quinta-feira, 29 de maio de 2014

Las cooperativas le proporcionan a la gente hambre de democracia**



En Estados Unidos, el creciente movimiento de empresas en manos de los
trabajadores va más allá de fortalecer la economía; son verdaderas escuelas de
construcción de nuevas instituciones.

Clayton Conn

Suponemos que vivimos en una democracia, pero es realmente
lamentable que la mayoría de la gente tiene que dejarla en la puerta del lugar
donde pasan la mayor parte de sus horas”, afirma John Duda, coordinador de
comunicación del grupo de defensa de cooperativas Democracy Collaborative.
Desde el año 2000, Democracy Collaborative formula estrategias para promover la
expansión de la democracia en el trabajo y para “horizontalizar” la riqueza y el
capital dentro de los Estados Unidos. Mientras la mayoría de los estadounidenses
siguen padeciendo la crisis económica latente, golpeados por los constantes
ciclos de auge y caída del capitalismo, muchos recurren a las cooperativas –y a
ser trabajador propietario del trabajo- como un modelo económico más viable,
equitativo y democrático que mejorará su vida cotidiana.
El concepto general de la cooperativa es que se trata de una empresa donde los
poderes de propiedad y toma de decisiones son compartidos democráticamente. Esto
se traduce en mantener el poder y el capital en manos de la comunidad, en lugar
de las de una élite minoritaria que goza de estos poderes y privilegios
desterritorializados.
En los Estados Unidos hay muchos tipos de cooperativas, que suman más de 29 mil
284 empresas, incluyendo de crédito, vivienda y alimentos, con 223 como
cooperativas de trabajadores específicamente, donde los empleados/propietarios
tienen una voz igual en el proceso de toma de decisiones e igualdad de
participación en la propiedad de la empresa. Aunque esta última cifra
corresponde a cerca del 1 por ciento de las empresas cooperativas
estadunidenses, de acuerdo con Duda “hay razones para creer en un crecimiento
significativo en el horizonte”. Afirma que esta predicción se basa en dos
razones principales, una basada en una mayor organización y una estrategia
liderada por activistas de cooperativismo y el otro debido a una tendencia
creciente de las “conversiones” de negocios.
“Han pasado sólo diez años desde la formación de una red nacional de
cooperativas de trabajo”, explica el experto. Esta relativamente joven red,
conocida como la Federación de Estados Unidos de Cooperativas de Trabajo
(USFWC), “puede proporcionar asistencia técnica, asesoría financiera, conexión
de las personas con las mejores prácticas, etcétera. Lo que se ve con este tipo
de federaciones en otros lugares es que son claves para el crecimiento del
sector de cooperativas de trabajo”, continúa.
Debido a los efectos dolorosos del reciente colapso económico, la USFWC y otros
activistas y defensores de cooperativismo duplicaron su trabajo para canalizar
la creación de capacidades, los recursos y la financiación en este creciente y
popular modelo de las cooperativas de trabajo.
La otra cuestión que apoya la predicción de Duda es el creciente número de
“conversiones de negocios”, que es cuando los propietarios venden la empresa a
los empleados, quienes se estructuran y funcionan como una cooperativa de
trabajo, explica Melissa Hoover, directora ejecutiva de USFWC en una entrevista
publicada por el Democracy Collaborative. Muchas de estas conversiones pueden
tomar muchas formas y, a menudo se llaman “compras” o “transiciones de negocio”.
En los próximos años y décadas, hombres y mujeres de la generación de “baby-
boomers”, que son los dueños de negocios, se jubilarán. Para Hoover y otros
activistas del cooperativismo, esto abre muchas posibilidades y es una “gran
oportunidad para salvar empresas y puestos de trabajo que de otro modo, se
perderán si el dueño cierra las puertas o vende el negocio”. Utilizando leyes de
impuestos y otros incentivos, muchos de estos activistas de cooperativismo
tienen éxito en “convertir” las empresas que se consideran pilares y el capital
de anclaje de la comunidad, en cooperativas de trabajadores.
Un ejemplo destacado de una conversión de negocios fue la muy publicitada
ocupación de la fábrica Republic Windows and Doors por sus trabajadores, y su
compra eventual por ellos mismos para formar la cooperativa de trabajo New Era.
La cooperativa, ubicada en Chicago, es propiedad de los trabajadores, en su
mayoría de la gente de color (latinos y afroamericanos), que son marginados
socialmente y que representan el perfil del movimiento cooperativista en
expansión.
De acuerdo con Duda, el USFWC prioriza sus esfuerzos en estas poblaciones, que
son también las más marginadas económicamente. “Si hay gente a quien afecta peor
el capitalismo, es ella la que en última instancia va a beneficiarse de las
cooperativas de trabajo”.
Estos esfuerzos están dando resultados, ya que muchas de las cooperativas nuevas
y más exitosas están en los sectores de atención domiciliaria y de servicios,
que ocupan principalmente a mujeres de color e inmigrantes. Duda explica que
esto “rompe el estereotipo de una cooperativa formada básicamente por personas
relativamente privilegiadas”, que a menudo son dueños de empresas pequeñas e
independientes del sector de los alimentos o son minoristas.
Este paso de lo aparentemente novedoso y de privilegio al desafía al sistema
planteado por los de más abajo se refleja en otro ejemplo dado por Duda. Chokwe
Lumumba, ex alcalde de Jackson, Mississippi, y recientemente fallecido, fue un
activista de los derechos civiles “que no escondió su política revolucionaria”,
de acuerdo con Duda. Puso en marcha un plan de desarrollo económico radical de
la ciudad para tratar de resolver las diferencias económicas extremas.
Conocida como “economía solidaria”, la propuesta de Lumumba fue capaz de
convencer a la comunidad empresarial de la ciudad de abrazar a las cooperativas
de trabajo como un medio pragmático para asegurar que el capital se mantuviera
dentro de la ciudad. Esto se debe a que “las ciudades a menudo llevan la peor
parte de la austeridad”, explica Duda, y por lo tanto, buscan a las subvenciones
mediante la atracción de empresas o la inversión en el fortalecimiento de la
economía local.
Aunque parece un medio práctico para que el sector empresarial se mantenga
solvente y con ganancias, los efectos económicos y sociales a largo plazo se
sentirán profundamente, afirma el activista. “Una vez que las personas ya están
trabajando y emocionadas dentro de un contexto en el que no sólo tienen voz y
voto, sino que en realidad son los dueños, es difícil volver atrás. Este tipo de
estructuras le dan a la gente un apetito por más democracia”, dice Duda.
A pesar de que el movimiento de cooperativas de trabajo en Estados Unidos sigue
siendo pequeño en el contexto más amplio de la economía, y del hecho de que se
enfrenta retos fundamentales como ser una empresa anticapitalista que opera
dentro del paradigma del capitalismo global, su crecimiento producirá efectos
mucho más allá de una economía con eficiencia. Como refiere Duda, las
cooperativas de trabajadores “entrenan a la gente para organizarse sobre la
línea de la construcción de instituciones a largo plazo”, lo que puede resultar
en cambios sistémicos fundamentales que arraigan un nuevo conjunto de reglas más
participativas para la democracia.

In:
http://desinformemonos.org/2014/05/las-cooperativas-le-proporcionan-a-la-gente-hambre-de-democracia/
---
**
As cooperativas de trabalho associado são valiosas para os trabalhadores. Elas têm a propriedade de demonstrar, contra o mantra estabelecido, o caráter ocioso dos capitalistas ou seus "managers". Possibilitam aos trbalhadores meios de vida em situações que em que estes não etão presentes no mercado devido ao desemprego, à generalização do trabalho "lixo" ou a outros fatores. Podem ser, dependendo do arranjo político endógeno, um fator de aprendizado democrático, assim como instigador da consciência de classe. Em certos casos, como no Movimento dos Trabalhadores Sem Terra no Brasil, são organizações estratégicas no auxílio ao Movimento, bem como à presevação da economia política por ele engendrada. No entanto, a sua sobrevivência e desenvolvimento sob a hegemonia do capital é problemática. E em última análise, a sua sobrevivência e evolução, não prescinde de que o capitalismo seja transcendido.

quarta-feira, 28 de maio de 2014

Estamos listos para empezar a producir


Ignacio Soto (AGENCIA WALSH)

Hace tres meses que los obreros de la fábrica de aberturas Natale, del barrio
Belgrano de Morón sur, recibieron una carta documento en la cual los dueños les
comunicaban la situación de suspenso. La patronal argumentó que venderían la
histórica fábrica. Sin embargo, lo que realmente escondían era un abandono y
vaciamiento de la misma. Hasta que los obreros, avisados por los vecinos,
decidieron tomar la fábrica y las máquinas.

“En el momento que se dé vamos a empezar a producir, vamos a hacer lo que
siempre hicimos, pero sin patrones”, comenta Hugo Argañaraz, delegado de fábrica
Natale.

Hugo Bussi, trabaja desde hace seis años en esta fábrica. Para él la experiencia
en la empresa es buena, los más “antiguos” lo ayudaron a pulirse en el oficio.
Él se dedica a la carpintería fina de puertas y ventanas.

El conflicto se remonta a tres meses para atrás. Empezaron con una carta de
suspensión de 30 días. Los trabajadores decidieron acompañar a la empresa, sólo
fueron al ministerio de Trabajo para resolver el tema del cobro. Cumplidos los
30 días recibieron otra suspensión de 45 días.

Para Hugo la situación se le hace difícil, tiene un hijo de tres años. Por ahora
trabaja de remisero desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana. Cuando
termina su jornada se va a dormir a la fábrica unas horas.

Para él la fábrica tiene un valor sentimental, su padre trabajo en ella 50 años,
nada más y nada menos que medio siglo. Entro a trabajar cuando tenía tan sólo 14
años.

- Desde la Agencia Walsh, le preguntamos si se imagina manejando la fábrica,
como los obreros de la ex cerámica Zanón en Neuquén, hoy FASINPAT - Fábrica sin
Patrón-

- Hugo: Ser dueños no, ser cooperativa sí. Manejarla nosotros, administrarla
nosotros, como siempre lo hicimos. Lo único que sabían hacer ellos era facturar.

- ¿No te sentís incapaz para hacerlo?

- Hugo: No, no. Teniendo 25 años, con seis que estoy adentro sé hacer de todo.

La toma se hace con la ayuda del barrio que le acerca comida a los trabajadores
y le hicieron el aguante en el último festival del pasado sábado 17 de mayo en
la plaza del barrio, en el cual vendieron choripanes y empanadas.

Tito Argañaraz es el delegado de la fábrica. Hace 30 años que está trabajando en
Natale y además es tesorero del sindicato de la Madera. También nos marca que no
hay quiebra sino abandono empresarial. “Después de la suspensión, cometimos el
error de ir todos al ministerio de trabajo y ellos aprovechaban para sacar
puertas y algunas máquinas, hasta que nos avisaron los vecinos y tomamos la
fábrica.” Un claro vaciamiento contra los trabajadores.

“Los dueños nos habían dicho que la fábrica la iban a tomar inversores de otro
rubro, pero era todo mentira”.

Hace tres meses que no cobran

“La propuesta era de indemnizarnos por artículo 47-por fuerza mayor-. Y es la
mitad que nos corresponde” pero remarca que los dueños nunca hicieron una
presentación al ministerio de Trabajo.

Con esta propuesta de indemnización cobrarían el 20 ó 30 %, pero esa sumas no
les sirven para nada. Su NO es taxativo.

“Esta gente no es confiables para nada”, nos comenta Tito. Los dueños que
abandonaron la fábrica son Ernesto Nicolino y Fernando Santos.

El aguante

En estos momentos el aguante se lo están haciendo el barrio Belgrano, los
gremios y desde municipalidad de Morón. “Apoyo moral, espiritual y mercadería”,
cuenta Tito Argarañaz y agrega: “Acá, con el trabajo de esta fábrica crié a
cinco de mis hijos, ya son hombres. Soy conocido por todo el barrio:
políticamente, gremial mente,” yo quiero que esto sea carpintería Natale”.

Magnitud

La fábrica Natale llegó a producir entre 600 y 700 puertas por día cuando estaba
a full.

La instalación ocupa media manzana. Cuando llegaban los camiones con los
paquetes crudos de madera, no duraban un día. En la actualidad son 20 obreros,
en su esplendor hubo 70 personas trabajando.

In:

Argenpress
http://www.argenpress.info/2014/05/estamos-listos-para-empezar-producir.html
27/5/2014

terça-feira, 27 de maio de 2014

Cerámica Neuquén: Patrones en fuga


LA RETAGUARDIA

Desde hace dos meses, los trabajadores se encuentran frente los portones de la
fábrica ante la falta de respuestas de los dueños de la cerámica, que dejaron el
lugar tras un conflicto por el pago de las vacaciones. El delegado Ariel Fuentes
recorrió los últimos años de los desmanejos de la patronal de Cerámicas Neuquén
y el inicio de la lucha de los trabajadores por defender sus puestos laborales.

En Neuquén existen dos cerámicas que hoy se encuentran bajo control obrero:
FaSinPat (la ex Zanón) y Stefani. Ahora, hay una tercera en conflicto. El
delegado de los trabajadores de Cerámica Neuquén, Ariel Fuentes, contó en el
programa radial Otras Voces, Otras Propuestas, que hace sesenta días que las 140
personas que se emplean allí se encuentran en los portones de la fábrica
exigiendo respuestas, tanto de parte de la empresa como del Estado.

En marzo de este año, los trabajadores entraban en vacaciones pero la patronal
se negó a pagarles ese derecho: “nos decían que nos iban a pagar más adelante,
propuesta que los trabajadores rechazamos totalmente en asamblea. Dijimos que
por ley, contrato de trabajo, convenio colectivo, nos corresponde salir con la
plata de nuestras vacaciones. Nos dicen que nos largan el 25 de marzo respetando
todo lo que dice el convenio, pero ese día el pago de las vacaciones no estaba.
Los trabajadores nos juntamos el 26 en las instalaciones de la fábrica y
decidimos también en asamblea levantar las vacaciones, volver a la fábrica,
exigir explicaciones a la patronal, que desde ese día no apareció más en la
planta”, relató Fuentes.

A partir de ese momento, los propios trabajadores se hicieron cargo del cuidado
del lugar. Por ejemplo, evitaron un corte de luz por falta de pago: “los propios
trabajadores tuvimos que pararlo, al igual que el de gas –explicó el delegado–
porque hay maquinarias que están con ese consumo de energía que lo necesitan y
no se puede parar abruptamente, sin que haya consecuencias. Nosotros nos hicimos
presentes en la cooperativa de Calf (Cooperativa de Agua, Luz y Fuerza), en la
que pudimos hablar con los representantes y les comentamos la situación que
estábamos viviendo, y accedieron a no cortarnos, pero tampoco se hizo presente
la empresa para parar ese corte teniendo en cuenta todo lo que podía pasar con
la maquinaria. También pasó en el temporal que hubo en Neuquén, donde hubo
grandes inundaciones, los trabajadores decidimos entrar a la fábrica en
resguardo de la maquinaria, inclusive con la electricidad, a taparla y tratar de
desagotar porque tenían más de veinte centímetros de agua adentro y la empresa
no se hizo presente nunca”.

El Estado subsidiando las ganancias

De todos modos, lo sucedido en marzo de este año no es una excepción en cuanto
al manejo de la patronal de Cerámicas Neuquén. Según señaló el propio Fuentes la
cuestión de fondo comenzó hace mucho tiempo: “la patronal de Cerámicas de
Neuquén recibe en 2006 préstamos millonarios a través del gobierno, del IADEP
(Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo), y de bancos privados, con los
que renueva toda la maquinaria. En 2007 instala toda esa maquinaria, de última
generación, y durante ese año y todo 2008 salieron públicamente a decir que se
hacía récord de venta, de producción y de exportación. En 2009, los trabajadores
empezamos a tener problemas de obra social y jubilación que hasta el día de hoy
no se arreglaron. A pesar de que a los trabajadores, quincena a quincena, nos
descontaban los aportes, nunca llegaron a destino. Empezamos con esos problemas,
y en 2010 la patronal endeuda a la fábrica y toda esta maquinaria nueva que
todavía no había pagado, la concursa en un concurso preventivo de acreedores;
esto paraliza todas las deudas que tiene, no solo la de la maquinaria, de los
préstamos millonarios, sino también todo lo que es proveedores. A raíz de esto,
en 2011, de ese concurso saca el 40% de quita del total de la deuda, o sea que
le condonan el 40% de la deuda y les dicen que va a pagar el 60% con dos años de
gracia y en cómodas cuotas semestrales, aproximadamente de 200 mil pesos”.

En este contexto, en 2012 los trabajadores salen a movilizarse ante la falta de
pago de salarios y llevan adelante una lucha de 28 días, a partir de la que
logran que la empresa abone lo adeudado: “pero a su vez Cerámica Neuquén le pide
al gobierno, el que le dio los préstamos millonarios, y a la jueza del concurso,
que la habiliten a vender unos terrenos linderos a la fábrica, a lo que el
gobierno y la jueza le dicen que sí. En ese momento que estábamos nosotros en el
portón exigimos a la jueza a través de notas y reuniones que esa plata sea para
inversión dentro de la fábrica, para asegurar la continuidad de los 140 puestos
de trabajo. En ese momento, la jueza le exigió a la empresa que presente cuánto
iba a ser el pago, papeles de la compra-venta, y un plan de inversión dentro de
la planta. La empresa presenta todo un plan de inversión, dónde iba a ir cada
moneda de esos más de 12 millones, en cada sector de trabajo. A poco más de un
año de esto, jamás entró absolutamente nada de esos 12 millones. Nosotros
veníamos denunciando el vaciamiento que venía generando esta patronal dentro de
la fábrica, no solamente con lo que es mantenimiento, falta de materia prima,
sino también con el vaciamiento de stock de una playa que acostumbraba a tener
setecientos mil metros, hoy en día tenía quince mil. Se venía dando un
vaciamiento sistemático dentro de la fábrica que los trabajadores veníamos
denunciando al igual que denunciábamos la no inversión de esos 12 millones
dentro de la planta”.

El Estado enfermero

Tras lo sucedido en los últimos meses, se realizaron cuatro audiencias en la
Subsecretaría de Trabajo: “allí lo único que dijo la patronal fue ‘yo necesito
una inyección del gobierno, necesito que el gobierno me vuelva a dar plata’, o
sea que se pone en una posición en la que ahora a los trabajadores de Cerámica
Neuquén le tiene que pagar el sueldo el gobierno. De las cuatro audiencias solo
se presentan en dos. Agotadas todas las instancias de pedido de reunión,
inclusive nosotros pedimos reunión con el gobierno, con el ministro de Economía
para saber si era verdad lo que estaba pidiendo José Luis Villafranca, que es el
dueño o presidente de Cerámica Neuquén, porque en la Subsecretaría aparece un
tercer actor que es el gobierno y que lo lleva la patronal. En este caso,
llegadas a las cuatro audiencias donde no tuvimos respuesta absolutamente de
nadie, ni del gobierno, tuvimos que ir a pedir una reunión con el subsecretario
de Gobierno que es el representante en Neuquén de la Subsecretaría de Trabajo.
Pero para que nos dé una reunión tuvimos que cortarle la ruta nacional 22, así
sacamos una reunión y logramos una intimación a la patronal para que se haga
presente, y dé alguna respuesta. En la audiencia, Villafranca volvió a decir lo
mismo, que él necesita del gobierno. Ya planteados estos pasos y empezada una
discusión muy vacía, sin respuestas, ni solución, los trabajadores llevamos
sesenta días en los portones de la fábrica”.

¿Otra cerámica recuperada por sus trabajadores?

En estos dos meses, recibieron solidaridad desde distintas organizaciones
políticas, diversos sectores de trabajadores, desde la comunidad misma:
“recibimos una solidaridad enorme de un Neuquén que conoce mucho de luchas, que
ayuda, es una comunidad que no hace oídos sordos a los trabajadores y todo el
tiempo está colaborando de alguna manera”, agregó Fuentes.

Además de estar en la puerta de la fábrica, los trabajadores realizan
volanteadas, fondos de huelga, radios abiertas, han ido a la Universidad del
Comahue a hablar con los estudiantes, quienes - en palabras de Fuentes - “han
tenido una expresión hermosa para con los trabajadores”.

El miércoles 21 de mayo llevaron adelante una gran movilización junto a los
docentes de ATEN, trabajadores de la salud y distintas organizaciones. Marcharon
desde el parque industrial de Neuquén, ubicado a siete kilómetros de la capital
provincial, hasta la Casa de Gobierno. Además, ese día había una nueva audiencia
en la Subsecretaría a la que una vez más la patronal no asistió.

Es imposible no pensar que, con los dos antecedentes de FaSinPat y Stefani, la
Neuquén recorra el mismo camino de control obrero. “Lo que nosotros hacemos
primero es exigirle a la patronal y a estos gobiernos que se hagan cargo, que
reactiven la fábrica, y den soluciones. Llegado el momento entendemos que
Cerámica Nuequén no puede pasar a ser un galpón vacío y 140 trabajadores no
pueden ser desocupados tampoco, con más de treinta años en la fábrica, y
habiendo dejado espaldas, sus vidas ahí adentro”, reflexionó Fuentes.

“Estos gobiernos, que lamentablemente le dan millones a estas patronales
–continuó el delegado–, pero que jamás los controlan, no ponen un tope, jamás
exigen; pero sí a los trabajadores, cuando salimos a luchar por nuestros
derechos, por no ser desocupados, por nuestras familias, se nos condena, se nos
abren causas, como les está pasando a los trabajadores petroleros de Las Heras.
Siempre somos nosotros los que salimos pagando el pato cuando a estas patronales
se les da impunidad para hacer esto y dejar familias en la calle. Esta misma
patronal hace un año atrás le dio también lo que es la quiebra a Copromaneu, un
frigorífico único en la provincia, en la localidad de Senillosa, donde dejaron a
80 familias en la calle. Y estas patronales se manejan de este modo y siempre
salen impunes. Hoy nosotros nos plantamos en defensa de todos los puestos de
trabajo, de los ceramistas, de Zanón, de Stefani, de Cutral Có, acompañando la
lucha docente como nos han acompañado a los ceramistas, también exigiendo la
absolución de los trabajadores de Las Heras, y sin olvidarnos de quienes también
recibimos mucha ayuda, que son los compañeros del Hotel Bauen, por el que
reclamamos por el no a su desalojo”.

Ante este panorama resulta inevitable pensar para el futuro cercano de Cerámica
Neuquén la posibilidad del control obrero; sin embargo, los trabajadores
quieren, primero, que quienes llevaron a la fábrica a esta situación se hagan
responsables, como así también el Estado por su inoperancia, por no haber
actuado antes. Se trata del mismo recorrido que han realizado otras empresas que
hoy sí están bajo control obrero como Zanón y Stefani. Quizás sea el próximo
paso de Cerámica Neuquén luego de tantos años de lucha en defensa de sus puestos
laborales ante el maltrato patronal.

In
Argenpress
http://www.argenpress.info/2014/05/ceramica-neuquen-patrones-en-fuga.html
26/5/2014

segunda-feira, 26 de maio de 2014

O capital financeiro parasitário


Introdução do livro Beyond Mainstream Explanations of the Financial
Crisis: Parasitic Finance Capital

por Ismael Hossein-zadeh [*]

Aproveitando o crash financeiro de 2008, a oligarquia financeira e seus
mandatários nos governos dos países capitalistas centrais têm estado a
executar um sistemático golpe de estado económico contra o povo cujas
devastações incluem:
Transferência de dezenas de milhões de milhões (trillions) de dólares do
público para a oligarquia financeira – efectuada através da criação
fraudulenta de dívida monetária, trocada por dinheiro real o qual é
obtido como dívida pública a ser paga através de cortes austeritários
brutais;

Ampla privatização de activos e serviços públicos, incluindo monumentos
históricos insubstituíveis, referências culturais sem preço e serviços
sociais vitais tais como o abastecimento de água;

Substituição de programas de bem-estar (welfare) do povo por políticas
de bem-estar corporativas/bancárias;

Distribuição da fatia do leão das dádivas monetárias do governo (e da
criação de crédito em geral) ao investimento especulativo ao invés de
aplicar em investimento real;

Minagem sistemática da segurança de pensões de milhões de trabalhadores
e funcionários públicos tais como bombeiros, professores, empregados de
escolas e outros servidores públicos;

Controle cada vez mais descarado das políticas económicas e/ou
financeiras pelos representantes da oligarquia financeira.
Apesar da importância realmente histórica e paradigmática destes odiosos
desenvolvimentos, a sua discussão continua a permanecer fora dos limites
da teoria económica convencional (mainstream). Centrando-se em descrições
superficiais ou factores sintomáticos e instrumentais tais como
desregulamentação, empréstimos hipotecários sub-prime, titularização
(securitization), cobiça e afins, a teoria económica convencional não
começou a debruçar-se, muito menos a explicar, estas questões crucialmente
importantes. Ela nem mesmo explicou porque o colapso financeiro aconteceu
em primeiro lugar; excepto pelo supostamente "comportamento irracional de
agentes económicos" e "políticas governamentais invasivas" (explicação
neoliberal), ou desregulamentação e "ideologia neoliberal" (explicação
keynesiana).

Apesar de atribuir culpas a políticas de desregulamentação, titularização
e outras inovações financeiras como factores facilitadores da bolha
financeira e da sua implosão não seja falso, isto mascara o facto de que
estes factores são essencialmente instrumentos ou veículos da acumulação
de capital financeiro fictício. Não importa quão subtis ou complexas, elas
são basicamente ferramentas engenhosas ou estratégias de transferência do
valor excedente gerado alhures, ou de criação de valor fictício (através
da especulação) a partir do ar.

As descrições prevalecentes que tendem a deixar de fora a consideração da
dinâmica sistémica da acumulação do capital financeiro (como um processo
de crescimento parasitário ou de auto-expansão que pode transformar
dinheiro em mais dinheiro enquanto contorna o aborrecimento de produzir
qualquer coisa com valor real), os limites inerentes àquela acumulação, a
produção e repartição do valor excedente, as relações de classe e o
equilíbrio de forças sociais. Na verdade, a maior parte destas descrições
tendem a furtar-se até mesmo de utilizar palavras e expressões tais como
exploração, valor excedente ou luta de classe. Elas também tendem a
encarar o estado como uma entidade desinteressada acima dos interesses
económicos ou de classe; uma percepção que deixa de reconhecer o facto de
que o aparelho de feitura da política económica na maior parte das
economias capitalistas centrais é dominado em grande medida por elites
cleptocráticas que são guiadas pelos imperativos do grande capital,
especialmente do capital financeiro.

Não só as teorias convencionais como também a maior parte das teorias
marxianas actuais da crise capitalista deixaram de apresentar uma
explicação satisfatória do colapso financeiro e da decorrente Grande
Recessão. Embora a actual dominação das principais economias capitalistas
pelo capital financeiro pareça nova, é de facto uma reaparição do
capitalismo do fim do século XIX e princípio do XX, isto é, o capitalismo
monopolista big business e de instituições financeiras gigantescas. A
ascensão económica e a influência política de poderosos interesses
financeiros naquele tempo levou um certo número de marxistas e outros
economistas políticos, tais como John Hobson, Rudolf Hilferding e Vladimir
Lenine e desenvolverem teorias profundas da ascensão do capital financeiro
e seu impacto desestabilizador sobre economias de mercado avançadas, bem
como sobre relações internacionais.

Contudo, como a Grande Depressão e as subsequentes reformas do New Deal e
Sociais-Democratas reduziram significativamente a dimensão e a influência
da grande finança, isso levou também a um infeliz desvanecimento da rica
tradição marxista por um interesse agudo quanto à evolução histórica do
capital financeiro – como se as reformas e a expansão do capitalismo pós
II Guerra Mundial houvessem permanentemente abolido as características
desestabilizadoras do capital financeiro. Consequentemente, as teorias
marxistas da crise que se seguiram ou ignoraram ou minimizaram o papel
desestabilizador do sector financeiro. Ao invés disso, centraram a maior
parte da sua atenção sobre outras (não financeiras) teorias da crise: a
teoria do sub-consumo, a teoria da desproporcionalidade e a teoria da
"tendência da queda da taxa de lucro". Com poucas excepções, esta falta de
atenção quanto ao papel do capital financeiro criou um vazio lamentável
nas actuais teorias marxianas da crise capitalista.

Este estudo pretende colmatar o vazio teórico de uma explicação
satisfatória do colapso financeiro de 2008 e a longa recessão que se
seguiu e que continua nos dias de hoje. Ao invés de simplesmente culpar o
"comportamento irracional de agentes económicos", como fazem economistas
neoliberais, ou responsáveis "de direita" pela elaboração da política e o
"capitalismo neoliberal", como muitos fazem muitos economistas de
esquerda/liberais, o estudo centra-se sobre a dinâmica central do
capitalismo, ou as "leis de movimento do desenvolvimento capitalista" (nas
palavras de Karl Marx), que não só criou a enorme bolha financeira como
também subverteu a política pública diante de uma bolha tão obviamente
insustentável. O estudo argumentará ainda que enquanto as visões
prevalecentes de financiarização como um réu instrumental no colapso não
seja falsa, ela deixa de destaacar que a financiarização é basicamente uma
indicação de uma fase avançada do capitalismo – a fase da dominância do
capital financeiro. As questões mais fundamentais a serem tratadas e
explicadas são as forças submersas por trás da financiarização, as bases
materiais que promoveram o "comportamento irracional" dos actores no
mercado, ou precipitaram a vasta desregulamentação dos mercados
financeiros.





O primeiro capítulo deste volume trata da tradição conservadora da teoria
económica neoclássica, a qual nas últimas décadas ficou conhecida como
teoria económica neoliberal. A discussão apresentada neste capítulo mostra
porque ao modelo neoliberal do equilíbrio geral com pleno emprego falta um
fundamento teórico para explicar tanto o crash financeiro de 2008 como a
longa recessão que se seguiu. Na verdade, o modelo nega a existência de
uma crise da magnitude do crash ou da recessão subsequente; ele descarta
turbulências financeiras e crises económicas atribuindo a culpa pelas
mesmas a factores externos tais como o "comportamento irracional" de
actores do mercado, desastres naturais, "choques de oferta" ou intervenção
governamental. Exceptuando tais factores "exógenos", diz-se que o poder
"auto-ajustável" do mecanismo de mercado é capaz de defender-se de grandes
crises financeiras ou económicas. Consequentemente, "mercados de capital
eficientes" não regulamentado, onde "agentes a comportarem-se
racionalmente sabem toda a informação acerca da fixação de preços dos
títulos", supostamente estabelecem preços de títulos e activos financeiros
"correctamente", isto é, de acordo com os riscos e prémios aos valores
reais subjacentes – descartando dessa forma a incidências ou existência de
um crash financeiro, ou crise económica.

Críticos destacaram correctamente que caracterizar a teoria económica
convencional como uma disciplina científica é falso. Este capítulo
argumenta que não só a teoria económica convencional não é científica como
de facto raia a superstição e a metafísica. Antes da descoberta científica
das origens ou causas geológicas de terramotos, muitos acreditavam que
eles eram manifestações do deus a darem vazão à sua cólera. Outros
acreditavam que eram provocados por um dragão que vivia debaixo da terra;
cada vez que ele se tornava raivoso, abanava sua cauda e movia seu corpo
colossal ele também abalava a terra. A explicação de economistas
neoliberais de implosões financeiras periódicas (e de crises económicas em
geral) por factores "externos" ao sistema capitalista raia a semelhantes
explicações ofensivas. Também se pode argumentar que culpar fracassos
sistémicos do capitalismo ao "comportamento irracional de agentes
económicos" é afim a algumas interpretações simplistas da religião que
atribuem os infortúnios ou misérias dos humanos aos seus desvios dos
caminhos de Deus: não tivessem eles sido enganado pelas tentações
satânicas e se afastado do caminho de Deus, não teriam eles sido afligidos
pela miséria.

A crítica deste capítulo ao paradigma neoliberal irá além da simples
descrição da visão de neoliberais quanto à crise financeira, ou da simples
exposição de quão irrealista é assumir, como fazem os proponentes desta
visão, que mercados de capital não regulamentados estabelecerão
"correctamente" preços de títulos ou activos financeiro. Ainda mais
importante, mostrará porque ou como apesar de todas as suas falhas e
viéses o paradigma acabou por dominar a disciplina da economia/finança; e
porque ou como, apesar do seu registo deplorável (em termos tanto de
explicação como de proposta de soluções) nos últimos anos continua a
permanecer a senha económica oficial de governos e dos que elaboram
políticas, bem como da esmagadora maioria dos manuais académicos de teoria
económica e finanças. Também explica porque tantos economistas
inteligentes e tecnicamente competente estão tão firmemente dedicados a um
modelo tão abstracto ou esotérico que, se bem que com interesse, não
explica grande coisa.

O segundo capítulo apresenta uma crítica das explicações keynesianas do
colapso financeiro de 2008 e da Grande Recessão que se seguiu. A maior
parte dos economistas keynesianos atribuem a culpa da implosão financeira
e a recessão subsequente à ideologia neoliberal, à doutrina económica de
Reagan e/ou Thatcher, ou a economistas da Universidade de Chicago. O
argumento apresentado neste capítulo demonstra que a transição da teoria
económica keynesiana para a neoliberal tem como origem raízes muito mais
profundas do que pura ideologia; que a mudança começou há muito antes de
Reagan e Thatcher serem eleitos; que políticas de austeridade neoliberais
são de classe, não políticas "más"; e que a confiança keynesiana na
capacidade do governo para re-regulamentar e ressuscitar a economia
repousa sobre uma percepção optimista de que o estado pode controlar o
capitalismo. O capítulo argumenta que, ao contrário de percepções tão
esperançosas quando ao papel do estado nos assuntos económicos, a política
pública é mais do que simplesmente um assunto administrativo ou técnico;
ainda mais importante, ela é um assunto profundamente sócio-político que
está organicamente entrelaçado à natureza de classe do estado e do
aparelho de elaboração política.

O capítulo mais adiante argumenta que a prescrição dos estímulos
keynesianos, os quais repousam quase exclusivamente na procura forte, ou
no emprego alto e em salários altos, é unilateral; porque o crescimento
sob o capitalismo não é apenas uma função da procura forte mas também de
custos baixos, os quais muitas vezes significam emprego baixo e salários
baixos. Por outras palavras, o crescimento económico sob o capitalismo
pode ser conduzido tanto por salários/procura (como foi o caso período do
imediato pós II Guerra Mundial), como conduzido pelo custo/oferta, como
foi o caso nas décadas de 1980 e 1990.

O capítulo também destaca porque ou como o êxito inicial (meados da década
de 1930 – fins da de 1960) da teoria económica keynesiana tem mais a ver
com as vigorosos lutas de classe e pressões populares naquele tempo do que
com o génio de Keynes; e porque na ausência de outra pressão esmagadora da
base as reformas económicas keynesianas poderiam permanecer uma lembrança
carinhosa, uma experiência única na história das reformas económicas.

O terceiro capítulo apresenta uma análise crítica da teoria económica
neoclássica como um todo, isto é, de um certo número de grandes defeitos
que são compartilhados tanto pelas tradições conservadoras-neoliberais
como pelas liberais-keynesianas do neoclassicismo. Um importante viés do
paradigma neoclássico é o seu conceito de oferta de crédito e/ou dinheiro
e, portanto, do sector financeiro. Ao contrário do modelo de "fluxo
circular" neoclássico enraizado na sua fé no modelo de equilíbrio geral
walrasiano (como permuta), na era do capitalismo altamente
"financiarizado, a procura por crédito não é limitada ao crédito
industrial ou comercial, isto é, ao financiamento da dívida de
investimentos reais e às vendas. Talvez ainda mais importante, uma grande
parte do crédito nos dias de hoje é criado para investimento especulativo.
Na era da grande finança, o capital financeiro parasitário, a transferir
sistematicamente excedente económico do sector real para o financeiro,
efectivamente minou o elegante mecanismo neoclássico do "fluxo circular" –
onde poupanças populares e ganhos (retidos) dos produtores supostamente
são reciclados através de intermediários financeiros para investimento
produtivo. Ao sugar recursos financeiros do resto da economia, bem como ao
gerar capital fictício a partir do ar através da especulação/jogo, o
capital financeiro parasitário alimenta-se a si próprio – tal como um
parasita real.

Os economistas neoclássicos não foram, até então, capazes de reconciliar o
crescimento independente e parasitário do sector financeiro com o seu
"fluxo circular" e/ou modelo de equilíbrio geral. Tristemente, ao invés de
tentarem incorporar o sector financeiro em expansão autónoma dentro do
sector real do seu modele, eles optaram por ignorá-lo – temendo que isto
perturbasse o seu modelo bem arrumado e conveniente. Não
surpreendentemente, eles não podem explicar, por exemplo, o fosso
crescente entre lucratividade corporativa e investimento real – uma
divergência a indicar que, nos últimos anos, porções significativas de
lucros corporativos não são reinvestidos na construção de capacidade [de
produção]; é divergido, ao invés, para o investimento financeiro na buscar
de retornos mais elevados para o capital dos accionistas (Harding 2013).
Nem tão pouco podem eles explicar o facto de que enquanto o empréstimo da
banca para o sector financeiro como proporção do PIB quadruplicou desde a
década de 1950, o rácio semelhante para o empréstimo da banca para o
sector real permaneceu quase inalterado (Hudson e Bezemer 2012).

Para explicar porque o paradigma económico neoclássico é tão superficial –
quase irrelevante para desenvolvimentos do mundo real – este capítulo
também recorda brevemente as origens do paradigma e demonstra que a sua
superficialidade não é totalmente fortuita; é porque o paradigma foi
desenvolvido primariamente como um constructo teórico ideologicamente
orientado para se contrapor ao paradigma económico clássico – não como uma
evolução, extensão, ou elaboração daqueles paradigma anterior (o qual é um
modelo holístico estudando em teoria económica em conjunto com política,
sociologia e história) mas como uma falsificação e substituto
mistificatório para ele.

O capítulo 4 é dedicado a outro importante viés da escola de pensamento
neoclássica (tanto a liberal como a conservadora): uma ausência grave de
perspectiva histórica. O vazio crucialmente importante de uma perspectiva
histórica explica porque (com algumas excepções) a maioria esmagadora dos
economistas convencionais deixem de ver que o colapso financeiro de 2008 e
a subsequente contracção económica representa mais do que apenas outro
ciclo de recessão. Ainda mais importante, eles representam uma mudança
estrutural, uma nova fase no desenvolvimento do capitalismo, a era do
"capital financeiro", como o falecido economista alemão Rudolph Hilferding
(1981) afirmou. As características salientes da nova fase incluem
dominância económica e política do capital financeiro, criação de
dívida/crédito/dinheiro primariamente para especulação e inflação de
preços de activos e apenas secundariamente para investimento produtivo;
criação de novas bolhas para remediar bolhas passadas; redistribuição e
transferência de recursos nacionais através da criação fraudulenta de
dívida – a ser paga através de cortes austeritários.

O capital 5 é dedicado à avaliação das visões marxistas (tanto clássicas
como contemporâneas) do papel da finança em flutuações de mercado e crises
económicas. Se bem que prestando homenagem a Marx pelo seu profundo
entendimento das "leis de movimento do modo capitalista de produção", a
maior parte dos economistas de esquerda/liberais argumentam que, no
entanto, sua análise não pode ser de muita utilidade para o estudo da
banca e da finança contemporânea, pois estes são desenvolvimentos pós
Marx. Argumentarei neste capítulo que, de facto, uma leitura cuidadosa do
seu trabalho sobre "capital fictício" revela percepções aguda para um
melhor entendimento dos desenvolvimentos financeiros de hoje. Mais uma vez
argumentarei que o tratamento enviesado do capital financeiro por muitos
dos académicos marxistas de hoje representa não só um lamentável
afastamento das visões de marxistas anteriores como Lenine e Hilferding
como também do próprio tratamento de Marx do capital financeiro.

O capítulo 6 apresenta uma breve visão geral da história do cancelamento
de dívidas. Utilizando evidência empírica tanto do passado distante como
do recente, o capítulo demonstra que, ao contrário das visões oficiais de
hoje de que o cancelamento pode levar à desordem económica, como resumido
no slogan "demasiado grande para cair", é muitas vezes recuperação
económica, não colapso, o qual resulta do cancelar ou cancelar
parcialmente fardos de dívida opressivos.

Registos históricos mostram que o alívio da dívida na Idade do Bronze da
Mesopotâmia, destinado a restaurar o renascimento económico e a harmonia
social, tiveram lugar numa base razoavelmente regular de 2400 a 1400 AC.
Documentos antigos também indicam que a tradição de cancelamento de dívida
da Idade do Bronze pode ter servido como modelo para os pronunciamentos
bíblicos do alívio periódico de dívida, chamados Jubileus. Numerosas
passagens do Velho Testamento tratam de questões de equidade económica e
justiça social apelando ao reequilíbrio periódico de acordos
sócio-económicos que incluiriam cancelamento de dívida e restituição de
terra. Tanto a evidência lógica como empírica indica, entretanto, que a
lógica por trás da ideia de cancelamento/modificação transcende questões
morais de compaixão e justiça. Talvez ainda mais importante, ela é baseada
em considerações mais vastas e a mais longo prazo de revitalização
sócio-económica e sustentabilidade. O capítulo destaca um certo número de
exemplos de renovação económica através de políticas e práticas com êxito
de alívio da dívida – práticas que por vezes foram qualificadas como que a
criar um "novo começo" ("clean slate"), ou um recomeço livre de dívida.

O capítulo 7 chama atenção para o facto de que, como argumentou o
economista marxista alemão Rudolf Hilferding, o sistema bancário privado
representa uma espécie fraudulenta de socialismo, modificado para
adequar-se às necessidades do capitalismo. Ele socializa o dinheiro de
outras pessoas para o benefício de poucos. A evidência mostra que entre 35
e 40 por cento de todo gasto do consumidor nos Estados Unidos é apropriada
pelo sector financeiro – um imposto oculto ou renda que sistematicamente
transfere recursos económicos da Main Street para a Wall Street, com isso
exasperando constantemente a desigualdade, drenando a economia do povo e
deprimindo suas vidas. O capítulo apresenta um caso convincente de que, ao
contrário das percepções populares nos países capitalistas centrais, há na
verdade razões irresistíveis não só para graus mais elevados de
confiabilidade como também níveis mais elevados de eficiência do sector
público – sector bancário e sistema de crédito quando comparados com a
banca privada – tantos em bases conceptuais como empíricas.

O capítulo 8 apresenta um argumento decisivo da razão porque apesar de a
nacionalização de bancos comerciais poder mitigar ou afastar turbulências
de mercado devidas a bolhas e estouros financeiros, ela não impedirá
outras crises sistémicas do capitalismo. Isto inclui crises de
lucratividade que resultam de níveis elevados de capitalização, de procura
insuficiente e/ou subconsumo, de supercapacidade e/ou superprodução, ou da
desproporcionalidade entre vários sectores de uma economia de mercado.

O capítulo mais uma vez argumenta que regulamentações de intermediários
financeiros não seriam uma solução eficaz tanto porque, por um lado,
devido à influência política de interesses financeiros poderosos, sua
implementação é altamente improvável; como, por outro lado, mesmo se
algumas regulamentações fossem implementadas, elas proporcionariam apenas
um alívio temporário. Pois, enquanto não houvesse controle democrático,
regulamentações seriam minadas pelas influentes elites financeiras que
elegem e controlam os elaboradores da política e, portanto, a política. A
dramática anulação das extensas regulamentações das décadas de 1930 e
1940, as quais foram colocadas em vigor em resposta à Grande Depressão e à
II Guerra Mundial, para as igualmente dramáticas desregulamentações de
hoje servem como uma forte validação deste julgamento. Abolir as crises
recorrentes do sistema capitalista, portanto, exige mais do que a
nacionalização ou regulamentação das instituições financeiras; exige a
mudança do próprio sistema.





Este livro é diferente sob numerosos aspectos. Primeiramente, é altamente
interdisciplinar, tanto em estilo como em âmbito, combinando organicamente
teoria económica, política, sociologia e história. Por outro lado, é único
pela sua abordagem histórica e/ou marxiana ou o método de análise, não só
em termos da evolução histórica do capital financeiro como também do
carácter de classe do estado e das instituições que alimentam essa
evolução. Além disso, o livro é escrito de um modo que, tanto em termos de
conteúdo como de estilo, será do interesse (assim como acessível) não só a
um conjunto de disciplinas na academia como também para leitores leigos
"não peritos" que estejam preocupados com a instabilidade recorrente dos
mercados financeiros ou, mais geralmente, com as desgraças e caprichos do
sistema económico capitalista.
Referências
Harding, R. (2013) "Corporate investment: A mysterious divergence,"
Financial Times , July 24. Online. Available HTTP: < www.ft.com/... ; (accessed August 29, 2013). Hilferding, R. (1981) Finance Capital: A Study of the Latest Phase of Capitalist Development , ed. Tom Bottomore, London: Routledge & Kegan Paul. Hudson, M. and Bezemer, D. (2012) "Incorporating the Rentier Sectors into a Financial Model," World Economic Review , vol. 1, no. 1. Online. Available HTTP: < wer.worldeconomicsassociation.org/article/view/36> ;
(accessed April 05, 2013).

[*] Economista, iraniano.

O original encontra-se em ismaelhossein-zadeh.com/introduction/

Este texto encontra-se em http://resistir.info/ .

26/Mai/14

IN:
http://www.resistir.info/financas/financa_parasitaria.html

sábado, 24 de maio de 2014

La negativa al trabajo asalariado





Carlos G. Osto
Rebelión




Dicen algunos que existe una ofensiva de muchos “ideólogos” tendentes a eliminar
la conciencia de clase de los obreros (prefiero decir trabajadores) a través de
la idea de la abolición del trabajo. Habrá que recordar que de lo que se habla
es de la abolición del trabajo asalariado.

Decir que en la mayoría de los casos se habla de la abolición del trabajo
asalariado, y no debería ser el punto de partida “confundir” en el intento, y
meter en el mismo saco a los ideólogos del sistema que justifican los índices de
paro como un hecho económico irrefutable e irremediable, y la abolición del
trabajo asalariado como liberación de los trabajadores. Es cuanto menos curioso
no entender que el Sistema se basa en la explotación de la fuerza de trabajo, y
aunque la Tercera Revolución Industrial posibilite una gran reserva de la misma,
y el acelerado incremento de la parte de esta que se puede considerar como
desechable, más ahora, si se quiere acabar con el Capital, con el Sistema, hay
que acabar con el trabajo asalariado.
Es cierto que en la actualidad –y mucho antes, también-, todo aquel/aquella que
no posee medios de producción, se ve obligado -para sobrevivir-, a vender lo
único que tiene, su fuerza de trabajo por un salario. Pero incluso dentro del
Sistema, dependiendo de la fuerza demostrada en los encontronazos entre clases,
nada está cerrado en cuanto a horas de trabajo asalariado y remuneración de las
mismas. Llevamos más de cien años trabajando sobre una regulación de jornada con
las mismas horas, y dependiendo de la coyuntura social, por menos salario. Hay
que darles las gracias por esto a partidos y sindicatos mayoritarios.
Otra cosa es que el que intenta vender su fuerza de trabajo encuentre un
capitalista que quiera comprársela o si está dispuesto a vender su fuerza de
trabajo en las condiciones que le plantea el capitalista de turno. Actualmente
exista tal reserva de fuerza de trabajo, que los trabajadores se venden por
salarios que no les sacan de la pobreza; indignos.
La fuerza de trabajo marginal, la que no puede venderse, de momento malvive con
subsidios personales o familiares. La conciencia de clase no existe, pero no por
esto cejan en su empeño en venderse, aunque sea para no salir de la miseria. La
Ideología del Trabajo burguesa ha hecho bien su labor. Es mejor ser explotado
aunque ya no se pueda comprar un televisor de plasma para el dormitorio, a tener
que dar la cara ante el/los capitalistas, el Estado y sus fuerzas represivas.
Con la teorización de la abolición del trabajo asalariado no se pretende la
abolición de las ideologías y la apología del individualismo liberal, sino, muy
al contrario, el ataque a la raíz del propio sistema y la liberación de los
trabajadores. ¿Por qué no abolir el trabajo asalariado para crear otro paradigma
en que se dedique el tiempo y saber necesarios para la aportación social, y que
no sea la base del enriquecimiento de los capitalistas y esclavitud de los
trabajadores?
Mientras tanto, mientras que conseguimos llegar a la aportación social sin
creación de plusvalía, ¿qué menos que propiciar/reclamar trabajar
asalariadamente menos horas?. No nos convierte en vagos, sino en más libres si
somos capaces de asumir y disfrutar esa libertad, y además, se reparte, se
socializa dicho trabajo asalariado.
No es posible formar otro paradigma si primero no destruimos (y no me refiero a
una élite, a una vanguardia) la base en la que se sustenta el actual. Para
acabar con el capitalismo hay que acabar con la ignominia, con la esclavitud de
la venta de la fuerza de trabajo, para lo cual es necesario que la inmensa mayor
parte de la población trabajadora deje de tener como guía la ideología liberal y
sus tótem, entre los que se encuentra la visión bienhechora del trabajo
asalariado.
La supervivencia de una comarca, de un país, de un continente, de todos los
continentes, no puede justificar nunca la defensa de la venta de la fuerza de
trabajo y la legitimación del trabajo asalariado. Si el paradigma no es capaz de
asegurar las necesidades de la población, y además esclaviza, es necesario
cambiar de paradigma.
No sé si el Sistema se rie, pero desde luego los capitalistas se frotan las
manos cada vez que un “revolucionario” propugna tragar con todo con tal de
“mantener el empleo”.
Estamos ante una falsa disyuntiva; nos hablan de crisis y desempleo tecnológico
provocado por el consiguiente aumento de productividad, por lo tanto, ya nos
están diciendo que no hay empleo para todos, de lo que no hay que deducir que
esta acción tenga que ser legitimada. Si la recuperación de la tasa de ganancia
lanzada por el thatcherismo-reaganismo es legitimado por todos los gobiernos del
mundo, por todos los Parlamentos del mundo, nosotros no tenemos por qué
aceptarlo, y cuanto menos exigir que si la productividad se ha doblado, la
jornada de trabajo se tiene que reducir a la mitad con los mismos ingresos.
Sin embargo, lo que tenemos es precariedad laboral (no abolición del trabajo).
Los contratos basura por dos o por cuatro horas con jornadas de ocho o diez se
están haciendo normales y no solo afectan a los países más castigados por sus
gobiernos de “crisis”; como tampoco es un problema entre países “desarrollados”
del norte y Pigs del sur: Es la agresión del uno por ciento de la población que
acumula toda la riqueza contra el noventa y nueve por ciento que lo está
sufriendo. En esta guerra no declarado hay de momento un claro vencedor según
Buffet” [1], los ricos, los poderosos.
Nunca nada volverá a ser lo mismo; tampoco el capitalismo de las últimas
décadas. Las energías fósiles están al límite, las materias primas controladas
por multinacionales, los gobiernos e instituciones en manos de oligarquías
económicas, el sistema democrático cada vez menos creíble, las políticas
económicas condenando masivamente al paro, la deuda y la pobreza, condenando a
la marginalidad a amplias capas de la población; y nosotros aquí, todavía
discutiendo vacíamente en torno a la posibilidad de mantener egoístamente un
sistema que no funciona ni funcionara nunca para el sujeto social, y si es
legítimo y revolucionario defender el trabajo asalariado como tótem inevitable
de la clase trabajadora,… aunque esclavice.
Trabajo asalariado, fuerza de Europa, continuidad del capitalismo; si el
paradigma no sirve para la inmensa mayoría de la población, habrá que imponer
otro paradigma.

Nota

[1] “Hay lucha de clases, de acuerdo, pero es mi clase, la de los ricos, la que
está haciendo la guerra, y estamos ganando” Warren Buffet.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una
licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras
fuentes.

IN:
http://rebelion.org/noticia.php?id=184955

sexta-feira, 23 de maio de 2014

El nacimiento de un siglo eurasiático



Pepe Escobar
TomDispatch


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens




HONG KONG.- Un fantasma persigue a Washington, la inquietante visión de una
alianza china-rusa combinada con una expansiva simbiosis de comercio e
intercambio de bienes a través de gran parte de la masa continental eurasiática
a costa de EE.UU.
Y no es ninguna sorpresa que Washington esté ansioso. Esa alianza ya es un hecho
en una variedad de maneras: mediante el grupo BRICS de potencias emergentes
(Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica); en la Organización de Cooperación de
Shanghái, el contrapeso asiático a la OTAN; dentro del G20 y a través del
Movimiento de No Alineados (NAM) de 120 naciones. El comercio y el intercambio
de bienes son solo parte del futuro pacto. Las sinergias en el desarrollo de
nuevas tecnologías militares también son de interés. Es seguro que Pekín quiere
tener una versión del ultrasofisticado sistema de defensa aérea antimisiles ruso
al estilo de La guerra de las galaxias después de que se introduzca en 2018.
Mientras tanto, Rusia está a punto de vender docenas de cazas jet Sukhoi Su-35
de última generación a los chinos cuando Pekín y Moscú procedan a sellar una
cooperación en el terreno de aviación e industria.
Esta semana debería deparar los primeros verdaderos fuegos artificiales en la
celebración de un nuevo siglo eurasiático en gestación cuando el presidente ruso
Vladimir Putin visite al presidente chino Xi Jinping en Pekín. Recordareis el
“Ductistán”: todos esos oleoductos y gasoductos claves que cruzan de un lado a
otro Eurasia para formar el verdadero sistema circulatorio de la vida de la
región. Ahora parece que también se firmará lo último en acuerdos de Ductistán
por valor de 1 billón [millón de millones] de dólares que se ha preparado
durante 10 años. En ese acuerdo el gigante energético ruso controlado por el
Estado, Gazprom, aceptará suministrar a la gigantesca Corporación Nacional de
Petróleo de China (CNPC), controlada por el Estado, 3.750 millones de pies
cúbicos de gas natural licuado diarios al menos por 30 años, a partir de 2018.
Es el equivalente de un cuarto de las masivas exportaciones de gas de Rusia a
toda Europa. La actual demanda diaria de gas de China es de cerca de 16.000
millones de pies cúbicos diarios y las importaciones cubren el 31,6% del consumo
total.
Es posible que Gazprom todavía reciba la parte principal de sus beneficios de
Europa, pero Asia podría ser su Everest. La compañía utilizará este meganegocio
para aumentar las inversiones en Siberia oriental y toda la región será también
reconfigurada como centro privilegiado de gas para Japón y Corea del Sur. Si
queréis saber por qué ningún país clave de Asia ha estado dispuesto a “aislar” a
Rusia en medio de la crisis ucraniana –y desafía al gobierno de Obama– no hay
que buscar más allá del Ductistán.
Sale el petrodólar, llega el "gas-o-yuan"
Y luego, hablando de ansiedad en Washington, hay que considerar la suerte del
petrodólar, o más bien la posibilidad “termonuclear” de que Moscú y Pekín se
pongan de acuerdo en el pago del acuerdo Gazprom-CNPC no en petrodólares sino en
yuanes chinos. Apenas se puede imaginar un desplazamiento más tectónico, en el
cual el Ductistán se cruza con una creciente cooperación
política-económica-energética china-rusa. Junto a ella aparece la futura
posibilidad de un impulso, dirigido de nuevo por China y Rusia, hacia una nueva
moneda de reserva internacional –en realidad un canasto de monedas– que
reemplace el dólar (por lo menos en los sueños optimistas de miembros de los
BRICS).
Directamente después de la decisiva cumbre china-rusa vendrá una cumbre de los
BRICS en Brasil en julio. Es cuando un banco de desarrollo de los BRICS de
100.000 millones de dólares, anunciado en 2012, nazca oficialmente como
potencial alternativa al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial
como fuente de financiamiento de proyectos para el mundo en desarrollo.
El “gas-o-yuan” refleja más cooperación de los BRICS a fin de soslayar el dólar,
como en el caso de gas natural comprado y pagado en la divisa china. Gazprom
incluso considera mercadear bonos en yuan como parte de la planificación
financiera de su expansión. Bonos respaldados en yuanes ya se comercializan en
Hong Kong, Singapur, Londres y más recientemente en Frankfurt.
Nada podría ser más sensato que el nuevo pacto de Ductistán se pague en yuanes.
Pekín pagaría a Gazprom en esa moneda (convertible en rublos); Gazprom
acumularía los yuanes y Rusia entonces compraría la miríada de bienes y
servicios hechos en China en yuanes convertibles en rublos.
Es de conocimiento común que los bancos de Hong Kong, de Standard Chartered a
HSBC –así como otros estrechamente vinculados a China por tratos comerciales–
han estado diversificando en yuanes, lo que implica que se convertiría en una de
las monedas de reserva de facto incluso antes de que sea totalmente convertible
(Pekín trabaja extraoficialmente en un yuan totalmente convertible en 2018).
El trato ruso-chino del gas está inextricablemente vinculado a la relación
energética entre la Unión Europea (UE) y Rusia. Después de todo, la parte
principal del PIB ruso proviene de ventas de petróleo y gas, así como su
influencia en la crisis de Ucrania. Por su parte, Alemania depende de Rusia en
un importante 30% de sus suministros de gas natural. Sin embargo, los
imperativos geopolíticos de Washington –nutridos con la histeria polaca– han
llevado a empujar Bruselas a encontrar maneras de “castigar” a Moscú en la
futura esfera energética (pero sin poner en peligro las actuales relaciones en
el terreno de la energía).
Hay consistentes rumores en Bruselas estos días sobre la posible cancelación del
proyectado gasoducto South Stream, de 16.000 millones de euros, cuya
construcción debería comenzar en junio. Una vez terminado bombearía todavía más
gas natural ruso a Europa, en este caso bajo el mar Negro (evitando Ucrania) a
Bulgaria, Hungría, Eslovenia, Serbia, Croacia, Grecia, Italia y Austria.
Bulgaria, Hungría y la República Checa ya han dejado claro que están firmemente
opuestos a cualquier cancelación. Y probablemente no tenga lugar una
cancelación. Después de todo, la única alternativa obvia es gas del mar Caspio
de Azerbaiyán, y no es probable que esto pase a menos que la UE pueda
repentinamente reunir la voluntad y los fondos para un programa urgente a fin de
construir el legendario oleoducto Bakú-Tiflis-Ceyhan (BTC), concebido durante
los años de Clinton expresamente para soslayar Rusia e Irán.
En todo caso, Azerbaiyán no tiene capacidad para proveer los niveles de gas
natural necesarios y otros actores como Kazajistán, plagados de problemas de
infraestructura, o el poco fiable Turkmenistán, que prefiere vender su gas a
China, ya están fuera del cuadro. Y no hay que olvidar que South Stream,
combinado con proyectos energéticos subsidiarios, creará numerosos puestos de
trabajo e inversiones en muchas de las naciones de la UE más devastadas
económicamente.
A pesar de todo, semejantes amenazas de la UE, por poco realistas que sean, solo
sirven para acelerar la creciente simbiosis de Rusia con los mercados asiáticos.
Para Pekín especialmente, es una situación en la que ambas partes solo pueden
ganar. Después de todo, no hay comparación entre energía suministrada a través
de mares vigilados y controlados por la armada de EE.UU. y permanentes y
estables rutas terrestres desde Siberia.
Escoge tu propia Ruta de la Seda
Por cierto, el dólar estadounidense sigue siendo la máxima moneda de reserva
global, involucrando un 33% de los valores en divisas extranjeras globales a
finales de 2013, según el FMI. Era, sin embargo, un 55% en el año 2000. Nadie
conoce el porcentaje en yuanes (y Pekín no habla), pero el FMI señala que las
reservas en “otras monedas” en los mercados emergentes han aumentado un 400%
desde 2003.
Se puede decir que la Fed está "monetizando" un 70% de la deuda del Gobierno de
EE.UU. en un intento de impedir que las tasas de interés suban al cielo. El
consejero del Pentágono Jim Rickards, así como todo banquero basado en Hong
Kong, tiende a creer que la Fed está en quiebra (aunque no lo dirán
oficialmente). Nadie puede llegar a imaginar la dimensión del posible futuro
diluvio que el dólar de EE.UU. podría sufrir en medio de un monte Ararat de 1,4
trillones de derivados financieros. No hay que pensar, sin embargo, que se
trataría del final del capitalismo occidental, es solo la decadencia de la fe
económica reinante, el neoliberalismo, que todavía es la ideología oficial de
EE.UU., de la abrumadora mayoría de la Unión Europea y de partes de Asia y de
Suramérica.
En cuanto a lo que se podría llamar el “neoliberalismo autoritario” del Imperio
del Medio, ¿qué es lo que puede no gustar por el momento? China ha demostrado
que es una alternativa orientada a los resultados del modelo capitalista
“democrático” occidental para naciones que quieren tener éxito. Es construir no
una, sino una miríada de nuevas Rutas de la Seda, masivas conexiones de
ferrocarriles de alta velocidad, conductos, puertos, y redes de fibras ópticas
por inmensas partes de Eurasia. Estas incluyen una carretera del Sudeste
Asiático, una carretera de Asia Central, una “carretera marítima” del océano
Índico e incluso un ferrocarril a través de Irán y Turquía que llega hasta
Alemania.
En abril, cuando el presidente Xi Jinping visitó la ciudad de Duisburg sobre el
río Rin, con el mayor puerto tierra adentro del mundo y directamente en el
corazón de la industria del acero del Ruhr en Alemania, hizo una audaz
propuesta: debería construirse una nueva “Ruta de la Seda económica” entre China
y Europa, sobre la base del ferrocarril Chongqing-Xinjiang-Europa que ya va de
China a Kazajistán, luego a través de Rusia, Bielorrusia, Polonia, y finalmente
Alemania. Son 15 días en tren, 20 días menos que barcos de carga navegando desde
el litoral oriental de China. Eso representaría el decisivo terremoto
geopolítico en términos de integrar el crecimiento económico a través de
Eurasia.
Hay que recordar que, si no hay cambios radicales, China está a punto de
convertirse, y mantenerse, en la potencia económica global número uno, una
posición que mantuvo durante 18 de los últimos 20 siglos. Pero no lo contéis a
los hagiógrafos de Londres, todavía creen que la hegemonía de EE.UU. durará,
bueno, eternamente.
Camino a la Guerra Fría 2.0
A pesar de serios problemas financieros recientes, los BRICS han estado
trabajando conscientemente para convertirse en una antítesis del original G8 y
–después de expulsar a Rusia en marzo– de nuevo un Grupo de 7 o G7. Están
ansiosos de crear una nueva arquitectura global para reemplazar la que fue
impuesta después de la Segunda Guerra Mundial y se consideran un potencial
desafío al mundo excepcionalista y unipolar que Washington imagina para nuestro
futuro (con su país como robocop global y la OTAN como su fuerza de
robo-policía). El historiador y animador imperialista Ian Morris en su libro
War! What is it Good For?, definió a EE.UU. como el decisivo “globocop” y “la
última esperanza de la Tierra”. Si ese globocop “se cansa de su rol”, escribe,
“no existe un plan B”.
Bueno, existe un plan BRICS, o por lo menos es lo que quieren creer los BRICS. Y
cuando los BRICS actúan en este espíritu en la escena global, conjuran
rápidamente una curiosa mezcla de temor, histeria y pugnacidad en el
establishment de Washington. Tomemos a Christopher Hill como ejemplo. El
exsecretario de Estado adjunto para el este de Asia y embajador de EE.UU. en
Irak es ahora asesor del Albright Stonebridge Group, una firma consultora muy
bien conectada con la Casa Blanca y el Departamento de Estado. Cuando Rusia
estaba “derrotada”, Hill solía soñar con un “nuevo orden mundial” hegemónico
estadounidense. Ahora, cuando los mal agradecidos rusos han despreciado lo que
“Occidente ha estado ofreciendo” –es decir “un estatus especial con la OTAN, una
relación privilegiada con la Unión Europea y cooperación internacional en
esfuerzos diplomáticos– están, a su juicio, tratando activamente de resucitar el
imperio soviético. Traducción: si no sois nuestros vasallos, estáis contra
nosotros. Bienvenidos a la Guerra Fría 2.0.
El Pentágono tiene su propia versión de esto dirigida no tanto contra Rusia como
contra China que, afirma su think-tank sobre futuras guerras, ya está en guerra
con Washington de numerosas formas. Por lo tanto si no es el Apocalipsis ahora,
será el Armagedón mañana. Y sobra decir que cualquier cosa que vaya mal,
mientras el gobierno de Obama “gira” descaradamente hacia Asia y los medios
estadounidenses se llenan la boca sobre un renacimiento de la “política de
contención” de la era de la Guerra Fría en el Pacífico, todo es culpa de China.
Empotrados en el demencial arranque hacia la Guerra Fría 2.0 están algunos
risibles hechos en el terreno: el gobierno de EE.UU., con 17,5 billones de
dólares de deuda nacional, y suma y sigue, considera un enfrentamiento
financiero con Rusia, el mayor productor global de energía e importante potencia
nuclear, tal como también promueve un cerco militar económicamente insostenible
alrededor de su mayor acreedor: China.
Rusia tiene actualmente un considerable superávit comercial. Los gigantescos
bancos chinos no tendrán problema alguno para ayudar a los bancos rusos si los
fondos occidentales se agotan. En términos de cooperación inter-BRICS, pocos
proyectos superan un oleoducto de 30.000 millones de dólares que se está
planificando y que se extenderá de Rusia a India a través del noroeste de China.
Las compañías chinas ya discuten ávidamente la posibilidad de participar en la
creación de un corredor de transporte de Rusia hacia Crimea, así como un
aeropuerto, astillero, y terminal de gas natural líquido en el lugar. Y se
prepara otro gambito “termonuclear”: el nacimiento de un equivalente del gas
natural a la Organización de Países Exportadores de Petróleo que incluiría a
Rusia, Irán, y según se informa al descontento aliado de EE.UU. Catar.
El (no definido) plan a largo plazo de los BRICS involucra la creación de un
sistema económico alternativo que incluye un canasto de monedas respaldadas en
oro que dejaría de lado el actual sistema financiero global centrado en EE.UU.
(No sorprende que Rusia y China estén acumulando todo el oro posible.) El euro
–una moneda sana respaldada por grandes mercados líquidos de bonos e inmensas
reservas de oro– también sería bienvenido.
No es ningún secreto en Hong Kong que el Bank of China ha estado utilizando una
red SWIFT paralela para realizar todo tipo de comercio con Teherán, que sufre un
duro régimen de sanciones estadounidenses. Como Washington esgrime Visa y
Mastercard como armas en una creciente campaña al estilo de la Guerra Fría
contra ella, Rusia se propone implementar un sistema alternativo de tarjetas de
pago y crédito que no esté controlado por la industria financiera occidental. Un
camino incluso más fácil sería adoptar un sistema de Unión de Pagos chino cuyas
operaciones ya han superado a American Express en volumen global.
Solo giro sobre mí mismo
Es probable que ninguna cantidad de “giros” del gobierno de Obama hacia Asia
para contener China (y amenazarla con el control de las vías energéticas marinas
de ese país por la Armada de EE.UU.) logre que Pekín se aleje de su estrategia
autodenominada de “desarrollo pacífico”, inspirada en Deng Xiaoping, con el
propósito de convertirse en una potencia comercial global. El despliegue
avanzado de tropas de EE.UU. o de la OTAN en Europa Oriental y otros actos al
estilo de la Guerra Fría tampoco disuadirán a Moscú de un cuidadoso juego de
malabarismo: asegurar que la esfera de influencia rusa en Ucrania se mantenga
fuerte sin comprometer el comercio y el intercambio de bienes, así como los
vínculos políticos con la Unión Europea, sobre todo, con el socio estratégico
Alemania. Es el Santo Grial de Moscú: una zona de libre comercio de Lisboa a
Vladivostok que (no por casualidad) se refleja en el sueño chino de una nueva
Ruta de la Seda a Alemania.
Por su parte Berlín, cada vez más alerta respecto a Washington, detesta la
noción de que Europa se vea atrapada en las garras de una Guerra Fría 2.0. Los
dirigentes alemanes tienen problemas más importantes, incluyendo el intento de
estabilizar una bamboleante UE mientras evita un colapso económico en la Europa
meridional y central y el avance de los partidos de derecha cada vez más
extremistas.
Al otro lado del Atlántico, el presidente Obama y sus altos funcionarios dan
toda la impresión de hallarse atrapados en sus propios giros, hacia Irán, hacia
China, hacia las zonas fronterizas orientales de Rusia, y (pasando
desapercibidos) hacia África. La ironía de todas esas maniobras –militares para
comenzar– es que en realidad ayudan a que Moscú, Teherán y Pekín refuercen su
propia profundidad estratégica en Eurasia y otros sitios, como se refleja en
Siria o, crucialmente, cada vez en más pactos energéticos. También ayudan a
reforzar la creciente cooperación estratégica entre China e Irán. La incesante
narrativa del "ministerio de la verdad" de Washington sobre todos estos eventos
ignora ahora cuidadosamente el hecho de que sin Moscú “Occidente” nunca se
habría sentado a discutir un acuerdo nuclear definitivo con Irán o habría
conseguido un acuerdo de desarme químico de Damasco.
Cuando las disputas entre China y sus vecinos del Mar del Sur de China y entre
ese país y Japón por la islas Senkaku/Diaoyou se sumen a la crisis de Ucrania,
la inevitable conclusión será que tanto Rusia como China consideran que sus
zonas fronterizas y vías marítimas son de propiedad privada y no van a aceptar
tranquilamente los desafíos –sean mediante expansión de la OTAN, cerco militar
de EE.UU., o escudos de misiles-. Ni Pekín ni Moscú tienden a la forma usual de
expansión imperialista, a pesar de la versión de los eventos que se suministra
actualmente a los públicos occidentales. Sus “líneas rojas” siguen siendo de
naturaleza esencialmente defensiva, no importa las bravatas que a veces se
urlizan en su protección.
Sea lo que sea lo que Washington quiera, tema o intente impedir, los hechos en
el terreno sugieren que en los próximos años Pekín, Moscú, y Teherán se
acercarán, lenta pero seguramente, creando un nuevo eje geopolítico en Eurasia.
Mientras tanto, EE.UU. perplejo parece cómplice en la deconstrucción de su
propio orden mundial unipolar mientras ofrece a los BRICS una auténtica
oportunidad para tratar de cambiar las reglas del juego.
Rusia y China en modo de giro
En el mundo de los think-tanks de Washington se ha reforzado la convicción de
que el Gobierno de Obama debería concentrarse en una reedición de la Guerra Fría
mediante una nueva versión de la política de contención para “limitar el
desarrollo de Rusia como potencia hegemónica”. La receta: armar a los vecinos de
los Estados del Báltico para “contener” a Rusia. La Guerra Fría 2.0 existe
porque desde el punto de vista de las elites de Washington la primera nunca ha
terminado realmente.
Sin embargo, por mucho que EE.UU. pueda luchar contra la emergencia de un mundo
multipolar, con múltiples potencias, los hechos económicos en el terreno apuntan
regularmente a semejantes tendencias. Sigue existiendo la pregunta: ¿Será lenta
y razonablemente digna la decadencia del "hegemón" o arrastrará consigo a todo
el mundo en lo que ha sido llamada “la opción Sansón”?
Mientras contemplamos el desarrollo del espectáculo, sin que haya a la vista una
jugada final, hay que recordar que una nueva fuerza crece en Eurasia y que la
alianza estratégica china-rusa amenaza con dominar su región vital junto con
grandes trechos de su parte interior. Ahora eso es una pesadilla de proporciones
"mackinderescas" desde el punto de vista de Washington. Hay que pensar, por
ejemplo, en cómo lo vería Zbigniew Brzezinski, el exconsejero nacional de
seguridad que se convirtió en mentor en política global del presidente Obama.
En su libro de 1997 El gran tablero de ajedrez, Brzezinski argumentó que “la
lucha por la primacía global seguirá jugándose” en el “tablero de ajedrez”
eurasiático del cual “Ucrania era un eje geopolítico”. “Si Moscú recupera el
control de Ucrania”, escribió entonces, Rusia “recuperará automáticamente los
medios para convertirse en un poderoso Estado imperial, abarcando Europa y
Asia”.
Esta sigue siendo la mayor parte de la justificación tras la política imperial
de contención estadounidense del “exterior cercano” europeo, de Rusia al Mar del
Sur de China. Sin embargo, sin una jugada final en el horizonte, no hay que
perder de vista un giro de Rusia hacia Asia, China girando por el mundo y los
BRICS trabajando intensamente en el intento de realizar un nuevo Siglo
Eurasiático.

Pepe Escobar es corresponsal itinerante de Asia Times/Hong Kong, analista de RT,
y colaborador regular de TomDispatch. Con un capítulo sobre Irán, es editor
colaborador deThe Global Obama: Crossroads of Leadership in the 21st Century .
Copyright 2014 Pepe Escobar
Fuente:
http://www.tomdispatch.com/post/175845/tomgram%3A_pepe_escobar%2C_who%27s_pivoting_where_in_eurasia/

rCR

In:
Rebelion
http://rebelion.org/noticia.php?id=185045
23/5/2014

quinta-feira, 22 de maio de 2014

En la República de Lugansk siguen las nacionalizaciones


Rabkor


Traducido por Carlos Valmaseda




A mediodía del 15 de mayo milicianos armados ocuparon el edificio administrativo
de la empresa "Donbassantratsit", situado en la ciudad de Krasny Luch (Rayo
Rojo) en la región de Lugansk e informaron de que destituían de su cargo al
director general.

La información la confirma el representante de la "Unión Independiente de
Mineros de Ucrania" Mikhail Volynets. Tres milicianos armados entraron en las
instalaciones, donde tuvo lugar una reunión con todo el personal con la
participación del director general. Informaron solemnemente a los presentes que
pasaban a proteger la fábrica y que en cada despacho ahora vigilará un hombre de
la oposición. También informaron de que no interrumpirán el trabajo de la mina.

Recordamos que forman parte de la empresa de extracción de carbón 7 minas. El
mismo director general de GP "Donbassantratsit", Semion Kerkez, recién llegado
de sus vacaciones, ese mismo día cogió de improviso la baja médica.

Como comentó a Rabkor uno de los activistas de oposición en Donetsk: "En la
vecina región de Lugansk todo va según los planes. En la República de Donetsk la
tarea principal es bloquear los canales de financiación y someter a todas las
estructuras de poder. Sin embargo, para nosotros se trata de ir hacia la
nacionalización. Al mismo tiempo, sin ninguna duda, hay que separarse de
Akhmetov, quien maniobra ahora muy activamente en la arena política".

El jefe del centro de investigación económica del IGSO Vasili Koltashov es
también muy radical en relación a esto: "Las empresas pertenecientes a
Kolomoyski y otros hombres de negocios que apoyan a la Junta deber ser
confiscadas inmediatamente. Las fábricas que fueron puestas bajo su jefatua
deben pasar a manos de los obreros si estos últimos pueden organizar la
producción. La experiencia positiva de control obrero en el mundo se cuenta ya
por decenas de empresas que han tenido éxito".

Fuente: http://rabkor.ru/news/2014/05/16/krasny-luch

In
http://rebelion.org/noticia.php?id=185008
22/5/2014

Algunas ideas sobre Piketty


David Harvey
Rotekeil


Traducido para Rotekeil por Guillem Murcia.




A continuación publicamos la reseña que el profesor David Harvey ha hecho del
libro de Thomas Piketty “El Capital en el siglo XXI”. David Harvey es profesor
en la City University of New York, y lleva más de 40 años enseñando, divulgando
e investigando sobre la opera magna de Marx, El Capital. Entre sus
contribuciones se halla una serie de clases en vídeo sobre la obra que se pueden
consultar en su página.
Algunas ideas sobre Piketty

Thomas Piketty ha escrito un libro llamado El Capital en el Siglo XXI que ha
causado un cierto revuelo. Defiende los impuestos progresivos y un impuesto
global sobre la riqueza como la única forma de contrarrestar las tendencias
hacia la creación de una forma de capitalismo “patrimonial” marcada por lo que
califica como desigualdades de riqueza y renta “aterradoras”. A su vez,
documenta de una forma minuciosa y difícil de refutar, cómo la desigualdad
social tanto en riqueza como en renta ha evolucionado a lo largo de dos siglos,
con un énfasis particular en el rol de la riqueza. Destruye la idea ampliamente
extendida de que el capitalismo de libre mercado extiende la riqueza y que el
mayor bastión en la defensa de libertades individuales. El capitalismo de libre
mercado, cuando se hayan ausentes las intervenciones redistributivas del Estado
produce olgarquías antidemocráticas, tal y como demuestra Piketty. Esta
demostración ha dado alas a la indignación liberal mientras que ha enfurecido al
Wall Street Journal.
El libro se ha presentado a veces como el sustituto del siglo XXI a la obra del
XIX de mismo título de Karl Marx. Piketty ha negado que ésta sea su intención,
lo cual parece justo dado que su libro no trata en absoluto del capital. No nos
explica por qué se produjo el crash de 2008, ni por qué está le está costando
tanto tiempo salir a la gente del
mismo bajo la carga doble del desempleo prolongado y los millones de hogares
desahuciados. No nos ayuda a entender por qué el crecimiento se halla ahora
mismo ralentizado en los EEUU en comparación con China, ni por qué Europa se
halla atrapada entre las políticas de austeridad y el estancamiento económico.
Lo que piketty nos muestra mediante estadísticas (y ciertamente estamos en deuda
con él y sus colegas por ello) es que el capital ha tendido a crear, a lo largo
de su historia, niveles cada vez mayores de desigualdad. Esto, para mucho de
nosotros, no es ninguna noticia. Era exactamente la conclusión teórica de Marx
en el Volumen Primero de su versión del Capital. Piketty no resalta esto, lo
cual no es ninguna sorpresa, ya que para defenderse de varias acusaciones de la
prensa de derechas de que se trata de un criptomarxista, ya ha señalado en
varias entrevistas que no ha leído el Capital de Marx.
Piketty recoge muchos datos para apoyar sus argumentos. Su explicación de las
diferencias entre renta y riqueza es útil y convincente. Y desarrolla una
defensa razonable de los impuestos sobre sucesiones, la tributación progresiva y
un impuesto global a la riqueza como un posible antídoto (aunque con toda
seguridad, inviable políticamente) a la creciente concentración de riqueza y
poder.
Pero ¿por qué se produce esta tendencia a una mayor desigualdad a medida que
pasa el tiempo? A partir de sus datos (condimentados con algunas interesantes
alusiones literarias a Jaune Austen y Balzac) deriva una ley matemática para
explicar lo que pasa: la incesante acumulación de riqueza por parte del famoso
uno por ciento (un término popularizado gracias al movimiento “Occupy”, por
supuesto) es debido al simple hecho de que la tasa de retornos del capital (r)
siempre supera a la tasa de crecimiento de renta (g). Piketty dice que ésta es y
ha sido siempre la “contradicción central” del capital.
Pero una periodicidad estadística de este tipo difícilmente puede constituir una
explicación adecuada, y mucho menos una ley. Así que ¿qué fuerzas producen y
mantienen dicha contradicción? Piketty no nos lo dice. La ley es la ley y punto.
Marx obviamente habría atribuido la existencia de dicha ley al desequilibrio de
poder entre capital y trabajo. Y esa explicación todavía se sostiene. El declive
constante en la participación del trabajo en la renta nacional desde los años 70
se deriva del poder político y económico en decadencia del trabajo mientras que
el capital movilizaba tecnología, desempleo, deslocalizaciones y políticas
anti-trabajo (como las de Margaret Thatcher y Ronald Reagan) para aplastar a su
oposición. Como Alan Budd, un asesor de Margaret Thatcher, confesó en un
descuido, las políticas contra la inflación de los años 80 resultaron ser una
“muy buena forma de aumentar el desempleo, y aumentar el desempleo fue una forma
extremadamente atractiva de reducir la fuerza de la clase trabajadora… lo que se
diseño allí fue, en términos marxistas, una crisis del capitalismo que recreaba
un ejército de reserva del trabajo y que ha permitido a los capitalistas generar
grandes beneficios desde entonces”. La diferencia en remuneración entre un
trabajador promedio y un alto directivo estaba alrededor de 30:1 en 1970. Hoy en
día se halla fácilmente sobre los 300:1 y en el caso de McDonald’s, sobre los
1.200:1.
Pero en el Volumen Segundo del Capital (el cual Piketty no ha leído, a pesar de
que alegremente lo deseche) Marx señaló que la tendencia del capital a la
depresión salarial en algún momento llega a restringir la capacidad del mercado
de absorber el producto del propio capital. Henry Ford reconoció este dilema
hace tiempo, cuando instituyó los 5 dólares por día para sus trabajadores para,
según decía, aumentar la demanda de los consumidores. Muchos pensaron que la
falta de demanda efectiva era lo que se hallaba tras la Gran Depresión de los
años 30. Esto es lo que inspiró las políticas expansivas keynesianas después de
la Segunda Guerra Mundial y produjo como resultado cierta reducción en las
desigualdades de renta (aunque no tanto en las de riqueza) junto a un
crecimiento estimulado por una intensa demanda. Pero esta solución descansaba en
el empoderamiento relativo del trabajo y la construcción de un “estado social”
(según el término que usa Piketty) financiado por una tributación progresiva. “Y
así “ escribe “durante el periodo 1932-1980, casi medio siglo, el mayor impuesto
federal sobre la renta en los Estados Unidos era como promedio del 81 por
ciento”. Y esto no limitaba de ninguna forma el crecimiento (otra de las pruebas
que Piketty aporta para refutar ideas de la derecha).
Hacia el final de los años 60, estaba claro para muchos capitalistas que
necesitaban hacer algo acerca del poder excesivo del trabajo. Y así, la retirada
de Keynes del panteón de economistas respetables, la transición al pensamiento
de Milton Friedman, la cruzada para estabilizar cuando no reducir los impuestos,
para desmontar el estado social y para castigar a las fuerzas del trabajo.
Después de 1980, los tipos impositivos máximos descendieron y las ganancias de
capital –una de las mayores fuentes de renta de los ultraricos- tributaban a un
índice mucho inferior en los Estados Unidos, canalizando de el flujo de riqueza
de forma intensa hacia el uno por ciento. Pero el impacto en el crecimiento,
según muestra Piketty, fue negligible. Así que el “goteo” [trickle down] [1] de
los beneficios desde los ricos al resto (otra de las creencias favoritas de la
derecha) no funciona. Nada de esto fue el resultado de una ley matemática. Todo
era política.
Pero entonces, la ruleta dio una vuelta entera y la pregunta se convirtió en:
¿dónde está la demanda? Piketty ignora de forma sistemática esta pregunta. En
los años 90, la respuesta fue escamoteada gracias a una enorme expansión del
crédito, incluyendo la extensión de las finanzas hipotecarias a los mercados
sub-prime. Pero la burbuja resultante estaba condenada a estallar, tal y como
hizo entre el 2007-2008, llevándose consigo a Lehman Brothers y al sistema de
crédito. Sin embargo, los índices de beneficios y la concentración aún mayor de
riqueza privada se recuperaron muy rápidamente después de 2009, mientras el
resto del mundo aún lo seguía pasando mal. Los índices de beneficios
empresariales están ahora tan altos como siempre en los Estados Unidos. Las
empresas están sentadas sobre montones de billetes, y se niegan a gastarlos
porque las condiciones del mercado no son sólidas.
La formulación que hace Piketty de la ley matemática esconde más de lo que
revela acerca de las políticas de clase que están en juego. Tal y como Warren
Buffet señaló: “por supuesto que hay una lucha de clases, y es mi clase, la de
los ricos, los que la están librando, y vamos ganando”. Una de las formas clave
de medir esta victoria son las desigualdades de riqueza y renta crecientes del
uno por ciento respecto al resto del mundo.
Hay, con ello, un problema central al argumento de Piketty. Y éste descansa en
la definición errónea que hace del capital. El capital es un proceso, no una
cosa. Es un proceso de circulación en el cual el dinero se utiliza para crear
más dinero a menudo, pero no exclusivamente, a través de la explotación de la
fuerza de trabajo. Piketty define el capital como el stock de todos los valores
que son propiedad privada de los individuos, corporaciones y gobiernos, y que
pueden servir para el comercio en el mercado, sin importar si estos valores
están siendo utilizados o no. Esto incluye los terrenos, la propiedad
inmobiliaria y los derechos de propiedad intelectuales, así como también mi
colección de obras de arte y joyería. El cómo determinar el valor de todas estas
cosas es un problema técnico difícil al que todavía no se ha dado una solución
satisfactoria. A fin de calcular una tasa de retorno, r, tenemos que disponer
primero de una forma de otorgar valor al capital inicial. Por desgracia, no hay
forma de valorarlo independientemente del valor de los bienes y servicios que se
usa para producir, o de por cuánto se puede vender en el mercado. El conjunto de
la escuela neoclásica de economía (que es la base de las ideas de Piketty) está
basado en una tautología. La tasa de retorno del capital depende de forma
crucial en el índice de crecimiento porque el capital se valora en base a lo que
produce y no según lo que se ha utilizado para su producción. Su valor está
altamente influenciado por las condiciones especulativas y puede verse
distorsionado por la famosa “exuberancia irracional” que Greenspan supo detectar
como característica de los mercados de acciones y vivienda. Si quitamos las
casas y la propiedad inmobiliaria – y eso sin hablar del valor de las
colecciones de arte de los hedge funders – de la definición de capital (y la
razón para incluirlas es bastante floja) entonces la explicación de Piketty para
las desigualdades crecientes en riqueza y renta se desmorona, incluso aunque su
descripción del estado de las desigualdades en el pasado y el presente todavía
permanezca en pie.
El dinero, los terrenos, la propiedad inmobiliaria, las fábricas y las máquinas
que no se utilizan de forma productiva no son capital. Si la tasa de retorno del
capital que se utiliza es alta, es porque una parte del capital se retira de la
circulación y a efectos prácticos, está de huelga. Restringir el suministro de
capital a las inversiones nuevas (un fenómeno que podemos observar que ocurre
ahora mismo) garantiza una alta tasa de retorno en el capital que sí que está en
circulación. La creación de esta escasez artificial no es algo que sólo hagan
las compañías petroleras para garantizar sus altas tasas de retorno: es lo que
hace todo capital cuando tiene la oportunidad de hacerlo. Esto es lo que se
halla tras la tendencia para que la tasa de retorno del capital (no importa cómo
se defina o mida) siempre supere la tasa de crecimiento de renta. Es así como el
capital garantiza su propia reproducción, sin que le importen las desafortunadas
consecuencias que pueda tener para el resto de nosotros. Y es así como vive la
clase capitalista.
Hay muchas cosas valiosas en los datos ofrecidos por Piketty. Pero su
explicación de por qué las desigualdades y las tendencias oligárquicas aumentan
incurre en un error de bulto. Sus propuestas para remediar dichas desigualdades
son inocentes, si no utópicas. Y ciertamente, no ha ideado un modelo que
explique el capital del siglo XXI. Para ello, todavía necesitamos a un Marx, o a
su equivalente actual.
Nota del traductor
[1] “Trickle down economics” es un término utilizado en los Estados Unidos para
referirse, en sentido peyorativo, a las políticas económicas que sostienen que,
beneficiando a los miembros más ricos de la sociedad, en particular mediante la
eliminación de impuestos, su riqueza “goteará” o “calará” hacia las capas más
bajas de la sociedad (por ejemplo, porque supuestamente un empresario con un
alto nivel de ingresos se sentirá más cómodo llevando a cabo iniciativas
económicas, contratando, etc.). A menudo suelen asociarse con las ideas que se
engloban en el término amplio de “Reaganomics” o políticas económicas iniciadas
en la época Reagan
Fuente: http://davidharvey.org/2014/05/afterthoughts-pikettys-capital/

In
http://rebelion.org/noticia.php?id=185011
22/5/2014