terça-feira, 3 de setembro de 2019

Un Nuevo Imperio u Otra Civilización para los 2020




 Wim Dierckxsens y Walter Formentp  

La Nueva Formación Social alrededor de la Nueva Ruta de Seda parece
estar desplazando al Occidente Anglosajón. Este hecho no solo ha
irritado a la administración Trump, sino que constituye también un serio
revés para el capital financiero globalista en su batalla por tener bajo
su control el terreno de las tecnologías estratégicas sobre Inteligencia
Artificial. No es de extrañar por lo tanto, observar que las sanciones
contra China en general y Huawei en particular son avaladas por ambos
partidos en el Congreso de EEUU.
Los objetivos detrás de ello, sin embargo, son muy distintos. Trump
podrá creer que EE.UU. saldrá beneficiado por la guerra comercial con
China y en el corto plazo podrá ser. Las fuerzas globalistas están
provocando la crisis bursátil y el colapso financiero en EE.UU. Lo
anuncian a través de sus grandes medios y la promueven, entre otras
cosas, a través de la política de la Reserva Federal (Fed). La Fed ha
pospuesto la baja de la tasa de interés solicitado con gran insistencia
por la administración Trump. Sin la baja de las tasas de interés una
gran recesión nos espera. Un revés para Trump en las elecciones pero una
oportunidad para los globalistas de imponer al mundo un nuevo sistema
monetario mundial. Los globalistas apoyan las manifestaciones en Hong
Kong y buscan una revolución de color en China para desestabilizar al
país y evitar que aparezca como alternativa económica.
Los globalistas han subestimado no solo a China sino sobre todo a Rusia.
Las importaciones en porcentaje del PIB del país por lejos son más bajas
que las de cualquier otro del G8. Rusia es el tercer país en rango con
una balanza comercial positiva. Hoy en día, la economía de Rusia es la
más autosuficiente y diversificada del mundo. Rusia hoy por hoy es una
gran potencia en el plano agrícola, industrial, militar y geopolítica
.Es el país que menos impacto recibe no solo de sancione económicas
impuestas por EEUU sino sobrevivirá con creces una gran depresión al
igual que lo hizo la la economía de la URSS en los años treinta del
siglo pasado. Con ello Rusia con China y Oriente en general se
vislumbrará en tiempos de una Gran depresión como una mejor alternativa
económica que la globalista.



*Un Nuevo Impero u Otra Civilización para los 2020
*
Wim Dierckxsens y Walter Formento

*La Guerra Comercial entre EE.UU. y China*
Según recientes cifras del segundo trimestre de 2019, Samsung de Corea
del Sur y Huawei de China son número uno y dos en el mercado mundial de
teléfonos inteligentes (smartphones) y que estas empresas avanzan sin
cesar en el mercado de Asia y Europa. La empresa china embarcó 58.7
millones de teléfonos inteligentes en ese cuatrimestre lo que
representaba un ascenso de 8.3% comparado con la cifra del año anterior.
Apple en cambio, solo embarcó 33.8 millones, un descenso de 18.2%
comparado con el año anterior. Huawei no solo sobrepasó a Apple, sino la
firma embarcó un 75% más de teléfonos inteligentes que Apple. En otras
palabras Huawei dejó bien atrás a Apple. Esta tendencia del reemplazo de
Apple por Huawei va continuar con la introducción de G5.

La Nueva Formación Social alrededor de la Nueva Ruta de Seda parece
estar desplazando al Occidente Anglosajón. Este hecho no solo ha
irritado a la administración Trump, sino que constituye también un serio
revés para el capital financiero globalista en su batalla por tener bajo
su control el terreno de las tecnologías estratégicas sobre Inteligencia
Artificial. Las fuerzas globalistas están provocando la crisis bursátil
y el colapso financiero en EE.UU. y con ello en el mundo entero. Lo
anuncian a través de sus grandes medios y la promueven, entre otras
cosas, a través de la política de la Reserva Federal (Fed). La Fed ha
pospuesto la baja de la tasa de interés solicitado con gran insistencia
por la administración Trump. Cuando finalmente la bajó en apenas cuarto
de porciento no garantizó nuevas rebajas en el futuro. No rebajar las
tasas de interés significa una gran recesión pronta en plena campaña
electoral de Trump que perdería las elecciones.

La crítica de Trump a la Fed se ha hecho más dura, pero las fuerzas
globalistas ahí presentes (incluyendo al Banco de Basilea (el Banco
Central de los Bancos Centrales) son muy grandes. La Fed ya no se
refiere al estado de salud de la economía norteamericana (con sus
tradicionales estadísticas sobre la inflación y el empleo) sino a la del
mundo en su totalidad. Lo hacen con la intención de imponer como
principal el impacto que está teniendo la guerra comercial de Trump con
China sobre la economía estadounidense. En un claro intento de que la
factura por una hipotética crisis y recesión en EEUU le llegue
directamente al presidente Trump, que en tal caso podría perder las
próximas elecciones de 2020.

Una recesión a escala mundial que anuncian los grandes medios con bombos
y platinos, daría ventaja a las fuerzas globalistas para su proyecto de
un Estado Global sin fronteras ni ciudadanos, es decir, por encima de
todas las naciones e incluso por encima de EE.UU. tema que hemos
abordado en nuestro libro de 2018. La pregunta es si las fuerzas
globalistas podrán imponer su voluntad a la Nueva Formación Social con
China y Rusia a la cabeza, En una crisis mundial más bien los países de
la Nueva Ruta de Seda podrían presentarse como alternativa económica. En
este contexto hay que comprender como los globalistas buscan
desestabilizar a China mediante una nueva revolución de colores en Hong
Kong, un lugar clave para desestabilizar a China.

*La Revolución de Colores en Hong Kong*
Desde que se concretó el establecimiento de la soberanía de la República
Popular China sobre ‎Hong Kong, ese territorio constituye –junto a
Macao– una de las dos Regiones Administrativas ‎Especiales existentes en
el gigante asiático. En virtud de los acuerdos de 1997, Pekín instaló en
‎Hong Kong la democracia al estilo occidental que nunca existió bajo la
dominación británica. Fue ‎bajo la soberanía china que la población de
Hong Kong eligió su parlamento por primera vez. ‎
La nueva ley de extradicción de los derechos humanos a como hacen la
lectura los grandes medios. A partir de la propuesta de ley surgen las
manifestaciones que desembocan en una nueva revolución de colores con
actores políticos y económicos externos. Reino Unido y Estados Unidos
han estimulado el endurecimiento de las ‎manifestaciones en Hong Kong.
De la reciente coyuntura política en Hong Kong se puede responsabilizar
primero que todo al Estado Profundo de Gran Bretaña. La City de Londres
y la oligarquía británica tienen raíces profundas de más de 150 años en
Hong Kong y lo tiene asimismo en la Inteligencia Estadounidense.

En las manifestaciones “populares” se ha visto al Movimiento por la
Independencia de ‎Hong Kong, la formación política más implicada. Agitan
bajo la antigua bandera colonial del territorio. Es el mismo fenómeno
observado en Libia –donde el Consejo Nacional de Transición ‎adoptó la
bandera del rey Idris– y en Siria –donde el llamado «Ejército Sirio
Libre» adoptó la ‎bandera del mandato colonial francés. ‎

*Mapa Hong y Shenzen*

Distancia de Shenzhen a Hong Kong en línea recta es de 17km

A medida que avanzan las protestas, los mercados se tambalean y Beijing
se preocupa por el hecho que la anunciada apuesta a largo plazo contra
la vinculación del Hong Kong Dólar (HKD) con el dólar estadounidense es
cada vez más plausible. En la medida que Hong Kong (el mayor financiero
de China continental) se torne más inestable, se volverá más pertinente
la imposición de la estabilidad social por el régimen del presidente Xi.
Beijing no suele ser cortoplacista en su proyecto. En este contexto,
Nikkei Asian Review informa que Beijing ha desarrollado un plan que
eliminara a Hong Kong del centro por completo.

El gobierno chino planea “transformar” a la ciudad de Shenzen, con 13
millones de habitantes, en centro tecnológico del sudeste que une el
continente con Hong Kong con 7 millones de habitantes. Shenzen sería ‘el
nuevo Hong Kong’. Muchas de las propuestas fueron descritas en un
documento publicado por el Consejo de Estado de China, el equivalente
del gabinete del poder ejecutivo del Partido Comunista. China busca
atraer a las multinacionales de todo el mundo hacia el centro
tecnológico de Shenzhen, una medida que esencialmente le quitaría a Hong
Kong su fuerte de ser: un imán para la inversión. Hong Kong y Macao
serán fusionados administrativamente con la ciudad de Shenzhen y
Guangzhou para formar la Gran Bahía. La Región servirá como un “área de
demostración” para el socialismo chino. Esto incluirá una
infraestructura de atención médica superior, junto con un sistema
educativo de clase mundial. Otro beneficio (que podría alinear a las
empresas extranjeras e estadounidenses en particular): el estado
respaldará el rápido desarrollo de 5G en Shenzen y la nueva región. Se
convertiría en un “modelo nacional de desarrollo de alta calidad” para
2035 y en una “cosmópolis superior” para todo el mundo a mediados del
siglo XXI.

Las propuestas se presentan al mismo tiempo que los militares chinos
entrenan en Shenzhen en medio de las protestas de ya meses en Hong Kong.
Lo anterior sugiere que Beijing aplica tanto la presión económica como
la amenaza de la fuerza armada en el territorio inquieto. Si Beijing
sigue en firme con el proyecto, esto podría crear grandes problemas para
Hong Kong y su autoridad monetaria. Los inversores ya están amenazando
con una mayor fuga de capitales. Vale precisar el declive económico de
HK en paralelo al ascenso del resto de China. HK ha pasado de
representar el 27% del Producto Interno Bruto de China en el momento de
anexión, en 1997, a un escaso 3% en la actualidad.
*
La Guerra de Monedas*
Para entrar también a la ´guerra de monedas´ Trump quiere bajar el
precio del dólar y le molesta que la Reserva federal de EEUU (Fed) no
contribuya en esta batalla con Europa, Japón y China. La Fed, a partir
de una fuerte presión del presidente Trump, bajó hacia finales de julio
de 2019 las tasas de interés en un cuarto por ciento, diciendo sin
embargo, que se tratara de un simple ajuste a mitad de año y no el
comienzo de otro período de expansión monetaria. Con esto la Fed admitió
abiertamente, que estamos en recesión, situación que las fuerzas
globalistas como el Banco de Basilea, la City de Londres y Nueva York,
así como los grandes medios y la revista The Economist en primera línea,
en el mes de agosto están buscándola y con miras a las elecciones en 2020.

Una encuesta de Morning Consult revela que el 28% de la población
responsabilizarían exclusivamente a Trump si una crisis económica
(provocada o no) se dé en plena campaña electoral en EEUU. Esta cifra
sería tan solo un 6% entre los Republicanos, porcentaje que ascendería,
sin embargo, a 50% entre los Demócratas. En el momento que los grandes
medios anuncian que una recesión es inminente, el 60% de los
entrevistados (en otro sondeo) considera que el impeachment del
presidente Trump es una mala idea. Es la opinión de la casi totalidad de
los Republicanos (92%). Los Demócratas (pro globalistas), en cambio,
verían tal impeachment en 72% de los casos con buenos ojos ya que solo
un 28% estaría en contra de esa idea. Lo anterior deja bien claro cuán
polarizada está la situación política en la población del país.

Una baja clara en las tasas de interés ayudaría a evitar una crisis
inmediata al posponerla al menos por un tiempo. Es obvio entonces que
Trump enfureció al considerar que la Fed no se inclina por la expansión
monetaria, es decir por imprimir dinero sin respaldo y a pura deuda con
tasas negativas de interés. Para Trump la Fed la bajó demasiado tarde y
demasiado poco. Con tasas de interés más bajas el dólar hubiese bajado
de precio. En vez de depreciar el dólar, la moneda más bien apreció ya
que para colmo en Europa y Japón continúan rebajando las tasas de
interés que ya estaban negativas y bien por debajo de las tasas en EEUU.
Para colmo también el Yuan de China devaluó frente al dólar. El
resultado fue un flujo de capital hacia Norteamérica buscando mayores
rendimientos, subiendo más bien la cotización del dólar frente a las
otras monedas ´menos fuertes´ Euro, Libra Esterlina y el Yen). La
Tesorería de EEUU podría comprar euros y yenes con sus dólares
fortaleciendo así esas monedas y bajar así el precio del dólar. Al estar
la UE y Japón en recesión es de esperar que tomarían represalias en el
sentido contrario.

Con un dólar más caro y una guerra comercial que va de mal en peor
observamos durante los primeros seis meses de 2019 que las exportaciones
de EE.UU. a China cayeron en 18% comparando con el mismo período en el
año 2018. Las importaciones desde China cayeron en un 12%. El comercio
se redujo entonces para ambos países pero el déficit comercial persiste.
EE.UU parece entonces ser perdedor en esta guerra comercial y los
consumidores norteamericanos son los principales perdedores. Una guerra
comercial en tiempos de pérdida de crecimiento económico es más motivo
para que estalle la crisis y el colapso financiero que para una
recuperación económica. Parece bastante difícil, entonces, que la
administración Trump logre posponerla hasta después de las elecciones.
En el transcurso de unas semanas Trump parece transformarse de ganador
en perdedor del espectáculo.

La crisis parece inevitable y los globalistas ven la oportunidad de
imponer en esa coyuntura un nuevo sistema monetario internacional por
encima de las naciones y sus ciudadanos e incluso por encima de EEUU. En
este contexto, el jefe del Banco de Inglaterra —Banco Central del Reino
Unido—, Mark Carney, manifestó el 23 de agosto de 2019 (según el canal
estadounidense CNBC), ante sus colegas de bancos centrales, que la
dependencia mundial del dólar estadounidense como moneda de reserva es
demasiado arriesgada y propone por ello una nueva moneda digital (como
la Libra) para reemplazar al dólar estadounidense. Esto significaría el
fin de la hegemonía norteamericana basada en el Sistema financiero
anclado en el dólar como moneda internacional de reserva

En una jugada económica que todo el mundo comprenderá excepto los
grandes medios, el presidente Donald Trump planteó el 23 de agosto de
2019 que considera reducir los impuestos para dar un impulso a la
economía. No solo piensa reducir el impuesto sobre las ganancias del
capital que, sin lugar a dudas volvería a dar un impulso a la bolsa de
valores a través de la recompra de sus acciones por las grandes
corporaciones, sino también piensa en bajar los impuestos de los
trabajadores que daría no solo un impulso al consumo sino sobre todo un
buen apoyo a su campaña electoral. Esta guerra no ha terminado y la
campaña electoral se acerca cada día más.

*Economía ficticia vs Economía real *
Una baja en la tasa de interés prácticamente no estimula la economía
real como ya hemos visto en anteriores trabajos nuestros. Desde la
crisis de 2007/08 se introdujo una política de bajar las tasas de
interés, hasta la fecha que Trump fue electo presidente de EEUU. La
medida ha servido a las grandes corporaciones que con ese crédito barato
han podido recomprar sus propias acciones. El resultado ha sido un
ascenso del precio de sus acciones en la bolsa de valores. Tratase de la
acumulación de ´capital ficticio´, es decir, dinero sin respaldo, que en
manos del capital privado parece ´real´, ya que puede comprar a cambio
riqueza real mientras en el mercado de valores no se pierde la confianza
de poder cambiarlas a dicho precio. A nivel del capital a nivel social
global, sin embargo, es capital ficticio ya que no tiene respaldo alguno
en el capital real (terrenos, edificios, equipos maquinaria, etc.) de
las corporaciones. El precio de mercado de los consorcios expresado a
través de las acciones en la bolsa de valores, en otras palabras, está
muy por encima del capital realmente invertido en dichas empresas. Ese
plusvalor sin respaldo es capital ficticio que en momentos de crisis se
esfuma al caer el valor nominal en la bolsa de valores que se reajustará
al precio de mercado del capital invertido en términos de edificios
maquinaria etc..

La recuperación económica a partir de la crisis de 2007/08 en el actual
decenio ha sido por tanto ficticia, una ilusión basada en la expansión
monetaria masiva basada en la impresión de dinero sin respaldo actual ni
futuro. El dinero creado de la nada no se invierte en la economía real
sino en la recompra de acciones. Las acciones suelen dispararse para
arriba, aunque la economía real no avanza. Esta desconexión entre la
economía real y el mercado bursátil nunca ha sido tan grande como en la
actualidad. Mientras el Standard&Poor en la bolsa de Nueva York finales
de julio de 2019 ha alcanzado records históricos, la economía real
muestra una situación de contracción o crisis. La economía de EEUU
aparenta crecer visto por la cotización en la bolsa de valores. Sin
embargo, en el segundo trimestre de 2019 observamos un crecimiento
negativo del 2.2% en la producción industrial de EEUU respecto al mismo
período en 2018 y esto a falta de inversión en la economía real. A mitad
de 2019 el producto industrial bruto de EEUU fue el peor registrado en
118 meses, o sea, en casi 20 años. La situación en Europa es peor aún
que la de EEUU.

Ante nuestros ojos está una depresión económica a escala mundial, por
más que los políticos afirman lo contrario. A falta de inversiones en la
economía real se observa una baja en la tasa de ganancia, baja que para
los grandes consorcios son ampliamente compensadas por ganancias
obtenidas en la bolsa de valores. El distanciamiento cada vez mayor
entre las burbujas de activos a costa de una contracción simultánea en
la economía real es una causa de recesión que tarde o temprano se
estallará. Según Bloomberg, Reuters (Globalistas) y también el Wall
Street Journal (Continetalista), los analistas estiman que hay un 40% de
posibilidades de que EE UU entre en recesión para 2019, mientras un 51%
la ve en 2020, en otras palabras, probablemente durante la campaña
electoral de EE.UU. Lo anterior significa que los análisis no están
exentos de un fuerte color político.
No es casual que a partir de agosto de 2019 los grandes medios anuncian
con bombos y platinos que estamos en EEUU ante una gran recesión. En los
EEUU las grandes corporaciones han vendido acciones por un monto medio
de 600 millones de dólares por día durante el mes de agosto como si
fuera a explotar la madre de todas las burbujas y como si pudiesen ver
llegar el desastre financiero en el horizonte. O más bien será que las
corporaciones globalistas venden sus propias acciones a fin de provocar
la gran crisis durante la campaña electoral en EEUU para evitar así la
reelección de Donald Trump como presidente y lograr un cambio radical en
el sistema monetario a nivel mundial (´Great Reset´). Nosotros nos
quedamos con la última interpretación.

*Una economía por endeudamiento sin fin*
El primero de agosto Zero Hedge levantó la bandera roja para el
endeudamiento sin fin y en particular para la economía estadounidense.
Señalaron que el límite absoluto de endeudamiento posible para EEUU
llegaría en el año 2024 cuando el país se encuentra en la situación que
la deuda nueva creada, se ocupará exclusivamente para el servicio a la
deuda, es decir, para el pago exclusivo de intereses a la deuda total.
De ahí también la presión actual sobre los bancos centrales para aplicar
tasas negativas de interés. Una baja de las tasas de interés en el
terreno negativo tiende a reducir la deuda en el tiempo y permitiría que
la bolsa de valores pudiera seguir su alza por algún tiempo más y la
Reserva Federal (Fed) está bloqueando dicha posibilidad para que Trump
no gane las elecciones de 2020.

Los mercados financieros (palabra utilizada para no decir que son las
fuerzas globalistas) emitieron el 15 de agosto una señal de alerta sobre
las perspectivas económicas para Reino Unido y Estados Unidos. Se trata
del indicador que en la jerga financiera se conoce como “curva de yield
invertida” o “curva de rendimientos invertida”. Esta señal de
advertencia proviene del mercado de bonos, donde gobiernos y empresas
piden dinero prestado a través de la venta de bonos. Un factor que
afecta el rendimiento que desean los inversores es el tiempo que deben
esperar para el pago final. Por lo general, una espera más larga
significa un mayor rendimiento como recompensa por “atar” su dinero por
más tiempo, ya que implica un mayor riesgo de que una inflación
inesperada erosione lo obtenido por sus intereses. Lo que es inusual es
que el rendimiento de los bonos del gobierno de Reino Unido (gilts, como
se les conoce) y de EE.UU. con dos años de vencimiento fue superior al
rendimiento de los bonos a 10 años. Según los economistas de la Reserva
Federal de EE.UU. (globalistas), los períodos con una tendencia de
rendimiento invertida son seguidos de manera confiable por
desaceleraciones económicas y casi siempre por una recesión. Conforme la
curva se invierta y la recesión se vislumbre tiende a ascender el precio
del oro. Lo interesante es que el precio del oro en el pasado reciente
fue suprimido por los grandes bancos globalistas para mantener el alza
en la bolsa de valores e evitar su colapso. Ahora que quieren la
recesión han dejado subir el precio de los metales preciosos.

Si la recesión no es un hecho antes de mediados de 2020 el impacto en la
población podrá ser insuficiente para que antes de las elecciones en
noviembre se logre para cambiar la tendencia de voto que actualmente
está a favor de Trump. Para posponer la recesión prácticamente
inevitable la Casa Blanca está preparando una rebaja en los impuestos
sobre los ingresos que probablemente será lanzada en el momento que la
crisis esté a punto de estallarse a fin de impactar positivamente en la
capacidad de compra y de pago de gran parte de la población en momentos
que han de definir su voto.

El endeudamiento a tasas relativamente bajas de interés permite un
aumento de ingresos y consumo a crédito (tarjetas de crédito, casas con
hipoteca, carros a pagos, préstamos para los estudios, etc. fenómeno que
creció notoriamente en EEUU y las naciones ricas en general. El crédito
significa un ingreso para los sujetos de crédito y promueve la
desigualdad de ingresos entre y dentro de países brecha que no ha dejado
de enchancharse. El mundo actual está caracterizado por desigualdades
sin precedentes históricos dentro y entre países. Entre 1980 y 2014 los
más ricos que lo tienen ya todo, el 0.001% de los estadounidenses,
vieron aumentar sus ingresos en un 600% en tanto que estos ingresos no
aumentaron para el 50% con menos ingresos del país, fueron muy magros
para el 40% de clase media y fueron incluso negativos para el quintil
más pobre (véase gráfico). Sin lugar a dudas esta situación es una bomba
de tiempo que podría explotar en una gran recesión.

En un Atlas, el Banco Mundial divide los países en grupos según su
Producto Interno Bruto (PIB). Los países con una renta per cápita
superior a los $4000 dólares (países ricos) representan en conjunto el
90% del Ingreso Global, del Ahorro Global y del Acceso Mundial al
Crédito. Esos países cada vez más ricos consumen además el 90% de la
Energía Global y son responsables por el 90% de la Exportaciones y del
Crédito recibido. Durante casi medio siglo la población con menos de 15
años de edad en dichas naciones ricas (con un nivel de consumo alto) ha
disminuido en 100 millones de personas, una baja relativa del 12%. En
estos países ricos, la capacidad de reemplazo de la población adulta por
nuevas generaciones jóvenes ya no está garantizada para sostener el
mercado de trabajo y esto aun incluyendo la inmigración neta. Sin una
capacidad de reemplazo de generaciones adultas por otras más jóvenes
tampoco está garantizada poder mantener la capacidad de consumo.

Este dato contrasta con el fuerte ascenso de la población de menos de 15
años, como fuerza de trabajo potencial, en naciones con un nivel de
consumo bajo. Su población joven aumentó con 570 millones de personas,
un aumento relativo de 190%, o sea casi una duplicación. Podría pensarse
que en la era de la globalización la solución se encuentra entonces en
el mayor consumo de los países pobres sin abandonar el neoliberalismo.
Muchos países pobres cuentan con un bono demográfico, es decir, su
estructura demográfica más que garantiza el reemplazo generacional en el
mercado laboral que, sin embargo, no tiene mayor capacidad de absorción.
La migración Sur- Norte sería la lógica respuesta que se ve frenada, sin
embargo, por la xenofobia y el nacionalismo fomentado por los grandes
medios globalistas como hemos visto en artículos nuestros. Para poder
revertir la baja a la tasa de ganancia, la migración de capital hacia
los países emergentes de mano de obra barata y abundante es una
tendencia marcada.

Ahora bien, en promedio cada persona joven en las naciones ricas tiene
un nivel de consumo per cápita 15 veces mayor que sus iguales en las
naciones pobres. En otras palabras, para poder compensar la pérdida de
consumo de las nuevas y disminuidas generaciones en los países ricos, se
ocuparían 15 personas jóvenes en las naciones más pobres y en realidad
la tasa de reemplazo de jóvenes ricos por sus iguales en los países
pobres solo es de 5.7 por uno. Antes de apuntar a estimular la migración
Sur Norte el capital busca por lo tanto, la mejor capacidad de reemplazo
migrando de Norte a Sur. En el Sur aparece su propio Norte (población
con mejores ingresos en ciertos países emergentes) y el Norte creó su
propio Sur al aumentar su propia capacidad de reemplazo de la fuerza de
trabajo. El resultado ha sido una alta capacidad de reemplazo en Norte y
Sur y una peor distribución de ingresos entre ricos y pobres dentro y
entre países.

Es un hecho que la población en países ricos se califica en promedio
como mejor sujeto de crédito y por tanto tiene mayor capacidad de gasto
que la población en los países pobres donde grandes mayorías ni suelen
calificarse siquiera como sujeto de crédito. Mediante la baja de las
tasas de interés la economía globalizada busca compensar el nivel de
consumo perdido por la falta de reemplazo demográfico en los países
ricos. El crédito es el instrumento de la economía de mercado para
aumentar la demanda de productos y servicios, sin dejar de mencionar que
los grandes consorcios se benefician mucho más de las bajas tasas de
interés que los mismos consumidores. En 2019, la deuda per cápita que
pesa sobre las generaciones futuras en las naciones ricas alcanzó así
los $334 mil dólares.

Si las tasas de interés continúen a la baja, la situación futura sería
aún más dramática y las generaciones jóvenes en los países ricos están
enfrentadas a una deuda virtualmente imposible de pagar (Hamilton, 27 de
agosto de 2019). Con tasas de interés prácticamente negativas, los
fondos de pensiones se encuentran en crisis. Al provocar una recesión la
incapacidad de pago de las deudas privadas atravesará entonces todas las
generaciones llevando a una crisis económica y social sino también
política con un sujeto colectivo partido y en potencial confrontación en
EEUU. No por nada que se habla de una guerra civil en gestión entre
globalistas (demócratas) y anti-globalistas (Republicanos) en ese país.

*¿Habrá otro imperio o estamos ante un cambio civilizatorio?*
La legitimidad de un Sistema que sirve cada vez más exclusivamente a su
propia élite y por medios que son cada vez más corruptos está tendida de
un solo hilo; una vez que termine la prosperidad termina también la
legitimidad del sistema. Mientras la ciudadanía aún cree en los cuentos
económicos de la ´prosperidad´ que generaría el sistema, mediante
mentiras divulgadas por la clase política y los medios es posible
sostener cierta credibilidad. Sin embargo, una vez que la brecha entre
la propaganda y la realidad económica y social se ensancha y que los
propios medios globalistas comienzan a propagar una gran recesión las
cosas podrán cambiar bruscamente con una depresión. Si la crisis se da
en forma simultánea en muchos países, el sistema monetario pierde su
credibilidad y legitimidad y las élites bancarias y políticas se corren
el riesgo real de una bancarrota política.

Las fuerzas financieras globalistas proyectan instaurar un sistema
monetario mundial manejado por ningún Estado-Nación sino un Estado
Global sin fronteras ni ciudadanos. Ese Estado en proyección con la
OTAN, como su brazo militar, ha mostrado de ser incapaz de subyugar
naciones medianas como Siria y Turquía, ni hablar que lo podrán con
China y Rusia.

Han subestimado no solo a China sino sobre todo a Rusia. Rusia es un
país que depende de los ingresos de petróleo y gas como lo divulgan los
medios. En 2013 la producción de petróleo y gas era solo de 12% del PIB
y en 2019 apenas un 10%. Las exportaciones de productos que no sean gas
ni petróleo crecieron en un 250%. Las importaciones en porcentaje del
PIB del país por lejos son más bajas que las de cualquier otro del G7.
Rusia es el tercer país en rango con una balanza comercial positiva. Hoy
en día, la economía de Rusia es la más autosuficiente y diversificada
del mundo. Rusia hoy por hoy es una gran potencia en el plano agrícola,
industrial, militar y geopolítica (Jon Hellevig 31 de agosto de 2019).

Rusia por lejos es el país menos endeudado del mundo tanto en lo público
como en lo privado. Es el país que menos impacto recibe de sanciones
impuestas por EEUU y sobrevivirá con creces una gran depresión al igual
que lo hizo la la economía de la URSS en los años treinta del siglo
pasado. Con ello Rusia con China y Oriente en general se vislumbrará
como mejor alternativa económica que la salida globalista. Serán
particularmente las economías de Occidente que recibirán el mayor
impacto de una gran recesión y el mayor cuestionamiento de la banca y la
clase política. Así como se dieron revueltas y luchas políticas en los
años treinta en Occidente reivindicando otro sistema político (el
socialista en su tiempo) así también podamos esperar luchas sociales y
políticas en Occidente reivindicando un mundo multipolar.

Occidente ha intentado aislar Rusia de Europa con su intervención en
Ucrania y Siria. Vimos en trabajos anteriores nuestros como la OTAN y
sus ejércitos de mercenarios (ISIS) sufrieron una derrota en Siria así
como la intervención sucia en Ucrania no logró subordinar el este del
país. Siempre ‎resulta, en prácticamente todas partes, que los
terroristas a menudo islamistas tienen relaciones con la OTAN. Según la
literatura interna de la Alianza Atlántica, ‎los servicios secretos de
la OTAN se hallan bajo las órdenes conjuntas del MI6 británico y de la
‎CIA estadounidense. ‎‎El caso más reciente tenemos hoy con la
revolución de color en Hong Kong.

Hoy en día se acepta generalmente que no solo se usa el terrorismo de
falsa bandera, patrocinado por el Estado, sino que es la estrategia más
utilizada por la OTAN. Denunciar que estos actos de terrorismo son de
falsa bandera generalmente se considera como teoría de conspiración por
los grandes medios. No es el momento de documentarlo pero resaltemos un
caso en torno a Ucrania con un enfoque geopolítico. El 25 de mayo de
2018 los medios globalistas BBC y Reuters anunciaron que Rusia era
“responsable” por el derribo en Ucrania del avión MH17 de Malasia cuando
volaba el 17 de julio de 2014 desde Ámsterdam con 298 personas a bordo.
Todos los pasajeros y la tripulación entera fallecieron.

A partir de una nueva investigación basada, entre otras cosas, en la
información de las cajas negras del avión derribado en poder del
gobierno de Malasia, quedó claro que el derribo del MH 17 es una
operación de falsa bandera planificada por las agencias de inteligencia
occidentales para bloquear la ayuda rusa a las áreas de Ucrania que han
continuado resistiendo después de lo que ahora podemos llamar una
“ocupación militar” por la OTAN. El ataque de falsa bandera tenía la
intención de justificar la ´ayuda´ militar de la OTAN a la “región
separatista” y evitar que la Unión Europea y sobre todo Alemania miraran
más hacia el Este que hacia el Oeste. Los grandes medios no han dado
mayor atención a la nueva investigación por razones obvias.

Ukrania ha estado en la raíz de la deterioración de las relaciones entre
EE.UU. y Rusia. En Agosto de 2019 Trump anunció que Rusia será invitada
a la próxima reunión del G7 en EEUU. En setiembre tiene lugar una
reunión de Trump con el más o menos recién electo presidente de Ucrania.
Trump ya lo anunció y notificó al Congreso que considera cortar 250
millones de dólares en asistencia militar a Ucrania. Además anunció que
reducirá la ´cooperación técnica´ en 4 mil millones de dólares en diez
áreas geográficas diferentes. Trump proyecta por un lado reducir el
gasto de defensa en el exterior que pesa mucho en su presupuesto y por
el otro bajar los impuestos ante la amenaza de una recesión anunciada
por las fuerzas globalistas. El presidente argumenta querer estar seguro
que en la asistencia militar al extranjero se priorizan los intereses de
EE.UU y que los países beneficiados paguen una contraparte justa, un
golpe duro a la OTAN y su presencia en Europa. Es un ataque frontal a
las fuerzas globalistas.

En otro plano Trump está en guerra abierta con la Reserva Federal
(históricamente el bastión de las fuerzas globalistas y aún bajo su
influencia). Vimos que la Fed no ha estado muy anuente para bajar las
tasas de interés a como el presidente pidió enérgicamente. La Fed
prácticamente no ha bajado las tasas de interés en 2019 para estimular
la ampliación de la masa de dinero mediante el crédito barato (tasas de
interés bajas). Lo que sin embargo sí hizo la Fed en las dos últimas
semanas de agosto es comprar bonos de la Tesorería por un monto total de
14 mil millones de dólares ampliando de esta forma la masa de dinero en
el mercado. Desde octubre de 2014 la Fed no había recurrido a esta
modalidad de expansión monetaria e inmediatamente reaccionaron las
acciones en la bolsa de valores en Nueva York que (Standard&Poor 500)
subió la última semana 2.79% al tiempo que perdió aún un 2.88% en el mes
de agosto. La ganancia neta en lo que va del año 2019 ha sido de 16.75%.

El martes 27 de Agosto de 2019 el presidente Trump propuso que Putin
participe en el próximo G7 en EEUU, sino el presidente Macron afirmo en
Biarritz que estamos viviendo el fin de la hegemonía Occidental
apuntando a que las fuerzas hacia un mundo multipolar están triunfando
sobre las globalistas. En Biarritz, el proyecto globalista del Nuevo
Orden Mundial fue declarado muerto en el G7. Choca y chocará contra un
muro de resistencia de China y Rusia. De acuerdo a Christopher Dembik
(30 de agosto de 2019), después de una nueva recesión técnica en el
segundo y tal vez tercer cuatrimestre de 2019, Estados Unidos al reabrir
la Fed la expansión monetaria empujarán junto con unos estímulos
fiscales a la bolsa de valores y la economía a cifras positivas durante
el primer y segundo cuatrimestre de 2020 (es decir hasta agosto), tiempo
suficiente para que Trump podrá salir aventajado en las próximas
elecciones. Este hecho significaría el entierro del proyecto globalista
y la apertura hasta en EEUU para el proyecto multipolar liderado por
China y Rusia.

El periódico oficial de China en los mismos días que Trump ha
intervenido constantemente en la operación de la Reserva Federal,
buscando obstruir así el Nuevo Orden del mercado financiero global. El
patrón oro es un esfuerzo del mundo multipolar y su sistema financiero
para equilibrar el ‘futuro Trumpiano’, afirma el periódico oficial de
China. Tal intervención apunta a la necesidad de construir un nuevo
orden financiero, que no sea la globalista, sino la base fundamental
para el resurgimiento del patrón oro en el mercado financiero mundial.
Esto significará que Estados Unidos puede tomar su propio camino y los
estadounidenses tendrán el derecho de cuidarse a sí mismos, de manera
que otros países también tendrán el derecho a tomar sus propias
decisiones. Este será un proceso de reequilibrio en el mercado
financiero mundial afirma el periódico y para lograrlo el mundo no puede
permitirse entrar en recesión ahora.

Si aceptamos que la Guerra es la continuación de la Política por otros
medios, podemos afirmar que Occidente ha perdido la guerra no solo en
términos económicos sino también en el plano militar. Ya ni podrán
acabar con media humanidad, antes de haberse destruida. Estamos más bien
ante la muerte lenta pero segura de la Civilización Occidental en plena
decadencia.

No nos encontramos ante el surgimiento de un nuevo imperio (Chino) como
casi todo el mundo suele pensar cuando Occidente cae. La nueva formación
social en torno a la Nueva Ruta de Seda con China y Rusia a la cabeza
bien sabe que no podrá haber ningún otro imperio a partir de un nuevo
Estado-Nación. Se acabó el imperio de las fuerzas financieras
norteamericanas (continentalistas) con su complejo industrial y militar
y el imperialismo yanqui. Ni habrá un Nuevo Orden Mundial de las fuerzas
globalistas como argumentamos. Se abrirá más bien un espacio donde las
naciones han de aprender a vivir juntas sin relaciones de dominación, o
sea, un mundo regido por otra racionalidad económica.

*
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In
LA PÁGINA DE WIM DIERCKXSENS
http://mariwim.info/?p=109
Sep. 2019

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