quarta-feira, 29 de abril de 2020

La crisis capitalista es más mortal que el coronavirus


La crisis capitalista es más mortal que el coronavirus


Por William I. Robinson | 29/04/2020 | EE.UU.




El confinamiento decretado en Estados Unidos y en muchos países del mundo para
hacer frente a la pandemia de COVID-19 ha paralizado la economía capitalista y,
por tanto, ha demolido el proceso de la acumulación de capital.


El hecho de que esta parálisis económica arroje a decenas de millones de
trabajadores a una crisis de supervivencia es totalmente fortuito para la
preocupación de la clase capitalista transnacional (CCT) de reanudar de
inmediato la maquinaria lucrativa, ya que el capital no puede permanecer ocioso
sin dejar de ser capital. El impulso de reavivar la acumulación explica que en
muchas ciudades norteamericanas se hayan producido manifestaciones públicas de
la ultraderecha para exigir el levantamiento de la cuarentena, al igual que los
sectores más reaccionarios del capital promovieron el Tea Party a raíz del
colapso financiero de 2008, movimiento que a su vez se movilizó en apoyo al
trumpismo.

Si bien las protestas parecen espontáneas, de hecho han sido organizadas por las
agrupaciones conservadoras estadounidenses, entre ellas la Fundación Heritage,
FreedomWorks (Obras de Libertad) y el Consejo Americano de Intercambio
Legislativo (conocido como ALEC por su sigla en inglés), que reúne a los
directores ejecutivos de las grandes corporaciones junto con los legisladores
derechistas locales de todo Estados Unidos. El mismo Presidente Trump enardeció
a los manifestantes mediante una serie de tweets, entre ellos uno que declaraba
“LIBERAR a VIRGINIA, y proteger su gran Segunda Enmienda, que está bajo asedio”.
El llamado a defender dicha enmienda de la Constitución norteamericana, que
garantiza el derecho a portar armas, prácticamente constituía un llamado a la
insurrección armada. En el estado de Michigan seguidores armados de Trump
bloquearon el tráfico para impedir el paso a la ayuda. Días atrás  Trump adujo
 tener poder “total” – la clásica definición de totalitarismo – para levantar la
 cuarentena.

A pesar de su retórica populista, el trumpismo ha servido bien a los intereses
de la CCT en implementar un programa de neoliberalismo en esteroides que va
desde la reforma impositiva regresiva y la amplia desregulación y privatización
hasta una expansión de los subsidios al capital, recortes al gasto social y
represión sindical. Trump – él mismo miembro de la CCT – retomó donde dejó el
Tea Party a raíz del colapso financiero de 2008 y forjó una base social entre
aquellos sectores de la clase obrera mayoritariamente blancos que anteriormente
habían gozado de ciertos privilegios, como empleo estable y bien remunerado, y
que en años recientes han experimentado una aguda desestabilización
socioeconómica y movilidad descendente frente a la globalización capitalista. Al
igual que el Tea Party que le precedió, Trump ha sabido desviar la cada vez
mayor ansiedad social que sienten estos sectores desde una critica radical al
sistema capitalista hacia una movilización racista y jingoísta contra chivos
expiatorios como los inmigrantes. Estas tácticas trumpistas han convertido
dichos sectores en fuerzas de choque para la agenda capitalista ultraderechista
que los ha llevado al borde de un proyecto verdaderamente fascista.

La cada vez mayor crisis del capitalismo global ha acarreado una rápida
polarización política en la sociedad global entre una izquierda insurgente y
fuerzas ultraderechistas y neofascistas que han logrado adeptos en muchos países
del mundo. Ambas fuerzas recurren a la misma base social de los millones de
personas devastadas por la austeridad neoliberal, el empobrecimiento, el empleo
precario y relegación a las filas de la humanidad superflua. El nivel de
polarización social global y de desigualdad no tienen precedentes en estos
momentos. El 1 % más rico de la humanidad controla más de la mitad de la riqueza
del planeta mientras el 80 % más bajo tiene que conformarse con apenas el 4.5 %
de esa riqueza. Mientras se extiende el descontento popular contra esta
desigualdad, la movilización ultraderechista y neofascista juega un papel
crítico en el esfuerzo por parte de los grupos dominantes de canalizar dicho
descontento hacia el apoyo a la agenda de la CCT, la misma disfrazada en una
retórica populista.

Es en este contexto donde los grupos conservadores en Estados Unidos se han
empeñado en organizar una respuesta ultraderechista a la emergencia sanitaria y
la crisis económica, abarcando una mayor dosis de subterfugio ideológico y
también una renovada movilización de sus fuerzas de choque que ahora exigen el
levantamiento del confinamiento. La movilización de masas desde abajo bien
podría exigir que el Estado proporcione ayuda a gran escala a los millones de
trabajadores y familias pobres en vez de insistir en la inmediata reapertura de
la economía. Pero la CCT y sus agentes políticos buscan a toda costa evitar que
las masas pidan un Estado de bienestar social como respuesta a la crisis. Por
eso promueven la revuelta reaccionaria contra el confinamiento avivada por Trump
y la ultraderecha.

Independientemente de las diferencias políticas en el seno de sus filas, la CCT
se ha empeñado en trasladar la carga de la crisis y el sacrificio que impone la
pandemia a las clases trabajadoras y populares. Para este fin ha podido contar
con el poder del Estado capitalista. Los gobiernos del mundo han aprobado nuevos
rescates masivos para el capital mientras se escurren de esta piñata unas
migajas para las clases trabajadoras. El gobierno estadounidense inyectó una
cantidad inicial de 1.5 mil millones de dólares a los bancos de Wall Street en
tanto que la Casa Blanca prometió que su respuesta a la pandemia “estaría
plenamente centrada en liberar el poder del sector privado”, es decir, que la
ganancia capitalista va primero y la misma impulsaría la respuesta a la
emergencia sanitaria. Acto seguido aprobó un paquete de estímulo de 2.2 mil
millones de dólares cuyo componente mayor fue rescates a las corporaciones. En
Europa los gobiernos miembros de la UE aprobaron paquetes fiscales similares, al
igual que hizo la mayoría de los gobiernos en el mundo, que abarcaban la misma
combinación de estímulos fiscales, rescates corporativos y cantidades muy
modestas de ayudas públicas.

Los gobiernos estadounidense y europeos prometieron al menos 8 mil millones de
dólares en préstamos y subsidios a las corporaciones privadas, aproximadamente
el  equivalente a todas sus ganancias en los últimos dos años, lo que la revista
The Economist calificó del “rescate más grande de la empresa privada en la
historia”. Se trata de la lucha de clases desde arriba. Mientras estos mil
millones de dólares se acumulan en la parte superior del pirámide social, la
crisis desatada por la pandemia dejará a su paso más desigualdad, más tensión
 política, más militarismo y más autoritarismo. La Organización Internacional de
 Trabajo advirtió que centenares de millones de personas podrían perder su
 empleo, en tanto la agencia internacional Oxfam calculó que hasta 500 millones
 están en riesgo de caer en la pobreza. Aún más ominoso, el Programa Mundial de
 Alimentos advirtió sobre “una hambruna de proporciones bíblicas” y calculó que
 hasta 130 millones de personas podrían morir de hambre por el posible colapso
 de las cadenas de abastecimiento de alimentos, lo que la organización calificó
 de “la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial”.

Se avecinan convulsiones sociales y políticas

El carácter clasista de la pandemia queda al desnudo. Al virus no le importa la
clase, etnia o nacionalidad de sus portadores humanos pero son los pobres, los
marginados y las clases trabajadoras los que no gozan de las condiciones para
protegerse del contagio ni pueden asegurar la atención médica en caso de
contaminación. Pueden morir millones de personas, no tanto por la infección
viral sino por la falta de acceso a los servicios y recursos de suporte vital.
La CCT intentará aprovechar el desempleo y empobrecimiento masivo para reforzar
su poder de clase mediante mayor disciplina y austeridad a medida que pase lo
peor de la pandemia y la economía global se hunda en depresión. Las clases
dominantes utilizarán la pandemia como cortina de humo para consolidar un estado
policial global. Por último, la crisis capitalista desatada por el coronavirus
será mas mortal para los trabajadores empobrecidos que el mismo virus.

Aun cuando se mantienen el gasto deficitario y el estimulo keynesiano mientras
dure una depresión económica, la experiencia de 2008 nos muestra que los
gobiernos recuperaron los costos de los rescates mediante una mayor austeridad,
en tanto los bancos y las corporaciones utilizaron los fondos de dichos rescates
para volver a comprar acciones y emprender una nueva ronda de actividades
depredadoras. La estrategia de la CCT parece ser una repetición de 2008, ahora a
una escala mucho mayor, dirigida a inyectar cantidades masivas de dinero al
sistema bancario privado. A cambio no se impone a los bancos ninguna obligación
de utilizar dicho dinero para reinvertir en la economía real o para algún bien
social. A raíz del colapso financiero de 2008 los bancos simplemente
convirtieron los miles de millones que recibieron en concepto de rescates en
especulación en el casino financiero global y para apropiarse de más activos y
recursos en todo el mundo.

Además de la movilización de las fuerzas ultraderechistas y neofascistas también
se han movilizado sectores populares y las clases trabajadoras. Aunque no sea
posible tumbar el sistema, la única salida a la crisis del capitalismo global
será revertir las cada vez mayores desigualdades mediante una redistribución del
la riqueza y del poder hacia abajo. La lucha por dicha redistribución ya ha
comenzado en medio de la pandemia. En Estados Unidos, al igual que en otros
países, los trabajadores han emprendido una ola de huelgas y protestas para
exigir condiciones de seguridad mientras que los inquilinos hacen llamados a
huelgas de alquileres. Los militantes del movimiento a favor de la justicia para
de los inmigrantes han rodeado los centros de detención para pedir la liberación
de los detenidos, los trabajadores automotrices han salido en huelgas salvajes
para obligar a cerrar las plantas, los desamparados han ocupado casas
deshabitadas y los trabajadores sanitarios han emprendido protestas ruidosas
para exigir los equipos necesarios para realizar su trabajo en condiciones de
seguridad.

Los grupos gobernantes no pueden sino sentirse asustados por el creciente
descontento de las masas. La crisis erosiona la hegemonía capitalista y tiene el
potencial de despertar a millones de personas de la apatía política. El proyecto
neoliberal está agotado y a duras penas se podrá resucitar. Para bien o para
mal, se reconstruirá el mundo. Hemos entrado en un periodo de cada vez mayor
caos en el sistema capitalista mundial. Fuera de una revolución, hemos de luchar
ahora para evitar que nuestros gobernantes conviertan la crisis en una
oportunidad para resucitar y profundizar el orden neoliberal moribundo cuando
pase la tormenta de la pandemia. Se trata de clamar en nuestra lucha por algo en
línea de un “Nuevo Pacto Verde” (“Green New Deal”) a escala global como programa
interno mientras se acumulan las fuerzas para un cambio más radical del sistema.
Las fuerzas progresistas y de izquierda tienen que situarse para hacer
retroceder al impulso ultraderechista y neofascista. Se concentran los
nubarrones. Se están trazando las líneas de batalla. Se aproximan convulsiones.
Está en juego la batalla por el mundo postpandemia.

William I. Robinson es profesor de sociología en la Universidad de California,
Santa Bárbara.

In
REBELION
https://rebelion.org/la-crisis-capitalista-es-mas-mortal-que-el-coronavirus/
29/4/2020

terça-feira, 28 de abril de 2020

Capitalismo na UCI a sobreviver com ventiladores...



  

       por Strategic Culture Foundation

       A pandemia de Covid-19 está a desencadear salvamentos  (bailouts)
      obscenos de indústrias e companhias ocidentais, bem como bóias de salvação
      para magnatas bilionários.

       É grotesco que milhões de trabalhadores sejam postos em lay off por
      corporações que estão a receber fundos dos contribuintes. Muitas dessas
      corporações acumularam triliões de dólares em paraísos fiscais e
       contribuíram com zero para o tesouro público. Mas estão a ser salvas
      devido às paralisações na economia decorrentes da crise do Covid-19.

       Por que os bancos e as corporações não estão a ser forçados pelos
      governos a pagar aos seus trabalhadores em licença médica ou em
      confinamento? É porque governos são comprados e pagos por servidores dos
      um por cento do topo. Alguns líderes políticos são a personificação dos um
      por cento, como Donald Trump e membros do Congresso dos EUA.

       Assiste-se agora à maior orgia de dinheiro fácil nos EUA, onde o governo
      Trump e o Congresso aprovaram a emissão de triliões de dólares para
      escorar corporações e bancos. Enquanto isso, são lançadas migalhas a
      milhões de trabalhadores e suas famílias.

       Em apenas cinco semanas, o desemprego atingiu estarrecedores 26,4 milhões
      de pessoas nos EUA – e isso é o número oficial. O nível real sem dúvida é
      muito mais alto. É relatado que as perdas de empregos liquidaram todos os
       acréscimos que haviam sido obtidos na última década desde a crise
      financeira de 2008. Na crise actual, o governo dos EUA organizou
       salvamentos de triliões de dólares para bancos e indústrias como fizera
      em 2008-2009. Não durariam senão até à farra seguinte.

       Na verdade, isto era um padrão familiar no século passado, em que a
      economia era continuamente salva da ruína pelo governo a expensas de
       trabalhadores comuns, pequenas empresas e contribuintes. O resgate
      recorrente é a prova de que o sistema de capital privado e dos supostos
      mercados livres são um mito.

       O sistema tipicamente privatiza o lucro para uma elite e socializa as
      perdas para a massa do povo. Tem sido sempre uma versão do "socialismo
       para os ricos".

       No passado distante, o salvamento do capitalismo em colapso foi conduzido
      com um certo grau de democratização e progresso social. Na era do New Deal
      de Roosevelt, na década de 1930, pelo menos a intervenção do governo fez
      um longo caminho para reintegrar os trabalhadores e seus direitos, apesar
      da feroz oposição dos capitalistas. Ao longo das últimas décadas, no
      entanto, o resgate do capitalismo teve uma ênfase cada vez maior em
      aplicar dinheiro e empréstimos em corporações e investidores enquanto
       trabalhadores comuns são marginalizados. Este processo de desfalque
       atingiu novas alturas no crash de 2008. Agora, sob o comando de Trump, a
       pilhagem tornou-se lendária. Deveria ser sublinhado no entanto que a
       corrupção tem o endosso bipartidário tanto de republicanos como de
      democratas. Eles são realmente um só partido ao serviço do  big business.

       Como Eric Zuesse comentou esta semana numa  análise pormenorizada aqui
      publicada, o "salvamento feito de cima para baixo" do Covid-19 nos EUA
      resultará em ainda mais desigualdade social e, finalmente, mais disfunções
      na economia americana daqui para frente. "O resultado portanto será
      colapso económico e talvez mesmo revolução", assinala Zuesse.

       É indiscutível que o capitalismo é um sistema fracassado tanto nos EUA
      como na Europa. A pandemia do Covid-19 e o seu impacto social desastroso
      de doenças e mortes mostra que uma tal economia não pode organizar
      sociedades baseadas na satisfação das necessidades humanas. Ela ao invés
      funciona para enriquecer continuamente os que já são ricos enquanto cria
      um número cada vez maior de pobres e destituídos. Esta polarização crónica
      da riqueza foi apontada por muitos críticos do capitalismo, incluindo Karl
       Marx, e mais contemporaneamente por economistas progressistas como
      Richard Wolff e Thomas Picketty.

       É justo descrever o capitalismo corporativo (ou socialismo para os ricos)
      como uma patologia que produz muitas outras patologias, incluindo
       privações, crime, insegurança, danos ecológicos, militarismo,
      imperialismo e, finalmente, guerra. Ironicamente, um vírus está a revelar
      este sistema patológico. E está, inevitavelmente, a forçar o surgimento de
      uma cura.

       É hora de abolir este sistema parasitário e implementar algo mais
       civilizado, eficaz, sustentável e democrático. Esta é a tarefa de pessoas
      organizadas que combatem pelos seus interesses. A ilusão de salvar um
      sistema fracassado e doente deve ser sacudida de uma vez por todas.


      24/Abril/2020

       O original encontra-se em  www.strategic-culture.org/...

In
RESISTIR.INFO
https://www.resistir.info/pandemia/resgates_obscenos_24abr20.html
24/4/2020

quinta-feira, 23 de abril de 2020

¿Por qué los militares brasileños se pliegan a Bolsonaro?




Por Raúl Zibech


El nacionalismo y el desarrollo industrial fueron las señas de identidad de las
Fuerzas Armadas de Brasil desde la dictadura militar hasta los Gobiernos de Luiz
Inacio Lula. Pero el sueño de convertirse en potencia global relativamente
independiente se fue evaporando luego de la crisis de 2008 y terminó sepultado
bajo el Gobierno de Jair Bolsonaro.


El nacionalismo y el desarrollo industrial del país para cimentar su progreso
fueron las señas de identidad de las Fuerzas Armadas de Brasil desde la
dictadura militar (1964-1985) hasta los Gobiernos de Luiz Inacio Lula
(2003-2010). Pero el sueño de convertirse en potencia global relativamente
independiente se fue evaporando luego de la crisis de 2008 y terminó sepultado
bajo el actual Gobierno de Jair Bolsonaro.

Bolsonaro hunde a Brasil en el desgobierno
Aunque el presidente es un obstáculo para garantizar la gobernabilidad del país,
no todos los problemas se reducen a su polémica figura. El viraje de Brasil
hacia su subordinación a Washington y al Pentágono hay que buscarlo en la deriva
pragmática de las Fuerzas Armadas y en su falta de proyección estratégica.

Mucho se ha hablado sobre un supuesto malestar entre los militares con las
declaraciones y actitudes abiertamente golpistas de Bolsonaro. El 19 de abril,
el presidente convocó a sus partidarios a manifestarse frente al Cuartel General
del Ejército, en contra del Congreso y del Supremo Tribunal Federal, llamando a
una intervención para clausurarlos.

Sin embargo, nada indica que la cúpula de las Fuerzas Armadas haya cambiado su
fidelidad por el presidente, al que contribuyeron a elegir y en cuyo Gobierno
hay nada menos que 2.897 uniformados, un número superior al que hubo durante
toda la dictadura militar.

La crisis del coronavirus y la crisis de Bolsonaro: ¿Quién manda en Brasil?
Una prueba de que los militares son profundamente bolsonaristas es lo sucedido
entre el ahora exministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, y el presidente por
la posición de Bolsonaro contra la cuarentena para no perjudicar la economía.
Aunque la sociedad, los medios, los médicos, gobernadores y políticos apoyaban
masivamente al entonces ministro, los militares se inclinaron por el presidente.

El vicepresidente, general Hamilton Mourao, se pronunció en contra de Mandetta,
afirmando que "cruzó la línea roja", que quien toma las decisiones es Bolsonaro,
que "no está tutelado por los militares" y, por el contrario, "tiene extrema
preocupación con la población más desasistida".

La pregunta es cómo se llegó a esta situación, en la cual las Fuerzas Armadas
subordinan su prestigio y su integridad a un presidente errático, aislado y
enfrentado a todas las instituciones del país, desde la Justicia hasta la Orden
de Abogados.


​Los problemas no comenzaron ahora. En 2018 ya se podía constatar el retroceso
brasileño, de la mano de la venta de la empresa de aviación Embraer, creada por
los propios militares, a la estadounidense Boeing. En marzo de 2019, tras la
primera visita de Bolsonaro a la Casa Blanca, Brasil recibió el estatus de
"aliado privilegiado" fuera de la OTAN.

Este año, Trump y Bolsonaro firmaron el acuerdo RDT&E —la sigla en inglés de
investigación, desarrollo, tests y evaluación— que ayudará a abrir la industria
brasileña al mayor mercado de defensa del mundo.

La agencia espacial de Brasil no ve riesgos soberanos en que EEUU use la base de
Alcantara
Entre tanto, el Parlamento dio luz verde a la utilización de EEUU de la base de
cohetes espaciales de Alcántara, en el estado de Maranhao, cerca de la línea
ecuatorial. En octubre de 2019 se aprobó el Acuerdo de Salvaguardas
Tecnológicas, la base legal que permite el lanzamiento de cohetes y satélites
con tecnología estadounidense, pese a que la oposición considera que viola la
soberanía nacional.

Según José Luis Fiori y William Nozaki, investigador y director del Instituto de
Estudios Estratégicos de Petróleo, Gas y Biocombustibles, respectivamente, el
viraje más importante fue la definición de Francia como enemigo estratégico de
Brasil en el escenario de la defensa hacia 2040.

Según Nozaki y Fiori, la elección de Francia es "coherente con el objetivo
central e inmediato de las Fuerzas Armadas brasileñas, que es Venezuela y ahora
también Guyana, debido al descubrimiento reciente de inmensas reservas de
petróleo 'offshore'".

Según los analistas, Francia como enemigo estratégico podría cumplir tres
objetivos. En primer lugar, permitiría "la denuncia del acuerdo de cooperación
militar de Brasil con Francia en torno a la construcción del primer submarino
nuclear brasileño, que probablemente sea sustituido por un nuevo proyecto con
EEUU".

Arreaza critica que Bolsonaro apoye a EEUU mientras Brasil afronta COVID-19
El segundo aspecto es la conversión de Brasil en un "protectorado militar de
EEUU", como lo anticipa la venta de Embraer a Boeing, la liberación del uso de
la base de Alcántara y la conversión del gigante sudamericano en aliado
preferencial de Washington.

La tercera cuestión es la "ofensiva final" contra Venezuela, apoyada por Brasil.
En este sentido debe entenderse "el nombramiento del general Mourao para el
Comando Unificado de la Amazonía, del cual fueron excluidos todos los
gobernadores de la región, apartándolos de informaciones y decisiones, incluso
en el caso de que Brasil sea convocado para formar un cerco fronterizo" contra
Venezuela.

Aún resta responder cómo fue posible que Brasil pasara de contar con una
Estrategia Nacional de Defensa, delineada en 2008 —que establece la prioridad de
proteger las reservas de petróleo offshore y de la Amazonía de cualquier
potencia extracontinental, de promover un complejo militar-industrial
independiente y una alianza con países como Suecia y Francia para el desarrollo
de naves y submarinos—, a convertirse en un protectorado militar de EEUU.

A mi modo de ver, hay tres razones básicas:
  Las elites brasileñas (el empresariado, las cúpulas militares y los altos
  cuadros administrativos del Estado) tienen mucho más temor, y rechazo, a la
  izquierda, a Venezuela y a los sectores populares que a cualquier otra
  eventualidad. Este rechazo se debe a una profunda integración con el mundo de
  las empresas multinacionales, de la gran banca y de los lobbies empresariales
  y militares afines al Pentágono.
  Dejaron de creer en Brasil como país llamado a jugar un papel destacado en el
  mundo, de la mano de los BRICS y de los demás países emergentes. No tienen,
  por lo tanto, un proyecto de país capaz de integrar a los 210 millones de
  brasileños en un impulso nacional que, tarde o temprano los llevaría a chocar
  con EEUU. También dejaron de interesarse en la integración regional.
  La sociedad brasileña está desorientada ya que durante los 13 años de
  Gobiernos del Partido de los Trabajadores le dijeron, una y otra vez, que
  "Brasil no tiene enemigos". Era la frase predilecta de Lula y mostró que en un
  mundo como el actual, el ascenso de cualquier país al rango, incluso de
  potencia regional, choca inevitablemente con los defensores de la estrategia
  del "patio trasero" de los EEUU.

In
SPUTKNIK
https://mundo.sputniknews.com/firmas/202004231091200728-por-que-los-militares-brasilenos-se-pliegan-a-bolsonaro/
23/4/2020

sexta-feira, 17 de abril de 2020

*O desastre da Saúde americana*





        *por Andre Motta Araujo*

O País rico sonhado por tantos brasileiros que desconhecem as
profundezas da sociedade americana e tem o Disneyworld como parâmetro
desse País, tem uma chaga impressionante que é a ABSURDA AUSÊNCIA DE
SAÚDE PÚBLICA nos Estados Unidos, aliás todo o sistema de saúde lá é
sofrível e disfuncional.

Há duas realidades, uma ruim e outra pior. Uma parte dos americanos,
geralmente os que estão empregados em grandes corporações e no governo,
tem seguro saúde privado que também sofre severas críticas por
insuficiência e alto custo, no geral os participantes precisam pagar uma
parte do uso dos serviços mesmo que tenham seguro.

Mas a tragédia maior é para quem não tem a proteção do seguro privado,
que se comprado individualmente é caríssimo e exige a co-participação do
segurado nos custos e tratamentos. Quem não tem seguro, se ficar doente
e não tiver como pagar os absurdos custos dos médicos e hospitais MORRE
NA CALÇADA, como estão morrendo milhares de atingidos por coronavírus,
que nem sequer procuram hospitais porque não podem pagar e continuam
trabalhando e infectando outros. É o que aconteceu em Nova York e está
acontecendo em Chicago e Detroit, onde grande parte dos mortos são de
negros e latinos sem condições econômicas de receber tratamento.

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A ausência absoluta de SAÚDE PÚBLICA nos Estados Unidos é um produto da
visão de economia de mercado inspirada em expoentes políticos como
Thatcher e Reagan, que sempre se opuseram à existência de um sistema
estatal de saúde pública, como há na Europa, no Canada e no Brasil,
visto por eles como iniciativa socialista.

O abandono das populações mais pobres nos guetos miseráveis de Nova
York, Chicago, Detroit e Los Angeles, sem nenhuma possibilidade de
assistência se contagiados e atingidos de forma aguda pelo Coronavírus
explica a inacreditável expansão do vírus pelos EUA, hoje o epicentro
mundial da pandemia. Se o pobre doente não tem tratamento ele continua a
andar pelas ruas e espalhar o vírus, não há como evitar. Os ricos
encastelados em condomínios fechados não estão imunes a esse
espalhamento que vem pelos empregados dos prédios e condomínios, pelos
entregadores de tudo. Um vírus que veio à tona em um mercado popular no
centro da China mostra sua capacidade de viagem pelo tempo e espaço,
então é evidente que o NÃO tratamento dos que não têm nenhuma chance de
entrar em um hospital, porque não há nenhum de graça e os pagos são
inacessíveis a eles. Esse abandono dos humanos carentes foi fator
central da impressionante distribuição do vírus nos EUA em muito pouco
tempo.

Leia também:  TV GGN: Pesquisadoras debatem ‘direitos humanos e
coronavírus’, ao vivo
 <https://jornalggn.com.br/coronavirus/tv-ggn-pesquisadoras-debatem-direitos-humanos-e-coronavirus-neste-sabado/>

A discussão sobre a existência de um sistema público de saúde nos EUA é
antiga e hoje mais presente do que nunca. O Partido Democrata tem como
bandeira um sistema público, ferozmente combatido pelo Partido
Republicano mesmo antes de Trump. O Plano Obamacare foi torpedeado pelos
Republicanos, que insensatamente consideram um plano de saúde pública
como inspiração socialista, sem se darem ao trabalho de observar seu
vizinho, o Canada, que tem um excelente sistema de saúde pública sem ser
socialista.

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Na Inglaterra, apesar de todos os esforços diabólicos da Sra. Tachter
para acabar com a saúde pública, o National Health System se manteve
como um plano de atendimento mínimo, já por toda a Europa continental
plano de atendimento médico a todo cidadão é algo que nem se discute há
muito tempo, alguns sistemas são ótimos, outros são sofríveis mas todos
os países têm algo semelhante ao nosso SUS, alguns são tidos como
excelentes, como os dos países nórdicos, o francês também é bem cotado.

*A SAÚDE PRIVADA NOS EUA*

Enquanto não há plano de atendimento público de saúde, os EUA também
sofrem com o atendimento privado.  Lembro dos anos 80 e 90, quando a
elite brasileira ia operar o coração nos EUA, como fez o Presidente João
Figueiredo. Hoje isso seria ridículo, nosso sistema privado é muito
superior ao americano em nível e qualidade de atendimento e mais ainda,
custa MUITO MENOS que nos EUA, razão pela qual S. Paulo recebe por ano
cerca de 20 mil clientes estrangeiros para cirurgias, muitos deles
norte-americanos, enviados por seus seguros saúde, porque a qualidade da
medicina de ponta em S.Paulo, no geral, supera a dos EUA e os custos
são, no geral, uma quarta parte do custo americano.

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Existem surpresas nesse campo. Há alguns anos passei em frente a um
prédio em Washington escrito CLÍNICA DE RETINOPATIA, doença derivada da
diabetes que afeta a visão, algo que sofro. Um centro especializado,
pensei e lá fui para uma consulta. O médico indiano que me atendeu
perguntou de onde eu era, quando disse Brasil deu um pulo de espanto
“mas o que o senhor está fazendo aqui?”, o melhor especialista que
conheço está no Brasil, em Goiania e me deu o nome do médico. Isso tem
sido algo comum com brasileiros que procuram médicos nos EUA. A
propósito, cerca de 25% dos médicos em hospitais americanos são
indianos, no geral de um terço a metade dos médicos nos hospitais não
são americanos, os indianos, iranianos e vietnamitas preponderam, porque
faltam médicos nos EUA.

Leia também:  Como montar a operação de socorro aos bancos
 <https://jornalggn.com.br/coluna-economica/como-montar-a-operacao-de-socorro-aos-bancos/>

Os custos nos hospitais e mesmo nas clinicas privadas são muito altos
por causa da indústria de processar médicos, um negócio de bilhões de
dólares, com advogados especializados nesses casos, o que faz os médicos
terem que comprar seguros de custo altíssimo para se proteger, o que
eleva o preço das consultas e dos hospitais.

Por outro lado, há uma cultura hospitalar muito diferente da brasileira,
onde se restringe acompanhantes e visitas, algo peculiar da cultura
brasileira.

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Por causa do alto custo do seguro de saúde privado, muitos empregados
evitam trocar de emprego para manter o seguro na sua empresa, um novo
emprego geralmente exige carência de um ano antes de ter seguro. O setor
de seguro saúde nos EUA é alvo de enormes e generalizadas críticas, tem
hoje o maior lobby no Congresso americano para defender seus interesses,
um dos quais é que NÃO exista um sistema de saúde pública que lhes
tiraria clientes, é um setor hoje quase amaldiçoado nos EUA, ninguém
está satisfeito com o seguro privado, que é hoje cartelizado, a United
Health domina (no Brasil é dona da AMIL) e é altamente lucrativo.

*A CRISE DO CORONAVÍRUS E A SAÚDE PÚBLICA NO MUNDO*

A crise do Coronavírus vai mudar profundamente a visão da saúde pública
no mundo, porque chega-se a uma óbvia constatação: SE OS POBRES NÃO
TIVEREM SAÚDE PÚBLICA ELES VÃO CONTAMINAR OS RICOS, isso é algo
completamente novo, não adianta os ricos terem seguro saúde no Sírio
Libanês se sua empregada pode lhe passar vírus e não tem atendimento na
saúde pública. Nos EUA a pressão por um sistema de saúde pública pode
definir as eleições presidenciais de Novembro, é uma bandeira do Partido
Democrata e a crise do Coronavírus pode empurrar os Republicanos para
fora da Casa Branca porque eles são contra a saúde pública, que agora
mostrou-se essencial para a sobrevivência dos Estados Unidos como um
País civilizado e maior potência mundial. O vírus mostrou as
deficiências da economia pura de mercado e vai exigir um novo modelo de
solidariedade social que é incompatível com a ilusão de que o mercado
sozinho é solução para tudo, mudando os EUA, muda o mundo.

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Enquanto isso, cabe a nós brasileiros nos orgulharmos do SUS, mesmo com
enormes deficiências de financiamento, é um sistema internacionalmente
admirado. Apesar de lutar contra inimigos internos, o maior dos quais é
o NEOLIBERALISMO CHILENO da atual equipe econômica, cujo sonho é acabar
com o SUS, o INSS e tudo o mais que não seja “economia de mercado”,
estamos ainda na zona de alto risco enquanto esse tipo de ideologia cega
tem poder no País.

In
GGN
https://jornalggn.com.br/a-grande-crise/o-desastre-da-saude-americana-por-andre-motta-araujo/
17/4/2020

quinta-feira, 16 de abril de 2020

Parada no precipício de um colapso financeiro: tempo para uma comissão de Pecora do século XXI.



Matthew Ehret

Enquanto políticos republicanos e democratas realizam reuniões de emergência para
decidir como evitar um colapso de /Wall Street/, o cheiro de
hiperinflação paira no ar hoje tanto quanto hoje na Alemanha nos
primeiros meses de 1922. Nesta semana, os mercados foram sustentados por
uma oferta recorde de US$ 1,5 trilhão em injeções de liquidez nos
próximos meses (somados aos US$ 9 trilhões já injetados nos últimos seis
meses) e, em vez de lidar com as reais razões desse colapso financeiro
que se aproxima, a mídia fez uma lavagem cerebral no ocidente de que
tudo ficaria bem, “se o coronavírus não tivesse se tornado uma pandemia”.

Mas o que realmente está sendo socorrido aqui exatamente e por quê? Esse
dinheiro está realmente chegando à economia real? Está sendo investido
para reconstruir as fazendas, negócios e indústria dos Estados Unidos?

A realidade é que a única coisa que está sendo salva são os bancos
“Grandes demais para falir” que estão no topo de uma bomba de US$ 1,5
quatrilhão de derivativos. Entre os especuladores mais falidos dos
Estados Unidos estão o /JPMorgan Chase, Citigroup e Goldman Sachs/, cuja
exposição a derivativos atingiu US$ 48 trilhões, US$ 47 trilhões e US$
42 trilhões, respectivamente, nos últimos anos.

É minha opinião que Trump é genuíno em seu desejo de “drenar o pântano”
e reconstruir a base industrial perdida dos EUA. Também acredito
genuinamente que Trump deseja estabelecer relações positivas com a
Rússia, a China e outros países soberanos que provocaram a ira do estado
profundo internacional. No entanto, o ponto cego potencialmente fatal de
Trump parece ser sua tendência a acreditar na mentira de que o bem-estar
de /Wall Street/ é de alguma forma indicativo do bem-estar dos EUA.

Se Trump é inteligente (e seus pedidos anteriores para a restauração de
Glass-Steagall e as práticas do Sistema Americano implicam que ele sabe
uma coisa ou duas), então, em vez de socorrer /Wall Street/, lançando
mais gasolina no fogo, é melhor que ele tirou as lições de 1933 e
estabeleceu uma nova Comissão Pecora para 2020.

*O que foi a Comissão Pecora?*

Muitos estão cientes do colapso econômico de 24 de outubro de 1929, que
levou quatro anos de depressão à América (e grande parte do mundo
ocidental). No entanto, muitas pessoas não estão cientes da intensa luta
iniciada por patriotas em ambos os partidos contra o /Wall
Street//parasita de estado profundo daquela época que impediu um golpe
fascista contra o recém-eleito Franklin Roosevelt, enquanto também
prejudicava o comando da vida americana em /Wall Street/. Apesar dos
livros revisionistas caiados que contaminaram os últimos 70 anos, a
recuperação dos Estados Unidos da depressão nunca ocorreu sem uma luta
de vida ou morte, e essa luta foi possível, em grande parte pelo
trabalho corajoso de um advogado italiano de Nova York. O nome desse
homem era Ferdinand Pecora.

Em 1932, quando os senadores Peter Norbeck (R-SD) e George Norris (R-NB)
lideraram o estabelecimento do Comitê de Bancos e Moeda dos EUA, a
economia americana estava apoiando a vida e as pessoas estavam tão
desesperadas que uma ditadura fascista em Os Estados Unidos seriam
recebidos de braços abertos se apenas pão pudesse ser colocado sobre a
mesa. O desemprego atingiu 25%, enquanto mais de 40% dos bancos faliram
e 25% da população perdeu suas economias. Milhares de cidades-tendas
chamadas ‘Hoovervilles’ estavam espalhadas pelos EUA e mais de 50% da
capacidade industrial da América havia encerrado. Milhares de fazendas
foram encerradas e os motores da indústria americana pararam com força.

Do outro lado do oceano, os regimes fascistas da Alemanha, Itália e
Espanha estavam ficando mais poderosos a cada dia, alimentados por
injeções de centenas de milhões de dólares em capital pelos banqueiros
de Londres e /Wall Street/. O notável entre esses financiadores
pró-fascistas não era outro senão o patriarca da família Bush, Prescott,
que concedeu milhões em empréstimos ao partido nazista falido de Hitler
em 1932 (e continuou negociando com o partido até 1942 – só parou depois
de ser considerado culpado por “negociar com o inimigo”).

O Comitê de Bancos e Moeda era um órgão relativamente impotente quando
começou em 1932, mas quando o senador Norbeck convocou Ferdinand Pecora
para liderá-lo em abril de 1932, tudo começou a mudar. Pecora, de
primeira geração, foi forçado a abandonar o ensino médio depois que seu
pai foi ferido para sustentar sua família. Anos mais tarde, o jovem
encontrou emprego como balconista em um escritório de advocacia e
conseguiu passar pela faculdade em 1911. Sua reputação inabalável lhe
rendeu a animosidade de poderosos financiadores de Nova York, que
garantiram seu sucesso na acusação. Os corretores nunca resultaram na
obtenção do procurador-geral, onde ele fez seu nome fechando mais de 100
corretoras ilegais que especulavam valores mobiliários fraudulentos
durante a depressão.

Dias depois de aceitar o cargo de Washington como comitê do Conselho
Chefe de Norbeck (pelo escasso salário de US$ 250/mês), Pecora recebeu
amplos poderes de intimação para auditar bancos e arrastar os homens
mais poderosos da América para testemunhar nas audiências do comitê.

Nas duas primeiras semanas, Pecora ganhou as manchetes ao auditar os
livros dos principais bancos de /Wall Street/ e contratou o presidente
pró-fascista da Cidade Nacional, Charles Mitchell (então se preparando
para aconselhar Benito Mussolini) a testemunhar. Em questão de dias, a
equipe de advogados de defesa caros de Mitchell não pôde fazer nada além
de assistir em desespero o poderoso financista admitir a venda a
descoberto de ações de seu próprio banco durante a depressão, enganando
os depositantes com compras de dívidas de sucata cubana e evitando
impostos por anos. Mitchell foi forçado a renunciar com vergonha,
seguido dias depois pelo presidente da Bolsa de Nova York, Dick Whitney,
que deixou o tribunal algemado.

Essa repressão aos abusos de /Wall Street/ foi bastante divulgada e
colocou os holofotes sobre os esquemas criminais usados ​​para apostar
em poupanças e depósitos bancários comerciais nos mercados de valores
mobiliários e futuros, o que levou ao colapso orquestrado da economia da
bolha em 1929 (ironicamente grande parte da bolha construída durante os
“dias de dinheiro fácil” dos “anos 20”, estava centrado no mercado
imobiliário). A repressão de Pecora também deu o tom para a nova
administração de Roosevelt.

Ao contrário da Comissão Pujo anterior de 1911 , liderada pelo senador
Charles Lindberg Sr., que também expôs os abusos de poder de /Wall
Street/, a Comissão Pecora foi apoiada por um presidente que realmente
se importava com a Constituição e ampliava ainda mais os poderes de
Pecora. Quando FDR foi informado de que apoiar as exposições de crimes
financeiros de Pecora prejudicaria a economia, o Presidente respondeu:
“Eles deveriam ter pensado nisso quando fizeram as coisas que estão
sendo expostas agora”. FDR seguiu esse aviso encorajando o advogado a
assumir John Pierpont Morgan Jr.

Em vez de controlar uma instituição americana como muitos acreditavam há
70 anos e hoje, o JP Morgan Jr. estava na verdade executando uma
operação que havia sido criada anteriormente em meados do século XIX
como parte de uma infiltração britânica na América. Como o historiador
John Hoefle apontou em um estudo da EIR de 2009:

“A /House of Morgan/ era, na verdade, uma operação britânica desde o
início. Começou a vida como /George Peabody & Co./, um banco fundado em
Londres em 1851 pelo americano George Peabody. Alguns anos depois, outro
americano, Junius S. Morgan, ingressou na empresa e, com a morte de
Peabody, a empresa se tornou /JS Morgan & Co/. Junius Morgan trouxe seu
filho, J. Pierpont Morgan, para chefiar o escritório de JS Morgan em
Nova York. , e o escritório de Nova York tornou-se /JP Morgan & Co./ De
seu papel original de ajudar os britânicos a controlar as ferrovias
americanas, o banco Morgan se tornou uma força líder na guerra da
oligarquia contra o Sistema Americano, usando os bolsos profundos de
seus senhores imperiais. tornar-se uma potência não apenas em finanças,
mas em aço, automóveis, ferrovias, geração de eletricidade e outras
indústrias.”

Em 1933, a /House of Morgan/ tornou-se uma hidra de várias cabeças,
controlando empresas de serviços públicos, /holdings/, bancos e inúmeras
outras subsidiárias.

O senador George Norris apresenta um gráfico do poder de /Wall Street/

Quando o JP Morgan jr. Quando foi chamado para testemunhar, o banqueiro
carregava um anão no colo, zombando do “circo da comissão”. No entanto,
quando as perguntas começaram, o banqueiro arrogante foi pego de
surpresa pela prova de Pecora das “listas de clientes preferenciais”
secretas de Morgan de políticos de quem o banqueiro possuía e que
recebiam ofertas de ações com taxas de desconto. Nomeado entre os
milhares de traidores nesta lista, Pecora revelou o ex-presidente Calvin
Coolidge, o secretário do Tesouro de Coolidge, Andrew Mellon (um
defensor de Schacht-Hitler desde o início), o financista Bernard Baruch,
o juiz da Suprema Corte Owen Roberts e o controlador do Partido
Democrata John Jacob Raskob. Raskob não era apenas um grande
especulador, mas também era o líder da /American Liberty League/, que
tentou derrubar repetidamente FDR entre 1933-1939 e trabalhou para aliar
a América com poderes de eixo entre 1939-1941.

O ego divino de Morgan foi reduzido ao nível dos mortais quando o
banqueiro confuso só conseguiu responder “Não me lembro” repetidamente
quando perguntado se ele pagara impostos nos últimos 5 anos. Como se
viu, ao final do julgamento, foi revelado que NENHUMA das subsidiárias
da Câmara de Morgan pagou impostos durante todo o período da depressão e
foi pego jogando com os depositantes ativos de contas comerciais. Essas
revelações não se encaixaram bem com uma população morrendo de fome
pelas ruas da América.

Demonstrações semelhantes de corrupção foram feitas pelos chefes de
/Kohn Loeb, Chase Bank, Brown Brothers Harriman/ e outros.

Diante dessas revelações, a revista /The Nation/ noticiou: “Se você
ganha US$ 25, é um ladrão. Se você roubar US$ 250.000, você é um
fraudador. Se você roubar US$ 2,5 milhões, você é um financiador.”

O aliado de Pecora, o senador Burton Wheeler, disse que “a melhor
maneira de restaurar a confiança em nossos bancos é tirar esses
presidentes desonestos dos bancos e tratá-los da mesma forma que
tratamos Al Capone”.

*Roosevelt drena o pântano*

Com a luz lançada firmemente sobre as sombras escuras onde residem
criaturas vis como JP Morgan e outros gremlins financeiros, a população
finalmente começou a entender o que as injustiças aconteceram durante os
anos de desespero pós-1929. Embora nem todos os banqueiros tenham ido
para a prisão como Wheeler ou Pecora gostariam, foram feitos exemplos de
dezenas que o fizeram e muitos outros cujas carreiras foram
vergonhosamente encerradas. Mais importante, porém, essa exposição deu a
Franklin Roosevelt o apoio necessário para drenar o pântano e impor
reformas amplas aos bancos.

Nos primeiros cem dias, FDR foi capaz de:

    1) Impor a separação bancária Glass-Steagall (forçando os bancos de
    /Wall Street/ a interromper suas funções e impedindo que os
    especuladores joguem com ativos produtivos)

    2) Criar a Corporação Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) que
    protegia as economias dos cidadãos de futuras crises

    3) Criar a /Securities Exchange Commission/ para supervisionar as
    atividades de /Wall Street/ e em cujo corpo Pecora foi nomeado
    comissário em 1934.

    4) Libertar amplo crédito por meio da /Reconstruction Finance
    Corporation/ (RFC), que agia como um banco nacional ignorando o
    Federal Reserve privado, canalizando US$ 33 bilhões para a economia
    real até 1945 (mais do que todos os bancos comerciais privados
    combinados)

    5) Impor tarifas de proteção à agricultura, metais e bens
    industriais para interromper o despejo de produtos baratos nos
    Estados Unidos e reconstruir a economia física dos EUA

    6) Criar vastas obras públicas, como a /Tennessee Valley Authority/,
    as barragens de Grand Coulee, as barragens de Hoover, o
    desenvolvimento de St. Laurence e inúmeros outros projetos,
    hospitais, escolas, pontes, estradas e ferrovias sob o /New Deal/,
    que agiram de muitas maneiras como o cinturão da China e a
    Iniciativa Rodoviária na atualidade. Infelizmente, Roosevelt morreu
    antes que essa nova forma de economia política pudesse ser
    internacionalizada no exterior nos anos pós-guerra como um programa
    anticolonial.

Um belo esboço da luta de FDR é exibido no filme de 2008 ‘1932: Não fale
de partidos, mas de princípios universais’.

Incorporar: https://www.youtube.com/watch?v=V–oozjFwo4
<https://www.youtube.com/watch?v=V%E2%80%93oozjFwo4>

*Subvertendo um golpe fascista de vez em quando*

A Comissão de Ferdinand Pecora moldou tão intensamente a dinâmica da
América por seu simples poder de falar a verdade, que os esforços para
executar um golpe fascista contra FDR usando um general chamado Smedley
Butler também foram desfeitos antes que pudesse ter sucesso. Butler
acompanhou os planos de /Wall Street/ por alguns meses antes de decidir
publicamente apitar no congresso. Butler expôs a intenção de usá-lo como
um “ditador de marionetes”, liderando milhares de legionários americanos
em um assalto à Casa Branca, deslocando FDR.

Hoje em dia é esquecido, mas nos primeiros anos das décadas de 1920 e
1930, a Legião foi modelada no esquadrão fascista de Mussolini e até seu
líder Alvin Owsley tornou explícito em 1921 dizendo:

“Se necessário, a Legião Americana está pronta para proteger as
instituições deste país e seus ideais, da mesma maneira que os fascistas
trataram as forças destrutivas que ameaçam a Itália. Não esqueça que os
fascistas são para a Itália de hoje o que a Legião Americana é para os
Estados Unidos.”

As surpreendentes revelações de Butler ampliaram o apoio popular de FDR
e inocularam grande parte da população das notícias falsas que saíam das
agências de propaganda de /Wall Street/ espalhadas pela mídia.

Em 1939, Pecora escreveu um livro chamado “/Wall Street /sob juramento:
a história de nossos trocadores de dinheiro modernos”, onde o advogado
disse profeticamente:

“Sob a superfície da regulamentação governamental do mercado de valores
mobiliários, as mesmas forças que produziram os excessos especulativos
tumultuados do ‘mercado de touros selvagens’ de 1929 ainda evidenciam
sua existência e influência. Embora reprimidos no momento, não se pode
duvidar que, dada uma oportunidade adequada, eles voltariam à sua
atividade perniciosa.”

Pecora passou a dar mais um aviso que as gerações atuais devem levar a
sério. “Se houvesse uma divulgação completa do que foi feito na promoção
desses esquemas, eles não poderiam sobreviver por muito tempo à luz
feroz da publicidade e das críticas. Chicanery legal e escuridão total
eram os aliados mais fortes dos banqueiros.”

O atual colapso econômico de hoje só pode ser evitado se as lições de
1933 forem levadas a sério e os patriotas que realmente se importam com
suas nações e pessoas param de legitimar a economia do cassino de
capital fictício, derivativos, escravidão por dívida e anti-humanismo
que se tornaram tão comuns em todo o mundo. estratos que governam a
elite tecnocrática e bancária hoje tentando controlar o mundo. Essa
elite, assim como os financiadores da década de 1920, não se preocupa
com o dinheiro como um fim, mas o vê apenas como um meio de impor formas
fascistas de governança à população mundial. Da mesma maneira que os
inimigos de /Wall Street//Londres de FDR buscaram um governo mundial sob
os nazistas, os herdeiros de hoje desse legado anti-humano são movidos
por um compromisso religioso de “administrar” um novo colapso da
civilização mundial sob um Novo Verde. Acordo e Governo Mundial.

Então, por que aceitar esse futuro distópico quando um futuro melhor nos
é oferecido pela aliança multipolar hoje liderada pela Rússia e pela China?

Traduzido para publicação em dinamicaglobal.wordpress.com
<https://dinamicaglobal.wordpress.com/>

Fonte: Strategic-Culture.org
<https://www.strategic-culture.org/news/2020/03/16/standing-at-precipice-of-a-financial-collapse-time-for-21-century-pecora-commission/>

In
DINÂMICA GLOBAL.

https://dinamicaglobal.wordpress.com/2020/04/16/parada-no-precipicio-de-um-colapso-financeiro-tempo-para-uma-comissao-de-pecora-do-seculo-xxi/
16/4/2020

quarta-feira, 15 de abril de 2020

O que o vírus nos está ensinando?



 por Fernando Horta

E o vírus, numa destas imponderabilidades da História passou a nos dar
aula sobre coletividade, segurança, distribuição de bens materiais,
ajuda ao próximo e reconhecimento dos trabalhos socialmente relevantes.


      

A lavagem cerebral que o neoliberalismo fez no mundo todo, especialmente
depois da crise de 2008, foi realmente impressionante. Usando um enorme
poder financeiro, o “donos do mundo” atacaram em três pontas distintas:
primeiro nos cursos de economia e administração para promover (e pagar
muito mais) os defensores de suas ideias. De Larry Summers, Carmem
Reinhart e Ken Rogoff até Gregory Mankiw, todos foram catapultados ainda
mais para cima do que suas ideias sozinhas poderiam fazer. Elevados a
famosa “TINA” (there is no alternative), o pensamento neoliberal tomou
os centros de pesquisa e ganhou o selo “científico”, isolando críticos e
tornando-se hegemônicos não pelo poder dos argumentos, mas do dinheiro
que os argumentos defendiam.

Ajudados por “think tanks” conservadores e pela mídia quase monopolista,
estas ideias desceram ao povo com a chancela de verdades plenas e
passaram a orbitar o imaginário de todo aquele que tivesse contato com a
rede mundial de computadores através de plataformas como o youtube.
Jovens pobres e distanciados de qualquer possibilidade de enriquecimento
no mundo capitalista atual passaram a acreditar piamente em conceitos
como “meritocracia”, “trabalho” e “esforço” sem raciocinar a partir de
suas próprias experiências de vida. Foram convencidos de que se eram
pobres, a culpa era exclusivamente sua e que era possível “enriquecer”
apenas trabalhando e se esforçando. Para fazer este Conto da Carochinha
funcionar, o sistema construiu uma escada de “coachs” que falavam em
“sucesso”, “mindset”, “vontade”, como enriquecer e “dar o máximo de si”
enquanto deixavam as “palestras” que davam dirigindo um carro popular de
cinco ou dez anos atrás.

Não importava mais a realidade. O sonho era vendido em todas as
esquinas, ora fantasiado de “franquia”, ora de “empreendedorismo
digital”. A história do sistema que deixava rico aquele que trabalhava e
pobre aquele que não trabalhava foi contada aos quatro cantos da Terra,
ao mesmo tempo que ela se tornava plana. Marx virou um facínora. Lênin,
uma aberração histórica. E até Paulo Freire, o demônio brasileiro.
Note-se que todos os pensadores que defendiam que o sujeito pensasse a
partir da sua própria realidade, que defendiam o materialismo ao invés
de um idealismo juvenil foram atacados. Com a internet, o plano era
vender sonhos a todos, indiscriminadamente.

Tarólogos viraram filósofos. Torturadores, democratas. Nazistas
tornaram-se “lutadores da liberdade” e os pobres responsáveis pela sua
pobreza. Fazer gesto de fuzilamento era sinal de que era “temente a
Deus”, defender o fim da saúde pública era “defender um Brasil melhor” e
acabar com toda a proteção ao trabalho a ao trabalhador passou a ser
entendido como um gesto de coragem pelo “futuro do Brasil”. Professores
viraram vagabundos, herdeiros que nunca trabalharam viraram “joão
trabalhador” e policial assassino “defensor do país”.

Leia também:  A importância da atuação do Estado para mitigar a
insolvência sistêmica
 <https://jornalggn.com.br/a-grande-crise/a-importancia-da-atuacao-do-estado-para-mitigar-a-insolvencia-sistemica/>

Neste cenário de completa loucura as instituições sucumbiram (fácil
demais). Ministros se tornaram animadores de auditório, e sessões de
tribunal programas de televisão. Juízes viraram acusadores e os
acusadores tornaram-se pastores de uma fé muito peculiar: a que defendia
que qualquer meio e qualquer argumento deveria levar à crucificação.
Militares se tornaram políticos e políticos foram organizados de forma
militar. Seguem ordens estranhas, agridem, atacam em bandos,
organizam-se em pelotões e não dão a mínima para os que sofrem e os mais
necessitados deste país.

Jornalistas, a quem a sociedade entregou a fina tarefa de lutar contra o
poder com apenas a verdade, passaram a ser negociantes de opinião e
vendedores de mentiras. Nada é impossível de se dizer ou patrocinar, não
importa o tamanho da asneira ou do absurdo. Basta pagar bem a quem
outrora fez um juramento ético para com a sociedade. Ninguém mais era
capaz de dizer o que era verdade e o que era mentira. As “fakenews”
começaram nas redações de jornais e revistas antes de se popularizarem
em aplicativos e grupos sociais.

A crise do século XXI era uma crise de toda a humanidade. O planeta não
aguentava o consumo, a sociedade não suportava a concentração de renda e
a democracia não estava preparada pala a vilania das redes sociais
associadas ao dinheiro da expropriação financeira mundial. Nem mesmo o
Papa conseguiu trazer seu rebanho para longe dos ídolos de ouro. Cristo
passou a ser uma palavra suja na boca de charlatões que ao invés de
ensinar compaixão, amor à vida e respeito ao próximo, só fazem é pedir
dinheiro a quem não tem para fazer o contrário do que o galileu um dia
pregou.


Com o caos instalado, muitos de nós – atônitos – não compreendíamos como
havíamos chegado aqui. E tampouco tínhamos qualquer ideia de como trazer
centenas de milhões à razão de novo. A terra era plana, as vacinas
matavam, Deus exigia dinheiro e quem dava amor eram os comunistas (coisa
do diabo). Ser pobre era um pecado mortal e ser rico uma demonstração
inequívoca de genialidade. Matar crianças negras em situação de rua era
“limpeza”, enquanto se chorava copiosamente por animais abandonados. Os
índigenas voltaram a ser “vagabundos” e era preciso incendiar suas
florestas para “desenvolver o brasil”. O nióbio passou a ser solução
para a economia brasileira e o leite de ornitorrinco um dos produtos
mais importantes que o Brasil tinha a oferecer ao mundo, junto com a
exportação de abacate para a Argentina que poderia inverter nossa
balança de comércio.

Eis que surge o vírus.

A forma de vida mais simples e talvez mais primitiva do planeta. Sem
sistema nervoso, ou qualquer capacidade de pensar. O vírus não acredita
em mentiras, nas redes sociais ou em cultos de televisão. Não respeita
ordens de PM com cassetete em punho ou vociferação de político e seus
perdigotos. O vírus não respeita praias particulares, carros importados
com vidro à prova de bala ou casas com vista para a Baía de Guanabara. O
vírus não pergunta em que você votou, quanto você ganha ou quem você
acha que deve morrer.

Ele mata.

E o vírus, numa destas imponderabilidades da História passou a nos dar
aula sobre coletividade, segurança, distribuição de bens materiais,
ajuda ao próximo e reconhecimento dos trabalhos socialmente relevantes.

Se você olhar na história das religiões há um lugar comum. Sempre uma
figura que surge em momentos de crise para liderar a humanidade a um
novo sentir e uma nova forma de pensar. Neste processo ele mata muitos,
ameaça outros vários e salva uns poucos. Talvez o vírus venha a ocupar o
lugar do Messias. Afinal, ele está nos ensinando coisas que já nos
havíamos esquecido.


Se vamos aprender, não sei. Há quem diga que estamos no limiar de uma
grande transformação. Há quem defenda que nada vai efetivamente mudar.
Sinceramente, não sei. Contudo, o banho de pragmatismo e realidade que o
vírus está dando ao mundo é inegável. Reabram os cultos e morram em nome
de Deus. Quebrem a quarentena para salvar a economia para os ricos
poderem sobreviver. Gritem no parlamento para não dar assistência aos
pobres e vejam esses mesmos pobres se levantarem em ódio quando lhes
faltar o médico, o remédio ou o pão.

O vírus não fez nada diferente do que é o sistema capitalista. Apenas
diminuiu o tempo de resposta entre as ações e os resultados. E aqueles
que enganam e mentem, aqueles que sempre enganaram e mentiram não
conseguem mais tempo para convencer que a morte é “boa para o Brasil” ou
que tudo não passa de uma “gripezinha”. Nem mesmo com “lives” e “robôs”
pagos por empresários sonegadores e criminosos.

Não é o juízo final, mas o vírus tá pagando todas as apostas.

In
GGN
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15/4/2020