quinta-feira, 30 de maio de 2013

Una nueva era para el cooperativismo en Chicago


Rebecca Burns
Desinformémonos

“Hoy, usted verá a 18 personas cortar una cinta juntos – y eso debería ser
interesante”, bromeó Leah Fried, portavoz del sindicato United Electrical
Workers (UE, Trabajadores Electricistas Unidos), en el lanzamiento de la
cooperativa New Era Windows.

Dada la ocasión, no puedo hacerse nada menos que una inauguración colaborativa:
un grupo de 18 hombres y mujeres afroamericanas y latinas se agruparon alrededor
de un par de tijeras ceremoniales para embarcarse en un experimento pionero en
la propiedad colectiva.

La inauguración de la fábrica de ventanas propiedad de los trabajadores marcó el
último paso en un viaje de cinco años que el grupo recorrió desde su famosa
ocupación de la fábrica Republic Windows and Doors en 2008. Después de que los
trabajadores, miembros de UE-Local 1100, se vieron obligados a ocupar la fábrica
una vez más en febrero de 2012 -esta vez para salvar sus puestos de trabajo con
el nuevo propietario, Serious Energy-, ganaron tiempo para buscar un comprador
para la fábrica y comenzaron a pensar que podían llevar el negocio como
cooperativa.

Un año y medio después, firmaron firmado un contrato de arrendamiento, compraron
su propio equipo de fábrica y oficialmente están abiertos al público. Su número
disminuyó con el tiempo; en algún momento fueron cerca de 300 personas que
trabajaban en la fábrica Republic Windows. Pero el grupo compacto de 18
trabajadores está emocionado por comenzar la fabricación, sin jefes o patrones,
de ventanas ecológicas y diseñadas para cada cliente.

El nombre New Era (Nueva Era) no es una exageración: como una cooperativa de
producción propiedad de los trabajadores, la empresa está abriendo nuevos
caminos. “Esta es una nueva era para nosotros y nuestras familias, y también
para la clase obrera”, dijo Armando Robles, presidente de la UE Local 1110, a
una multitud de partidarios que incluyeron miembros de la familia, políticos
locales y aliados de otros sindicatos de Chicago y centros de trabajo.

Muchos de los trabajadores de New Era Windows llevan casi una década en la
industria, pero su nueva fábrica se ve y se siente diferente. Ellos diseñaron el
taller colectivo en función de sus años de experiencia y optaron por configurar
el equipo ellos mismos en lugar de pagar la mudanza o a expertos en logística.

El resultado, relatan, es una fábrica más segura y eficiente, así como más
equitativa. “Lo que veremos es la extraordinaria calidad de las ventanas cuando
los trabajadores están involucrados en el proceso, y no se les trata como gastos
sino como protagonistas en el negocio”, dijo Brendan Martin, presidente del
fondo de desarrollo de cooperativas The Working World, ahora el miembro número
18 de la cooperativa.

Después de cortar la cinta, el grupo recorrió el espacio de la fábrica. Un
miembro de New Era, vestido con una camiseta azul eléctrico estampada con el
logo de la empresa, mostró a sus invitados una máquina que corta las ventanas al
tamaño exacto especificado por los clientes. Otros dos trabajadores-propietarios
con coloridos cascos descargaron materiales de algunas de las primeras ventanas
que la fabricará producirá. La serie se llamará 1110, el nombre de la sección de
la UE a la que pertenecen.

New Era seguirá afiliado a la UE como Local 1110, y es una de las pocas
cooperativas propiedad de los trabajadores sindicalizados en los Estados Unidos.
Aunque todavía piensan cómo será el mejor modo de la relación entre New Era y el
sindicato, Fried señala que UE brindará apoyo organizativo, mediará en los
desacuerdos y promoverá el modo cooperativo. El grupo opera de acuerdo con el
principio: “un miembro, un voto”, pero hay planes para elegir una junta
directiva. Aún no se establecen los salarios que tendrán los trabajadores.

Como parte de una división de la UE que consta de nueve cooperativas por todo el
país, New Windows también ayudará a establecer mejores prácticas y a asesorar a
otros trabajadores que consideran tomar la propiedad de sus lugares de trabajo.
Robles planea pagar los 665 mil dólares que The Worker World le prestó a New Era
para que sean reinvertidos en nuevas empresas propiedad de los trabajadores.

“Cuando los trabajadores pierden sus puestos de trabajo, muchos sindicatos no
hacen nada”, señaló Robles a In These Times. “Pero UE luchó [junto] con
nosotros. Creo que más trabajadores puedan tomar este camino”.

En efecto, el experimento de New Era será muy observado por aquellos que esperan
que las asociaciones laborales cooperativas ofrezcan un nuevo camino para los
trabajadores que luchan con los despidos o a causa del empeoramiento de las
condiciones de empleo. Como In These Times informó anteriormente, las
cooperativas propiedad de los trabajadores son más comunes en el sector
servicios, donde el capital para arrancar es menor. Pero dada la caída libre en
el sector manufacturero de los Estados Unidos, United Steelworkers y otros
sindicatos industriales pusieron en marcha iniciativas para explorar
cooperativas de trabajadores sindicalizados.

Aunque el tono de la tarde fue de celebración, los miembros de New Era también
hicieron hincapié en los sacrificios que hicieron para llegar allí. A Melvin
“Ricky” Macklin, vicepresidente de la sección sindical, amigos y familiares le
prestaron para completar los mil dólares de capital inicial que puso cada uno de
los 18 trabajadores-propietarios. Además de poner el dinero de buena fe y
asistir a clases de negocios y reuniones regulares de planificación para
preparar el lanzamiento, la mayoría de los miembros de New Era tuvieron que
seguir cumpliendo con los requisitos del seguro de desempleo, ya que hasta ahora
“trabajan por un trabajo, en lugar de trabajar un trabajo”, señaló Macklin.

Debido al riesgo que supone, algunos trabajadores de la antigua fábrica Serious
Materials rechazaron la oferta de convertirse en parte de New Era. “Muchas
personas tienen miedo de entrarle al reto”, señaló Macklin a In These Times.
“Pero quien no arriesga, no gana”.

Después de la celebración, el grupo comenzó una dura planificación para calcular
el precio de las ventanas, ajustar las máquinas para utilizarlas de la mejor
manera posible y comenzar el cumplimiento de los pedidos de ventas, dice Martin.
Tienen un puñado de pedidos y creen que otros sindicatos y cooperativas de
vivienda, en particular, se presentarán como clientes.

Cuando se le preguntó si el primer día de la fábrica en funcionamiento será algo
más que otra jornada de trabajo de 9 de la mañana a 5 de la tarde, Macklin
respondió: “En realidad, yo llego aquí a las 7 de la mañana”.

Una vez que los trabajadores-propietarios logren un punto de equilibrio, esperan
contratar a más trabajadores de Serious Materials despedidos que inicialmente no
se unieron a la cooperativa, pero que empezaron a mostrar un mayor interés en el
proyecto ahora que está funcionando. Finalmente, desean crear más empleos buenos
y ecológicos que se queden en Chicago.

A pesar de todos los obstáculos que ya superó, el grupo sabe que todavía se
enfrenta a una batalla para hacer viable el negocio. “Como movimiento, tenemos
que estar preparados para el fracaso también”, dice Martin. “Estamos tratando de
crear un movimiento que no solamente basada en la emoción; tratamos también de
construir alternativas reales”. Para lograr eso, necesitarán apoyo continuo de
la comunidad.

En ciudades como Nueva York y Oakland, los gobiernos locales y las cámaras de
comercio ofrecen incentivos fiscales a las cooperativas modestas. A Martin le
gustaría que sucediera igual en Chicago, especialmente teniendo en cuenta los
casi 10 millones de dólares en subsidios públicos dados a Republic Windows and
Doors, el ex patrón de los trabajadores, para la construcción de su planta en la
Isla de Goose como parte de un programa de impuestos de la ciudad (TIF por sus
siglas en inglés). Los dueños de la planta supuestamente se embolsaron 8
millones de dólares por la venta del edificio después de mantener la fábrica
abierta sólo el tiempo suficiente para evitar sanciones del TIF. Uno de los
propietarios de la fábrica trasladó los bienes de la empresa a su nueva
compañía, Sound Solutions, en lo que un fideicomisario de quiebra federal
denominó una “transferencia fraudulenta”. Sound Solutions será uno de los
principales competidores de New Era.

En lugar de seguir canalizando dinero a los desarrolladores que mueven este tipo
de negocios, afirma Martin, las autoridades municipales pueden invertir en
empresas de propiedad de los trabajadores.

¿Lo harán? Varios políticos locales estuvieron presentes en la inauguración para
mostrar su apoyo, pero aún no está clara la forma en que el apoyo se
manifestará. El comisionado del Séptimo Distrito del condado de Cook, Jesús G.
García, declaró que está encantado de ver el negocio abierto en su distrito,
particularmente porque estuvo vacía. “Estoy ansioso por ver si hay incentivos
que podamos darles”, dijo a In These Times. “Al ver el modelo, creo que hay
mucho potencial de las cooperativas en la región”. Esa no es la única razón que
lo llevó a la inauguración: “Mi esposa y yo estamos buscando ventanas nuevas”.

Artículo original en inglés publicado en IN THESE TIMES. Traducido por Clayton
Conn.

Fuente:
http://desinformemonos.org/2013/05/una-nueva-era-para-el-cooperativismo-en-chicago/
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In
http://rebelion.org/noticia.php?id=168930
30/5/2013

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