impuesta por
las Transnacionales Globalistas.

En la primera mitad de los años noventa, se observa un creciente flujo
de las IDE /productivas/ hacia la “periferia”, a la par que se da un
freno brusco al flujo Norte-Norte. Las IDE en Asia se concentran, aunque
no exclusivamente, en la industria orientada a la exportación y
constituye en este aspecto, un complemento de la inversión a partir del
ahorro interno en el sector industrial, especialmente en China. Ambas
inversiones juntas permitieron hacer crecer al sector entre un 10%
(Corea del Sur) y un 20% (China) al año. Esta tasa de crecimiento sin
igual revela que el ascenso de la economía china no dependía en alto
grado de las Inversiones Directas Extranjeras, como a menudo se
interpreta en Occidente, sino que tenía también un fuerte desarrollo
interno previo desde la década de 1970, como ya hemos señalado
(Dierckxsens y Piqueras, 2008). Este empuje de la inversión a la
economía real desarrolló una nueva locomotora de la economía mundial,
que acrecentó de manera excepcional sus exportaciones baratas en el
periodo 1979-1992, especialmente hacia Estados Unidos. Y luego se
tornaran en conglomerados cada vez más avanzados tecnológicamente.

*La batalla entre grandes capitales globalistas y continentalistas*

El capital financiero global opera ya por sobre las naciones, las
centrales e incluso por encima de EEUU. Y en concreto lo hace desde los
centros financieros de Wall Street, el de la City de Londres para la
región europea y la City de Hong Kong para Asia Oriental, China en
particular. El banco central, y la City Financiera en cada país, emergen
como la nueva institución y como el poder paralelo a los históricos
gobiernos nacionales democráticamente electos, /así como los golpes de
mercado financiero ocupan el lugar de los golpes de estado militares/.
Al manejar esta escala global transnacional, dicha fracción del gran
capital financiero disputa su espacio a costa del capital financiero
multinacional en los diferentes Bloque Económicos (Unión Europea, 1993 y
NAFTA, 1992). La proyección defensiva de la gran banca multinacional se
da desde EEUU y Alemania delimitándolos como  Continentalismos.

Cuando Clinton deroga la Ley Glass Steagal en 1998, o sea, cuando se
fusionan la Banca Comercial (sobre todo continentalista) con la banca
financiera (sobre todo globalista), el continentalismo recibe un golpe
duro e inicia su fase de declive estratégico. La derogación dio lugar a
un período de mega-fusiones. Los nuevos seis bancos de mayor importancia
(sobre todo globalistas) aumentaron sus activos del 20% del PIB en 1997,
a más del 60% del PIB en 2008. A partir de ello,  la gran banca global
transnacional abre el enfrentamiento desigual contra la gran banca
multinacional continentalista de EEUU como país central.

La banca global transnacional (Citygroup, HSBS, Barclays, Lloyd’s, ING
Bahrings, Santander, etc.) proyecta instaurar poder global desde la red
de cities financieras transnacionales como forma dominante y a costa de
los megabancos multinacionales continentalistas (JPMorgan-Chase, Bank of
América, Goldman Sachs, entre otros) con sus corporaciones
multinacionales relacionadas sobre todo con el gran complejo industrial
militar, el Pentágono, y el poder político en Washington. En 2001, esta
fracción responde con un ataque defensivo con la demolición de las
Torres Gemelas en Nueva York, en tanto asiento del World Trade Center
(centro del comercio financiero global). La confrontación es seguida en
2008 por otra ‘caída provocada’, la del Lehman Brothers banco de
inversiones que era controlado por Citygroup globalista.

A pesar de ello, el globalismo avanzaba y el continentalismo seguía
replegándose a la defensiva, lo cual se observara sobre todo con el
presidente Globalista Obama en la presidencia de EEUU y con Hillary
Clinton como Secretaria de Estado desde enero de 2009. Es desde entonces
que la Reserva Federal (globalista) comienza con sus iniciativas de
legitimar la política de “emisión de dólares sin respaldo en la economía
real”, desplegadas por la Gran Banca globalista desde el Reserva Federal
(Fed) para rescatar a sus propias bancas.

*Los globalistas se enfrentan a una Nueva Formación Social multipolar*

En el nuevo milenio, se observa el ascenso constante de la participación
de EEUU, y en menor medida también de la Unión Europea, en la inversión
extranjera directa (IDE) en China a costa de Hong Kong, Taiwán y Japón.
Microsoft ya entró en el mercado chino en 1992 y luego entraron otros
gigantes, particularmente aunque no exclusivamente, las corporaciones
tecnológicas de la información y comunicación como Google, Apple,
Facebook, Amazon, Microsoft (GAFAM), juntos con Netflix, Intel, Oracle,
IBM, Qualcomm, PayPal, Cisco, entre otros. A la par de las
transnacionales globales, se desarrollan también los gigantes
conglomerados nacionales de China (Pekín).

Hace años que China compite en casi todos los sectores de alta
tecnología con las empresas globales procedentes de Estados Unidos. A
principios de este milenio, Estados Unidos exportaba tres veces más que
China en productos tecnológicos a los mercados mundiales. Con el tiempo,
sin embargo, Estados Unidos se convirtió en un importador masivo de
productos tecnológicos hechos en China que antes producía en su país,
generando una balanza comercial cada vez más negativa.

Desde 2010, Pekín asumió el liderazgo de las exportaciones, superando a
las transnacionales ‘norteamericanas’ en renglones como información y
comunicación. Asimismo, acaba de igualar las ventas de instrumentación
científica y está cerca de emparejar las ventas de plantas de generación
de energía. Hoy Pekín es uno de los fabricantes más grandes del mundo de
productos de alta tecnología como robots industriales, chips y máquinas
herramienta. Los titanes estadounidenses ven cada vez más complicada la
competencia con los gigantes chinos.

https://e00-expansion.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2019/05/24/15587157645299.jpg

<https://e00-expansion.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2019/05/24/15587157645299.jpg>

Durante la última década, la IDE de Occidente muestra una tendencia al
estancamiento en el ámbito productivo que se atribuye a la baja de la
tasa de ganancia de la IDE en la economía real. A partir de 2008, las
IDE de las Transnacionales globalistas se dedican cada vez más a la
recompra de acciones propias. Después de la crisis global de 2007-08,
más bien hay una aceleración de los volúmenes de las IDE (Inversiones
Extranjeras Directas) /de China hacia el mundo/ que revela la decisión
de la internacionalización de empresas chinas, el aumento de la
inversión china en la economía de otros países como decisión
estratégica. Lo anterior mucho tiene que ver con el desarrollo de un
sistema de instituciones financieras diferentes al de Bretton Woods y la
denominada Nueva Ruta de la Seda –NRS-.    

                                           *Gráfico:*

*Entradas de inversión extranjera directa y tendencia subyacente, 1990-2018*
 (Índice 2010 = 100)

PR19013f4_sp.jpg

Fuente: UNCTAD, Informe sobre las Inversiones en el Mundo 2019.

Esta iniciativa de la NRS está asociada a las políticas de inversión
regional de /“Ir al Oeste”,/ en el propio territorio chino, y ha
evolucionado hasta incluir acuerdos y proyectos de conectividad por
construcción de infraestructura con Europa, Asia, África y América
Latina, principalmente en energía, alimentos, minerales y transporte
comercial. La NRS incluye acuerdos con organizaciones ya establecidos
entre China y otros países hacia un mundo multipolar. El proyecto de
inversión es de enorme magnitud de recursos en más de 60 países, así
como acuerdos bilaterales y multilaterales de inversión y cooperación.
Lo anterior mucho tiene que ver con el desarrollo de un sistema de
instituciones financieras diferentes al de Bretton Woods como el Banco
Asiático de Desarrollo (BAD), una moneda de reserva internacional (el
Petro-Yuan-Oro) y una Cripto-Moneda. 

*Hacia una Perestroika en EEUU*

En el cuadro geopolítico reciente, tenemos que las fuerzas del capital
financiero globalizado procuran imponer un Nuevo Orden Económico con un
Estado global sin fronteras ni ciudadanos, con otro sistema monetario
internacional basado en la cripto-moneda, Libra, de Facebook (GAFAM
Globalistas). Este proyecto implicaría el desplazamiento del petro-dólar
como moneda internacional de referencia, “reduciéndola” a la categoría
de moneda nacional, lo que significaría el fin del imperio
norteamericano continental y tricontinental. Sería un Estado global con
una fuerza militar propia basada en la OTAN-Globalista. Sin embargo,
para poder imponerlo mundialmente tendrían que poder subordinar primero
a China y Rusia a su esquema, hecho que no sería posible sin un
conflicto militar.

No solo las fuerzas globalistas quieren otro sistema monetario
internacional, también lo quiere el proyecto multipolar de
China-Rusia-India-Sudáfrica-Sudamérica. China es el principal acreedor
de EEUU que se manifiesta en el enorme déficit en la balanza comercial y
de pagos de esta última nación. Desde 2013, China /ha parado/ de
acumular bonos del Tesoro norteamericano e incluso ya empezó a disminuir
su tenencia. Para China (y Japón) está claro ya que EEUU no va a poder
pagarles su inmensa deuda. Para reasegurarse contra esa pérdida, China
desde hace años está comprando oro con Bonos del Tesoro, al igual que
Rusia y otros países de la Nueva Ruta de la Seda. El dólar pierde cada
vez más su papel de moneda de reserva y de intercambio internacional.
Cuando sucede, el precio del oro se dispara en términos de dólares. Lo
que China pierde por los bonos devaluados lo gana con el aumento de
precio del oro.

China y Rusia junto con otros países de la Nueva Ruta de la Seda,
apuestan por un sistema monetario internacional multipolar con naciones
soberanas, donde opere el dólar pero ya como una moneda más a la par del
Yuan con soberanía, es decir sin subordinación.

La fracción conservadora de los Republicanos, continentalistas, se ha
aferrado al dólar como moneda internacional de cambio y reserva a la
fuerza para poder sostener su proyecto de ´Otro Siglo Norteamericano´.
Halcones como /Tillerson y Bolton/, han tenido que dejar el gobierno por
tratar de imponerse por la fuerza bruta. Procuraban mantener el precio
de petróleo alto para así mantener elevada la demanda de petrodólares.
Para lograrlo han estado asfixiando a grandes productores de petróleo
como Venezuela e Irán. Han asfixiado a estos países mediante el bloqueo
de transferencias interbancarias internacionales (vía el sistema SWIFT).
Fueron también estos dos países los que más claramente se alinearon con
Rusia y China a favor de la desdolarización en el pago del petróleo.

Rusia, finalmente dio un golpe de gracia al petrodólar al romper el
acuerdo de la OPEC+1, con el objetivo empujar la oferta de petróleo
hacia arriba y el precio hacia abajo, lo que fue un golpe duro y tal vez
terminal a la explotación costoso de petróleo de esquisto en EEUU, que
ya está en situación de bancarrota. Más importante fue el golpe de
gracia que dio al propio petrodólar como moneda internacional de cambio.
Hasta Arabia Saudita dejo de vender su petróleo en dólares mientras
Rusia y Alemania aseguran su posición común para que el Gas Natural de
petróleo de Rusia alimente a la Unión Europea. China, Rusia y los países
de la Nueva Ruta de Seda, avanzan des-dolarizándose. El Yuan-multipolar
aparece cada vez más como moneda de intercambio internacional. China y
Japón también intercambian sus productos y servicios por fuera del
dólar. Está cada vez más claro que la era del dólar está en sus últimos
momentos antes de pasar a ser historia.

Cuando el dólar ya no juega como moneda de intercambio general, los
países importadores de petróleo ya no se preocupan por tener dólares
(bonos del Tesoro) en reserva para tal fin. La demanda de dólares se
reduce y cada vez más países se están deshaciéndose de dólares y con
ello acaba una fuente de crédito importante para EEUU. Sin este crédito,
no hay posibilidad de mantener tantas bases militares /(800 en 40
países)/ en el mundo, ni tampoco motivos de quedarse en Medio Oriente
para defender el petrodólar. Las bases militares ya no tienen mucho por
hacer en el Medio Oriente y el gobierno de Trump considera el
desmantelamiento de las mismas. Se ha tornado un gasto improductivo para
EEUU ya que no genera beneficios indirectos.

Al perder espacio el petrodólar como moneda de intercambio y al
disminuir la tenencia de Bonos del Tesoro en manos de extranjeros se
acaba el crédito externo, no solo para el complejo industrial y militar.
Estados Unidos, sin embargo, no depende totalmente de entradas de
capital extranjero para cubrir sus déficits. Cuando los rendimientos de
los bonos estadounidenses y globales colapsaron durante el pánico
bursátil en marzo de 2020, la Reserva federal realizó una “expansión
monetaria sin límites”, lo que significa un paso más que lo acerca al
colapso del precio del dólar y de las monedas fiduciarias en general.
Aquí comienza la aparición de las cripto-monedas como alternativa como
veremos

*La Guerra de ´Big Data´ en 2020*

Las tecnologías 5G, con híper-velocidad e interconectividad de
dispositivos y sus datos en tiempo real, cobran una importancia medular
en el Capitalismo de ‘Big Data´ de las corporaciones transnacionales
como Facebook, Apple, Microsoft, Amazon y Google (Big Five: GAFAM) con
otras empresas globalistas como Netflix, Paypal, IBM, etc. Las ´Big
Five´, en conjunto, representaban, a principios de 2017 el 11.5% del
valor de las acciones de Standard & Poors (SPX), finales de 2019 ya un
17,4% y en abril de 2020 incluso el 25% y con ello pueden ejercer una
influencia muy grande en la manipulación del mercado bursátil. En 2019,
el top 34 en la Bolsa de Nueva York (Standard&Poors) obtuvo una ganancia
media de 26.8% y las ´Big Five´ obtuvieron en promedio 47.6%. Son las
corporaciones que más se han beneficiado de los programas de expansión
monetaria de la Reserva Federal en estos años.

Con todo, las Big-Five no han podido alcanzar el liderazgo en 5G frente
a China.  La pugna por el liderazgo en el 5G es una pugna por la
dominación en el terreno del Grandes-Datos (Big-Data), estos son los
verdaderos motivos que subyacen en la guerra comercial que Washington
mantiene con Pekín, porque quién controle la red 5G /controlará/ la
producción de los Grandes-Datos (Big-Data) y luego, /el proceso de la
producción social, económico, político e ideológico-cultural/. Y la
empresa china Huawei ha tomado la delantera en el desarrollo 5G y el
´Big Data´. De consolidar su posición actual, Pekín (Beijing) bien
podría “direccionar” el futuro de la humanidad, al contar con el poder
para impulsar y sostener una transición hacia el multipolarismo. Que
implicaría un diálogo pluriversal de naciones soberanas unidas.
Presupondría un poscapitalismo financiero, objetivo que se contrapone
particularmente a los intereses globalistas financieros que plantean una
coordinación de Cities-Financieras con centro en una oligarquía
financiera global a partir del banco central de los bancos centrales
–Banco de Basilea (BIS)-.

Los actores financieros globalistas con sus políticas vinieron
construyendo desde 2018-19, desde la Reserva Federal de EEUU, el
escenario de una crisis de “recesión con depresión” en la economía
norteamericana y más allá. Fue Apple quien primero encendió la alarma,
al decir que sus ganancias esperadas estaban en caída, y muy
probablemente fue quién tomó la iniciativa de poner en venta sus
acciones en coordinación con las ´Big Five´. Con ello inició la caída en
la bolsa de valores, justo en el momento que la crisis por “terror al
coronavirus” ya “estaba iniciada”.

Los grandes medios de comunicación globalistas (CNN, BBC, Deutsche
Welle, Washington Post, New York Times, AP, UPI, etc.) responsabilizaron
de la crisis bursátil al Coronavirus –Covid19- /(aunque la crisis
bursátil se haya iniciado antes)/ y han logrado que la OMS declare el
estado de pandemia mundial. Todo parece indicar que aquí hay
intencionalidad de provocar un ambiente de pánico y crisis
total´cerrando la economía´no solo en torno al virus, sino atribuyendo
la misma al Coronavirus. Se consideró al Covid-19 como la causa de la
crisis bursátil y de la consecuente depresión económica.

Luego de la mayor caída en el valor de las acciones de las GAFAM a sus
mínimos históricos, la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos anunció,
junto con la Secretaria del Tesoro (Min-Economía), que adquiriría de
forma ilimitada bonos del Tesoro para sustentar los mercados
financieros, como respuesta a la crisis sistémica. Continuaron los
estímulos, pero la /toma de decisiones/ ya no se circunscribiría solo a
la Fed sino también debería incluir a la Secretaria del Tesoro (Mnuchin
con vínculos históricos con Goldman Sachs), y la influencia directa del
presidente mismo. Solo las muy grandes corporaciones /(To-Big-To-Fail)/,
las GAFAM principalmente, se beneficiaron y sus acciones subieron un
10%. Mientras muchas empresas que cotizan en Standard&Poors 500 (S&PX)
no recibieron nada, por ello sus acciones bajaron un 13%, como puede
verse en el /gráfico siguiente./

*GAFAM al alza y las demás empresas de S&P a la baja en S&P500*

https://zh-prod-1cc738ca-7d3b-4a72-b792-20bd8d8fa069.storage.googleapis.com/s3fs-public/inline-images/FAAMG%20vs%20SPX%20YTD_2.jpg

<https://translate.googleusercontent.com/translate_c?depth=1&hl=es&prev=search&rurl=translate.google.com&sl=en&sp=nmt4&u=https://www.zerohedge.com/s3/files/inline-images/FAAMG%20vs%20SPX%20YTD_2.jpg?itok=6-uaA-_M&usg=ALkJrhjYnJFMYEp_9Xy4Ny6ePN7JwzMt8A>

¿Por qué sólo las GAFAM? Porque las GAFAM conforman el complejo de
Inteligencia Artificial capaz de organizar y motorizar la guerra
económica comercial y monetaria, política, cultural, técnico-militar y
estratégica a nivel mundial desde las transnacionales capitalistas y
disputar con la IA del complejo BRICS multipolar pluriversal que llevan
la delantera.

*Hacia una situación pre-revolucionaria*

El año 2020 inaugura una nueva Gran Depresión económica más amplia y más
profunda a nivel mundial como nunca antes. Si no existen condiciones
para volver a estimular la inversión ´productiva´ para el capital  (al
no invertir sin expectativa de ganancia), no habrá salida de la crisis,
sin cambio de sistema económico. En otras palabras estamos ante una
crisis sistémica. La inversión en el ámbito especulativo, redistributivo
e improductivo (como la re-compra de las acciones propias con crédito
prácticamente gratuito) fomenta la concentración de capital en cada vez
menos Corporaciones. Todas estas inversiones improductivas no generan
nueva riqueza, ni amplían el mercado total, ni fomentan el crecimiento,
sino que fomentan solo la progresiva concentración de capital e ingreso
en cada vez menos manos.

Durante el período de posguerra, la inversión estaba muy amarrada al
proceso productivo mediante todo un arsenal de regulaciones económicas.
La tasa de ganancia descendente en la esfera productiva hacia finales de
los años sesenta, hizo surgir el neoliberalismo que liberó los flujos de
capital de esas trabas. En década del 70”, el capital financiero podía
deshacerse de los amarres en la inversión productiva y se hizo cada vez
más improductivo. La concentración de capital hacia actividades
improductivas (fusiones, adquisiciones, etc.) restaba fuerza al
crecimiento económico. La única forma de acumular, cuando la riqueza
total no crece es desarrollar una batalla por el reparto de la misma y
con ello se desarrolla el conflicto entre grandes capitales, no solo
entre países sino también al interior de ellos e incluso al interior de
EEUU. Seguir con la acumulación a partir de este mismo esquema en forma
cada vez más agresiva, provoca una espiral de decrecimiento económico,
hacia la recesión mundial, o sea, provocando una reproducción limitada.

La paradoja de una crisis de productividad a partir de la innovación
tecnológica, no tiene otra solución que regular en forma planificada la
vida media de la tecnología, reduciendo la velocidad de la sustitución
de la misma en los países centrales y declarar a la vez, la propiedad
intelectual como patrimonio mundial. En vez de recurrir a ello se
desarrolla una gran guerra entre capitales cada vez más grandes y la
batalla central se desarrolla al interior de EEUU.

En esta batalla por el mercado mundial, la participación de las 200
empresas transnacionales (TN) en el Producto Mundial Bruto pasó del 17%
en 1965 a más del 35% en el año 2000, en tanto que el conjunto de las TN
habían acaparado al final de ese período más del 50% de dicho producto.
En mayo de 2020, las BIG FIVE (Apple, Google, Microsoft, Amazon y
Facebook) tenían un capital conjunto de 25 billones de dólares, o sea,
el 12% del PIB mundial de 2019. También tenían para mayo de 2020, el 25%
del capital accionario de la bolsa de valores de Nueva York (S&P500). El
triunfalismo de los capitales más poderosos en un mundo donde la mayoría
eran perdedores, hace aumentar la cotización de las acciones en la bolsa
de los triunfadores y los mismos se dedican a la re-compra de sus
propias acciones, en medio de una caída bursátil, a partir de acceder al
crédito sin límite que reciben de la Banca Central –Fed- a intereses
hasta negativos, en términos reales.

La guerra por el mercado mundial se ha tornado total, principalmente en
EEUU. Aquí observamos a las diferentes fracciones de gran capital en
disputa: el capital financiero unipolar globalista enfrentado a “muerte”
contra el capital financiero unipolar continentalista. Ya habíamos visto
situaciones similares en las llamadas: “caída” de las Torres financieras
Gemelas en setiembre de 2001 y “caída” del Lehman Brothers en septiembre
de 2008. Las bancarrotas se provocan entre los grandes capitales en
disputa, ni hablar en las empresas nacionales pequeñas, medianas y
grandes. El colapso de la madre de todas las burbujas (de hipotecas, de
préstamos de autos, de tarjetas de crédito, de deudas empresariales y
gubernamentales, etc.) si no estalla antes de las elecciones en
noviembre de 2020, será a principios de 2021.

Existía la expectativa que al otorgar crédito, /mediante la expansión
monetaria sin límite coordinada entre la Fed y el Tesoro (gobierno de
Trump)/, la articulación entre el gran capital no-globalista /(JPMorgan,
Goldman Sachs, Bank-of-America, Warren Buffet, entre otros)/, la
Secretaria del Tesoro y el Gobierno de EEUU podrían forzar la situación
y consolidar un reposicionamiento como dominantes en el Complejo
Estratégico de Inteligencia Artificial^[1] <#_ftn1> -IA- angloamericano.
Esto lo harían /“comprando/” las acciones /GAFAM//^*^[2] * / <#_ftn2>/,/
a través de la expansión monetaria ilimitada.

Se le otorgó, sin comunicación alguna en los grandes medios globalistas,
 a BlackRock un contrato sin licitación en virtud de la Ley de Ayuda,
Alivio y Seguridad Económica de Coronavirus (Ley CARES) para desplegar
un fondo provisional de $ 4 billones en crédito de la Reserva Federal y
casi medio billón del Tesoro, para convertirse en la «cuarta rama del
gobierno». Administrando, a solicitud del banco central y la Tesorería,
los controles del dinero creado a través de la expansión monetaria
(Ellen Brown, Global Research, junio de 2020). Es preciso saber que
BlackRock es una empresa globalista de gestión de inversiones
estadounidense cuya sede central se encuentra en Nueva York /(con lazos
originarios en la City de Londres)/. Es considerada como la mayor
empresa de gestión de activos (fondos de pensiones, etc.) del mundo, ​
con activos bajo gestión valorados en más de 5,1 billones de dólares.
Cuatro ejecutivos de BlackRock, liderados por el ex director del /Banco
Nacional Suizo/, presentaron una propuesta
<https://www.swissinfo.ch/eng/blackrock-s-ex-central-bankers-have-bold-vision-to-beat-recession/45164502>
para un restablecimiento económico puesto en práctica el 23 de marzo de
2020.

En el último trimestre del 2019, los bancos centrales se
estaban quedando sin ´municiones
<https://www.youtube.com/watch?time_continue=2&v=q9McyZgojeM>´ para
controlar la oferta monetaria y la economía. La hora histórica exigía
que el banco central abandonase su independencia y que se reuniera la
política monetaria de la Fed con la política fiscal de la Tesorería.  Se
le “otorgó” a /BlackRock/ un contrato /sin licitación/ en virtud de la
Ley de Ayuda, Alivio y Seguridad Económica de Coronavirus (Ley CARES)
para “desplegar y manejar” un fondo de $ 4 billones en créditos de la
Reserva Federal y otro de casi medio billón del Tesoro. Que en sentido
estricto, lo convirtió en la «cuarta rama del gobierno», como señala
Ellen Brown. Por el momento podemos considerar este hecho como un golpe
de estado del Globalismo (BlackRock) que lo fortalece y reposiciona
frente al Continentalismo/(JPMorgan- Goldman
Sachs,-Bank-of-America-Warren Buffet) y a los nacionalistas (Trump)./

En este entorno se presenta la convocatoria hecha por Putin a reunirse
con motivo de los 75 años de resolución de la Segunda Guerra Mundial,
que empieza en la crisis financiera sistémica de 1929-44 y concluye con
la derrota del Nazismo. Entonces los líderes mundiales del capitalismo
financiero (Estados Unidos e Inglaterra) dejaron abiertos todos los
“márgenes” para que el Nazismo “avanzara militarmente”.  Por ello, Putin
remarca con la convocatoria a Trump, y a los líderes de las otras
grandes potencias nucleares (China, Gran Bretaña y Francia), que
significa una reunión de no-globalistas y no es un hecho casual que
remarque que si se actúa de buena fe y comprometidos con la Paz. Las
salidas vía la guerra militar o financiera no tendrán márgenes para
avanzar. Seguramente, en las próximas semanas o meses podremos observar,
cómo sigue la trama de este conflicto en Estados Unidos entre las
grandes facciones de capital, en las calles y en político-institucional.

Bajo la expansión monetaria sin límite, era de esperar una inyección
programada de liquidez (expansión monetaria /–EQ-/), que hiciese subir
las “acciones de las corporaciones de punta” /(GAFAM)/ de tal manera que
éstas alcancen de pronto un 40% del total del capital accionario del
panel de S&P. Si tenemos en cuenta que éstas tenían apenas el 11% hace
solo tres años atrás, queda clara la batalla por el /“control
accionario”/ sobre el /Complejo Estratégico de IA/ se hace observable
concretamente en el terreno de la economía. El hecho que hacia finales
de junio hayamos observado una política de contracción monetaria de la
Fed en vez de su expansión, implica que hay bancarrotas y un nuevo
colapso bursátil.  Los activos de mayor riesgo en la Bolsa de Valores
continúen bajando durante el período que va de junio en adelante. Y su
caída implicaría un colapso del sistema bancario.

Ya se anuncia que no habrá una recuperación económica con forma V. En la
última semana de junio, Apple anunció cerrar muchas de sus ´tiendas´
debido a la segunda ola del Covid-19 /(primordialmente en estados con
gobiernos Demócratas, donde las tasas de desempleo y las de mortalidad
por Covid-19 son las más altas)/. Inmediatamente  cayó el precio de sus
acciones, al igual que las de Facebook.  Observaremos si se presenta, en
medio de la profundización de la Gran Depresión, la coyuntura en la cual
el gobierno de Trump, ante el Estado de Emergencia de la Nación y la
urgencia de una nueva expansión monetaria monumental para salvar la
banca, logre avanzar en comprar directamente acciones de las
corporaciones, particularmente las GANFAM (N de Netflix) de la IA, con o
sin autorización del Congreso. Cada vez menos corporaciones y bancos
tendrán acceso a los dólares de la expansión cuantitativa sin límites.
Una situación de concentración de capital en tan pocas corporaciones
acentuará la situación pre-revolucionaria.

Lo que está sucediendo ante nuestros ojos es una de las mayores
transferencias de riqueza de la historia a unas  cuantas corporaciones
bien identificadas y que se cuentan con los dedos de las dos manos.
Mientras las pequeñas, medianas y grandes empresas nacionales entran
masivamente en bancarrota al tiempo que más de 47 millones de
trabajadores estadounidenses han presentado ya solicitudes por
desempleo. Parecen existir las condiciones objetivas para que los
movimientos e izquierdas radicalizados “/pudieran impulsar”/ la
reivindicación “por la nacionalización de los Big Five del complejo
globalista de Inteligencia Artificial” en Estados Unidos[3] <#_ftn3>,
exigiendo un control democrático ciudadano-popular, es decir su base
política histórica. El silencio de la “izquierda” /(en el Partido
Demócrata: Sanders, etc.),/ así como de los /grandes complejos
comunicacionales,/ sobre las actuales «transferencias abismales de
riquezas» de Wall Street  no parecería ser un accidente.

Las fuerzas globalistas en el Partido Demócrata /(los Neoliberales
Clinton´s & Obama´s)/ saben de esta tendencia y han producido, a través
de sus /múltiples-plataformas-de-comunicación,/ toda una gran publicidad
para la lucha “contra el racismo”. Es, sin duda, un hecho de lo más
importante combatir la brutalidad policial /(provocada y filmada)/ y la
discriminación racial en Estados Unidos y en el mundo entero. En un
momento de situación /pre-revolucionaria político-democrática/ /en
general/ en que nos encontramos, esta /lucha contra el/ /“racismo”/ sin
embargo parece profundizar la división de la clase trabajadora, del
Pueblo, como bien señala Thierry Meyssan. Porque particularmente
reorienta la atención, el discurso comunicacional-cultural con objetivos
de profundizar las diferencias en el pueblo norteamericano: “violencia”
entre afroamericanos e hispanoamericanos, entre angloamericanos pobres y
afroamericanos, entre jóvenes y adultos mayores (con Covid-19), entre
mujeres y hombres, y así. Diferencias que son “operadas” por estructuras
estatales y particularmente teniendo muy activos a los distintos
gobernadores Demócratas, de vínculos estrechos con el poder global.

Por otro lado, se suma el hecho que con la expansión monetaria sin
límite se desvaloriza el dólar, lo que podría conllevar en un futuro
cercano a su colapso y con ello el de todas las monedas fiduciarias. El
dólar tal como le conocíamos como moneda de reserva y de intercambio
internacional dejará de existir y perderá mucho de su valor. Habrá una
nueva cripto-moneda que la reemplazará y ese sería el momento crucial
cuando se manifieste el /punto-de-precipitación /en la ´Perestroika´
norteamericana, que bien podría implicar que Estados Unidos inicie su
desintegración en varias regiones a partir de noviembre, gane quien gane
en las elecciones. Esta tendencia podría arrastrar tras de sí a la Unión
Europea en su conjunto probablemente. Lo cual llevaría la
situación-pre-revolucionaria a una escala ampliada, creando condiciones
para abrir toda una brecha en las relaciones sociales de producción
dominadas por el capital financiero transnacional desde 1973.

En otro aspecto, el probable colapso del dólar nos plantearía un momento
de crisis similar al de la /República Weimar^*^[4] * <#_ftn4> de fines
de los años veinte del siglo XX/, situación pre-revolucionaria que
históricamente no lograron conducir y aprovechar los movimientos de la
“izquierda” alemana. Esto nos permite observar que es el turno de los
/movimientos progresistas y revolucionarios/ de hoy, en primer lugar el
estadounidense, de ver si puede aportar a conducir esta situación o de
lo contrario podría llegar a ser el nacionalismo oligárquico
industrialista con arrastre popular, partidarios de Trump, quienes
podrían encabezarla reivindicándola.

*La caída del centro financiero de Hong Kong*

Occidente, especialmente los Estados Unidos, ya está sumergiéndose cada
vez más en la Gran Depresión del siglo XXI, mientras la República
Popular China está a un paso de lograr reactivar su economía. El centro
de gravedad del poder económico sigue moviéndose, inexorablemente, hacia
el oriente y hacia el sur, hacia al Asia-África-Sudamérica y hacia el
mundo multipolar emergente.

El Congreso Nacional del Pueblo (APN), que en junio abrió sus sesiones
en China, ha visto al primer ministro Li Keqiang admitir que: “/No hemos
establecido un objetivo específico para el crecimiento económico este
año/. /China enfrentará algunos factores que son difíciles de predecir
en su desarrollo/, /debido a/ la gran incertidumbre con respecto a la
pandemia de Covid-19 y /el “entorno económico y comercial mundial/”. El
hecho que China se vuelva hacia lo nacional, hacia adentro, significa
que desarrollará y potenciara la demanda interna /(profundizara el
consumo popular nacional)/ para reemplazar y reducir al mínimo la
dependencia del consumo del mercado externo, particularmente de EEUU.

Es justo en esta coyuntura, en que Pekín (Beijing) avanza e impone
directamente una ley draconiana de seguridad nacional en Hong Kong
/(HK)/, /“evitando”/ por completo la legislatura municipal de HK. Un
golpe contundente a la “independencia” relativa del /centro financiero
de Hong Kong,/ dominado por las transnacionales financieras globalistas
desde 1999. Al mismo tiempo, la administración Trump anuncia que
derogara la ley que permite un trato preferencial a la antigua colonia
británica de HK^[5] <#_ftn5>, lo cual permitió que la City Financiera
creciera y se consolidara. La combinación de estas dos acciones, harán
muy difícil que la HK continúe “operando” como centro financiero (City).

Al mismo tiempo, esta decisión de hecho es un ataque directo del
presidente de EEUU a los intereses de las fuerzas globalistas que ya no
tendrán a HK y deberán abandonar, “salir”, este centro financiero. Algo
similar, pero no igual, a lo que les sucede en la City de Londres, con
el Brexit. Y que podría también sucederle a la City de Nueva York,
aunque observamos que /BlackRock/ se ha posicionado con fuerza. Una vez
más se revela que el enemigo principal hoy, para el proyecto nacional
Neo-Rooseveltiano de Trump, no es China sino las fuerzas Transnacionales
Globalistas de las cuales Pekín también procura protegerse y por ello
las confronta donde puede.

En síntesis, estamos presenciando todo el despliegue de múltiples crisis
/(Sanitaria-energética-comercial-de moneda-de Big Data e
IA-Militar-Estratégica)/, que es propio de la estructural puja
estratégica de intereses que juegan en la interna del poder oligárquico
norteamericano: globalismo oligárquico vs continentalismo y nacionalismo
oligárquico. Esto es lo que hemos conceptualizado como la /Perestroika
en EEUU./

*¿Hacia otra racionalidad económica en China?*

Desde los años noventa, académicos e investigadores como Paul Cockshott
y Allin Cottrell, han contestado solventemente todas las críticas
procedentes de la economía ´capitalista´ de mercado, particularmente de
la marginalista  y la escuela austriaca^[6] <#_ftn6>. Asegurando y
demostrando que el nivel tecnológico del 5G, que existe actualmente
consolidado en el complejo de Inteligencia Artificial –IA- en China,
elimina cualquier tipo de impedimento /técnico/ para planificar una
economía desde abajo. China renuncia al crecimiento económico
cuantitativo, porque a partir de la Inteligencia Artificial y la
robotización existe la capacidad de planificar con los más complejos
sistemas de ecuaciones simultáneas.

La revolución de la Inteligencia Artificial /-IA-/ tiene además la
potencialidad de crear las circunstancias para dar el salto en la
planificación, que permitiría poder avanzar aún más en democratizar las
relaciones sociales de participación. El componente “subjetivo” de la
demanda comunitaria y multicultural de servicios y valores de uso (más
que mercancías), ahora puede ser identificado e incorporado con la
Inteligencia Artificial a la planificación mediante información no
enajenada, obtenida en torno a necesidades y preferencias comunitarias
con toda su diversidad.

Con la Inteligencia Artificial desarrollada, el plan  para implementar
la supremacía del valor de uso (/la utilidad del producto, bien o
servicio)/ por sobre el valor de cambio /(el precio monetario)/ podría
ser definido ya no desde arriba y desde fuera, sino desde el Sujeto
colectivo mismo, /la comunidad organizada/. Esta transición no tiene
posibilidad de ser viabilizada por el unipolarismo del capitalismo
occidental por su interés de minorías oligárquicas y por estar en
decadencia /(por su subordinación al valor de cambio o ganancia)/. En
tanto que, sí tiene mayor grado de posibilidades de darse en un /mundo
multipolar y pluriversal/ como el proyecto de la Nueva Ruta de Seda, con
China como una de las grandes locomotoras, no la única ni excluyente, de
Estados Unidos, Rusia, Alemania, India, Brasil, Argentina, México,
Sudáfrica, Egipto, Irán, etc.

Ya existe en China una práctica de  economía nacional de lo necesario,
que bien podrá complementarse con una economía de lo suficiente a nivel
nacional, regional y finalmente con miras a lo /mundial-pluriversal./
Que ponga límites al consumo por el consumo mismo /(consumismo
compulsivo-superfluo)/, analizando satisfacer cuáles necesidades
individuales y colectivas son las estructurales y priorizando sobre todo
las comunitarias y pluriculturales. Las dos economías juntas apuntan a
la vida misma de la Humanidad, en coexistencia e igualdad con la
Naturaleza. /La nueva “racionalidad” economía sería síntesis de la
negación de los dos sistemas de relaciones sociales contradictorias: el
capitalismo y el socialismo realmente existentes. ///

La posibilidad de dicha transición se torna una necesidad, en medio de
la Gran Depresión del Siglo XXI, que está mostrando niveles de desempleo
nunca vistos antes en la historia del capitalismo y sin las
posibilidades de migración que existían en los años treinta hasta el
2008. Y por la posibilidad, que muestra el multipolarismo poliédrico
pluriversal real existente a partir de la /Nueva Ruta de la Seda y del
Dialogo Poliédrico de Civilizaciones/.

En la crisis del Covid-19 se impuso ya la prioridad de aquellos
productos y servicios que satisfacen necesidades vitales. Se dejaron, y
dejarán de lado, las ´necesidades´ creadas por el capital con el fin
casi exclusivo de realizar ganancias /(incluso las financieras que
excluyen a la economía real)/ que incluyo artículos superfluos como
valores de uso. En la crisis, la práctica económica /tendrá que aumentar
necesariamente la vida útil y duradera de los bienes de consumo/, no las
/“modas de lo superfluo” y/, primero que todo /la vida de los medios de
producción/que siguen aún siendo útiles para producir valores de uso,
productos. En esta crisis existe la posibilidad y necesidad de orientar
la producción por las necesidades y posibilidades concretas de vida de
un Sujeto Colectivo y Diverso. Mundialmente se abre una coyuntura para
la reivindicación y lucha por una economía que reafirme la Vida integral
misma.

*Bibliografía*

Dierckxsens Wim, 1994, /De la globalización a la Perestroika
Occidental/, Editorial DEI, Costa Rica

Dierckxsens Wim, 2000. /The limits of capitalism/, ZEDBOOKS, Londres y
Nueva York

Dierckxsens Wim, 2017, /Trabajo productivo e improductivo o ¿Cómo
categorizar la geopolítica de hoy?,/ Página de Wim Dierckxsens, marzo 2017

Dierckxsens, Wim y Formento, Walter, 2019, /De la Caída Soviética a la
de Washington,/ Observatorio Internacional de la Crisis.

Dierckxsens, Wim y Piqueras, Andrés (eds.), 2019, /200 Years of Marx,
Capitalism in Decline/,  Global University, Hong Kong

Dierckxsens, Wim y Formento, Walter, 2019, /Nuevo Imperio u Otra
Civilización; 2019, Inteligencia Artificial y Guerra de ´Big Data/´,
Editorial DEI, Costa Rica

Dierckxsens, Wim y Formento, Walter, 2020, Crisis Mundial 2020 y
Transición al Postcapitalismo, Observatorio Internacional de la Crisis

Dierckxsens Wim y Formento Walter, 2019, /Prospectiva geopolítica para
el año 2020, /Editorial Fedun, Buenos
Aires                                            

Dierckxsens Wim 2000, /The limits of Capitalism/, Zed Books, London New
York.

Dierckxsens Wim, /Formaciones precapitalistas/, 1983, Editorial Nuestro
Tiempo, México DF

Herrera, Rémy, Dierckxsens, Wim y Nakatani, Paulo (eds.), 2014, /Beyond
the Systemic and Capital-Led Crisis, Theoretical and Applied Studies/,
PIE Peter Lang , Brussels

Piqueras, Andrés, 2017, La tragedia de nuestro tiempo. /La destrucción
de la sociedad y la naturaleza por el capital/, Anthropos. Barcelona

Piqueras, Andrés, 2018, /Las sociedades de las personas sin valor/. El
Viejo Topo. Barcelona.

------------------------------------------------------------------------

[1] <#_ftnref1> Este Complejo Estratégico es conocido también como Big
Data o IA –Inteligencia Artificial-.

[2] <#_ftnref2> Google/Amazon/ Facebook/ Apple/Microsoft

[3] <#_ftnref3> Estados Unidos es la referencia histórica para los Big
Five (GAFAM) de la IA unipolar financiera, porque nacieron, se
desarrollaron y financiaron por el complejo militar
industrial-científico-tecnológico norteamericano en el Valle del Silicon
Valley. Claro que a partir de 2017, cuando jugaron claramente a favor de
Trump y del Brexit, y en contra el Globalismo expresado en H.Clinton,
son parte de una batalla donde el globalismo batallo para hacerse de su
control y lo ha logrado con BlackRock.

[4] <#_ftnref4> República de Weimar (en alemán: /Weimarer Republik/).
Fue el régimen político y el periodo histórico que tuvo lugar en
Alemania <https://www.ecured.cu/Alemania> tras su derrota al término de
la Primera Guerra Mundial <https://www.ecured.cu/Primera_Guerra_Mundial>
y se extendió entre los años 1919 <https://www.ecured.cu/1919> y 1933
<https://www.ecured.cu/1933>.
https://www.ecured.cu/Rep%C3%BAblica_de_Weimar
<https://www.ecured.cu/Rep%C3%BAblica_de_Weimar>

[5] <#_ftnref5> Trump ha asegurado en la tarde de este viernes que
elimina las exenciones y el tratamiento especial que tenía EEUU hacia
Hong Kong, ya que, según sus palabras, China ha convertido la política
de «Un estado, dos sistemas» en «Un estado, un sistema».
https://www.eleconomista.es/internacional/noticias
/10574805/05/20/Hong-Kong-la-mecha-que-amenaza-con-avivar-la-Guerra-Fria-entre-EEUU-y-China.html
<https://www.eleconomista.es/internacional/noticias%20/10574805/05/20/Hong-Kong-la-mecha-que-amenaza-con-avivar-la-Guerra-Fria-entre-EEUU-y-China.html>

[6] <#_ftnref6> La Escuela austríaca, también denominada Escuela de
Viena, es una escuela de pensamiento económico que defiende un enfoque
individualista metodológico para la economía denominado praxeología. La
Escuela Austríaca se originó en Viena en 1871 con la publicación de
Principios de Economía de Carl Menger. Se trata de una posición
heterodoxa basada principalmente en el individualismo metodológico y en
el subjetivismo. Sus recomendaciones de política económica suelen ser
anti-intervencionistas.

In
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2020/06/28/de-la-globalizacion-a-una-perestroika-para-estados-unidos/
28/6/2020

segunda-feira, 29 de junho de 2020

A farra do boi em Wall Street






por José Martins, da redação.

A história das bolsas de valores mundiais está repleta de grandes
acidentes. O mais lembrado é o de outubro de 1929. A quebra da bolsa de
Nova York que detonou o gatilho para a última grande depressão econômica
mundial nos últimos cem anos.

No período pós-guerra (1945) só voltou a acontecer algo parecido na
“segunda-feira negra” de 1987, quando os preços das ações perderam 20%
em um dia. Esta última “correção” não foi seguida de uma crise geral, de
uma grande depressão mundial como a dos anos 1930, mas nem por isso
deixou de ser efusivamente comemorada e analisada pela Crítica da
Economia, que começara a ser escrita no início daquele ano.

Depois da crise periódica de 1987, as demais voltaram a ser disparadas
por grandes “correções” em montanhas de ações e outros incontáveis
“ativos” do sistema financeiro. Isso não ocorria de forma marcante no
período pós-guerra antes de 1987. Além disso, repetindo, nenhuma destas
grandes “correções” da bolsa de Nova York – por exemplo, a mais recente
de 2008/2009 – foi seguida de uma crise geral como nos anos 1930.

Seria preciso aguardar um pouco mais para que a lei da gravidade da
economia capitalista voltasse a funcionar em toda sua plenitude. É o que
parece estar acontecendo desde fevereiro último.

Todas as cabeças pensantes aceitam agora a possibilidade de uma grande
depressão da produção e do desemprego mundial estar se desenvolvendo. O
que nem todas aceitam é que esta depressão deve ser necessariamente
anunciada por uma queima concentrada em poucos dias de pelo menos a
metade do valor das ações negociadas na bolsa de Nova York.

O que importa nesta análise, portanto, é o desdobramento deste período
de crise em pleno desenvolvimento – em particular, neste boletim, das
“rendas financeiras”, juros ou dividendos que os atuais compradores de
ações e de outros ativos financeiros em Wall Street ainda podem esperar.

Portanto, há fortes razões para pensar que o índice de ações  S&P 500
pode traçar o desdobramento de curto prazo da crise do sistema global. O
que pode ocorrer nos próximos trimestres na economia de ponta do sistema
pode ser acompanhado pelas imprecisas e surpreendentes ondulações do S&P
500.

Observemos, então, os movimentos deste estratégico indicador da
catástrofe. No gráfico abaixo são registradas as atuais turbulências
respiratórias do S&P 500 da bolsa de Nova York.

Os movimentos ocorridos na bolsa de Nova York nos dois primeiros
trimestres do ano foram notáveis. Em primeiro lugar, o pico histórico
das ações. O ponto mais elevado do valor de mercado do capital de todos
os tempos ocorreu quando o S&P 500 registrou 3386 pontos em 19/02/2020
(quadrado preto no gráfico).

Em seguida, exatamente neste exuberante pico de superprodução do capital
inicia-se a contagem regressiva da tragédia, do relógio da atual crise
do capital industrial, que pode ser também a maior e mais catastrófica
dos últimos cem anos.

Uma crise para revolucionário nenhum botar defeito. Com o impacto desta
crise da produção industrial – produtora dos lucros reais que devem
sustentar os preços de mercado das empresas nas bolsas de valores – as
ações das 500 maiores empresas dos EUA sofreram abrupta deflação. Em
pouco mais de um mês deslizaram para 2234 pontos. Entre 19 de fevereiro
e 23 de março, o índice S&P 500 perdeu um terço de seu valor.

Surpreendentemente, entretanto, os preços das ações voltaram a reagir na
última semana de março. A valorizar. Tão aceleradamente quanto fora a
queda do mês anterior. Potente rally (disparada dos preços das ações)
recuperando grande parte das perdas.

Com apenas uma pausa, recuperou mais da metade de sua perda. O
catalisador desta retomada, como veremos melhor abaixo, foram espantosas
e seguidas intervenções monetárias do Federal Reserve Bank (Fed, banco
central dos EUA) no mercado primário de Wall Street comprando títulos de
dívidas privadas de grandes empresas. Os capitalistas entenderam o
recado e foram às compras.

Esta inesperada reação de Wall Street levou a comentarista _Pippa
Stevens, da CNBC,
<https://www.cnbc.com/2020/06/03/this-is-the-greatest-50-day-rally-in-the-history-of-the-sp-500.html>
_a nos informar alegremente, no último dia 4 de junho, que estava
ocorrendo “o maior/rally/ de 50 dias da história do S&P 500”. E
complementava: “Se a história é uma boa indicação, pode haver mais
ganhos pela frente”.

Quem sustenta este otimismo de que os ganhos financeiros são eternos
mesmo quando a produção real do valor e da moeda continua no fundo do
poço fica sujeito a grandes emoções. Uma semana depois do contagiante
anúncio do “maior rally de 50 dias da historia” por Pippa Stevens, o
mercado sofreu novo abalo sísmico.

Resumidamente, a história aconteceu da seguinte maneira. Na quarta-feira
(10) Jerome Powell, presidente do Fed, alertou inadvertidamente aos
nervosíssimos jogadores da bolsa e do mercado financeiro em geral que o
mercado de trabalho nos EUA pode levar anos para se recuperar
<https://www.wsj.com/articles/fed-debates-how-to-set-policy-for-the-post-pandemic-economy-11591781402>
nesta crise aberta em fevereiro último e que milhões de estadunidenses
talvez não consigam retornar aos seus antigos empregos ou indústrias.

Disse também que, junto com seus colegas do Fed, espera que a economia
encolha entre 4% e 10% este ano e sinalizou planos para manter as taxas
de juros próximas de zero por anos. Como alguém que entende de economia
política, Powel argumentava contra o otimismo criado pelos dados do
Departamento do Trabalho na semana anterior mostrando que foram
adicionados 2,5 milhões de empregos em maio
<https://www.wsj.com/articles/may-jobs-report-coronavirus-2020-11591310177>.

Um relatório tão surpreendente quanto controverso que, de todo modo,
havia provocado muito otimismo em Wall Street, puxado por Donald Trump,
sobre um breve retorno do crescimento econômico.

Agora, com Powel enfatizando em seu pronunciamento que _“estaremos nisso
por um longo prazo”
<https://www.wsj.com/articles/powell-says-despite-signs-of-stabilization-risks-of-long-term-economic-damage-are-significant-11592316029?tpl=centralbanking>_
os homens do mercado mudaram a frase otimista de “mais ganhos pela
frente” por outra bem mais realista de que “não vamos nos recuperar
rapidamente, e haverá dor pela frente”.

Na quinta-feira (11/6), dia seguinte ao pronunciamento de Powel, o chão
voltou a tremer na bolsa de valores. O S&P 500 perdeu em um único dia
188,04 pontos, ou 5,9%, caindo para 3002,10. Recuou em todos os 11
setores do índice.

A queda foi tão pesada que, em vários momentos do pregão do dia, o
índice quase provocou o /circuit breaker/ – aquele mecanismo que
interrompe automaticamente todas as negociações por um breve período
para o rebalanceamento das ordens de compra e venda dos papéis.

As ações de pequenas empresas também caíram. O índice Russell 2000 – que
inclui empresas de pequena capitalização e que tendem a ser mais
sensíveis às mudanças na economia doméstica – caiu 7,6%.

Apenas algumas ações conseguiram escapar da carnificina. O Cboe
Volatility Index, da volatilidade dos preços, também conhecido como
“medidor de medo” de Wall Street, subiu 48% para 40,79, marcando o maior
aumento em um dia em mais de dois anos. O VIX rastreia as expectativas
dos capitalistas quanto a oscilações no mercado de ações e tende a
aumentar à medida que as ações caem.

Na segunda-feira (15) os mercados amanheceram altamente vendedores, com
novas fortes quedas dos índices. O fantasma de um grande acidente voltou
a assombrar Wall Street. Mas. no meio da manhã, Powel reapareceu no sul
de Manhattan com suas poderosas bazucas, lançando foguetes contra o
mercado de urso, tocando para os estressados capitalistas a música que
eles mais gostam.

Um novo programa de socorro ao mercado com a capacidade de comprar até
US$ 750 bilhões em crédito corporativo. Uma nova e incrível transfusão
de sangue diretamente nas veias esclerosadas das empresas apodrecidas
por dívidas impagáveis. Um dilúvio de liquidez no sistema bancário para
os parasitas do capital fictício nadarem de braçada.

O anúncio era que o maior banco central do mundo estava expandindo sua
incursão no mercado secundário de crédito corporativo para agora comprar
títulos corporativos individuais, além dos fundos negociados em bolsa
que já vinha comprando.

O Fed tenta com estas megaoperações monetárias recentes estancar o ciclo
do crédito embutido na totalidade do ciclo periódico, quando partes
crescentes das empresas contraem novos empréstimos apenas para pagar
dívidas antigas.

É o que indica o gráfico abaixo, onde se observa que a dívida
corporativa das empresas não financeiras dos EUA está chegando a 50% do
PIB, um novo recorde. Mais de US$ 10 trilhões.

O gráfico registra apenas até no primeiro trimestre deste ano. Esta é
uma importante observação, pois mostra que esta explosão de
inadimplência das empresas não tem nada a ver com o /lockdown/ da
economia e outros bloqueios do CONVID 19. Este índice do gráfico
provavelmente subiu ainda mais no trimestre atual, mas o fato mais
importante é que o caldo já vinha sendo entornado desde o ano passado,
pelo menos.

Veja também como se elevou rapidamente na economia dos EUA a proporção
das empresas dos EUA cujos custos do serviço da dívida excedem os lucros.

São as chamadas “empresas zumbis”, como anotado no gráfico. São empresas
que perderam a capacidade de auferir uma mínima quota da massa de lucro
produzida na totalidade da economia. Foram destruídas pela baixa
produtividade e pela concorrência. Uma cascata de falências em grande
número destas empresas foi novamente evitada com o programa monetário
anunciado nesta segunda feira pelo Fed.

Mas não só as “empresas zumbis” que estão sem oxigênio. Na verdade,
esses sucessivos programas de transfusão de liquidez para a esfera do
capital fictício é para alavancar de forma emergencial, provisoriamente,
o fluxo de caixa da totalidade das empresas capitalistas. Compensar o
vazio de lucros reais que asfixia a totalidade da economia.

Esta é a regra do jogo: o Tesouro (via Fed) injeta liquidez na esfera
financeira improdutiva da economia para garantir no curto-prazo a
possibilidade das empresas da esfera produtiva de lucro (indústria) e do
comércio altamente endividadas rolarem suas dívidas junto aos seus credores.

Há que mantê-las de pé por certo tempo. Na suposição e rezando de
joelhos que as condições gerais de emprego e de valorização do capital
produtor de lucro voltem nos próximos trimestres. É justamente este o
problema central da dinâmica deste período de crise aberto em fevereiro
último. Se não ocorrer um processo claro de rápida reutilização da
capacidade instalada e de  retomada da acumulação real até a virada
deste para o próximo ano as forças da crise geral (depressão)
incendiarão Wall Street. E o tempo econômico desaparecerá.

Curiosamente, veja como o The Wall Street Journal e um atento economista
analisam com a linguagem cifrada do mercado, mas com avaliação muito
próxima à da Crítica da Economia, a natureza do novo programa do Fed
desta segunda-feira “A decisão de comprar um amplo portfólio de títulos
corporativos representa uma mudança para uma estratégia mais ativa para
a linha de crédito corporativo do mercado secundário, em vez da
abordagem passiva originalmente prevista”, disse Steven Friedman,
macroeconomista sênior da MacKay Shields. A medida ocorre menos de uma
semana depois de uma visão otimista do Comitê Federal de Mercado Aberto
(Fed) para a economia americana após a pandemia de coronavírus. A
mudança para uma estratégia mais agressiva de compra de títulos “também
pode refletir a visão do Comitê de que a recuperação econômica da crise
em andamento será extensa e desafiadora, com mercados de crédito
exigindo amplo suporte”, acrescentou Friedman.”

Jerome Powel realmente não compartilha das ilusões do mercado de que a
economia já está se recuperando. Que basta acabar a pandemia do CONVID19
que tudo volta como estava em fevereiro deste ano. Nesta terça-feira ele
_voltou a discorrer
<https://www.cnbc.com/2020/06/16/powell-warns-of-significant-uncertainty-about-the-recovery-and-says-small-businesses-are-at-risk.html>_
sobre este problema central da dinâmica da crise atual:

“O presidente do Federal Reserve, Jerome Powell, alertou na terça-feira
sobre a “incerteza significativa” em relação ao ritmo da recuperação
econômica dos EUA e disse que as pequenas empresas e os americanos de
menor renda e minoria estão particularmente em risco”. “Os níveis de
produção e emprego permanecem muito abaixo dos níveis pré-pandêmicos, e
permanece uma incerteza significativa sobre o momento e a força da
recuperação”.

É claro que ele sabe também, mais do que ninguém, que, no final das
contas, os custos destes assombrosos programas monetários que se
esterilizam nos cofres dos rentistas serão jogados na conta do Tesouro,
quer dizer nas contas públicas. Que a estratégia e as ações
complementares do Tesouro e do Fed para salvar as empresas falidas
também têm prazo de validade. Aliás, como tudo que diz respeito à
dinâmica de determinado ciclo econômico.

Veremos proximamente as consequências desta estratégia mais agressiva de
compra de títulos para a explosão do endividamento público recente do
governo dos EUA e, principalmente, a ameaça de derretimento do dólar,
desta moeda nacional que é, ao mesmo tempo a moeda padrão de reserva
internacional, a moeda universal.

De todo modo, depois da nova e providencial incursão de Powel, nesta
segunda-feira, o mercado de ações, dominado pelas camadas rentistas e
improdutivas da economia agradeceu mais uma vez e… subiu. O resto das
bolsas mundiais subiram na rabeira.

As “rendas financeiras” voltaram estrondosamente. Nesta terça feira (16)
o S&P 500 fechou nos 3124 pontos, com elevação de 1,90% no dia. Voltou a
farra do touro em Wall Street. Mas o ar continua pesado. O espectro de
1929 continua pairando sobre o templo sagrado do capital mundial. À
espera de um definitivo acidente.

In
CRÍTICA DA ECONOMIA
https://criticadaeconomia.com/2020/06/a-farra-do-boi-em-wall-street/
17/6/2020

sábado, 27 de junho de 2020

La democracia está en crisis y Karl Marx puede ayudarnos






 Bruno Leipold  



A menudo se concibe a Karl Marx como un pensador estrictamente económico. Pero
el reconocido socialista era un demócrata comprometido y sus escritos ofrecen
potenciales remedios para democratizar nuestro antidemocrático sistema político.

Existe una amplia aceptación por parte de la izquierda europea y estadounidense
de que nuestras instituciones democráticas están fallando. Desde la campaña de
Bernie Sanders a favor de una revolución política contra las estructuras de la
oligarquía estadounidense hasta la apuesta de Rebecca Long-Bailey por abolir la
Cámara de los Lores en el Reino Unido y dar así un “choque sísmico” al estado
británico, los socialistas democráticos más destacados son conscientes de que el
movimiento por un orden social más justo es inseparable del impulso por
democratizar nuestros sistemas políticos.

Los problemas son bien conocidos: la influencia de las empresas y las élites
sobre la toma de decisiones y la legislación, un poder ejecutivo descontrolado o
unos representantes ausentes e irresponsables. Nuestros sistemas políticos
alienan a los que están sujetos a sus decisiones y amenazan con bloquear
cualquier gobierno socialista que llegue al poder. Sin embargo, no está tan
claro qué cambios concretos podrían empezar a encarar estos problemas.

La obra política y constitucional de Karl Marx es una fructífera fuente de
ideas. Esto puede sorprender, ya que normalmente Marx es considerado un pensador
estrictamente económico con poco que decir acerca del diseño de las
constituciones e instituciones políticas.

Y es cierto que Marx nunca desarrolló plenamente una teoría constitucional
propia. Pero este reconocido socialista era un demócrata comprometido cuyos
escritos contienen una crítica matizada del constitucionalismo liberal y del
gobierno representativo, así como un esbozo de las instituciones populares que
deberían reemplazarlo.

Muchas de estas ideas –la necesidad de hacer rendir cuentas a los
representantes, la importancia de la supremacía legislativa sobre el ejecutivo y
la necesidad de una transformación popular más extensiva de los órganos del
estado, especialmente de la administración pública– estaban inspiradas por la
experiencia de Marx de la Comuna de París, la sublevación de la clase obrera que
controló brevemente la ciudad de marzo a mayo de 1871. También estaban cerca –y,
en parte, eran deudoras– de una vieja tradición radical de pensamiento político
que abarcaba a los Cartistas británicos, los demócratas franceses y los
antifederalistas estadounidenses (tradición que Karma Nabulsi, Stuart White y yo
exploramos en nuestro próximo libro: Radical Republicanism).

Sería un error entender las ideas de Marx como un plan de acción al que ceñirse
rígidamente. Sus escritos no proporcionan suficientes detalles para ello –no
sorprende en alguien que se oponía a escribir “recetas para las cocinas del
futuro”– y ningún pensador debería ser tratado como un repositorio fijo de
verdad. Pero mientras pensamos en cómo democratizar nuestras instituciones
políticas, los escritos de Marx son un recurso importante al que acudir.

Significativamente, esto nos ofrece una oportunidad para recordarnos a nosotros
mismos la centralidad de la democracia en el socialismo. La democracia no es
únicamente una precondición necesaria para construir el socialismo, sino que
nuestra motivación para democratizar el sistema político surge de la misma
fuente que nuestro deseo de democratizar la economía: la idea de que las
personas deberían tener el control sobre las estructuras y fuerzas que moldean
sus vidas.

“El sufragio universal servirá al pueblo”

Marx creía que el sufragio universal era un prerrequisito esencial para el
socialismo. En su momento más optimista pensaba que “su inevitable consecuencia…
es la supremacía política de la clase obrera”.

Sin embargo, le preocupaba que el gobierno representativo estuviera socavando el
potencial emancipatorio del voto al otorgar a los funcionarios electos una gran
discreción sobre el cómo votar y actuar de los órganos legislativos. Las
elecciones regulares dotan a los votantes de un importante poder sancionador
–pueden elegir echar a los vagos–, pero los representantes no están formalmente
atados a los deseos del electorado. Esto –creía Marx– creaba una clase de
funcionarios que no rendían cuentas con más probabilidades de representar sus
propios intereses de élite que los de sus constituyentes.

Marx respaldó varios mecanismos para reducir la brecha entre representantes y
representados. El más importante de ellos: la revocación. Esto daría a los
ciudadanos el poder de sancionar inmediatamente a los representantes en lugar de
esperar años para las siguientes elecciones. Marx bromeaba diciendo que los
mismos empleadores que confiaban en su “sufragio individual” para “poner al
hombre correcto en el lugar correcto y, si alguna vez cometía un error,
corregirlo rápidamente”, estaban horrorizados ante la idea de que el sufragio
universal pudiera implicar un poder similar para los votantes.

Marx apoyó también los “mandatos imperativos”, que posibilitan que los electores
den instrucciones jurídicamente vinculantes a los representantes, que permiten a
los ciudadanos participar directamente del proceso legislativo y que prohíben a
los funcionarios electos incumplir sus promesas de campaña. Por último, fue
crítico con los largos períodos parlamentarios y abogaba por elecciones mucho
más frecuentes. A propósito de la demanda de elecciones anuales de los
Cartistas, Marx señaló que era una de las “condiciones sin las cuales el
sufragio universal sería ilusorio para la clase obrera”.

Juntas –argumentaba Marx–, estas medidas transformarían el gobierno
representativo: “En vez de decidir una vez cada tres o seis años qué miembro de
la clase dirigente iba a tergiversar al pueblo en el Parlamento, el sufragio
universal… serviría al pueblo”.

En la política contemporánea la izquierda no siempre ha tenido tanto éxito como
la derecha a la hora de avivar la rabia contra los representantes ausentes o
irresponsables. Boris Johnson y sus amigotes de los medios canalizaron
eficazmente la indignación de los votantes de izquierda por el papel del
parlamento británico en las negociaciones del Brexit en una narrativa de “pueblo
contra parlamento”. En Italia, la derecha populista del Movimiento Cinco
Estrellas logró un significativo éxito inicial por medio de su ataque a los
políticos corruptos y de su promesa de implementar un mandato imperativo entre
sus representantes y miembros. Eso ha facilitado a los liberales el descartar
las críticas al gobierno representativo y las contramedidas como el mandato
imperativo por ser objetivamente populistas.

Pero sería un error que la izquierda cediera este terreno a la derecha. Puede
que las recomendaciones de Marx no sean exactamente la mezcla institucional que
acordemos, pero deberían formar parte de nuestro arsenal constitucional cuando
consideramos cómo hacer que los representantes rindan cuentas y cómo dar voz de
verdad a la ciudadanía en su democracia.

Un crítico del ejecutivo

A pesar de sus dudas acerca de la democracia representativa, Marx veía al
legislativo como algo central en la política democrática. Elogió la Comuna de
París por asignar puestos de tipo ministerial a miembros del propio consejo
comunal, en vez de crear un presidente y gabinete escindidos de la legislatura.

Para Marx, el exceso de poder ejecutivo era incluso más peligroso que los
representantes distantes. Fue especialmente crítico con la Constitución francesa
de 1848 –que consolidaba la Segunda República francesa– por establecer un
presidente elegido directamente que tenía el derecho a perdonar a los
criminales, a desestimar los consejos locales y municipales, a iniciar tratados
extranjeros y, lo que es más grave, a nombrar y despedir ministros sin consultar
a la Asamblea Nacional. Marx insistía en que esto generaba un presidente con
“todos los atributos del poder monárquico” y un legislativo que “pierde [perdía]
toda influencia real” sobre las operaciones del estado. La constitución
–denunciaba– se había limitado a reemplazar la “monarquía hereditaria” con una
“monarquía electiva”.

Uno de los motivos por los que Marx polemizaba contra los ejecutivos poderosos
era que le preocupaba que escaparan al control, supervisión y escrutinio
popular. Además, desconfiaba de la naturaleza personal del poder presidencial,
con líderes que se presentaban como la “encarnación… del espíritu nacional”,
“[poseyendo] una especie de derecho divino” otorgado a ellos “por la gracia del
pueblo”.

Al leer hoy estos comentarios es fácil pensar en el presidente Donald Trump. Y,
de hecho, hay algunos paralelismos intrigantes entre Trump y Louis Napoleón –el
presidente que finalmente derrocó la Segunda República–. Pero el problema más
estructural es la presidencia imperial de los Estados Unidos, que no está
vinculada a una supervisión significativa por parte del Congreso –y cuya
creación fue enérgicamente instigada por el Partido Demócrata–. Problemas
similares acosan a la constitución británica y fueron explotados por Tony Blair
durante la guerra de Irak y Boris Johnson durante las negociaciones de Brexit.
La constitución vigente de Francia, aprobada en 1958 bajo el mandato de Charles
de Gaulle, fue concebida específicamente para concentrar el poder en manos del
ejecutivo –un legado acogido con entusiasmo por parte del presidente Emmanuel
Macron–.

Los escritos de Marx nos recuerdan que no hay que confundir la crítica al
parlamentarismo –la idea de que los funcionarios electos son los principales
actores de los proyectos de reforma– con un ataque indiscriminado al
legislativo. Sin duda los parlamentos existentes dejan mucho que desear; y
existen cuestiones organizativas importantes y de largo recorrido sobre la
relación entre el movimiento socialista en general y la representación
socialista en el parlamento.

Pero la respuesta no puede ser confiar en el poder de los tribunales para
defender y avanzar en los objetivos progresistas o colocar a un socialista al
timón de un todopoderoso ejecutivo –o, en todo caso, jurar que se buscará la
representación legislativa por completo–. El legislativo es el más democrático
de los tres poderes estatales –los fundadores federalistas estadounidenses
querían limitar sus poderes por algo– y los socialistas democráticos deben
defenderlo de la intrusión de los poderes ejecutivo y judicial.

Transformando la burocracia

Las ideas de Marx sobre la representación y el legislativo implicarían reformas
serias y trascendentales para la mayoría de los gobiernos representativos
modernos. Pero son sus opiniones sobre la burocracia las que se apartan más
radicalmente de los sistemas políticos que conocemos.

Marx deseaba una transformación fundamental del estado que pusiera a los
trabajadores corrientes en el centro de la administración pública. Propuso abrir
la burocracia estatal a elecciones competitivas y someterla al mismo poder
sancionador de la revocación por el que abogaba para los representantes. A ojos
de Marx, esto haría que el estado dejara de ser un cuerpo separado y ajeno que
mandaba sobre el pueblo para pasar a encontrarse bajo el control de este.
Transformaría a “los altivos amos del pueblo en sus siempre removibles
sirvientes, una responsabilidad actuada por una responsabilidad real, ya que
actuarían continuamente bajo supervisión pública”.

Estos comentarios estaban en consonancia con la vieja desconfianza –e incluso
aversión– que Marx sentía hacia los burócratas –algo irónico dada la frecuente
asociación de la figura de Marx con el estatismo burocrático–. Los acusó de ser
una “casta entrenada”, un “ejército de parásitos del estado”, una clase de
“aduladores y sinecuristas ultraremunerados”. Y sostenía que los “trabajadores
llanos” eran capaces de llevar a cabo los asuntos del gobierno más “modesta,
concienzuda y eficientemente” que sus supuestos “superiores naturales”.

La visión de Marx es indudablemente atractiva. Demasiado a menudo la gente común
está sujeta a los caprichos de burócratas entrometidos; obligada a pasar por
interminables aros solo por asegurar sus medios de existencia. Pero en una
sociedad moderna y compleja su postura se enfrentaría a obstáculos formidables.
Entre ellos, la insuficiencia de conocimientos técnicos y la captura empresarial
de administradores inexpertos. Como mínimo, es difícil imaginar una burocracia
muy democratizada sin una esfera económica que la acompañe y que dé a la gente
muchísimo más tiempo para participar en la administración pública –y en la que
la gente quiera asumir dichas obligaciones–.

Los escritos de Marx no ofrecen ninguna guía real acerca de cómo funcionaría su
plan para democratizar la burocracia. Si acaso tenía un modelo en mente, este
parecía aproximarse a la antigua Atenas, donde los ciudadanos rotaban entre ser
gobernantes y gobernados a través del uso de loterías que asignaban posiciones
administrativas –una característica de la democracia ateniense que fue
escasamente entendida y en gran parte olvidada en el momento en el que Marx
escribía–.

En particular, este es el elemento de la antigua democracia que ha emergido
recientemente en la teoría y práctica democráticas como una vía potencial de
abordar algunos de los defectos del gobierno representativo. Se habla mucho, por
ejemplo, de las asambleas ciudadanas: grupos de personas seleccionados al azar a
los que se les encomienda la tarea de deliberar y hacer sugerencias sobre
políticas o reformas constitucionales específicas. Las asambleas ciudadanas se
han empleado, en Irlanda, para debatir enmiendas constitucionales y, en las
provincias canadienses de la Columbia Británica y Ontario, para el diseño de
propuestas de reforma electoral. Asimismo, una campaña en curso está presionando
para que formen parte de cualquier futura convención constitucional del Reino
Unido.

El teórico político estadounidense John McCormick ha presentado una interesante
propuesta para una forma moderna del tribuno de la plebe romano. El órgano
tendría 51 miembros elegidos por sorteo entre la población en general (salvo el
10% más rico) y podría proponer legislación, iniciar referendos y someter a
juicio político (impeachment) a los funcionarios públicos.

Este tipo de sistema de elección aleatoria podría ser una forma de realizar
algunas de las esperanzas de Marx de un sistema político en el que los
ciudadanos se encargaran directamente de las tareas de gobierno y administración
pública.

Marx el demócrata

Marx siempre creyó que el gobierno representativo suponía un enorme avance
respecto a los regímenes absolutistas que reemplazó. Pero también disputó su
ecuación con la “democracia”. En su lugar, argumentó que los cambios
institucionales descritos anteriormente generarían un sistema político con
“instituciones realmente democráticas”.

Para Marx estas estructuras eran vitales para el avance del socialismo en la
esfera económica: pensar que los socialistas podían hacerse cargo de las
instituciones estatales existentes y conducir el barco directo hacia el
socialismo era un grave error –que el mismo Marx admitió haber cometido en
ocasiones–. Los socialistas “no pueden simplemente apoderarse de la maquinaria
–ya engranada– del estado y empuñarla para sus propios fines”, escribió. Si el
poder político debía permanecer “en manos del propio pueblo”, era imperativo
para este “desplazar la maquinaria del Estado, la maquinaria gubernamental de
las clases dominantes, por una propia”.

Esta sigue siendo una de las aportaciones políticas y constitucionales más
importantes de Marx: la transformación económica radical debe ir de la mano de
una radical transformación política. Desconocer la segunda debilita la primera.

En un momento en el que el socialismo es a un tiempo resurgente y frágil, los
puntos de vista de Marx sobre la democracia popular merecen mayor atención. El
modo en que decidamos realizar sus ideas depende de nosotros.



Bruno Leipold

Es profesor de Teoría Política en la London School of Economics and Political
Science.
 
Fuente:

h
ttps://jacobinmag.com/2020/01/popular-democracy-karl-marx-socialism-political-institutionse

In
SINPERMISO
http://www.sinpermiso.info/textos/la-democracia-esta-en-crisis-y-karl-marx-puede-ayudarnos
16/2/2020