terça-feira, 2 de dezembro de 2014

Barcelona, presentación de la Cooperativa de Vivienda Can Batlló






Iván Miró

La Burxa



Traducido del catalán para Rebelión por Carlos Riba García



Una breve introducción del traductor
El pasado sábado 29 de noviembre, Rebelión publicó una nota llamada “Las 10
iniciativas de la economía social que debes conocer”. En la segunda iniciativa
hay un enlace que por su interés me pareció necesario traducir en beneficio de
nuestros lectores en el mundo que no pueden leer textos en catalán.

En estos tiempos en que la gente está harta de ver que muchos gobiernos se han
rendido incondicionalmente al poder económico más concentrado, hay muchas
personas que deciden ponerse trabajar en la construcción de sus propias
alternativas; esas alternativas pasan por el cooperativismo y la economía
social. En cualquier momento volveremos a visitar el barrio barcelonés de Sants.

* * *

La tarea cooperativa

Cuando en 2009 se inició el proyecto Barrio Cooperativo, con el impulso de la
Federación de Cooperativas de Trabajo de Cataluña (FCTC) y La Ciudad Invisible,
el cooperativismo en Sants era una realidad fragmentada, sin proyección social y
una importante desmemoria respecto de los antecedentes históricos que habían
hecho de nuestro barrio uno de los bastiones del cooperativismo obrero catalán.
Entre las cooperativas existentes había muy pocas que promoviesen la identidad y
los valores cooperativos; la cooperación entre ellas no existía y, en el ámbito
barrial, el modelo cooperativista era apenas conocido. De entre las cooperativas
de entonces con más inquietudes, podemos destacar Ambulàncies Catalunya, Net
Neteja [del ramo de la limpieza], Cusó Tapissers, la cooperativa de enseñanza
Institució Montserrat y la de consumo Germinal. Sin embargo, la situación actual
no es la misma. ¿Qué ha cambiado?

La crisis económica –mejor dicho, el ajuste estructural capitalista en curso– ha
modificado muchas certezas que teníamos interiorizadas. En lo social, se ha
producido un cuestionamiento de la economía dominante que ha implicado una
reflexión personal sobre la relación que cada uno de nosotros tiene con el
trabajo, el consumo y el ahorro. En estos años de abusos capitalistas, de
banqueros que roban y desahucian, de Expedientes de Regulación de Empresa y
desempleados, de recortes sociales y pobreza creciente, nos hemos preguntado con
insistencia –sea en las plazas y calles [con los compañeros], sea en soledad– si
“otra economía es posible”. Es entonces cuando las alternativas económicas
propuestas desde el cooperativismo, modestas pero reales, han llamado la
atención de cada vez más sectores de la población.

La apuesta por un barrio cooperativo ha contribuido al arraigo de este cambio de
imaginario. La celebración del Día del Cooperativismo, las charlas, los
artículos, las jornadas y los talleres, así como las exposiciones,
investigaciones y rutas de la memoria cooperativa del barrio, han servido para
recuperar y actualizar el espíritu cooperativista de Sants. Un proceso que no se
habría producido sin la creación de “cooperativas activistas” por parte de
personas implicadas en los movimientos sociales del barrio de Sants (como La
Ciudad Invisible o las hoy desaparecidas Malea y PimPamFilms) y sin las
resonancias que tiene la circunstancia de que en la calle de Premià número 15
esté una sede importante del cooperativismo catalán. Ya que a la antigua
cooperativa L’Empar de l’Obrer, después llamada Popular Santsenca, desde que
aquí se instaló la FCTC (en 2005), se han ido agregando muchas organizaciones
del sector y las cooperativas Coop57, L’Olivera, Grup Clade y Sàpiens.

Este nuevo contexto ha facilitado que en los últimos años se hayan creado o
instalado nuevas cooperativas de trabajo en el barrio y que la lista de empresas
autogestionadas por sus trabajadores haya ido creciendo. Desde el sector del
ocio, como Koitton Club o Kopdemà Bar; al mundo de la informática y las
comunicaciones, como Bonobo, Proyecte Ictineu o la revista Alternativas
económicas; pasando por los servicios vinculados con un nuevo modelo ecológico y
sostenible, como Coop de bici o el Economato Social. Muchas de estas
cooperativas están vinculadas a la Red de Economía Solidaria y luchan
diariamente para mantener los puestos de trabajo y al mismo tiempo difundir los
valores cooperativos que consolidan sus proyectos; además están abiertas a
colaboraciones pensadas como un medio para resolver las necesidades económicas
de sus protagonistas y también apuestan por una transformación social más
general.

Más allá de la extensión de la cooperativa como fórmula en sí, la sensación es
que en Sants se ha producido una socialización de la cultura de la cooperación.
A los grupos de consumo agroecológico (Faves Comptades, Panxa Contenta), a los
mercados de la Red de Intercambio de Sants y a las acostumbradas iniciativas del
tejido social del barrio de Sants, se ha de agregar –desde junio de 2011– el
equipamiento autogestionado de Can Batlló ( http://www.laborda.coop/ ),
auténtico vivero de experimentación social que se puede convertir en un
epicentro de la economía social y solidaria con vinculación territorial. Aún
queda mucho camino por recorrer y los desafíos son importantes. Pero la tarea
cooperativa está sembrada y parece que ya está germinado.

Esta nota de Iván Miró se publicó por primera vez en La Burxa Nº 177, en
diciembre de 2013

Fuente: http://sants.coop/

IN:
Rebelión
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=192697
2/12/2014

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