sexta-feira, 17 de maio de 2024

Colombia tiene motivos de sobra para condenar y romper relaciones con Israel

 



 LUCA DECOLA, PERIODISTA ITALIANO

/*El*/ */presidente Gustavo Petro no solo ha condenado el asedio y el
bombardeo sanguinario de Israel sobre Gaza, también ha denunciado  la
participación de mercenarios israelíes en el asesinato masivo de
miembros del partido Unión Patriótica (UP) en Colombia. Israel fue el
«*/mayor distribuidor de armas/* <https://nacla.org/gustavo-petro-holds-
firm-palestine-support?eType=EmailBlastContent&eId=4c3a907b-55e9-43f3-
b2cc-f3b179057974>» a Colombia y a Chile bajo la dictadura de Augusto
Pinochet, ademas entrenó a los Contras en Nicaragua, */facilitó el
genocidio guatemalteco/* <https://jacobinlat.com/2024/04/18/como-israel-
facilito-el-genocidio-guatemalteco/> y respaldó a las fuerzas
reaccionarias en toda América Latina durante la Guerra Fría./*

En el Día Internacional de los Trabajadores, Gustavo Petro <https://
jacobinlat.com/tag/petro/>, el primer presidente de izquierdas de
Colombia, anunció <https://www.bbc.com/mundo/articles/c84z30mle48o> que
el país rompería las relaciones diplomáticas con Israel por su actual
ataque genocida contra Gaza. «Mañana romperemos relaciones diplomáticas
con el Estado de Israel por tener un gobierno, por tener un presidente
genocida (…). Si muere Palestina, muere la humanidad», afirmó Petro.

Petro ha sido uno de los principales críticos de Israel en América
Latina <https://jacobinlat.com/2023/11/15/america-latina-lidera-la-
oposicion-a-los-crimenes-de-israel/>. El 16 de octubre, Israel suspendió
el envío de armas a Colombia tras una disputa diplomática entre Petro y
el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí, Lior Haiat.

En la disputa, Petro condenó el asedio y el bombardeo sanguinario de
Israel sobre Gaza, así como la participación de mercenarios israelíes en
el asesinato masivo de miembros del partido Unión Patriótica (UP) en
Colombia. «Ni los Yair Klein, ni los Raifal Eithan podrán decir cual es
la historia de la paz de Colombia. Desataron la masacre y el genocidio
en Colombia», tuiteó <https://twitter.com/petrogustavo/
status/1713651638039117872> Petro.

La participación del agente de inteligencia del Mossad Rafael Eitan y
del teniente coronel israelí Yair Klein en el exterminio masivo de la UP
es un capítulo enterrado de la historia colombiana. A raíz de la
suspensión sin precedentes de los lazos diplomáticos del gobierno con
Israel, es una historia que vale la pena revisar.

Unión Patriótica

La Unión Patriótica nació a raíz del Acuerdo de La Uribe, un acuerdo de
paz de 1984 entre las FARC y el entonces presidente Belisario Betancur.
Su aparición supuso una importante ruptura en la política colombiana,
toda vez que representó la única alternativa de izquierdas a un arcaico
duopolio electoral entre dos sectas de la élite dirigente del país. La
plataforma electoral del partido promovía la reforma agraria, la
cancelación de la deuda externa y de los programas de ajuste estructural
del Fondo Monetario Internacional, y la nacionalización del petróleo, el
gas y los recursos minerales colombianos.

La UP reunía a una coalición de estudiantes universitarios, sindicatos,
miembros del Partido Comunista Colombiano y campesinos. Para muchos, la
UP representaba el final potencial del conflicto interno colombiano, que
duraba ya un cuarto de siglo.

Desde los inicios del partido, sus miembros, cargos electos y
simpatizantes fueron objetivo de atentados. Durante casi dos décadas,
«no pasó un mes sin que se produjera un asesinato o la desaparición de
un miembro de la UP». A 2022, el saldo era de al menos 5733 muertos
<https://twitter.com/JEP_Colombia/status/1517559901823938561>.

En febrero de 2023, la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró
<https://www.corteidh.or.cr/comunicados_prensa.cfm?lang=en&n=1905> que
el Estado colombiano era responsable de la eliminación del partido. La
Sala de Justicia y Paz de Colombia dictaminó que el exterminio fue un
genocidio político <https://verdadabierta.com/exterminio-de-la-up-si-
fue-un-genocidio-politico/>. Sin embargo, el papel desempeñado por los
operativos israelíes en la masacre de la UP es a menudo suprimido o
directamente negado por la prensa dominante de Colombia.

Nos cortaron las alas

En agosto de 1986, poco después de su elección, el presidente Virgilio
Barco Vargas contrató en secreto al agente del Mossad devenido
mercenario Rafael Eitan como asesor no oficial de seguridad nacional.

A Eitan se le encomendó la tarea de trazar un plan para erradicar a las
FARC, a pesar del acuerdo de paz existente negociado por Betancur. Como
argumenta <https://mronline.org/2021/06/05/new-investigation-reveals-
role-of-israeli-operatives-in-colombias-political-genocide/> el
periodista Dan Cohen, la experiencia de Eitan en «hacer la guerra contra
la población campesina palestina le convertía en el hombre perfecto para
el trabajo».

Tras un viaje encubierto por todo el país financiado por el propio
presidente Barco, Eitan dio su opinión sobre cómo erradicar la
guerrilla. Su recomendación fue simple: «Eliminar a los miembros de la
Unión Patriótica».

El veterano agente del Mossad se ofreció a llevar a cabo el exterminio
del partido a cambio de un segundo contrato, el primero de los cuales
estaba valorado en casi un millón de dólares (casi tres millones
ajustados a la inflación).

El alto mando militar colombiano rechazó la oferta de Eitan para un
segundo trato. Sería él mismo, y no un mercenario transitorio, quien
llevaría a cabo el exterminio de la UP. Así, como describe el periodista
de investigación Alberto Donadio, quien en 2021 dio a conocer <https://
cambiocolombia.com/opinion/los-danieles/virgilio-barco-y-el-exterminio-
de-la> la historia de la participación de Eitan, «en pocos minutos, se
decidió la suerte de los militantes de izquierda que habían firmado la paz».

Durante los primeros 14 meses del mandato de Barco, más de 400
militantes de la UP fueron asesinados por fuerzas estatales y
paramilitares, constituyendo el 60% de todas las víctimas de violencia
política en Colombia entre 1986 y 1987.

El 2 de marzo de 1987, el embajador de Estados Unidos en Colombia,
Charles A. Gillespie Jr., envió un cable a Washington con una proyección
alentadora: «Si son asesinados suficientes líderes de la UP (cuántos
serían suficientes, solo puede especularse), la UP se verá empujada a
apartarse del Congreso, y las FARC, de lo que queda del proceso de paz».

Yaneth Corredor, que me contó que ella y miles de sindicalistas como
ella en el sector público de Colombia «se lanzaron de cabeza a la Unión
Patriótica», describió este periodo de la historia del partido con
detalles vívidos y macabros. «El presidente Barco y su amigo del Mossad
tenían una estrategia dramática, ¿no? Uno se pregunta por qué ocurrió el
exterminio?. Porque teníamos vocación de poder. Tuvimos catorce
congresistas, tuvimos concejales y alcaldías; es decir, empezábamos a
gobernar. Pero claro, nos cortaron las alas, ¿no?».

El mejor alumno de Yair Klein

De diciembre de 1987 a mayo de 1988, Klein, teniente coronel retirado de
las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), entrenó <https://
www.latimes.com/archives/la-xpm-1989-08-30-mn-1305-story.html> a
cincuenta hombres en una «escuela para asesinos» en el Magdalena Medio,
a solo tres horas de Medellín.

Klein, que operaba con una licencia oficial del gobierno israelí,
adiestró a sus alumnos para llevar a cabo tiroteos en coches, asesinatos
con bombas y francotiradores y ataques puerta a puerta en pueblos enteros.

Klein ha alegado <https://colombiareports.com/amp/cia-convicted-israeli-
paramilitary-trainer-cia-ties/> desde entonces que la CIA lo reclutó
para entrenar a los colombianos y que se reunió con la ahora disuelta
agencia de inteligencia colombiana, el Departamento Administrativo de
Seguridad (DAS), al llegar al país. «Los norteamericanos tienen el
problema de la opinión pública, de la imagen internacional. Nosotros no
tenemos ese problema», dijo <https://www.democracynow.org/2000/6/1/
who_is_israels_yair_klein_and> sobre la operación un israelí que
trabajaba para la corporación mercenaria Spearhead, de Klein.

Cinco meses después, los aprendices de Klein Fidel y Carlos Castaño,
Alonso de Jesús Baquero y otros treinta hombres llevaron a cabo una
masacre en la ciudad minera de Segovia <https://www.youtube.com/watch?
v=mMGOpQKekAI&ab_channel=CAMBIO> del departamento de Antioquia. Allí,
Rita Ivon Tobón Areiza, una joven de la UP, había ganado las elecciones
a la alcaldía de 1988 por un margen abrumador. Jesús Baquero, uno de los
jefes paramilitares de los Castaño, dirigió la masacre en colaboración
con las Fuerzas Armadas colombianas, apoyadas por Estados Unidos. Sus
objetivos eran presuntos partidarios de la UP.

El 11 de noviembre, día de la masacre, los militares retiraron los
puestos de control que habitualmente tenían a la entrada del pueblo.
Según un informe <https://www.amnesty.org/en/documents/amr23/061/1996/
en/> de Amnistía Internacional, «guarniciones regulares de la policía y
el ejército permanecieron a la espera mientras los asesinos se movían
libremente por el pueblo durante más de una hora».

Las fuerzas de Jesús Baquero, armadas con una lista de objetivos,
llevaron a cabo asesinatos puerta a puerta de presuntos simpatizantes de
UP y un asalto a la plaza del pueblo, matando a cuarenta y tres personas
e hiriendo a más de cincuenta. «Yair Klein siempre me consideró uno de
sus mejores alumnos», recordaría <https://verdadabierta.com/vladimir-se-
confiesa/> más tarde Jesús Baquero.

Los Castaño acabarían formando las paramilitares Autodefensas Unidas
(AUC). En 2001, Human Rights Watch determinó que las AUC eran en la
práctica una división del Ejército colombiano y, según el autor John
Lindsay-Poland, «el peor violador» de un conflicto que se cobró 262.197
vidas en seis décadas <https://centrodememoriahistorica.gov.co/262-197-
muertos-dejo-el-conflicto-armado/>.

En 2002, GIRSA, una empresa israelí en Guatemala vinculada a las FDI,
envió <https://www.aljazeera.com/news/2003/6/5/israels-latin-american-
trail-of-terror> tres mil fusiles de asalto y 2,5 millones de cartuchos
a las AUC, armas que utilizaron para masacrar a izquierdistas y
desplazar a miles de personas.

El Israel de América Latina

En el mencionado informe de Amnistía Internacional sobre la matanza en
Segovia aparece el dibujo de un niño, presagio casandrino de una
masacre. Francisco William Gómez Monsalve, de diez años, lo dibujó ocho
días antes de la matanza, después de que la imagen le apareciera en una
pesadilla. Francisco fue uno de los tres niños asesinados en Segovia a
manos del grupo paramilitar entrenado por Klein.

La presencia de Klein y Eitan en Colombia y su implicación en la
violencia anticomunista contra la UP no fue casualidad. Colombia comenzó
a comprar armas a Israel en la década de 1980, incluyendo veinte aviones
de combate israelíes en marzo de 1989, un acuerdo facilitado <https://
www.mintpressnews.com/investigation-israel-mossad-colombia-genocide-
rafael-eitan/277499/> por Eitan. Desde entonces, Israel ha entrenado a
las Fuerzas Especiales colombianas en la lucha antiterrorista y, hasta
ahora, ha proporcionado al país envíos masivos de armas.

Asimismo, Israel fue el «mayor distribuidor de armas <https://nacla.org/
gustavo-petro-holds-firm-palestine-support?
eType=EmailBlastContent&eId=4c3a907b-55e9-43f3-b2cc-f3b179057974>» a
Chile bajo la dictadura de Augusto Pinochet, entrenó a los Contras en
Nicaragua, facilitó el genocidio guatemalteco <https://
jacobinlat.com/2024/04/18/como-israel-facilito-el-genocidio-
guatemalteco/> y respaldó a las fuerzas reaccionarias en toda América
Latina durante la Guerra Fría.

Colombia ha sido durante mucho tiempo el principal aliado del gobierno
de Estados Unidos en la región, el «Israel de América Latina», como lo
describió una vez el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez. La
implicación de operativos israelíes en el exterminio sistemático de la
UP es una parte crucial de esa historia y sigue un patrón global de
violencia anticomunista respaldada por Estados Unidos durante la Guerra
Fría.

Aunque diferentes en escala, históricamente, tanto la izquierda
colombiana como los palestinos han soportado la brutalidad calculada de
Estados Unidos y de Israel. Colombia tiene la segunda mayor población de
desplazados del mundo, con más de 6,8 millones de personas desplazadas
<https://reporting.unhcr.org/operational/situations/colombia-situation>
debido al conflicto interno.

La violencia del desplazamiento es una experiencia compartida por los
5,9 millones de refugiados palestinos <https://www.unrwa.org/palestine-
refugees> alrededor del mundo y los 2 millones <https://
www.aljazeera.com/news/2024/3/13/gaza-safe-zones-led-to-displacement-
israeli-attacks-on-civilians-report> de palestinos de Gaza desplazados
<https://www.thisamericanlife.org/825/yousef/act-two-11> por las FDI en
tan solo los últimos seis meses.

Un argumento expuesto por el historiador Greg Grandin <https://
jacobinlat.com/author/greg-grandin/> en Empire’s Workshop capta con
justeza la situación actual de Colombia:

      /“Uno pensaría que los latinoamericanos, después de todo lo que
han sufrido, todas las torturas y terrores de la Guerra Fría, habrían
renunciado a la idea de que la historia es redimible. Resulta que la
represión tuvo el efecto contrario, grabando a fuego en la cultura
política de la región (…) una capacidad tanto para reconocer la
dialéctica que se esconde tras la brutalidad como para responder a cada
cadáver ensangrentado con afirmaciones cada vez más sólidas de humanidad./”

Hoy, una izquierda insurgente, que en su día fue objeto de asesinatos
sistemáticos en masa a manos del ejército colombiano y de paramilitares
entrenados por mercenarios israelíes, ocupa el cargo más alto del país
y, en un novedoso acto de solidaridad, ha roto sus lazos diplomáticos
con Israel por el genocidio que está cometiendo en Gaza.

Publicado en: Artículos <https://observatoriocrisis.com/category/
articulos/>, Inicio <https://observatoriocrisis.com/category/inicio/>

Em
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2024/05/17/colombia-tiene-motivos-de-sobra-para-condenar-y-romper-relaciones-con-israel/
17/5/2024

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