sábado, 20 de novembro de 2021

Organizar el aire: Conversación ficticia entre Marx y un amigo negativo sobre los horizontes de la revolución

 




C*ONSTANTINO BERTOLO, ESCRITOR y AGITADOR CULTURAL ESPAÑOL*

Hola, Menos, ¿qué te cuentas?

—Hola, Marx, pues por contar solo cuento los días que pasan y pasan y la
revolución que nunca llega.

—Es que la revolución no llega, hay que hacerla.

—Sí, pero leyéndote parecía que era algo inminente además de inevitable.

—¡Ay, Menos! Más parece que me has leído más de oídas que otra cosa. No
recuerdo haber ejercido nunca de profeta ni he escrito biblias o
catecismos. Lo que dije es que la lógica del capitalismo llevaba
implícita su propia extinción, no que de su agonía o muerte fuera a
brotar de manera espontánea la revolución.

—¿Y lo de socialismo o barbarie?

Eso lo dijo la camarada Rosa Luxemburgo, y estoy bien de acuerdo con
ella. Hoy, como siempre, nos movemos en el mismo dilema: avanzar hacia
el socialismo o caer en la barbarie. Y lo terrible es que muchas veces
parece que nos estamos encaminando hacia ella.

—¿Te has vuelto agorero?

—Para nada, sigo creyendo en el socialismo y la revolución y en que la
lucha de clases es la partera de la Historia. No la madre o el padre, la
partera. Engendrar la revolución es la tarea del proletariado.

—Pero eso del proletariado parece ser un concepto obsoleto.

—Sí, al parecer las sardinas salen solas del mar, se meten en las latas
de conservas y conducen los camiones de reparto.

—Lo de los camiones sin conductor parece ser cosa de pasado mañana.

—Y caídos del cielo sin que nadie los fabrique, supongo.

—Los robots.

—El milagro económico de la producción ex nihilo. El capitalismo
convertido en Dios creador. Como si la relación entre plusvalía,
productividad y tecnologías no fuese una relación capitalista. Como si
la electricidad fuera un regalo de los dioses.

—Hablando de electricidad, ¿qué te parece lo que está pasando?

—Complicada la respuesta. Como siempre, pienso que para entender la
factura de la luz hay que tratar de entender qué es lo que está pasando
no solo en nuestra casa sino en los adentros de esa economía en la que a
veces vivimos y casi siempre sobrevivimos.
—¿Piensas que esas turbulencias se deben a la crónica anunciada del
agotamiento del gas o del petróleo?

—Sin duda ese es el telón de fondo, como ya bien nos hizo asumir (a mí
incluido) Wolfgang Harich en su libro ¿Comunismo sin crecimiento? Babeuf
y el Club de Roma, que por cierto lleva años agotado y olvidado. Pero,
para mí, la clave del qué nos pasa reside en ese factor sobre el que he
insistido, aunque con poco éxito: en la competencia como motor del
capitalismo, en lo que podríamos llamar la deriva intracapitalista de la
lucha de clases.

El capitalismo no es solo el combate entre el Capital y el Trabajo: hay
luchas continuas en el interior del Capital, en el espacio de los
imperialismos (eso que hoy llamáis lo global) y en el espacio de la
economía o mercado nacional. Se habla de Iberdrola y de las otras
eléctricas del IBEX, pero parece olvidarse que ellas luchan entre sí y
contra esa competencia de la que también forman parte pequeñas y
medianas compañías energéticas.

—¿Las renovables?

—Por ejemplo, estudiar y analizar su papel en el momento actual es
importante, pues pueden saltar aliados provisionales allí donde menos se
espera. Lo que el Ibex teme es que la parte socialdemócrata del Gobierno
deje de inclinarse hacia ese neoliberalismo multinacional donde el
precio de la luz lo impone el mercado.

—Es decir, que lo importante es estar en el Parlamento.

—Nadie niega su importancia táctica, pero lo relevante para que la
barbarie retroceda y el socialismo avance es saber utilizar esas
contradicciones capitalistas; gestionarlas bien para obligar al sistema
a poner las cartas encima de la mesa, incluidas las que ocultan en la manga.

—Pero si la mesa sigue siendo la suya, ¿eso para qué serviría?

—Conocer y dar a conocer las realidades del poder sigue siendo una
estrategia conveniente y necesaria. El gota a gota puede parecer algo
inútil y desesperante, pero el terreno que ahora nos parece tan sólido e
impenetrable se moja y empapa y las posibilidades de que el sistema
resbale crecen, aunque, eso sí, alguien tiene que empujarlo.

—Ya. La verdad es revolucionaria. Ser cultos para ser libres.

—Cómo te encanta el sarcasmo, Menos. Si por ti fuera la ironía sería la
madre de todas las batallas; pero no, la realidad no está hecha de
palabras. Alguien debería escribir una tesis sobre “la producción social
del escepticismo”. Solo la revolución es revolucionaria y organizarse no
es una mera palabra.

—En eso de organizarse parece que la vicepresidenta segunda, la
comunista de la que hablábamos el otro día, ya está en ello; tiene ideas
nuevas y anda proponiendo para la izquierda algún amplio movimiento.

—¡Ay, Menos! ¡Si quieres hacer la revolución como me dices, no
personalices, no personalices! No busques nombres propios donde lo que
hay que encontrar es el común. Que ya antes de echarse a volar le están
cortando las alas.
—El sueño roto de Ícaro cuando quiso asaltar los cielos.
—Es que la cera socialdemócrata no da para mucho. Se derrite pronto.
Además, y sobre todo, volar no es una cuestión de alas solamente: si no
se encuentra en el aire el apoyo necesario no se podrá ir muy lejos.
Organizar el aire. Resistencia y combate.

—Ya lo dijo Bob Dylan: Blowing in the wind.

—Pues mira, sí, esta vez, a pesar de tu confortable escepticismo, has
acertado: dejar, por ejemplo, de despotricar de los sindicatos e
intentar atraerlos a tus velas; encuadrar los movimientos sociales en
una misma tormenta sin quitarles sus propias lluvias y relámpagos; hacer
del paro un elemento activo; obligar a los partidos a tomar partido, el
suyo incluido; mancharse las manos cuando sea necesario y construir una
red donde las redes sociales encuentren voz y eco procurando no escupir
contra el viento. Y sobre todo: soplar sabiendo que no hay viento
favorable si no se sabe adónde se quiere llegar en cada escala del
viaje. Porque la Revolución, como Ítaca, también es un camino

Em
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2021/11/19/organizar-el-aire-conversacion-ficticia-entre-marx-y-un-amigo-negativo-sobre-los-horizontes-de-la-revolucion/
19/11/2021

quinta-feira, 18 de novembro de 2021

A mão oculta da Grã-Bretanha no golpe de 1964 do Brasil

 
 

    – O Reino Unido actuou para a instauração ditadura
    militar-empresarial que perdurou por 21 anos


    John McEvoy [*]



A 31 de Março de 1964, foi lançado
<https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB118/index.htm> o golpe militar
contra o Presidente brasileiro João Goulart. A democracia do Brasil já
era frágil e Goulart tentava
<https://library.brown.edu/create/fivecenturiesofchange/chapters/chapter-6/presidents/joao-goulart/>
lançar um ambicioso programa de Reforma Agrária ao mesmo tempo que
alargava o voto à população analfabeta do Brasil, incendiando a elite
política, militar e empresarial do país.

O golpe culminou em 1 de Abril de 1964, e deu início a uma ditadura
militar de 21 anos. Durante este período, mais de 400 indivíduos foram
mortos <https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB496/> pelos militares
brasileiros e muitos mais foram "desaparecidos", torturados
<https://www.oikoumene.org/blog/35-years-of-brasil-nunca-mais> ou presos.

A mão de Washington <https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB465/> no
golpe <https://www.brasilwire.com/category/64-85-dictatorship/> é bem
conhecida. Logo após a posse Goulart na presidência, em 1961, a CIA
começou a despejar dinheiro no país, apoiando
<https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB118/index.htm> secretamente
manifestações de rua e incitando sentimentos anti-comunistas. Uma vez em
curso o golpe, o Presidente Lyndon Johnson deu instruções
<https://nsarchive2.gwu.edu/NSAEBB/NSAEBB465/> aos seus assessores para
"fazer tudo o que fosse necessário" para o apoiar.

O Information Research Department (IRD), uma unidade do Ministério dos
Negócios Estrangeiros britânico que actuou como braço de propaganda
secreto durante a Guerra Fria, também esteve activo no Brasil. Embora os
EUA tenham desempenhado claramente um papel mais destacado, ficheiros
recentemente desclassificados revelam a mão oculta da Grã-Bretanha no
golpe através do seu apoio a agitadores chave.

*Vasta utilização de material IRD*

Em 1962, um engenheiro brasileiro chamado Glycon de Paiva
<https://books.google.co.uk/books?id=dC5aDwAAQBAJ&pg=PT85&lpg=PT85&dq=glycon+de+paiva+ipes&source=bl&ots=TYQ3gugtnC&sig=ACfU3U1IwW0KSkjTzY1PclrldjepxV67tg&hl=en&sa=X&ved=2ahUKEwi6stSr5urzAhU-RkEAHYwOCJEQ6AF6BAgYEAM#v=onepage&q=glycon%20de%20paiva%20ipes&f=false>
ajudou a fundar o Instituto de Pesquisas e Estudos Sociais (IPES
<http://www.fgv.br/cpdoc/acervo/dicionarios/verbete-tematico/instituto-de-pesquisas-e-estudos-sociais-ipes>).
Apesar de o IPES se apresentar como um instituto educacional, o seu
verdadeiro objectivo
<http://groups.uni-paderborn.de/kowag/geoeconomics/pdf/bacia.pdf> era
"organizar a oposição a Goulart e manter dossiers sobre qualquer pessoa
que Paiva considerasse inimiga".

O IPES estava intimamente ligado
<http://groups.uni-paderborn.de/kowag/geoeconomics/pdf/bacia.pdf> à
elite militar, política e empresarial do Brasil. Com o general Golbery
do Couto e Silva como seu chefe de gabinete, a organização compilou
<http://groups.uni-paderborn.de/kowag/geoeconomics/pdf/bacia.pdf> 400
mil dossiers sobre "inimigos" de esquerda do Brasil, cultivou
<https://books.google.co.uk/books?id=01QrEAAAQBAJ&pg=PA83&lpg=PA83&dq=brazil+ipes+cia&source=bl&ots=MlFFr-jM5H&sig=ACfU3U0KqHlbfW8KWeU_ulT5rq3QPKKJKQ&hl=en&sa=X&ved=2ahUKEwjtj5e49e_zAhXqh_0HHVioDMQQ6AF6BAgMEAM#v=onepage&q=brazil%20ipes%20cia&f=false>
um exército de informadores e propagandeou
<https://www.brasilwire.com/smiling-assassins-convivial-war-part-two/>
contra o governo.

Após o golpe, o IPES ascendeu
<https://irp.fas.org/world/brazil/nis.html> a Serviço Nacional de
Informações (SNI) do Brasil, o qual "actuou como espinha dorsal do
sistema de controlo e repressão do regime militar".

Ficheiros recentemente desclassificados detalham o apoio britânico ao
IPES. Em 6 de Fevereiro de 1962, o oficial de campo da IRD Robert Evans
descreveu
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C16861955> como "um
dos desenvolvimentos mais significativos que afectou as minhas
actividades foi a formação do IPES".

Uma semana mais tarde, Geoffrey McWilliam, oficial do IRD, recebeu
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C16861955> uma
carta acerca de "Organizações Anti-Comunistas de Empresários" no Brasil.
O remetente permanece classificado e parece serem os serviços de
segurança britânicos.

A carta observava
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C16861955> que "uma
vez que a principal tarefa do IPES durante os próximos meses será
assegurar que o Congresso não caia em mãos comunistas nas eleições de
Outubro, presumivelmente terão muita utilização para material IRD".

Foi notado
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C16861955> com
preocupação, contudo, que o IPES estava a ser demasiado descarado em
relação ao apoio estrangeiro. A carta prosseguia dizendo que

    "O IPES, no seu desejo de mobilizar empresas estrangeiras, está
    actualmente a ser bastante arrojado (publica conjuntos do seu
    manifesto em inglês, com cartões de adesão para assinar na linha
    pontilhada, etc). Nós (e os americanos) estamos a tentar
    convencê-los a serem mais discretos a este respeito e a desencorajar
    as empresas britânicas de tornarem o seu apoio demasiado explícito".

Pouco tempo depois, empresas britânicas no Brasil criaram uma fundação
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C16862100> para
providenciarem mais discretamente fundos ao IPES – um esquema que teve
"a aprovação de departamentos do Embaixador de Sua Majestade e do
Foreign Office".

O Ministério dos Negócios Estrangeiros também concordou em prestar
assistência directa ao IPES. A funcionária sénior da IRD Rosemary Allott
permitiu <https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C11277046>
que o IPES recebesse "o nosso material", mas o financiamento directo das
suas operações editoriais não foi aconselhado.

Onze dias antes do golpe, Robert Evans observou
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/results/r?_q=FO+1110%2F1747>:
"mantenho um estreito contacto com a filial carioca do IPES sobre as
edições em língua portuguesa da literatura do IRD e para obter material
para as forças armadas".

Acrescentou que esperava encontrar um general do exército "que parece
ter desenvolvido um método singularmente bem sucedido para lidar com
reuniões de organizações de frente comunistas".

Após o golpe, a embaixada britânica reviu as operações clandestinas da
IRD no Brasil. "Antes da Revolução o nosso principal esforço de IRD não
foi feito com o conhecimento e aprovação das autoridades", escreveu
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/results/r?_q=FO+1110%2F1747>
o embaixador britânico Leslie Fry.

Numa aparente referência ao IPES, Fry afirmou que

    "alguns dos contactos do IRD revelaram-se ser os topos de icebergs
    bastante grandes, com liderança responsável. [...] Uma ou duas
    personalidades importantes têm andado por aí a falar da sua
    contribuição [oficial de campo da IRD Evans] para a derrota do
    comunismo no Brasil. É bem verdade, mas não é a espécie de coisa que
    queiramos dizer".

*Produção de de documentos forjados*

No início dos anos 60, Evans também concordou
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C16862244> em tomar
"medidas limitadas como e quando a oportunidade se apresentar" para
combater a actividade de esquerda no campo estudantil do Brasil.

Uma dessas acções envolveu o acesso a "pontos estratégicos onde os
estudantes se reúnem" durante a noite e a afixação de propaganda
anti-comunista "em salas de conferência, salas de aula, lavabos,
cantinas, etc". Era uma operação que "podia, naturalmente, ser aplicada
igualmente bem por todo o continente".

De acordo com documentos obtidos ao abrigo da Lei da Liberdade de
Informação /(Freedom of Information Act),/ o IRD também colaborou com os
EUA produzindo documentos falsificados.

Em 12 de Março de 1964, o secretário de Estado norte-americano Dean Rusk
queixou-se
<https://history.state.gov/historicaldocuments/frus1961-63v12/d159> a
funcionários brasileiros sobre um Congresso de Solidariedade com Cuba "a
realizar no Rio com participantes de todo o mundo".

Três dias depois, o oficial do IRD J.L. Welser escreveu à embaixada dos
EUA em Londres sobre a produção de "algum tipo de folheto negro" para
perturbar o evento. A propaganda "negra" significava falsificação de
documentos – uma operação arriscada em que os planeadores da IRD
raramente se envolveram.

"Tentámos fazer isto e não achámos muito fácil", escreveu Welser ao seu
contacto nos EUA.

    "Entretanto, fizemos um folheto que anexei a esta carta e que poderá
    ter interesse em ver". [...] Lamento ter sido tão lento acerca
    disto, mas não é fácil escrever uma coisa desta espécie".

Pouco tempo depois, Welser foi felicitado "por um excelente trabalho".

O IRD também ajudou
<http://www.fgv.br/cpdoc/acervo/dicionarios/verbete-tematico/uniao-civica-feminina>
a União Cívica Feminina (UCF), um movimento de mulheres católicas que
mobilizou manifestações de rua anti-governamentais em massa nas semanas
que antecederam o golpe.

Em Junho de 1964, Evans gabou-se
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C11277046> de que a
UCF havia sido "alimentada com uma dieta constante de material da IRD
durante mais de um ano" e "desempenhou um papel de liderança em eventos
recentes". J. MacKinnon, funcionário da embaixada britânica, concordou
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C16901899>,
observando como "as mulheres desempenharam um papel vital na revolução
de 1 de Abril".

*Após o golpe*

Costa e Silva na ONU, recebido pelo chefe de protocolo. 31/Jan/1967

O golpe foi saudado pelos planeadores britânicos. Em Julho de 1964, Fry
observou <https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C11277046>
que "o objectivo imediato do IRD está alcançado".

No ano seguinte, funcionários britânicos discutiram as cerimónias de
boas-vindas ao general Costa e Silva, instigador
<https://library.brown.edu/create/fivecenturiesofchange/chapters/chapter-7/military-rule/costa-e-silva/>
do golpe de estado, na visita à Grã-Bretanha. "As honras que mostrarmos
ao general", escreveu
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C2936729> Fry em
Dezembro de 1965, "podem muito bem revelar-se uma contribuição tão
importante para a venda de equipamento britânico ao Brasil quanto os
méritos do próprio equipamento", referindo-se à venda de armas.

Depois de se ter tornado presidente do Brasil, em 1967, Costa e Silva
assinou o Acto Institucional nº 5
<https://www.brasilwire.com/petra-costa-we-need-to-talk-about-ai-5/>,
que permitiu o encerramento do Congresso, removeu o habeas corpus,
proibiu reuniões políticas e providenciou uma carta branca para a
tortura. Estas medidas foram recebidas "com satisfação por aqueles
preocupados com a indústria e o comércio", observou
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C17069138> o
oficial de campo da IRD R. A. Wellington.

Apesar das violações maciças dos direitos humanos, a IRD continuou
<https://discovery.nationalarchives.gov.uk/details/r/C11021332> "a
ajudar o Brasil discretamente no domínio da contra-subversão" durante a
década de 1970. O seu material cobria "temas anti-comunistas [...],
Black Power, a situação estudantil e a posição da Grã-Bretanha a
respeito de Gibraltar".

Por esta altura, Evans estava a produzir literatura
<https://academic.oup.com/ia/article-abstract/44/2/267/2569276?redirectedFrom=fulltext>
que minimizava o impacto da intervenção estrangeira no golpe de 1964.

'A ditadura que o inglês viu'.

O jornalista brasileiro Geraldo Cantarino, que em 2011 publicou
<https://www.bookdepository.com/1964-Revolucao-Para-Ingles-Ver-Geraldo-Cantarino/9788585756864>
um livro pormenorizado sobre as operações do IRD no Brasil, comentou as
mais recentes revelações:

"Este trabalho confirma que o IRD esteve secretamente activo no Brasil
durante muitos anos, unindo forças com a cruzada anti-comunista dos EUA
e com a propaganda anti-comunista engendrada por instituições brasileiras".

Ele acrescentou: "É agora possível reafirmar que este esforço combinado
contribuiu para a desestabilização do governo do Presidente Goulart,
abrindo caminho para um regime militar que mudou o curso da história
recente do Brasil".


        12/Novembro/2021


    [*] Jornalista independente. Escreve para a /International History
    Review, The Canary, Tribune Magazine, Jacobin/ e /Brasil Wire./


    O original encontra-se emDeclassified UK
    <https://declassifieduk.org/britains-hidden-hand-in-brazils-1964-coup-detat/>
    e
    consortiumnews.com/2021/11/12/britains-hidden-hand-in-brazils-1964-coup/
    <https://consortiumnews.com/2021/11/12/britains-hidden-hand-in-brazils-1964-coup/>

Em
RESISTIR.INFO
https://www.resistir.info/brasil/golpe_64_gb.html#asterisco
18/11/2021

quarta-feira, 17 de novembro de 2021

A ordem mundial tripartida e a guerra híbrida mundial

 
 


    Dmitry Orlov [*]



O general Mark Milley, a mais alta patente militar americana,
recentemente veio a público com uma revelação de sua lavra:   o mundo já
não é unilateral (com os EUA como a indiscutível potência hegemónica
mundial) ou bilateral (como era com os EUA e a URSS a equilibrarem-se
simetricamente num tango íntimo de destruição mútua assegurada). É agora
tripartido, com três grandes potências – os EUA, a Rússia e a China – a
entrarem numa "guerra tripolar". Esta é a expressão exacta que terá
usado no Fórum de Segurança de Aspen, a 3/Novembro/2021.

Isto parece estranho, uma vez que nem a Rússia nem a China estão
ansiosas por atacar os EUA ao passo que os EUA não estão em condições de
atacar nenhuma das duas. Os EUA acabam de ser derrotados num conflito de
duas décadas contra um adversário de quarta categoria (ou seja, o
Afeganistão) da forma mais humilhante possível, abandonando US$80 mil
milhões de material de guerra e desamparando milhares dos seus fiéis
servidores numa retirada precipitada que equivaleu a uma derrota. Estão
prestes a sofrer um destino semelhante na Síria e no Iraque. A sua
Marinha acabou de ser humilhada numa escaramuça menor com os iranianos
por causa de um petroleiro. Claramente, os EUA não estão em condições de
atacar ninguém.

Então, o que é que Milley poderia querer dizer? Ele pode não parecer
inteligente, mas é o homem mais poderoso do Pentágono. É claro que
Milley-Vanilley [1] <#nt> poderia estar apenas a reproduzir alguma
música estúpida saída da Casa Branca (que actualmente está cheia com
imbecis de primeira apanha). Isto faria sentido, uma vez que ao longo da
sua carreira Milley evitou cuidadosamente qualquer coisa que se
parecesse a acções militares reais e, portanto, implicasse a
possibilidade de derrotas. Em vez disso optou por se concentrar em
coisas como a produção de um relatório sobre o impacto das alterações
climáticas entre os militares dos EUA.

Os generais Mark Milley e Valery Gerasimov.

Eis aqui Milley fotografado durante um dos seus momentos de maior
orgulho, ao lado do general russo Valery Gerasimov, que viu o combate –
e a vitória – como comandante durante a Segunda Guerra da Chechénia.
Gerasimov foi então autor da doutrina de guerra híbrida da Rússia (a
Doutrina Gerasimov), a qual permite alcançar objectivos estratégicos e
políticos através de meios não militares, mas com apoio militar e
segredo de estilo militar, disciplina, coordenação e controlo. Em
comparação, o nosso general Milley é algo como um general recortado em
papelão, com um cordel que faz o seu maxilar inferior mover-se para cima
e para baixo levando a algum lugar dentro do pântano dos /think tanks/
de Washington e dos lobistas da indústria de defesa.

A Doutrina Gerasimov tem uma semelhança incrível com a doutrina chinesa
da guerra ilimitada, indicando que a Rússia e a China se harmonizaram
nas suas estratégias defensivas. Estas doutrinas foram concebidas para
amplificar as vantagens naturais da China e da Rússia, colocando os EUA
numa desvantagem máxima. Não é imediatamente claro se Milley é capaz de
compreender tais questões. Muito pelo contrário, é provável que a sua
segurança no emprego e carreira dependesse criticamente da sua
incapacidade de compreender qualquer coisa acima do seu nível de
remuneração. No entanto, uma vez que ele é o porta-voz de toda esta
confusão ímpia, precisamos pelo menos tentar considerar as suas palavras
pelo valor facial e tentar pensar o que a sua "guerra tripolar" poderia
significar.

Tanto a doutrina russa da guerra híbrida como a doutrina chinesa da
guerra ilimitada dão uma vantagem aos países com estruturas de controlo
rigorosas e centralizadas (ou seja, a China e a Rússia), enquanto
prejudicam gravemente os EUA, que têm uma elite de poder difusa e
internamente conflituosa dividida entre dois partidos e entre muitas
agências governamentais e entidades privadas concorrentes com muitas
oportunidades tanto para espionagem interna e externa como para
infiltração e fugas de informação nos media.

As vantagens da Rússia estão nas armas avançadas contra as quais os EUA
não têm contra-medidas, tais como mísseis hipersónicos e sistemas de
guerra por rádio, bem como numa enorme e só parcialmente explorada base
de recursos, especialmente de recursos energéticos. A vantagem da China
reside numa mão-de-obra enorme e altamente disciplinada que produz uma
vasta gama de produtos que os EUA têm de importar continuamente para
evitar que toda a sua economia se feche devido a rupturas na cadeia de
abastecimento. Por outro lado, tanto a China como a Rússia encontram-se
em desvantagem em enfrentar a grande e bem oleada máquina que os EUA tem
desenvolvido pela sua habitual intromissão nos assuntos de outras nações
e pelo enfraquecimento da sua soberania natural. Existe uma série de
mecanismos, desde exportações culturais a campanhas publicitárias
associadas a marcas populares até iniciativas nos media sociais
destinadas a corromper a mente dos jovens, a fim de exercer a influência
dos EUA sobre outras nações.

As respostas chinesa e russa a esta ameaça são quase diametralmente
diferentes:   enquanto a China constrói /firewalls/ e usa controlos
sociais rigorosos para conter a ameaça, a estratégia da Rússia é
permitir que a infecção estrangeira se difunda à vontade e deixar que o
sistema imunitário inato da sua nação crie anticorpos contra ela e a
neutralize. A Rússia traça as suas linhas vermelhas com a propaganda
directa de compra e venda do inimigo, incitamento à rebelião armada,
defesa do terrorismo, propaganda de perversão sexual entre crianças,
etc. Deste modo, a Rússia pode não só compensar esta desvantagem como
também transformá-la na sua própria vantagem:   enquanto o Ocidente está
a tornar-se cada vez mais antidemocrático e autoritário com os seus
infindáveis requisitos de correcção política, requisitos de
biodiversidade social e a busca de uma vida melhor através do
acasalamento não-reprodutivo, terapia hormonal e mutilação genital, a
Rússia permanece uma terra livre, com uma perspectiva social
saudavelmente conservadora que é bastante atraente para os povos de todo
o mundo e está a tornar-se cada vez mais atraente para muitos povos no
Ocidente à medida que se tornam penosamente conscientes dos salários do
pecado.

Porquê concentrar-se em guerra híbrida/ilimitada ao invés de um conflito
nuclear ou militar convencional entre os EUA e a China e/ou a Rússia?
Isto porque tanto o conflito militar convencional como o nuclear entre
qualquer destas três nações é uma escolha insana e suicida, ainda que
responsáveis pela definição da estratégia militar não sejam
seleccionados especificamente pelas suas tendências suicidas. Nem a
Rússia nem a China são conhecidas pelas suas guerras de agressão, ao
passo que os EUA são extremamente bem conhecidos pelas suas violentas
tendências homicidas (tendo executado 32 campanhas de bombardeamentos em
24 países desde a Segunda Guerra Mundial), por serem fundamentalmente um
rufia que só atormenta países fracos que não apresentam qualquer ameaça.
Com base na informação publicamente disponível, tanto a Rússia como a
China estão agora bastante à frente dos EUA no desenvolvimento de armas,
a um ponto em que qualquer possível ataque directo dos EUA a qualquer
deles seria na melhor das hipóteses auto-destrutivo e na pior suicida.

Na melhor das hipóteses, os EUA lançam um ataque que é repelido com
êxito:   bombardeiros e foguetes abatidos, navios afundados, bases
militares dos EUA e instalações portuárias destruídas, possivelmente
centros de comando e controlo dos EUA também destruídos, como bastante
explicitamente prometeu Putin. Os EUA jazem então prostrados e à mercê
dos seus oponentes. Se a sua cooperação ainda deixar algo a desejar,
alguma combinação de deploráveis, desprezíveis, imponderáveis e
indecifráveis será organizada o suficiente para fazer uma confusão
sangrenta do que resta das estruturas governamentais e das elites de
poder dos EUA, as quais serão então substituídas por uma força
internacional de manutenção da paz (num caso optimista) ou simplesmente
deixadas a persistir em desordem duradoura, miséria e isolamento
internacional.

*A tríade da dissuasão nuclear*

O pior cenário é a velha e estafada destruição mútua assegurada, o
Inverno nuclear e o fim da vida na Terra, mas é improvável por um certo
número de razões. Primeiro, da tríade de dissuasão nuclear dos EUA,
apenas a componente submarina continua viável e mesmo ela está bastante
desgastada. Nenhum dos mísseis Minuteman foi testado com êxito desde há
muito tempo e trata-se de mísseis balísticos que, uma vez terminada a
fase de impulso, seguem uma trajectória inercial perfeitamente
previsível, tornando-os alvos fáceis para os novos sistemas de defesa
aérea da Rússia. Dos Minutemen que conseguem sair dos seus silos e
lançar-se na direcção da Rússia ou da China, desconhece-se quantas das
suas cargas nucleares detonariam de facto, uma vez que todas elas são
bastante antigas e desde há muito não são testadas. Os EUA já não têm a
capacidade de fazer novas cargas nucleares, tendo perdido a receita para
fabricar o forte explosivo necessário para as fazer detonar. Mas isso
pode ser um ponto discutível, uma vez que, neste momento, é provável que
nenhum ICBM
<https://en.wikipedia.org/wiki/Intercontinental_ballistic_missile> seja
capaz de penetrar as defesas aéreas russas. Quanto às defesas aéreas
chinesas, é notável que a Rússia e a China tenham integrado os seus
sistemas de alerta precoce e a China tenha agora quatro divisões de
sistemas de defesa aérea russos S-400 Triumph e esteja a planear
acrescentar mais.

Stratofortress Boeing B-52.

Voltando à parte aerotransportada da tríade nuclear americana, a sua
base continua a ser o [bombardeiro] Stratofortress Boeing B-52, o mais
jovem dos quais tem quase 60 anos. Navega a 260 nós [481,5 km/h] a uma
altitude de 34000 pés [10,36 km] e é o oposto de furtivo, tornando fácil
abatê-lo a uma distância de várias centenas de quilómetros. Uma vez que
isto o torna perfeitamente inútil para largar bombas, tudo o que resta
são mísseis de cruzeiro, que voam a uma velocidade absolutamente lenta
de 0,65 Mach [776 km/h], tornando-os mais uma vez alvos fáceis para
defesas aéreas modernas. Também há alguns novos bombardeiros furtivos –
muito poucos e afinal não muito furtivos, colocando-os essencialmente na
mesma categoria dos Stratofortress. E os mísseis de cruzeiro que eles
podem lançar são também os mesmos velhos mísseis subsónicos.

Finalmente, há os submarinos nucleares estratégicos, os quais são a
única parte da tríade nuclear dos EUA que ainda é viável. Eles continuam
a ser eficazes como dissuasores e têm a capacidade de se aproximarem
para lançar um ataque furtivo com uma boa probabilidade de pelo menos
alguns dos mísseis passarem através das defesas aéreas. Mas não podem
esperar contornar a inevitabilidade da retaliação que causará danos
inaceitáveis e fatais para os EUA continentais. Isto torna-os inúteis
como uma arma ofensiva.

Acrescente-se a isto a actual doutrina nuclear da Rússia, segundo a qual
qualquer ataque contra território soberano russo ou interesses soberanos
russos, convencionais ou nucleares, abriria a porta a uma retaliação
nuclear, lançada após o aviso e a promessa solene de Putin de
contra-atacar não só os locais de onde foi lançado um ataque como também
contra os centros de tomada de decisão. Considerando que os mísseis
russos são hipersónicos e atingirão os seus alvos antes de os dos EUA
atingirem os seus, e que a Rússia tem meios para abater mísseis
americanos enquanto os EUA não conseguem abater mísseis russos, se os
EUA lançassem um ataque, os seus lançadores estariam mortos antes de
poderem descobrir se o ataque conseguiu causar algum dano ou se apenas
se suicidaram por nada. Tudo isto leva a uma conclusão inevitável:   em
circunstância alguma os EUA atacarão a Rússia ou a China, utilizando
armas convencionais ou nucleares.

Há peritos que são da opinião de que uma guerra mundial poderia irromper
espontaneamente a qualquer momento sem que ninguém o desejasse, tal como
o mundo deslizou para a Primeira Guerra Mundial devido a uma confluência
de acidentes infelizes. Mas há uma grande diferença:   as lideranças
militares e civis dos lados beligerantes na Primeira Guerra Mundial não
tinham mísseis hipersónicos apontados directamente às suas cabeças. Eles
pensavam que a guerra seria travada longe dos seus palácios,
quartéis-generais e mansões estatais. Em alguns casos, estavam bastante
enganados, mas esse era o seu pensamento original:   porque não testar
as nossas proezas industriais, sacrificando a vida de vários milhões de
camponeses inúteis?

Agora a situação é bastante diferente:   qualquer provocação substancial
é um desencadeador automático de autodestruição e todos os lados sabem
disso. Claro que haverá provocações menores, tais como a US Navy a
fumegar no Estreito de Formosa ou no Mar Negro perto das costas da
Crimeia, mas eles têm de ganhar o seu sustento de alguma forma. Por sua
vez, os russos e os chineses irão periodicamente aumentar um pouco a
fasquia enxotando-os com palavras duras em mensagens de radio ou com
alguns tiros disparados na sua direcção. Mas ambos os lados sabem o quão
cuidadosos têm de ser, porque qualquer erro grave exigirá uma
desescalada imediata e pode implicar uma grande perda de face. E isso,
como se costuma dizer, seria pior do que um crime:   seria um erro.

*Só resta a guerra híbrida*

As provocações de que os EUA ainda são capazes podem tornar-se cada vez
mais débeis com o tempo. Os EUA perderam a corrida às armas tanto contra
a Rússia como contra a China e é pouco provável que alguma vez consigam
recuperar o atraso. Por outro lado, nem a Rússia nem a China são
propensos a atacar os EUA. Não há razão para o fazer, dado que podem
obter o que querem – uma diminuição gradual da influência dos EUA – sem
recorrerem à acção militar em grande escala. Manter uma forte postura
defensiva enquanto projectam poder dentro das suas esferas de interesse
em expansão seria suficiente para qualquer deles. Assim, tudo o que
resta para os EUA é a guerra híbrida:   guerra financeira sob a forma de
sanções, impressão agressiva de dólares e lavagem de dinheiro legalizada
em larga escala, guerra informativa jogada na Internet, guerra médica
utilizando novos agentes patogénicos, drogas [2] <#nt> e vacinas, guerra
cultural sob a forma de promoção e defesa de sistemas de valores
conflituosos e assim por diante, com actividades militares limitadas ao
uso de /proxies,/ fomentando golpes e guerras civis, acções de empresas
militares privadas e assim por diante.

Se Milley está a depositar as suas esperanças em ser capaz de provocar
um conflito entre a China e a Rússia, é provável que fique desapontado.
Estes dois países vizinhos muito grandes são sinérgicos. A China tem uma
tremenda capacidade produtiva para produzir todo o tipo de produtos
acabados mas tem recursos naturais limitados e tem uma capacidade
limitada para interagir com o resto do mundo, excepto através do
comércio e das trocas comerciais. A Rússia, por outro lado, tem recursos
naturais virtualmente ilimitados mas, com uma população mais pequena,
embora altamente educada, espalhada por um terreno vasto e algo
inóspito, é obrigada a concentrar os seus esforços em determinados
sectores estrategicamente importantes como a exportação de energia e
alimentos, sistemas de armas de alta tecnologia, energia nuclear,
vacinas e produtos de energia intensiva como fertilizantes, plásticos e
metais, onde o seu acesso a energia barata lhe proporciona uma vantagem
competitiva.

Um dos principais pontos fortes da Rússia é a capacidade culturalmente
enraizada de compreender pessoas de outras culturas e de manter relações
cordiais mesmo através de grandes clivagens culturais e linhas inimigas.
A Rússia tem uma capacidade única de oferecer estabilidade e segurança,
tanto através de uma diplomacia cuidadosa como através da oferta de
sistemas avançados de armas defensivas. Os chineses têm estado a comprar
agressivamente em economias de todo o mundo, investindo em grandes
projectos de infra-estruturas para promover o seu comércio, mas são por
vezes considerados desprovidos de delicadeza diplomática e de
compreensão das sensibilidades locais, alienando os seus parceiros ao
exigir-lhes directamente uma participação de controlo nos seus
investimentos. Os russos, por outro lado, compreendem que é preciso pelo
menos beijar uma rapariga antes de se oferecerem para pagar a sua
universidade.

Tal delicadeza tende a ser interpretada como fraqueza por certos
ocidentais que, ao longo de muitos séculos de guerras fratricidas e
colonialismo genocida, foram condicionados a respeitar apenas a força
bruta e a entender as relações apenas em termos de domínio ou submissão.
Com a súbita partida dos EUA da cena mundial, muitas nações europeias
mais pequenas estão agora activamente à procura de um novo mestre para
as dominar. Tanto os chineses como os russos provavelmente vão deixá-las
desapontadas. Se bem que o comércio chinês e a segurança russa
(incluindo a segurança energética) serão oferecidos, elas estarão por
sua conta e forçadas a ganhar o seu próprio sustento e os seus
juramentos de fidelidade cairão em ouvidos moucos. Os europeus de Leste,
em especial, poderão achar impossível enraizaram-se outra vez no mundo
russo. Os russos já estão fartos deles e da sua duplicidade. A sua outra
opção será ir trabalhar para os chineses.

A Rússia e a China complementam-se e são mais propensas a trabalhar uma
com a outra do que uma contra a outra nas suas relações mútuas e com o
resto do mundo. Este não é certamente o caso dos EUA, quer em relação à
China, quer em relação à Rússia. Durante a década de 1990 e 2000,
enquanto a China se transformava rapidamente no centro de produção
mundial, enquanto a Rússia se recuperava do revés que havia sofrido com
o colapso soviético, os EUA conseguiram posicionar-se como a nação
consumidora indispensável do mundo, redireccionando uma fatia de leão
dos recursos e dos produtos manufacturados mundiais para alimentar os
seus apetites em troca de dólares impressos (expropriando continuamente
as poupanças do mundo enquanto exportava inflação) e utilizando a ameaça
de acção militar contra quem quer que desafiasse este esquema. Mas agora
a situação é diferente:  a maior parte do comércio da China já não é com
os EUA e sim com o resto do mundo, a Rússia está totalmente recuperada e
a desenvolver-se lenta mas seguramente, a quota dos EUA na economia
mundial contraiu-se, o apetite por dólares impressos sob a forma de
dívida do governo dos EUA diminuiu muito e quanto ao seu antigo domínio
militar de espectro total, ver acima.

*Que os EUA façam as malas*

Ainda assim, o general Milley deseja travar uma guerra tripolar contra
dois pólos que não combatem entre si e que também não anseiam por um
combate com os EUA. Eles só querem que os EUA façam as malas, vão para
casa e não ensombrem mais os horizontes em torno da Eurásia. Como me
esforcei por explicar acima, os EUA não estão em posição de desafiar um
ou ambos num conflito militar total, ou de arriscar-se a envolvê-los de
um modo que corra um grande risco de provocar um deles. Em tais
circunstâncias, o que pode fazer uma burocracia gigantesca, dispersa,
generosamente financiada, corrupta e disfuncional a fim de justificar a
sua existência? A resposta é, creio eu, óbvia:   envolver-se em pequenas
travessuras, ou seja, em guerras híbridas, mas ao fazê-lo encontra-se,
como já expliquei, em desvantagem.

A lista das pequenas travessuras é longa e torna a leitura enfadonha. O
melhor a ser feito com isto é transformá-la em comédia. Tomemos, por
exemplo, o imbróglio, digno do /Decameron/
<https://fr.wikipedia.org/wiki/D%C3%A9cam%C3%A9ron> de Boccaccio, de
Tikhanovskaya – a fada das costeletas e presidente fantasma da
Bielorrússia – que recentemente se juntou ao clube de falsos líderes
substitutos, ao lado de Juan Random Guaidó, presidente fantasma da
Venezuela, que fracassou em tomar o poder do profundamente
entrincheirado presidente bielorrusso Lukashenko e está agora a
acalmar-se na vizinha Lituânia. Tendo reconhecido o abjecto fracasso da
tomada de poder de Tikhanovskaya, o Departamento de Pequenas Travessuras
tentou organizar um escândalo em torno de um velocista bielorusso
durante os Jogos Olímpicos de Tóquio, cujo nome é... Timanovskaya!
Pensaram que ninguém perceberia a substituição de um único personagem. A
manobra falhou, e Timanovskaya está agora a acalmar-se na vizinha Polónia.

Tem havido outras tentativas, em escala muito maior, de pequenas
travessuras, igualmente ineptas e igualmente espectaculares no seu fracasso.

*1.* Houve a tentativa de forçar o mundo inteiro a submeter-se a uma
campanha de inoculação implacável (em preparativos desde 2009) no
decurso da qual uma interacção entre agentes patogénicos geneticamente
modificados e vacinas geneticamente modificadas seria utilizada para
obter lucros fabulosos para as Grandes Farmacêuticas /(Big Pharma),/ ao
mesmo tempo que provocando genocídio selectivo da população de certos
países inamistosos ou indesejáveis. Resultado final: A China combateu
amplamente o agente patogénico e produziu a sua própria vacina enquanto
a Rússia produziu várias vacinas, a mais popular das quais tem-se
provado segura e eficaz, tendo-se transformado num importante centro de
lucro ao ser exportada para 71 países e ganhando a Rússia mais receitas
de exportação do que com a exportação de armas.

Enquanto isso, não só as vacinas ocidentais estão a revelar-se com
eficácia inferior a 50% (muito menos do que as da Johnson & Johnson)
como milhares de pessoas estão de facto a caírem mortas ou a ficarem
gravemente doentes. O mais alarmante é que atletas jovens e recém
vacinados caem mortos por ataques cardíacos até no campo de jogo
<https://www.globalresearch.ca/athletes-dead-hospitalized-covid-injections/5761192>
– dúzias deles![3] <#nt> A única resposta possível a isto por parte das
autoridades – a única que elas são capazes de dar – é redobrar, exigindo
que toda a gente seja vacinada repetidas vezes. A estratégia de
marketing do "se o nosso produto o deixar doente, dar-lhe-emos mais"
dificilmente é eficaz e, a seu tempo, está a produzir rebelião aberta em
muitos lugares, encerrando indústrias inteiras e em geral lançando
sociedades e economias no caos. Missão cumprida!

*2.* Há uma tentativa contínua de forçar países de todo o mundo a pagar
uma taxa de carbono pelas suas emissões, ao passo que os países que se
dedicam à ficção inútil /(cargo cult)/ de construir capacidades de
geração solar e eólica estão isentos da mesma. Muitos modelos climáticos
dispendiosos mantiveram os supercomputadores a zumbir e foram convocadas
conferências climáticas internacionais, nas quais as pessoas podiam
torcer as mãos e chafurdar de auto-comiseração sobre a catástrofe
climática imaginária que se avizinha. Mas a seguir surgiu uma grande
complicação:   tanto a Rússia como a China conseguiram transformar a
situação em sua vantagem. No caso da China, o caso é simples:   o que
permite à China fabricar e exportar produtos que o resto do mundo adora
importar é a sua utilização de carvão e bastou apenas uma redução
temporária no seu uso para demonstrar que quaisquer restrições deste
tipo prejudicariam os EUA devido a perturbações na cadeia de
abastecimento, mais do que prejudicariam a China.

No caso da Rússia, a situação é ainda mais simples:   do ponto de vista
das emissões de dióxido de carbono, a Rússia é o país mais verde do
mundo, produzindo a maior parte da sua electricidade a partir da energia
nuclear e da hidroeléctrica livres de carbono, bem como do gás natural
com baixo teor de carbono. Tem também 20% das florestas do mundo as
quais, em caso de aquecimento global e de aumento das concentrações de
dióxido de carbono atmosférico, se espalhariam rapidamente para norte
através da tundra em direcção ao círculo Árctico, absorvendo quantidades
prodigiosas de dióxido de carbono. Portanto, os EUA e o resto do
Ocidente negociaram consigo próprios um beco sem saída de sua própria
criação, sendo forçados a provocar danos às suas economias através de
políticas de descarbonização mal orientadas que de outra forma ninguém
lhes teria pedido que seguissem. Mais uma vez, missão cumprida!

*3.* Ainda outra tentativa de fazer maldades mesquinhas é a área dos
direitos humanos e da democracia. A noção de direitos humanos
individuais foi bastante bem sucedida contra a URSS, distorcendo as
mentes de várias gerações da /intelligentsia/ russa levando-a a ficar
envergonhada com o seu próprio país (e quase completamente inconscientes
de muitos crimes mais horripilantes contra a humanidade executados pelo
Ocidente colectivo). Os chineses, pelo seu lado, pouco se moveram da sua
perspectiva tradicional (seja ela confucionista ou comunista) que
equilibra privilégios com responsabilidades e deixa muito pouco espaço
para noções tão frívolas como os direitos universais individuais. Mas
nas últimas décadas, os russos conseguiram regressar a um entendimento
mais equilibrado da sua própria história e a uma maior consciência das
múltiplas atrocidades perpetradas por aqueles que os criticavam. A
grosseira hipocrisia daqueles que utilizavam tais tácticas também se
tornou gritantemente óbvia com ultrajes como a prisão ilegal de Julian
Assange e o exílio de Edward Snowden.

O caso de Maria Butina, uma pessoa espectacular que agora é membro do
parlamento russo, também impressionou. Ela foi falsamente acusada de ser
uma agente estrangeira com base no agora desacreditado Dossier Steele
<https://en.wikipedia.org/wiki/Steele_dossier> que o campo de Hillary
Clinton havia inventado para caluniar Donald Trump. Butina permaneceu
presa durante 18 meses, passando grande parte desse tempo em solitária
(um tratamento que equivale a tortura). Foi forçada a declarar-se
culpada de uma acusação falsa perante um juiz de um tribunal canguru
antes de ser libertada e autorizada a regressar à Rússia. Ela descreveu
a sua provação num /best-seller/ e qualquer pessoa que tenha lido o
livro assimilou uma mensagem importante:  simplesmente não existe tal
coisa como o sistema de justiça americano. Uma das principais razões
pelas quais Butina foi escolhida para tal tratamento teve a ver com o
seu sobrenome, que difere apenas por uma letra do de Putin:   há mais
uma vez aquela substituição de uma única letra! Com um nome tão
semelhante ao daquele horrível ditador Putin, é claro que ela seria
considerada culpada! Eu não ficaria surpreendido se houvesse um certo
canalha mal-intencionado nas entranhas da CIA ou do Departamento de
Estado que apresentasse estas ideias nefastas realmente esquadrinhando
documentos em busca de nomes que soem de modo semelhante.

Quanto à democracia, o conceito é válido mas aplica-se de modo diferente
a cada nação, com base nos seus valores e tradições únicas. No entanto,
a imagem servida nos EUA, onde cerca de metade do eleitorado sente que
foi trapaceado durante as últimas eleições presidenciais; ou na UE, cuja
Comissão Europeia é dominada por pomposos insignificantes não eleitos;
ou no modo como foi mal aplicada no Afeganistão, Iraque e outras países
invadidos e destruídos pelo Ocidente, muito fez para desacreditar o
conceito. Joe Biden, que está agora a trabalhar na montagem de um
conjunto virtual de nações que ele considera democráticas e faz uma
lista verificando-a duplamente a fim de excluir todos os que não
considera suficientemente democráticos, está demasiado senil para
compreender o simples facto de ter perdido qualquer direito de apelar ao
conceito de democracia dado o modo como foi eleito e o que fez ao
Afeganistão.

A imagem que vos deixo é a de um avião de transporte pilotado pelo
demente Joe Biden e co-pilotado por aquela pateta risonha da Kamala
Harris, com alguns líderes de nações supostamente democráticas (os que
não conseguiram assimilar a lição do Afeganistão) agarrados ao seu trem
de aterragem e com o general Millie-Vanillie sentado no porão de carga a
limpar a sua arma, preparando-se para combater a Terceira Guerra Mundial
tanto contra a Rússia como contra a China.


        14/Novembro/2021


        NT
        [1] Milley Vanilley: Alcunha lançada por Trump
        <https://radiopatriot.net/2021/06/30/trump-speaks-out-about-milley-vanilley/>.
        [2] Ver /The Politics of Heroin: Central Intelligence Agency
        Complicity in the Global Drug Trade/
        <https://www.bookdepository.com/Politics-Heroin-Alfred-W-McCoy/9781556521256?ref=grid-view&qid=1637064083573&sr=1-1>
        [3] Ver também Anyone notice a pattern yet?
        <https://www.reddit.com/r/conspiracy/comments/pvclez/anyone_notice_a_pattern_yet/>



    [*] Analista político. Autor de /The Five Stages of Collapse:
    Survivors' Toolkit/
    <https://www.bookdepository.com/Five-Stages-Collapse-Dmitry-Orlov/9780865717367?ref=grid-view&qid=1637029647298&sr=1-1>,
      /Reinventing Collapse: The Soviet Experience and American
    Prospects/
    <https://www.bookdepository.com/Reinventing-Collapse-Dmitry-Orlov/9780865716858?ref=grid-view&qid=1637029738442&sr=1-2>
    e /Shrinking the Technosphere/
    <https://www.bookdepository.com/Shrinking-Technosphere-Dmitry-Orlov/9780865718388?ref=grid-view&qid=1637029808079&sr=1-3>


    O original encontra-se em
    thesaker.is/the-tripartite-world-order-and-the-hybrid-world-war/
    <https://thesaker.is/the-tripartite-world-order-and-the-hybrid-world-war/>

In
RESISTIR.INFO
https://www.resistir.info/eua/orlov_14nov21.html#asterisco
14/11/2021

segunda-feira, 15 de novembro de 2021

La (re)formación de la clase obrera

 



Beverly J. Silver <https://sinpermiso.info/autores/beverly-j-silver>
se-obrera&text=La%20%28re%29formaci%C3%B3n%20de%20la%20clase%20obrera%0A%20%40sinpermisoinfo>

*Los teóricos de la globalización escribieron innumerables obituarios
para la clase obrera, pero ignoraron el hecho de que el capitalismo crea
sucesivamente nuevas clases obreras con nuevas fuentes de poder,
padecimientos y reivindicaciones.*

Cuando los especialistas en ciencias sociales se refieren al período
2019-2021, destacan tres signos de crisis sistémica profunda: en primer
lugar, la incapacidad de la mayoría de los Estados para responder
adecuadamente a la pandemia de COVID-19, ese gran revelador de las
falencias sociales y gubernamentales. En segundo lugar, la aceptación de
Estados Unidos del fracaso de la guerra en Afganistán, que dejó en claro
que la «guerra contra el terrorismo» no logró revertir la pérdida de
poder de Estados Unidos a nivel mundial. Por último, pero no menos
importante, el tsunami de protestas sociales a nivel mundial, que empezó
en 2010-2011 —como consecuencia de la crisis financiera de 2008— y no
dejó de crecer hasta 2019.

Si ponemos la mirada en el futuro, está claro que cualquier estrategia
obrera y socialista deberá tener en cuenta el terreno en el que se
despliegan las luchas, es decir, la inestabilidad hegemónica de Estados
Unidos en el marco de una crisis capitalista mundial sin parangón luego
de los años 1930. Como sucedió durante la primera mitad del siglo
veinte, la crisis actual del capitalismo global adopta la forma de una
enorme crisis de legitimidad: la consigna «socialismo o barbarie» vuelve
a plantearse con urgencia.

*La creación, destrucción y reconstrucción de la clase obrera mundial*

¿Qué pueden hacer las movilizaciones clasistas para frenar el
deslizamiento del presente hacia la «barbarie»? Hasta hace algunos años,
la respuesta de los teóricos de la globalización, de izquierda y de
derecha, era unánime: «No mucho». La tesis de la «carrera hacia el
abismo» plantea que la globalización creó barreras insuperables para la
movilización de la clase obrera. Desde los años 1980, los partidarios de
esta perspectiva escribieron innumerables obituarios para la clase y el
movimiento obreros, centrados en el debilitamiento y la destrucción de
las clases obreras existentes, sobre todo —y esto es significativo— las
ocupadas en la producción industrial de los países centrales. Pero
ignoraron las formas en que el capitalismo —por medio de
transformaciones recurrentes de la organización productiva mundial— crea
nuevas clases obreras con nuevas fuentes de poder, padecimientos y
reivindicaciones.

Este enfoque alternativo pone el eje en la creación y reconstrucción de
las clases obreras, que responden a su vez a los costados creativos y
destructivos del proceso de acumulación de capital. En efecto, la ola
mundial de movilizaciones de los años 2010-2011 estuvo marcada por las
protestas de nuevas clases en proceso de formación y clases existentes
que luchaban para conservar los derechos conquistados en ciclos
anteriores. El espectro abarcó huelgas de obreros industriales en China,
huelgas ilegales en las minas de platino de Sudáfrica, jóvenes
desempleados y subempleados que se lanzaron a ocupar las plazas en todo
el mundo y protestas contra la austeridad que se extendieron desde
África del Norte hasta los Estados Unidos. El proceso terminó siendo
solo el preludio a un tsunami de protestas de clase que duró más de una
década y estuvo compuesto tanto por huelgas obreras como por luchas
callejeras.

Hay quienes piensan que la lección de los años 2010-2011 es que las
luchas de clase se desplazaron desde los lugares de producción hacia las
calles. Con todo, aunque no deberíamos menospreciar el significado de
las «luchas callejeras», sería un grave error subestimar las huelgas en
los lugares de trabajo, pues son las fuentes de poder que operan detrás
de esos movimientos. Así, por ejemplo, aunque la historia estándar de
los levantamientos egipcios de 2011 se centra en la ocupación de la
plaza Tahrir, la verdad es que Mubarak renunció a su cargo solo cuando
los obreros del canal de Suez —sitio fundamental para el comercio
internacional y nacional— hicieron huelga.

Desde los años 1980, la adopción generalizada de la producción «Just in
time» —la provisión de inputs se mantiene en niveles mínimos con la
perspectiva de recortar costos distribuyéndolos «justo a tiempo»—
incrementó la vulnerabilidad de las fábricas situadas más abajo en la
cadena a las huelgas que se desarrollan en los sitios de los
proveedores. Este es el caso aun si la fábrica que para está en la misma
provincia, como sucedió, por ejemplo, cuando la huelga de una
autopartista forzó a Honda a cerrar todas sus plantas de ensamblado en
China.

La pandemia y el bloqueo del canal de Suez de marzo de 2020 dejaron en
claro que las cadenas de suministro globales son vulnerables a múltiples
formas de interrupción, entre ellas, las huelgas obreras. Hasta cierto
punto, esto no es nada nuevo. En el siglo veinte, los trabajadores del
transporte disponían de mucho poder en virtud de su localización
estratégica en las cadenas de suministro globales y nacionales. De ahí
el rol central que jugaron en el movimiento obrero en general. No cabe
duda de que las cadenas de suministro globales serán distintas a
mediados del siglo XXI —de hecho, la pandemia y las tensiones
geopolíticas están forzando a reestructurarlas—, pero es muy probable
que los trabajadores del transporte, los almacenes y la comunicación
sigan teniendo poder (y tal vez cobren más relevancia), dada su
localización estratégica en los procesos de acumulación de capital.

Del mismo modo, sería insensato descartar la importancia futura de las
huelgas de los obreros industriales, pues la diseminación mundial de la
producción a gran escala, puesta en marcha durante el siglo veinte, tuvo
como consecuencia la formación de nuevas clases obreras y oleadas
sucesivas de conflictos de clase. A comienzos del siglo veinte, cuando
el epicentro de la producción industrial a gran escala se desplazó al
continente asiático, también lo hizo la lucha obrera: se confirmó la
tesis de que donde hay capital, hay conflicto.

Esa frase tiene un sentido geográfico, pues el capital, al ser
relocalizado en busca de mano de obra dócil y barata, termina creando
clases obreras y conflictos nuevos en sus lugares de destino. Pero
también tiene un sentido intersectorial, pues a medida que el capital se
desplaza a nuevos sectores de la economía, se crean nuevas clases
obreras y emergen conflictos originales.

*Una perspectiva obrera hegemónica*

¿En qué sectores debemos centrarnos hoy? Sin duda, uno muy importante es
la «industria de la educación» que, según la UNESCO, pasó de contar 8
millones de docentes a nivel mundial en 1950 a 62 millones en 2000, y
creció otro 50% en 2019, hasta alcanzar un total de 94 millones de
docentes. Más allá del crecimiento meteórico de los números, existen
otros motivos para pensar que los docentes están jugando un rol
fundamental en el movimiento obrero a nivel mundial, análogo al que
jugaron los obreros de la industria textil en el siglo XIX y los obreros
de las automotrices en el siglo XX.

La tendencia al conflicto obrero en la «industria de la educación» se
convirtió en un dato incuestionable a fines del siglo XX, pero las
movilizaciones de la última década marcaron un punto de inflexión. En
Estados Unidos, este punto correspondió a la emergencia de la
organización Caucus of Rank-and-File Educators (CORE) que, con amplio
consenso social, dirigió a los docentes de Chicago a través de su
exitosa huelga de 2012. El conflicto logró instalar la idea de que los
docentes no solo luchaban por sus propios intereses, sino por los de los
estudiantes y las familias. La huelga de Chicago fue seguida de una
oleada nacional de paros y movilizaciones en todo el país, especialmente
en los distritos escolares localizados en estados con una fuerte
política antisindical.

En Chile, los docentes de las escuelas públicas que fueron a la huelga
bajo dirección del Colegio de Profesores de Chile (CPC) —con apoyo de
estudiantes, vecinos y otros trabajadores— jugaron un rol central en el
ciclo de protestas nacionales que reivindicó el acceso universal a la
educación y el abandono de la constitución neoliberal heredada de la
época de Pinochet. Se observaron acciones similares en Costa Rica,
Honduras y Colombia y, en Perú, el presidente de izquierda Pedro
Castillo llegó al poder con apoyo del sindicato docente.

Esta nueva oleada de militancia docente responde a una serie de reclamos
fundados en un claro proceso de proletarización, que incluye la
intensificación del trabajo, el deterioro de las condiciones laborales y
la pérdida de autonomía y control sobre el proceso de trabajo en las
aulas. En parte, las huelgas docentes son exitosas debido a que sus
reivindicaciones se complementan con un fuerte poder de negociación en
sus lugares de trabajo. Es posible argumentar que la «industria de la
educación» suministra los bienes de capital más importantes del siglo
XXI, es decir, esos obreros educados que luego deben insertarse en una
«economía de la información». A diferencia de la mayoría de las
actividades manufactureras, es imposible presionar a los docentes
mediante la amenaza de relocalizar la producción (más allá de los
experimentos virtuales a partir de la pandemia, la enseñanza debe
realizarse donde están los estudiantes). Del mismo modo, la «industria
de la educación» parece resistir a la automatización (reemplazar a los
docentes por robots no es algo que aparezca en el horizonte).

Además, los docentes ocupan un lugar estratégico en la división del
trabajo social concebida en términos más amplios. Si los docentes hacen
huelga, generan un efecto dominó que afecta toda la división social del
trabajo: interrumpen la rutina de las familias y dificultan el trabajo
de los padres. En ese sentido, el poder estratégico de los docentes,
aunque en última instancia está fundado en su capacidad de interrumpir
la economía, es bastante singular, pues depende especialmente de la
centralidad que tiene su actividad en la sociedad. Sin embargo, a menos
que este poder se ejerza en el marco de una perspectiva hegemónica más
amplia, los docentes quedan expuestos a que el Estado y el capital los
utilicen como chivos expiatorios y los sometan a la represión. En
efecto, la crisis cada vez más grave del capitalismo conlleva también la
ampliación y la profundización de las formas coercitivas del poder.

Como sea, las huelgas más grandes de la última década muestran que los
docentes tienen el potencial de formular dicha perspectiva, es decir, de
mostrar que sus luchas particulares implican la defensa de los intereses
de toda la sociedad. Su propia labor hace que entren en contacto
cotidiano con círculos mucho más amplios de la clase obrera, pues son
testigos de todos los problemas que enfrentan los estudiantes y sus
familias. Entonces, basta con que difundan la idea de que, aun si sus
reivindicaciones buscan un beneficio que los afecta específicamente como
docentes, también promueven los intereses de los estudiantes, sus
familias, sus barrios y sus ciudades. Por supuesto, este potencial
hegemónico, fundado en condiciones estructurales, debe realizarse a
través de una agencia política que vincule las luchas particulares de
los docentes —y de los trabajadores— con luchas más amplias por la
dignidad humana y la supervivencia planetaria.

*Solidaridad para siempre*

La automatización que promueve la Inteligencia Artificial llevó a muchos
intelectuales a sugerir que estaríamos llegando al «fin del trabajo» y
que, en consecuencia, se terminarán los conflictos laborales. Con todo,
la prescindencia completa del trabajo humano en los procesos de
producción continúa siendo una fantasía esquiva, y no deberíamos
subestimar la importancia que siguen teniendo las luchas obreras en los
sitios de producción.

Sería un error también subestimar las movilizaciones callejeras. En
efecto, es posible derivar el entrelazamiento esencial de estos dos
sitios de lucha —el lugar de trabajo y la calle— a partir del Tomo I de
El capital. Por un lado, llegando a la mitad —donde describe el
conflicto ininterrumpido entre el capital y el trabajo por la duración,
la intensidad y el ritmo de la actividad—, Marx se refiere a lo que
sucede en la «oculta sede de la producción». Por otro lado, en el
capítulo 25, Marx aclara que la lógica del desarrollo capitalista, no
solo lleva a constantes luchas en los lugares de trabajo, sino también a
conflictos más amplios a nivel social, pues la acumulación de capital
avanza de la mano de la «acumulación de miseria», especialmente bajo la
forma de la expansión de un ejército industrial de reserva de
trabajadores desempleados, subempleados y precarios.

En este sentido, la historia del capitalismo se caracteriza, no solo por
el proceso cíclico de destrucción creativa en el punto de la producción,
sino también por la tendencia de largo plazo a destruir los modos de
vida existentes a un ritmo más veloz del que define la creación de otros
nuevos. Esto conlleva la necesidad de conceptualizar tres tipos de
conflictos obreros: (1) las protestas de las clases obreras en proceso
de formación; (2) las protestas de las clases obreras existentes que
están siendo destruidas y (3) las protestas de esos trabajadores que el
capital ignora y excluye, es decir, los miembros de la clase obrera que,
aunque dependen exclusivamente de ello para sobrevivir, es probable que
nunca logren vender su fuerza de trabajo.

Los tres tipos de conflictos obreros son manifestaciones distintas de un
proceso de desarrollo capitalista único. Los tres son visibles en las
luchas actuales. El destino de cada uno está íntimamente entrelazado con
el de los otros. Una estrategia socialista debe abarcarlos a todos. En
efecto, la perspectiva estratégica de Marx y Engels —articulada en el
/Manifiesto del Partido Comunista/ y en otras obras—, convocaba a los
sindicatos a organizar a estos tres segmentos de la clase obrera mundial
en un proyecto común.

No hace falta decir que se trata de una tarea inmensa. Pero además, sin
dejar del todo de pecar de cierto optimismo, Marx asumía que estos tres
tipos de trabajadores —los que son incorporados como asalariados durante
las últimas fases de expansión material, los que son expulsados durante
la última ronda de reestructuraciones y los que son excedentes desde el
punto de vista del capital— habitaban los mismos hogares y barrios
obreros. Vivían juntos y luchaban juntos.

En otros términos, las distinciones al interior de la clase obrera
—entre trabajadores empleados y desempleados, activos y en reserva,
capaces de imponer pérdidas costosas al capital y capaces solo de
manifestarse en las calles— no se solapaban con diferencias de
ciudadanía, raza, etnicidad o género. Entonces, los trabajadores que
encarnaban cualquiera de esos tres tipos conformaban una sola clase
obrera con mismo poder y las mismas demandas, y con la capacidad de
generar una perspectiva poscapitalista sobre la emancipación de la clase
en su conjunto.

Sin embargo, en términos históricos, el capitalismo se desarrolló junto
al colonialismo, al racismo y al patriarcado, es decir, dividió a la
clase obrera en función de su condición y limó sus capacidades para
generar una visión común de la emancipación. En períodos de grandes
crisis capitalistas, como la que estamos viviendo, estas divisiones
tienden a endurecerse. El capitalismo en crisis empodera directa e
indirectamente a los «monstruos» del «interregnum» gramsciano
(movimientos neofascistas, racistas, patriarcales, antinmigrantes y
xenófobos). Entonces se despliegan formas coercitivas de control social
y militarismo contra un movimiento socialista que es a la vez «demasiado
fuerte» como para ser ignorado (por el capital) y «demasiado débil»
(hasta ahora) como para salvar a la humanidad de una larga época de caos
sistémico.

Con todo, también asistimos a un recrudecimiento de las luchas obreras
sin precedente a nivel histórico en cuanto a su escala y a su alcance.
Si bien la magnitud del desafío que plantea la crisis del capitalismo
global para la humanidad tampoco tiene antecedentes, estos nuevos
movimientos están construyendo puentes y, en algunos casos, son capaces
de solidarizar a los protagonistas de los tres segmentos de la clase
obrera a los que nos referimos. Es en estas luchas —y a través de ellas—
que surgirá un proyecto emancipatorio capaz de guiarnos fuera de este
capitalismo destructivo, hacia un mundo donde la dignidad humana valga
más que las ganancias.

Beverly J. Silver <https://sinpermiso.info/autores/beverly-j-silver>
profesora de sociología, directora del Arrighi Center for Global Studies
de la Universidad Johns Hopkins y autora de Fuerzas de trabajo (Akal,
2005).
Fuente:
https://jacobinlat.com/
Traducción:
Valentín Huarte
Temática:
Capitalismo contemporáneo
<https://sinpermiso.info/tematica/Capitalismo-contempor%C3%A1neo>
Marxismo <https://sinpermiso.info/tematica/Marxismo>
Movimiento obrero <https://sinpermiso.info/tematica/Movimiento-obrero>

In
SINPERMISO
https://sinpermiso.info/textos/la-reformacion-de-la-clase-obrera
14/11/2021

sábado, 13 de novembro de 2021

COP26 : Tornar a Finança verde ?

 

 
Thierry Meyssan

A COP26 foi um espectáculo divertido, imaginado para desviar a atenção
do público do que aí se trama. O GIEC, comité de peritos climáticos do
COP, não prevê o apocalipse para governos surdos, antes lhes fornece uma
narrativa que permite justificar as suas ambições políticas. Os
Presidentes Vladimir Putin e Xi Jinping, que são resolutamente hostis
aos projectos financeiros dos COP, recusaram-se aparecer lá no preciso
momento em que os grandes banqueiros aí falavam na soma de 100 mil
milhões de dólares de investimentos.

*James Bond « chega geralmente no clímax dos seus muito lucrativos
filmes, encenados com um aparelho apocalíptico, tentando
desesperadamente determinar que colorido deve retirar para o desligar,
enquanto um relógio analógico vermelho apita, sem descanso, avisando
para uma detonação que porá fim à vida humana tal como a conhecemos (…)
Estamos quase na mesma posição, meus colegas, dirigentes mundiais, como
o actual James Bond —salvo que a tragédia não é nenhum filme e o
dispositivo apocalíptico é muito real », declarou, sem se rir, Boris
Johnson na tribuna da COP26. *

As « Conferências das Nações Unidas sobre as alterações climáticas »
acompanham-se sempre de discursos apocalípticos, mas, no entanto, não
desembocam nunca em compromissos mensuráveis e verificáveis. Apenas dão
origem a promessas assinadas com grande pompa, mas sempre formuladas no
condicional.

A conferência que se desenrola actualmente em Glasgow (Reino Unido), de
31 de Outubro a 12 de Novembro de 2021, não deverá escapar à regra. Ela
começou com um vídeo espectacular de um dinossauro anunciando na tribuna
da Assembleia Geral das Nações Unidas a possível extinção da espécie
humana e prosseguiu com um discurso de abertura do Primeiro-Ministro
britânico, Boris Johnson, sobre o que faria James Bond face ao desafio
climático. Esta encenação continuou na rua com uma manifestação dirigida
por Greta Thunberg para declarar ilegítimos todos os governos do mundo e
denunciar o « falhanço » da Conferência que, portanto, apenas havia
começado.

Os líderes políticos que apelaram para a salvação da humanidade de um
fim iminente são os mesmos que investem milhares de milhão (bilhões-br)
de dólares em armas nucleares capazes de erradicar a vida humana do
planeta [1 <#nb1>].

O mínimo que se pode dizer é que esta Conferência é um entretenimento de
qualidade oferecido aos espectadores do mundo inteiro, não uma reunião
diplomática visando diminuir a produção de gases com efeito de estufa.
Mas então : que realidade visa este circo mascarar? e por que todos os
Estados membros da ONU participam nele?

*O geofísico Milutin Milanković (1879-1958) pensou as variações
climáticas em função de modificações da órbita terrestre e da inclinação
do planeta. Após ter sido ridicularizado em vida, a sua teoria tornou-se
decisiva para explicar as variações do paleoclima. Assim, ela poderá
explicar também as modificações de mínima escala dos últimos anos. *


    O « aquecimento global »

Para responder a esta questão, devemos primeiro afastar-nos de algumas
certezas erradas sobre o « aquecimento global ».

Erradamente « acreditamos » que o « aquecimento global » ameaça a
sobrevivência da nossa espécie. O clima sempre teve mudanças, não de
maneira linear, mas por ciclos. A Terra já foi mais quente há sete
séculos do que hoje. Aqui, em França, os glaciares dos Alpes eram muito
mais pequenos do que hoje e havia camelos selvagens na Provença. Algumas
das nossas costas estendiam-se mais pelo mar adentro do que hoje, mas
outras, pelo contrário, eram mais recuadas, etc.

Temos assumido que o aquecimento do clima na Europa corresponde à
revolução industrial. É por isso que « acreditamos » que as mudanças
climáticas, às quais assistimos, foram aceleradas pela produção
industrial de gases com efeito de estufa, nos dois últimos séculos. É
possível, mas concomitância não é causalidade. Existem outras hipóteses,
entre as quais a do geofísico sérvio Milutin Milanković a partir das
variações da órbita terrestre (excentricidade, obliquidade e precessão
dos equinócios).

*Ao criar o GIEC, Magaret Thatcher pretendia tomar a liderança de uma
nova revolução industrial baseada no petróleo e no nuclear. Na prática,
a sua política consistiu em fechar uma grande parte da indústria
britânica e em financiarizar a economia ; o que levou à COP26 e à
utilização da retórica do aquecimento para justificar o endividamento do
terceiro mundo junto da City. *


    A criação do GIEC por Margaret Thatcher

Voltemos às conferências das Nações Unidas. Em 1988, os
Primeiros-Ministros canadiano (canadense-br) e britânico, Brian Mulroney
e Margaret Thatcher, convenceram os seus parceiros (Estados Unidos,
França, Alemanha e Itália) a financiar um Grupo Intergovernamental de
Estudo sobre a Evolução do Clima (GIEC), sob os auspícios do Programa
das Nações Unidas para o Meio Ambiente (PNUE) e da Organização
Meteorológica Mundial. Logo depois, a Sra. Thatcher afirmou que os gases
com efeito de estufa, o buraco na camada do ozono e as chuvas ácidas
exigiam respostas intergovernamentais [2 <#nb2>]. Este belíssimo
discurso mascarava objectivos políticos. Tratava-se para ela, tal como o
confirmam os seus conselheiros, de acabar com os sindicatos dos mineiros
de carvão e promover uma nova revolução industrial, baseada no petróleo
do Mar do Norte e no nuclear [3 <#nb3>].

O GIEC não é de forma alguma uma academia erudita de climatologistas,
mas tal como o seu nome indica um « grupo intergovernamental ». Nele não
se discute climatologia, mas política climática. A grande maioria dos
seus membros não são cientistas, mas diplomatas. Quanto aos peritos em
climatologia que nele tomam parte, não estão lá como cientistas, mas
como especialistas no seio de sua delegação governamental, quer dizer
como funcionários. Todas as suas intervenções públicas são controladas
pelo respectivo governo. É pois grotesco falar de consenso « científico
» para designar o consenso político que reina nesta assembleia. É nada
compreender sobre o funcionamento das instituições intergovernamentais.

Contrariamente ao que pensa Greta Thunberg, o GIEC não prediz o
apocalipse a governos surdos. Ele obedece-lhes fielmente e elabora com
climatologistas uma retórica para justificar mudanças políticas que as
pessoas normais recusariam sem essa.

Os trabalhos do GIEC servem de base anualmente a uma « Conferência das
Partes » (COP) signatárias da « Convenção-Quadro das Nações Unidas sobre
as alterações climáticas » (CCNUCC). Assim decorre em Glasgow a 26ª
edição (COP26). No seu primeiro relatório, em 1990, o GIEC considerava
como « pouco provável » um aumento inequívoco do efeito de estufa « nas
próximas décadas ou mais ». Mas aquilo que era a verdade em 1990
tornou-se a heresia em 2021.

As primeiras conferências foram consagradas ao trabalho de informação e
sensibilização do público quanto à evolução do clima. Estava claro para
todos que certas regiões se tornariam inabitáveis e que certas
populações teriam que se mudar. Só com o tempo é que se começou a dizer
que as alterações seriam de uma tal amplitude que poderiam ameaçar a
sobrevivência de toda a espécie humana. Esta mudança de discurso não se
explica por uma súbita descoberta científica, que teria posto em causa
uma verdade de um dia, mas pela evolução das necessidades dos governos.

A sociedade de consumo está à beira do abismo : não se pode vender às
pessoas o que elas já têm. Se as indústrias colapsam, os empregos
desaparecem e os governos são derrubados. Há apenas uma solução para
evitar isso: por exemplo, no final dos anos 90, a maior parte das
sociedades ocidentais estava informatizada. Tornava-se impossível vender
computadores. Propagou-se, assim, a farsa do século: o « bug do ano 2000
». Toda a informática ia “bugar” em 1 de Janeiro de 2000, à 00h00. Todos
compraram então computadores e software. É claro que nenhum avião caiu,
nenhum elevador parou, nenhum computador avariou (quebrou-br). Mas
Silicon Valley estava salvo e agora ia-se investir em computadores para
o grande público. Hoje a solução é a « transição energética ». Por
exemplo: não se pode vender várias viaturas ao mesmo consumidor, mas
pode-se trocar o seu carro a gasolina por um a electricidade. É claro, a
electricidade é geralmente produzida com petróleo e exige baterias que,
de momento, não são recicláveis. Em resumo, com a transição energética o
planeta ficará mais poluído do que antes. Mas, não se deve pensar muito
nisso.

*A teoria da origem humana do aquecimento global assegurou o
enriquecimento pessoal do antigo Vice-Presidente Al Gore, o qual é o seu
principal lobista. No fim dos anos 90, o mesmo Al Gore havia montado o
boato (rumor-br) do « bugg do ano 2000 ». Então, garantira a fortuna de
Bill Gates e desenvolvera Silicon Valley. *


    A Bolsa climática, único avanço da COP

Durante o mandato do Presidente Bill Clinton, os Estados Unidos tomaram
o controle do GIEC de modo a que ele impulsionasse o Protocolo de Quioto
(COP3) sem nunca o subscrever. O Vice-Presidente, Al Gore, estava
encarregado da política energética dos EUA. Assim, ele aprovou a guerra
do Kosovo a fim de poder construir um oleoduto trans-balcânico. Enquanto
o Protocolo visava originalmente limitar as emissões de cinco gases com
efeito de estufa e três substitutos dos clorofluorocarbonos, ele
pressionou para a criação de direitos de emissão de CO2 para as
indústrias e esqueceu os outros gases. Depois de ter deixado a Casa
Branca, ele fundou, com banqueiros da Goldman Sachs e um financiamento
da BlackRock, a Bolsa do Clima de Chicago. Não tendo os Estados Unidos
assinado nunca o Protocolo de Quioto, isto não funcionou bem. No
entanto, abriu filiais nos quatro outros continentes que se
desenvolveram rapidamente. Hoje em dia, ele recebe uma remuneração por
cada troca de direito de emissão de CO2. Para desenvolver o seu negócio,
ele transformou-se num militante da causa climática e produziu o filme
Uma verdade inconveniente (An Inconvenient Truth). Recebeu então o
Prémio Nobel da Paz, embora esta obra tenha mais de publicidade para a
sua Bolsa do que Ciência [4 <#nb4>].

Colorindo a história (estória-br), os estatutos da Bolsa do Clima haviam
sido escritos por um jovem advogado desconhecido, Barack Obama. Ele
entrará pouco depois na política em Chicago e será subitamente será
Presidente dos Estados Unidos quatro anos depois. Uma vez na Casa
Branca, Barack Obama planeará (planejará-br) usar a histeria climática
para reformar o sistema financeiro global. Este é o projecto que virá a
ser adoptado pela COP21 em Paris e que deverá ser aplicado pela COP26 de
Glasgow.

*É o mercado do século : para aplicar as resoluções da COP26, os Estados
deverão adaptar a sua indústria e endividar-se. Talvez o aquecimento
global possa ser ou não de origem humana, mas a pilhagem das economias,
essa, é de certeza. *
Global Banking & Finance Review


    A próxima realização da COP : tornar a Finança verde

Esta é organizada pelo Reino Unido com a ajuda da Itália. Quatro
britânicos tem o encargo : dois antigos ministros, Alok Sharma
(Economia, Indústria e Estratégia Industrial) e Anne-Marie Trevelyan
(Desenvolvimento Internacional), o antigo Governador dos Bancos do Reino
Unido e Canadá, Mark Carney, e um lobista, Nigel Topping. Nenhuma destas
personalidades sabe seja o que for de climatologia. Todos eles, pelo
contrário, são portadores de um projecto de reforma das instituições de
Bretton Woods (o Fundo Monetário Internacional e o Banco Mundial).

É por se oporem a este projecto financeiro, e não de forma alguma à luta
contra a poluição atmosférica, que os Presidentes russo e chinês,
Vladimir Putin e Xi Jinping, não participam nesta conferência.

O sítio Internet da COP26 indica: _ trata-se de « Mobilizar
financiamentos. Para atingir os nossos objectivos, os países
desenvolvidos devem manter a sua promessa de mobilizar pelo menos US $
100 mil milhões de dólares em financiamento climático. As instituições
financeiras internacionais devem jogar o seu papel e devemos trabalhar
para libertar (liberar-br) os milhares de milhão (trilhões-br) de
dólares de financiamento dos sectores privado e público necessários para
garantir o zero líquido mundial ».

O que deverá ser assinado no final da Conferência é a criação de uma
instância reunindo :
*–* o Banco Asiático de Desenvolvimento,
*–* o Banco Africano de Desenvolvimento
*–* o Banco Asiático de Investimento em Infraestruturas
*–* o Banco Caribenho de Desenvolvimento
*–* o Banco Europeu de Investimento
*–* o Banco Europeu de Reconstrução e Desenvolvimento
*–* o Banco Interamericano de Desenvolvimento e Investimento
*–* o Banco Islâmico de Desenvolvimento
*–* o Banco Mundial - e 450 grandes empresas.
a fim de mobilizar esse dinheiro.

É preciso compreender bem : já não é possível endividar mais os países
pobres (e, portanto, mantê-los sob controle), uma vez que o Banco
Mundial e sobretudo o FMI já não têm credibilidade. Hoje em dia, todos
os governos sabem que as doações e os empréstimos de instituições
internacionais são acompanhadas de condições drásticas que tornam os
seus países vulneráveis; que quando chegar o momento de pagar, eles já
não serão donos de nada.

Com a COP26, os banqueiros poderão emprestar dinheiro para salvar a
humanidade e, na passada, tornarem-se proprietários dos países cujos
dirigentes neles confiaram [5 <#nb5>].

Thierry Meyssan <https://www.voltairenet.org/auteur29.html?lang=pt>

In
VOLTAIRENET
https://www.voltairenet.org/article214663.html
11/11/2021

quarta-feira, 3 de novembro de 2021

Invernaderos dentro de tubos de lava en la Luna: "No es ningún sueño, es cuestión de tiempo"

 


Gonzalo Wancha

In
SPUTNIK
https://mundo.sputniknews.com/20211103/invernaderos-dentro-de-tubos-de-lava-en-la-luna-no-es-ningun-sueno-es-cuestion-de-tiempo-1117833811.html
3/11/2021


Estamos viviendo una especie de segunda carrera espacial, no hay dudas.
A la pujanza china se suman los inesperados actores privados,
multimillonarios que luchan por ocupar una posición privilegiada a la
altura de las estrellas. Este bullicio por estar en la foto espacial
está generando nuevos horizontes y ambiciones.Por ejemplo, recientemente
la NASA ha planteado el Deep Space Food Challenge, en busca de
soluciones para responder a un reto: generar alimentos en el espacio.
Pero la iniciativa estadounidense ya llega tarde, gran culpa de ello la
tiene un ingeniero malagueño."Ya llevábamos muchos años trabajando en
esta línea, colaborábamos con India y ahora tenemos un gran acuerdo de
investigación con China", cuenta a Sputnik José María Ortega, líder del
programa internacional Green Moon Project.Su trabajo le ha valido el
sobrenombre de agricultor espacial. Aún en fase de investigación y con
solo 28 años, José María Ortega propone soluciones concretas y con
plazos asumibles para resolver uno de los mayores retos en el espacio:
crear cultivos que permitan suministros que no vengan de la Tierra. Sin
Green Moon Project y sin la posibilidad de crear invernaderos lunares,
pensar en colonias espaciales es aún inasumible, dado el coste del envío
de suministros.La semilla de un sueñoEl proyecto nació de la vocación de
José María Ortega, ingeniero malagueño que trabajaba para la
automovilística Bentley, pero que quiso soñar con más altos vuelos.
Compitió con un equipo de amigos ingenieros y biólogos en 2016 en Lab to
Moon, de Google Lunar X Prize (GLZP). Había 3.400 equipos de todo el
mundo. Para su sorpresa, su proyecto quedó entre los 15 primeros
seleccionados, "simplemente proponíamos una respuesta al comportamiento
de una planta en la gravedad de la luna".Hoy, el desarrollo de una
planta en la luna, donde la gravedad es seis veces menor que la
terrestre, es el principal reto de Green Moon Project y los resultados
de su trabajo forman parte de la campaña que China comenzó en 2019.La
misión Chang’e-4 ya logró que germinara una semilla de algodón en la
Luna, aunque ésta no sobrevivió a la noche lunar. Tras esta experiencia,
Ortega y el Centro de Exploración Espacial de la Universidad de
Chongqing, ligado a la Agencia Espacial China, empezaron su colaboración
en astrobiología y ecosistemas extraterrestres."Este proyecto se erige
en tres pilares básicos la geología planetaria, la biología vegetal y la
tecnología espacial", los objetivos y plazos de Green Moon Project son
posibilitar que una planta germine y se desarrolle en la gravedad lunar,
al menos, en un periodo de dos semanas dentro de una cápsula para 2025.
Junto al equipo de Green Moon Project, desde Granada expertos en
biología vegetal desarrollan las sondas en las que se desarrollarán las
primeras semillas. La lista de la compra lunar estará compuesta por
semillas de rápido crecimiento: lechugas, tomates, pimientos, rábanos y
trigo, "para ello creamos placas con 500 gramos de tierra de la isla de
Lanzarote, regolito basáltico, que es lo más similar al suelo lunar",
nos cuenta la Coordinadora Biológica del proyecto, Eva Sánchez, de
Innoplant."Nuestro trabajo es determinar cómo complementar ese regolito,
ya sea nutricionalmente o con microorganismos, para que la planta se
desarrolle ", explica Eva Sánchez. El reto es anular los tempos de luz
lunar con suministro artificial y contrarrestar los cambios bruscos de
temperatura en la luna, de +107º a -153º. "Respecto a la microgravedad,
presumimos que la planta podría crecer más rápido, pero aún tenemos que
saber cómo afectará al desarrollo hormonal y la floración"Con el empuje
del volcánEl proyecto de Green Moon Project evidencia que estamos, cada
vez más cerca, de ser humanos interplanetarios. No podemos olvidar que
existen proyectos por parte de Rusia, China, Estados Unidos y Europa de
crear aldeas lunares, "no solo se trata de evitar el transporte de la
tierra de alimentos, también permitiremos la creación de oxígeno si
nuestros cultivos prosperan", apunta Ortega.Este paso mayúsculo cuenta
con el inesperado apoyo que emerge del interior del planeta Tierra a
través de los volcanes. La erupción de La Palma nos ha permitido
familiarizarnos con los tubos de lava, las formaciones que el magma
genera en el interior de la nueva superficie volcánica. En la Luna o
Marte, estas estructuras tienen una importancia mayor. Por un lado,
recientes estudios constatan su existencia en esos planetas y un tamaño
inesperado."Estos tubos pueden ser infraestructuras naturales dentro de
las que ubiquemos nuestros invernaderos o bases humanas, porque en el
interior estamos a salvo de la radiación solar y hay mayor habitabilidad
para el ser humano y la vida vegetal". Los tubos de lava de la Luna o
Marte son gigantes. Si el mayor tubo de lava de la Tierra cuenta con 40
metros de diámetro, en Marte habría que multiplicar esta cifra por 80 y
en la luna por 300 ó 700.Ciudades enteras podrían desarrollarse en el
interior de un tubo de lava lunar, a salvo además de las lluvias de
meteoritos. "Es una posibilidad, no una ilusión o un sueño, ¿por qué no
imaginarlo para un futuro próximo? A la velocidad a la que progresa la
carrera espacial, pronto regresaremos a la luna y seguro que a Marte",
valora Ortega.Una carrera con acento españolEl empuje posibilitado para
el desarrollo lunar por las misiones chinas es increíble, "¡hemos
progresado tanto en tan poco tiempo!", reflexiona el joven ingeniero. El
de Ortega es un perfil cada vez más común, hay un emergente ecosistema
de investigadores españoles que trabajan para los corredores universales
de la carrera espacial.Empresas españolas como DLD Space, DHV Technology
o Ienai Space no han dejado de crecer en los últimos años. A la
tradicional presencia de Rusia y EEUU, hay que sumar las iniciativas de
la Agencia Espacial Europea (ESA), India y "sobre todo China, pero
también del sector privado", apunta Ortega.La aparición de los
multimillonarios que se permiten apostar a la carrera espacial, con los
Jeff Bezos, Elon Musk o Richard Branson como rostros visibles, ha
adereza la competición de las estrellas, no solo con geopolítica, sino
con intereses comerciales."Todo el mundo entiende la relevancia que esto
tiene y nadie quiere perder su sitio allá arriba. Los costes de
lanzamiento al espacio se han abaratado, la tecnología de cohetes
—Soyuz— rusos no ha dejado de desarrollarse, permitiendo mejoras
estables. Estamos viviendo un momento dulce e irá a más, somos muchos
los jóvenes en este mundillo"… mundillo dice José Luis Ortega, a quien
la Tierra se le queda chica.




segunda-feira, 1 de novembro de 2021

Estados Unidos, la gran huelga de 2021

 

 


Por Jack Rasmus

/La mejor definición de una huelga es la de que cuando «los trabajadores
dejan de trabajar» para obtener mejoras salariales y mejores condiciones
laborales. La idea general es que son los sindicatos hacen huelgas. Pero
eso no es cierto del todo. Los trabajadores hacen huelgas sin ser
necesariamente miembros de los sindicatos. Este hecho es evidente hoy en
día en EE UU, ya que millones de trabajadores se niegan a volver a sus
puestos de trabajo. Están dejando su trabajo para obtener un mejor
salario y un futuro./

Estamos asistiendo a la /Gran Huelga de 2021/, que en su mayoría está
impulsada por millones de trabajadores no sindicados y mal pagados.

Durante el segundo trimestre de 2021 (abril-junio) y a medida que la
economía se volvía a abrir, las y los trabajadores volvieron a sus
puestos de trabajo a un ritmo de 889.000 al mes. Según el Economic
Policy Institute, esa media cayó a sólo 280.000 al mes en el recién
finalizado tercer trimestre de 2021 (julio-septiembre).

La cifra más reciente del mes de septiembre fue de sólo 194.000 puestos
de trabajo, según el Informe mensual del Departamento de Trabajo
estadounidense sobre la situación del empleo. Esta cifra no cumplió con
la predicción de los economistas de 500.000 puestos de trabajo.

Según varios gráficos de los Informe mensuales sobre la situación del
empleo del Departamento de Trabajo de EE UU, sólo la mitad de los
trabajadores que estaban sin empleo a principios de 2021 volvieron a
trabajar. Oficialmente, según el Departamento de Trabajo, más de 5
millones aún no lo han hecho. Pero esa cifra está muy por debajo de la
realidad. No contiene los 3 millones que han abandonado por completo la
población activa y ya no cuentas como desempleados en los registros
oficiales. Los 5 millones tampoco incluyen a varios millones de
trabajadores y trabajadoras que fueron erróneamente clasificadas como
empleadas por el Departamento de Trabajo en marzo de 2020, cuando
comenzó la pandemia, simplemente porque indicaron, al ser encuestadas
por el gobierno, que esperaban volver a trabajar, aunque no estuvieran
trabajando en el momento de la encuesta. El Departamento de Trabajo
reconoció poco después que era un error contarlas como empleadas, pero
hasta la fecha sigue negándose a corregir las cifras. Ese número de
personas clasificadas erróneamente como empleadas sigue siendo hoy en
día alrededor de un millón o algo así.

Así que, en EE UU hay entre 8 y 10 millones de personas trabajadoras que
siguen sin trabajo (sin contar los millones de personas subempleadas que
trabajan a tiempo parcial o unas pocas horas a la semana).

Muchos de esas 9 millones de personas no están volviendo a trabajar por
decisión propia; es decir, no se han /reincorporado al trabajo/. En
efecto, están en huelga para lograr algo mejor.

Aunque la mayoría están mal pagadas, entre ellas no solo se encuentras
los sectores que primero se nos ocurren, como la hostelería o el
comercio minorista. Hoy en día, las filas de las personas mal pagadas
abarcan a casi todas las industrias de Estados Unidos, no sólo a la
hostelería o el comercio minorista.

Comparando el nivel de empleo del Departamento de Trabajo de EE UU en
septiembre de 2021 con los meses prepandémicos de enero-febrero de 2020,
las cifras muestran que los trabajadores y trabajadoras que no se han
reincorporado al trabajo están muy extendidos en todas las industrias y
sectores: en septiembre de 2021, el sector del ocio y la hostelería
contaba con 1,6 millones de personas menos que en los meses
prepandémicos de enero-febrero de 2020. Sin embargo, en el sector de la
sanidad, con cientos de miles de trabajadoras mal pagadas en la
asistencia sanitaria a domicilio y en las clínicas, hay 524.000 personas
menos en comparación con enero de 2020. El déficit de los servicios
empresariales profesionales y personales es de 385.000; en la educación
-con sus cientos de miles de adjuntos en la educación superior y
millones de profesores de K-12 con bajos salarios en pequeños distritos
escolares no sindicalizados- la brecha es de no menos de 676.000. Se
podría pensar que la industria manufacturera es un caso aparte, pero no.
En la industria manufacturera millones de personas están empleadas
como /temporales/ con bajos salarios y sin beneficios, incluso si tienen
contratos sindicales. La industria manufacturera cuenta hoy con 353.000
puestos de trabajo menos de los que tenía a principios de enero de 2020.
Lo mismo ocurre con la construcción, con 201.000 menos. Y así sucesivamente.

Son más de 5 millones de empleos menos, sin contar a quienes no están
contabilizados como activos o quienes todavía están mal clasificados
como trabajadores.

Cabe suponer que al menos la mitad de los 9 millones que no tienen
trabajo se niegan a volver a trabajar por decisión propia. /De
facto, /son entre 4 y 5 millones quienes están de /en huelga/. Estados
Unidos se encuentra en medio de la Gran Huelga de 2021, que involucra a
millones de trabajadores estadounidenses mal pagados y superexplotados
en prácticamente todas las industrias estadounidenses.

Empiezan a aparecer señales de que su ejemplo puede extenderse también a
la mano de obra sindicada. Las renovaciones de los convenios colectivos
están siendo rechazadas -y las huelgas son inminentes o están en curso-
en industrias que van desde el procesamiento de alimentos (trabajadores
de Kellogg’s) hasta el equipamiento agrícola (John Deere), pasando por
los hospitales y la asistencia sanitaria en la costa oeste. Se trata de
sectores de negociación sindical importantes que implican a miles y
decenas de miles de trabajadores y trabajadoras sindicados.

*Ideología capitalista: invertir la causa y el efecto*

La patronal, los medios de comunicación empresariales, las y los
políticos y la mayoría de los economistas oficiales no reconocen que
asistimos a una ola de huelgas tanto de las personas no organizadas en
los sindicatos como de las organizadas. Sin embargo, están de acuerdo en
el intento de culpabilizar a las y los trabajadores por lo que, /de
facto/, es un paro de millones de personas. Todos se lamentan y se
rascan la cabeza, sin respuestas sobre por qué tantas personas
trabajadoras no vuelven a sus puestos de trabajo o están dispuestas a
dejarlos, especialmente ahora que hay vacantes y las empresas anuncian
ofertas de empleo.

La explicación que dieron a principios del verano pasado fue que las
prestaciones de desempleo eran demasiado generosas y que, por tanto,
eran las responsables de que millones de trabajadores no volvieran a
trabajar. Este tema era especialmente popular entre los políticos de los
estados rojos [gobernados por republicanos]. A partir del pasado mes de
junio de 2021, muchos gobernadores y asambleas legislativas de los
estados rojos recortaron unilateralmente y de forma preventiva las
prestaciones por desempleo, a pesar de que éstas debían continuar hasta
septiembre. Luego se callaron cuando los datos del verano mostraron que
los pocos estados azules [gobernados por demócratas] que no recortaron
las prestaciones antes de tiempo -como California, Nueva Jersey, etc.-
en realidad mostraron una mayor tasa de retorno de las y los
trabajadores a sus puestos de trabajo durante el verano que los estados
rojos que sí lo hicieron. Hasta aquí ese argumento.

Ahora, la patronal, los políticos y los estados rojos se quejan de que
las prestaciones para el cuidado de los niños y la mejora de los vales
para alimentos impiden que los trabajadores y trabajadoras vuelvan al
trabajo. Es la vieja estrategia contra la huelga de la patronal: hazles
pasar hambre y volverán a trabajar.

En otras palabras [para la patronal y sus políticos], el hecho de que
los trabajadores y trabajadoras se nieguen a volver al trabajo no tiene
nada que ver con los bajos salarios insoportables, con la falta de
atención sanitaria alternativa para ellos y sus familias, ya que volver
al trabajo significa perder los pagos de COBRA o Medicaid del gobierno,
con la falta de disponibilidad o la imposibilidad de costear el cuidado
de los niños. No tiene nada que ver con el hecho de que la patronal
ofrezca volver a trabajar, pero con menos horas y sin garantizar las
horas necesarias para lograr unos ingresos semanales suficientes que
cubran sus facturas. No tiene nada que ver con que la patronal insista
en unos horarios de trabajo inestables que destruyen a las familias, en
que no haya permisos retribuidos y, en general, en que no haya ninguna
esperanza de salir en el futuro de lo que es, de hecho, un sistema de
contrato laboral moderno

[precario]

que actualmente afecta a decenas de millones de trabajadores y
trabajadoras estadounidenses.

Según la mayoría de la patronal, sus medios de comunicación y sus
políticos, la culpa es de los propios trabajadores y trabajadoras. Se
les ha dado demasiado durante la pandemia y ahora no quieren trabajar.
Ese es el mantra capitalista y la explicación para los millones que se
niegan a volver.

Con esa explicación, la patronal, los medios de comunicación, sus
políticos y las y los economistas oficiales dan la vuelta a la realidad.
Como es típico de los juegos de lenguaje de la ideología capitalista,
han invertido la causa y el efecto. Las víctimas -los trabajadores y
trabajadoras- son la causa del problema y no el resultado o el efecto.
Son la causa de que la tasa de retorno del empleo haya caído en dos
tercios en los últimos tres meses en comparación con el período anterior
de abril a junio. No se mencionan las prácticas de décadas de pagar
salarios bajos e invariables, con pocos o ningún beneficio, y
condiciones de trabajo tan inadecuadas que prácticamente todas las demás
economías capitalistas avanzadas las han abandonado hace años (es decir,
no hay bajas retribuidas, cuidado de niños y niñas, atención médica
nacional, etc.).

La forma más rigurosa de ver lo que está sucediendo es que quizás casi
la mitad de los 9 a 10 millones que siguen sin trabajo hoy en día
rechazan trabajar y buscan mejores salarios, beneficios, condiciones y
nuevos empleos que proporcionen alguna esperanza para el futuro. Entre 4
y 5 millones de trabajadores y trabajadoras estadounidenses están en huelga.

*La gran ola de huelgas de 1970-71*

La última gran ola de huelgas en Estados Unidos fue hace 50 años, en
1970-71. En esa época fueron las y los trabajadores sindicados quienes
se declararon en huelga en masa en la construcción, el transporte por
carretera, la industria automovilística, los muelles y en docenas de
otras grandes empresas de fabricación, construcción y transporte.

Esta historia de la clase obrera ha sido ignorada en gran medida por el
mundo académico y los medios de comunicación capitalistas. Probablemente
porque las huelgas fueron tan exitosas: en casi todos los casos las y
los trabajadores en huelga y sus sindicatos obtuvieron grandes
victorias. Por término medio, esa oleada de huelgas se tradujo en
aumentos inmediatos del 25% en los salarios y beneficios en acuerdos de
no más de tres años de duración. La patronal no pudo parar a los y
trabajadoras y los sindicatos. Tuvieron tanto éxito que las empresas
tuvieron que recurrir al gobierno estadounidense para frenar las
exitosas huelgas y los acuerdos contractuales. En el verano de 1971 se
dirigieron a Nixon, presidente de la época, quien rápidamente emitió
órdenes ejecutivas de emergencia para congelar los salarios ganados por
las huelgas y luego hacer retroceder las ganancias salariales y de
beneficios del 25% a no más del 5,5%.

La congelación de los salarios y los retrocesos fueron elementos
centrales del llamado Nuevo Programa Económico (NEP) de Nixon, emitido
ese mismo agosto de 1971. En el NEP Nixon también atacó a los
competidores capitalistas de EE UU en Europa y en otros lugares con
varias medidas comerciales y poniendo fin a la garantía de cambio del
dólar estadounidense, 32 dólares por una onza de oro. Eso hizo saltar
por los aires lo que se llamó el sistema capitalista internacional de
«Bretton Woods» que EE UU había establecido en 1944.

En la antigua gran ola de huelgas de 1970-71 hubo 10.800 huelgas, en las
que participaron más de 6,6 millones de trabajadores y trabajadoras, y
hubo 114 millones de días de trabajo perdidos. La ola de huelgas de
1970-71 fue en cierto modo tan grande como la gran ola precedente de
1945-46. En ese periodo se produjeron aproximadamente 9.750 huelgas en
las que participaron 8,1 millones de trabajadores y trabajadoras, con el
resultado de 154 millones de días de trabajo perdidos. (Fuente: Analysis
of Work Stoppages, US Department of Labor, Bulletin 1777, 1973)

Avancemos otro medio siglo, hasta el día de hoy. Hay casi el mismo
número de trabajadores que /no acuden al trabajo/ entre 4 y 5 millones,
y posiblemente el número aumente a medida que los trabajadores y
trabajadoras sindicalizadas se incorporen a sus filas al expirar sus
convenios. El número de días de trabajo perdidos está aún por calcular.
Pero no hay duda de que está surgiendo una nueva militancia, ya que las
y los trabajadores toman su destino en sus propias manos, o deberíamos
decir /con sus pies/, ya que abandonan sus puestos de trabajo.

Lo que es diferente hoy es que la Gran Huelga de 2021 no está dirigida
por los sindicatos. Los sindicatos del sector privado en Estados Unidos
han sido diezmados y casi destruidos desde 1980 como consecuencia de las
políticas neoliberales de décadas de deslocalización de puestos de
trabajo, acuerdos de libre comercio y masivos subsidios fiscales del
gobierno a las empresas para reemplazar a los trabajadores con la
automatización, maquinaria y nuevos equipos de capital.

En las últimas cuatro décadas, en lugar de esta destrucción de empleo,
se han creado decenas de millones de empleos mal pagados, de servicios,
temporales, a tiempo parcial y similares, llamados /precarios/. La
reciente crisis de Covid exacerbó y profundizó la contracción económica
de 2020-21. Y ahora la mano de obra mal pagada, precaria y de facto en
situación de servidumbre se está rebelando.

Muchas industrias y empresas están teniendo que subir sus salarios y
pagar primas de jubilación o contratación para intentar que los
trabajadores y trabajadoras vuelvan, ya que siguen abandonando el
trabajo y creando una escasez de oferta de trabajo. La escasez de oferta
de mano de obra suele implicar un aumento de los salarios. Pero esta
práctica es desigual en los distintos sectores y sigue siendo en gran
medida anecdótica.

*Importancia histórica de la Gran Huelga de 2021*

Estados Unidos se encuentra en medio de un acontecimiento histórico. Es
posible que sectores de la clase obrera estadounidense estén despertando
por sí mismos, y no dirigidos por sindicatos que han sido destruidos o
que están dirigidos por dirigentes sindicales que no quieren hacer
huelga por temor de /avergonzar/ a sus amigos del Partido Demócrata.

La gran huelga de 2021 se compone, por el contrario, de la mayoría de la
mano de obra no sindicalizada: los servicios peor pagados, camioneros
independientes de larga distancia, conductores de reparto en las
ciudades, de hostelería y restauración, del comercio minorista, en
proyectos locales de construcción, enseñantes y conductores de autobuses
escolares, enfermeras /quemadas/ por las horas extras crónicas,
almacenistas y de la industria alimentaria llevados a la extenuación
durante los últimos 18 meses, asistentas domiciliarias explotadas
por /coyotes/, etc. La lista es larga.

Los economistas y políticos del establishment comprenden muy poco los
cambios estructurales fundamentales en los procesos de producción y en
los mercados de productos y servicios que ha provocado el periodo Covid
y la profunda contracción económica que ha supuesto. Esos cambios
todavía aún no se han revelado totalmente. Y muchos de ellos serán
profundos. La reestructuración del mercado laboral estadounidenses que
emerge ahora es sólo el principio La gran huelga de 2021 no es más que
el síntoma. Los mercados de productos y la distribución mundial de
bienes y servicios también están sometidos a grandes tensiones y cambios
similares. En fin, y no menos importante, las repercusiones de los
mercados de activos financieros en alza -es decir, acciones, bonos,
derivados, divisas, moneda digital, etc.- aún no se han registrado. Y
cuando lo hagan puede resultar los más inquietantes de todo.

/Jack Rasmus/ es autor de /The Scourge of Neoliberalism: US Economic
Policy from Reagan to Trump/, Clarity Press, enero de 2020.

Texto original:
https://www.counterpunch.org/2021/10/13/the-great-strike-of-2021/
<https://www.counterpunch.org/2021/10/13/the-great-strike-of-2021/>

Traducción: */viento/** sur*

 Fuente: https://vientosur.info/estados-unidos-la-gran-huelga-de-2021/
<https://vientosur.info/estados-unidos-la-gran-huelga-de-2021/>

In
REBELION
https://rebelion.org/estados-unidos-la-gran-huelga-de-2021/
1/11/2021