El marxismo es la única tradición intelectual capaz de abarcar de
forma integrada la totalidad de lo que es necesario comprender
para entender nuestro mundo.
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HELENA SHEEHAN, HISTORIADORA DE LA CIENCIA (UNIVERSIDAD DE DUBLÍN)
¿Cómo es que los autores marxistas clásicos pudieronabordar un abanico
de cuestiones tan sorprendente? En la convocatoria de una reciente
conferencia sobre Federico Engels, los organizadores sugirieron posibles
temas para explorar el legado de Engels: la clase, el
género, la naturaleza, la ciencia, la religión, el colonialismo,
capitalismo y socialismo… [1]. Se podría haber añadido muchos más. Lo
mismo podría decirse de Karl Marx, V. I. Lenin, Nikolai Bujarin y muchos
más autores. ¿Qué les permitió abarcar un abanico de temas tan amplio?
Por supuesto, mucha gente discute de muchas cosas, pero ¿las engloban en
una perspectiva coherente? Muy a menudo, no. Hay una diferencia entre
pensamiento disperso y pensamiento sistémico, entre eclecticismo y la
síntesis, entre el pluralismo y el holismo, entre un batiburrillo de
nociones variadas y una visión del mundo coherente y global.
Es el pensamiento sistémico, la síntesis, la totalidad lo quecaracterizó
el enfoque de los teóricos mencionados y sigue siendo lo mejor de lo que
se ha venido a llamar “el marxismo”.
La totalidad es un proceso continuo, no algo estático o acabado. El
verbo /totalizar/, más que el sustantivo /totalidad/, capta mejor su
carácter abierto, siempre en lucha, en proceso. Es una actividad más que
un objeto. Es una orientación hacia el todo, no una concepción
finalizada del todo. Es una forma de pensar que se esfuerza siempre por
comprender cada fenómeno dentro del todo palpitante y el complejo nexo
de sus interacciones.
Existe una larga historia de controversia en torno al concepto de
totalidad, tanto dentro del marxismo como en la cultura intelectual más
amplia que lo rodea. La versión de esa historia que me propongo esbozar
aquí está en desacuerdo con la versión que muchos otros marxistas
propondrían.
El énfasis en el concepto de totalidad suele asociarse a esa tradición
que tan imprecisamente se designa como “marxismo occidental”. Cuando me
dispuse a preparar este artículo, recordé que había reseñado un libro
titulado/Marxism and totality /(/Marxism and totality/) cuando salió por
primera vez en 1984 [2]. Lo saqué de mi estantería y empecé a hojearlo a
través de mis subrayados y notas en los márgenes, muchas de las cuales
decían «No». Martin Jay subtituló su libro /Las aventuras de un concepto
desdeLukács a Habermas/.
Para empezar, yo no empezaría con Georg Lukács ni acabaría con
Jürgen Habermas (si es que llegara a incluir a Habermas). Jay situó su
historia intelectual del concepto de totalidad del marxismo enteramente
dentro de la tradición marxista occidental, excluyendo casi todo lo que
yo insistiría en incluir e incluyendo mucho de lo que yo excluiría,
excepto a modode contraste polémico.
La tradición marxista occidental articuló una filosofía que ponía un
fuerte énfasis en la totalidad comenzando en Marx y saltando a Lukács y
la Escuela de Frankfurt, rápidamente adoptada por la Nueva Izquierda de
los años sesenta y continúa hoy con una versión posmodernizada
del marxismo, pasando por alto o excluyendo deliberadamente—incluso
distorsionando—a Engels,Lenin y Bujarin, así como toda la filosofía
soviética, de Europa del Este y
de los partidos comunistas. Toda estalínea de desarrollo del
marxismo, que yo considero el marxismo de la corriente dominante, es
ignorada o caricaturizada como marxismo /diamat /o vulgar.
La versión marxista occidental del marxismo era la que predominaba en
las universidades cuando yo llegué a la mayoría de edad, pero no en el
movimiento en el que yo también militaba, aunque también hizo
incursiones en el movimiento. En Gran Bretaña, esto se podía ver en las
páginas de /New Left Review/, y finalmente también en /Marxism Today/.
Inicial y brevemente me incliné por la corriente marxista
occidental, pero luego ligué mi suerte con la otra, precisamente porque
buscaba la totalidad.
La tradición marxista occidental trazó una línea de separación tajante
entre Marx y Engels, presentando a Marx como un pensador profundo,
complejo, crítico y humanista y a Engels como un burdo, reduccionista y
positivista de segunda fila.
A veces, se ensalzaba a un Marx antropocéntrico en contraste con un
Engels cientificista, del que se burlaban. Se afirmaba que Engels se
había alejado de Marx al pasar de un método crítico de análisis social a
una /Weltanschaaung/, un sistema filosófico global que abarcaba tanto la
naturaleza como la sociedad y se basaba en gran medida en las ciencias
naturales.
En mi libro /Marxism and the Philosophy of Science /(/El marxismo y la
filosofía de la ciencia/), revisé la extensa literatura que examina la
relación entre Marx y Engels y, en particular, las obras que alegan que
Engels llevó a Marx en una dirección que caracterizaron como traición,
parodia, decepción y engaño. No encontré ninguna base textual o
contextual para estas afirmaciones y presenté unasólida argumentación a
favor de una armonía básica entre Marx y Engels en
cuestiones filosóficas, así como una defensa de la posición de Engels
sobre la filosofía y la ciencia. [3]
Por supuesto, había diferencias notables en sus antecedentes, estilos de
vida, estilos literarios y énfasis temáticos, pero se veían a sí mismos
compartiendo una posición básica y comprometidos en un proyecto común,
que Marx llamó «nuestro trabajo».
Terrell Carver se ha convertido en un prominente y prolífico exponente
de la posición que alega la falta de armonía entre Marx y Engels. [4] Él
y yo fuimos los dos oradores principales en la reciente conferencia
sobre Engels (/Engels en Eastbourne/, junio de 2023), abordando a Engels
desde perspectivas muy diferentes, aunque élrelajó su posición en esta
ocasión y yo defendí de lleno la mía.
No voy a entrar aquí en todos los vericuetos del asunto, porque hay
textos recientes que ponen al día este largo debate [5]. Creo que por
fin se ha invertido la tendencia y que últimamente se aprecian más
lascontribuciones positivas de Engels, especialmente en cuestiones
relacionadas con la filosofía, la naturaleza y las ciencias naturales.
Creo que la conferencia /Engels en Eastbourne/ fue una de las muchas
manifestaciones de ello.
Al mismo tiempo, siempre hay nuevas afirmaciones de la disparidad entre
Marx y Engels, la última de las cuales es contraponer un Marx ecológico
e incluso decrecentista a un Engels productivista y progresista. [6] En
el número de junio de 2023 de /Monthly Review/, John Bellamy Foster
presentó argumentos contra la afirmación de Kohei Saito de que Engels
suprimió deliberadamente las reflexiones de Marx sobre la ruptura
metabólica y sus implicaciones ecológicas en favor de su propio enfoque
de la naturaleza y la ciencia natural. Foster sostiene que no hubo tal
supresión y que las posiciones de Marx y Engels sobre la naturaleza, la
ciencia natural y la ecología soncomplementarias y no
contradictorias. [7] Estoy de acuerdo.
Lamento que Saito, cuya importante labor a la hora de defender la
relevancia del marxismo para la ecología, llegando incluso a escribir un
libro superventas en Japón sobre /El capital en el antropoceno/, haya
vuelto a plantear este debate ya casi descartado sobre la relación
Marx-Engels y la armonía (o falta de ella) en sus puntos de vista sobre
la ciencia y la naturaleza.
Sin embargo, Saito no niega el compromiso de Marx con la ciencia natural
y su adhesión a una filosofía de la naturaleza. Al contrario, subraya la
profunda implicación de Marx en este ámbito y su creciente toma de
conciencia de hasta qué punto la destrucción ecológica es inherente al
modo de producción capitalista. Saito se sitúa dentro de la tradición
que afirma que el marxismo es una filosofía de la naturaleza, así como
de la sociedad.
Básicamente, creo que los marxistas deben avanzar en el tratamiento de
las crisis de nuestro tiempo pensando de una manera que sea empírica,
dinámica e integradora, sin quedar demasiado atrapados en la exégesis
textual (aunque a veces es necesaria). No tenemos por qué
justificar cada matiz de nuestro análisis de los problemas del siglo XXI
en las obras de los pensadores del siglo XIX, por mucho que les debamos.
Marx y Engels vivieron en una época en la que el capitalismo industrial
estaba en auge y aportaba muchas cosas progresistas, aunque lo hiciera
a un terrible coste de injusticia social ydegradación medioambiental.
Sí, es posible ver en su obra las bases del ecosocialismo. Incluso
si algunos pasajes tiran en la dirección del comunismo del
decrecimiento, todavía tenemos que pensar en un camino a seguir en
términos de las fuerzas en movimiento en nuestro propio tiempo. Existe
un complejo debate, en el que los marxistas están desempeñando un papel
destacado, sobre la necesidad de volver a priorizar la producción en
unmanera radical y sostenible. [8]
Tal como yo lo veo, tanto Marx como Engels pusieron gran énfasis en la
importancia de las ciencias naturales e insistieron en la unidad de
método, rechazando firmemente un método para la ciencia y otro para la
vida. Ambos rechazaron el dualismo naturaleza/historia y vieron
la naturaleza como un todo en el que la humanidad y su historia son
dimensiones dinámicas. Insistiendo en la unidad orgánica de la humanidad
y la naturaleza, y haciéndolo como si previera la desastrosa ruptura
metabólica que se está produciendo en la crisis planetaria de
nuestro tiempo, Engels advirtió:
“ /Sin embargo, no nos halaguemos demasiado por nuestras victorias
humanas sobre la naturaleza: …Así, a cada paso se nos recuerda que no
dominamos la naturaleza como un conquistador sobre un pueblo extranjero,
como algo que está fuera de la naturaleza, sino que nosotros, con carne,
sangre y cerebro, pertenecemos a la naturaleza y existimos en medio de
ella, y que todo nuestro dominio de ella consiste en que tenemos la
ventaja sobre todas las demás criaturas de poder aprender sus leyes y
aplicarlas correctamente [9]./
/A quienes trazaban una línea divisoria entre la conciencia y la
naturaleza, respondía que los productos del cerebro humano eran también,
en última instancia, productos de la naturaleza. Propuso «una visión
global de las interconexiones en la naturaleza mediante los
hechosestablecidos por la propia ciencia natural empírica… con el fin de
llegar a un sistema de la naturaleza a la altura de nuestro tiempo». [10]/
Sí, Engels extendió un método crítico de análisis social a un sistema
filosófico global que abarcaba tanto la naturaleza como la sociedad. No
creía que bastara con esbozar la economía política del capitalismo,
plantear una visión de un orden social alternativo y construir
unmovimiento para promover esa crítica y esa alternativa. Creía que
estos esfuerzos debían basarse en una visión global del mundo que
abarcara todo lo que existe, desde los átomos hasta las estrellas.
Estoy argumentando que no sólo Marx estuvo de acuerdo con esto, sino que
también lo estuvo toda una línea de desarrollo ininterrumpido dentro de
la tradición marxista. Argumento, además, que esto representa lo mejor
de esta tradición, porque es el enfoque más coherente y completopara
conceptualizar el mundo. Es el único camino hacia una
totalidad fundamentada. La oposición a ella está plagada de miopía,
contradicción y parcialidad. No hay totalidad sin materia,
sin naturaleza, sin ciencia.
La tradición derivada de Engels, de la que orgullosamente formo parte,
es un materialismo procesual, interaccionista e integrador. Es una
filosofía que afirma que nada puede entenderse excepto en términos de su
patrón dinámico de interconexiones con todo lo demás. Se opone a
losmodelos de pensamiento estáticos, atomistas y flotantes. Es una
filosofía que da pleno alcance a la conciencia y a la voluntad, pero con
plena conciencia de su inextricable materialidad.
A lo largo de toda la historia del pensamiento siempre ha habido quienes
optaban por una forma de pensar desconectada y pluralista frente a
quienes aspiraban a ver el todo en la medida de lo posible. Dentro de la
izquierda, siempre ha habido quienes han defendido una o varias
cuestiones, pero que no sentían la necesidad del tejido conectivo
intelectual de una visión integrada del mundo.
Me resulta difícil de entender, porque, incluso de niña, yo buscaba
comprender el todo y, a medida que me desarrollaba, me encontraba
perpleja ante quienes optaban por ir dando tumbos de una cosa a otra sin
tratar de ver lo que yo llamaba «la visión de conjunto». Lo que me ha
parecido aún más sorprendente ha sido encontrar esto incluso dentro del
marxismo.
Esta tendencia estuvo presente desde el principio, primero en oposición
directa a Marx y Engels entre sus contemporáneos. Luego, durante la II
Internacional, algunos de cuyos intelectuales volvieron
al /M//ethodenstreit /neokantiano, trazando una línea tajante entre la
historia y la naturaleza y entre las humanidades y las ciencias
naturales—básicamente, un fundamento para la naturaleza y otro para la
vida. Frente a ellos, otros, como Lenin y Georgi Plejánov, defendían
una filosofía integral «fundida en una sola pieza de acero» [11].
En la Unión Soviética de los años veinte, hubo un animado debate de las
diferencias de énfasis dentro del marxismo acerca de las raíces de
éste en la historia de la filosofía, en particular la
tradición hegeliana, frente a su basamento en las ciencias naturales.
Aun así, incluso los más inclinados a una versión más hegeliana del
marxismo defendieron a Engels y la dialéctica de la naturaleza frente a
los críticos [12].
En la /Comintern/, más amplia, fue de otro modo. Gran parte del debate
convergió en torno a la publicación de /Historia y conciencia de
clase /de Lukács en 1923 [13]. Este año se cumplen cien años, y hay
varios actos conmemorativos y números especiales dedicados a ella.
En el congreso de /Materialismo Histórico/ celebrado en Atenas en abril
de 2023 hubo toda una corriente dedicada a ella titulada «Las mil y una
noches de la totalidad: un maratón de /historia y conciencia de
clase/«, aunque la mayoría de las ponencias se centraron en aspectos
particulares del pensamiento de Lukács, y no en el debate sobre la
totalidad.
En su libro de 1923 Lukács afirmaba que el método dialéctico sólo se
aplicaba a la historia y a la sociedad y no podía extenderse a la
naturaleza, exonerando de ello a Marx y acusando de ello a Engels.
Aunque Lukács se había hecho comunista, seguía preso tanto del
neohegelianismo como del neokantianismo, de tal modo que tomaba la
totalidad de G. W. F. Hegel pero eldualismo de Immanuel Kant, quedando
así atrapado en una contradicción central.
Para Lukács, la totalidad era una cuestión de conciencia, de intuición
fenomenológica, y un todo previo del que podían deducirse los
particulares, no algo que comenzara con los particulares y avanzara,
tanto inductiva como deductivamente, hacia generalizaciones
totalizadoras, como lo fue para Marx,Engels y gran parte de la tradición
posterior. La obra de Lukács en esta época estaba impregnada de un
desdén por las ciencias naturales y todo el ámbito de la investigación
empírica, como era típico del medio intelectual del queprocedía.
Lukács reflexionó más tarde que era una época en la que las
transformaciones histórico-mundiales luchaban por encontrar expresión
teórica y se encontró encarnando tendencias intelectuales
contradictorias en el proceso de su propia transformación política e
intelectual.[14].
La tormenta de controversia de los años veinte se desató en las revistas
teóricas, pero también en el V Congreso Mundial de la Internacional
Comunista, cuando Grigori Zinóviev arremetió contra algunos
intelectuales, entre ellos Lukács, por revisionismo teórico. En una
historia complicada, Lukács se retractó y permaneció dentro del
movimiento comunista, mientras que la tradición marxista occidental
asumió la posición que Lukács había abandonado. Lo
hizo distanciándose no sólo del movimiento comunista sino también del
activismo de izquierdas, en diferentes grados y con diferentes
pensadores. [15]
Tendían a demorar en abstracciones teóricas, en un mundo de ideas
sobre ideas y textos sobre textos, no suficientemente impregnados por el
anclaje epistemológico del activismo real o la investigación empírica.
Aunque para Lukács el proletariado de esta época era el portador de la
conciencia revolucionaria, se parecía más al /Weltgeist /hegeliano que a
la clase obrera viva, que respira, de la experiencia histórica.
La tradición marxista occidental estaba atrapada en las antinomias
neokantianas, especialmente en el abismo entre ciencias naturales y
humanidades, entre naturaleza e historia, entre materia y conciencia. Su
totalidad era esencialmente un concepto antiempírico. Daban mucha
importancia a la crítica del positivismo, que era necesaria, pero
tendían a confundir positivismo y ciencia y, por tanto, a dejar todo el
ámbito de las ciencias naturales en manos del positivismo, ignorando
la existencia de una visión antipositivista de la ciencia desarrollada
en el seno del marxismo.
Hicieron mucho hincapié en la conciencia y la cultura, a menudo con
análisis ricos y perspicaces, pero dichos análisis siempre
fueron deficientes debido a su desconexión con la naturaleza y la
ciencia natural. A su totalidad le faltaba siempre una dimensión
crucial. [16]
El marxismo occidental era una posición mantenida en gran medida por
intelectuales universitarios, que se consideraban más sofisticados que
los que adoptaban lo que llamaban marxismo vulgar, con Engels presentado
como el primer marxista vulgar y la Unión Soviética y los partidos
comunistas retratados como los instrumentos de institucionalización de
esta vulgaridad. Ernst Bloch acogió con satisfacción el libro de Lukács,
pero predijo que otros no lo harían, señalando a los rusos como
ignorantes de la tradición filosófica alemana y de pensar «como perros
incultos » [17].
La tradición marxista dominante—la que procede de Engels y se fundamenta
en la ciencia—era también la posición de algunos intelectuales
universitarios, muchos de los cuales eran científicos. Era, además, la
posición de muchos activistas de la clase obrera, algunos trabajando en
la construcción todo el día y asistiendo a conferencias sobre
materialismo dialéctico por la noche.
A veces, eran relativamente poco sofisticados, pero no siempre. A veces
recitaban leyes de la dialéctica como los niños recitan oraciones y
poemas, pero los había que reflexionabanseriamente e incluso daban
buenas conferencias y escribían buenos libros. Esta versión del marxismo
era también la ortodoxia decretada por el Estado y una posición adoptada
de forma oportunista allí donde los partidos comunistas estaban en el
poder. De hecho, a veces el trabajo de escritores, filósofos y
científicos serios era vigilado por apparatchiks, algunos de los cuales
eran matones.
Estos pensadores no sólo fueron criticados, sino purgados e incluso
fusilados. Las sociedades socialistas se tomaban la filosofía muy
en serio, pero cuando la batalla de las ideas se entrelazaba con las
luchas por el poder, y esto podía tener consecuencias imprevistas e
inclusodesastrosas. Así que, sí, esta corriente del marxismo podía ser
vulgar, incluso mortal, pero no puede reducirse a estas manifestaciones.
Lukács forjó un camino a través de estos tiempos difíciles en los que
las polémicas se entrelazaban con las purgas. Para él, el concepto de
totalidad era la esencia del marxismo. El problema era qué tipo de
totalidad.
Hubo y hay muchas totalidades desde Parménides hasta Hegel, incluidas
las religiones monoteístas mundiales. La esencia del marxismo en la
línea principal de desarrollo es, en efecto, la totalidad, pero es un
tipo específico de totalidad, enraizada en la materia y en la
investigaciónempírica de la materia, un materialismo dinámico e integrador.
Lukács, en su filosofía temprana, volvía a un idealismo alejado de la
materia y de la investigación empírica. Era una totalidad falsa, porque
excluía la naturaleza y distorsionaba la historia al no conceptualizarla
en su conexión dinámica con la naturaleza. Lukács admitió más tarde que
la tendencia a considerar el marxismo exclusivamente como una teoría de
la sociedad y repudiarlo en cuanto que teoría de la naturaleza golpeaba
las raíces de la ontología marxista.
Lukács estaba comprometido con la totalidad y con trascender la red de
contradicciones en el corazón del pensamiento burgués. Arrojó mucha luz
sobre las antinomias de la conciencia burguesa. En su teoría de la
novela, sostenía que la novela busca la totalidad, pero no la consigue,
debido a la fragmentación y disonancia características de la época y al
carácter contradictorio de la existencia burguesa. Sin una visión del
mundo, afirmaba, es imposible narrar adecuadamente. [18] Era cierto
entonces, y sigue siéndolo ahora.
Lo que prevaleció en la Unión Soviética y en la /Comintern/ fue un
enfoque sintético, que encontró quizás su mejor expresión en las
ponencias presentadas por la delegación soviética al /Congreso
Internacional de Historia de la Ciencia/celebrado en Londres en 1931.
Bujarin, Boris Hessen, Nikolai Vavilov, Boris Zavadovsky y otros
expusieron enérgicamente una visión audaz de la unidad de la ciencia y
su lugar dentro de una filosofía integral que abarcaba todo lo necesario
para comprender los trascendentales acontecimientos de la época. También
criticaron duramente todas las demás posiciones filosóficas en liza, así
como la suposición de que la ciencia podía funcionar bien sin
filosofía [19].
Algunos de los participantes británicos sintieron que estos documentos
cristalizaban todo lo que se había estado agitando en ellos y luchando
por una expresión teórica. Impulsaron esta visión en sus trabajos
posteriores y crearon un movimiento en torno a ella. Varios de ellos
eran ya científicos de renombre mundial que consideraban que la
tradición derivada de Engels, Lenin y Bujarin dabasentido a la ciencia
de una forma que nada más lo tenía.
En la mente altamente integrada de J. D. Bernal, la ciencia, la
filosofía y la política estaban unidas de tal manera que cada una sólo
podía entenderse como parte de una totalidad interconectada. Lo
importante de la filosofía de la ciencia de Engels, según Bernal, era
que veía la naturaleza como un todo y como un proceso.
Bernal veía en el materialismo dialéctico la base no sólo de un
movimiento revolucionario, sino una fuerza para el perfeccionamiento de
la ciencia. Aportó orden y perspectiva a la ciencia e iluminó su camino
hacia adelante.
El materialismo dialéctico no se impuso a la ciencia experimental desde
fuera de ella, sino que fue un método para coordinar los resultados de
los experimentos y señalar el camino hacia otros nuevos, un método
desarrollado en y a través de la ciencia. Era una ciencia de las
ciencias, que superaba la especialización y construía una imagen global
del conocimiento existente. No puede haber coherencia en la ciencia sin
una visión del mundo, y no puede haber credibilidad en una visión del
mundo que no esté basada en la ciencia. El bernalismo fue atacado desde
muchos frentes, y él se enzarzó en una fuerte polémica contra las
críticas tanto positivistas como idealistas de esta posición
filosófica [20].
Hubo otros, como J. B. S. Haldane, otro científico de fama mundial. Su
impulso sintetizador—que se extendía más allá de la ciencia, llegando a
una teoría de todo, desde la caída de una piedra hasta las imaginaciones
de un poeta—encontró un hogar en el marxismo.
Un crítico de su libro /The Marxist Philosophy and the Sciences /(/La
filosofía marxista y las ciencias/)/ /señaló que Haldane, al convertirse
en marxista, se sumergió a través de toda la gama del conocimiento
humano, como si dijera «Ábrete sésamo», viéndolo todo bajo una luz nueva
y más clara. Haldane veía el marxismo como el método científico aplicado
a la sociedad, que expresaba la unidad de todo el conocimiento y
analizaba los mismos procesos fundamentales entrelazados entre sí en
cada corte transversal de la naturaleza y la sociedad. [21] Lo mismo le
ocurría a Joseph Needham, que desarrolló su teoría de los niveles
integrativos bajo la influencia del marxismo [22].
Un contemporáneo suyo que no se movía en círculos académicos—que, de
hecho, abandonó la escuela a una edad temprana y más tarde se afilió al
Partido Comunista de Gran Bretaña (CPGB)—promovió esta visión de la
totalidad con la ciencia como dimensión esencial. Christopher
Caudwell leyó mucho, buscando constantemente la síntesis.
En el marxismo encontró y promovió la visión integrada del mundo que
había estado buscando. Escribió brillantes textos teóricos,
publicadospóstumamente tras su muerte en la Guerra Civil española.Tanto
si escribía sobre poesía como sobre física o filosofía, penetraba hasta
lo más profundo, iluminando de un modo nuevo toda la vasta red de
interconexiones [23].
Al igual que Lukács y la corriente marxista occidental, Caudwell puso un
énfasis considerable en el análisis de la conciencia burguesa, pero lo
hizo de una forma más fundamentada e integrada. Mostró cuánto más
poderoso era un análisis de la conciencia y la cultura cuando se
perseguía con una orientación verdaderamente totalizadora, que
comprendiera dónde encajaban lanaturaleza y la ciencia en el panorama.
Argumentó que la burguesía había llevado a un nuevo nivel el dualismo
inherente a la sociedad de clases debido a su separación ilusoria de
la conciencia individual de las matrices natural y social de su
existencia, generando así en la filosofía una separación cada vez más
aguda del individuo y la sociedad, de la historia y la naturaleza, de la
mente y la materia, y de la libertad y la necesidad,
haciendo indisoluble la relación fundamental sujeto-objeto.
Para Caudwell, esta contradicción tiene su origen en la división social
del trabajo. Debido a que la clase pensante se había alejado cada vez
más de la clase trabajadora, se produjo una creciente fragmentación
intelectual y desorientación cultural. La teoría y la práctica estaban
separadas en la conciencia porque estaban separadas en la realidad
social, provocando la distorsión de ambas.
Exploró el modo en que esto ocurría, no sólo en la política, la economía
y la literatura, sino también en la biología y la física. Vio que cada
disciplina se desgarraba en contradicciones que no podían resolverse
dentro de ninguna disciplina, sino sólo dentro de una síntesis más
amplia. Para él, la crisis de la física era un problema de la metafísica
de la física. La ciencia experimental estaba generando un creciente
cuerpo de conocimientos que no podía encajar en los marcos teóricos
existentes.
La ciencia, de hecho toda la cultura burguesa, era incapaz de asimilar
los descubrimientos que realizaba y de controlar las fuerzas que
desencadenaba, debido a la falta de una cosmovisión integrada. Esta
cosmovisión sólo podía fundarse en una nueva matriz social, generada por
los elementos más ilustrados de la clase pensante cuando hacían causa
común con la clase obrera, fusionando sus conocimientos con los basados
en la experiencia vital delproletariado. La conciencia del todo no se
revelaba en la contemplación, sino que se forjaba en el trabajo social.
Por eso Caudwell participó activamente en las luchas del East End de
Londres y en el campo de batalla del Jarama en España.
También es la razón, diría yo, por la que el activismo político es
epistemológicamente importante y por la que siempre hay algo que falta
en aquellos que se definen como marxistas pero que nunca lo llevan fuera
de las universidades, las revistas y las conferencias. Una
mayor proporción de los intelectuales de la tradición que
estoy describiendo eran más activos políticamente que los de la
otra tradición.
Mi propia generación, en general, se benefició de una marea ascendente,
y muchos de nosotros fuimos la primera generación de nuestras familias
en ir a la universidad. Sin embargo, esto también significó para muchos
perder el contacto con el mundo del trabajo, especialmente el
trabajo manual. La Nueva Izquierda teorizaba a menudo de una forma
alejada del trabajo, de la economía y de la ciencia. También despreciaba
los logros de las generaciones anteriores y se mostraba hostil a los
partidos comunistas y a los países socialistas [24].
En Gran Bretaña, incluso los que se hicieron marxistas (incluso los que
se unieron al CPGB) tendieron a descartar a esta generación anterior de
marxistas británicos y a favorecer a la Escuela de Frankfurt. Luego se
subieron a la ola del posmodernismo, atacando cada vez más latotalidad,
el economicismo, el cientificismo, el determinismo, el análisis de clase
y los países socialistas, mientras celebraban el pluralismo, el
individualismo y el consumismo, desmembrando el conjunto que hizo del
marxismo lo que era.
Una vez estuve hablando en un acto del CPGB en una polémica contra estas
tendencias y defendiendo el marxismo como una visión totalizadora del
mundo en la que la ciencia, la economía y el análisis de clase eran
fundamentales. La presidenta comentó queestaba asombrada por mi
combativa confianza, y varios oradores de la sala me denunciaron
por totalitarismo.Convirtieron /Marxism Today /en una revista que
difícilmente podía considerarse marxista, por amplia que fuera la
definición. Luego liquidaron el partido [25].
Gran parte de esta tradición se desarrolló en Gran Bretaña. Marx,
Engels, Bernal, Haldane, Caudwell y otros vivieron y escribieron en Gran
Bretaña. Bujarin, Zavadovsky y otros hicieron presentaciones memorables
de su visión allí. El libro de Jay desestimaba de pasada lo que
él llamaba «marxismo inglés», decretándolo insular y positivista con una
fuerte aversión a generalizar conceptos. Creo haber demostrado lo
inexacto que era ese juicio [26].
Mientras tanto, había una línea ininterrumpida que impulsaba la visión
totalizadora a partir de los principios fundacionales esbozados por Marx
y Engels, que asimilaba los nuevos desarrollos de la ciencia, la
economía, la filosofía, la política y la cultura, y entraba en polémica
contra las tendencias destotalizadoras que crecían con más fuerza cada
década.
Durante mi vida, un tercio del mundo estaba en manos de Estados que
profesaban su adhesión al marxismo. No creo que ser la ideología oficial
de un Estado de partido único haya sido siempre saludable para el
desarrollo creativo de esta tradición. Definitivamente, no es el camino
del futuro.Sin embargo, no debemos olvidar que, durante gran parte de la
historia del mundo, quienes gobernaron lo hicieron no sólo mediante la
fuerza militar, sino incrustando sus visiones del mundo a través de
estructuras rituales, educativas y de gobierno.
En aquellos países que seautodenominaban socialistas e
institucionalizaban el marxismo, algunos creían activamente en
el marxismo, otros lo aceptaban pasivamente, otros fingían
oportunistamente aceptarlo y algunos disentían de él. Cuando estos
regímenes cayeron, algunos renunciaron al marxismo, mientras que otros
se adhirieron a él en circunstancias difíciles, ya que sus instituciones
fueron depuradas y clausuradas y pasaron de ocupar posiciones
influyentes a llevar una vida marginal.
No obstante, en todo momento hubo filósofos, científicos, escritores e
incluso apparatchiks serios que avanzaron en esta exploración de las
implicaciones filosóficas de las ciencias naturales, algunos
específicamente en el área de la ecología [27].
Los nombres de V. I. Vernadsky,Alexander Oparin, Vladimir Sukachev, Ivan
Schmalhausen, Y. M. Uranovsky, Mikhail Budyko, I. P.Gerasimov, Evgeny
Federov, A. D. Ursul, T. I. Oizerman, Herbert Hörz y Radovan Richta,
entre otros, puede que no fueran muy conocidos por la izquierda
occidental, lo que no impidió ésta desechara preventivamente el trabajo
de estos científicos como vulgar /diamat/. Incluso ahora, muchos
izquierdistas occidentales muestran poco interés por cualquier filósofo
de Oriente, excepto Evald Ilyenkov, Karel Kosik o Bloch, aquellos que
consideran que tienenmás en común con la tradición marxista occidental.
Los occidentales que tomamos en serio a los pensadores orientales y nos
relacionamos con ellos a menudo nos enfrentamos a la hostilidad, la
indiferencia o la incomprensión del medio en el que vivimos y luchamos
por ganarnos la vida. El posmodernismo barrió la escena y
despreció nuestras totalidades, desdeñando nuestras grandes narrativas.
En una conferencia académica en la década de 1990, Terry Eagleton
comentó que, como marxista masculino de mediana edad, a veces se sentía
como una criatura en un zoológico donde había un cartel que
advertía «Cuidado: totaliza y reduce». Sin embargo, encontramos lugares
donde nuestras voces podían ser escuchadas y nuestros puntos expuestos,
ocasionalmente incluso en las alturas icónicas de las instituciones
dominantes. Eagleton era profesor en Oxford y Richard Lewontin, Richard
Levins yStephen Jay Gould eran profesores en Harvard. Levins reiteraba
constantemente que «la verdad es el todo» y lo exploraba en nuevos
ámbitos, como la teoría de la complejidad [28].
Por cierto, no considero que el althusserianismo forme parte de esta
corriente que enfatiza el papel de la ciencia dentro del marxismo.
Aunque afirma una especie de totalidad y cientificidad, es más una
cuestión de proclamación que de práctica. Su noción de ciencia es
abstracta y esclerótica y no está comprometida de forma significativa
con la ciencia real. Además, una totalidad sin historicidad es otra
falsa totalidad.
En cuanto a Engels y toda la corriente que desarrollaba el marxismo como
filosofía de la naturaleza y de la ciencia en continuidad con una
filosofía de la historia, veo que en los últimos tiempos se está
produciendo un resurgimiento de esto. Kaan Kangal considera que el
debate sobre Engels ha amainado debido a la desaparición de la
UniónSoviética y el fin de la antigua Guerra Fría. Otros autores a lo
largo de los años también lo han relacionado con el anticomunismo. Creo
que éste es un factor. Sin embargo, hay otras razones.
Principalmente, creo, es debido a la crisis ecológica de nuestros
tiempos que hay una mayor atención a la naturaleza, a la interacción
humana con la naturaleza y a la necesidad de una filosofía integrada
subyacente. Actualmente hay muchos marxistas en este campo, que citan
la relevancia de los análisis de Marx, Engels y los marxistas
posteriores en el pasado sobre la interfaz humano-natural, al tiempo que
esbozan los contornos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad,
la erosión costera y los muchos síntomas de un desastre ecológico inminente.
Foster ha desempeñado un papel destacado en este sentido, combinando un
importante trabajo de historia intelectual que traza la genealogía del
ecosocialismo, al tiempo que revive la teoría de Marx de la ruptura
metabólica y la aplica al franqueo de los límites planetarios en la
época del Antropoceno [29].
Dado que las fuerzas de la naturaleza nos presionan de forma tan
palpable y que la materia sigue estando ahí de forma tanto brutal como
deliciosa—por muy alejados que los intelectuales crean estar de ella—,
se ha producido una especie de retroceso de las teorías que no consiguen
llegar a comunicar con la naturaleza y con la materialidad. Gran parte
de ellas se tambalean, inventando neologismos, recirculando viejas ideas
como si fueran recién descubiertas, o proponiendo abstracciones débiles
y flácidas donde se necesitan conceptos explicativos más fuertes
y profundos.
Todavía recelosos de la causalidad material y del determinismo
científico, estos intelectuales proponen nociones nebulosas de
rizomas, embrollos, haces, ensamblajes, potencialidades, redes,
hiperobjetos, cuasiobjetos, lo que sea. Yo pregunto: ¿Alguna de
estastendencias—la ontología orientada al objeto, la teoría del
actor-red, el posthumanismo o el ‘nuevo materialismo’—explica algo que
el marxismo no pueda explicar mejor? El ‘nuevo materialismo’,
por ejemplo, es algo pálido y macilento comparado con la rica y robusta
versión marxista.
El marxismo posmodernista puede parecer más sofisticado y contemporáneo
si mira a Bruno Latour y pasa por alto a Engels, pero ¿cuál de ellos nos
ayuda realmente a navegar por el terreno de nuestro tiempo y cuál nos
arrastra a «una orgía en el fango»? Esta vívida imagen procede de la
crítica de Andreas Malm a Latour [30].
Hay muchos debates tanto entre marxistas y no marxistascomo entre
marxistas. Así debe ser. Hay muchos asuntos monumentales en juego y
rápidas revelaciones de los detalles y la escala del inminente desastre
medioambiental, así como de futuras pandemias. El papel de la naturaleza
yla ciencia natural nunca ha sido tan abrumadoramente evidente.
Sin embargo, los hechos y las previsiones sobre las emisiones de carbono
y la degradación del clima, así como sobre la replicación de los virus y
el desarrollo de las vacunas, no pueden entenderse correctamente sin una
filosofía integradora de la naturaleza y la ciencia y unaeconomía
política del capitalismo.
Sólo el marxismo proporciona esto. Dentro de esto, hay divergencias
sobre las estrategias para la izquierda, con algunos pasando del
concepto de ecosocialismo al de comunismo del decrecimiento. Hay muchos
desarrollos contemporáneos que abordar y enfoques alternativos que sopesar.
Mi argumento es el siguiente: el marxismo es la única tradición
intelectual en la escena capaz de abarcar de forma integrada y
fundamentada la totalidad de lo que es necesario comprender
para entender y hacer frente a nuestro mundo. El marxismo ha
desarrollado esto en una línea ininterrumpida desde la época de Marx y
Engels hasta ahora, aunque la corriente dentro de esta tradición que lo
ha hecho de forma más creíble y completa ha sido marginada tanto por la
cultura occidental dominante como por otras corrientes dentro del
marxismo [31].
En el centro de esta tradición marxista dominante estaba y está la
totalidad real. No hay totalidad sin naturaleza, sin ciencia. No hay
totalidad sin historia, política, economía y cultura. Tal vez nunca haya
sido tan difícil perseguir esa totalidad porque las presiones
desotalizadoras de la época son muy fuertes.
Los modos de pensamiento dominantes en nuestro tiempo, las
diversas formas de positivismo y posmodernismo—actualmente presentes
sobre todo en formas degeneradas—son tanto renuncias a la totalidad como
juegos a la pluralidad, discontinuidad, aleatoriedad y fragmentación y,
en última instancia, falta de sentido e impotencia.
Los esfuerzos por superar esto desembocan más a menudo en el
eclecticismo que en la síntesis. Sin sentar las bases de una visión
integrada del mundo, que sea a la vez materialista y holística, patinan
por lasuperficie de los fenómenos y nunca llegan a los patrones
centrales de interconexión o a la forma del todo.
Esto tiene sus raíces en la naturaleza del capitalismo tardío: el
sistema que enmascara la naturaleza de sí mismo como sistema; el sistema
que bloquea sistemáticamente el pensamiento sistémico; el sistema que
impulsa la desintegración que engendra la decadencia.
Vivimos en una época de profunda decadencia, evidente en todas partes,
desde la parálisis ante la crisis ecológica hasta la capitulación de
gobiernos, universidades y medios de comunicación dominantes ante el
poder, pasando por muchas manifestaciones de enfermedades
mentalesmasivas y el ruido vacío de los juegos de ordenador, la
telerrealidad y el concurso de la canción de Eurovisión. Los síntomas
mórbidos y los monstruos se multiplican. El capitalismo es decadente
y, sin embargo, sigue siendo dominante.
¿Qué hacer al respecto? La primera prioridad es ver claramente la forma
del conjunto. Lo siguiente es hablar y escribir sobre ello con claridad.
Lo siguiente es organizarse en torno a ello.
Los marxistas, desde el principio, han estado haciendo esto, y ahora hay
más necesidad que nunca de hacerlo. Puede que seamos marginales en
relación con las abrumadoras fuerzas de confusión y destrucción que se
alzan contra nosotros, pero los márgenes también están en alguna parte.
Tenemos que habitarlos y salir de ellos. Delo contrario, la confusión
y la destrucción quedan sin respuesta.
Debió de haber momentos en el que Marx y Engels se sintieron marginados
de su época y de todo lo que ocurría fuera de su control. No tenían ni
idea de qué perdurable tradición intelectual y qué poderoso movimiento
surgirían de sus esfuerzos. Tenemos que mantener esto en marcha, sea
cual sea el futuro que pueda surgir de él.
*NOTAS*
1. Este artículo es una versión revisada de un discurso pronunciado en
la conferencia Engels in Eastbourne el 2 de junio de 2023
2. Martin Jay, /Marxism and Totality /(Cambridge: Polity Press, 1984).
3. Helena Sheehan, /Marxism and the Philosophy of Science /(Atlantic
Highlands: Humanities Press, 1985), chapter 1.
4. Terrell Carver, /Marx and Engels: The Intellectual
Relationship /(Bloomington: Indiana University Press, 1983).
5. Kaan Kangal, /Friedrich Engels and the Dialectics of Nature /(London:
Palgrave, 2020); Paul Blackledge, “Engels vs. Marx?: Two Hundred Years
of Frederick Engels,” /Monthly Review /71, no. 1 (May 2020): 21–39; John
Bellamy Foster, “Engels and the Second Foundation of Marxism,” /Monthly
Review /75, no. 2 (June 2023): 1–18.
6. Kohei Saito, /Marx in the Anthropocene /(Cambridge: Cambridge
University Press, 2023).
7. Foster, “Engels and the Second Foundation of Marxism.”
8. Véase el número de Julio–Agosto de 2023 de /Monthly
Review /sobre “Decrecimiento planificado”
9. Frederick Engels, /Dialectics of Nature /(Moscow: Progress
Publishers, 1934), 180.
10. Frederick Engels, /Ludwig Feuerbach and the End of Classical German
Philosophy /(Moscow: Progress Publishers, 1946), 46–47.
11. Sheehan, /Marxism and the Philosophy of Science/, chapters 2 and 3.
12. Sheehan, /Marxism and the Philosophy of Science/, chapter 4.
13. Georg Lukács, /History and Class Consciousness /(London: Merlin
Press, 1967).
14. Lukács, “Preface to the New Edition” in Lukács, /History and Class
Consciousness/.
15. Sheehan, /Marxism and the Philosophy of Science/, chapter 5.
16. Sheehan, /Marxism and the Philosophy of Science/, chapter 5.
17. Ernst Bloch, “Akualitat und Utopie zu Lukács,” /Der Neue
Merker /(October 1923).
18. Georg Lukács, /Marxism and Human Liberation /(New York: Dell
Publishing, 1973).
19. I. Bukharin, ed., /Science at the Crossroads /(London: Frank Cass
Publishers, 1971).
20. D. Bernal, “Engels and Science,” /Labour Monthly /17, no. 6 (1935):
506–13 and J. D. Bernal, “Dialectical Materialism and Modern
Science,” /Science & Society /2, no. 1 (1937): 58–66.
21. B. S. Haldane, /The Marxist Philosophy and the
Sciences /(Birmingham: University of Birmingham, 1938); Andrew
Rothstein, “Vindicating Marxism,” /Modern Quarterly/, no. 3 (1939).
22. Joseph Needham, “Integrative Levels,” /Modern Quarterly/, no. 1 (1938).
23. Christopher Caudwell, /Studies and Further Studies in a Dying
Culture /(New York: Monthly Review Press, 1971) y Christopher
Caudwell, /The Crisis in Physics /(London: Verso Books, (2018)
24. Helena Sheehan, /Navigating the Zeitgeist /(New York: Monthly Review
Press, 2019).
25. Helena Sheehan, /Until We Fall /(New York: Monthly Review Press, 2023).
26. Jay, /Marxism and Totality/, 4.
27. John Bellamy Foster, /Capitalism in the Anthropocene /(New York:
Monthly Review Press, 2022), 316–37.
28. Tamara Awerbuch, Maynard S. Clark, y Peter J. Taylor, /The Truth Is
the Whole: Essays in// //Honor of Richard Levins /(Cambridge,
Massachusetts: The Pumping Station, 2018).
29. John Bellamy Foster, /The Return of Nature /(New York: Monthly
Review Press, 2020).
30. Andreas Malm, /The Progress of This Storm /(New York: Verso, 2018),
187; Helena Sheehan, “Between Nature and Society,” /Monthly Review /69,
no. 10 (March 2018): 59–61.
31. Helena Sheehan, “Marxism, Science, and Science Studies,” /Monthly
Review /74, no. 1 (May 2022): 35–48.
Em
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2023/09/14/__trashed-4/
14/9/2023
quinta-feira, 14 de setembro de 2023
La Totalidad: décadas de debates y el retorno de la Naturaleza
terça-feira, 12 de setembro de 2023
Formación y desaparición de los polos hegemónicos en la economía mundial
SERGEY GLAZYEV, ECONOMISTA RUSO
/*El nuevo orden económico se diferencia del imperial en la restauración
de la soberanía nacional y del derecho internacional. Esto predetermina
una diversidad mucho mayor del panorama geopolítico,. Al mismo tiempo,
aumentará la importancia de factores de integración no económicos como
la cultura, la proximidad de civilizaciones, los valores espirituales y
el destino histórico común. */
Según el diccionario de la lengua rusa, la palabra polo (del griego
pólos) es el lugar donde termina el eje imaginario de la Tierra: los
polos sur y norte «[1]. Tanto para la geografía como para la geometría
sólo puede haber dos polos, pero no es así para la geopolítica moderna,
en que el concepto “mundo multipolar” gana popularidad.
Habiendo hecho esta reserva terminológica, en el futuro utilizaremos el
concepto mundo multipolar con cautela, basándonos en las diferentes
interpretaciones de diferentes pensadores.
*1. Cambio de polos económicos globales durante la transición de los
sistemas económicos mundiales*
Para Giovanni Arrighi, autor de la teoría sobre los ciclos largos del
desarrollo socioeconómico global, [2] el concepto polo (geopolítico) se
aplica cuando la élite de un país tiene una influencia decisiva en el
desarrollo de la economía mundial. Arrighi [3] explicó el
desenvolvimiento de la economía capitalista mundial en cinco ciclos
sistémicos de acumulación de capital: hispano-genovés, holandés, inglés,
estadounidense y actualmente asiático.
Durante unos quinientos años de capitalismo, las élites gobernantes
hispano-genovesas, holandesas, inglesas y estadounidenses se han ido
sustituyendo entre sí como la fuerza que impulsa el desarrollo de la
economía capitalista.
Con excepción del primer ciclo – en el que el capital genovés formó la
base financiera de la rápida expansión del Imperio español – todos los
demás ciclos se caracterizaron por el dominio de un solo país, cuyas
relaciones de producción e instituciones sirvieron de ejemplo para el resto.
Con el tiempo, la eficacia del país hegemónico inexorablemente disminuye
en la periferia surge un nuevo líder con relaciones de producción e
instituciones cualitativamente más eficientes pasando el dominio global
al nuevo país. Sin embargo, antes de ser desplazado el anterior líder
instiga una guerra contra sus principales competidores, para mantener su
hegemonía mundial.
Los ciclos sistémicos seculares de acumulación de capital descubiertos
por Arrighi, con sus correspondientes épocas de desarrollo, se
diferencian no sólo por quienes son los países hegemónicos, sino también
por sus sistemas de gestión de la reproducción y del desarrollo económico.
Para estudiarlos, el autor introdujo la concepción de Estructura
Económica Mundial (WES en inglés), un concepto que define como las
instituciones nacionales e internacionales se interrelacionan con un
sistema que asegure las relaciones económicas y la reproducción ampliada
del capital [4].
Las instituciones creadas por el país líder, tienen tal influencia que
regulan el mercado internacional y sus relaciones económicas y
financieras También sirven como modelo para los países de la periferia
que buscan alcanzar al líder importando el modelo que les ha sido
impuesto. Por tanto, el sistema institucional de la estructura económica
mundial (WES) impregna toda la reproducción de la economía, incluyendo
sus componentes nacionales, regionales e internacionales.
Los ciclos sistémicos de acumulación de capital son una de las formas
que adquiere el ciclo de vida de la estructura económica mundial. Los
ciclos de acumulación de capital hispano-genovés, holandés, inglés,
estadounidense y asiático descritos por Arrighi son manifestaciones de
los ciclos de vida del comercio y la manufactura. Se diferencian tanto
en sus sistemas de gestión, reproducción y desarrollo económico.
Hasta ahora, la historia ha demostrado que la transición de uno a otro
ciclo, se ha producido mediante guerras mundiales y revoluciones
sociales, durante las cuales el obsoleto sistema de gestión es derrotado
y el país victorioso forma uno nuevo.
Las nuevas estructuras difieren no solo en el tipo de organización del
comercio internacional, sino también en el sistema de relaciones e
instituciones que permiten al país líder alcanzar superioridad global y
conformar un nuevo régimen de comercio y relaciones económicas
internacionales.
Dicho de otro modo las estructuras económicas mundiales están
determinadas por los sistemas institucionales de los países centrales
que dominan las relaciones económicas y forman el núcleo del sistema
económico mundial. Al mismo tiempo, en su periferia pueden reproducirse
otros sistemas de organización de las economías nacionales y regionales,
menos eficaces e incluso arcaicos.
Las relaciones entre el centro y la periferia del sistema económico
mundial se caracteriza por intercambios económicos desiguales a favor
del centro, que aprovecha su situación privilegiada debido a su
superioridad económica, tecnológica y organizativa. Estos beneficios los
reciben en forma de renta intelectual, monopolística, empresarial y por
las primas de emisión en el mercado accionario. Por lo tanto, los países
centrales forman el centro de la economía mundial, dominan las
relaciones económicas y determinan el desarrollo socioeconómico global.
La lógica de la competencia geopolítica en el sistema-mundo capitalista
determinó el dominio de un país dentro del ciclo de vida de una u otra
estructura económica mundial (WCS). Esta estructura ha sido implementada
por la élite gobernante con una legislación que garantice la
reproducción ampliada del capital.
En este contexto la soberanía nacional brinda a las élites nacionales
oportunidades para una acumulación ilimitada de capital. Para lograrlo
utiliza el sistema crediticio bancario, la emisión de un moneda nacional
y otros instrumentos financieros destinados a proteger el mercado
interno y los derechos de propiedad.
Aunque los tratados internacionales pueden prever la protección de los
derechos de propiedad y de la inversión extranjera, en la práctica las
garantías de su cumplimiento dependen de la influencia geopolítica de
cada país.
Desde, los acuerdos de Westfalia (que preparó el camino para la
adquisición de soberanía nacional por parte de los Estados). Hasta la
actualidad, no ha sido posible crear estructuras supranacionales o
interestatales que se acerquen un poco a la eficacia de los sistemas
nacionales que permitan asegurar la reproducción y acumulación del
capital de los países más poderosos.
Incluso si los países son civilizadamente cercanos, las diversas
coaliciones y alianzas son incomparablemente menos fuertes que las
instituciones de los estados soberanos. Cuanto más poderosos sean estos
estados más oportunidades tendrán la élites nacionales de hacer realidad
sus intereses en las relaciones internacionales, incluido el
enriquecimiento mediante intercambios económicos desiguales.
La relación directa entre el poder de los Estados-nación y la
acumulación de capital a través de intercambios económicos
internacionales desiguales fortalece el poder del país que lidera la
formación socioeconómica capitalista. De esta manera la élite gobernante
aumenta sus poder utilizando la superioridad de su Estado y maximiza sus
ganancias en las relaciones económicas internacionales.
Así es como ha evolucionado el sistema-mundo capitalista, cuyo centro se
ha desplazado sucesivamente del norte de Italia a España, los Países
Bajos, Gran Bretaña y los Estados Unidos. En este proceso, los estados
que perdieron el liderazgo se transformaron en periféricos y desde otras
centros empezaron a surgir los nuevos países líderes.
El ciclo de vida del sistema-mundo capitalista consta de fases de
expansión material y financiera. En la primera fase, gracias a la
eficiencia del sistema de gestión, el país que forma el núcleo del nuevo
WES logra un importante avance, con una larga ola de crecimiento,
sostenido fundamentalmente por las tecnologías que modernizan su economía.
En la actualidad, los países centrales de la antigua estructura
económica (WCS) se está desmoronando. Vive una crisis estructural
acompañada de una depresión y de una sobre-concentración de capital en
industrias obsoletas tecnológicamente. Ante este crisis sistémica el
viejo orden se niega a perder su hegemonía por cualquier medio: incluso
provocando una nueva guerra mundial.
El debilitamiento del actual centro crea oportunidades para el avance
del país líder que esta formando el núcleo de una nueva estructura
económica mundial (WCS). Como resultado historico, este nuevo país
construye gradualmente su posición dominante.
De esa manera Holanda obtuvo el dominio mundial después de la guerra
hispano-británica. Gran Bretaña lo obtuvo después de las guerras
napoleónicas y Estados Unidos después de la Primera y Segunda Guerra
Mundial. En nuestros días la guerra híbrida global desatada por
Washington está contribuyendo objetivamente al avance económico de
China, que constituye el núcleo de una nueva WES
Históricamente en la segunda fase del WES, el país de su núcleo tiene la
oportunidad de imponer las condiciones del intercambio financiero y
económico internacional, el uso de su moneda y la construcción de
infraestructuras de transporte.
En la fase de expansión financiera, el dominio del país central se
convierte en una hegemonía global, que sustenta su poderío en las
ganancias provenientes de la explotación de los recursos de la periferia
a través de un intercambio comercial desigual, la manipulación de los
precios, la inversión del capital y la fuga de cerebros.
La otra cara de esta hegemonía es el crecimiento de la deuda pública y
la caída de la productividad de la economía con la especulación
financiera como actividad preferible a la inversión productiva. En ese
momento el antiguo sistema de dominación entra en la fase final de su
ciclo de vida.
De este análisis se deduce que el sistema-mundo capitalista es unipolar
en el período de madurez de la WES y multipolar en el período de su
cambio y declinación. Durante la formación de una nueva estructura
economía mundial aparecen uno o varios países, que compiten tanto con el
país hegemónico saliente, como entre sí. De esta competencia, emerge un
líder global que tiende a aumentar constantemente su poder.
En nuestra época, sin embargo, además de los países capitalistas
centrales también está Rusia, que sin ser un país capitalista
desarrollado, ha logrado conservar su influencia con diversas formas de
organización socioeconómicas y politicas , pero cuyo papel Giovanni
Arrighi ignoró por completo.
*2. Rusia como polo independiente de influencia mundial.*
A lo largo de toda la era del capitalismo, comenzando con el ciclo
secular genovés-español de acumulación de capital, Rusia actuó como un
polo independiente de influencia mundial lejos de occidente.
El sistema mundial saliente después de la segunda guerra mundial fue
bipolar: Estados Unidos y la URSS controlaron cada uno un tercio de la
economía mundial, y el tercio restante era campo de rivalidad. En el
sistema colonial que lo precedió, el Imperio ruso se opuso exitosamente
a los británicos, controlando la mayor parte de Eurasia, Alaska y el
Pacífico Norte.
En el ámbito comercial y manufacturero, con la modernización de Pedro el
Grande, Rusia se puso al día en el desarrollo tecnológico y llegó a
superar en escala productiva al entonces líder mundial, Holanda. Ese
reino moscovita había heredado las tradiciones culturales de los
imperios bizantinos y de los llamados imperios de la Horda.
Así, al menos desde el siglo XVII, Rusia constituyó un polo
independiente de influencia mundial que existió en paralelo a sus países
competidores y a los sucesivos centros del WES Occidental.
Hacemos este análisis refiriéndonos únicamente a un período bien
documentado. Desde el siglo XVII hasta el presente se puede rastrear el
ritmo del cambio en las estructuras económicas y tecnológicas mundiales.
Sus regularidades permiten hacer una previsión fiable en el desarrollo
de la economía mundial hasta finales de este siglo.
Sin embargo, la previsión del papel de Rusia sigue siendo incierta.
Después de la llegada de los Romanov, Rusia se vio envuelta en
relaciones complejas y contradictorias con los Estados europeos, que en
diferentes momentos actuaron como aliados o como oponentes.
Rusia era vista por occidente como una fuerza reaccionaria que
obstaculizaba los procesos de liberalización en las relaciones sociales
y de producción y la democratización de los sistemas políticos estatales.
Las élites gobernantes de los estados europeos temen a Rusia y
periódicamente se unen contra ella, buscando aplastarla y desmembrarla.
Desde el establecimiento del sistema colonial y la hegemonía mundial
británica, Rusia siempre ha sido vista como un polo de influencia
mundial opuesto a Occidente.
Por su parte, los líderes del Estado ruso trataron a los cambiantes
polos del sistema-mundo occidental ya sea como un socio, o como un
adversario, como un enemigo, o como un maestro.
Finalmente los ciclos sistémicos de acumulación de un capitalismo de
siglos de antigüedad afectaron negativamente a Rusia. Nuestro país era
una periferia hasta que la URSS dejó de participar en el proceso
capitalista por completo. Ahora Occidente está tratando de obtener todo
lo acumulado por el estado ruso durante el periodo soviético.
Tenemos que admitir que la actual elite gobernante rusa no ha
desarrollado ninguna actitud definida hacia Occidente. La discusión
entre occidentalizadores y eslavófilos continúa hasta el día de hoy. Si
los primeros asocian la posición especial de Rusia con su atraso y
abogan por superarlo sobre la base de la integración con Occidente, los
segundos están convencidos que Rusia debe contribuir a terminar con el
sistema liberal capitalista y pos-humanista que está profundamente
arraigado en occidente.
Hoy esta disputa política ha perdido cierta relevancia entre los rusos
debido a la guerra provocada por la OTAN y el Occidente colectivo. Esta
guerra y sus consecuencias, de hecho, está contribuyendo al fin a la era
del dominio occidental capitalista en el preciso momento que el centro
de la economía se desplaza al sudeste asiático, donde aparecen los
nuevos polos de influencia mundial.
*3.* *Los Polos del nuevo orden económico mundial.*
El cambio del actual sistema-mundo está en total concordancia con los
patrones de este tipo de procesos históricos [5]. La última etapa
comenzó con el colapso de la URSS y está terminando hoy con el colapso
de la Pax Americana.
En total conformidad con esta teoría, para mantener su hegemonía global,
la élite gobernante estadounidense ha desatado una guerra mundial
híbrida, buscando aplastar o crear el caos en los países que están fuera
de su control: China, Rusia, Irán.
Estados Unidos ya ha perdido la guerra comercial y económica ante China.
Al final del actual plan quinquenal, la República Popular China
alcanzará la soberanía tecnológica y ocupará el primer lugar en el mundo
en potencial científico y técnico. Por tanto, aparece cada vez más claro
que EEUU no podrá ganar la guerra híbrida debido a la eficiencia
cualitativamente mayor del sistema de gestión creado por los comunistas
chinos.
Por otra parte al incautar las reservas de divisas rusas, Washington ha
socavado la confianza en el dólar y está perdiendo rápidamente su
hegemonía en la esfera monetaria y financiera.
Al mismo tiempo, China se está convirtiendo en el mayor inversor del
mundo. La gigantesca inversión en los países de «Un cinturón, una ruta»
(BRI) es muchísimo mayor que la financiación de la iniciativa
estadounidense “para la región Indo-Pacífico». La magnitud del proyecto
estadounidense palidece en comparación con la BRI, que prevé movilizar
de 4 a 8 billones de dólares, en los próximos años.
La cartera de inversiones del BRI también ha eclipsado el muy
publicitado Plan Marshall que financió la reconstrucción de Europa
occidental después de la Segunda Guerra Mundial. Basta comparar los 8
billones del BRI con el PLan Marshall que al valor actual del dólar,
puede estimarse en apenas 180 mil millones de dólares (12 mil millones
hace 70 años) [6].
Después del colapso de la URSS, la élite gobernante estadounidense se
apresuró en declarar su victoria y el “fin de la historia”[7]. Esta
euforia terminó definitivamente con la crisis financiera global de 2008,
que marcó los límites del ciclo estadounidense de acumulación de capital.
La era de dominio global estadounidense duró un poco más que la del
Imperio Británico, que en la práctica terminó con la crisis financiera
de 1929. La Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial enterraron al
Imperio Británico, que no pudo resistir la competencia con sistemas de
gestión mucho más efectivos existentes en la URSS y en los Estados
Unidos; países que formaron los dos polos que reemplazaron al antiguo
sistema colonial.
Hoy, en todos los indicadores macroeconómicos, China ya supera a Estados
Unidos. Casi no ha sido afectada por la recesión global de la última
década.
En agosto de 2010 los chinos desplazaron a Japón como la segunda
economía más grande del mundo. En 2012, China superó a Estados Unidos en
el comercio exterior con un total de 3.82 billones de dólares de
intercambio. De esta manera desplazó el liderazgo de 60 años de los
estadounidenses en el comercio transfronterizo mundial .
A finales de 2014, el producto interno bruto de China, medido en paridad
de poder adquisitivo, era de 17,6 billones de dólares, superando al de
Estados Unidos (17,4 billones de dólares), que fue la economía más
grande del mundo desde 1872.[8]
China se está convirtiendo en un centro mundial de ingeniería y
tecnología. La proporción de ingenieros y científicos chinos en el mundo
alcanzó el 20% en 2007, duplicándose en comparación con el año 2000. Es
significativo que muchos de estos profesionales regresaron a China desde
el Silicon Valley estadounidense, desempeñando un papel importante en el
auge del espíritu innovador de su país.
Según todas las previsiones, en 2030 habrá en el mundo 15 millones de
ingenieros y científicos, de los cuales 4,5 millones (un 30%) serán
científicos, ingenieros y técnicos chinos [9]. Para 2030, China ocupará
el primer lugar en inversión en el desarrollo científico y tecnológico.
Su participación en el volumen del gasto global será del 25%[10].
Entre 2000 y 2016, la participación de China en publicaciones globales
en ciencias físicas, ingeniería y matemáticas se cuadruplicó, superando
largamente a los estadounidenses. En 2019, China superó a Estados Unidos
en registro de nuevas patentes (58.990 frente a 57.840). No sólo a nivel
macro, sino también a nivel micro, las empresas chinas superan a los
estadounidenses en actividad innovadora. Así, por tercer año
consecutivo, la empresa china Huawei Technologies, con 4.144 patentes,
está muy por delante de la estadounidense Qualcomm (2.127 patentes).
China es el líder mundial en pagos móviles, con Estados Unidos en sexto
lugar. En 2019, el volumen de estas transacciones en China ascendió a
80,5 billones de dólares. El volumen previsto de pagos móviles de su
población es de 111 billones de dólares.
La permanente emisión de dinero de la Reserva Federal estadounidense
está relacionada con operaciones especulativas en el mercado financiero,
que nunca llegan a los consumidores finales. La participación del dólar
en los acuerdos internacionales está cayendo, mientras que la
participación del Yuan crece sistemáticamente
Al mismo tiempo, el continuo crecimiento de la pirámide de deuda pública
estadounidense y los billones de dólares producidos por las burbujas
financieras de los “derivados” (que se han duplicado desde la crisis
financiera de 2008) no deja lugar a dudas que el colapso del sistema
financiero en dólares está cercano.
El aumento en más de cuatro veces de la base monetaria después de 2008
no se tradujo en una recuperación de la economía estadounidense, ya que
la mayor parte de la oferta monetaria se destinó a inflar las burbujas
financieras. Al mismo tiempo, China ha logrado una monetización mucho
mayor aumentando la inversión en su sector económico productivo real,
creando circuitos de acumulación de capital mucho más eficientes.
Las razones del desarrollo acelerado de la República Popular China
radican en la estructura institucional del nuevo WES, que proporciona
una gestión cualitativamente más eficiente del desarrollo económico.
Combinando las instituciones de planificación central y la competencia
de mercado, el nuevo orden económico mundial (WES) ha dado un salto
cualitativo en la eficacia de la gestión en comparación con los sistemas
anteriores del orden mundial: el soviético con planificación
centralizada y nacionalización total; y el estadounidense, con el
dominio de una oligarquía financiera y de corporaciones transnacionales.
Esto se evidencia no sólo por las tasas de crecimiento récord de la
economía china (durante las últimas tres décadas) sino también porque la
República Popular está a la vanguardia del progreso científico y
tecnológico.
Otros países que utilizan las antiguas instituciones de la estructura
económica mundial han mantenido artificialmente su economía: Japón
mediante una fuerte revaluación del Yen y Corea del Sur ha logrado
sobrevivido a duras penas a la crisis económica provocada por la
oligarquía financiera estadounidense en 1998.
Por otra parte el Vietnam moderno ha adoptado la experiencia China y la
India se pone al día en el frente tecnológico, mientras Etiopía muestra
tasas de crecimiento récord con la participación activa de inversores
chinos.
Independientemente de la forma dominante de propiedad (estatal, como en
China y Vietnam, o privada, como en Japón o Corea), la estructura
económica mundial se caracteriza por una combinación de instituciones de
planificación estatal, auto-organización del mercado, control estatal
sobre la principales parámetros de la reproducción de la economía y una
iniciativa privada que debe respetar el bien común.
Aunque, las estructuras políticas son fundamentalmente diferentes (desde
la llamada democracia India hasta el gobierno del Partido Comunista más
grande del mundo, el Chino) la prioridad de los intereses públicos sobre
los privados permanece sin cambios. Esta prioridad se expresa en
estrictos mecanismos de responsabilidad personal de los ciudadanos deben
cumplir con la observancia de las leyes y aportar con su trabajo a los
objetivos nacionales.
Por tanto, lo más probable es que Estados Unidos pierda la guerra
híbrida mundial desatada por su elite gobernante. El resultado será la
formación de un nuevo orden económico en que la competencia se realizará
entre una variedad comunista y la demócrata burguesa. Esta competencia
estará determinada por su eficacia comparativa para aprovechar las
oportunidades y amenazas del nuevo orden tecnológico.
Es probable que la principal competencia en el nuevo orden económico
mundial se desarrolle entre China y la India, que hoy son líderes en
términos de desarrollo económico – y junto con sus aliados- reclaman
una buena mitad de la economía mundial. .
Esta competencia será pacífica y se regirá por el derecho internacional.
Todos los aspectos de este orden, comenzando por el control de la
seguridad global y terminando con la emisión de monedas mundiales, se
basará en tratados internacionales. Los países que se nieguen a aceptar
este nuevo orden quedarán aislados en áreas relevantes de la cooperación
internacional.
La economía mundial se volverá más compleja. La restauración de la
importancia de la soberanía nacional y la diversidad de los sistemas
nacionales de regulación económica se combinarán con la importancia de
organizaciones internacionales con poderes supranacionales.
La competencia entre las variedades comunista y “democrática” de la
estructura económica mundial no será antagónica. Por ejemplo, la
iniciativa china «Un cinturón, una ruta» y la ideología del «destino
común de la humanidad» involucra a muchos países con diferentes sistemas
políticos (la UE han creado zonas de libre comercio con el Vietnam
comunista).
El desarrollo de la crisis financiera global va objetivamente acompañado
del fortalecimiento de China y el debilitamiento de Estados Unidos. Como
señala el Dr. Wang Weng: “La comunidad global ve a China creciendo
mientras que Estados Unidos se contrae en casi todos los aspectos
importantes: inversión internacional, fusiones, adquisiciones, logística
y divisas. La globalización se está volviendo cada vez menos
americanizada y cada vez más chinenizada”.
En el curso de esta transformación, los países de la periferia del
sistema financiero centrado en Estados Unidos, incluidos la UE y Rusia,
sufrirán significativamente. La única pregunta es la escala de estos
cambios. En circunstancias favorables, el Gran Estancamiento de las
economías de los países occidentales, que dura más de una década, se
prolongará durante varios años más, hasta que el capital que quede (tras
el colapso de las burbujas financieras) se invierta en la producción de
un nuevo orden tecnológico, y pueden “ensillar” una nueva ola larga de
Kondratiev.
En caso de un curso desfavorable de los acontecimientos, la permanente
impresión de moneda sin respaldo provocará una inflación galopante, lo
que puede conducir la desorganización de la economía y una caída en el
nivel de vida de la población acompañada de una crisis política.
La elite del poder estadounidense tendrá dos opciones. La primera es
aceptar la pérdida de dominio global y olvidarse de conformar y
controlar un gobierno mundial como aspiraba hasta hace poco. En el caso
que EEUU tome esta decisión deberá negociar con los estados nacionales
las condiciones para invertir capital y con ello tendrá la oportunidad
de participar- como un actor destacado- en la formación de un nuevo
orden económico mundial.
La otra posibilidad es escalar la guerra híbrida mundial que ya está
librando, en conjunto con la OTAN. Pero, como han expresado todos los
expertos internacionales Estados Unidos objetivamente no podrá ganar
esta guerra aunque el daño que infrinja a la humanidad puede ser
catastrófico, incluso fatal.
De cualquier manera los procesos de destrucción del sistema de
reproducción del ciclo estadounidense de acumulación de capital se
acelerarán a medida que los países explotados por la élite gobernante de
Estados Unidos se salgan de su control.
Si volvemos a recurrir a analogías históricas podríamos estimar que esta
guerra híbrida liderada por Estados Unidos puede durar unos siete años
más. Hasta ahora, estas analogías se han confirmado sorprendentemente.
La primera fase, que coincide con la última etapa del ciclo de vida del
actual orden económico mundial, comienza con la perestroika en la URSS
en 1985 y termina con su colapso en 1991. En el ciclo anterior, comenzó
con la Primera Guerra Mundial en 1914 y finalizó en 1918 con el colapso
de cuatro monarquías europeas que obstaculizaban la expansión global del
capital británico. La hegemonía de Gran Bretaña duró dos décadas, hasta
el Acuerdo de Munich, que marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial.
En esta fase, el orden económico mundial saliente alcanza los límites de
su evolución, mientras que en su periferia aparece el núcleo de la
formación de un nuevo orden económico. En este ciclo, surgieron tres
formatos políticos: socialista en la URSS, capitalista en Estados Unidos
y nacional-corporativo en Japón, Italia y Alemania.
Actualmente también están surgiendo tres formatos políticos: socialismo
con características chinas; nacionalismo democrático burgués indio y una
dictadura globalista mundial, que decidió apretar el gatillo con una
guerra en Ucrania después del coronavirus. Como la última vez, esta fase
dura aproximadamente dos décadas, comenzando con el colapso de la URSS y
el establecimiento temporal de la Pax Americana en 1991.
Finalmente, el último período de transición que estamos viviendo está
asociada con la destrucción del núcleo de la WES dominante y el
surgimiento de una nueva estructura, cuyo núcleo forma un nuevo centro
para el desarrollo de la economía mundial.
En esta fase, el país líder de la WCS saliente (EEUU) está desatando una
guerra híbrida mundial para mantener su hegemonía, pero el resultado más
previsible es que los países de la nueva WCS ganen el liderazgo global .
Si consideramos el golpe nazi en Kiev y la imposición de sanciones
financieras contra Rusia como el comienzo de la guerra híbrida mundial
desatada por Estados Unidos, entonces la fase final del actual período
de transición comienza en 2014, y su finalización debería esperarse para
el próximo año. Es en 2024 cuando deberíamos esperar el pico de la
agresión estadounidense contra Rusia.
Cabe señalar que este año también marca el cambio del ciclo político
ruso con nuevas elecciones presidenciales.
/Analogías históricas/
Consideremos con más detalle la analogía histórica del cambio anterior
en las estructuras económicas mundiales, que comenzó con la
participación de los países líderes en la Primera Guerra Mundial.
Después de la revolución socialista en Rusia, surge un prototipo de una
nueva estructura económica mundial con ideología comunista y
planificación estatal.
Una década y media después, para superar la Gran Depresión, en Estados
Unidos se implementa el New Deal, un tipo diferente de capitalismo con
la ideología del llamado Estado de bienestar y la regulación monopolista
estatal de la economía.
Paralelamente, en Japón, Italia y luego en Alemania, se está formando su
tercer tipo, con ideología nazi y una economía corporativa estatal-privada.
Todos estos cambios tienen lugar en el período final del ciclo británico
de acumulación de capital y de la economía mundial colonial subyacente.
La élite del poder del Reino Unido, que ocupa un lugar central en el
sistema económico global, está tratando de resistir los cambios que
socavan su dominio global.
Los británicos aplican un bloqueo económico contra la URSS para provocar
una hambruna masiva. En Alemania fomentan un gobierno nazi anticomunista
para contrarrestar la influencia de la URSS y los servicios secretos
británicos colaboran con la ascensión de Hitler al poder. Con las mismas
intenciones y en previsión de obtener grandes dividendos, las empresas
estadounidenses invierten fuertemente en la modernización de la
industria alemana[12].
Esperando repetir su éxito al desencadenar la Primera Guerra Mundial,
cuyo umbral fue el ataque japonés a Rusia, provocado por Londres, los
británicos llevan a cabo su geopolítica tradicional según el principio
de «divide y vencerás», provocando una guerra entre Alemania y la URSS.
En la Primera Guerra Mundial, todos los principales competidores de Gran
Bretaña en Eurasia se habían auto-destruido: los imperios ruso, alemán,
austrohúngaro, otomano y chino.
Sin embargo, inmediatamente después del estallido de la Segunda Guerra
Mundial, queda clara la superioridad cualitativa del Tercer Reich sobre
todos los países europeos, incluida Gran Bretaña, tanto en la eficiencia
de la gestión de la economía como en la movilización de todos los
recursos disponibles para fines militares.
Las tropas británicas sufren derrotas humillantes no sólo por parte de
Alemania, sino también, su aliado los EEUU que es enfrentado por Japón
en los vastos territorios del Sudeste asiático. Al comienzo del
conflicto las. capacidades organizativas y tecnológicas de Japón
superaban a la alianza angloamericana
Y, aunque Gran Bretaña, gracias a las relaciones aliadas con Estados
Unidos y la URSS, estuvo entre los ganadores, después de la Segunda
Guerra Mundial perdió todo su imperio colonial: con más del 90% de su
territorio y población.
En ese momento, el más eficaz resultó ser el sistema soviético de
gestión del complejo económico nacional, que realizó tres milagros
económicos a la vez: la evacuación de empresas industriales de la parte
europea a los Montes Urales y Siberia, la reconstrucción de nuevas
regiones industriales en seis meses; el aumento de la productividad
laboral y de la rentabilidad de los activos. Adelantó de esta manera los
indicadores de la Europa unida por los fascistas, y finalmente una vez
terminada la guerra realizó una rápida reconstrucción de ciudades e
instalaciones de producción completamente destruidas por los ocupantes.
En EEUU el nuevo rumbo impuesto por Roosevelt aumentó significativamente
las capacidades de movilización de la economía estadounidense, lo que
les permitió derrotar a Japón en el Pacífico. En la Europa occidental de
la posguerra, Estados Unidos no tenía competidores: al aislar
militarmente a la URSS con la OTAN, la élite gobernante estadounidense
de hecho privatizó los países de Europa occidental, incluidos sus
reservas de oro.
En los países del Tercer Mundo, las antiguas colonias de estados
europeos se convirtieron en una zona de rivalidad entre las
corporaciones estadounidenses y los soviéticos. El desarrollo mundial
tuvo lugar en un formato de la guerra fría con dos potencias mundiales,
la soviética y la estadounidense, que tenían modelos tecnocráticos
similares y políticos diametralmente opuestos, para gestionar el
desarrollo socioeconómico. Cada uno de ellos tenía sus propias ventajas
y desventajas,
Un panorama similar está surgiendo en la actualidad. La nueva estructura
económica mundial emergente también tiene tres variantes posibles.
El primero de ellos ya se formó en la República Popular China bajo el
liderazgo del Partido Comunista Chino. Se caracteriza por una
combinación de instituciones de planificación estatal y
auto-organización del mercado, control estatal sobre los principales
parámetros de reproducción de la economía con la ideología del bien
común y la iniciativa privada. El modelo chino ha demostrado una
asombrosa eficiencia en la gestión, el desarrollo de la economía, en una
magnitud muy superior al sistema americano.
Esto ha sido evidente en las tasas de desarrollo varias veces más altas
en los sectores industriales avanzados durante las últimas tres décadas,
y ha sido nuevamente confirmado por los indicadores de desempeño en la
lucha contra la epidemia.
Un segundo tipo de economía mundial se está formando en la India.
Mahatma Gandhi y Jevaharlal Nehru sentaron las bases de la variedad
india del sistema integral sobre la base de su cultura. La Constitución
de la India posterior a la independencia define su economía como
socialista. Esta norma se implementa prácticamente con planificación
estratégica, normas de política social y regulación financiera. Las
directrices para la emisión de dinero son fijadas por una comisión
especial que, basándose en las prioridades planificadas de la política
socioeconómica, determina los parámetros para la refinanciación de
instituciones y bancos de desarrollo para las pequeñas empresas, la
agricultura, la industria, etc.
La nacionalización del sistema bancario, llevada a cabo por el gobierno
de Indira Gandhi, permitió alinear la gestión de los flujos financieros
con los planes para el desarrollo de la economía. Las prioridades
elegidas impulsaron el desarrollo de áreas clave para la formación de un
nuevo orden tecnológico y, poco antes de la pandemia de coronavirus,
India ocupó el primer lugar en términos de crecimiento económico.
Al igual que en China, en la India el Estado regula los procesos de
mercado para mejorar el bienestar de las personas, estimulando la
inversión en el desarrollo de la producción y el desarrollo de nuevas
tecnologías. Al mismo tiempo, las restricciones monetarias y financieras
mantienen el capital dentro del país y la planificación estatal dirige
la actividad empresarial hacia la producción de bienes materiales.
La tercera variedad del nuevo orden económico mundial existe por el
momento como un objetivo de una oligarquía financiera global, centrada
en Estados Unidos, que lucha por dominar el mundo. Desde las entrañas
del estado profundo de EEUU se inician la formulación teórica de este
orden mundial. De hecho la pandemia les permitió crear instituciones que
tratan de controlar el comportamiento de la humanidad.
La Fundación Billy Gates logró el control de la OMS en materia de
vacunación de la población. Al mismo tiempo, la vacunación se utilizó
para promover una tecnología de programación biológica desarrollada
desde hace mucho tiempo con el fin de reducir la tasa de natalidad.
(Esta tecnología combina los logros de la bioingeniería y la
informática)[13].
En otras palabras, la tercera versión de un nuevo orden económico se
plantea la formación de un gobierno mundial bajo el liderazgo de la
élite estadounidense en interés de una oligarquía financiera que
controla no sólo la emisión de una moneda mundial, sino tambien los
bancos transnacionales , las grandes corporaciones y el mercado
financiero global.
Se trata de una continuación de la tendencia de la globalización
liberal, complementada con tecnologías autoritarias para controlar a la
población de países privados de soberanía nacional. Este proyecto
descrito en muchas distopías ( desde el famoso «1984» de Orwell hasta
las imágenes religiosas modernas de la llegada del Anticristo) es un
«campo de dominación electrónico» con las nuevas tecnologías.
Cada una de las variedades del nuevo orden económico mundial implica el
uso de tecnologías de la información avanzadas, que son el factor clave
del nuevo orden tecnológico. Todos estos avances se basan en el
procesamiento de big data y sistemas de inteligencia artificial para
gestionar no sólo los procesos de producción no tripulados, sino también
a las personas con su regulación económica y comportamiento social.
Los objetivos de esta regulación los establece la élite gobernante, cuya
formación predetermina las características esenciales de cada una de las
variedades mencionadas del nuevo orden económico mundial.
En China, el poder lo ostenta la dirección del Partido Comunista, que
organiza la regulación de la economía para mejorar el bienestar del
pueblo y dirige el comportamiento social hacia el logro de un objetivo
político: construir un socialismo con características chinas.
Los mecanismos del mercado están regulados de tal manera que las
estructuras tecnológicas y de producción más eficientes que ganan en la
competencia deben destinar sus beneficios de manera proporcional al
crecimiento del bienestar social. Al mismo tiempo, en las medianas y
grandes corporaciones, incluidas las no estatales, existen
organizaciones partidistas que controlan el comportamiento del personal
directivo con los valores morales de la ideología comunista.
Se fomenta, por un lado, el aumento de la productividad laboral y la
eficiencia productiva, la modestia y productividad de gerentes y
propietarios, y se castigan los abusos de posición dominante en el
mercado, la manipulación especulativa, así como el despilfarro y el
consumo parasitario.
Para regular el comportamiento social, se está desarrollando un sistema
de crédito social. Según su diseño, las oportunidades sociales de cada
ciudadano dependerán de su calificación, que se ajusta constantemente en
función del balance de buenas y malas acciones. Cuanto mayor sea la
calificación, más confianza ganara la persona cuando postule a un
trabajo, un ascenso, un préstamo o a un cargo de autoridad.
Esta peculiar modernización del sistema soviético, que acompañaba a las
personas durante toda su vida laboral, tiene sus lados positivos y
negativos, cuya evaluación está fuera del alcance de este artículo.
La segunda variedad del nuevo orden económico mundial está determinada
por el sistema político “democrático”, que puede variar
significativamente en diferentes países. Está más desarrollado en Suiza,
donde las principales decisiones políticas se toman en referendos
populares. Su encarnación más significativa para la economía mundial es
la India y, tradicionalmente, en los países de la socialdemocracia europea.
En la mayoría de estos países, el sistema se ve gravemente afectado por
la corrupción y es sujeto de la manipulación de las grandes empresas,
que pueden ser patrióticas o compradoras. La introducción de la conocida
tecnología de la información de contabilidad distribuida (blockchain) en
el sistema de elecciones de representantes podría mejorar la eficiencia
de este sistema político, eliminar el fraude electoral y garantizar la
igualdad de acceso de los candidatos a los medios de comunicación.
Con el respaldo legal adecuado las tecnologías de la información
modernas se podrían utilizar desarrollando un mecanismo automático de
responsabilidad y cumplimiento de las autoridades públicas elegidas en
los procesos electorales.
Cuanto más educados y activos sean los ciudadanos, más eficazmente
funcionará un sistema político democrático. Su principal área
problemática es la dependencia de la formación de la élite gobernante de
estructuras corporativas compuesta por clanes que no están interesadas
en la transparencia y la honestidad de las elecciones.
Finalmente, la tercera variedad del nuevo orden económico mundial está
determinada por los intereses de la oligarquía financiera, que pretende
dominar el mundo, mediante la globalización liberal, que consiste en la
erosión de las instituciones nacionales para regular la economía y
subordinar su reproducción a los intereses del capital internacional.
La posición dominante en la estructura de este último orden mundial la
ocupan varias docenas de clanes familiares americanos y europeos
entrelazados que controlan los mayores holdings financieros, los
organismos encargados de hacer cumplir la ley, los servicios de
inteligencia, los medios de comunicación, los partidos políticos y el
poder ejecutivo[14].
Este núcleo de la elite gobernante estadounidense está librando una
guerra híbrida con todos los países que no controla, utilizando un
amplio arsenal de tecnologías financieras, informativas, cognitivas y
biológicas para desestabilizarlos y provocar el caos. El propósito de
esta guerra es la formación de un sistema global de instituciones bajo
su control que regule la reproducción no solo de la economía mundial,
sino de toda la humanidad a través de las modernas tecnologías de la
información, las finanzas y la bioingeniería.
El principal problema de este sistema político es la total
irresponsabilidad e inmoralidad, de una élite hereditaria que ha
adherido a puntos de vista malthusianos y racistas..
Al mismo tiempo, el sistema oligárquico globalista excluye a los dos
primeros, que pueden llegar a coexistir pacíficamente. El ejemplo de
esto último es que después de la segunda guerra la URSS y Estados Unidos
crearon sistemas políticos que competían entre sí, dividiendo el mundo
en zonas de influencia y evitando la confrontación directa.
Por lo tanto, existen tres escenarios predictivos para la formación de
un nuevo orden económico mundial. Su base material común es un nuevo
orden tecnológico, cuyo núcleo es una combinación de tecnologías
digitales, de información, de bioingeniería, cognitivas, aditivas y
nanotecnológicas. Con su ayuda hoy se crean; producción totalmente
automatizada; sistemas de inteligencia artificial que gestionan bases de
datos ilimitadas; microorganismos, se crean plantas y animales
transgénicos; y se clonan seres vivos y se regeneran tejidos humanos.
Sobre esta base tecnológica, se están formando instituciones de una
estructura económica mundial integral que deberían garantizar una
gestión consciente del desarrollo socioeconómico tanto de los Estados
soberanos como, potencialmente, de la humanidad en su conjunto. Esto se
puede lograr mediante una combinación de planificación estratégica
estatal y competencia de mercado basada en asociaciones público-privadas.
Dependiendo de quién regule la actividad de las entidades económicas
autónomas, se formara una de las variedades del nuevo orden económico
mundial descrito anteriormente. Los dos primeros -comunista y
democrático burgués- pueden coexistir pacíficamente, compitiendo y
cooperando sobre la base del derecho internacional.
El tercero, el oligárquico, es antagónico a los dos primeros, ya que
implica el establecimiento de una dominación mundial heredada por varias
docenas de clanes familiares americano-europeos, incompatibles con los
valores democráticos o comunistas.
¿Cuál de estos tres escenarios seguirá la evolución de la humanidad?
Esto dependerá del resultado de la guerra híbrida lanzada por la élite
gobernante estadounidense contra estados soberanos.
De los tres escenarios de formación de un nuevo orden económico mundial
descritos anteriormente, el dominio de la oligarquía capitalista mundial
parece el menos probable.
Todo hace pensar que la guerra mundial híbrida provocada por la élite
gobernante de los Estados Unidos está condenada a la derrota debido
fundamentalmente a la eficiencia cualitativamente mayor de la República
Popular China y al desinterés de la gran mayoría de los países. en esta
guerra.
En un escenario de crisis de la economía mundial, los mecanismos de
reproducción del ciclo estadounidense de acumulación de capital se
seguirán erosionando y, en consecuencia, su poder económico se debilita.
No hay duda que la élite estadounidense utilizará cualquier medio para
mantener su dominio global. Intentará orientar el curso de los
acontecimientos hacia la formación de un gobierno mundial, del que habló
recientemente el ex Primer Ministro británico Henry Brown[15].
La pandemia de miedo al coronavirus, al calentamiento global y a la
catástrofe medioambiental, avivada por los medios de comunicación, está
preparando a la opinión pública para ese escenario. Sin embargo, el
interés de la oligarquía financiera estadounidense oculta no es más que
fortalecer su hegemonía en el sistema financiero global y preservarlo,
sin dejar ninguna posibilidad de desarrollo independiente a otros países.
Para mantenerlos en una posición dependiente, la tradición geopolítica
anglosajona cuenta con herramientas para enfrentar a países rivales,
provocar conflictos sociopolíticos, organizar golpes de estado , alentar
los separatismos y caotizar países y regiones no controlados.
Para minimizar los riesgos que esto conlleva para Rusia, la UEEA,
Eurasia y la humanidad en su conjunto, es necesario formar una coalición
contra la guerra híbrida capaz de infligir un daño inaceptable al agresor.
Los participantes potenciales en la coalición contra la guerra híbrida
incluyen a todos los países que no están interesados en una nueva guerra
mundial y a la gran mayoría de la humanidad..
En primer lugar, están los países contra los que se dirige el principal
golpe de la agresión estadounidense: Rusia y China. También están los
países que han crecido utilizando las nuevas tecnologías, como la India
y los países de la antigua Indochina. Además, potencialmente están
aquellos países que puedenformar un nuevo centro para el desarrollo como
Japón, Corea y los estados pos-soviéticos que conservaron la soberanía.
A diferencia de los países del «núcleo» del orden económico mundial
existente, que impone al mundo un sistema de relaciones financieras y
económicas como base de la globalización liberal, el «núcleo» emergente
del nuevo orden económico mundial es muy diverso.
Esta característica se manifiesta en el tipo de relaciones compartidos
por los países constituyentes del nuevo orden Internacional : libertad
de elegir los caminos del desarrollo, negación del hegemonismo,
soberanía de sus tradiciones históricas y culturales.
La formación de un nuevo orden económico mundial se lleva a cabo sobre
una base igualitaria, mutuamente beneficiosa y de consenso. De acuerdo
con estos principios, se están creando nuevas asociaciones económicas
regionales -la OCS, la UEEA, el MERCOSUR, la ASEAN-China, las
instituciones financieras internacionales: (el Banco de Desarrollo y el
fondo de reservas de divisas de los BRICS, el Banco Asiático de
Inversión en Infraestructuras, el Banco Euroasiático de Inversión en
Infraestructuras, el Banco de Desarrollo.
La acción coordinada de países en organizaciones internacionales tan
grandes como la OCS y los BRICS es un modelo de cooperación
cualitativamente nuevo que rinde homenaje a la diversidad en
contraposición a las formas universales de la globalización liberal. Su
principio fundamental es el firme apoyo a los principios y normas
universalmente reconocidos del derecho internacional, el rechazo a la
política de presión energética y la violación de la soberanía de otros
Estados.
Los principios del orden internacional, compartidos por los países del
«núcleo» emergente del nuevo orden económico mundial, son
fundamentalmente diferentes de los característicos de las estructuras
económicas mundiales anteriores formadas por la civilización de Europa
occidental, según S. Huntington.»no por la superioridad de las propias
ideas, valores morales o religión (a la que se convirtieron las
poblaciones de sólo unas pocas otras civilizaciones), sino más bien por
la superioridad en el uso de la violencia organizada» [16] .
La reestructuración del sistema monetario y financiero mundial es de
importancia clave para la transición a un nuevo orden económico mundial.
La nueva arquitectura de las relaciones monetarias y financieras
internacionales debe basarse en una base jurídica.
Los países emisores de monedas de reserva mundiales deberán garantizar
su estabilidad respetando ciertas restricciones sobre el monto de la
deuda pública y los déficits en la balanza de pagos y comercial. Además,
deberán cumplir con los requisitos establecidos en el derecho
internacional para la transparencia de los mecanismos que utilizan en la
emisión de sus monedas, brindando asi la posibilidad de intercambiar sin
obstáculos todos los activos negociados en su territorio.
*4. La configuración de los polos en el nuevo orden económico mundial*
Con base en lo anterior, la configuración de la multipolaridad de la
economía mundial hasta finales de este siglo probablemente será la
siguiente.
1. Un núcleo bipolar de un nuevo WES con dos polos: China y la India en
competencia. Entre ambas naciones se producirá la mitad del crecimiento
del PIB.
2. Su periferia cercana (ASEAN, Pakistán, Irán).
3. El núcleo de la parte capitalista del viejo sistema imperial en
colapso. Estados Unidos y Gran Bretaña con sus satélites, que conservara
una influencia significativa.
4. La Unión Europea, Turquía y el mundo árabe, deambulando entre los
núcleos del viejo y el nuevo mundo, cuyas posibilidades de influencia
dependerán de su capacidad para deshacerse de los dictados estadounidenses.
5. Fragmentos del antiguo sistema contiguos al núcleo de la nueva
estructura económica, que, muy probablemente, se integrarán en ella, una
vez liberados de la dependencia de Washington (Japón, Corea del Sur,
Taiwán).
6. Una periferia de materias primas (África, Asia Central, América Latina).
7. Rusia y la UEEA, que, dependiendo de la política económica actual,
pueden entrar en el núcleo de la nueva estructura económica o permanecer
en la periferia de materias primas, donde actualmente se encuentran.
8. Organizaciones internacionales que aseguren la consolidación del
nuevo WES (integral) (BRICS, SCO, EAEU, ASEAN), cuya influencia crecerá.
9. Organizaciones internacionales utilizadas por Estados Unidos para
mantener su hegemonía (OTAN, etc.), cuya influencia se desvanecerá
rápidamente con el fin de la guerra híbrida global.
El nuevo orden económico se diferencia del imperial en la restauración
de la soberanía nacional y del derecho internacional. Esto predetermina
una diversidad mucho mayor del panorama geopolítico, en el que los
estados nacionales y sus asociaciones de integración pueden crear
diversas configuraciones de relaciones internacionales, tratando de
ocupar los nichos más convenientes para ellos en las relaciones
económicas mundiales. Al mismo tiempo, aumenta significativamente la
importancia de factores de integración no económicos como la cultura, la
proximidad de civilizaciones, los valores espirituales y el destino
histórico común.
En consecuencia, aumentará la influencia de los polos que se incorporen
a esta nueva configuración integral. Su multipolaridad tendrá una
connotación civilizatoria, confirmando el concepto de un mundo
multipolar de civilizaciones[17].
La posición de Rusia en el mundo multipolar que se está formando a raíz
del cambio de la WES sigue siendo incierta. Para salir de la actual
posición periférica entre los núcleos del antiguo y el nuevo estructura
económica mundial, es necesario un cambio fundamental en la política
económica, la implementación de una estrategia de desarrollo prioritario
basada en un nuevo orden tecnológico, basado en las instituciones y
métodos de gestión. del WES integrado[18].
*Notas*
[1] Diccionario moderno de palabras extranjeras Krysin. V. V. Vinogradov
RAS. – Moscú: AST-PRESS, 2014. – 410.
[2] Glazyev S. Gestión del desarrollo económico: un curso de
conferencias. Moscú: Prensa de la Universidad de Moscú, 2019. 759 p.
[3] Giovanni Arrighi G. El largo siglo XX: dinero, poder y los orígenes
de nuestros tiempos. Londres: Verso, 1994.
[4] Glazyev S. Estructuras económicas mundiales en el desarrollo
económico global // Economía y métodos matemáticos. 2016. V. 52. N° 2;
Glazyev S. Resultados aplicados de la teoría de las estructuras
económicas mundiales // Economía y métodos matemáticos. 2016. V. 52. N°
3; El autor de este material ha registrado la hipótesis científica “La
Hipótesis del cambio periódico de las estructuras económicas mundiales”
(Certificado No. 41-N sobre el registro por parte de la Academia
Internacional de autores de descubrimientos e invenciones científicas
bajo la dirección científica y metodológica de la Academia Rusa de
Ciencias Naturales, publicado en 2016).
[5] Glazyev S. La última guerra mundial. Estados Unidos empieza y
pierde. Moscú: Knizhny Mir, 2016.
[6] Steinbock DUS – La guerra comercial con China y sus impactos
globales. – World Century Publishing Corporation e Institutos de
Estudios Internacionales de Shanghai, China Quarterly of International
Strategic Studies. 2018 vol. 4. No. 4. págs. 515–542.
[7] Fukuyama F. El fin de la historia y el último hombre. Moscú: AST, 2010.
[8] Por qué China se está apoderando del ‘siglo americano’ (por Dilip
Hiro) // The Asia Times. 19 de agosto de 2020.
[9] 2030 Zhongguo: manxiang gongtong fuyu (China 2030: Hacia la
prosperidad para todos) / Centro Nacional de Investigación de la
Universidad de Tsinghua / Ed. Hu Angang, Yan Yilong, Wei Xing. Beijing:
Renmin University Press, 2011, página 30.
[10] Perspectivas y prioridades estratégicas para el ascenso de los
BRICS / ed. V. Sadovnichy, Yu. Yakovets, A. Akaev. M.: Universidad
Estatal de Moscú – Instituto Internacional Pitirim Sorokin-Nikolay
Kondratiev – INES – Comité Nacional de Investigación BRICS – Instituto
de América Latina RAS, 2014.
[11] Wang Wen. China no verá morir la globalización // The Belt and Road
News. 16 de junio de 2020.
[12] Charles Higham. Comerciar con el enemigo: una exposición del
complot monetario nazi-estadounidense 1933-1949. Nueva York, 1983.
[13] Bill Gates habla de “vacunas para reducir la población”, 4 de marzo
de 2010.
[14] Coleman D. Comité de los 300. Secretos del gobierno mundial. Moscú:
Vityaz, 2005.
[15] El Salvador de Gran Bretaña propone un gobierno interino mundial //
RIA Novosti. 28 de marzo de 2020
[16] Huntington S. El choque de civilizaciones y la reconstrucción del
orden mundial (1996) es una de las obras geopolíticas más populares de
la década de 1990. Partiendo de un artículo de la revista Foreign
Affairs, describe de una manera nueva la realidad política y la
previsión del desarrollo global de toda la civilización terrestre. La
publicación contiene el famoso artículo de F. Fukuyama «El fin de la
historia».
[17] A. Dugin. Teoría de un mundo multipolar. – M.: Movimiento
euroasiático, 2013. – 532 p.
[18] S. Glaziev. Salta hacia el futuro. Rusia en las nuevas estructuras
tecnológicas y económicas mundiales. – M.: Knizhny Mir, 2018. – 768 p.
Em
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2023/09/12/formacion-y-desaparicion-de-los-polos-hegemonicos-en-la-economia-mundial/
12/9/2023