segunda-feira, 24 de janeiro de 2022

Rusia, Ucrania, la OTAN y la multipolaridad

 




*AUGUSTO ZAMORA, PROFESOR DE RELACIONES INTERNACIONALES DE LA
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID*

Viven en la Unión Europea/OTAN en una burbuja de tal calibre que es como
estar en una estación de tren abandonada, donde se ven pasar los trenes
sin que se detenga ninguno y sin que nadie de los viajantes entienda por
qué los trenes pasan de largo.

¿En qué mundo creen vivir los altos mandos políticos y militares? ¿Se
han enterado de que el siglo XX terminó hace 22 años y que todos sus
planes de dominio mundial fracasaron estrepitosamente? Hagan la lista:
Iraq, Afganistán, Libia, Siria, ahora Malí (donde enviaron tropas con
tal éxito que el gobierno maliense contrató a la rusa Wagner para que
tomara cartas en el asunto, para lloro y pasmo de los atlantistas).

¿Alguien se toma la molestia de ver que la UE/OTAN es una pequeña parte
del mundo y que no cuenta, ni tampoco infunde miedo, luego de sus
continuos fracasos militares y políticos?

En días recientes, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, realizó una
visita de dos días a Rusia, con el objetivo de ampliar y consolidar
«relaciones estratégicas» a veinte años vista entre ambos países. Irán,
por si lo ignoran, es ejemplo del fracaso de las políticas occidentales
de acoso y derribo, como demuestran las cifras. En 1999, el PIB de Irán
era de 256.729 millones de euros.

En 2020, último dato disponible, ese PIB era de 731.353 millones de
euros. Pese a las sanciones, boicots, bloqueos, etc., la economía iraní
creció un 250% en once años. Es, hoy, la 18º economía mundial. La
enemiga de Occidente lo único que ha logrado es crear un sólido
triángulo de alianzas entre Rusia, Irán y China que ni diez OTAN podrían
con él. Dentro de unos meses, las Armadas de estos tres países
realizarán nuevas maniobras militares en el mar Arábigo, para que se
entienda.

A principios de diciembre Vladimir Putin viajó a India. Durante su
visita se revalidó la «asociación estratégica» entre India y Rusia y se
renovó el acuerdo de cooperación militar por un nuevo decenio, además de
otros acuerdos para reforzar los intercambios de toda índole, desde
económicos y comerciales hasta la cooperación espacial. EEUU lleva
tiempo haciendo malabares para arrastrar a India a su alianza contra
China, sin ningún resultado.

Hasta ahora, y desde hace 60 años, India tiene claro que su aliado
estratégico es Rusia y que lo de EEUU es un regalo envenenado para
arrastrarlo a conflictos donde tiene todo que perder y nada que ganar.
Los inteligentes saben que es mala cosa pelearse con el vecino, sobre
todo si el vecino tiene la magnitud de China (o de Rusia). Quien quiera
entender que entienda y si no, ya se sabe, a palos aprenderá.

En febrero, Putin viajará a China, a la inauguración de los Juegos de
Invierno. Será el único jefe de Estado invitado por Xi, y ocasión para
seguir en su intenso intercambio de opiniones sobre las cosas mundiales,
entre ellas –ténganlo por seguro- su pugna con EEUU. Hay, entre Rusia y
China, coincidencia casi total en enfrentar a EEUU. Si se dan los fuegos
artificiales, a EEUU le lloverán palos de todos lados, y no con el
chipote chillón del Chapulín Colorado. Porque, así como Rusia no
permitirá más ampliación de la OTAN, le duela a quien le duela, China
sacará a EEUU de sus mares y recuperará Taiwán, y si Japón y Corea del
Sur –que están situadas en el peor sitio en el peor momento y andan en
una mal encubierta carrera armamentista- se unen a las mesnadas gringas,
creo que habrá que olvidarse de ellos por un tiempo largo. Será un
problema para los que usan vehículos surcoreanos japoneses, porque
escasearán los repuestos.

Si el lector es atento, se habrá dado cuenta que la red de alianzas y
asociaciones estratégicas de Rusia comprende a China, India e Irán, es
decir, a los países más grandes, más poblados y de las mayores economías
de Asia. Si a ello agregamos a los países ex soviéticos, Vietnam,
Mongolia, Siria y a los aliados de China, el resultado da, como poco,
para unos cuantos escalofríos.

¿Va a ir la UE/OTAN a la guerra contra ellos como viene pidiendo EEUU,
que ya incluye a la OTAN en su plan de guerra con China?

¿Están seguros de que es una buena idea meter a la UE a guerrear contra
China y Rusia? Porque por ahí anda el juego, no se equivoquen, aunque
nadie mencione el tema, pues mejor es tener a la gente desinformada y
obediente que informada y enardecida.

Hace poco escuchamos al ministro español de Exteriores, posando como
pavo real al lado del secretario de Estado Blinken, diciendo que España
iría a la guerra por Ucrania, je je. España, con otra división azul,
aunque la pinten de rojo. Al oírlo, sólo pensamos en lo que podría
pasar. A fin de cuentas, si España participa del ataque a Rusia, Rusia
podría responder atacando España. Pero no hay en España sistemas de
misiles antimisiles capaces de detener ningún misil ruso, menos aún un
hipersónico. Sólo imaginemos unos diez de esos misiles haciendo blanco
en las centrales nucleares, en el centro de comunicación de la CIA o en
la base de Rota. Porque la guerra trata de eso.

Tú me atacas, yo te ataco. Me quieres destruir, yo te destruyo antes. ¿O
han olvidado eso también, de tanto estar embutidos en youtubers e
instagramers? España en guerra, je je. Habría que reclutar a esos
políticos y mandarlos de primeros al frente. El gobierno ofrece enviar
avioncitos a Bulgaria -¡uy, qué miedo!, ríen los rusos- y mandar la
fragata Blas de Leso al mar Negro. Más miedo, que llegan los Tercios.
Para los desinformados, hasta en EEUU reconocen que, con la utilería de
misiles que tiene Rusia en ese mar, los barquitos de la OTAN durarían
horas a flote, a ver si creen que Rusia se ha dormido.

Por si acaso lo han olvidado, hay, en el planeta Tierra, 193 países y
7.800 millones de habitantes. La economía mundial se mueve
principalmente en Asia-Pacífico y la península Europa es, cada vez más,
más peninsula. La UE es un galimatías de idiomas y una torre de Babel
política, que sólo en los mapas es uniforme. Los países bálticos y
Polonia no responden a Bruselas, sino a Washington, y se dedican a
replicar las políticas de EEUU.

Los intereses de Alemania son, en primer término, los intereses de
Alemania y no sabemos de ningún alemán que quiera una III Guerra
Mundial, pues saben muy bien cómo suelen terminar para Alemania. En
Francia no quiere oír de guerras y ya hay voces que piden abandonar la
OTAN. La pregunta es qué moños se le ha perdido a España en Ucrania o el
mar Negro para que se exponga al país a una represalia rusa que devuelva
a España al siglo XIX, si hay suerte, o a Atapuerca, si no la hay.

Pareciera que, en este país pequeño y básico, lo de tomarse fotitos en
las Azores para creerse un ratito Superman no era privativo de un
polichinela con bigotito a lo Adolph, sino más general. A ver si la
obediencia ciega a EEUU es por seguir vendiendo aceitunas y aceite de
oliva. Si es por eso, en China hay más mercado y no pide a nadie que
vaya a la guerra para que aderecen con olivas españolas las ensaladas o
echen aceitunas al Martini.

Cada vez queda menos tiempo y cabría esperar que, al menos desde la
izquierda o de lo que de ella quede en España y en Europa, se empiece a
hablar del tema, que están bien los debates de macrogranjas (de las que
estamos en contra, aclaramos) y de los vestidos de las presentadoras de
Nochevieja, pero, atentos, si hay fuegos artificiales, se acabarán las
macrogranjas y las campanadas con uvas también.

Como los sistemas informáticos serán abatidos, habrá que volver al
pastoreo y a sembrar la tierra con burros y bueyes. Mal panorama, pues,
con tanta informática y maquinarias, ahora no hay burros ni bueyes y,
por no haber, no hay nadie que sepa de verdad sembrar la tierra. En
Alemania, que son prevenidos, guardan en depósitos especiales 800.000
toneladas de alimentos, que no olvidan las hambrunas que pasaron en las
dos grandes guerras anteriores. Y quien sea tan ingenuo que crea que
vendrá EEUU a salvar la UE, que recuerde lo dicho por Ronald Reagan:
EEUU no está en el mundo para defender los intereses de nadie, está para
defender los intereses de EEUU (La America First de Trump, el bienamado).

Otra cosa. Salen noticias multiplicando las amenazas de sanciones a
Rusia si invade Ucrania. Las firman la UE, la OTAN, la OSCE y el G-7.
Parecen muchos, pero, en la real realidad son, casi exactamente, los
mismos monos con distinto rabo. La OTAN la integran los países de la UE
más EEUU, Gran Bretaña y Canadá. La OSCE son estos mismos y esos mismos
integran el G-7. Pues bien, al otro lado del ring están la Organización
del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y la Organización de
Cooperación de Shanghái, más los acuerdos bilaterales y esos no son los
mismos monos.

Por demás, tengan claro que Rusia estaría preparada para esas sanciones.

Harán daño a lo corto, pero, a lo largo, llevarán a sustituir el sistema
financiero occidental por uno asiático y, luego, tururú a los
occidentales. Hay tantos bobos sueltos en política que piensan que los
únicos que saben de sistemas informáticos financieros son los gringos.
Una cosita más. A menos que ocurra un milagro y haciendo cálculos de
pesos y medidas (por ejemplo, la fuerza naval china duplicará la de EEUU
en unos años y Rusia tendrá disponible misiles hipersónicos submarinos
capaces de destruir las costas de California en minutos), EEUU acepte
que ya no es y se retire, habrá guerra. Ni Rusia renunciará a sus líneas
rojas, ni China dejará pernoctar mucho tiempo a EEUU en Taiwán y
alrededores. Fuegos habrá, pendientes de fecha. Avisamos con tiempo.
También, que hay oportunidades de trabajo en Nueva Zelanda,

Em
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2022/01/23/rusia-ucrania-la-otan-y-la-multipolaridad/
23/1/2022

quinta-feira, 20 de janeiro de 2022

Estados Unidos y la OTAN actúan igual que la Alemania nazi: amenazan a Rusia

 





*FINIAN CUNNINGHAM, ESCRiTOR IRLANDÉS *

Las potencias occidentales están jugando con fuego al ignorar los
llamamientos urgentes de Rusia para garantizar la seguridad en Europa.
En una serie de reuniones de alto nivel, de la semana pasada los Estados
Unidos y el bloque militar de la OTAN rechazaron las demandas de Moscú
que ha exigido una distensión de gran alcance.

Rusia quiere un tratado mediante el cual la OTAN retrocedan décadas de
invasión de los países el este. Para apreciar la importancia de la
coyuntura actual primero se requiere una comprensión profunda de la
geopolítica que las potencias occidentales han seguido contra Moscú
durante más de un siglo. Ese lapso abarca la Primera Guerra Mundial, la
Revolución Rusa, el crecimiento del fascismo en Europa que condujo a la
Segunda Guerra Mundial, la subsiguiente Guerra Fría de cinco décadas y
luego la última fase del expansionismo de la OTAN, en los últimos 30 años.

De hecho, a partir de las reuniones celebradas entre funcionarios de
EEUU y la OTAN y sus homólogos rusos, y en los informes de los medios
occidentales sobre esas discusiones, la realidad se puso patas arriba.
Los socios de EEUU y la OTAN exigieron que Rusia redujera la escalada o,
de lo contrario, enfrentaría una confrontación. Rusia no tiene tropas
fuera de su territorio. Mientras que EEUU y la OTAN construyen
implacablemente fuerzas ofensivas en las fronteras occidentales de
Rusia. Evidentemente, el agresor no es Rusia, son las potencias
occidentales. Son ellos los que tienen que desescalar.

Por segunda vez, Rusia está viendo una fuerza militar masiva que se
abalanza sobre su territorio desde occidente. En 1941, la invasión de la
Alemania nazi condujo a la Guerra Patriótica en la que murieron hasta 27
millones de ciudadanos soviéticos. Finalmente, el Ejército Rojo derrotó
al Tercer Reich y liberó a Europa del fascismo.

Casi la mitad del número total de muertes en la Segunda Guerra Mundial
se produjeron entre rusos y otros pueblos eslavos. Este horror es
memoria viva. No es sorprendente (si la historia se apreciara
adecuadamente) que Rusia esté hoy perpleja porque ve otra movilización
ofensiva del poder militar en sus fronteras occidentales, esta vez bajo
la égida de la alianza de la OTAN dirigida por Estados Unidos.

Esta acumulación militar ha estado en marcha durante los últimos 30 años
desde la disolución de la Unión Soviética. A pesar de las garantías
verbales de lo contrario, el bloque militar de la OTAN se ha expandido
desde Alemania hasta el Báltico y hasta el Mar Negro. Rusia hoy está
rodeada de miembros de la OTAN capaces de instalar misiles nucleares
estadounidenses que podrían impactar en Moscú en cuestión de minutos.
Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Alemania y otros miembros de la
OTAN tienen aviones de guerra, tanques y buques de guerra maniobrando
constantemente a las puertas de Rusia a lo largo de un arco que se
extiende desde el Báltico hasta el Mar Negro.

No solo eso, sino que los países que se unieron a la OTAN después de que
supuestamente terminó la Guerra Fría tienden a ser vehementemente
antirrusos. Polonia y los estados bálticos de Letonia, Lituania y
Estonia, que limitan con Rusia, son los más estridentes: acusan a Moscú
de «agresión» y piden más despliegue de fuerzas de la OTAN. Estas
naciones quieren admitir a Ucrania en las filas de la OTAN a pesar de
que la ex república soviética está involucrada en una guerra civil entre
un régimen de extrema derecha de Kiev y las personas de habla rusa en el
sureste del país.

Las facciones políticas dominantes en Polonia, los estados bálticos y
Ucrania están marcadas por su asociación con la Alemania nazi durante la
Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, hay ceremonias públicas que
glorifican a las figuras políticas y a los militares locales que
colaboraron con el Tercer Reich.

Fue a través de estos mismos países que la maquinaria de guerra nazi se
abrió camino hacia la Unión Soviética. Por lo tanto, no es de extrañar
que hoy Moscú esté profundamente alarmado por una concentración similar
de fuerzas militares en su frontera oeste y, especialmente, en naciones
que albergan una intensa política antirrusa y que en el pasado sirvieron
instrumentos para la Operación Barbarroja de la Alemania nazi.

Es por eso que Rusia insiste en que Estados Unidos y otras potencias de
la OTAN celebren un acuerdo que limite la expansión hacia el este del
bloque militar, además de la retirada de las armas de ataque
estadounidenses de los territorios fronterizos y restringir los
ejercicios de movilización regional. La máxima prioridad para Moscú es
el compromiso de la OTAN de no admitir a Ucrania ni a otras repúblicas
soviéticas en sus filas. Porque hacerlo supondría una amenaza
existencial inaceptable para Rusia.

Lo inquietante es la aparente indiferencia de EEUU y otros líderes de la
OTAN ante las propuestas de seguridad de Rusia. El resultado de las
reuniones de la semana pasada en tres capitales europeas fue un rechazo
arbitrario por parte de los estadounidenses y sus aliados europeos. La
OTAN, dijeron, seguirá expandiéndose y rodeando a Rusia. Moscú, dijeron,
no tiene poder de veto sobre cómo la OTAN decida expanderse. Esto,
afirman, sé debe que la OTAN es “defensiva” y “democrática”.

Tal actitud es intencionalmente engañosa. La OTAN fue fundada al
comienzo de la Guerra Fría en 1949 con el propósito de enfrentar a la
Unión Soviética. Puede que la Unión Soviética ya no esté, pero el bloque
militar liderado por Estados Unidos la ha reemplazado como enemigo
contemporáneo por la Federación Rusa. Washington y la OTAN han declarado
públicamente que ven a Rusia como una amenaza “existencial” sin
fundamentar de manera creíble la base de una designación tan provocativa.

Pero son los miembros de la OTAN como Polonia, los estados bálticos y
otros estados de Europa del Este, así como Ucrania, los que agregan una
dimensión preocupante. Las facciones políticas gobernantes en estos
países son rabiosamente anti-Rusia, tienen una sensación paranoica de
inseguridad, hacen afirmaciones histéricas sobre una invasión y agresión
rusas y, lo que es más tóxico, tienen una oscura asociación revanchista
que proviene de su complicidad con la Alemania nazi.

Rusia ha advertido a Washington y otras potencias occidentales que están
jugando con fuego al envalentonar a la extrema derecha que gobiernan
Europa del Este y son miembros de la OTAN. La militarización de Polonia,
los países bálticos y Ucrania por parte de la OTAN otorga a estos países
una actitud aún más temeraria de confrontación con Rusia.
Paradójicamente, se acusa a Rusia de agresión y planificación de una
invasión, cuando en realidad es Ucrania y sus vecinos de la OTAN los que
tienen más probabilidades de montar algún tipo de provocación que
conduzca a la guerra con Rusia.

He ahí el reprochable ritmo de la historia. Al contrario de lo que
retratarían los relatos históricos occidentales convencionales, el
ascenso de la Alemania nazi durante la década de 1930 fue una política
deliberada de las potencias occidentales. Los gobernantes
estadounidenses, británicos y franceses financiaron el crecimiento del
Tercer Reich como un baluarte contra la Unión Soviética y una cachiporra
contra el socialismo internacional. El capitalismo occidental vio al
fascismo como un arma conveniente contra una amenaza percibida a su
orden. Con este fin, Wall Street y el Banco de Inglaterra invirtieron
masivamente en la construcción de la maquinaria de guerra nazi bajo
Adolf Hitler.

Las potencias occidentales se comprometieron con el Tercer Reich para
forjar esferas de influencia en las que el Imperio Británico no
intervendría mientras que Hitler tendría las manos libres para la
expansión nazi hacia el este. Un objetivo principal de este pacto
(revelado tácitamente por la cumbre de Munich de 1938 entre Hitler y el
primer ministro británico Neville Chamberlain) era contener a la Unión
Soviética. El rabioso anticomunismo del Tercer Reich (a pesar de su
nombre inapropiado de «nacionalsocialismo») y sus creencias
«Untermensch» sobre los subhumanos eslavos hicieron de la Alemania nazi
el socio elegido por las potencias occidentales para contener a Rusia.

Es justo decir que las potencias occidentales probablemente no
imaginaron cuán desastrosamente lejos llevaría la Alemania nazi sus
propias ambiciones imperiales o cuál sería el horrible alcance genocida
de su depravada Solución Final. Eventualmente, resultó que los
establecimientos británico y estadounidense se verían obligados a ir a
la guerra contra el régimen nazi después de contribuir a su instalación.
Las potencias occidentales habían jugado con fuego al patrocinar un
régimen antisoviético rabioso que terminó volviéndose rebelde contra las
potencias occidentales.

Sin embargo, se puede decir que el resultado de tales maquinaciones de
las potencias occidentales, para contener a la Unión Soviética, sin duda
condujo a la Segunda Guerra Mundial y a un número de muertos de más de
70 millones de personas en todo el mundo.

Hoy, Gran Bretaña y Estados Unidos se jactan de su presunto papel en la
derrota de la Alemania nazi. Sin embargo, la verdad es que ellos crearon
el monstruo fascista y la monstruosa guerra que siguió. La guerra fue
necesaria para acabar con un perro rabioso que habían sido desatado. La
verdadera victoria de la guerra pertenece al pueblo soviético y al
Ejército Rojo que enterró la maquinaria de guerra nazi en Berlín. La
victoria soviética sobre la Alemania nazi fue el acontecimiento
definitivo de la Segunda Guerra Mundial. Las potencias occidentales
fueron un actor secundario, de hecho sus imprudentes maquinaciones
fomentaron la invasión nazi contra la Unión Soviética.

En la raíz de estas maquinaciones imperiales estaba el objetivo de
contener a la Unión Soviética nacido del imperativo de la hegemonía
capitalista occidental.

Cuando se eliminó la amenaza nazi en 1945, las potencias occidentales
pronto iniciaron su obsesión antisoviética en medio de los escombros de
la Segunda Guerra Mundial. La formación de la OTAN, el reclutamiento de
nazis, científicos, espías y colaboradores por parte de las potencias
occidentales y el despliegue de saboteadores fascistas respaldados por
la CIA en Europa del Este (detrás de las líneas soviéticas), apuntaba a
una reanudación de la geopolítica para “contener” a Moscú.

Rusia hoy no representa una amenaza ideológica para el capitalismo
occidental en la forma en que lo hizo la Unión Soviética. Sin embargo,
Rusia presenta una obstrucción problemática a la supuesta hegemonía del
poder imperial occidental, al igual que China y otras naciones que
proclaman la conveniencia de un orden internacional multipolar en
oposición al dictado por Washington y sus aliados occidentales.

Por eso la OTAN sigue expandiéndose alrededor de las fronteras rusas. Es
parte de la estrategia de contención basada en la intimidación y el
impacto desestabilizador. Este fue el hilo geopolítico permanente
durante el siglo pasado.

Washington quiere que Moscú esté subordinado a su poder global al igual
que lo están sus aliados (vasallos) europeos de la OTAN. Idealmente, el
cambio de régimen en Moscú es el objetivo final por el cual el capital
occidental sería capaz de explotar el país más grande del planeta y su
vasta riqueza natural.

De manera similar, al imprudente fomento de la Alemania nazi como
baluarte contra Moscú, las potencias occidentales están fomentando los
regímenes de extrema derecha en Europa del Este con el respaldo de la
OTAN. La primera política condujo al cataclismo de la Segunda Guerra
Mundial. ¿Quién puede afirmar que el envalentonamiento y el armamentismo
de los regímenes rusofóbicos en Europa del Este no termine con una
agresión occidental de manera similar a la de los nazis?

La política y la dinámica de hoy son un eco amenazante de tiempos
pasados cuando las potencias occidentales empujaron al fascismo para
hacer su trabajo sucio: terminar con la Unión Soviética . Fuerzas
similares están trabajando en el presente y Moscú tiene razón al señalar
los peligros con que las potencias occidentales están volviendo a jugar
en el tablero geopolítico..

Em
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2022/01/20/estados-unidos-y-la-otan-actuan-igual-que-la-alemania-nazi-amenazan-a-rusia/
20/1/2022

terça-feira, 18 de janeiro de 2022

Rosa Luxemburgo, la fuerza de las ideas revolucionarias

 

 


JOSEFINA L. MARTÍNEZ , EDITORA DE «RESUMEN LATINOAMERICANO»

El 15 de enero de 1919, un grupo de freikorps (paramilitares alemanes)
asesinó a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. A Rosa Luxemburgo le
partieron el cráneo con la culata de un fusil, la remataron de un tiro
en la sien y lanzaron su cuerpo al Landwehrkanal. Liebknecht fue
asesinado en un parque cercano.

El gobierno del partido socialdemócrata de Ebert y Noske, responsable de
este aberrante crimen político, tenía el objetivo de terminar con la
revolución de los consejos obreros, liquidando a su ala más radical.

A 100 años del asesinato de Rosa Luxemburgo, queremos recuperar algunas
claves de su pensamiento y su obra política, que tienen gran vigencia en
la actualidad. Rosa Luxemburgo fue parte de una generación de marxistas,
junto con Lenin y Trotsky, que desarrollaron un marxismo estratégico,
centrado en el combate por la revolución socialista internacional.

*¿Reforma o revolución?*

En 1898, la revolucionaria polaca llega a Alemania, donde se integra al
SPD, el principal partido de la Segunda Internacional. Sus capacidades
como teórica y polemista destacarán muy pronto en el debate en torno al
“revisionismo” de Eduard Bernstein.

En una serie de artículos publicados en la revista Neue Zeit, Bernstein
cuestionaba las tesis fundamentales del marxismo acerca del capitalismo
y la lucha de clases. Aseguraba que, mediante la expansión del sistema
del crédito y los trusts, el capitalismo había logrado superar las
crisis generales. Si las catástrofes capitalistas ya no eran una
posibilidad inminente, la lucha por el socialismo no necesitaba
atravesar por el “trauma” de una revolución, sino que avanzaría de forma
gradual, en base a la ampliación de la democracia parlamentaria, el
crecimiento de los sindicatos y las cooperativas.

El revisionismo de Bernstein apuntaba al corazón de la teoría marxista
porque diluía en un horizonte muy lejano-y siempre pospuesto- los
objetivos finales, la lucha por una sociedad socialista. El movimiento
por la conquista de reformas se convertía en un fin en sí mismo: “El
objetivo final, cualquiera que sea, no significa nada, el movimiento lo
es todo”. Una vez difuminado el objetivo final, escindido por completo
de la práctica política concreta, la socialdemocracia podía abandonar el
terreno de la lucha de clases, moderando el discurso para no perder el
apoyo de las clases medias y buscando alianzas parlamentarias con el
Partido Liberal para alcanzar mayorías.

Las transformaciones del capitalismo a fines del siglo XIX eran el
trasfondo de las tesis revisionistas. El desarrollo de los monopolios,
la exportación de capitales y el control de las colonias configuraron la
transición hacia la fase imperialista del capitalismo. En ese marco, las
clases dominantes otorgaron algunas concesiones a la clase trabajadora,
en particular a un sector de la aristocracia obrera en los países
imperialistas. En Alemania, la anulación de las leyes antisocialistas de
Bismarck en 1890 permitió un crecimiento sin igual de los sindicatos y
del SPD [1].

Rosa Luxemburgo impugnó las ideas de Bernstein, asegurando que el
capitalismo no había superado su tendencia a las crisis. El desarrollo
de los monopolios y el sistema crediticio no aminoraban las
contradicciones, sino que las agravaban. Para Luxemburgo, por lo tanto,
las premisas del socialismo seguían siendo válidas. El socialismo no era
una aspiración moral o un deseo basado en fundamentos idealistas, sino
una necesidad concreta que se apoyaba en el análisis de las
contradicciones de la sociedad.

El fundamento científico del socialismo reside, como se sabe, en los
tres resultados principales del desarrollo capitalista. Primero, la
anarquía creciente de la economía capitalista, que conduce
inevitablemente a su ruina. Segundo, la socialización progresiva del
proceso de producción, que crea los gérmenes del futuro orden social. Y
tercero, la creciente organización y conciencia de la clase proletaria,
que constituye el factor activo en la revolución que se avecina. [2]

En el pensamiento dialéctico de Rosa Luxemburgo, había una relación
entre medios -lucha de clases- y fines, que Bernstein negaba. A su vez,
reforma y revolución no eran dos estrategias que difieren por la
“duración” o la “velocidad” del cambio histórico. La estrategia
revolucionaria incluía combates parciales por reformas. Pero si la
reforma social se convertía en un fin en sí mismo, se erigía como
obstáculo en la lucha por una nueva sociedad. Y, dado que las reformas
sociales no podían ofrecer “más que promesas carentes de contenido, la
consecuencia lógica de semejante programa será necesariamente la
desilusión”.

Bernstein veía en la acción de los sindicatos la vía para conseguir, de
forma progresiva, una distribución más justa dentro del modo de
producción capitalista. Luxemburgo señala que, sin romper el marco del
sistema capitalista, los sindicatos están condenados a realizar “una
suerte de trabajo de Sísifo”: avanzar, retroceder y volver a empezar,
producto de los ataques renovados del capital.

La batalla con el revisionismo anticipó las que seguirían los años
siguientes en el seno de la socialdemocracia. El crecimiento económico y
el bajo nivel de la lucha de clases desde la derrota de la Comuna de
París en 1871 habían llevado a la dirección del SPD a adaptarse a la
“rutina de la táctica” parlamentaria y sindical. En el partido y en los
sindicatos se consolidaba un enorme aparato burocrático, que Rosa
Luxemburgo fue una de las primeras socialistas en combatir.

“*La evolución se transforma en revolución”*

La revolución de 1905 en Rusia fue la primera gran explosión de la lucha
de clases en Europa desde la derrota de la Comuna de París. La huelga
general y el surgimiento de los soviets marcaron la impronta del
movimiento, que abrió importantes debates en la socialdemocracia
internacional.

Rosa Luxemburgo coincidía con Trotsky y Lenin -contra los mencheviques-
en que la clase trabajadora tenía que cumplir un papel dirigente en la
revolución rusa, independiente de la burguesía liberal. Se transformó en
una vocera de la Revolución rusa en Alemania. Escribía artículos y
recorría mítines para transmitir la experiencia a los obreros alemanes:
“La evolución se transforma en revolución. Estamos viendo la Revolución
rusa, y seríamos unos asnos si no aprendiéramos de ella». Viajó
clandestinamente a Varsovia para participar de forma directa en los
acontecimientos y fue encarcelada durante varios meses.

En el libro Huelga de masas, partido y sindicatos sintetizó las
reflexiones estratégicas acerca de esos hechos. Planteó que la
socialdemocracia occidental tenía que aprender de la Revolución rusa y
agitar la huelga política de masas. Los sindicatos alemanes habían
aprobado una resolución oponiéndose a la huelga general y la dirección
del SPD había aceptado el veto de la burocracia sindical (Congreso de
Manheim, 1906). Luxemburgo combatió las posiciones conservadoras de los
dirigentes sindicales: “A juzgar por los discursos que hasta el momento
se han pronunciado en el debate de la huelga política de masas hay que
agarrarse la cabeza con las manos y preguntarse, ¿vivimos realmente en
el año de la gloriosa Revolución rusa o estamos diez años atrasados?”.

Defendía que la huelga general era una nueva forma de lucha
revolucionaria y distinguió entre huelgas de protesta (acciones
puntuales y ordenadas) y huelgas combativas, donde lo económico y lo
político se entrelazaban. Consideraba que la socialdemocracia no debía
limitarse a tener un rol pasivo: “No puede ni debe esperar con
fatalismo, con los brazos cruzados, que se produzca una ‘situación
revolucionaria’ ni que el movimiento popular espontáneo caiga del cielo.
Por el contrario, tiene el deber como siempre de adelantarse al curso de
los acontecimientos, de buscar precipitarlos» [3].

El debate se profundizó en 1910, cuando Luxemburgo polemizó sobre la
estrategia de la socialdemocracia con su anterior aliado, Karl Kautsky.
El contexto era una nueva ola de luchas obreras en Alemania. Luxemburgo
sostenía que había que agitar la huelga política, mientras Kautsky
consideraba que eso solo podía poner en peligro las posiciones logradas
por la socialdemocracia.

El dirigente socialdemócrata sostenía que había que esperar a las
próximas elecciones -que se realizarían en 1912- para aumentar la
influencia socialdemócrata en el Parlamento. Definía su propia
orientación como una “estrategia de desgaste” y la oponía a la
“estrategia de derrocamiento” que le adjudicaba a Luxemburgo. La idea
central de Kautsky era “evitar los combates decisivos”, acumular fuerzas
y “desgastar al enemigo”. Rosa Luxemburgo respondía que eso era
“nada-más-que-parlamentarismo”. El debate entre ambos terminó de
delimitar al ala izquierda de la socialdemocracia alemana. En este
punto, Luxemburgo percibió antes que Lenin el rol conservador que jugaba
la dirección burocrática en el partido socialdemócrata alemán y en los
sindicatos, que anticipaba la orientación contrarrevolucionaria que
tomarían ante la guerra imperialista [4].

*Socialismo o barbarie*

En 1914, el sueño de un desarrollo gradual y pacífico del capitalismo
fue quebrantado por la guerra. Desde la publicación del Manifiesto
Comunista, el movimiento socialista había hecho suyas las banderas del
internacionalismo: “¡Trabajadores del mundo, uníos!”. Los partidos
socialdemócratas habían defendido que, en caso de una guerra entre
potencias, los trabajadores se negarían a combatir y llamarían a la
huelga general. Pero en el momento decisivo, el partido más grande y más
formado de la Segunda Internacional -contaba con un millón de miembros y
tenía el apoyo de un tercio del electorado- hizo todo lo contrario. Los
partidos socialistas europeos siguieron la debacle.

Cuando el Reichstag alemán sometió a votación los créditos de guerra, el
4 de agosto de 1914, los 110 diputados socialdemócratas votaron a favor.
Esto significó un golpe durísimo para el movimiento obrero. Los partidos
socialdemócratas antepusieron la defensa de la “patria” -es decir la
unidad con la burguesía de su propia nación- a la unidad con los
trabajadores de otros países.

Rosa Luxemburgo no daba crédito al desastre. En su casa se reunieron ese
mismo día varios militantes, con quienes fundaron un grupo para oponerse
a la guerra. En diciembre hubo una nueva votación en el Parlamento y
Karl Liebknecht fue el único diputado socialdemócrata que se opuso. Su
discurso se hizo famoso: “No a la guerra, el enemigo está en casa”.

Rosa Luxemburgo centró su actividad en la agitación contra la Primera
Guerra Mundial, lo que le valió la acusación de traidora y fue enviada a
prisión. Desde enero de 1915 hasta noviembre de 1918 estuvo casi todo el
tiempo recluida en cárceles alemanas. En 1916 publicó el texto “La
crisis de la socialdemocracia alemana”, conocido como “Folleto de
Junius” por el pseudónimo con que lo firmaba. Era una crítica aguda de
la catástrofe guerrerista y la traición de la Segunda Internacional.

/Avergonzada, deshonrada, nadando en sangre y chorreando mugre: así
vemos a la sociedad capitalista. No como la vemos siempre, desempeñando
papeles de paz y rectitud, orden, filosofía, ética, sino como bestia
vociferante, orgía de anarquía, vaho pestilente, devastadora de la
cultura y la humanidad: así se nos aparece en toda su horrorosa crudeza.
Y en medio de esta orgía, ha sucedido una tragedia mundial: la
socialdemocracia alemana ha capitulado. [5]/

La disyuntiva de “socialismo o barbarie” se hacía concreta en la guerra
donde morían millones de personas. Para Luxemburgo, el socialismo no era
un destino predeterminado por la historia; lo único “inevitable” era el
colapso al que llevaba el capitalismo y las calamidades que acompañarían
este proceso si la clase obrera no lograba impedirlo. “Si el
proletariado fracasa en cumplir sus tareas como clase, si fracasa en la
realización del socialismo, nos estrellaremos todos juntos en la
catástrofe.”.

*Revolución, consejos obreros y partido*

En 1917, desde prisión, Luxemburgo recibe con entusiasmo las noticias de
la Revolución rusa. Asegura que se trata de un acontecimiento de alcance
histórico universal, aunque su aislamiento le impide tener una visión
completa de lo que sucede en Rusia. En septiembre de 1918, escribe un
texto donde plantea severas críticas a los bolcheviques, pero al mismo
tiempo reivindica el papel histórico del partido de Lenin, en
contraposición con la traición de la socialdemocracia occidental: “Por
eso los bolcheviques representaron todo el honor y la capacidad
revolucionaria de que carecía la socialdemocracia occidental. Su
Insurrección de Octubre no sólo salvó realmente la Revolución rusa;
también salvó el honor del socialismo internacional”.

El artículo, publicado póstumamente por Paul Levy, ha sido utilizado en
múltiples ocasiones para intentar mostrar a Rosa Luxemburgo como
representante de un “socialismo democrático” y pacifista en oposición a
los bolcheviques. Son lecturas que distorsionan la obra de Luxemburgo,
en base a citas aisladas y sacadas de contexto de un borrador
inconcluso. Omiten que, en varias cuestiones centrales Luxemburgo cambió
de opinión después de salir de la cárcel. Además, en el momento en que
Luxemburgo escribió esas críticas, las hizo como parte de un debate
sobre las difíciles tareas de la transición al socialismo. Sus
cuestionamientos jamás cambiaron su valoración excepcional de la obra
que habían iniciado los bolcheviques, como dejó claro en la conclusión
de ese mismo texto:

/“No se trata de tal o cual cuestión táctica secundaria, sino de la
capacidad de acción del proletariado, de su fuerza para actuar, de la
voluntad de tomar el poder del socialismo como tal. En esto, Lenin,
Trotsky y sus amigos fueron los primeros, los que fueron a la cabeza
como ejemplo para el proletariado mundial; son todavía los únicos, hasta
ahora, que pueden clamar con Hutten: “¡Yo osé!” Esto es lo esencial y
duradero en la política bolchevique” [6]./

En noviembre de 1918, la ola de la Revolución rusa impactó de lleno en
el corazón de Europa occidental. La insurrección de los marineros y
trabajadores de Kiel dio paso a la Revolución alemana, con la creación
de consejos de obreros y soldados que se extendieron de ciudad en
ciudad. El 9 de noviembre, la revolución llegó a Berlín con una huelga
general que obligó al Kaiser a dimitir. Ese día, el socialdemócrata
Scheidemann proclamaba la República alemana, buscando frenar la revolución.

Unas horas después, inflamado por la radicalidad de las manifestaciones,
Karl Liebknecht anunciaba de forma prematura ante miles de trabajadores
la República Socialista Libre de Alemania -algo que era en ese momento
más un deseo que una realidad-. Un nuevo gobierno republicano se formó a
partir del acuerdo entre los social patriotas de Ebert, Sheidemann y
Noske junto a representantes del Partido Socialdemócrata Independiente
de Alemania (USPD) de Kautsky.

En Alemania se abrió en 1918-1919 una situación de doble poder, tal como
había ocurrido en Rusia después de la caída del Zar en febrero de 1917.
El gobierno republicano en manos de los socialdemócratas buscaba
terminar con la revolución: se pusieron a la cabeza de esta, para poder
liquidarla desde adentro. Para lograr ese objetivo llegaron a un acuerdo
con el Estado mayor alemán: había que aplastar a los «bolcheviques»
espartaquistas y a los representantes del ala más radical de la
vanguardia obrera.

Después de haber sido liberada de prisión el 9 de noviembre, Rosa
Luxemburgo se había lanzado a una intensa actividad política en lo que
serían las últimas semanas de su vida. Dirigía junto con Liebknecht el
periódico Die Rote Fahne (La Bandera Roja), intervenía en mítines y
publicaba panfletos diarios.

El 31 de diciembre, Luxemburgo abrió las sesiones del Congreso de
fundación del Partido Comunista Alemán (KPD), producto de la fusión de
los espartaquistas con otros grupos revolucionarios. Pero el nuevo
partido comunista, que había sido fundado demasiado tarde, en el curso
mismo de los acontecimientos revolucionarios, era demasiado débil
política y organizativamente. Como señala Wladek Flakin en su artículo
“La revolución alemana hace 100 años: lecciones de una batalla”: “Los
socialdemócratas y los militares se prepararon para aplastar la
revolución que había hecho la clase obrera, pero esta última no tenía un
partido revolucionario para dirigirla hacia el socialismo”.

A pesar de la insistencia de los bolcheviques, Rosa Luxemburgo no se
decidió a formar un partido independiente y romper con el USPD hasta
último momento: el Partido Comunista de Alemania se fundó recién el 1 de
enero, en medio del fragor revolucionario. Esa misma semana, el gobierno
socialdemócrata montaba un incidente para provocar una respuesta sin
preparación de la vanguardia obrera en Berlín y lograría sus objetivos [7].

Después de un intento insurreccional en Berlín muy mal preparado (la
llamada “semana espartaquista”), el ejército desató una brutal
represión, con el apoyo de bandas paramilitares (los freikorps). El 15
de enero, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht fueron arrestados y
asesinados. La represión continuó durante meses, con un saldo de miles
de muertos. Toda la responsabilidad de este crimen recae en la
socialdemocracia en el gobierno.

*Espada y llama de la revolución*

A lo largo de su vida, Rosa Luxemburgo mantuvo intensas polémicas con
Lenin y Trotsky sobre diversos aspectos de la táctica y la estrategia
revolucionaria. En la cuestión del derecho de las naciones a la
autodeterminación, por ejemplo, sostenía una posición equivocada, sectaria.

En su obra destaca especialmente la batalla teórica con el revisionismo
de Bernstein, la defensa de la revolución de 1905 y la huelga política
de masas contra el conservadurismo sindical, así como el combate a la
estrategia “nada-más-que parlamentarista” desplegada por la
socialdemocracia antes de la guerra.

Durante la guerra, compartió con Lenin, Trotsky y otros
internacionalistas la lucha contra la masacre imperialista y la traición
de la socialdemocracia. También denunció en diferentes artículos el
oportunismo del “centro” (Kautsky) que mientras criticaba de palabra el
“nacionalismo”, se subordinaba a la mayoría guerrerista y sostenía que
la Internacional solo servía para “tiempos de paz” pero no para “tiempos
de guerra”.

Dentro del ala internacionalista, Lenin tenía una línea revolucionaria
clara: transformar la guerra imperialista en guerra civil y romper
organizativamente con los oportunistas para crear nuevas organizaciones
políticas marxistas independientes y una nueva Internacional.
Luxemburgo, en cambio, ponía el eje en una consigna más ambigua:
desarrollar la lucha de clases para lograr la “paz”, al mismo tiempo que
se mantenía como ala izquierda dentro de la socialdemocracia alemana,
sin formar una fracción ilegal propia [8]. Cuando la dirección del SPD
expulsa finalmente al “centro” y a la “izquierda” alemana en enero de
1917, Kautsky y Haase forman el Partido Socialdemócrata Independiente de
Alemania (USPD) y la Liga Espartaquista se une esa organización.

Al comenzar la revolución rusa, Luxemburgo apoyó el gobierno de los
soviets como parte de la lucha por la revolución mundial. Su debilidad
más grande, sin embargo, fue no haber comprendido a tiempo la necesidad
de formar un partido revolucionario independiente en Alemania. En la
situación revolucionaria abierta en 1918, el KPD recién constituido no
contaba con la fuerza material ni la experiencia necesaria para intentar
cambiar el curso de los acontecimientos.

Rosa Luxemburgo fue una las dirigentes revolucionarias más importantes
de la historia del movimiento socialista: gran espíritu de combate,
brillante teórica marxista y luchadora incansable. A cien años de su
asesinato, retomar el legado de su vida y obra, conocer sus importantes
aciertos y también sus errores, es una tarea fundamental para nuevas
generaciones que se propongan construir organizaciones revolucionarias a
nivel mundial. Como escribió su amiga y camarada, Clara Zetkin: “Espada
y llama de la revolución, su nombre quedará grabado en los siglos como
el de una de las más grandiosas e insignes figuras del socialismo
internacional” [9]

Em
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2022/01/17/rosa-luxemburgo-la-fuerza-de-las-ideas-revolucionarias/
17/2/2022

segunda-feira, 17 de janeiro de 2022

ENTREVISTA COM TONI GILPIN SOBRE GREVES RECENTES E A NECESSIDADE DE SINDICATOS COMBATIVOS

 


   

    /Precisamos de sindicalizados e dirigentes sindicais que vejam a
    Amazon e Jeff Bezos como seus inimigos, tal como os dirigentes
    sindicais nos anos 30. Desde que se mantenha esse tipo de
    consciência de classe e se veja o outro lado como o seu antagonista
    e não como alguém com quem se pode dar bem e jogar golfe, fazer
    acordos e retirar-se depois para o bar, então talvez tenhamos
    realmente hipóteses reais de progresso para os trabalhadores/.

Toni Gilpin é uma proeminente historiadora do trabalho, autora e
ativista. Escreveu o livro The Long Deep Grudge [Um  longo e profundo
ódio] , que cobriu a história militante do Sindicato do Equipamento
Agrícola cujos membros mais tarde se fundiram no United Auto Workers,
incluindo alguns dos locais que recentemente estiveram em greve durante
cinco semanas na John Deere, onde Gilpin prestou apoio nos piquetes.


O Fight Back! conseguiu falar recentemente com Gilpin sobre a greve na
John Deere, o avanço nas greves recentes, a liderança sindical e as
eleições, e o que é necessário no movimento operário americano de hoje.

Apresentamos a seguir excertos dessa conversa.

 
*Fight Back*!:  O que pensa que está a acontecer com o atual aumento de
greves? E o que significa isto para o estado do trabalho nos Estados Unidos?

*Toni Gilpin*: Como historiadora e alguém que tem observado o passado
recente, estou relutante em chamar a isto uma onda de greves. Não temos
o número de pessoas em greve suficiente para lhe chamarmos dessa forma .
É certamente um oceano que nos separa das ondas de greve do século XX -
como a maior de todas, a onda de greves de 1946, quando vimos 5 milhões
de trabalhadores pararem. Portanto, não estamos a ver remotamente nada
disso, mas estamos claramente a ver algo a acontecer, que é esta
inquietação, o início do descontentamento dos trabalhadores que registam
a angústia que sentem. E isso relaciona-se com o número de pessoas que
abandonam o emprego e não voltam a trabalhar. É uma indicação importante
de que os trabalhadores começam finalmente a dizer que já chega. Já fui
explorado o suficiente. Já fui maltratado o suficiente. E quero fazer
algo a esse respeito.

Precisamos de ter em movimentos organizados mais daquelas pessoas que
estão a deixar os empregos ou simplesmente a não voltar a trabalhar ,
precisamos de os ver a lutar, organizados, contra o capital e realmente
conseguir mais trabalhadores que se juntem. É isso que esperamos ver,
mas estas ondulações e a atividade que estamos a ver são encorajadoras,
mas precisamos de ver mais.

Nos meios de comunicação social nacionais e redes nacionais como o /New
York Times/ e os principais meios de comunicação social que há dois anos
atrás não se podiam ter preocupado menos com o trabalho estão agora, de
repente, a publicar todo o tipo de histórias sobre o movimento sindical.
Já antes tinha dito que assim que o movimento sindical se tornar
realmente ameaçador, todos estes meios de comunicação social favoráveis
ficarão de repente azedos e, de repente, todas estas entidades de
comunicação social que são elas próprias grandes empresas não ficarão
muito contentes com um movimento laboral que realmente regista e afeta
os consumidores, que afeta as grandes empresas, que ameaça os tribunais,
e que pode afetar a impressão do /New York Times/ ou o que quer que
seja, então penso que voltaremos a ver imprensa negativa. Mas é isso que
realmente queremos. Isso provaria que a mão-de-obra está de facto de
volta. E isso pode acontecer num piscar de olhos, como já aconteceu na
história americana.

*Fight Back!*: O que pensa que está a impedir os trabalhadores de o
fazerem agora de forma organizada?

*Gilpin*: Penso que falamos de muitas décadas de resistência ao trabalho
organizado e do facto de o movimento operário ter sido completamente
dizimado pela grande ofensiva contra ele nos anos pós Segunda Guerra
Mundial e a resistência que foi engendrada pelas grandes empresas e pelo
capital juntamente com os seus lacaios no Congresso que aprovaram uma
legislação que minou a capacidade dos sindicatos de se organizarem e de
avançarem para greves que poderiam ser eficazes em todas as indústrias.
E depois teve uma liderança laboral que foi minada pela sua própria
rejeição do sindicalismo de esquerda, do sindicalismo militante, e pela
sua adoção de uma conduta cooperativa que parecia estar correta quando
fez o bem nos anos 50 e 60, mas estamos agora a assistir à falência
dessa ideologia. Há líderes sindicais como na UAW que são totalmente
desprovidos de qualquer capacidade de pensar sequer em como se comportar
como sindicatos de qualquer outra forma que não seja cooperar com a
direção e promover contratos que na realidade foram à custa dos
trabalhadores.

Há um longo caminho a percorrer para ultrapassar todos os obstáculos que
os sindicatos agora enfrentam, e os trabalhadores agora enfrentam, se
quiserem organizar-se, tanto na lei como ao enfrentarem estas empresas
extremamente poderosas, mas a única coisa em que posso sempre voltar
atrás é que os trabalhadores já viram pior antes.

Na década de 1930, quando surgiu o CIO, estávamos a falar destas
corporações enormemente poderosas, sem qualquer controlo sobre elas em
termos do que poderiam fazer para esmagar os trabalhadores que se
organizavam e que não se limitavam a usar a violência e o assassínio ou
a ter os seus próprios exércitos privados que usavam para destruir os
movimentos dos trabalhadores, e no entanto, na década de 1930, os
trabalhadores prevaleceram. Se isso podia acontecer na década de 1930
com todos esses obstáculos, então os trabalhadores podem agora encontrar
formas de contornar os obstáculos que parecem estar agora à sua frente.

*Fight Back*!: O que acha que será necessário para lá chegar de novo?

*Gilpin*: Bem, se quiser ver a greve da John Deere, aqui tem este
sindicato, UAW, que tem feito manchetes nos últimos quatro ou cinco anos
por corrupção. E no entanto, os operários no sindicato, estes grevistas,
permanecem leais ao seu sindicato mesmo que não à sua liderança, e isso
porque compreendem quão importante é um sindicato e definem o sindicato
como eles próprios, e não a liderança corrupta.

Portanto, uma das coisas de que precisamos para impulsionar no movimento
laboral, quer se trate dos mineiros de carvão em greve no Alabama, ou
dos trabalhadores de automóveis em greve em Moline e no Iowa, para fazer
passar essa mensagem, é falar aos trabalhadores desorganizados sobre o
significado de um sindicato e como este democratiza o local de trabalho.

Mesmo com tantos problemas que  subsistem nas fábricas da UAW, tendo o
sindicato ao seu lado quando não é tratado de forma justa ou quando o
seu salário é escasso e eles lhe estão a roubar o que é seu por direito,
um sindicato pode abordar estas coisas. Se é um trabalhador individual
sozinho contra a Amazon ou Walmart ou uma destas grandes empresas de
saúde, não vai longe. Ninguém compreende isso melhor do que um
trabalhador que está num sindicato há várias décadas ou mesmo há alguns
anos. E é por isso que, apesar de todos estes problemas, estes
trabalhadores que estão em greve estão a segurar estes cartazetes que
dizem UAW. Eles pensam em si próprios como o sindicato. Precisamos desse
tipo de solidariedade e espírito e precisamos de recorrer a esse recurso
para fomentar alguma nova paixão pela organização no resto da classe
trabalhadora.

*Fight Back*!: Mencionou a corrupção e a falência na liderança de muitos
sindicatos, sendo os sindicatos colaboracionistas com a direção. Vê um
papel dos trabalhadores que lutam para mudar a liderança como parte da
solução?

*Gilpin*: Bem, na UAW [United Auto Workers]^1 há neste momento uma
eleição para determinar se os  filiados no sindicato poderão eleger
diretamente os seus dirigentes. Para que isso possa mudar a trajetória
desse sindicato. Temos assistido a uma seleção administrativa na UAW que
escolhe a dedo os líderes durante décadas e  cuja liderança estava
programada para se reproduzir, pelo que não só estavam a escolher
líderes que estavam amigados com os patrões, como perpetuavam a ideia de
que nenhum outro tipo de sindicato é possível. Se os trabalhadores
tivessem a capacidade de eleger diretamente os seus dirigentes em vez
deste tipo de sistema de delegação que torna isso difícil, podíamos ver
algumas mudanças reais na direção do sindicato.

Então, também estão a decorrer neste momento as eleições no Sindicato
dos Camionistas e parece que a lista proposta pelos camionistas por um
Sindicato Democrático, objetivo pelo qual tanto têm lutado, vai ser
eleita [o Teamsters United OZ tem ganhado as eleições desde então]. Isto
faz com que pareça que talvez coisas novas irão acontecer. Não significa
que no dia seguinte haja greves em toda parte, mas abre a porta à
possibilidade de novas formas de pensamento e envolvimento dos
operários que podem realmente abalar as coisas no movimento sindical e
dar um impulso à organização em todo o tipo de novas frentes. O
sindicato  dos Camionistas é, obviamente, um dos maiores sindicatos que
temos, por isso, isto é realmente uma grande batalha.

Portanto, não se trata apenas das greves. Trata-se também do que se está
a passar na liderança sindical.


*Fight Back!*: O que seria necessário para sindicatos como o dos
Camionistas se organizarem realmente em locais como a Amazon? E será que
a liderança vencedora da lista OZ dos  Camionistas vai abrir a porta a isso?

*Gilpin*: Precisamos certamente de novas visões de organização, uma nova
combatividade dos líderes sindicais irá promover um verdadeiro
envolvimento, um verdadeiro confronto com os proprietários das empresas
ao contrário do que temos visto desde há longo tempo. Portanto, uma nova
energia e um novo empenho em desafiar realmente estes proprietários de
empresas podem também dar energia aos trabalhadores.

Volto a ouvir como era em 1934 a organização na General Motors e como
era organizar numa empresa com esse tipo de poder. Tendemos a pensar
agora que seria muito mais fácil organizar quando todos os trabalhadores
estivessem no mesmo local, mas não parecia fácil na altura, com todas
estas fábricas cheias de trabalhadores de diferentes origens étnicas e
animosidades e locais de trabalho que eram protegidos por capangas e
bandidos contratados e de vigilância e leis para deter os trabalhadores.
Nessa altura também parecia bastante impossível.

Precisamos de sindicalizados e líderes sindicais que vejam a Amazon e
Jeff Bezos como seus inimigos, tal como os dirigentes sindicais nos anos
30. Desde que se mantenha esse tipo de consciência de classe e se veja o
outro lado como o seu antagonista e não como alguém com quem se pode dar
bem e jogar golfe, fazer acordos e retirar-se depois para o bar, então
talvez tenhamos realmente hipóteses reais de progresso para os
trabalhadores.

*Fight Back!*: Escreveu um livro sobre a história na /International
Harvester/ onde a FE, o Sindicato do Equipamento Agrícola, representava
os trabalhadores. Como é que um sindicato com uma história de luta tão
militante acabou como membro da UAW? Vamos falar um pouco sobre essa
história e como o pessoal da John Deere de hoje acabou por rejeitar duas
ofertas de contrato e entrar em greve apesar das recomendações para
aceitar os contratos por parte do seu sindicato (UAW).

*Gilpin*: Ouvindo agora falar sobre a greve e vendo os sinais da UAW,
pode-se pensar que os trabalhadores da John Deere foram sempre
representados pela UAW. Mas, remontando a International Harvester in the
Quad Cities, houve este sindicato chamado FE que foi um dos sindicatos
que surgiu nos anos 30 e que se dedicou à organização de trabalhadores
na indústria de equipamento agrícola, que incluía a John Deere, mas
também o gigante da época que foi a International Harvester.

O FE organizou a Harvest Internacional nos anos 30. Era uma grande
campanha de organização, e não estavam a organizar-se apenas lá, estavam
a reorganizar-se na John Deere e na Caterpillar ao mesmo tempo. Assim,
eles tiveram sucesso na Harvester e na John Deere. Tinham uma orientação
diferente da de sindicatos como a UAW. Foram fortemente influenciados
pelos seus laços com o Partido Comunista na altura e abraçaram um
enquadramento marxista que os levou a ver a família McCormick,
proprietária da International Harvester, como seu antagonista, e
recusaram-se a  adotar qualquer modelo colaborativo.

Ao contrário da UAW sob a liderança de Walter Ruether, que viu um quadro
mais colaborativo com o objetivo de aumentar a produtividade que eles
acreditavam poder beneficiar tanto a gestão como os trabalhadores. Essa
não foi uma filosofia que o FE alguma vez tenha abraçado O que isso
significava em termos de prática real era que o FE acreditava apenas em
contratos curtos em vez de acordos de longa duração, opunha-se a
cláusulas que retirassem o direito à greve, opunha-se ao salário baseado
na produtividade, apoiou amplas redes de delegados nas fábricas para que
as reivindicações pudessem ser tratadas diretamente nos locais de
trabalho. O FE acreditava em ações imediatas  por reivindicações que
resultavam em muitas greves nas suas fábricas. Centenas de greves.
Estamos agora a olhar para dezenas de greves, mas no auge da influência
da FE  víamos centenas de greves todos os anos em todas as fábricas FE.
Portanto, esta provou ser uma estratégia bastante eficaz que preservou
os aumentos salariais pelos quais as pessoas tinham lutado e mantido as
cargas de trabalho razoáveis.

Mas não foi isso que a UAW aprovou. Assim, o FE como sindicato liderado
pela comunidade ficou debaixo de fogo não só do governo federal, mas
também da aristocracia sindical que se tornou cada vez mais
conservadora. Assim, o FE foi um desses sindicatos que foi expulso da
AFL-CIO sob acusações de domínio comunista, em 1949. E o caminho em
frente para o sindicato tornou-se cada vez mais difícil à medida que a
guerra fria se tornava realmente quente. Assim, a liderança da FE acabou
por tomar a decisão de se fundir com a UAW e é por isso que os
trabalhadores destas fábricas de equipamento agrícola são agora membros
da UAW.

Mas apesar de não haver nenhuma dessas pessoas a trabalhar agora que
tenha memória desse tempo, ainda existe um legado de sindicalismo
militante nas Quad Cities de que os trabalhadores estão a tirar
proveito. Existe ainda hoje esse legado de militância nas Quad Cities. A
maioria dos trabalhadores nem sequer sabe que  houve esta filosofia
muito diferente, mas penso que através da sua comunidade e do seu legado
de resistência estão a começar a agitar de novo esse legado.

*Fight Back!*: Nos últimos anos alguns grandes sindicatos começaram a
dizer que os trabalhadores não podem ganhar através da luta nas
fábricas, ou através da paragem da produção, e  até que precisamos de
ultrapassar a ideia de negociação coletiva. O que pensa sobre isto?

*Gilpin*: Este tem sido um modelo em alguns sindicatos desde há algum
tempo: tentar influenciar a opinião pública e a legislação, em vez de
confiar no poder dos trabalhadores para mudar alguma coisa. Acredito que
o poder dos trabalhadores deriva do trabalho que fazem e é por aí que
podem exercer mais poder e ter mais influência e o seu poder organizado
no local de trabalho é por onde precisamos de começar.

Também é verdade que agora, e a razão pela qual podemos sentir-nos
encorajados pelo que está a acontecer é que tem havido muita perturbação
na produção e nos locais de trabalho, ou, pelo contrário, como na John
Deere, a obrigação de trabalhar em turnos de 12 horas porque foram
considerados trabalhadores essenciais,  vendo o seu  CEO a ir para casa
enquanto eles estavam  a pôr em perigo as suas vidas. Penso que estes
factos têm forçado muitas pessoas a examinar as suas vidas profissionais
e a reconhecer que, apesar de já anteriormente terem sido exploradas em
trabalhos que muitas vezes ameaçavam a sua vida, apenas agora dizem:
"Não creio que devamos ter de aturar isto", e estão também a reconhecer
o poder que têm por não estarem realmente no local de trabalho. É por aí
que temos de começar.

Queremos ter ação dos trabalhadores e reconhecer que o poder de um
trabalhador é expresso no local de trabalho e que os trabalhadores
expressam o seu poder fundamental ao deixarem de trabalhar. É aí que se
começa, mas isso não significa que se exclua o envolvimento da
comunidade; isso também é essencial. Mas não como passo número um, esse
é o passo número dois,  alcançar a   comunidade. À medida que os
trabalhadores   começam a expressar o seu poder no local de trabalho
como trabalhadores negros e brancos juntos, reconhecem que podem alargar
esse poder à comunidade e começar a  mudar o que aí está errado. O seu
poder deriva do trabalho que realizam, e se os sindicatos perderem isso
de vista, estão a perder de vista a sua principal função e fonte de poder.

 

^1 International Union, United Automobile, Aerospace e Agricultural
Implement Workers of America, mais conhecido como United Auto
Workers (UAW),

ENTREVISTADA PELA EQUIPA DE FIGHTBACK

https://mltoday.com/interview-with-toni-gilpin-on-recent-strikes-and-the-need-for-fighting-unions/ <https://mltoday.com/interview-with-toni-gilpin-on-recent-strikes-and-the-need-for-fighting-unions/>, publicado em 30.11.21 e acedido em 07.12.21

In
PELO SOCIALISMO
https://pelosocialismo.blogs.sapo.pt/entrevista-com-toni-gilpin-sobre-greves-179171
17/1/2022

sexta-feira, 14 de janeiro de 2022

O Partido de Guerra vence

 
  O Partido de Guerra vence


    – A Rússia agora está livre para agir unilateralmente


    The Saker [*]

Primeiro, uma rápida actualização sobre o Cazaquistão: a CSTO começará a
sua retirada amanhã e essa operação estará concluída no dia 19 de
Janeiro (não sei se alguém informará Blinken sobre a rapidez com que os
russos partem).

Esta operação foi verdadeiramente um triunfo para a Rússia e seus aliados.

Diz-se que a esperança morre por último, e hoje parece que morreu
qualquer esperança que possamos ter tido. Uma série de negociações que
durou uma semana parece não ter produzido absolutamente nada. Havia
algumas vozes sãs a defender uma solução negociada, mas estas vozes
foram agora afogadas pelo enorme coro de políticos histericamente
russofóbicos que, sentindo segurança por serem em maior número, disseram
ao urso russo para se dar como perdido.

Isto é um triunfo para os Neocons norte-americanos e para os seus
protegidos na UE.

Então, para onde vamos a partir daqui?

É bastante óbvio: A Rússia dará início a uma política de acções
unilaterais destinadas a fazer avançar os interesses nacionais russos
vitais. Muitas dessas acções irão aumentar o “contador” da dor para os
EUA/UE/NATO. Ao invés de tentar adivinhar o que irá acontecer a seguir,
prefiro esperar que estas acções unilaterais se tornem públicas.

Uma boa notícia é que o míssil Zircon agora está oficialmente aceite
para serviço
<https://smoothiex12.blogspot.com/2022/01/3m22-zircon-is-officially-accepted-for.html>. Um bom timing, com certeza.

Concluirei esta breve mensagem dizendo que na minha opinião estritamente
pessoal, agora seria uma boa altura para a Rússia cortar todas as suas
relações diplomáticas com pelo menos os piores agressores do Ocidente, a
começar pelos próprios EUA, é claro. Porquê?

Porque ter relações diplomáticas com amigos, parceiros ou contrapartes
geralmente civilizados e dignos de confiança faz sentido. A maior parte
dos países ocidentais hoje não se qualifica, então qual é o sentido?

*

77 anos após o fim da Segunda Guerra Mundial, o Ocidente fechou um
círculo e voltou à sua habitual homeostase
<https://pt.wikipedia.org/wiki/Homeostase> messiânica: megalomania
racista, ilusões sobre a sua própria invulnerabilidade e invencibilidade.

Isto envia uma mensagem poderosa e importante a todos da Zona B,
especialmente à China.

*

Terá a Rússia feito bem em envolver-se nestas negociações?

Sim, absolutamente. Um país que perdeu 27 milhões dos seus cidadãos para
a megalomania ocidental tinha o dever moral de tentar fazer tudo para
evitar outra guerra. Sim, as probabilidades de êxito eram
infinitesimais. Mas moralmente, a Rússia tinha de tentar e ela o fez.

Agora que tem as suas mãos desatadas, pode fazer tudo o que considerar
necessário.

Óptimo.

Bandeiras nazis.
*Bandeiras nazis depostas na Praça Vermelha, após a II Guerra Mundial*

A principal questão agora é esta: desta vez qual será o preço a pagar
para trazer o Ocidente messiânico de volta à realidade?

Em breve descobriremos.


        13/Janeiro/2022


    [*] Analista militar.


    O original encontra-se em
    thesaker.is/https-smoothiex12-blogspot-com-2022-01-3m22-zircon-is-officially-accepted-for-html/ <https://thesaker.is/https-smoothiex12-blogspot-com-2022-01-3m22-zircon-is-officially-accepted-for-html/>

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RESISTIR.INFO
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14/1/2022

segunda-feira, 3 de janeiro de 2022

O fim da URSS e as lições vistas pela China

 



    Yang Sheng e Chen Qingqing [*]



A ex-superpotência socialista União Soviética (URSS) entrou em colapso
em 25 de dezembro de 1991, enquanto a China, uma grande potência que
escolheu o caminho do socialismo com características chinesas diferentes
da URSS, tornou-se a maior economia em paridade de poder de compra. É
também o país socialista mais poderoso e bem-sucedido no caminho de
realizar a modernização e a industrialização sem escolher o modelo
capitalista ocidental, bem como aos olhos dos EUA "o competidor
estratégico mais importante".

O povo chinês tem sentimentos contraditórios sobre o colapso de há 30
anos pois simpatiza com o povo russo o qual, em consequência do colapso,
sofreu uma série de tragédias. Mas ele também descobre que o colapso do
gigante vermelho é uma lição significativamente valiosa para a China
continuar a desenvolver e melhorar o socialismo com características
chinesas.

Assim como as discussões são abundantes entre observadores e académicos
em todo o mundo, aqui também tem havido muito debate avaliando o legado
do colapso da URSS por parte de especialistas chineses, comentaristas e
pessoas comuns nos media e nos media sociais nos últimos dias, mas as
suas vozes são bastante diferentes das ocidentais.

Ao retratar os EUA como o "vencedor" da guerra fria, muitos meios de
comunicação e académicos dos EUA e de outros países ocidentais
esforçam-se por atribuir o colapso da URSS ao seu caminho socialista,
alegando que a sua escolha causou erros como expansão militar, um
chauvinismo de Grande Potência e uma reforma económica fracassada.

Mas a visão dominante na China é que o socialismo está correto e foi
eficaz em ajudar a União Soviética a derrotar o fascismo e construir uma
superpotência. O erro reside, disseram peritos chineses, no facto de que
os líderes da URSS após Estaline desviaram-se da via socialista e até
mesmo traíram-na e ao povo da União Soviética, ressaltando que o êxito
atual da China reforçou ainda mais a correção desta visão.

*Uma lição valiosa*

Li Shenming, antigo vice-presidente da Academia Chinesa de Ciências
Sociais, disse ao /Global Times/ que "há muitas explicações diferentes
em todo o mundo acerca do colapso da União Soviética, mas aquela que
sustenta que o "Estalinismo", ou "o modelo socialista da União
Soviética", é a causa fundamental continua a dominar”.

"Na China, depois de muita pesquisa e muitas discussões, alcançámos uma
base comum considerando que o Estalinismo não foi a causa fundamental, e
que a verdadeira razão é que, de Nikita Khrushchev a Mikhail Gorbachev,
a liderança da União Soviética gradualmente desviou-se e acabou traindo
o marxismo, o socialismo e os interesses fundamentais da esmagadora
maioria do povo", observou Li.

"Culpar Estaline, ou o modelo socialista construído por Lenine e
Estaline, pelo colapso da União Soviética é irresponsável, afirmou Li.
"Embora o modelo não fosse perfeito e precisasse de reformas, a União
Soviética alcançou grandes objetivos como a industrialização, a vitória
na Segunda Guerra Mundial e uma reconstrução pós-guerra bem-sucedida sob
este modelo", afirmou.

O ponto de partida do colapso da União Soviética foi a reforma iniciada
por Khrushchev, porque falhou em resolver os problemas. Em vez disso,
ela negou gradualmente o sistema político e económico básico do
socialismo da União Soviética e, quando chegou a era Gorbachev, a
liderança do país traiu totalmente o marxismo e escolheu um caminho sem
regresso, disseram peritos.

Os líderes da União Soviética não estavam apenas traindo a aspiração
original, mas também se esqueceram de que servir o povo é a sua missão
central, ao invés de se enredarem em lutas pelo poder com outros países,
intimidando e ameaçando seus camaradas dentro do bloco socialista,
incluindo a China, em busca de expansão militar e intervindo noutros
países como o Afeganistão, disseram analistas chineses.

"A União Soviética podia enviar satélites para o espaço e expandir a sua
esfera de influência geopolítica, mas não podia resolver seus problemas
como a escassez de alimentos, têxteis e necessidades diárias, o que
alimentou ainda mais os conflitos sociais", disse ao /Global Times/ Wang
Xianju, vice-diretor da Universidade Renmin da China e investigador do
Centro de Pesquisas Russas da Universidade Estatal de São Petersburgo.

O Partido Comunista da China (PCC) sempre enfatizou que todos os
desenvolvimentos e conquistas que obtivemos e os que estamos envidando
esforços para alcançar têm apenas um propósito fundamental: servir o
povo, observou Wang.

Os líderes da União Soviética também queriam resolver os problemas, mas
erroneamente acreditavam que a liberalização ou ocidentalização poderia
resolver tudo no seu país. Figuras como Gorbachev ou o ex-presidente
Boris Yeltsin abraçaram o sistema político e a ideologia capitalista
ocidental e, em consequência, enterraram o grande país construído por
seus antecessores, disse Li.

A desintegração da União Soviética é "uma vacina para a China
<https://www.globaltimes.cn/page/202112/1243340.shtml>", disse Hu Xijin,
um comentarista do /Global Times,/ porque continua dizendo à China o que
está errado, que caminho é um beco sem saída e que tipo de reformas
causarão a morte de um grande país e de um grande partido.

A triste memória da Rússia com os EUA e outros países ocidentais após o
colapso da União Soviética é outra vacina para a China ,"porque nos diz
que a Rússia não será aceite pelo Ocidente, mesmo depois de ter
abandonado o socialismo e desintegrado o seu próprio país em pedaços",
disse um especialista em relações internacionais baseado em Pequim que
pediu anonimato.

"A luta com o Ocidente não é principalmente sobre ideologia ou "direitos
humanos e liberdade", é sobre poder e geopolítica, e um "suicídio" como
a União Soviética fez a si própria não impedirá a hostilidade do
Ocidente, mas apenas trará retrocessos, caos, guerras civis e mais
expansão militar do Ocidente”, observou.

*Os EUA repetirão o caminho da URSS?*

Tio Sam a arder.

A China aprendeu a lição e evitou repetir os erros cometidos pela União
Soviética para realizar com sucesso o desenvolvimento. Enquanto continua
marchando em direção ao seu objetivo de rejuvenescimento nacional, os
EUA, o competidor da União Soviética que acredita ter vencido a Guerra
Fria, provavelmente repetirá muitos erros cometidos por seu antigo
rival, disseram analistas da China e da Rússia.

Na véspera do aniversário de sua renúncia como líder da ex-União
Soviética, Gorbachev disse à agência de notícias estatal RIA Novosti na
sexta-feira que Washington se tornou "arrogante e autoconfiante" após o
colapso da União Soviética, levando à expansão da aliança militar da
NATO. No entanto, ele saudou as próximas negociações de segurança entre
Moscovo e Washington.

Respondendo se era possível, após o colapso da URSS, construir relações
com os EUA numa via diferente sem ferir a soberania da Rússia, o
ex-líder soviético mencionou o "clima de triunfo no Ocidente, em
especial nos EUA, após a União Soviética ter deixado de existir em 1991".

"Eles tornaram-se arrogantes e autoconfiantes. Declararam vitória na
Guerra Fria", disse Gorbachev. Ele insistiu que foi "juntos" que Moscovo
e Washington tiraram o mundo do confronto e da corrida nuclear. "Os
"vencedores" decidiram construir um novo império. Daí a ideia da
expansão da NATO", disse Gorbachev, acrescentando: "Como se pode contar
com relações de igualdade com os Estados Unidos e o Ocidente em tal
posição?"

O presidente russo, Vladimir Putin, disse em junho que estava convencido
de que os EUA estão a seguir o cenário típico de um império: confiantes
no seu poder ilimitado, os impérios criam problemas desnecessários para
si próprios até que não possam mais lidar com eles, relatou a TASS.

"Sabe qual é o problema [dos EUA]? Eu vou dizer-lhe, como ex-cidadão da
União Soviética. O problema dos impérios é que eles pensam que são tão
poderosos que podem permitir-se pequenas imprecisões e erros", declarou
aos media.

Pelas suas palavras, os governantes dos impérios estão confiantes de que
podem intimidar, persuadir ou comprar a lealdade de nações ou grupos e
acreditam que todos os seus problemas podem ser resolvidos dessa forma.

"Mas os problemas continuam a acumular-se. E, em algum momento, eles não
são mais capazes de lidar com eles. Os Estados Unidos estão agora
trilhando o caminho da União Soviética, e nesta via estão confiantes e
firmes", acrescentou o líder russo.

Encontramos algumas semelhanças interessantes entre os EUA hoje e a
ex-União Soviética nas décadas de 1970-80, o período antes da
desintegração, disse o especialista anónimo baseado em Pequim e listou
alguns aspetos semelhantes, como "abuso de poder na expansão militar,
gerontocracia, excesso de confiança na sua ideologia, falha em corrigir
erros e não promover uma reforma efetiva, mas ansiosos por culpar outros
países por sua própria desorganização, prosseguindo uma grande
competição de poder impulsionada por uma mentalidade de Guerra Fria".
Ele considerou que se os EUA falharem em descobrir esses problemas é
muito provável que se repita o trágico destino da União Soviética.


        26/Dezembro/2021


    [*] Jornalistas do /Global Times./


    O original encontra-se em
    www.globaltimes.cn/page/202112/1243430.shtml
    <https://www.globaltimes.cn/page/202112/1243430.shtml>
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26/12/2021