quinta-feira, 31 de outubro de 2013

Sobre la huelga de educación y las tareas del futuro inmediato **



Iohannes Maurus


Sobre los retos que tiene por delante la Marea Verde para pasar de una eficaz
herramienta de expresión a una de contrapoder capaz de prolongarse, ampliarse y
sobrevivir.


La huelga de la educación ha vuelto a ser un éxito. No solo ha parado en un
elevado porcentaje la mayoría de los centros de enseñanza, sino que, para horror
del gobierno, las camisetas verdes han vuelto a invadir las calles. El problema
es que el éxito no basta.

El éxito es el resultado de un encuentro puntual de fuerzas que toman cuerpo por
un tiempo, pero lo hacen en el caso de una manifestación o de una huelga en el
marco de una estructura altamente disipativa, una estructura que no dura y queda
reabsorbida por las distintas corrientes de fuerzas que reproducen la normalidad
social capitalista.

Una protesta, una reivindicación que no parta de una potencia propia y que solo
unifique fuerzas frente a un enemigo juega en el terreno del enemigo, en su
campo de fuerzas. Esto es posible y aún necesario para empezar, pero, por
definición, no es una fórmula que permita vencer. Para vencer hay dos soluciones
: o bien se liquida el campo de fuerzas del poder mediante una insurrección o
una revolución, o bien se opta, como el pueblo judío en la Biblia, por el éxodo.

Lo primero, un enfrentamiento social masivo con el régimen destinado a hacerlo
caer, no parece un objetivo posible para un movimiento social sectorial como la
Marea Verde.
Para alcanzar ese objetivo, las distintas Mareas, los distintos grupos que
defienden a sectores agredidos por la deudocracia, tendrían que formar una
enorme marea democrática capaz de dotarse de un programa político de ruptura. No
estamos todavía en eso.

En los distintos sectores, y en concreto en la Marea Verde, tenemos que
organizar nuestras propias bases en un movimiento provisional de éxodo que no es
necesariamente incompatible con un momento insurreccional posterior, sino que lo
prepara. Como sabía Mao Zedong, para que la guerra popular prolongada tenga
posibilidades de éxito, no todo puede jugarse en el frente y aún menos nuestra
propia consistencia como nueva organización de la sociedad (ordine nuovo, “orden
nuevo”, decía Gramsci antes de que este término quedara secuestrado y
prostituido por fuerzas oscuras).

Carece de consistencia la voluntad abstracta que persigue un ideal sin haber
realizado ya su deseo en su propia acción. Si queremos educación pública y otros
servicios públicos, si queremos los bienes comunes necesarios para la vida
civilizada, no podemos esperar a que el Estado privatizador nos los regale:
nuestro objetivo -incluso si fuerzas amigas llegan al gobierno- es neutralizar
la acción privatizadora y expropiadora del Estado y constituir desde abajo un
espacio público y unos servicios públicos no estatales.

El Estado no constituye lo común, en el mejor de los casos lo tutela y lo
gestiona, en el peor se comporta como propietario de unos bienes que la sociedad
le ha confiado, pero que no son suyos y puede en cualquier momento
privatizarlos, robárselos a la sociedad. La única garantía de que esto no ocurra
es que se disponga de bienes comunes al margen del Estado, que la propia
sociedad desarrolle sus propios servicios públicos y tutele sus propios bienes
comunes. Lo público y lo estatal no solo no coinciden, sino que, como vemos hoy,
pueden entrar en abierta contradicción cuando el Estado en régimen neoliberal no
solo es Estado propietario (como en la doctrina política y jurídica clásica)
sino Estado empresario privado, Estado privatizado y privatizador. Sin una base
social que constituya unos comunes ajenos a todo control estatal, la batalla
está perdida. Como afirma el maestro Althusser: "Hay que empezar por el
comienzo" y este es siempre ya lo que queremos. Nos espera una larga marcha.

Lo primero es desobedecer la ley desde los propios centros y por todos los
medios. Lo segundo luchar contra la privatización, por ejemplo poniendo a
disposición manuales gratuitos. Tercero: hacer participar a padres, alumnos,
gente del entorno en la gestión efectiva de los centros públicos. Todo esto
dentro del Estado. Fuera (si existe ese "fuera") organizar todo un sistema
cooperativo de enseñanza y de apoyo a la enseñanza y a la educación popular.

No es nada revolucionario (o tal vez sí, pero no utópico): se trata de lo que ya
hacía el movimiento obrero a finales del XIX y principios del XX con las casas
del pueblo, los ateneos libertarios, etc. Hay ya en marcha muchas iniciativas de
este tipo, cada una de ellas con características propias, desde la cooperativa
Artefakte de Barcelona, que publica libros e imparte cursos muy interesantes y
de excelente nivel, hasta la Universidad Popular de Ciempozuelos, pasando por
una amplia red de centros sociales, centros culturales alternativos, entre los
que figura el de Móstoles junto a otros muchos de la periferia madrileña, buenos
periódicos alternativos como Voces de Pradillo, etc., etc. Esto no quita que
haya que ganar las elecciones (hoy día, en Europa occidental, pero también en la
propia América Latina, la insurrección popular tiene un inevitable momento
electoral) y participar en instancias de gobierno a todos los niveles, en la
perspectiva de frenar al Estado privado-privatizador y, de apoyar desde los
poderes públicos los medios y marcos de empoderamiento social ya existentes.

El comunismo no es para un lejano porvenir, sino una necesidad vital del hoy y
se va construyendo ya mismo. Los capitalistas lo han entendido mejor que
nosotros y utilizan en su gestión del trabajo vivo las relaciones comunistas que
caracterizan a nuestra especie: la comunicación, el lenguaje, los afectos, la
capacidad de autoorganización y de cooperación horizontal, etc. Esas mismas
fuerzas que el capital secuestra mediante disciplinas de empresa o mediante el
sutil control financiero de la deuda, pueden ya ser libres: son las que crean el
mundo, no es el capital y aún menos la forma particularmente parasitaria del
poder financiero que lo crea. Parece que la izquierda mayoritaria llevase una
revolución del capitalismo de retraso..."

In
http://iohannesmaurus.blogspot.com.br/2013/10/sobre-la-huelga-de-educacion-y-las.html
http://www.vocesdepradillo.org/content/sobre-la-huelga-de-educacion-y-las-tareas-del-futuro-inmediato
27/10/2013

**- Em meados dos século XIX, a escola estatal, elementar, pública e gratuita
era apenas embrionária. O movimento operário vislumbrou
a importância da escola e da moderna educação técnica e científica. Isso
ficou patente particularmente na Inglaterra, no movimento cartista. Não
obstante, este movimento deu-se conta também, com notável clareza, que a
escola estatal (burguesa/aristocrática) era, antes de tudo, uma escola de
domesticação do proletariado, uma escola de enquadramento dos trabalhadores
na visão de mundo e instituições da ordem burguesa em ascensão. A partir
dessa constatação o movimento cartista elaborou uma visão de educação
escolar divergente da oficial. Um sistema escolar próprio deveria ser organizado pelos
trabalhadores com total independência do Estado, mediante a formação de uma grande
associação de trabalhadores. O Estado, uma vez consolidado esse sistema, deveria
aportar recursos a esse sistema, mas com plena observância de sua autonomia.
No Brasil, atualmente, o Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST),
mutatis mutandis, reeditando essa velha tese cartista, também se encontra emepenhado
na construção de um sistema escolar próprio e autônomo.
Ver:
LOVETT, WILLIAM, CABINET-MAKER; COLLINS, JOHN, TOOL-MAKER.
Chartism; a new organization of the people; embracing a plan for the education and improvement of the people;,
politacally and socially . London: Watson; Hetherington; Cleave. , 1848.

.

quarta-feira, 30 de outubro de 2013

Vídeo MST: a escola itinerante

As escolas itinerantes, criadas pelos trabalhadores do MST com ajuda do Estado, são escolas legais que atendem as crianças dos acampamentos.

http://www.youtube.com/watch?v=R0NCVGDPDyk

terça-feira, 29 de outubro de 2013

Rosa Luxemburgo: la república y el socialismo



Ben Lewis....



Esta presentación forma parte de la investigación en curso sobre los orígenes y la evolución de
los programas políticos del movimiento obrero alemán, en el que yo estoy tratando de lidiar con
algunos de los temas y conceptos particularmente polémicas dentro del marxismo, como la
dictadura del proletariado, la democracia republicana, la diferencia entre programa mínimo y
programa máximo, los soviets, el parlamento y muchas otras cosas.

Lo que me propongo hacer es analizar que entendía Rosa Luxemburgo por democracia
analizando en detalle el programa del joven Partido Comunista de Alemania (KPD), conocido
como '¿Qué quiere la Liga Espartaco?' (1), así como su último discurso antes de ser
asesinada, "Nuestro programa y la situación política" (2), que pronunció en el Congreso de
fundación del KPD en la víspera de Año Nuevo de 1918. Según su camarada Paul Frölich, el
discurso fue "convincente, apasionante, conmovedor e inspirador. Fue una experiencia
inolvidable para todos los presentes " (3).

Más allá de mis críticas, quiero defender que el punto de partida estratégico de Luxemburgo en
sus últimos días representa una continuación de una tradición republicana revolucionaria
dentro del marxismo -algo por lo que luchó en contra tanto de los golpistas como de las
tendencias reformistas en el movimiento obrero de su tiempo.

De hecho, cuando Karl Liebknecht, la encarnación misma del internacionalismo proletario en el
movimiento alemán, trató de hacerse con el poder en Berlín, en enero de 1919, en nombre de
un pequeño y poco representativo "Comité Revolucionario", sin el conocimiento de la dirección
del KPD, la reacción de Luxemburgo -"¿Es que nuestro programa, Karl?" (4)-pone de relieve
un aspecto permanente de su marxismo: la comprensión de la revolución como un acto de
auto-liberación por parte de la mayoría, con objetivos y metas claras, que culmina en el
gobierno consciente de la clase obrera. No la toma del poder por una minoría ilustrada en
nombre del pueblo.

Este enfoque esencial también se recoge claramente en el programa del KPD: "La Liga
Espartaco [KPD -BL] nunca tomará el poder y el gobierno, excepto en respuesta a la clara
voluntad inequívoca de la gran mayoría de la masa proletaria de toda Alemania, nunca a
menos que haya una afirmación consciente del proletariado de los puntos de vista, objetivos y
métodos de lucha de la Liga Espartaco ".

En efecto, en su minucioso estudio del concepto de la dictadura del proletariado en el
marxismo -un término destrozado, malinterpretado y distorsionado tanto por pensadores
marxistas como antimarxistas -el estudioso trotskista americano Hal Draper ha defendido
convincentemente que Luxemburg era quizás el único marxista de su tiempo que la utilizaba
"constantemente y sin excepción a la manera de Marx y Engels". Según Draper, para Marx,
Engels y Luxemburgo, el concepto significaba "un estado obrero sin que ello implicase
necesariamente medidas dictatoriales especiales sin las cuales no podría ser llamado una
dictadura" (2). El calumnioso mito liberal y social-demócrata de "Rosa la Sanguinaria” solo
puede entenderse como la defensa cínica y calculadora de la violencia del Estado capitalista.
Sin embargo, ¿qué forma adoptó la defensa de Luxemburgo de la democracia radical durante
los tumultuosos acontecimientos de la revolución alemana?, y ¿dónde la sitúan sus opiniones
en la historia del pensamiento marxista revolucionario?

Marx y Engels

Una muestra de la seriedad con la que Luxemburgo abordaba tanto el estudio de la historia
como de los escritos de Marx y Engels, es su discurso de Año Nuevo de1918 en el que, a partir
de la situación política, hizo un repaso de su herencia estratégica a partir del controvertido
prólogo de 1895 de Engels a la edición alemana de Marx Las luchas de clases en Francia (5).

En este trabajo, entre otras cosas, Engels abordaba el desarrollo de su estrategia y la de Marx
desde 1848 y subrayaba la importancia de que el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD)
hubiese utilizado todas las vías legales, incluido el parlamento, para expandir sus fuerzas y
ampliar el alcance de su mensaje. Luxemburgo no sabía entonces que ese prólogo tuvo que
ser suavizado para evitar la represión del estado, lo que significa que los pasajes que
describen cómo el SPD no debía "malgastar esta creciente fuerza de choque en escaramuzas
de vanguardia [peleas callejeras -BL], sino mantenerla intacta hasta el día decisivo” se
eliminaron por completo. En ocasiones esto hizo Engels pareciese ser un defensor de la vieja
perspectiva de 'evolucionar hasta el socialismo' perspectivas, cuando su estrategia real
buscaba la destrucción del viejo orden.

Engels se quedó lívido y protestó en una carta a Kautsky de que la versión editada le hacía
aparecer como un "adorador pacífico de la legalidad a cualquier precio" (6). Engels defendía
utilizar el parlamento, incluso uno tan impotente e ineficaz como el Reichstag alemán, pero no
para coquetear con el orden constitucional del kaiser, y mucho menos para difundir la ilusión de
que el socialismo podía ser construido dentro de ese marco. Luxemburgo no era, obviamente,
consciente de la existencia de la carta de Engels: la edición completa del "Prólogo" sólo se
publicó en 1955.

Sin embargo, sabía que había gato encerrado. Luxemburgo insistió en que la traición del 4 de
agosto de 1914, cuando la fracción parlamentaria del SPD aprobó los créditos de guerra, no
podía ser atribuida a Engels, pero sí señaló que algunos aspectos del enfoque legalista y
constitucional de la versión diluida allanaron el camino para la subsiguiente deriva a la derecha
del SPD. En resumen, esa deriva implicaba la erosión gradual del programa de la
socialdemocracia alemana, que el programa "mínimo" se considerase "demasiado avanzado" o
insuficientemente 'popular' con las masas bajo las condiciones capitalistas y cada vez más se
fuese transformando en el programa “máximo". La alta política y el socialismo se alejaban en
un futuro borroso: una "estrella guía distante", para usar la brillante frase de Rosa Luxemburgo.
Así es como la mayoría de los historiadores y activistas ven hoy el programa mínimo: una serie
de reivindicaciones cotidianas vaciadas de contenido. Pero hay que decir que hemos estado
mirando ese programa mínimo por el lado equivocado del telescopio.

Después de todo, el examen de algunos de los escritos de Engels (¡sin adulterar!) dejan claro
que, para él, la culminación de las reivindicaciones políticas del programa mínimo eran el
gobierno de la clase obrera, la dominación de clase, algo inseparable de la "república
democrática". En su crítica, en general positiva, del programa de Erfurt de la socialdemocracia
alemana, afirma enfáticamente: "Si una cosa es cierta, es que nuestro partido y la clase obrera
sólo pueden llegar al poder bajo la forma de una república democrática." (7).

Esa "república democrática" era sinónimo de "la forma de la dictadura del proletariado" (8),
según Engels o, como dijo Marx, "la forma política al fin descubierta que permitirá realizar la
emancipación económica del trabajo" (9); "la última forma de Estado de la sociedad burguesa",
en la que "la lucha de clases se luchará hasta el final" (10). Basándose en la experiencia de la
Comuna de París, el primer gobierno de los trabajadores, Marx y Engels sostuvieron que el
estado obrero se definiría por varias características, como la unidad del legislativo y el
ejecutivo, las elecciones periódicas de los funcionarios, incluidos los jueces, la revocabilidad,
salarios de trabajadores para los burócratas, el pueblo en armas, etc.

Muchas de estas reivindicaciones también estuvieron presentes en el programa de Erfurt. Para
Engels, la deficiencia principal del programa era la ausencia del objetivo de la república
democrática: "Las reivindicaciones políticas del proyecto tienen un gran defecto. Les falta
precisamente lo que debería haber dicho. Si consiguiéramos las 10 reivindicaciones tendriamos
muchos más medios para lograr nuestro objetivo político principal, sino el propio objetivo de
ninguna manera se habría logrado".

Los Consejos como elemento central

Tanto el discurso de Luxemburgo como el programa del KPD concuerdan con el espíritu
revolucionario republicano expresado por Engels en este y otros escritos. La primera
reivindicación política del programa es una república (aunque en la forma de una "república
socialista unida de Alemania", de la que hablaremos más adelante).

También exige el desarme de la policía y la creación de una guardia roja de "hombres
proletarios", la abolición de la jerarquía y el mando dentro del ejército y la constitución de un
"consejo ejecutivo" como "órgano supremo del poder legislativo y ejecutivo", que sería elegido
por un consejo central de los consejos de obreros y soldados que surgieron por todos lados en
la escena política tras la caída del régimen de Kaiser, en noviembre de 1918. A su vez, estos
consejos debían ser elegidos por todos los hombres y mujeres adultos, poniendo énfasis en el
control desde abajo, a través de elecciones periódicas, la rotación y la revocabilidad.

En su discurso, Luxemburgo satiriza a las mil maravillas la nueva Constitución alemana que
proponía la dirección del SPD. Se ensañó con el presidencialismo de la nueva Constitución ("la
elección de un presidente, con una posición intermedia ¡entre la del Rey de Inglaterra y la del
Presidente de los Estados Unidos!") Y pesos y contrapesos contra la presión popular en forma
de federalismo y una segunda cámara, el Bundesrat.

Sin embargo, con la perspectiva que da el tiempo, se puede observar que el enfoque del
programa del KPD exclusivamente en el sistema de consejos como la alternativa a la nueva
constitución fue superado rápidamente por el curso de los acontecimientos, tal vez llegando a
hacer incluso el programa obsoleto en un par de semanas.

Por las razones que fueran, la mayoría de la población alemana no quería sustituir la
democracia parlamentaria por la democracia de los consejos. En realidad, la democracia
parlamentaria ya no era una mera hoja de parra que cubría las vergüenzas del régimen
imperial del Kaiser y por primera vez se basaba en el sufragio universal. Hubo una participación
sustancial en las elecciones a la Asamblea Nacional del mes de enero de 1918. Las mujeres en
particular, después de haber ganado el derecho al voto, estaban ansiosas por participar. Los
consejos de trabajadores y soldados "fueron construidos mayoritariamente por miembros de los
dos principales partidos de los trabajadores: a saber, el SPD y el partido centrista a su
izquierda, los socialdemócratas independientes, a los que Luxemburgo y sus partidarios habían
pertenecido hasta diciembre de 1918. Por lo tanto, el destino de estos consejos estuvo
determinado por la evolución política de estos partidos.

Desde 1914 hasta 1918, el SPD siguió siendo el partido mayoritario de la clase obrera. Como
tal, fue capaz de ganar la mayoría de los consejos a su perspectiva. El enfoque de la dirección
del SPD, por supuesto, era utilizar su poder dentro del sistema de consejos para restaurar
gradualmente el orden capitalista (hacer un pacto con el alto mando alemán, intentar desarmar
el movimiento de los consejos, reprimir la revolución bolchevique en el Este), al tiempo que
ofrecía algunas reformas (en ocasiones muy importantes), incluyendo la abolición del odiado
sistema de votación prusiano de tres clases e introduciendo la jornada de ocho horas.

Este cambio de la centralidad política de los consejos a la nueva constitución parlamentaria,
que a su vez anunciaba el tipo de represión brutal de los consejos previsto por Luxemburgo en
su discurso, hizo que el objetivo exclusivo de los consejos del KPD como base del poder de los
trabajadores en Alemania iba a dejarlo en una difícil posición estratégica. Lo que se complicó
además por el hecho de que las fuerzas de Luxemburgo, y quienes defendían un auténtico
gobierno de los trabajadores, siguiesen siendo marginales y / o poco organizadas.

Una vez más, con el beneficio de la retrospectiva, se puede observar que algunas de estas
debilidades se tradujeron en el hecho de que el Partido Comunista de Alemania nació a la vez
demasiado tarde (11) y muy pronto: lo que condujo a que los principales miembros del KPD
como Clara Zetkin y Paul Levi reconocieran que la salida del KPD del Partido Socialdemócrata
Independiente (USPD), tuvo poco o ningún efecto en las filas del USPD, que había jugado un
papel tan fundamental en los levantamientos revolucionarios de Alemania. Permanente
colaborador de Luxemburgo, Leo Jogiches, aunque se opuso a la fundación del KPD,
argumentando con razón que habían formado un grupo con poca base social, que iba a
boicotear las próximas elecciones y que sólo había evitado decidir sobre la participación o no
de sus miembros en los sindicatos oficiales alemanes ¡aplazando la votación! Sólo tras el
Congreso de Halle de octubre de 1920 -es decir, tras la fusión con el ala izquierda del USPD -
el KPD comenzó a ser visto como un verdadero partido.

En cualquier caso, el hecho de que el programa del KPD tuviese poco que ofrecer como
alternativa a la constitución y a la Asamblea Nacional -más allá de su sustitución por un
sistema de consejos -estaba ligado a una apreciación errónea de lo que les esperaba. En
efecto, tanto en sus discursos como en su correspondencia Luxemburg demuestra una
apreciación equivocada de la situación inmediata. Tan convencida estaba de la profundidad de
la crisis del estado alemán, del nivel de desilusión con los dirigentes del SPD y el USPD y del
poder de los consejos de los obreros y los soldados que creía que las elecciones a la Asamblea
Nacional ni siquiera llegarían a tener lugar. Instando a Clara Zetkin a no preocuparse
demasiado acerca de la decisión del joven KPD de llamar a un boicot, Luxemburgo escribió,
sólo ocho días antes de las elecciones: "En realidad, la rapidez de los acontecimientos ha
puesto la cuestión de [participar] en la Asamblea Nacional en un segundo plano y, si las cosas
continúan de esta manera, es muy dudoso que haya elecciones y una Asamblea
Nacional." (12)

Luxemburgo parece haber estado convencida de que la "primera fase" de la revolución
alemana ya había pasado y que comenzaba la "segunda fase", que se iba a caracterizar más
por su contenido económico que por el político. Como escribió, "Ningún gobierno, por muy
ejemplarmente socialista que sea, puede proclamar el socialismo". En cierto sentido, por
supuesto, es correcto, y refleja un claro rechazo del gobierno provisional de coalición SPDUSPD
que se formó en noviembre de 1918. A pesar de toda la charlatanería "socialista" de
aquellos autodenominados "comisarios del pueblo", el gobierno SPD-USPD en realidad actuó
como el casero de un Estado capitalista alemán y de una clase burguesa en desbandada. De
hecho, los comisarios ni sí quiera eran ministros del nuevo gobierno: la vieja burocracia estatal
y los altos mandos militares se negaron a soltar el timón. Aunque ello provocó a menudo
disgusto e irritación entre las bases tanto del SPD como del USPD –hasta el punto de los
comisarios del USPD se vieron forzados a dimitir a finales de diciembre, después de un asalto
armado contra militantes obreros de Berlín-, los dos partidos, sin embargo, siguieron siendo las
fuerzas mayoritarias entre los trabajadores.

Luxemburgo había juzgado mal el estado de ánimo de las masas. Sin embargo, no cabe la
menor duda de que ni malinterpretó ni tergiversó el espíritu revolucionario del marxismo.
Demostró estar por encima del considerado hasta entonces el “Papa del marxismo”, Karl
Kautsky. A pesar de que Luxemburgo y Kautsky compartieron las críticas contra los gobiernos
de coalición pro-capitalistas de Alexandre Millerand y compañía a finales del siglo XIX, un
rápido vistazo a los escritos de Kautsky de este período, como sus "Directrices para un
programa de acción socialista" o "Impulsar la revolución hacia delante” (13), evidencian que, en
marcado contraste con algunos de sus primeros escritos, fue falsamente desplegando términos
marxistas claves como la "república democrática" y el "programa mínimo" para proporcionar
una coartada de izquierda al millerandismo de entonces: las acciones del gobierno de coalición
SPD-USPD.

Contenido y forma

Esto puede explicar otro hilo conductor del discurso de Luxemburgo: a saber, que el programa
mínimo tenía que ser "liquidado". Su enfoque estaba obviamente ligado a una falsa apreciación
de la situación inmediata, que acabo de esbozar. Pero a pesar de todo lo que sucedió en el
transcurso de los dos meses revolucionarios de 1918, la clase obrera alemana no tenía el
poder (pese a las falsas afirmaciones de Kautsky en ese sentido), o, incluso me atrevería a
decir, ni en posición real para luchar por el a corto plazo. Durante algún tiempo hubo una
situación de doble poder, pero la clase obrera carecía de la organización, la estrategia y la
conciencia necesarias para resolver esa dualidad a su favor. En la medida en que se pudiese
considerar que había una estrategia hegemónico, era la de la dirección del SPD. Contra
Luxemburgo, por lo tanto, creó que la consigna “!Abajo el sistema del trabajo asalariado!' No
era la que tocaba. Este enfoque fue claramente el que guió el llamamiento del KPD a una
"república socialista unida" o el hecho de que, mucho más extraño y sorprendente, Karl
Liebknecht hubiese ¡proclamado la república socialista en noviembre de 1918! (14).

Curiosamente, la afirmación de Luxemburgo de que el programa mínimo debía dejarse de lado
y que los trabajadores debían " dedicarse seriamente a destruir el capitalismo" encontraron eco
(de forma totalmente independiente, hasta donde sé) en el movimiento revolucionario ruso. En
el período previo a la Revolución de Octubre, Nikolai Bujarin y sus seguidores defendían que el
programa mínimo de los comunistas rusos era obsoleto. Lo que se planteaba, según ellos, era
comenzar la realización del programa máximo de la liberación humana. La respuesta de Lenin
ofrece una perspectiva mejor, menos entusiasta, más realista:

"Es ... ridículo descartar el programa mínimo, que es indispensable, mientras todavía vivamos
en el marco de la sociedad burguesa, mientras que todavía no hayamos destruido ese marco,
construido los requisitos básicos para una transición al socialismo, ni aplastado al enemigo (la
burguesía ), e incluso aunque la hayamos derrotado aún no la hemos aniquilado ... Descartar el
programa mínimo sería lo mismo que declarar, proclamar (presumir, en un lenguaje sencillo) de
que ya hemos ganado" (15).

La ausencia de un enfoque leninista de este tipo dejó al KPD con muy poco espacio de retirada
estratégica, que no fuese alentar y apoyar las huelgas y los enfrentamientos entre los
trabajadores y los empresarios, que Luxemburgo (erróneamente en mi opinión), describía como
la "forma externa de la lucha por el socialismo "-tal vez un reflejo de su opinión anterior de que
la huelga de masas, “un fenómeno histórico natural”, representa" la primera forma natural, el
primer impulso de toda gran lucha revolucionaria del proletariado"(16).

Luxemburgo acertó, sin duda, en que "es pura locura creer que los capitalistas obedecerán de
buen humor la imposición socialista de un parlamento o de una Asamblea Nacional". Pero, en
mi opinión, no hay una forma natural de revolución proletaria. Puede tomar la forma de huelgas
de masas, de colapso militar y rebelión, de un partido revolucionario o de varios que ganen una
gran mayoría electoral y otras.

Las diferencias entre las experiencias de 1871 (elecciones a un consejo local) y 1917 (rebelión
militar, huelgas masivas, disturbios campesinos, soviets) subrayan este punto básico. Lo que
es crucial es la cuestión del gobierno: ¿con que fuerzas, y sobre la base de que contenido
político, cristalizará la toma de decisiones necesarias para romper la mal humorada y
sangrienta respuesta inevitable de la clase capitalista? Este es quizás el principal problema de
la liquidación del programa mínimo: deshacerse de los contenidos mínimos de una posible
participación contingente del KPD en semejante gobierno: un problema que volvió a plantearse
de nuevo al partido.

Nunca sabremos cómo Luxemburgo habría respondido a la nueva situación política tras las
elecciones a la Asamblea Nacional, ya que fue cruel, brutalmente asesinada cuatro días antes
de que tuvieran lugar. El joven Partido Comunista fue despojado de su estrella más brillante.

Mirando hacia atrás, a pesar de la importancia y consistencia de los temas republicanos en el
pensamiento de Rosa Luxemburgo, es evidente que su respuesta a las traiciones de la
socialdemocracia implico tirar el grano con la paja. A diferencia de Lenin y la mayoría de los
bolcheviques, Luxemburgo rechazó el programa mínimo como constitucionalista y burgués
parlamentario por su propia naturaleza (17).

Así como Draper señala que muy pocos marxistas parecen haber comprendido correctamente
el significado de lo que Marx y Engels entendían por dictadura del proletariado, se puede decir
que, de manera similar, existe una tradición republicano-demócrata en el marxismo que fue
olvidada en gran parte o tergiversada, o incluso conscientemente enterrada, por la Segunda
Internacional. La falta de claridad sobre el tipo de gobierno republicano-democrático que la
socialdemocracia tenía como objetivo facilitó la confusión en sus filas e incluso es probable que
proporcionase un terreno más favorable para el surgimiento y la propagación del oportunismo
que finalmente acabó con la Segunda Internacional.

Notas

1. R Luxemburgo, "¿Qué quiere la Liga Espartaco?: www.marxists.org/archive/luxemburg/
1918/12/14.htm .
2. R Luxemburgo: "Nuestro programa y la situación política": www.marxists.org/archive/
luxemburg/1918/12/31.htm .
3. Citado por MA Waters, Rosa Luxemburg Speaks Nueva York 1970, P403.
4. Sin embargo, el detallado relato de Ottokar Luban de los "días de enero” de 1919 pone de
manifiesto la confusión general en el KPD al evaluar la situación política, algo que también
influyó negativamente en el juicio de Luxemburgo para decidir si era posible derrocar al
gobierno de Berlín. Ver O. Luban, “Rosa at a loss -the KPD leadership and the Berlin uprising
of January 1919: legend and reality”, Revolutionary history 8, 4 (2004).
5. F Engels, Prólogo a K Marx Las luchas de clases en Francia: www.marxists.org/archive/
marx/works/1895/03/06.htm .
6. Citado en VI Lenin, "Chovinismo muerto y marxismo vivo": www.marxists.org/archive/lenin/
works/1914/dec/12.htm # fwV21E042 . Lenin, que escribió en 1914, en realidad cita una carta
de Engels a Kautsky.
7. F Engels Crítica del programa de Erfurt: www.marxists.org/archive/marx/works/
1891/06/29.htm .
8. Engels F, Prólogo a K Marx, La guerra civil en Francia, Londres 1941, p19.
9. K Marx La guerra civil en Francia: www.marxists.org/archive/marx/works/1871/civil-warfrance/
ch05.htm .
10. K Marx Crítica del programa de Gotha: www.marxists.org/archive/marx/works/1875/gotha/
ch04.htm .
11. Sólo tras la crisis del 4 de agosto de 1914 Luxemburgo y sus correligionarios comenzaron
en serio a organizar algún tipo de agrupación coherente de oposición a la dirección del SPD
sobre la base de una visión y un programa común.
12. Citado por SE Bonner (ed) The letters of Rosa Luxemburg New Jersey 1993, p300.
13. Para más información sobre el 'republicanismo' de pacotilla de Kautsky en este período, ver
B Lewis, ‘From Erfurt to Charlottenburg’ 'Weekly Worker 10 de noviembre 2011.
14. Algunos atribuyen este enfoque un poco voluntarista y moralista a las opiniones neokantianos
de Liebknecht, aunque es evidente que ese enfoque encontraba cierto apoyo entre
los trabajadores revolucionarios de Berlín en particular.
15. VI Lenin, "La revisión del programa del partido": www.marxists.org/archive/lenin/works/
1917/oct/06.htm .

República y socialismo en Rosa Luxemburgo www.sinpermiso.info

16. R Luxemburgo La huelga de masas capítulo 7: www.marxists.org/archive/luxemburg/1906/
mass-strike/ch07.htm .
17.El hecho de que Kautsky haya acariciado la ilusión de que se podrían conservar aspectos
de la moderna burocracia estatal capitalista en el socialismo no significa que sea
completamente falso afirmar, como lo hizo en 1893, que "un régimen parlamentario auténtico
pueda ser un instrumento de la dictadura del proletariado como es un instrumento de la
dictadura de la burguesía "(citado en RB Day y D Gaido Witnesses to permanent revolution,
Leiden 2009, p55, nota 159). Marx, por ejemplo, también vio la necesidad de transformar el
sufragio universal de "un instrumento de engaño, como ha sido hasta ahora, en un instrumento
de emancipación" (K Marx, Programa del Partido Obrero Francés: www.marxists.org / archive /
marx / works/1880/05/parti-ouvrier.htm ).

Ben Lewis, es un joven historiador británico del movimiento socialista, miembro del comité editorial de la revista
Revolutionary History y del comité de los Archivos del Marxismo en Internet (www.marxist.org). Esta fue su
contribución a la Conferencia Internacional anual Rosa Luxemburgo, que se reunión en 2013 en París sobre
"Conceptos de la democracia y la revolución de Rosa Luxemburgo”.

Traducción para www.sinpermiso.info: Gustavo Buster

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27/10/2013

domingo, 27 de outubro de 2013

Organizações de trabalho associado

VIRTUALIDADES POLÍTICO-SOCIAIS DAS ORGANIZAÇÕES DOS TRABALHADORES

Candido Giraldez VIEITEZ l
Neusa Maria DAL RI 2

Introdução

Na ordem social capitalista, a burocracia é a forma de
organização dominante. Embora a empresa seja a organização típica
desse modelo, a burocracia, sob diversas variantes, encontra-se presente
em praticamente todas as instâncias sociais, como, por exemplo, na
maneira como se organizam o Estado, as escolas, as igrejas ou as
sociedades de benemerência (Weber, 1963).

A força social desse paradigma é tão grande que o mesmo
aparece para os diversos atores sociais como a única forma possível de
organização. Deste modo, ele freqüentemente determina a prática social
mesmo daqueles atores que teriam razões para não o utilizar.

A forma burocrática de organização, embora dominante,
não é a única existente ou possíveL Desde os primórdios da sociedade
moderna, os trabalhadores, em sua luta de resistência ao capital, foram
criando entidades próprias cujos parâmetros constitutivos divergem
fundamentalmente dos que se encontram na burocracia.

Desta forma, neste trabalho procurar-se-á mostrar que:
1) as diferentes organizações criadas pelos trabalhadores apresentam
determinações constitutivas comuns, isto é, elementos de natureza
democrática que transcendem as categorias da burocracia; 2) essas
características aparecem também em entidades que têm um objetivo
econômico tais como cooperativas e empresas autogestionárias; 3) os

ORG & DEMO

I Professor Assistente Doutor da Faculdade de Filosofia e Ciências -Unesp -Campus de
Marília e Coordenador do Grupo de Pesquisa Organizações & Democracia.
2 Professora Assistente Doutora da Faculdade de Filosofia e Ciências -Unesp -Campus de
Marília e Coordenadora do Grupo de Pesquisa Organizações & Democracia.



elementos ordenadores básicos dessas organizações econômicas
encontram-se preconizados na carta de princípios da Aliança Cooperativa
Internacional -ACI;3 4) nos últimos vinte anos, empreendimentos que
se apresentam como autogestionários vêm incorporando os princípios
clássicos da ACI e, ao mesmo tempo, acrescentando novos elementos
democrático-sociais em sua prática; 5) cooperativas de trabalhadores ou
empresas sob outras formas jurídicas, além de preservarem esses mesmos
princípios, apresentam um potencial social que transcende os critérios
ordenadores da economia capitalista e da democracia liberal.

As Organizações dos Trabalhadores (OTs)

As organizações engendradas pelos trabalhadores durante

o desenvolvimento do capitalismo podem ser divididas em dois grupos:
organizações de ajuda mútua, de luta política, ideológica, econômica e
social; e organizações econômicas.
No primeiro grupo encontram-se as sociedades literárias
e de correspondência, as associações de ajuda mútua, os sindicatos, os
diversos tipos de conselhos e os partidos políticos. No outro grupo temos
as várias modalidades de cooperativas e, mais recentemente, as empresas
autogestionárias, organizadas ou não sob a forma jurídica de cooperativas.

A determinações básicas de todas essas entidades, com
variações significativas referentes às particularidades de época histórica,
finalidade e lugar, são as seguintes: 1) os dirigentes são os próprios
trabalhadores; 2) os valores das subscrições e cotizações financeiras para
a afiliação às mesmas são compatíveis com os rendimentos dos
trabalhadores; 3) os estatutos e regimentos são elaborados e aprovados
pelo conjunto de associados, segundo princípios de igualdade e eqüidade
e por meio de práticas de discussão e deliberação coletivas; 4) em
princípio, estão abertas a todos os sujeitos sociais interessados, sem
discriminação de raça, religião, status social e gênero, resguardadas as
normas e finalidades; 5) a educação é vista como um fator de elevação

3 Trata-se da Associação internacional que congrega e orienta as ações de cooperativas de
diferentes matizes.


ORG&DEMO

do nível cultural e profissional dos associados, assim como um meio de
desenvolvimento da própria organização; 6) autonomia e independência
são valores primordiais; 7) postulam o desenvolvimento da solidariedade
entre os trabalhadores; 8) as entidades geram impostações e práticas
que transcendem seus objetivos específicos e colocam-se no âmbito do
desenvolvimento democrático geral da sociedade.

Características das organizações econômicas e das organizações
de luta

A subordinação do trabalho ao capital dá-se sob diversas
formas abrangendo os vários momentos do circuito econômico-social,
vale dizer, da produção, distribuição, circulação e consumo de
mercadorias. Ainda no período de formação do modo de produção
capitalista, os trabalhadores livres, destituídos de qualquer propriedade
mobiliária ou imobiliária, e os trabalhadores proprietários dos próprios
instrumentos de trabalho em escala artesanal, procuraram resistir a essa
subordinação criando para essa finalidade organizações próprias
(Thompson, 1977, p. 17-28).

As primeiras organizações de trabalhadores estiveram
voltadas para a ajuda mútua e a luta contra as condições subumanas de
trabalho e de vida impostas pelo capital. Subseqüentemente, o movimento
de oposição expandiu-se a outras esferas da atividade social.

Em 1844, os trabalhadores industriais da cidade de
Rochdale, na Inglaterra, fundaram uma organização comercial com o
objetivo de oferecer aos associados produtos de melhor qualidade a
preços mais baixos. Essa sociedade assim constituída era uma cooperativa
de consumidores que se tornou um marco na história do cooperativismo.
A notoriedade de Rochdale deve-se precipuamente ao fato de que inovou
em relação à tradição oweniana, enunciando os princípios que
viabilizariám o cooperativismo como atividade econômica e empresarial.
Os princípios de Rochdale (Cole, 1945, p. 74) são: 1) controle democrático
-uma pessoa, um voto; 2) porta aberta -livre adesão, entrada e saída
voluntárias; 3) juros limitados como remuneração do capital; 4) sobras


ORG&DEMO

proporcionais ao montante de compras do associado; 5) vendas à vista;
6) vendas de mercadorias de boa qualidade; 7) educação dos sócios; 8)
neutralidade política e religiosa.

Esses princípios foram adotados pela Aliança Cooperativa
Internacional que promoveu, através dos tempos, algumas modificações.
A versão mais recente da Carta de Principios da ACI4 foi aprovada no
Congresso de 1995, realizado em Manchester, Inglaterra, consistindo no
seguinte: 1) adesão voluntária e aberta; 2) controle democrático por
parte dos membros; 3) participação econômica dos associados; 4)
autonomia e independência; 5) educação, capacitação e informação; 6)
cooperação entre as cooperativas; 7) interesse pela comunidade.

Observa-se que o núcleo essencial da formulação de
Rochdale, corporificado nos princípios de números 1, 2 e 7, foi mantido.
O princípio de número 4 foi substituído pela proposição mais genérica
de "participação econômica dos associados". Os princípios de números
3, 5 e 6, que não apresentavam implicações importantes sobre os
parâmetros organizativos, foram suprimidos. O sétimo princípio da ACI,
"interesse pela comunidade", não estava presente em Rochdale. Por fim,

o princípio de "neutralidade política e religiosa" parece ter assumido a
forma de "autonomia e independência". Embora os termos dessas
formulações possam dar a impressão de conter significados díspares, na
verdade, são próximos. A expressão "neutralidade política e religiosa"
visava garantir a "autonomia e independência" da cooperativa diante de
agentes externos. O princípio não preconizava o apoliticismo, mas sim
uma posição de independência referente à ação política do Estado.5
4 DECLARACIÓN de la Alianza Cooperativa Internacional sobre la Identidad Cooperativa
aprobada en lVIanchester en el XXXI Congresso de la ACI. In: Revista de Debate sobre Ecollomía
Pública Social y Cooperativa, p.37-9.

5 Comentando o princípio de número oito de Rochdale, que aparentemente é tão estranho à
tradição operária e popular, Monzón Campos afirma que: "Dada a desconfiança mostrada por
Owen em relação às instituições do Estado burguês (já se comentou, por exemplo, sua
desconfiança do sufrágio universal), se compreenderá facilmente o sentido que em Owen tem o
princípio da 'neutralidade política' que na formulação roéhdaliana remete claramente de novo a
valores do socialismo associacionista, ao menos ao liderado por Robert Owen". J.L.M. Campos,
Las Cooperativas de Trabajo Asociado ell la Literatura Económica y ell los Hechos, p. 74.


ORG&DEMO

Os princípios da ACI atendem às especificidades
empresariais e econômicas próprias das cooperativas. Constituem-se em
uma tecnologia social que orienta a formação e o funcionamento das
cooperativas e que na práticR mostrou-se funcional.

Aparentemente, esses princípios não guardam nenhuma
semelhança com aqueles que regem outras entidades, como, por exemplo,
conselhos ou sindicatos. Porém, realizando-se um exame mais apurado,
obseIVa-se que esses princípios são, no essencial, os mesmos que norteiam
as demais organizações dos trabalhadores.

O quadro abaixo apresenta, de forma comparativa, os
princípios da ACI para o cooperativismo e as determinações básicas das
OTs.

QUADRO 1 -Comparação entre os princípios da ACI e as características
das OTs

rprfncípios da ACI Características Gerais das OTs
Voluntárias e abertas Abertas a todos, em princípio
Controle democrático, um homem um voto São dirigidas pelos próprios trabalhadores
Participação econômica dos membros
eqüidade e igualdade
com Cotizações e subscrições com baixos valores
Autonomia e independência Autonomia e independência
Educação, treinamento e informação Educação geral, politica e para o trabalho
Cooperação entre cooperativas Solidariedade
Interesse pela comunidade Visão inclusiva da sociedade e interesse por ela

Cotejando-se, sumariamente, as características das
organizações de ajuda mútua e de luta dos trabalhadores com os princípios
das organizações econômicas explicitados pela ACI, verifica-se o que
segue.

O controle democrático porparte dos membros garante
que os trabalhadores possam dirigir suas próprias entidades.

O preceito de adesão voluntária e aberta nega o caráter
discriminatório e de exclusão social sobre o qual erigem-se as organizações
burguesas e, em princípio, possibilita a inclusão de qualquer pessoa.


ORG&DEMO

A formulação educação, capacitação e informação revela
que a educação ilimitada dos trabalhadores constitui um quesito essencial
para o desenvolvimento e reprodução.de suas organizações, ao contrário
do que ocorre nas da burguesia que têm como pressuposto constitutivo
e funcional a educação estratificada.

o sexto princípio, cooperação entre cooperativas,
explicita o valor de cooperação e solidariedade historicamente
preconizado pelas organizações populares6 e oposto aos valores de
competição e exclusão promovidos pela burguesia.
O preceito interesse pela comunidade encontra-se no
seio das tradições operárias que tendem a desenvolver as suas atividades
procurando ligar-se com a sociedade no seu todo e tendo em vista o seu
desenvolvimento social e democrático.

O terceiro princípio, participação econômica dos
associados, reforça o caráter democrático da cooperativa, determinando
uma distribuição eqüitativa dos proventos e lançando as bases para a
definição da propriedade dos meios de produção como propriedade
social de um coletivo de trabalhadores. Além disso, o preceito de
contribuição eqüitativa dos membros ao patrimônio da cooperativa,
estabelece que ela seja compatível com os rendimentos da classe
trabalhadora, o que se encontra em consonância com o princípio geral
de baixos valores para a afiliação requeridos pelas demais organizações.

Conservação e mudança nas organizações econômicas dos
trábalhadores (OETs)

A burocracia é comumente entendida como um sistema
de poder e uma técnica operativa imprescindível ao funcionamento das
organizações.7 No entanto, neste trabalho, burocracia é compreendida

6 Entende-se por organizações populares aquelas que têm por sua base social as classes

subalternas, sobretudo os trabalhadores assalariados.

7 Nessa concepção, sobressaem características tais como a hierarquia, a especialização de funções,
a minuciosa divisão de tarefas, a competência, entre outras. Por uma questão de comodidade de
exposição, abstraem-se as várias configurações que a burocracia tem assumido historicamente,
como, por exemplo, o taylorismo. .


ORG&DEMO

primordialmente como um instrumento de dominação da classe burguesa,
ou seja, como um·conjunto de variáveis organizativas que propicia o
controle social e, portanto, a manutenção do poder de classe.

Considerada esta acepção, as OTs não podem ser
caracterizadas como organizações de tipo burocrático, pois, primeiro,
são engendradas e mantidas pelas classes trabalhadoras com o propósito
de promover a sua própria organização, identidade e autonomia e,
segundo, os seus elementos constitutivos apontam para a superação das
determinações de classe.

Não obstante esse fato primordial, é necessário
considerar, também, que as OTs formam-se a partir dos materiais históricos
presentes na sociedade capitalista. Assim, o fenômeno resultante dessa
situação traz em si mesmo uma contradição fundamental. De um lado,
as organizações erigem-se sobre princípios básiCos que se encontram
em oposição aos valores dominantes. De outro, encontram-se tangidas
pelas determinações das relações capitalistas de produção das quais
derivam. Dessa forma, o modelo burocrático, ou seja, as relações sociais
capitalistas rondam permanentemente essas entidades que variavelmente
dão origem a fenômenos semelhantes àqueles produzidos pela
burocracia.

Para este trabalho, no entanto, interessa estabelecer e
discutir as variáveis que incidem mais diretamente e de forma contraditória
sobre as organizações econômicas dos trabalhadores e que são as
seguintes: 1) organização do processo de trabalho; 2) tecnologias; 3)
divagens educacionais e profissionais; 4) utilização de trabalho
assalariado; 5) democracia representativa; 6) direção por meio dos quadros
ou lideranças; 7) ausência de integra'ção entre as entidades.

A forma jurídica de cooperativa ou associaçã08 altera
fundamentalm~nte o regime de trabalho suprimindo o assalariamento e
instituindo a figura da propriedade coletiva. No entanto, este fato por si

8 Há casos em que uma Associação é proprietária de um empreendimento no qual os trabalhadores
são os próprios mem~ros da Associação contratados sob o regime de Consolidação das Leis do
Trabalho -CLT (legislação que normatiza o trabalho assalariado ). Neste caso, porém, as
determinações dadas pelo regime de trabalho assalariado podem tornar-se puramente formais.


ORG&DEMO

só não modifica a organização do processo de trabalho, a qual diz respeito
ao modo como se realizam as tarefas numa empresa. Em geral, as OETs
utilizam-se dos mesmos métodos de organização do processo de trabalho
empregados pela empresa capitalista. São várias as razões que contribuem
para que isso ocorra e uma delas é que a concepção burocrática encontrase
também amplamente arraigada entre os trabalhadores.

O processo de trabalho determina em grande parte as
relações sociais vigentes na empresa. Contudo, geralmente as OETs não
avaliam as implicações dessa determinação, abstraindo-as e colocando
em primeiro plano o assunto da participação por meio da representação.9

Entretanto, essa problemática encontra-se muito além
da capacidade indutora do paradigma burocrático e da competência de
análise das OETs. Na ordem social hodierna, os fatores de produção,
força de trabalho, ciência e tecnologia, máquinas e equipamentos, bem
como os circuitos de distribuição, circulação e consumo de mercadorias
encontram-se estruturados em função da empresa capitalista, vale dizer,
da organização ·burocrática. Dadas essas condições, compreende-se que
seja altamente oneroso, problemático e incerto para as OETs lançaremse
em projetos alternativos de organização do processo de trabalho. Em
contrapartida, o funcionamento das OETs, sob o processo burocrático,
não ap~nas entrava, como, também, pode fazer retroceder o
desenvolvimento político-democrático dessas organizações. Isso ocorre
porque; preserva-se part~ considerável dos elementos que são
característicos à operação da empresa capitalista, tais como a
impossibilidade dos trabalhadores tomarem decisões sobre o objeto
imediato de trãbalho; o seu enquadramento em minuciosa e rígida divisão
de tarefas; a reprodução de profissQes que decorrem da existência de
um mercado de trabalho e da sua organização capitalista e vários outros
aspectos que restririgem o desenvolvimento intelectual, cultural, político
e técnico dos trabalhadores.

9 De maneira geral, as OETs entendem que a mudança no regime de propriedade, a eleição de
dirigentes e a decisão de questões estratégicas em assembléias gerais são suficientes para garantir
a democratização das entidades.


ORG&DEMO

As tecnologias, em suas várias modalidades, como por
exemplo máquinas e equipamentos, constituem-se em uma outra razão
inibidora do desenvolvimento alternativo de processos de trabalho. Isto
deve-se, primeiro, ao fato de que a maior parte das tecnologias em uso
ainda necessitam do trabalho vivo enquanto força física ativa. Dessa
forma, os trabalhadores encontram-se sujeitos à realização de tarefas
manuais, fragmentadas e repetitivas, as quais consomem a maior parte
de suas energias físicas e mentais. E, segundo, porque as tecnologias
vêm sendo produzidas em função dos métodos de trabalho utilizados
pelas empresas capitalistas.

Quanto ao sistema educacional, observa-se que ele fonna
as pessoas para competirem por empregos no mercado de trabalho. Por
sua vez, esse mercado encontra-se, em parte, determinado pela divisão
capitalista do trabalho que engendra segmentações e estratificações
profissionais de várias ordens (Vieitez & Dal Ri, 2000). Essas características
do contingente da força de trabalho fazem-se presentes nas OETs no
momento mesmo em que os trabalhadores nelas ingressam. Porém,
continuam a manifestar-se por força da influência desse mercado, mesmo
depois que os trabalhadores passam para o estatuto de as~ociados.

O perfil ocupacional e educacional dos membros das
OETs é, assim, muito semelhante àquele da classe trabalhadora em geral.
O nível cultural é baixo e mesmo os setores com qualificação acadêmica
média e superior encontram-se despreparados para atuarem em
empreendimentos nos quais a participação na tomada de decisões é
vital.

Essa contradição é observada pelas OETs que buscam
superá-la por meio da criação de programas educacionais complementares
ou alternativos. Esta é uma das tarefas que as OETs vêm realizando com
relativo sucesso.

Contudo, é de observar-se que esses programas
educacionais, no que se refere ao aspecto profissional estrito senso, são
freqüentemente convencionais, não incorporando nenhuma reflexão
sobre as possíveis mudanças no processo de trabalho.


ORG & DEMO

Quanto à utilização de trabalho assalariado pelas OETs,
verifica-se que uma parte significativa dessas organizações, notadamente
no setor comercial e de serviços, emprega trabalho assalariado e não de
forma meramente supletiva. Essa prática introduz, nas organizações, um
fator capitalista que se encontra em oposição aos princípios básicos das
OETs. Esse fator apresenta um potencial degenerativo que, somado a
outras incongruências, pode levar à reconversão da organização em
empresa convencional.

A democracia representativa é a forma de participação
predominante nas OETs. Embora esta constitua-se em uma ruptura em
relação à estrutura de poder vigente nas empresas capitalistas, ,sendo,
portanto, um dos pilares das OETs, esse procedimento não tem sido
suficiente para garantir uma participação Inais alnpla de todos os membros
na vida das empresas e nem tampouco para erradicar a cultura do
assalariamento que sobrevive entre os associados, o que se reconhece
como um dos óbices mais importantes ao desenvolvimento desses
empreendimentos.

As OETs possibilitam que a "massa" trabalhadora passe
a ter nas mesmas uma participação política recorrente. Contudo, esse
fato que em si mesmo constitui "um desses gonzos sobre os quais gira a
história" (Thompson, 1967, p. 23); não chega a resolver totalmente o
problema do controle dos trabalhadores sobre o sistema de produção
de riquezas.

A dificuldade dos trabalhadores para apropriarem-se
cabalmente do controle dos sistemas de trabalho encontra-se relacionada
também aos tipos de dirigentes e de dinâmicas de gestão que os próprios
trabalhadores engendram e que serão denominados aqui, à falta de melhor
designação, de direção por meio das lideranças, ativistas ou quadros.

Esse tema, no passado, adquiriu notoriedade no
movimento internacional dos trabalhadores por intermédio de acirrados
debates a respeito de quais deveriam ser os princípios a presidir as
relações entre vanguardas e massas (Lenin, 1966, Luxemburgo, 1968).


ORG & DEMO

As OETs também dão origem a uma camada de lideranças
as quais acabam sendo indicadas ou eleitas para os diversos cargos
diretivos e de representação. A gestão desenvolvida pelos quadros não
é dé tipo burocrático. Porém, ela apresenta um problema fundamental,
qual seja, esse tipo de gestão preserva em parte a dicotomÍa entre direção
e corpo de associados. Além disso, essa dicotomia estrutural pode
propiciar práticas que aumentam ainda mais a distância social e política
entre os dirigentes e os membros das organizações. Essas práticas
comumente materializam-se em centralismo, mandonismo, personalismo,
perpetuação no poder e ausência de transparência, sem quese mencionem
corrupções e outros problemas conexos.

Por fim, subsistem as limitações advindas da escassa
integração e cooperação entre as várias enlpresas. A ausência dessa
integração mantém os empreendimentos atuando individualmente no
mercado e, portanto, em condições iguais às de qualquer outra empresa.
Na falta desse relacionamento, as OETs deixam de trocar experiências,
de realizar negócios contratados entre si e de atuar como força coletiva
organizada perante o setor público e privado, bem como de desenvolver
projetos comuns e de acordo com os princípios cooperativistas. No
entantó, o probiema principal é que, atuando individualmente no mercado
capitalista, as OETs encontram-se plenamente sujeitas às determinações
da lei do valor nas instâncias da circulação e consumo de mercadorias,
enquanto que o princípio de cooperação entre cooperativas sugere
relações sociais alternativas a essas.

Aporte das Empresas AutogestionáriaslO
Nos último~ vinte anos, empreendimentos econômicos
que se reivindicam como autogestionários, vêm não apenas observando
os princípios da ACI em sua prática, como também acrescentando
elementos que aprofundam as relações democráticas no interior dessas
entidades. Esses novos elementos podem ser sumariados nós seguintes
procedimentos: 1) não utilização de trabalho assalariado; 2) modificações

10 A idéia de autogestão, utilizada nesse artigo, refere-se tão somente àquela que se encontra nas
organizações aqui consideradas.


ORG&DEMO

no processo de trabalho visando à superação da herança burocrática; 3)
supressão de hierarquias e diminuição do papel atribuíndo a elas; 4)
diminuição dos diferenciais existentes nas retiradas dos sócios; 5)
instauração de formas de democracia direta.

o uso que os empreendimentos autogestionários fazem
do trabalho assalariado, quando este é utilizado, é de caráter supletivo,
isto é, o número de empregados representa uma pequena fração em
relação ao número total de sócios. Essa utilização é, na maioria das
vezes, objeto de regulamentação por meio dos estatutos os quais, em
geral, fixam o teto para a contratação de assalariados em 10 % do número
total dos sócios.
Observa-se nessas sociedades uma preocupação com as
novas formas de estruturação do processo de trabalho. Embora os
problemas inerentes a essa reestruturação dificultem sobremaneira o
avanço desse processo, verifica-se a implementação de medidas nesse
sentido e, tam~m, que muitas delas são análogas ou até mesmo idênticas
àquelas observadas nas empresas tradicionais as quais a literatura
denomina de novas/ormas de organização do tràbalho (NFOn. Dentre
as NFOT mais relevantes, cite-se a formação de equipes de trabalho que
passam a contar com graus variáveis de autonomia e a desempenhar
funções diretivas. Contudo, as NFOT implementadas nas empresas de
autogestão distinguem-se substantivamente de suas similares aplicadas
nos empreendimentos tradicionais. Isto dá-se fundamentalmente pelo
fato de que, nas organizações autogestionárias, a aplicação das NFOT
tenta romper com os limites impostos pela separação entre as esferas da
execução ou produção e as da administração ou planejamento.

A redução dos escalões hierárquicos, bem tomo sua a
redefinição segundo parâmetros que não os tipicamente burocráticos,
ocorrem de modo mais significativo quando o processo de trabalho
também está passando por modificações importantes. Contudo, é comum
que a redução e relativa redefinição do sistema hierárquico ocorram
mesmo quando a reestruturação do processo de trabalho é ainda
embrionária. Porém, em qualquer das situações, o que se objetiva é o
desenvolvimento de relações de trabalho baseadas não mais na


ORG&DEMO

subordinação, mas sim na igualdade, auto-responsabilidade e
solidariedade.

No que diz respeito à distribuição dos proventos dos
sócios, as empresas de autogestão não são igualitaristas. Isto porque
entendem que não é.possível ignorar totalmente as determinações
educacionais e profissionais, advindas da ordem burocrática, ainda
presentes na empresa e francamente dominantes no mercado de trabalho
e na sociedade. Não obstante, é usual encontrar-se nessas empresas a
implementação de políticas de distribuição de proventos caracterizada
por diferenciais pequenos, geralmente definindo-se o valor do mais alto
salário como o equivalente a três vezes ou, no máximo, quatro vezes o
valor do menor. Ademais, essa postura fica reforçada pelo fato de que,
quando há sobras, a tendência é distribuí-las igualitariamente entre os
sócios.

Porém, esses procedimentos não eliminam a distribuição
desigualitária e a manutenção de certas práticas de exploração econômica
efetuadas por uns trabalhadores sobre outros. Contudo, parecem criar,
sob uma orientação democrática e autogestionária, um patamar adequado
para o desenvolvimento econômico dos empreendimentos.

Para finalizar, tendo os princípios até aqui expostos como
pressupostos, cabe mencionar o esforço das cooperativas autogestionárias
para construírem instâncias decisórias baseadas na democracia direta. A
implantação dessa forma de poder parece ser exeqüível especialmente
quando o número de sócios é pequeno e o coletivo de trabalhadores
está disposto a realizar essa tarefa. Nesses casos, a democracia direta
aparece como a forma de participação dominante ou mesmo como a
única. Outra é a situação encontrada em empresas médias ou grandes,
nas quais não parece viável que todos participem de tudo. Nestas, as
instâncias de representação aparecem como ineludíveis. Além disso, como
fazer para que as formas democráticas diretas não se limitem às poucas,
complicadas e, não raro, esvaziadas assembléias gerais?

Tanto quanto a reorganização dos processos de trabalho,
a implementação de formas de democracia direta encontra-se em fase
exploratória, mesmo porque não são tantos assim os exemplos existentes


ORG&DEMO

de empreendimentos autogestionários médios e grandes a partir dos
quais se possa delinear uma tendência.11

Em suma, a autogestão, ou o aprofundamento das
práticas democráticas que historicamente constituem-se em uma tradição
nas OETs, é um processo ainda de natureza experimental que se encontra
basicamente em aberto. Trata-se de um fenômeno social complexo que
envolve facetas de naturezas cultural, política, educacional, administrativa
e econômica. Em uma palavra, um projeto que busca realizar a passagem
da administração por meio dos quadros, ainda típica das OETs, para a
administração coletiva.

Conclusão

A sociedade burguesa floresceu com o desenvolvimento
de um mercado de trabalho livre e com a negação do monopólio político
da nobreza que estava fundado na linhagem hereditária. A formação do
mercado mundial e a generalização progressiva do trabalho assalariado
revolucionaram a ordem do mundo.

A burguesia suprimiu os privilégios estamentais. Mas só
para substituí-los pelos privilégios de classe. Em sua origem, a política
burguesa, tipicamente consubstanciada na democracia liberal, foi
exclusividade de grupos proprietários e, em seguida, de modo
crescentemente dominante, de grupos proprietários que se assentaram
sobre a exploração do trabalho assalariado.

A abertura desse regime político censitário à participação
dos trabalhadores foi obra, basicamente, da ação política dos próprios
trabalhadores, os quais, em virtude de sua situação de classe, defenderam
a participação política como um direito universal.

11 Entretanto, o igualitarismo também faz-se presente. Esta política é característica, por exemplo,
de cooperativas integrantes da Confederação das Cooperativas da Reforma Agrária do Brasil
ligada ao Movimento dos Sem Terra. Nos EUA, e em outros países também, há indicadores de
que o igualitarismo retributivo, sobretudo nos empreendimentos de pequeno porte, tem um lugar
que deve ser considerado. Ver Joyce Rothschild e J. Allen Whiu, El Lugar dei Trabajo
cooperativo, 1991.


ORG & DEMO

Durante todo o transcurso da ordem social capitalista,
desenvülveram-se as lutas populares que apresentaram ·caráter
revolucionário, de resistência ou de reforma dos mais variados matizes.
Essas lutas incluíram a liberdade para que os trabalhadores criassem
com autonomia suas próprias organizações, uma vez que estas,
terminantemente proibidas nos albores da sociedade burguesa, sofreram
restrições ainda por séculos. Com a evolução do movimento democrático
e popular, cünsubstanciaram-se e generalizaram-se por todo o sistema
social, ainda que de modo notavelmente heterogêneo, os direitos civis,
políticos e süciais (Marshall, 1967).

o caráter democrático universal do movimento dos
trabalhadüres tem uma base nas formas que assumiram as suas
organizações as quais, como foi indicado, estruturaram-se segundo normas
democráticas e coletivas. 12
Na esfera das relações imediatas de trabalho, os direitos
trabalhistas, igualmente heterügêneos por tüda a parte, füram também
conquistas do müvimento demücrático e popular. Os sindicatüs e üs
conselhos lutaram por melhores condições de trabalho e de vida, bem
como pela ampliação <:los espaços de participação, nas empresas
capitalistas. Entretanto, em geral, não negaram a propriedade privada
dos meios de produção, o trabalho assalariado e, em última instância,
não reivindicaram o poder na empresa. Nesse sentido, observa-se uma
defasagem substantiva entre os espaços de participação conquistados
no sistema político, parlamentar e aqueles existentes nas empresas, que
continuam basicamente sob domínio absoluto dos capitalistas.

Entretanto, numa outra vertente de resistência ao capital,
foram criadas as OETs que se diferenciam dos empreendimentos
capitalistas pelo, fato de que os trabalhadüres são, ao mesmo tempo, os

12 O caráter democrático socialista ou democrático radical expressa-se no fato de que o movimento
dos trabalhadores ou nega a ordem social como um todo, ou tende a criar dentro dela setores que
escapam à natureza imanente da economia capitalista e da democracia liberal estrito senso
consideradas. São exemplos desta tendência as próprias organizações dos trabalhadores, os direitos
políticos das massas, a saúde pública, o ensino gratuito universal e outros que compõem os
chamados direitos políticos e sociais, os quais a ordem liberal negou no passado e regateia no
presente.


ORG&DEMO

proprietários e os detentores do poder. Este fenômeno tornou-se
especialmente significativo nos últimos 30 anos em decorrência da
multiplicação de diversas variantes de cooperativas de trabalho, bem
como de outras formas jurídicas.

As vertentes autogestionárias desses empreendimentos
buscam avançar na democratização das relações de trabalho ao
implementarem especialmente a democracia direta e novas formas de
organização do processo de trabalho, bem como ao recusarem a utilização
do trabalho assalariado.

A partir dessa inflexão, parece possível visualizar uma
nova qualidade para os processos internos de democratização e eficácia
dessas organizações. Contudo, não se observa um movimento renovador,
de vetor análogo, no que se refere à inserção desses empreendimentos
no mercado.

o preceito de cooperação entre cooperativas, presente
na carta de princípios da ACI, não foi devidamente explorado nos planos
prático ou reflexivo. As OETs mantêm-se na situação de unidades
econômicas privadas, que se relacionam com os demais atores sociais
por meio do intercâmbio de mercadorias como quaisquer outras empresas.
Ainda que seja um problema de estatura histórica superar esta condição,
é de supor-se, lógica e historicamente, que a condição de produtores
singulares de mercadorias competindo no mercado não seja a situação
adequada para o desenvolvimento de uma economia solidária ou social,
o que faz com que esta característica se constitua muito provavelmente
no elo mais frágil da teoria e prática cooperativista. Dessa forma, a
construção de redes cooperativistas que não estejam simplesmente
apoiadas sobre os procedimentos mercantis clássicos afigura-se como
um dos maiores desafios ao desenvolvimento das cooperativas e,
conseqüentemente, à formação de uma economia baseada em relações
democráticas.13
13 Este problema é aflorado em texto escrito pelo presidente da Fetrabalho -Federação das
Cooperativas de Trabalho do Estado de São Paulo (Tesch, 1999, p. 43-53).



Referências Bibliográficas

CAMPOS, J. L. M. Las cooperativas de trabajo asociado en la literatura
economicay en los hechos. Madrid: Ministerio de Trabajo y Seguridad
Social, 1989.

COLE, G. D. H. A century ofco-operation. Manchester, 1945.

DAL RI, Neusa Maria. (Org). Economia solidária :0 desafio da
democratização das relações de trabalho. São Paulo: Arte & Ciência,
1999.

DECLARACIÓN de la Alianza. Cooperativa Internacional. Revista de Debate
sobre Economía Pública Social y Cooperativa. Número extraordinario:
V Conferencia Europea de la Economia Social. Madrid, CIRIEC, n. 19,

p. 37-9, oct., 1995.
JACOBY, H. La burocratización dei mundo. Madrid: Siglo Veintiuno, 1972.
LUXEMBURGO, R. Socialismo e liberdade. Rio de Janeiro: Forum, 1968.
MARSHALL, T. H. Cidadania, classe social e status. Rio deJaneiro: Zahar,
1967.
ROTHSCHILD,)., WHITT, J. A. Ellugardel trabajo cooperativo. Madrid:
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, 1991.

TESCH, W. Identidade e desenvolvimento da economia social. In: DAL
RI, N. M. (Org.) Economia solidária: o desafio da democratização
das relações de trabalho. São Paulo: Arte & Ciência, 1999.
THERBORN, G. ?Cómo domina la clase dominante? Madrid: Siglo
Veintiuno, 1979.

THOMPSON, E. P. Laformación histórica de la clase obrera. Barcelona:
Laia, 1967.

VIElTEZ, C. G., DAL RI, N. M. A educação nas organizações democráticas.
In: DAL RI, N. M., MARRACH, S. A. A. (Org). Desafios da educação
dofim do século. Marília: Unesp-Marília-Publicações, 2000. p. 11-24.

WEBER, M. Ensaios de sociologia. Rio de Janeiro: Zahar, 1963.


In
Revista Org & Demo: Marília, São Paulo, 2000. Vol.1, nº 1, pp 53-69
http://www2.marilia.unesp.br/revistas/index.php/orgdemo/article/viewFile/459/358

sábado, 26 de outubro de 2013

¡Acá están, ellos son: los obreros de Zanón!



OTRO VIENTO

Esta vez, Otro Viento se fue un poquito más al sur, a la ciudad de Neuquén, a la
ex cerámica Zanón, actual FaSinPat, un emblema de las fábricas recuperadas en el
país pos crisis 2001. Raúl Godoy, obrero y actual diputado del PTS por el FIT de
Neuquén y Mariano Pedrero, abogado y compañero de lucha de los trabajadores de
Zanón, nos contaron un poco de la historia y de la lucha que mantienen hace 12
años, demostrando que sin patrones se puede, que otra sociedad es posible.

Zanón es una fábrica ubicada en la ciudad de Neuquén que fue fundada por Luigi
Zanón, un empresario italiano radicado en Argentina, en el año 1979. De la mano
del ex presidente Carlos Saúl Menen y el ex gobernador neuquino Jorge Omar
Sobisch, fue aumentando su capital hasta que en pleno inicio de la crisis de
2001, presentó la quiebra dejando a sus obreros/as en la calle. Lejos de ser el
final, los/as trabajadores/as de Zanón decidieron tomar la fábrica y hacer de
este el puntapié inicial para una lucha que aún no cesa.

La lucha obrera previa al 2001

“Era un régimen muy duro, estaban prohibidas las agrupaciones, estaba el
sindicado y la empresa. El sindicato negociaba condiciones de trabajo, que ellos
no hacían, porque no laburaban, pero negociaban las condiciones con las que
íbamos a trabajar nosotros. Había mucho control social y político en la fábrica
cuando ibas a quejarte al sindicato no alcanzabas a llegar a la fábrica que ya
sabía la empresa, por lo tanto, estabas afuera. Entonces, la forma en la que
tuvimos que empezar a organizarnos fue clandestina”. Con esta frase, Raúl Godoy
nos invita a la charla, contándonos acerca de las condiciones en las que los
obreros trabajaban durante los ‘90, durante esos años de liberalismo económico.

Bajo la sombra de estos arreglos Síndico-Patronal, se llegó a los primeros
despidos de 37 obreros, “una limpieza terrible” afirma Godoy y recuerda además
que “ya en el año 98 hubo otra vez despidos y dijimos basta, la gente ya se
cansó. Vimos que había más movimiento y entonces ahí surgimos compañeros de cada
sector y formamos la lista marrón que fue con la que después recuperamos la
interna de la fábrica por primera vez”.

Recuperar la comisión interna fue la primera victoria de este grupo de
compañeros/as, que empezaban, de esta forma, a recorrer un largo camino en su
lucha por mejor sus condiciones y asegurar su fuente de trabajo. Al tiempo
lograron ganar la interna del sindicato, pero ante esta situación la empresa no
se quedaría de brazos cruzados. Tal es así, como detalla Godoy: “Siempre
tuvieron una política de matarnos, nos descontaban cada hora que salíamos de las
máquinas, cobrábamos la mitad de la guita, entonces teníamos que hacer rifas
para poder movernos, poníamos todo lo que teníamos pero nos costaba un montón, a
veces el recibo de sueldo nuestro era un desastre”.

Fueron estos primeros ataques los que curtieron a los obreros de Zanón y gracias
a ellos, fue que el movimiento empezó a movilizarse y tomar una identidad. Para
el año 2000 un hecho sacudió a los obreros, su compañero Daniel Ferrás se
descompensó dentro de la fábrica y murió camino al hospital debido las
inexistentes medidas de seguridad. Ante esto, por primera vez la protesta salió
a la calle consiguiendo algunas reivindicaciones como por ejemplo la permanente
estadía de una ambulancia en la fábrica para casos de accidentes, etc. Y es así
que a medida que la lucha crecía, surgía la natural necesidad de organizarse.
“Lo que nos sirvió a nosotros fue la gimnasia previa, los pequeños conflictos
previos a nosotros nos dieron un ejercicio de asamblea, de movilización y de
militancia en el sentido de que nosotros siempre armamos comisiones de trabajo
para militar”, detalla Godoy.

Ya no era solo mantener una fuente de trabajo, ya no era resistir los agites de
la empresa, era una forma de resistir a un grupo de políticas que desampararon,
no solo a los trabajadores, sino a sus familias y la sociedad de lado: “Fue
aguantar esos pares de años, duros, pero eso también nos formateo a nosotros y
aparte nos hizo prestar mucha atención a lo social, al tema de la mujer, de la
familia, tener una contemplación de la fábrica más allá de sí misma”, explica
Godoy.

Zanón es del pueblo

La crisis económica a fines del 2001, no solo generó movilizaciones, paros y
marchas en todo en el país, sino que a la vez arrastró a que varios empresarios
decidieran cerrar sus empresas, con tal de resguardad su capital y despidiendo a
todo su personal, situación que tuvieron que vivir todos/as los obreros/as de
Zanón, tal como recuerda Godoy: “Cuando nos mandaron los telegramas nosotros nos
negamos e hicimos una movilización a casa de gobierno para responderlos,
entonces fuimos y los prendimos fuego, prendimos gomas y nos comimos una
represión enorme, tuvimos 19 presos ese día”.

Con los despidos en mano, sin respuesta de un gobierno nacional acéfalo, un
gobierno provincial cómplice y un modelo económico en plena ruptura, había que
tomar la iniciativa, recorrer el barrio y sumar apoyos, ellos sabían que no
podían quedarse esperando a que la fábrica abriera por si sola nuevamente sus
puertas. Fue así que el trabajo continuó, pero de manera diferente: “Cuando a
nosotros nos echaron en el 2001, dijimos ‘miren compañeros nosotros tendríamos
que estar trabajando las ocho horas y si bien hoy nos dejan en la calle pongamos
de nosotros ocho horas de militancia, en vez de las ocho horas de trabajo que
deberíamos estar trabajando pongamos ocho horas de trabajo militante’. Fue ir
buscando el aporte de cada uno y organizarlo”, relata Godoy.

Una vez en la fábrica, y con un contexto social y político que estallaba, los/as
obreros de Zanón se encontraron con una decisión difícil ¿qué hacer? Sabían, por
cómo se venían dando las cosas, que la toma implicaría represión policial, tal
como lo expresó Godoy: “Nosotros sabíamos que ese delicado equilibrio de decir
‘ahora está la fábrica ocupada’, de manifestarlo, automáticamente significaba
orden de desalojo”.

Pero, sin embargo, había algo que tenía esta lucha que le daba un tinte
diferente: el apoyo popular, hecho por el cual la persecución política, policial
y judicial no era tan efectiva, les costaba hacerle frente a miles de personas
que apoyaron a los/as obreros/as y su reclamo. “La clave siempre estuvo en ganar
la comunidad, por eso cada esfuerzo, el 80 o 90 por ciento de militancia estaba
puesto en función de dialogar con la comunidad, de explicarle que lo que
defendíamos era el trabajo, que eran muchas familias sin trabajo”, recordó
Godoy.

La expresión “Zanón es del pueblo” resume en una frase la historia de una lucha
que sintetizó muchas otras, desde el gran apoyo de los pueblos originarios,
quienes desde los comienzos pusieron a su disposición sus arcillas y su
militancia -hecho por el cual se hizo un modelo mapuche en el logo de Zanón-
hasta las distintas agrupaciones y sectores de la sociedad hicieron que exista
hoy una fábrica bajo control obrero: “Si no hubiese habido lucha de la
Asociación de Trabajadores de la Educación del Neuquén (ATEN), no tendríamos
Zanón, si no hubiese habido lucha de estatales, de desocupados, si no hubiesen
habido organismos de Derechos Humanos, si no hubiese habido tanto lucha de la
juventud, de los movimientos secundarios… si hubiese estado Zanón sólo, hoy no
habría Zanón”, revindica Godoy.

En este sentido, el militante recuerda el gesto que tuvieron los internos de
tres pabellones de la Unidad 11 que durante tres días dejaron de comer y
mandaron sus viandas, para hacer las ollas populares de Zanón, para que
siguieran peleando. Y es a partir de ello, que Godoy reflexiona que: “Ahí te das
cuenta que estábamos tocando otras fibras, que no era solamente nuestra lucha,
que había mucha gente oprimida, explotada que veían en nosotros un punto de
referencia, que nos enfrentábamos a la cana, puteábamos a los políticos, nos
enfrentábamos a los poderosos, entonces los tipos nos apostaban fichas a
nosotros, y nosotros pensábamos ‘mierda, ¡hacete cargo ahora!’”.

Punto aparte merece el apoyo que brindó la juventud y la respuesta que tuvo
Zanón una vez bajo control obrero, tal como lo cuenta Godoy: “Siempre pensamos
en cómo tener un diálogo con la juventud, y como también recibíamos la adhesión
de artistas pensamos en combinar eso y devolverle de alguna manera a los pibes
que les cuesta juntar la guita para ir a un recital, que cuando vas a un recital
la cana no te deja ni vivir, que termina todo en represión. Esa combinación de
cosas dio los primero pequeños recitales en Zanón y que después se empezaron a
hacer grosos”. La Renga, León Gieco, Ataque 77, Ska-p y hasta Manu Chao son
algunos de los artistas que brindaron, y lo siguen haciendo, recitales en las
mismas e históricas instalaciones de la fábrica. La lógica que proponen viene en
concordancia con su lucha y con su misma militancia día a día: “La onda fue
recital sin policías en la fábrica sin patrones”.

Persecución política, policial y judicial

Lejos de apoyar la lucha por recuperar Zanón, las autoridades neuquinas
respondieron de dos maneras: con la represión y con la persecución judicial. “A
Pepe Alvear le pegaron 63 perdigones de balas de goma, lo acribillaron a
balazos. Hoy sigue en la fábrica, perdió un ojo y está lleno de cicatrices, no
lo mataron de casualidad. La idea era darnos una lección: ‘los vamos a matar’,
lo que hicieron después con el gremio docente, con Carlos Fuentealba” recuerda
Godoy, entre tantas otras estrategias que impulsaron desde el gobierno de
Neuquén y su brazo armado, la policía, para truncar el proceso de lucha. A este
accionar se suman amenazas a familiares, patotas fuera de la fábrica,
persecuciones, etc.

Más aún, otra de las estrategias para quebrar la unidad de los/as obreros/as fue
la persecución judicial: “La represión Estatal o para-estatal a los que luchan
es histórica. En los ’90 hubo un pico de represión no sólo física sino también
judicial, que ahora vuelve a estar, que tiene que ver con la apertura de causas
penales. En Zanón las vivimos, tuvimos desde la causa por la ocupación, por
violar la propiedad privada y después por las manifestaciones” comentó Pedrero
mientras que Godoy agregó que llegó un punto, en que el 10 por ciento de los
obreros ceramistas tenían causas penales. Nuevamente, aquí también fue crucial
el apoyo que le brindó la gente a Zanón, ya que como dice Godoy, a medida que
“nosotros fuimos ganando la comunidad después, esas causas empezaron a caer, si
no hubiese sido así, estaría preso. Y así muchos compañeros”.

¡Fábrica sin patrones!

Y una vez que la fábrica quedó en sus manos, los/as obreros/as tuvieron otra
difícil tarea, organizarse de manera tal donde la concepción del trabajo era
otra. “El cambio es brutal, pero contra la corriente. Nosotros estamos mostrando
que sin patrones, sin jefe y sin superiores podemos organizar la producción y
llevarla adelante”. Estas palabras que expresa Godoy se referencian en el
accionar día a día de la cerámica. Para empezar, en Zanón, la asamblea es el
método de organización; no hay jerarquías, lo que hay es delegados por sector
que forman una comisión de coordinadores y una especie de consejo obrero.

Otra de las cosas que remarca Godoy como relevante es la jornada que realizan
una vez al mes que “es como un congreso, es para toda la fábrica, está todo el
mundo, el que compra, el que vende, el que carga el camión, el de la guardia,
estamos todos. Ahí todo el mundo tiene que dar explicaciones y está bueno porque
es la forma de mantener una transparencia”.

Es así como tratan, a pesar de los desgastes internos, de tener que luchar para
conseguir cada peso, de seguir manteniendo Zanón y todo lo que ello significa,
seguir en pie. Porque en Zanón hoy no sólo funciona la cerámica, hay también una
biblioteca y una escuela secundaria -CPEM N° 88- que lleva el nombre de Boquita
Esparza, y también hay apoyo a otras luchas, para la construcción de escuelas,
hospitales, es por ello que motivos sobran para seguir peleando.

La lucha sigue

Zanón se hizo fuerte y es hoy en día un ejemplo de cómo imponer una salida
obrera a las cíclicas crisis capitalistas. La gesta de Zanón es reconocida en
todo el país, y ha tenido una importante difusión a nivel internacional. Con el
tiempo, ese prestigio y esa trascendencia, lejos de disminuir, han crecido.

Y ahora Zanón funciona, está en pleno movimiento, pero aun así la lucha sigue.
Un ejemplo, es el debate que continúa luego del histórico logro de expropiación
cuyo decreto se firmó el año pasado, tras 12 años de ocupación y puesta de
producción por parte de sus trabajadores. Si bien fue muy importante para la
lucha, el debate entre expropiación o estatización no cesó. Es a partir de ello
que Pedrero relata: “Una vez que la gestión obrera la llevamos adelante, el
Estado la declara de utilidad pública para expropiar. Ahora bien, podés
expropiar y transferir a un particular (a nuestra cooperativa en este caso) o
expropiar y estatizar. Nosotros buscamos la estatización, siempre”, explica
además que esto se debe básicamente a dos razones.

La primera es ideológica, es decir, con la estructura de cooperativa se vuelve a
la propiedad privada y, como cuenta Pedrero, “nosotros lo que queremos es que
sea de propiedad pública y por ende que toda la producción se destine al común
de la población, que se destine para hacer escuelas, hospitales, viviendas, etc.
De hecho, creemos que todas las ramas centrales productivas deberían ser
estatizadas.” Más aún, el abogado critica la ley de cooperativas refiriéndose a
la misma como “nefasta” ya que, según comenta, es “una ley que se inventó para
Sancor, no en la última dictadura, sino en la anterior. Una herramienta para que
las empresas capitalistas se disfracen con el ropaje de una cooperativa.”

Como segunda razón, Pedrero hace hincapié en el problema económico, más
específicamente, en la renovación tecnológica, uno de las complicaciones
principales que enfrenta hoy en día la fábrica: “Hay ocho líneas de producciones
y renovar eso saldría 560 millones de pesos. Se necesita al Estado, cuando sos
una fábrica de capital intensivo, es demasiada cantidad de plata para que la
financie un privado. Todos los compañeros de Zanón coincidimos que logramos una
expropiación con sesión a la cooperativa, y es un triunfo enorme, pero seguimos
planteando que la fábrica tiene que ser estatizada.” Sin embargo, en el caso de
la estatización, quedaría algo por discutir: la administración. Y es ahí donde
el Pedrero cree que es mucho más fácil ganar el debate y a partir de esto nos
explica que “Nosotros decimos que debe ser estatizada, pero ¿Quien administra la
fábrica? ¿La Alsogaray o los trabajadores? Bueno, creemos que debe ser
estatizada bajo control obrero”.

Precisamente, cuestiones como esta son las que se imponen y es un esfuerzo de
parte de la vanguardia obrera y popular para repensar, criticar y superar lo que
de corporativo tienen nuestras prácticas en lo político y social, que deriva de
la dialéctica entre los costados populares y su todavía rezagado costado
político y organizativo de signo socialista revolucionario. Es la parte más
difícil de la lucha porque implica ir a contramano de la tendencia espontánea de
los explotados. Esto se expresa dentro de las fábricas recuperadas en la
tendencia de los trabajadores a aferrarse a la cooperativa como tabla de
salvación: “Obviamente que la estatización no resuelve todo, pero nos parece lo
más lógico y lo mejor para todos, ayuda mucho porque uno ahora piensa la
producción para el mercado capitalista, en cambio si la producción estuviese
puesta al servicio de plan de obras públicas nos sacaríamos de encima el
problema de la productividad y la fábrica tiene otro sentido que no es ganarle
al de al lado, sino resolver los problemas de la gente” finaliza Pedrero.

Hay mucho camino recorrido, y aún queda un largo trecho para seguir. Pero estos
trabajadores/as son un ejemplo la lucha popular. Son una reivindicación del
trabajo, de que se puede ganarse el pan sin patrones, ni dueños. En un país
donde se suele escuchar lo necesarias que son las inversiones extranjeras para
avanzar, nos siguen dando el ejemplo de los intereses que hay detrás de esas
frases. Y que con la unión y el apoyo del pueblo se pueden alcanzar logros más
grandes.

In
Argenpress
http://www.argenpress.info/2013/10/aca-estan-ellos-son-los-obreros-de-zanon.html
23/10/2013

quarta-feira, 23 de outubro de 2013

Bolivia: Cuando el gigante se despierta**


Martín Cúneo - Emma Gascó (ELDIARIO.ES)

En octubre de 2003, los vecinos de El Alto, a 5 km de La Paz, forzaron la caída
del presidente boliviano Gonzalo Sánchez de Lozada.

El secreto de la fuerza de El Alto reside en su tejido social, sobre todo en su
movimiento vecinal.

"Con el referente de octubre, muchos de los gobiernos que han venido después ya
ven El Alto como un gigante que puede levantarse y derrumbar gobiernos".

Los vecinos bloquearon las calles con autobuses, carrocerías viejas, piedras,
maderas, incluso con gigantescos vagones de tren descarrilados.

Casualidades de la historia, fue precisamente en El Alto (Bolivia) donde se
instaló en 1781 el campamento de los indígenas sublevados contra la colonia,
desde donde Tupaj Katari dirigió el asedio a La Paz. Desde el centro de la
ciudad era posible ver, 400 metros más arriba, a los prisioneros españoles
ahorcados en altísimas estructuras de madera.

Con la misma mezcla de temor y respeto han seguido alzando la vista los
sucesivos ocupantes del Palacio Quemado, sede del Gobierno. El secreto de la
fuerza de El Alto, hoy una ciudad de 1,2 millones de habitantes, reside en su
tejido social, sobre todo en su movimiento vecinal. Cada zona, en ocasiones
apenas una manzana, tiene un presidente elegido por una asamblea, que se reúne
cada mes.

Cuando estalló la guerra del gas, en octubre de 2003, Mónica Apaza era
secretaria de Juventudes de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve) de El
Alto, la integrante más joven de toda la directiva. “Con el referente de octubre
–dice– muchos de los gobiernos que han venido después ya ven El Alto como un
gigante que puede levantarse y derrumbar gobiernos”.

"El gas es nuestro"

El desencadenante de la revuelta que tumbaría a Sánchez de Lozada fue el plan
del Gobierno de exportar gas a EE UU a través de Chile, dos países, según el
imaginario popular, enemigos de los intereses bolivianos. Mientras la inmensa
mayoría de la población no tenía cubiertas sus necesidades básicas, tres
multinacionales, una de ellas la española Repsol, se quedarían con el 82% de los
beneficios de la operación.

Aunque las comunidades aimaras del Altiplano llevaban casi un mes bloqueando
caminos, el principal impulso para destituir a Sánchez de Lozada provino de un
paro indefinido decidido por la Fejuve de El Alto. La organización convocó a
todos los presidentes de zona, en representación de cerca de 600 juntas
vecinales, a una asamblea general. El 8 de octubre El Alto inició una vez más el
cerco a La Paz. La guerra del gas había empezado.

A los pocos días, los bloqueos habían dejado sin gasolina los 58 surtidores de
La Paz y El Alto. El problema del abastecimiento empezaba a preocupar también a
los vecinos. “Era el tercer día y nosotros no sabíamos cómo iba a hacer la gente
para comer”, recuerda Mónica Apaza. No tardaron en encontrar una salida.
“Hablamos en los mercados y las caseras [vendedoras] iban a vender a las cuatro
de la mañana y hasta las seis y media, cuando cerraban los mercados… Y otra vez
a la movilización, todo el día. Al día siguiente, igual: abrían los mercados por
la madrugada y los cerraban para las movilizaciones”.

Las mujeres no sólo eran las encargadas de gestionar las despensas y las ollas
comunes que se montaban en plena calle con la comida que aportaban los vecinos.
También eran mayoritarias en las protestas, señala Apaza. Cuando los presidentes
de zona no llamaban a la movilización, “eran las mujeres las que se organizaban
y convocaban”.

"Vamos a meter bala"

“Si quieren diálogo sobre el gas, habrá diálogo sobre el gas; si quieren guerra
por el gas, habrá guerra por el gas, y vamos a meter bala”, dijo Sánchez de
Lozada el 11 de octubre. Ese mismo día, con munición de guerra, el Ejército y la
Policía disparaban contra los vecinos que bloqueaban el paso de los camiones
cisterna que salían de la planta de gas de Senkata, en El Alto. Las primeras
muertes generalizaron la rebelión.

Miles de alteños rodearon el convoy militar, que fue obligado a refugiarse en un
cuartel de la zona. Los choques entre las fuerzas militares y los manifestantes
se extendieron por todo El Alto y los barrios más elevados de La Paz. Los
tanques ametrallaban a los manifestantes por las laderas. Los helicópteros y los
francotiradores disparaban sobre los civiles…

Las muertes alimentaban la revuelta. Era un ejército contra cientos de miles de
personas desarmadas. Al igual que la tropa de Tupaj Katari, los vecinos tenían
palos, piedras, hondas, algún cóctel molotov y algunos “cachorros” de dinamita.
Bien colocada, la carga permitió derribar tres de los seis puentes elevados que
atraviesan la principal entrada a El Alto.

Los vecinos bloquearon las calles con autobuses, carrocerías viejas, piedras,
maderas, incluso con gigantescos vagones de tren descarrilados. En las
principales avenidas, inmensas zanjas cavadas en el asfalto y en la tierra
hacían imposible el tránsito. 77 muertes y 400 heridos por las balas de la
Policía y el Ejército hicieron que la demanda del gas pasara a un segundo plano.
La primera demanda ya era innegociable: la renuncia de Gonzalo Sánchez de
Lozada.

"Nosotros somos la historia"

"Como un gigante que duerme en el momento en que lo despiertas, no descansa
hasta que termina lo que ha empezado", dice Mónica Apaza. Sánchez de Lozada
hablaba de un proceso “sedicioso” financiado desde el exterior, encabezado por
el entonces diputado Evo Morales y el líder campesino Felipe Quispe. Pero al
cuarto día de movilizaciones ya ni la Fejuve dirigía a los manifestantes, señala
Apaza.

“Después de las masacres, ya nos ha sobrepasado la misma base, la misma gente se
empezó a organizar; ya no había una dirección”, prosigue Mónica, que se sumó
como una más a los bloqueos. “Nuestra lucha ha sido desde abajo, no había
alguien arriba. Éramos nosotros, todos nosotros movilizándonos”.

Recordar aquellos días sigue siendo doloroso para ella: “Me ha tocado llevar
gente herida al hospital y que en mis manos se mueran muchas personas”. Las
noticias y las imágenes de las masacres extendieron las protestas por todo el
país. Los cocaleros, los indígenas del Altiplano, los mineros de Potosí y Oruro,
dinamita en mano: todos se unían a los bloqueos y avanzaban hacia el Palacio
Quemado.

El 16 de octubre, en una gigantesca manifestación, “todo El Alto bajó a La Paz”.
Las huelgas de hambre se extendían a todos los rincones de Bolivia. La situación
era insostenible para Sánchez de Lozada. La toma militar de El Alto había
fracasado. El 17 de octubre de 2003, el presidente escapó en helicóptero.
Después de unas breves escalas se instaló en Estados Unidos.

El profesor aimara Pablo Mamani llevaba tiempo viviendo en El Alto, pero
confiesa que nunca había imaginado que sus habitantes fueran capaces de una
resistencia semejante. “En esos momentos descubrimos que éramos sujetos
históricos capaces de hacer más de lo que habíamos pensado. Y en ese momento
descubrimos que la historia está aquí, que nosotros somos la historia, no
ellos”.

Para Mónica Apaza, sin el levantamiento de octubre la historia del país hubiera
sido muy distinta: “Las muertes, todo lo que hemos vivido, valió la pena.
Estamos en un proceso que nunca se hubiera dado en Bolivia si no hubiera sido
por esto”.

Con la colaboración de Héctor Rojo Letón.

In
http://www.argenpress.info/2013/10/bolivia-cuando-el-gigante-se-despierta.html
21/10/2013

** - O movimento operário e popular sói reeditar formas de organização pretéritas
segundo condições sociais específicas. Na Rússia de 1917, os conselhos
de fábrica - prefiguradores do trabalho associado - e os conselhos de bairro ou
cidade (soviests) desempenharam papel crucial na mobilização popular que levou
à revolução.