domingo, 19 de fevereiro de 2023

El neoimperialismo: Del libro de Lenin a la espiral de Tatlin

 

 

NOEL NÁPOLES GONZÁLEZ, FILÓSOFO Y ENSAYISTA CUBANO

*/El neoimperialismo es la época del capital global, el cual utiliza los
monopolios de la información para exportar su ideología y repartirse el
mundo culturalmente. La información, ideología y cultura hoy forman
parte de la estructura económica de un sistema regido por el capital.
Ello indica que en la sociedad contemporánea, como nunca antes, la idea
es pode/r…*

/*Caballos de Troya del opresor*/

/*en la intimidad de nuestros cerebros*/

/*Ignacio Ramonet*/

La humanidad actual se enfrenta a un imperialismo de nuevo tipo que
desborda los límites de la teoría leninista, pues su estructura
económica ha mutado, y sobre ella se ha levantado una superestructura
peculiar. En «El imperialismo, fase superior del capitalismo» (1916),
Lenin definió sus cinco rasgos económicos, a saber: los monopolios, el
capital financiero, la exportación de capitales, el reparto económico
del mundo por las asociaciones capitalistas, y el reparto territorial
del mundo por los Estados imperialistas. Sin embargo, hay razones para
creer que, desde mediados del siglo XX, toda esta estructura sufrió
transformaciones fundamentales en su genética, las cuales precisan de
estudio si queremos entender totalmente a qué nos enfrentamos.

*1. El capital global*

El vertiginoso desarrollo de los medios de comunicación durante la
primera mitad del siglo XX contribuyó a acelerar la circulación
económica. Si la utilización del vapor y la electricidad durante el
capitalismo y el imperialismo, respectivamente, contribuyó a acortar la
fase productiva de la rotación del capital, el auge de los medios de
comunicación ayudó a reducir la fase circulatoria. Desde entonces el
capital se produjo y circuló más rápidamente. Los comerciales radiales y
televisivos desbordaron las fronteras nacionales e invadieron la
intimidad de los hogares. La propaganda comercial se agilizó y
contribuyó a la realización más ágil de las  mercancías, lo que propició
la reducción del tiempo de circulación y, por tanto, la rotación más
dinámica del capital.

Todo lo anterior potenció el rol del capital comercial en la economía, y
poco a poco la función fue creando al órgano. En la esfera de los
servicios y en la actividad comercial se vislumbraban jugosas ganancias,
por lo que el poderoso capital financiero migró hacia ella. Los
fabricantes y banqueros se volcaron hacia el comercio. El capital
financiero —que según Lenin es la fusión del capital bancario y el
industrial— empezó a establecer lazos cada vez más estrechos con el
capital comercial, hasta formar un haz.

De la unión de las tres formas del capital surgió lo que se denomina
capital global, entendido como la primera mutación sufrida por la
estructura clásica del imperialismo, apreciable claramente en las
megafusiones de empresas capitalistas. Si el imperialismo es la época
del capital financiero, el neoimperialismo es la época del capital
global. Por primera vez en la historia de la humanidad, una oligarquía
global acaricia la posibilidad real de gobernar el planeta y de imponer
a toda la población mundial sus designios.

*2. Los monopolios de la información*

Sobre la base del capital global y su oligarquía, que tienen en sus
manos los medios de comunicación social, surgieron monopolios de nuevo
tipo. Los monopolios tradicionales (trust, consorcios, carteles) se
caracterizan por controlar la oferta e imponer sus precios de monopolio
a las mercancías que producen y venden. Sin embargo, con el capital
global se crean las condiciones para que, mediante la manipulación
mediática de la opinión pública, el control monopolista se extienda
también a la demanda.[1]

Ya no se trata solo de controlar la oferta, sino de crear
artificialmente la demanda. No se vende lo que se produce, se produce lo
que se vende. Esta es quizás la forma en que se manifiesta el
protagonismo del capital comercial en el seno del capital global.
Sobreviene así una segunda mutación en la estructura del imperialismo:
el surgimiento de los monopolios de la información.

Esos monopolios de oferta y demanda son transnacionales que controlan
las grandes cadenas de radio y televisión, los periódicos y revistas,
así como el cine, las modas, las campañas presidenciales y los estados
de opinión. Para ellos, la información no es mercancía, sino capital.

*3. La exportación de ideas*

Si el capitalismo de libre competencia se caracteriza por exportar
mercancías, y el monopolista se distingue por exportar capitales, el
rasgo esencial del nuevo imperialismo es la exportación de ideas. La
producción capitalista se realiza de espaldas al mercado, dado el
aislamiento de ciertos productores privados respecto a otros.

Para superar esta limitación sistémica que conduce a las crisis
periódicas de superproducción, lo lógico sería estudiar la demanda y las
necesidades populares, y a partir de ello satisfacer el consumo de las
personas. Pero la lógica del capital no parte del hombre para mejorar al
hombre a través del dinero, sino del dinero para incrementar el dinero a
través del hombre.

El capital no estudia la demanda real para satisfacerla, sino que la
crea artificialmente para manipularla a su antojo y conveniencia.
Fabricar la demanda significa que el consumidor ha de ser manufacturado
antes que la mercancía. Un mundo virtual y fantástico es creado por la
propaganda comercial en aras de activar un patrón de consumo y un nivel
de demanda artificiales. Tal es la alternativa que encuentra el capital
para afrontar las necesidades impostergables del desarrollo humano, sin
salirse de los límites del capitalismo. La exportación de ideas, por
tanto, cumple la función económica de prefijar qué se come, qué se bebe,
qué música se escucha, qué estética o qué ideales políticos priman en la
sociedad, etc. Todo lo vendible es sometido al marketing: primero, se
construye la demanda; luego, se hace la oferta.

*4. El reparto cultural del mundo*

Apoyados en las tecnologías de la información, amparados por el poderío
del capital global, y enfilados hacia la exportación de modelos
ideológicos, los monopolios de la información se dan a la tarea de
repartirse el mundo culturalmente.

El planeta está dividido en zonas de influencia cultural. El reparto del
mundo adquiere una nueva dimensión menos material y tangible, pero más
profunda y amplia. Con ello el imperialismo, sin dejar de ser agresivo,
se torna más sutil. Mientras los ejércitos de las potencias
neoimperialistas invaden los territorios del tercer mundo, y las grandes
empresas monopolistas penetran sus mercados, las transnacionales de la
información compiten por el control de las cabezas.

El principio neoimperialista es elemental: quien controla las mentes
controla los territorios y los mercados. Esto no significa en modo
alguno que se acaben las guerras imperialistas ni el saqueo económico de
los países subdesarrollados; esto quiere decir que en las condiciones
del neoimperialismo es posible, además, que el reparto económico y
territorial del mundo se produzca a través del reparto cultural. De
manera que el neoimperialismo contiene al imperialismo clásico, pero lo
supera en complejidad.

En resumen, puede decirse que desde el punto de vista de su estructura,
el neoimperialismo es la época del capital global, el cual utiliza los
monopolios de la información para exportar su ideología y repartirse el
mundo culturalmente. Información, ideología y cultura son términos
usualmente ligados a la superestructura, que hoy forman parte de la
estructura económica de un sistema regido por el capital. Ello indica
que en la sociedad contemporánea, como nunca antes, la idea es poder.

 Nota:

[1] “El marketing nació en Estados Unidos a raíz de la crisis de 1929,
cuando los fabricantes, que hasta entones producían sin preocuparse de
la demanda, tomaron de pronto conciencia de que solo se podían lanzar al
mercado productos susceptibles de adquisición”. (Véase Ignacio Ramonet:
Propagandas silenciosas).

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Em
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2023/02/18/el-neoimperialismo-del-libro-de-lenin-a-la-espiral-de-tatlin/
18/2/2023

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