sábado, 20 de novembro de 2021

Organizar el aire: Conversación ficticia entre Marx y un amigo negativo sobre los horizontes de la revolución

 




C*ONSTANTINO BERTOLO, ESCRITOR y AGITADOR CULTURAL ESPAÑOL*

Hola, Menos, ¿qué te cuentas?

—Hola, Marx, pues por contar solo cuento los días que pasan y pasan y la
revolución que nunca llega.

—Es que la revolución no llega, hay que hacerla.

—Sí, pero leyéndote parecía que era algo inminente además de inevitable.

—¡Ay, Menos! Más parece que me has leído más de oídas que otra cosa. No
recuerdo haber ejercido nunca de profeta ni he escrito biblias o
catecismos. Lo que dije es que la lógica del capitalismo llevaba
implícita su propia extinción, no que de su agonía o muerte fuera a
brotar de manera espontánea la revolución.

—¿Y lo de socialismo o barbarie?

Eso lo dijo la camarada Rosa Luxemburgo, y estoy bien de acuerdo con
ella. Hoy, como siempre, nos movemos en el mismo dilema: avanzar hacia
el socialismo o caer en la barbarie. Y lo terrible es que muchas veces
parece que nos estamos encaminando hacia ella.

—¿Te has vuelto agorero?

—Para nada, sigo creyendo en el socialismo y la revolución y en que la
lucha de clases es la partera de la Historia. No la madre o el padre, la
partera. Engendrar la revolución es la tarea del proletariado.

—Pero eso del proletariado parece ser un concepto obsoleto.

—Sí, al parecer las sardinas salen solas del mar, se meten en las latas
de conservas y conducen los camiones de reparto.

—Lo de los camiones sin conductor parece ser cosa de pasado mañana.

—Y caídos del cielo sin que nadie los fabrique, supongo.

—Los robots.

—El milagro económico de la producción ex nihilo. El capitalismo
convertido en Dios creador. Como si la relación entre plusvalía,
productividad y tecnologías no fuese una relación capitalista. Como si
la electricidad fuera un regalo de los dioses.

—Hablando de electricidad, ¿qué te parece lo que está pasando?

—Complicada la respuesta. Como siempre, pienso que para entender la
factura de la luz hay que tratar de entender qué es lo que está pasando
no solo en nuestra casa sino en los adentros de esa economía en la que a
veces vivimos y casi siempre sobrevivimos.
—¿Piensas que esas turbulencias se deben a la crónica anunciada del
agotamiento del gas o del petróleo?

—Sin duda ese es el telón de fondo, como ya bien nos hizo asumir (a mí
incluido) Wolfgang Harich en su libro ¿Comunismo sin crecimiento? Babeuf
y el Club de Roma, que por cierto lleva años agotado y olvidado. Pero,
para mí, la clave del qué nos pasa reside en ese factor sobre el que he
insistido, aunque con poco éxito: en la competencia como motor del
capitalismo, en lo que podríamos llamar la deriva intracapitalista de la
lucha de clases.

El capitalismo no es solo el combate entre el Capital y el Trabajo: hay
luchas continuas en el interior del Capital, en el espacio de los
imperialismos (eso que hoy llamáis lo global) y en el espacio de la
economía o mercado nacional. Se habla de Iberdrola y de las otras
eléctricas del IBEX, pero parece olvidarse que ellas luchan entre sí y
contra esa competencia de la que también forman parte pequeñas y
medianas compañías energéticas.

—¿Las renovables?

—Por ejemplo, estudiar y analizar su papel en el momento actual es
importante, pues pueden saltar aliados provisionales allí donde menos se
espera. Lo que el Ibex teme es que la parte socialdemócrata del Gobierno
deje de inclinarse hacia ese neoliberalismo multinacional donde el
precio de la luz lo impone el mercado.

—Es decir, que lo importante es estar en el Parlamento.

—Nadie niega su importancia táctica, pero lo relevante para que la
barbarie retroceda y el socialismo avance es saber utilizar esas
contradicciones capitalistas; gestionarlas bien para obligar al sistema
a poner las cartas encima de la mesa, incluidas las que ocultan en la manga.

—Pero si la mesa sigue siendo la suya, ¿eso para qué serviría?

—Conocer y dar a conocer las realidades del poder sigue siendo una
estrategia conveniente y necesaria. El gota a gota puede parecer algo
inútil y desesperante, pero el terreno que ahora nos parece tan sólido e
impenetrable se moja y empapa y las posibilidades de que el sistema
resbale crecen, aunque, eso sí, alguien tiene que empujarlo.

—Ya. La verdad es revolucionaria. Ser cultos para ser libres.

—Cómo te encanta el sarcasmo, Menos. Si por ti fuera la ironía sería la
madre de todas las batallas; pero no, la realidad no está hecha de
palabras. Alguien debería escribir una tesis sobre “la producción social
del escepticismo”. Solo la revolución es revolucionaria y organizarse no
es una mera palabra.

—En eso de organizarse parece que la vicepresidenta segunda, la
comunista de la que hablábamos el otro día, ya está en ello; tiene ideas
nuevas y anda proponiendo para la izquierda algún amplio movimiento.

—¡Ay, Menos! ¡Si quieres hacer la revolución como me dices, no
personalices, no personalices! No busques nombres propios donde lo que
hay que encontrar es el común. Que ya antes de echarse a volar le están
cortando las alas.
—El sueño roto de Ícaro cuando quiso asaltar los cielos.
—Es que la cera socialdemócrata no da para mucho. Se derrite pronto.
Además, y sobre todo, volar no es una cuestión de alas solamente: si no
se encuentra en el aire el apoyo necesario no se podrá ir muy lejos.
Organizar el aire. Resistencia y combate.

—Ya lo dijo Bob Dylan: Blowing in the wind.

—Pues mira, sí, esta vez, a pesar de tu confortable escepticismo, has
acertado: dejar, por ejemplo, de despotricar de los sindicatos e
intentar atraerlos a tus velas; encuadrar los movimientos sociales en
una misma tormenta sin quitarles sus propias lluvias y relámpagos; hacer
del paro un elemento activo; obligar a los partidos a tomar partido, el
suyo incluido; mancharse las manos cuando sea necesario y construir una
red donde las redes sociales encuentren voz y eco procurando no escupir
contra el viento. Y sobre todo: soplar sabiendo que no hay viento
favorable si no se sabe adónde se quiere llegar en cada escala del
viaje. Porque la Revolución, como Ítaca, también es un camino

Em
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2021/11/19/organizar-el-aire-conversacion-ficticia-entre-marx-y-un-amigo-negativo-sobre-los-horizontes-de-la-revolucion/
19/11/2021

Um comentário:

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