terça-feira, 21 de janeiro de 2020

Capitalismo y robo: la expropiación de la tierra, el trabajo y la vida.



 




por John Bellamy Foster, Brett Clark y Hannah Holleman***

«/La expropiación de la gente y del suelo constituye la base del modo de
producción capitalista/«. Karl Marx 1

Como lo demuestra su crítica de la economía política capitalista el
poder de la abstracción para Karl Marx era absolutamente crucial para el
análisis teórico de los sistemas históricos. 2 Pero aunque la
abstracción es indispensable para comprender el carácter interno del
capital, también es obligatorio el análisis del materialismo histórico,
porque el capitalismo nunca puede reducirse simplemente a su lógica
interna. 3 Más bien, es producto de un sinnúmero de condiciones
históricas que forman los límites empíricos dentro de los cuales opera
el sistema y son parte integral de su funcionamiento.

Por lo tanto, el capitalismo histórico debe entenderse como un sistema
mundial colonial / imperialista en el que el ejercicio violento del
poder es una realidad siempre presente. Para descubrir las condiciones
materiales que rigen el capitalismo concreto, incluida su relación con
la tierra, el trabajo no asalariado y la vida material, es necesario ir
más allá de la realidad interna de la explotación y abordar la
expropiación, o el proceso de apropiación sin equivalente (o sin
reciprocidad) a través del cual el capital ha determinando sus parámetros.

El concepto de expropiación comúnmente se ve en la izquierda como un
mero sinónimo de la idea de “la acumulación primaria”, una categoría
derivada de la economía política liberal clásica, que Marx sometió a una
crítica despiadada. 4

De hecho, incluso en aquellos casos en los que se refirió a la llamada
«acumulación primitiva» (tomó la idea de Adam Smith), Marx
inmediatamente transformó el concepto en una cuestión completamente
diferente. El filosofo alemán utilizó un concepto nuevo; “/la
expropiación”/,  que para el constituye una condición previa esencial
para el surgimiento del capitalismo, así como su continuidad en la
presente historia. 5

Para Marx, /la expropiación/ en la que se cimento el capitalismo no
tiene nada que ver con la «supuesta acumulación previa”, o el cuento
infantil propuesto por la economía política clásica, de que el sistema
capitalista tuvo su origen en la austeridad y fue consecuencia del
ahorro. 6

De hecho, Marx, como escribe el economista marxista Michael Perelman,
«descartó rotundamente la mítica acumulación previa de Smith, para
llamar la atención sobre la experiencia histórica real, caracterizada
por la expropiación desenfrenada del sistema”. 7

Las condiciones que permitieron el desarrollo del capitalismo, explicó
Marx, se encuentran en un brutal sistema de robo, de usurpación de la
tierra, de despojo del campesinado y de saqueo del mundo colonizado,
dando lugar a la proletarización, el genocidio y la esclavitud.

Todo esto implicó la transferencia de la propiedad y la riqueza
existente y la expropiación generalizada de pueblos e individuos que
fueron sometidos a las peores formas de opresión, expropiándoles la
tierra y la propiedad de los medios de reproducción, y transformándolos
en proletarios que no tenían otra forma de vivir, excepto vendiendo su
fuerza de trabajo.

Este sistema se extendió a la expropiación del suelo por parte del
capitalismo. Esta expropiación violenta que caracteriza toda la era
mercantilista no fue simplemente una etapa anterior del capitalismo
(como afirmaron pensadores como Max Weber y Joseph Schumpeter en el
siglo XX) sino que es parte integral del capitalismo y del colonialismo,
determinando las características básicas del sistema que vivimos en la
época actual. 8

Así, la «expropiación de las personas y del suelo», el despojo de las
poblaciones indígenas, el saqueo de las Américas, de África y de Asia
por la conquista colonial prepararon el escenario para el surgimiento
del capitalismo industrial y el nuevo sistema de acumulación. 9

Marx no se canso en recalcar que no fue la austeridad la que condujo a
“la génesis del capitalismo industrial.”10 sino  “ /la expropiación/ fue
el punto de partida del modo de producción capitalista.” 11 Esta
implacable expropiación no terminó con la era mercantilista. Al
contrario, las sangrientas usurpaciones de la tierra, del trabajo y de
la vida a escala mundial hasta nuestros días.

Aunque , en cierta medida, los conceptos claves de explotación y
expropiación de Marx se superponen, son analíticamente distintos y
establecen entre ambos una relación dialéctica.

/La explotación/ está relacionada con la apropiación de la plusvalía a
través de un proceso de intercambio en el que el capitalista se apropia
de la plusvalía de los productores directos y /la expropiación/ se
refiere a aquellas realidades históricas en las que no funcionaba un
quid pro quo (ni siquiera formalmente) y donde los capitalista realizan
robos directos o «se benefician tras la expropiación».12

En el capitalismo tardío y en el imperialismo tardío, un velo oculta el
robo, con mecanismos cada vez más complejos de intercambio desigual.
Este sistema de robo, implementado por las corporaciones multinacionales
monopólicas, abarca casi toda las entornos de la producción y de la vida.

Tiene razón el profesor Michael D. Yates cuando argumenta: «no puede
haber una separación [real histórica] entre explotación y expropiación.
Mientras que el primer concepto nos permite comprender las
especificidades de la apropiación del trabajo no remunerado de los
trabajadores en el proceso de producción, el segundo pone de manifiesto
el «racismo, el patriarcado, la catástrofe ambiental y el imperialismo”. 13

Por lo tanto, el concepto de expropiación de Marx, visto en su compleja
relación dialéctica e histórica con la explotación, es la clave para
comprender las múltiples opresiones que le dan forma al capitalismo como
un sistema histórico y sus relaciones con el entorno material.

El concepto de expropiación en el análisis de Marx tuvo su “locus
classicus” en su análisis del tratamiento de las ganancias por
expropiación de James Stewart que iba a influir en sus dos textos sobre
la expropiación primaria en “Los Grundrisse” y “El Capital”. Para Marx,
la expropiación era apropiación sin equivalente o apropiación sin
reciprocidad. 14

Aunque existe una vasta literatura sobre el concepto de acumulación
primitiva , el término primitivo es una traducción errónea, ya que Marx
se refería a lo que en la economía política clásica se designaba como
acumulación previa o primaria.15  Además, Marx trató la frase de forma
peyorativa y mostró su desdén por el término “acumulación primitiva”,
que en la economía política clásica ha sido creado para justificar el
orden actual.16

Para Marx, la lógica interna del capital se explica como un producto de
la explotación pero él nunca dejó de enfatizar que las condiciones de
fondo del sistema – en su desarrollo y expansión – se rigen por la
fuerza y ​​el fraude. 17 Este aspecto de su crítica lo retoma
sistemáticamente cuando pasa del análisis abstracto a lo concreto, de la
lógica pura del capital a la base de la economía mundial (es decir, el
imperialismo) y las crisis. 18

Marx compartió con Frederick Engels su concepción acerca de la
expropiación en sus trabajos conjuntos sobre esclavitud, el patriarcado
y la grieta metabólica, o la «grieta irreparable en el proceso
interdependiente del metabolismo social, un metabolismo prescrito por
leyes naturales de la vida». 19

Por lo tanto, un enfoque renovado en la expropiación es esencial si
queremos comprender la relación histórica entre la sociedad, los
procesos acumulativos relacionados con el valor de cambio, el robo
continuo a las sociedades y los procesos no acumulativos relacionados
con el valor de uso. 20

La cuestión se convierte no sólo en la explotación del trabajo, sino en
la expropiación de las economías domésticas (el trabajo doméstico y de
subsistencia), la vida material, la periferia mundial y el entorno
planetario.

Históricamente, la apropiación sin equivalente es la forma más común de
relaciones jerárquicas de clase, que se manifestaron de forma compleja
en los anteriores modos de producción tributarios. 21

Sin embargo, para distinguir históricamente a la sociedad capitalista de
sus antecesoras pre-capitalistas, es necesario entender que el capital
opera con una mayor sistematización de las ganancias obtenidas por la
expropiación, comenzado en el período mercantilista, pero extendiéndose
a todas las etapas posteriores del desarrollo capitalista.

En la ideología liberal dominante, tal expropiación, ya sea en forma de
esclavitud, guerra, genocidio, intercambio desigual o ejercicio del
poder monopólico, se trata como un accidente no relacionado con el
sistema capitalista o como un producto inevitable de la naturaleza humana.

La violencia y el robo, a pesar de su omnipresencia en el capitalismo
global, se retratan comúnmente como un proceso desconectado y ajeno a la
naturaleza del sistema económico. Sin embargo, la sórdida historia del
capitalismo expropiador desmiente esta afirmación de los publicistas del
sistema .

Los últimos cinco siglos cargan con la triste cronología del
colonialismo / imperialismo, del capitalismo racial, de las guerras de
agresión y de la expropiación patriarcal del trabajo doméstico. Estos
males sociales propios del capitalismo están acompañados por la
violación sistemática de lo que el químico alemán Justus von Liebig
llamó la «ley de compensación», o la necesidad de reponer los elementos
constitutivos que son hurtados de la tierra. 22

Si bien Marx dedicó la mayor parte de su crítica de la economía política
al análisis de la dinámica interna de explotación del capital, la
expropiación, como una dura realidad, nunca estuvo lejos de su mente, y
es parte insustituible de su obra. Este gran tema está claramente
abordado en sus trabajos sobre propiedad de la tierra, trabajo
asalariado, el estado, el comercio internacional, el mercado mundial y
las crisis.

En opinión de Marx, la colonización no fue simplemente la expropiación
de la tierra, sino que también abarcó la «esclavitud y el exterminio de
parte de la población indígena en faenas mineras » 23.

Este reconocimiento del papel de la expropiación de la tierra y de las
personas explica gran parte de la extraordinaria riqueza y poder de las
observaciones históricas de Marx y Engels. Por tanto la revolución
contra el capital exige «la expropiación de unos pocos usurpadores por
la mayoría del pueblo» o, en otras palabras, “la expropiación de los
expropiadores”. 24

Recientemente han surgido investigaciones decisivas sobre el papel que
desempeñó la expropiación dentro de la crítica de Marx al capitalismo y
su aplicación al análisis histórico del desarrollo capitalista: la
teoría de la reproducción social (de Nancy Fraser), el análisis del
capitalismo racial (de Michael Dawson y Sven Beckert) y la teoría
ecológica marxista (la teoría de la ruptura metabólica de Marx). 25

Con razón Glen Sean Coulthard ha argumentado que la expropiación
violenta de los pueblos indígenas debemos analizarla como «una
característica co-fundacional del capitalismo, y el despojo de los
pueblos indígenas debe llevarnos a desarrollar una crítica ecológica de
la acumulación capitalista colonial». 26

Este análisis intenta ilustrar la importancia de las ideas teóricas
derivadas del concepto de expropiación de Marx. Esta orientado a
explicar tres momentos históricos de la expropiación masiva de las
personas y de la tierra: Momento I: La industrialización de la
agricultura y la grieta metabólica; Momento II: El desastre ecológico y
el imperio; y Momento III: Imperialismo en el Antropoceno.

Obviamente, la intención aquí no es proporcionar un análisis detallado y
mucho menos exhaustivo de cualquiera de estas fases críticas del
desarrollo, sino más bien destacar en cada caso cómo con el método
histórico-materialista (que abarca la expropiación y la explotación) las
diversas contradicciones y conflictos del capitalismo. 27

Marx dijo que la principal barrera (interna) para el capital era el
capital mismo, y también indicó que el principal límite externo del
capital era su negativa a aceptar límites, convirtiendo las fronteras
naturales en barreras para ser transgredidas por el gigante capitalista.
Ante la destrucción la ecología irlandesa en el siglo XIX por el
capitalismo inglés, Marx planteó la cuestión de la «ruina o revolución»,
una argumento aún más relevante en el siglo XXI en un l momento que el
capitalismo amenaza todo el “sistema tierra”. 28

*Momento I: la industrialización de la agricultura y la grieta metabólica*

La industrialización de la agricultura en el siglo XIX se fundó en la
aparición del capitalismo como un orden socioeconómico distinto. Como
detalla Beckert en “El Imperio del algodón”:  «la expansión imperial, la
expropiación y la esclavitud fueron fundamentales para su formación”. 29

A lo largo de la era del mercantilismo ( desde mediados del siglo XV
hasta mediados del siglo XVIII) un período al que Beckert se refiere
como «capitalismo de guerra», las formas de propiedad anteriores y las
relaciones productivas se disolvieron a través de la “clausura” de los
tierras comunales (y del imperialismo) transfiriendo formalmente el
título de la tierra a la clase burguesa.

Las características racializadas del capitalismo se introdujeron durante
la colonización genocida en África, Asia y América. Los pueblos
indígenas y los pueblos de África fueron esclavizados para trabajar en
las plantaciones y en la minería. 30 Esta actividad esclavista
contribuyó a la transferencia masiva de riqueza a Inglaterra y a otras
naciones europeas. Marx explicó que este proceso de expropiación
primaria fue fundamental para la Revolución Industrial inglesa. 31

El algodón se asoció con el robo de la naturaleza y del trabajo no
asalariado, así como con la explotación del trabajo, proporcionando
materiales baratos y esenciales para las fábricas textiles, donde los
trabajadores industriales subsistían comiendo patatas importadas de
campos cada vez más agotados de Irlanda.

La Primera Revolución Agrícola de la Era Capitalista coincidió con las
clausuras de las tierras comunales, efectuadas desde finales del siglo
XV. Los campesinos y los pequeños propietarios de tierras fueron
expulsados ​​de sus tierras, empobrecidos, proletarizados y obligados a
vender su fuerza de trabajo a cambio de salarios, para comprar los
medios de subsistencia.

Estos cambios marcaron el comienzo de una mayor alienación de la
naturaleza, una división ciudad-campo y una producción especializada de
los alimentos. La Segunda Revolución Agrícola, de 1830 a 1880, se
caracterizó por el desarrollo de la química del suelo, el crecimiento
del comercio, la industria de los fertilizantes, el aumento de la
intensidad de la producción agrícola y la uniformidad de los cultivos,
facilitada por la aplicación de tecnologías modernas.32 Adicionalmente
este período es la encarnación de la apropiación sin equivalente y sin
reciprocidad.

Liebig desempeñó un papel pionero para entender cómo el uso química
contribuyó al avance de la agricultura industrial capitalista. Para el
científico alemán la producción de cultivos antes de la llegada del
capitalismo dependía de un suelo que contenía nutrientes esenciales,
como nitrógeno, fósforo y potasio. Explicó que un sistema racional de
agricultura debe regirse por la «ley de compensación» o la ley de
reemplazo. 33 Los nutrientes que son absorbidos por las plantas deben
restaurarse en el suelo para alimentar los cultivos futuros.

Pero no llego a ocurrir en Europa occidental y los Estados Unidos en el
siglo XIX. Liebig denunció que las técnicas británicas de la gran
agricultura constituían un «sistema de robo» que conducía al despojo del
suelo. 34 Marx, que estudió el trabajo de Liebig, detalló cómo la
aplicación de las prácticas industriales – para aumentar los
rendimientos y el transporte de alimentos y fibras – a mercados
distantes estaban generando una grieta en el ciclo de nutrientes del suelo.

En “El Capital”, observó que la agricultura capitalista «perturba la
interacción metabólica entre el hombre y la tierra», evitando el
«retorno al suelo de sus elementos constitutivos; por lo tanto,
dificulta el funcionamiento de la condición natural de una fertilidad
duradera del suelo «. Como resultado,» todo progreso en la agricultura
capitalista es un progreso en el arte, no solo de robar al trabajador,
sino de robar a la tierra; todo progreso en el aumento de la fertilidad
del suelo artificialmente conduce a la ruina de las fuentes más
duraderas de la fertilidad ” 35.

De esta manera, Marx fue uno de los primeros pensadores que hicieran un
análisis sistemático de cómo la agricultura industrializada le roba a la
tierra los nutrientes necesarios. Pero, también proporcionó la base para
evaluar las opresiones entrelazadas y los procesos de expropiación que
acompañaron a esta crisis del suelo. Como los nutrientes del campo se
acumularon como desechos en las ciudades o fueron arrastrados al mar
como parte de los desechos urbanos, el capital buscó diversos medios
para reponer la tierra. 36

Entre 1840 y 1880, se estableció un comercio internacional de
fertilizantes, que implicó el envío de millones de toneladas de guano y
nitratos, desde Perú y Chile, al Norte Global. La extracción de guano se
basó en gran medida en la expropiación de la tierra, del trabajo y de la
vida , todo lo cual fue necesario para que los fertilizantes fueran
rentables.

Inicialmente, se utilizaron convictos que trabajaban como esclavos en
las “islas” del guano, utilizando picos, palas, carretillas y sacos. Y
en la medida que disminuyó la disponibilidad de estos modernos esclavos,
trabajadores chinos fueron importados como parte del sistema laboral
«coolie». 37

Los nuevos señores esclavistas utilizaron la coerción, el engaño, el
secuestro para establecer un régimen racializado de trabajo en
condiciones de servidumbre, que suministraba trabajadores para las
colonias en todo el mundo. Más de noventa mil trabajadores chinos fueron
enviados a Perú durante el apogeo del comercio de guano: aproximadamente
el 10 por ciento murió debido principalmente a malos tratos y desnutrición.

En una “isla” de guano, la fuerza laboral fluctuaba entre doscientos y
ochocientos trabajadores pero, como sus vidas que se extinguían
rápidamente eran consideradas de menor valor que el guano que
desenterraban. 38  En cada “isla” más de cien soldados armados
vigilaban, a los trabajadores evitando que se suicidasen corriendo hacia
el océano.39 Marx describió este sistema «coolie» como una forma de
«esclavitud disfrazada». 40

Según testigos presenciales “los trabajadores chinos eran tratados como
prescindibles y azotados regularmente si no cumplían con las exigentes
expectativas empresariales, trabajaban bajo el sol ardiente, llenando
sacos y carretillas con guano, que luego transportaron a los botes. El
polvo del guano recubría sus cuerpos y sus pulmones. El olor era
nauseabundo”.

Un testigo británico describe las condiciones como «el arte infernal de
usar la vida humana hasta el último minuto o segundo», ya que la vida de
estos trabajadores eran muy cortas. 41 Quienes pasaban por el desierto
se manifestaban «horrorizados por las crueldades infligidas a los
chinos, cuyos cadáveres flotaban en las playa alrededor de las islas de
guano» 42.

El guano, que se había utilizado durante miles de años en Perú, se
estaba agotando rápidamente para reponer los campos cultivables del
Norte Global. Las aves marinas que depositaban el guano en las islas a
menudo fueron exterminadas, ya que se consideraban una molestia para las
operaciones extractivas.

El guano se usurpaba a un ritmo mucho más rápido de lo que se acumulaba.
El nuevo sistema laboral racializado estaba fundado en un trabajo
 brutalmente expropiado, lo que aumentó la acumulación de capital en el
núcleo del sistema. Las condiciones de este trabajo esclavo provocó una
muerte prematura para muchos de los trabajadores, quienes simplemente
fueron reemplazados por otros trabajadores importados.

Estas condiciones de expropiación fueron un componente central para la
Segunda Revolución Agrícola. La Revolución Industrial, en la que el
algodón era fundamental, se cimentó en el comercio triangular de
esclavos. Sólo después de la Ley de Abolición de la Esclavitud de 1833 (
que abolió formalmente la esclavitud en la mayoría de las colonias
inglesas) los británicos recurrieron a los «coolies» de Asia, como una
forma encubierta de esclavitud

El guano, en este sentido, era parte de un comercio triangular,
orientado a la industrialización de la agricultura para restaurar el
suelo empobrecido por medio de un sistema imperial, que implicó los
peores extremos de explotación laboral y expropiación de la vida.

En el siglo XIX, las mujeres estaban en el centro de la Revolución
Industrial, constituyendo la mayoría de la fuerza laboral en Inglaterra,
especialmente en los sectores de producción de algodón, seda, lana y
encaje. 43 Marx tomó detalladas notas sobre las condiciones bajo las
cuales trabajaban y junto con Engels, documentó los tipos específicos de
riesgos a los que estas mujeres estuvieron expuestas (como los problemas
respiratorios por inhalar fibras que acortaron sus vidas).

Tanto los hombres como las mujeres de la clase trabajadora
experimentaron formas de degradación corporal asociadas con sus
condiciones de trabajo. 44 Las mujeres además de recibir salarios mucho
más bajos que los hombres  tenían como responsabilidad el trabajo social
reproductivo para mantener a la familia. 45

Las mujeres en este período fueron súper-explotadas, produciendo una
gran parte de la plusvalía, mientras que al mismo tiempo se vieron
obligadas a producir valores de uso, que sirvieron como un obsequio
gratuito para el capital, a través de su trabajo en el hogar. 46 En
estas condiciones, que amenazaban la existencia misma de la familia de
la clase trabajadora, las mujeres, aunque responsables de la
reproducción social de la familia, apenas podían mantener su propia
existencia.

Para las clases trabajadoras, la explotación salarial también era, en
cierto sentido, explotación nutricional, ya que los salarios se gastaban
principalmente en los alimentos básicos necesarios para la supervivencia.

La producción agrícola intensiva en Inglaterra, que descansada en los
fertilizantes importados, contribuyó a la creación de un nuevo régimen
alimentario internacional después de la hambruna irlandesa de la papa y
el fin de las Leyes del Maíz en 1845-1846.

Lo que Marx llamó nuevo régimen alimentario implicó un cambio hacia un
sistema basado en la carne, al que se dedicaban tierras a la producción
animal destinadas a servir a las clases altas. 47 Por el contrario, como
detallaron Marx y Engels, la clase trabajadora subsistía con dietas
inadecuadas y de baja calidad, que consistían principalmente en pan y
muy pocas verduras. 48

Para empeorar las cosas, los alimentos, las bebidas y los medicamentos
disponibles estaban adulterados y contenían una gran variedad de
contaminantes, como mercurio, tiza, arena, heces y estricnina. El
consumo regular de estos contaminantes contribuyó a diversas dolencias
como gastritis crónica y muerte.

Las mujeres tendían a ser las más desnutridas, ya que consumían menos
alimentos y comían en último lugar dentro de las familias. Las
condiciones eran peores en la colonia inglesa de Irlanda, que se vio
obligada a exportar los nutrientes de su suelo y su capital a Inglaterra. 49

La industrialización de la agricultura estaba íntimamente relacionada
con la transgresión de los límites naturales, produciendo una
expropiación entrelazada de la tierra, el trabajo y de la vida humana
que moldeó el metabolismo social y que se desarrollo constantemente con
la expansión “creativa” del capitalismo. El nuevo sistema requería de un
crecimiento exponencial de los beneficios “externos”  producidos por el
medio ambiente.

Las fallas metabólicas, el drenaje imperial de la riqueza del Sur Global
y un sistema de explotación que tenía a la expropiación como su
condición de fondo definió el surgimiento del capitalismo en el siglo XIX.

*Momento II: El desastre ecológico y el imperio*

La «llamada acumulación primitiva» o expropiación primaria fue la era
del colonialismo temprano, incluido el desarrollo del colonialismo
blanco del cual Estados Unidos es un excelente ejemplo.

Estados Unidos se auto-considero desde el principio (en palabras de
George Washington) como un «imperio en ascenso». La Revolución Americana
fue inducida en parte por la ley británica de 1763, que limitó el
movimiento de los colonos hacia el oeste del valle de Ohio.

Con la victoria de las trece colonias, se abrió la nueva conquista de
los especuladores y de los colonos. La Confederación de Indígenas
Iroqueses, tan admirada por Marx y Engels, fue barrida en unos doce
años. Casi toda su tierra fue expropiada y fueron forzados a sobrevivir
en unas pocas reservas.50

Con el advenimiento de la Revolución Industrial, la demanda de algodón
estadounidense se disparó para mantener a la industria textiles de
Inglaterra, dando nueva vida al sistema de esclavos.

Como enfatizó Marx, las plantaciones con sus monocultivos y el trabajo
esclavo brutalizado era ecológicamente ineficiente (por exitoso que
fuera en términos de acumulación de capital). Rápidamente agotó el
suelo, generando un movimiento hacia el oeste porque los propietarios de
las plantaciones se vieron obligados a buscar tierras vírgenes para sus
cultivos. 51

La agricultura en Nueva Inglaterra fue menos destructiva y empujó a la
gente  y al capital hacia el oeste, mientras que gran parte del grano
producido (tras la abolición de las Leyes del Maíz en Gran Bretaña en
1846) se exportaba a Inglaterra creando una grieta ambiental. 52  En sus
notas el químico agrícola JW Johnston afirmaba: “ el sistema de América
del Norte de vender todo [heno, maíz, papas, etc.]; no repone nada al
suelo a cambio «. 53

La construcción de ferrocarriles, la Revolución Industrial en los
Estados Unidos en las décadas de 1830 y 40, y la apertura del lejano
oeste (en parte por el robo de enormes territorios perteneciente a
México) fue de la mano del genocidio y la expulsión de sus tierras a los
nativos americanos, al tiempo que se producía la destrucción ecológica.

En 1890, la Oficina del Censo declaró cerrada la frontera y terminada la
guerra contra los  indígenas con la masacre de Wounded Knee . A
continuación Frederick Jackson Turner y Theodore Roosevelt abogaron por
la extensión de la fronteras de los EEUU hacia otros países ( Cuba,
Puerto Rico ) hecho que condujo a la guerra con España. 54

Con la llegada del capitalismo monopolista y la era de las corporaciones
gigantes se expandió la expropiación de las personas y de la naturaleza
a esferas completamente nuevas.

Al visitar el Territorio Indio en Oklahoma a principios del siglo XX
(donde la industria extractiva del petróleo estaba en auge) Weber
documentó la destrucción causada en la tierra y en las poblaciones
indígenas. «Con casi la velocidad de un rayo, todo lo que se interpone
en el camino del orden capitalista está siendo aplastado» .55

La catástrofe socio-ecológica con la población indígena despojada de sus
tierras adelantaba lo que iba a suceder años más tarde. En la década de
1930 el “Dust Bowl”  da nombre a la sequía más grande en historia de los
Estados Unidos  y es un símbolo de la crisis ecológica en el siglo XX.

Para el historiador ambiental Donald Worster : “nunca hubo un daño mayor
a la tierra y tanta tragedia para sus habitantes. Ni siquiera la
depresión fue más perjudicial, económicamente. Y en términos ecológicos
no tenemos nada que pueda compara con este desastre». 56

El Dust Bowl  produjo gigantescas tormentas de polvo en las Grandes
Llanuras y obligó a la migración masiva de los Okies. Millones de acres
se vieron afectados y algunos condados perdieron un tercio de su
población, mientras que en Oklahoma un tercio de los agricultores
perdieron sus granjas. 57 Al igual que la Gran Depresión la región de
Dust Bowl se volvió emblemática por los efectos del capitalismo depredador.

La era del Dust Bowl, a pesar de su gran impacto, es para algunos
relatos contemporáneos un momento particular y muy poco probable que
vuelva a suceder, Nada, sin embargo, podría estar más lejos de la
verdad. El Dust Bowl fue el producto socio-histórico del capitalismo en
expansión, del imperio y el colonialismo de los colonos blancos, todo lo
cual provocó .58 Para Veblen «stein Veblen, rtreminada  rápidamente la
erosión del suelo. Surgió de la expropiación de tierras de los pueblos
indígenas y de los suelos fértiles.

El desastre de Dust Bowl está relacionado directamente con el avance
imperial. Es el resultado de una brecha en la relación metabólica entre
los seres humanos y la naturaleza, provocada por la producción
capitalista que ahora está llegando a un extremo con la era del capital
monopolista. Hoy, crisis similares están brotando a un nivel más planetario,

Para tener una idea concreta de los fundamentos históricos del desastre
de Dust Bowl, siempre es útil citar a Thorstein Veblen: “ los Estados
Unidos se construyeron sobre los hombros del genocidio de población
indígena y de la expropiación del suelo fértil en beneficio privado
mediante una práctica de esclavitud sistemática” 58. “El plan
estadounidense, tal como se implementó en la frontera convertía toda la
riqueza pública en ganancia privada con una política de apropiación
legalizada». 59 Un elemento clave fue la destrucción de los bosques y la
cubierta terrestre.

«Aprovechar los recursos naturales tratándolos como una fuente de
ingresos gratuitos», explica Veblen, alentó el desperdicio y la
destrucción a gran escala, constituyendo la práctica normal de la
colonización, La madera desperdiciada por la tala de bosques y limpieza
de tierras fue tan grande que desde mediados del siglo XIX se ha
destruido mucha más madera de la que se ha utilizado» .60

Los procesos de expropiación de la tierra, sin la menor atención por su
conservación provocó como era de esperar “la esclerosis del suelo”. 61

En este sentido, el desarrollo de los Estados Unidos fue similar a las
otras colonias de colonos blancos, donde las poblaciones indígenas
fueron desplazadas y se desencadenó un proceso de destrucción ecológica
sin limites. Veblen enfatiza que este problema es endémico en la
existencia del capitalismo.

En el libro The Rape of the Earth: A World Survey of Soil Erosion (1939)
, Graham Vernon Jacks y Robert Orr White, describieron: la crisis de
Dust Bowl en la década de 1930 como producto de los factores históricos
como ; la expropiación de las tierra indígenas , el genocidio de los
nativos, la esclavitud, la destrucción de los bosques, la «esclerosis
del suelo debido al agotamiento y la erosión del suelo fueron evidentes

La historia de la erosión en los Estados Unidos está ligada a la fase
pionera en el desarrollo de la nación, a través de las etapas de
deforestación de tierras agrícolas, madera, combustible y potasa en el
este, el desarrollo del sistema de monocultivo de agricultura del maíz y
el algodón en el sur, el exceso del arado en las áreas de pastizales
naturales de las Grandes Llanuras, el exceso de pastoreo ,de  cultivo y
existencias en la costa del Pacífico, y la deforestación en el noroeste
del Pacífico. 62

Por lo tanto, está muy claro que las tormentas de polvo en las llanuras
«no era un fenómeno de la naturaleza» sino un producto que se habían
desarrollado como resultado del robo y abuso de la tierra, exacerbado
por el comercio y la. agricultura de monocultivos. 63

La historia colonial que moldeó e impulsó este proceso también determinó
sus efectos diferenciales en las comunidades de la región del “Dust
Bowl”. Además de las pérdidas, incluidos los desposeídos y la
reubicación forzada, las comunidades de nativos americanos en la región
de las Grandes Llanuras perdieron alrededor del 90 por ciento de sus
tierras entre 1890 y 1933 y  las tasa de pobreza más alta del país.

En la región de Oklahoma un territorio indio histórico, los blancos
arrebataron la mejor parte de las tierras reservadas para los nativos
americanos. Los granjeros negros y latinos también fueron
particularmente afectados por el Dust Bowl y la depresión. 64  Todo el
proceso condujo a una mayor concentración de la tierra, principalmente
en manos de blancos y terratenientes ricos.

Oklahoma había sido el epicentro de un poderosos movimiento progresista,
multirracial y multiétnico. Este movimiento impulsaba una reforma
económica, social y agraria. Algunos de sus integrantes llamaron a la
revolución. Las alianzas multirraciales se mantuvieron durante la década
de 1930 frente a fuerzas de reaccionarias violentas. Sin embargo, a
pesar de los importantes logros de este movimiento (y de ciertas medidas
que tomó el New Deal) prevaleció la injusticia económica y ambiental
dada la estructura económica racializada de los Estados Unidos. 65

En general, los esfuerzos por crear relaciones más estables entre los
seres humanos y el medio ambiente en las Grandes Llanuras después del
Dust Bowl estuvieron invadidas por la persistencia de un problema
fundamental : un voraz sistema de expropiación de la tierra y de los
recursos naturales con fines de lucro” 66

Su funcionamiento amplió la brecha entre los seres humanos y la
naturaleza, acumulando un potencial para mayores catástrofes. Las
relaciones sociales de expropiación que subyacen en las contradicciones
económicas y ecológicas se extendieron en lugar de concluir.

Los fenómenos como las “tormentas de polvo”, no ocurrieron solo en los
Estados Unidos en la década de 1930, sino también en otras regiones
fronterizas coloniales. En 1923, la Comisión de Sequía de Sudáfrica
informó «que como resultado de las condiciones creadas por la
civilización blanca en Sudáfrica, el poder de la tierra para retener y
absorber el agua ha disminuido dramáticamente… Aquí radica el secreto de
nuestra sequía ”. 67

Un destacado botánico sudafricano – crítico de la destrucción del suelo
y destacado opositor del apartheid- el ecologista marxista sudafricano
Edward Roux, autor de un libro sobre la erosión del suelo sudafricano
(1948) en The Veld and the Future: «Para salvar el suelo, todos debemos
trabajar juntos, el hombre negro y el hombre blanco, el hombre y la
mujer … El suelo no pertenece realmente a una persona o al que tiene el
derecho a usar la tierra. Pertenece a la nación  es decir, la gente en
su conjunto, especialmente, a la población africana indígena que lucha
por la libertad y a los niños que aún no han nacido «.68 

Pero, la visionaria ponencia eco-socialista de Roux no venció en
Sudáfrica ni aún menos en los Estados Unidos. Las divisiones raciales y
de clase, así como la brecha metabólica, continuaron reforzándose
mutuamente dentro de las relaciones de producción capitalistas.

Estos problemas persisten hoy como consecuencia de los agronegocios y,
por tanto, la sociedad es cada vez más vulnerable ante el cambio
climático y la degradación de la tierra.

Esto es especialmente evidente en la región original de Dust Bowl, lo
que genera preguntas sobre lo que hemos aprendido de la crisis. En 2016,
científicos de la Universidad de Chicago y de la NASA publicaron un
estudio en “Nature” titulado :»Simulación de la agricultura con una
sequía moderna», que pronosticaba grandes pérdidas agrícolas inducidas
por la sequía producto del calentamiento global.

La Nasa llegó a la conclusión que con el regreso de condiciones
similares a las del Dust Bowl (de la década de 1930) habría
«consecuencias sin precedentes» a pesar del crecimiento de la ciencia
ecológica.

Joshua Elliott, científico investigador y coautor del artículo, escribe
: «Debemos encontrar un sistema más resistente porque ahora el 30 por
ciento de la producción es de riego en los Estados Unidos están
afectados por la sequía, como Oklahoma y el oeste de Texas … El actual
sistema era tan sensible a la sequía y al calor como lo era en la década
de 1930 ”. 69

*Momento III: imperialismo en el antropoceno*

La crisis del Dust Bowl de la década de 1930 fue la culminación de una
serie de crisis ecológicas asociadas a la era del capitalismo
monopolista temprano, asumiendo formas particularmente agudas en las
colonias de colonos blancos y en las colonias de todo el mundo. 70

Hoy, en la era del capital de monopolio financiero y del imperialismo
tardío, vastas regiones del planeta se están convirtiendo en regiones de
“polvo” como resultado de la lógica de un sistema económico global que
promueve la «conquista” de la naturaleza como medio para la explotación
y súper-explotación de la población mundial.

Los bienes comunes mundiales se están destruyendo en todas partes, como
se refleja en la quema del Amazonas, la desertificación,la destrucción
de los arrecifes de coral, el agotamiento de los océanos, la extinción
masiva de especies y la contaminación de las fuentes de agua dulce del
mundo. La realidad es, por tanto, un progresivo holocausto ecológico
planetario, que afecta especialmente a las poblaciones más vulnerables,
particularmente a las comunidades del Sur Global.

Hace casi medio siglo, en 1971, Barry Commoner advirtió : /Los seres
humanos han quebrado el círculo de la vida, no ha sido ​​por una
necesidad biológica sino por una organización social que quiere
«conquistar» la naturaleza para obtener riqueza. Pero estos “medios”
entran en abierto conflicto con la naturaleza. El resultado final es una
crisis ambiental, una crisis de supervivencia. Esta vez para sobrevivir
como especie debemos terminar con este círculo nefasto”. /

*Debemos aprender a restaurar a la naturaleza la riqueza que le
sustraemos*

El mundo está llegando al borde del desastre ecológico – no por una
error que algún astuto puede corregir – sino por una acumulación de
poderosas fuerzas económicas, políticas y sociales.

Cualquiera que se proponga remediar la crisis ambiental se debe
comprometer a cambiar el curso de la historia. 71 La grieta entre la
humanidad y el metabolismo de la tierra se caracteriza por una nueva
época geológica, el Antropoceno, que representa una ruptura,
cuantitativa y cualitativa, con todas las épocas anteriores. 72

Hay un consenso científico que el Antropoceno comenzó alrededor de 1950,
marcado por la introducción de los núcleos atómicos artificiales a
partir de pruebas de bombas termonucleares, la producción en masa de
plásticos y la gran aceleración de la producción capitalista.

El imperativo ante el ambicioso crecimiento del capital – que no
reconoce límites- ha llevado al sistema socioeconómico a transgredir los
límites planetarios, el cambio climático, la acidificación de los
océanos, el agotamiento del ozono, la pérdida de biodiversidad, el
agotamiento del agua dulce, la contaminación ambiental, la contaminación
química y interrupción de los ciclos de nitrógeno y de fósforo . 73

Esta actividad del capitalismo tardío y del imperialismo, están
generando hoy una crisis ecológica global, socavando las condiciones que
sostienen la vida, planteando el tema del omnicidio, es decir la
destrucción de la vida tal como la conocemos.

Bajo el orden económico dominante, la tierra es simplemente un recurso
de «obsequios gratuitos de la naturaleza al capital», lo que equivale a
una economía del robo. 74

En este sistema de producción «la cantidad gobierna absolutamente» ya
que el valor de cambio se considera la medida universal. 75

“/La esencia del capitalismo”/, expone Michael Parenti, “/es convertir
la naturaleza en mercancías y las mercancías en capital, transformando
la tierra viva en riqueza inanimada. Este proceso de acumulación del
capital causa estragos en el sistema ecológico global. Trata los
recursos vitales del planeta (tierra cultivable, aguas subterráneas,
humedales, bosques, pesca, océanos, ríos, calidad del aire) como
ingredientes de suministro ilimitado, para ser consumidos o toxificados
a voluntad «. 76/

El crecimiento continuo de este sistema se basa en expandir y
profundizar la expropiación del medio ambiente, el trabajo y la vida de
todas las especies. Estas contradicciones letales son claramente
evidentes en todo el “”Sistema Tierra, incluido los océanos del mundo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, las flotas pesqueras industriales
experimentaron una gran transformación, como parte de la gran
aceleración de las operaciones capitalistas. Los barcos equipados con
tecnologías de punta como el sonar y el GPS (para localizar peces) se
han convertido en la norma de ña pesca industrial. Estas embarcaciones
pueden capturar un número récord de peces en poco tiempo.

Utilizando líneas con cientos de anzuelos ( así como redes que tienen
más de una milla de circunferencia) estos barcos recogen toneladas de
peces en un solo recorrido, un tercio de los cuales son especies no
deseadas, incluidos los mamíferos marinos, que son descartados. 77 En
los grandes barcos – que son realmente fábricas en el mar- el pescado se
procesa a bordo.

A pesar de los efectos de la sobrepesca en todos los sistemas oceánicos,
las capturas globales de peces mediante esta nueva tecnología de
expropiación, aumentaron de veinte millones de toneladas en 1950 a
alrededor de noventa millones de toneladas en el 2000. 78

Si bien actualmente hay 3.5 millones de buques pesqueros, solo el 1 por
ciento de estos buques representan el 60 por ciento de la captura de
mariscos, lo que destaca el importante papel del capital monopolista en
este sector.79

Estas operaciones son extremadamente eficientes en la captura de peces,
lo que lleva al agotamiento generalizado de las poblaciones, ya que se
capturan a tasas más rápidas de lo que los peces pueden reproducirse.

El alcance de estas acciones solo ha empeorado las condiciones de los
océanos, porque cuando se acaba una especie, las empresas simplemente
pasan a la siguiente especie. 80  Con la destrucción del hábitat del
“Sistema Tierra”  los científicos predicen un colapso de todas las
especies marinas que para mediados de siglo XXI. 81

A pesar de estos límites naturales, las naciones imperiales participan
en campañas agresivas de «captura» para expropiar lo más posible a los
océanos. A través de una variedad de acuerdos comerciales, el Norte
Global está expropiando progresivamente todos los océanos, obteniendo
acceso a la pesca en todo el mundo, incluidas las zonas económicas
exclusivas de las naciones del Sur. De hecho los pescadores a pequeña
escala están siendo acorralados por las grandes pesqueras, que están
arruinando a sus familias y comunidades. 82

Para muchas naciones en el Sur Global, los peces y mariscos son parte de
una importante exportación hacia el Norte, ya que suministran alimentos
para personas y mascotas, así como valiosos fertilizantes para
enriquecer suelos agotados. 83

Por ejemplo, Tailandia es el tercer mayor exportador de productos del
mar, con más de 7 mil millones de dólares por año. 84 Para mantener los
bajos  costos muchas operaciones de pesca en Tailandia utilizan mano de
obra esclava, que se ha estimado entre 145,000 y 200,000 personas. 85

Estos trabajadores esclavizados se ven obligados a trabajar largas
horas, dormir muy poco, recibir una alimentación mínima y están atados y
encadenados a los barcos. Al igual que los trabajadores chinos en las
“islas” del guano en el siglo XIX, son golpeados si trabajan lentamente
o cometen errores al manipular el pescado… Y de vez en cuando, se venden
a otras operaciones de pesca.

Muchos de estos trabajadores emigraron de lugares como Filipinas,
Camboya, Laos e Indonesia, en busca de empleo, pero terminaron siendo
traficados como mano de obra esclava. 86

Algunos de los peces que se capturan en estos barcos se dirigen a las
instalaciones de acuicultura con el fin de suministrar los alimentos
necesarios para esta próspera industria, que está generando una
contaminación marina generalizada. Esta actividad capitalista está
creando una situación en la que los «camarones comen mejor» que
pescadores. 87

El fetichismo de los “productos básicos” asociado con los mariscos
expropia no solo el mar y el trabajo esclavo, sino también sobre-explota
en las plantas de procesamiento. En Tailandia, estas plantas
“taylorizadas” aumentan las ganancias mediante el empleo de niños y
mujeres con bajos salarios (que descabezan, destripan, desollan, pelan,
limpian y clasifican los peces). Las organizaciones internacionales han
documentado las malas condiciones de trabajo, las lesiones y la falta de
escolarización de miles de niños que trabajan en esta industria. 88

La actual crisis del “Sistema Tierra” se extiende desde los océanos
hasta el agua dulce y más allá. La dinámica del imperialismo y el
omnicidio en el Antropoceno se asocia con alteraciones en el ciclo
hidrológico de la tierra, incluidos los cambios en la precipitación, la
desertificación (y la contaminación) de las fuentes de agua dulce y el
derretimiento de los glaciares con sus indispensables «torrentes de
agua». 89

Como indica el climatólogo James Hansen, con “la continuación de los
negocios como de costumbre durante las próximas décadas las bajas
latitudes durante las estaciones cálidas se volverán tan cálidas e
inhóspitas para el sustento humano que van a generar un impulso
imparable a la emigración».

Este fenómeno está a la vista en regiones de África, la India,
Bangladesh y, el sudeste asiático”. 90 En estas condiciones, el aumento
del nivel del mar, la acumulación de polvo y el clima extremo obligarán
a cientos de millones de personas en latitudes del Sur Global a migrar,
ya sea en migración interna o emigración masiva al extranjero.

En el año 2017, 68.5 millones de personas fueron desplazadas por la
fuerza de sus hogares, aproximadamente un tercio de ellas debido al
clima extremo. Según un estudio del Banco Mundial, solo la migración
interna en tres regiones de América Latina, África subsahariana y el
sudeste asiático aumentarán a 143 millones en 2050. 91

Mientras tanto, los países ricos, mientras sobreexplotan a las
poblaciones del Sur Global a través de corporaciones multinacionales,
están construyendo muros y militarizando las fronteras para impedir la
llegada de los refugiados, incluidos los refugiados climáticos.

Vivimos en una era de globalización capitalista sin fin donde la lucha
por el agua dulce corre en paralelo a la búsqueda de nuevas fuentes de
combustibles fósiles, lo que a su vez aumenta las emisiones de carbono
aumentando el calentamiento de la tierra y la sequía.

Es un frenesí impulsado por un sistema capitalista que no conoce
restricciones, hoy existe una competencia mundial por controlar las
últimas fuentes de agua dulce y de combustibles fósiles junto con otros
recursos escasos. 92

*Conclusión: más allá del sistema de robo*

El beneficio por expropiación fue la categoría económica clave que Marx
utilizó en su crítica a la noción de Smith de acumulación. 93 «La
teología de Smith de la acumulación previa», escribe Perelman, «sugirió
que la posición dominante de los capitalistas se debía a sus ahorros
pasados, una opinión que Marx desacreditó”. 94

La acumulación anterior fue para Marx simplemente un dispositivo
ideológico -de la economía política clásica – destinado a disfrazar la
realidad de «la expropiación de los productores inmediatos». 95 Desde
esta perspectiva, el capitalismo solo fue posible debido a la alienación
o expropiación de la naturaleza, y a la alienación o expropiación de la
capacidad humana y de la vida material.

La expropiación es la característica de todas las civilizaciones de
clase anteriores al capitalismo, pero adquirió un carácter mucho más
sistemático y una escala mayor bajo el sistema capitalista. Se convirtió
en parte de una díada, junto con la explotación, dando lugar al gigante
capitalista, el conducir a una expansión exponencial sin fin ( y que
finalmente llevará a un gran movimiento hacia el socialismo, que es la
negación de la negación del capitalismo)

En la sociedad capitalista, la expropiación no es la esencia del sistema
como en los anteriores modos de producción tributarios. En cambio, dio a
lugar a una dinámica interna de explotación completamente nueva que
tenía su propia lógica autopropulsada, manifestada en la acumulación de
capital. La explotación a su vez creó círculos de demanda de
expropiación cada vez más amplios, ampliando los límites del sistema.

La dialéctica de la explotación y la expropiación que constituye el
capitalismo es, por lo tanto, una espiral viciosa, asociada a la lógica
de la acumulación de capital. Surgido a principios de la era moderna, el
capitalismo condujo a los sistemas de expropiación más brutales que el
mundo haya visto: esclavitud, misoginia (venta de esposas, quema de
brujas, súper- explotación de mujeres y niños), acaparamiento de
tierras, genocidio y destrucción de la tierra en todo el planeta.

Consciente de estas contradicciones, Marx escribió: «Si el dinero, según
Augier, llega al mundo con una marca de sangre congénita «, el capital
gotea de la cabeza a los pies y por todos los poros, de sangre e
inmundicia. «96

Es habitual en los círculos políticos convencionales (y también en
algunas esferas de la izquierda) tratar estos horrores asociados con el
desarrollo del capitalismo a escala mundial como meros «dolores de parto».

Este inhumano proceso es tratado con demasiada frecuencia como fenómenos
del pasado distante que deben ser olvidados por una historia
triunfalista del capital, o deben ser ocultados por “la llamada
acumulación primitiva”, mediante la cual los capitalistas individuales
llegaron a obtener su riqueza en virtud de su propia frugalidad. 97

Sin embargo, los horrores de la expropiación de los productores directos
(incluidos los trabajadores no asalariados) y de la tierra no son
simplemente el «pecado original», sino una realidad constante del
capitalismo, mediante el cual establece su dominación terrenal. 98

En el capitalismo tardío del siglo XXI y el imperialismo tardío, esta
expropiación va de alguna manera más lejos que nunca, con la
profundización de las cadenas de valor imperialistas, por lo que gran
parte del valor excedente del mundo entero se desvía a través de un
proceso de captura de valor, para alimentar las arcas de las
corporaciones multinacionales y a los ricos en el centro del sistema. 99

Todo esto va acompañado de renovadas batallas por la misógina de la
propiedad privada (que implica el control del cuerpo de las mujeres);
 el resurgimiento del capitalismo racial; y la destrucción del planeta
como lugar de habitación humana, rompiendo la «cadena de futuras
generaciones humanas». 100

Para avanzar en la teoría y la práctica de la izquierda hay que conectar
la teoría marxista de la explotación con otras opresiones que se cruzan
y que son partes integrales de la realidad del capitalismo histórico.

Nuestro análisis sugiere que hacer estas conexiones requiere comprender
tanto la importancia del concepto de expropiación en el materialismo
histórico como la dialéctica de la expropiación y la explotación.

Al decir que la familia patriarcal era la base de todo el desarrollo de
las clase sociales y de las instituciones de propiedad privada, Engels
no criticaba la explotación como el centro de la teoría del capitalismo,
sino que reconocía que todo el desarrollo de la opresión en la historia
estaba vinculado a subyugación de las mujeres, y que se produjo por lo
que llamó «las tres formas básicas de esclavitud»101 “El sistema
capitalista de explotación es la forma más desarrollada y más bárbara de
la historia de expropiación de la tierra, el trabajo y la vida material”.

Los diversos momentos históricos de expropiación que hemos descrito (la
industrialización de la agricultura y la fisura metabólica global, la
era del Dust Bowl de la década de 1930 y el imperialismo del
Antropoceno) son momentos históricos particulares que reflejan el
«corazón bárbaro» del sistema . 102

«La justicia con la naturaleza», escribió Epicuro en la antigüedad, «es
una promesa de utilidad recíproca es decir ni para hacer daño ni para
ser perjudicado» .103 El capitalismo en su búsqueda del valor destruye
tal reciprocidad y justicia en todos los niveles y amenaza la existencia
planetaria.

De hecho, detrás de la explotación capitalista yace un conjunto más
amplio de inequidades, que consiste en varias formas de expropiación o
robo que establecen las fronteras del sistema. El secreto no solo es la
explotación capitalista, sino también del capitalismo racial, el
capitalismo misógino y capitalismo de la destrucción “creativa” de la
naturaleza. 104

Es imposible comprender la totalidad de las relaciones capitalistas sin
considerar las explotación y la expropiación que juntas generan el
conjunto de opresiones que caracterizan el sistema.

Solo de esta manera podemos comprender los diversos aspectos
entrelazados de la dominación capitalista, que requieren una praxis
revolucionaria como respuesta. Como se ha dicho, dado el alcance y la
escala de la crisis ecológica planetaria, ahora se trata de «revolución
o muerte». 105

La «justicia con la naturaleza» de Epicuro, requiere una reciprocidad
genuina, y esta no es posible dentro de la lógica del sistema capitalista.

En el siglo XXI, esta dialéctica de explotación y expropiación sin fin,
que intensifica la tasa de explotación, al tiempo que presenta los
límites de la vida como simples barreras (o fronteras) para ser
transgredidas por el capital está llevando a la destrucción de la vida
misma.

Para la cadena de generaciones humanas, solo hay una respuesta posible:
la expropiación de los expropiadores y la creación revolucionaria de una
nueva época de desarrollo humano sostenible: el socialismo ecológico. 106

Notas

↩ Karl Marx, capital , vol. 1 (Londres: Penguin, 1976), 934.

↩ Marx, Capital , vol. 1, 90.

↩ Quizás este tema se aborde mejor en Kozo Uno, Principios de economía
política: teoría de una sociedad puramente capitalista (Brighton:
Harvester, 1980).

↩ El término primitivo en la referencia de Marx a la llamada
«acumulación primitiva [primaria]» fue una traducción errónea del alemán
al inglés. Marx se refería a la acumulación original o primaria , como
se entendió en la economía política británica en los siglos XVIII y XIX.
Mediante un proceso de traducción al alemán y luego la traducción del
alemán al inglés, el término original , anterior o primario se convirtió
incorrectamente en primitivo. Además, el propio Marx se refirió
explícitamente a la «acumulación llamada primitiva [primaria]» de la
economía política clásica, con la «llamada» aquí indicando su
reconocimiento de que lo que estaba involucrado en la realidad era la
expropiación, y no la acumulación (formación de capital). todo, un punto
crucial de todo su análisis. Estas sutilezas teóricas se han perdido en
la mayoría de los análisis posteriores, aunque reconocidas por un
economista marxista tan importante como Maurice Dobb. Véase Maurice
Dobb, Studies in the Development of Capitalism (Nueva York:
International Publishers, 1947), 178.

 Irónicamente, Marx ha sido criticado con frecuencia en la literatura en
inglés por el uso del término primitivo., a este respecto, y por negar
que estas relaciones existieron a lo largo de la historia del
capitalismo, críticas que están completamente en desacuerdo con su
propio análisis, a diferencia de la economía política burguesa. La
«acumulación por desposesión» de David Harvey introducida en su libro El
nuevo imperialismo , por lo tanto, tenía la intención de sortear esta
crítica al proporcionar un sustituto de la noción de «acumulación
primitiva», para evitar esta crítica común de que «acumulación
primitiva» Marx, relacionado solo con la era moderna temprana en Europa
en las Américas. Pero dado que el propio Marx en su crítica había
indicado su objeción a la noción de acumulación original o primaria, y
estaba más preocupado por la expropiación primariaeso hizo posible el
capitalismo industrial, y dado que no hay dificultad en ver esto en
relación con la expropiación en general, creemos que se genera mucha
menos confusión al utilizar la propia terminología históricamente
concreta y teóricamente incisiva de Marx, centrándose en la
expropiación. Este es especialmente el caso en la medida en que la
«acumulación por desposesión» de Harvey (como el término acumulación
primitiva en sí misma) confunde desposesión o expropiación con
acumulación real, mientras que para Marx eran categorías separadas,
tanto así que la confusión del capitalismo de la expropiación primaria
con la acumulación primaria fue para él el tema de su crítica en esta
parte de Capital . Ver David Harvey, The New Imperialism (Oxford: Oxford
University Press, 2003), 137–82.

↩ Adam Smith, The Wealth of Nations (Nueva York: Modern Library, 1937),
260; Marx, Capital , vol. 1, 873-75; Michael Perelman, La invención del
capitalismo: economía política clásica y el secreto de la acumulación
primitiva (Durham: Duke University Press, 2000), 26. Sobre el hecho de
que la «acumulación primitiva» de Marx era una realidad continua del
capitalismo para Marx, exigiendo que las condiciones previas del sistema
se rehagan constantemente a través de la expropiación renovada o la
separación de los trabajadores de los medios de producción, ver Massimo
De Angelis, » Marx y la acumulación primitiva: el carácter continuo de
los» recintos «del capital» , The Commoner2 (2001): 1–22. La versión
utilizada para este artículo estaba disponible en ResearchGate.

↩ Marx, Capital , vol. 1, 874. Marx criticó explícitamente tales puntos
de vista como constituyendo «la teoría de la abstinencia». Ver Marx,
Capital , vol. 1, 298–99. La esencia de la llamada «acumulación
primitiva» para Marx fue la expropiación. Fue, como dice Dobb, no una
acumulación propiamente dicha, sino «una acumulación de reclamos de
capital» relacionados con la «propiedad de activos», y por lo tanto una
«transferencia de propiedad», y no implicó la formación de capital o un
aumento en «la cantidad de instrumentos tangibles de producción en
existencia «. Ver Dobb, Studies in the Development of Capitalism , 178.

↩ Perelman, La invención del capitalismo , 26.

↩ Max Weber, Historia económica general (Nueva York: Collier, 1961),
221–24; Joseph A. Schumpeter, Imperialismo y clases sociales (Nueva
York: Augustus M. Kelley, 1951). Sobre el argumento de Marx de que tal
expropiación de los trabajadores y la tierra era una realidad continua
del capitalismo, ver Perelman, The Invention of Capitalism , 28–32.

↩ Marx, Capital , vol. 1, 873, 934.

↩ Marx, Capital , vol. 1, 914-15.

↩ Marx, Capital , vol. 3 (Londres: Penguin, 1981), 571.

↩ Karl Marx y Federico Engels, Collected Works , vol. 33 (Nueva York:
Editores internacionales, 1975), 11, 14.

↩ Michael D. Yates, ¿Puede la clase obrera cambiar el mundo? (Nueva
York: Monthly Review Press, 2018), 55–56; John Bellamy Foster y Brett
Clark, » La expropiación de la naturaleza «, Revisión mensual 69, no. 10
(2018): 1–27.

↩ Sobre la expropiación definida como apropiación sin equivalente o sin
reciprocidad, tal como se concibe en el trabajo de Marx y Karl Polanyi,
ver Foster y Clark, «La expropiación de la naturaleza», 3–11. Marx usó a
menudo el término apropiación sin intercambio , con lo cual se refería a
apropiación sin equivalente (un término también empleado por él), ya que
todo intercambio era por definición igual, de lo contrario era una forma
de robo. Hoy, sin embargo, a veces nos referimos al intercambio desigual
, entendiendo esto como una forma de expropiación.

↩ Marx había traducido el «anterior» de Adam Smith como ursprünglich
(original), que luego fue traducido nuevamente al inglés por Samuel
Moore y Edward Aveling como «primitivo», olvidando que el alemán era
simplemente una interpretación de un término en inglés. Perelman, La
invención del capitalismo , 25. Marx escribió que «puede llamarse
acumulación primitiva [ ursprüngliche Akkumulatio n], porque es la base
histórica, en lugar del resultado histórico, de la producción
específicamente capitalista», sin embargo, más tarde explicó que tal
«llamada acumulación primitiva» era de hecho expropiación (primaria) en
lugar de acumulación propiamente dicha. Marx, Capital , vol. 1, 775.

↩ Marx, Capital , vol. 1, 871, 873, 939.

↩ Al comentar sobre la declaración de Benjamin Franklin de que «la
guerra es un robo, el comercio es una trampa», Marx insistió en que
esto, por supuesto, no podía entenderse literalmente como que todo era
fraude y robo; más bien incluso bajo el mercantilismo, los «pasos
intermedios» en la producción de productos básicos tuvieron que ser
tomados en cuenta y se desarrolló una teoría más amplia de las ganancias
tras la expropiación . Sin embargo, la distinción entre mercantilismo y
la era de la libre competencia basada en la explotación dentro del
contexto del intercambio equitativo fue vital para la comprensión del
despegue industrial del capitalismo. Marx, Capital , vol. 1, 267.

↩ Ernest Mandel, introducción a Capital , vol. 1, de Marx, 27-28.

↩ Karl Marx, capital , vol. 3 (Londres: Penguin, 1981), 949.

↩ Sobre sociedades / procesos acumulativos versus no acumulativos y la
relación de esto con el valor de cambio versus el valor de uso, ver
Henri Lefebvre, Crítica de la vida cotidiana , edición de un volumen.
(Londres: Verso, 2014), 609–33; Henri Lefebvre, Toward Architecture of
Enjoyment (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2014), 128–35.

↩ Samir Amin, Eurocentrismo (Nueva York: Monthly Review Press, 2010).

↩ Justus von Liebig, Cartas sobre la agricultura moderna (Londres:
Walton y Maberly, 1859), 179, 254–55; Justus von Liebig, The Natural
Laws of Husbandry (Nueva York: Appleton, 1863), 233.

↩ Marx, Capital , vol. 1, 915.

↩ Marx, Capital , vol. 1, 930.

↩ Nancy Fraser, «Conferencia Roepke en Geografía Económica: de la
Explotación a la Expropiación: Geografías Históricas del Capitalismo
Racializado», Geografía Económica 94, no. 1 (2018): 10; Michael C.
Dawson, «Hidden in Plain Sight», Critical Historical Studies 3, núm. 1
(2016): 149; Sven Beckert, Empire of Cotton (Nueva York: Vintage, 2014),
xviii, 37–39; Peter Linebaugh, ¡ Alto, ladrón! The Commons, Recintos y
Resistencia (Oakland: PM, 2014), 73; John Bellamy Foster y Brett Clark,
» The Robbery of Nature: Capitalism and the Metabolic Rift «, Revisión
mensual 70, no. 3 (julio – agosto de 2018): 1–20.

↩ Glen Sean Coulthard, enrojecimiento de la piel máscaras blancas
(Minneapolis: University of Minnesota Press, 2014), 14.

↩ David Harvey, El enigma del capital (Oxford: Oxford University Press,
2010), 228–32.

↩ Marx, Capital , vol. 3, 358; Karl Marx, Grundrisse (Londres: Penguin,
1973), 409-10; Karl Marx y Frederick Engels, Irlanda y la cuestión
irlandesa (Moscú: progreso, 1971), 142.

Ck Beckert, Imperio del algodón , 32–39.

↩ Dawson, «Oculto a simple vista», 149; Roxanne Dunbar-Ortiz, Historia
de los pueblos indígenas de los Estados Unidos (Boston: Beacon, 2014);
Marx, Capital , vol. 1, 914–36.

↩ Karl Marx y Frederick Engels, Sobre el colonialismo (Moscú: lenguas
extranjeras, sin fecha).

↩ ML Thompson, «La Segunda Revolución Agrícola, 1815–1880», Economic
History Review 21, no. 1 (1968): 62–77. Hemos reducido el marco temporal
de la segunda revolución agrícola, que captura las transformaciones
específicas enumeradas, especialmente las asociadas con la química del
suelo.

↩ Liebig, Cartas sobre la agricultura moderna , 179, 254–55; Liebig, Las
leyes naturales de la cría , 233.

↩ Justus von Liebig, » Prefacio de 1862 a la química agrícola «, Monthly
Review 70, no. 3 (julio – agosto de 2018): 146–50.

↩ Marx, Capital , vol. 1, 637-38.

↩ Ian Angus, “ Pozos negros, aguas residuales y asesinatos sociales:
crisis ecológica y grietas metabólicas en el Londres del siglo XIX ”,
Monthly Review 70, no. 3 (julio – agosto de 2018): 33–69; Brett Clark y
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***John Bellamy Foster es editor de Monthly Review y profesor de
sociología en la Universidad de Oregón. Brett Clark es editor asociado
de Monthly Review y profesor de sociología en la Universidad de Utah.
Hannah Holleman es directora de la Monthly Review Foundation y profesora
asociada de sociología en el Amherst College.

In
OBSERVATORIO DE LA CRISIS

https://observatoriocrisis.com/2020/01/20/capitalismo-y-robo-la-expropiacion-de-la-tierra-el-trabajo-y-la-vida/
20/1/2020

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