quarta-feira, 23 de maio de 2012

Las salidas de la crisis, las desigualdades y el cooperativismo

   
Reseña de “America Beyond Capitalism” (‘América más allá del capitalismo’)
Las salidas de la crisis, las desigualdades y el cooperativismo

Vincenç Navarro
Rebelión


Un libro que está causando una reflexión profunda entre las izquierdas
estadounidenses es “America Beyond Capitalism” (‘América más allá del
capitalismo’), escrito por Gar Alperovitz, en el que tal autor cuestiona el
dogma dominante en las esferas económicas y empresariales de EEUU, que promueven
la visión ampliamente extendida en círculos económicos, políticos y mediáticos
del país, que asume que la empresa actual, basada en la jerarquía y en las
grandes desigualdades de ingresos entre sus empleados, es la manera más
eficiente de estructurar una empresa. Hoy las diferencias salariales en las
mayores empresas de EEUU alcanzan niveles astronómicos. La diferencia entre el
mejor y el peor pagado en una empresa típica, alcanza niveles de 200 ò 300 veces
superior para los mejor pagados.
El promedio de ingresos de los presidentes de las 100 empresas más importantes
en EEUU es de 14 millones de dólares, comparado con el salario promedio en tales
empresas de 45.230 dólares. Un tanto semejante ocurre en España, donde el
salario promedio es casi la mitad del de EEUU, mientras las elites empresariales
españolas compiten con las estadounidenses en sus ingresos. Así, el ejecutivo
mejor pagado de 2011 fue Pablo Isla, con 20.3 millones de euros, que es 1.000
veces superior al salario promedio de su empresa, una situación que no es
atípica entre los directivos miembros del Consejo Empresarial para la
Competitividad (CEC), un grupo de empresarios que han estado presionando al
Gobierno para que facilite el abaratamiento del despido. Entre ellos, por
cierto, están los ejecutivos de Repsol que recibieron salarios entre 10 y 15
millones de euros, que representa casi 200 veces el salario promedio de sus
empleados.
Volviendo a EEUU, el gran mérito del libro de Gar Alperovitz es que compara la
eficiencia de grandes empresas con la eficiencia de empresas propiedad de sus
trabajadores y empleados, es decir, cooperativas de trabajadores y empleados. Y
el resultado es sumamente interesante. En estos momentos de enorme crisis, las
empresas que mejor están resistiendo la crisis son precisamente estas
cooperativas, en las que las diferencias entre el mejor y el peor pagado es de
alrededor de 4 a 1, en lugar de los 200 ò 300 a 1. En realidad, Gar Alperovitz
señala que las enormes desigualdades dentro de las grandes empresas poco tienen
que ver con la contribución de los empleados a la eficiencia y productividad de
la empresa, sino a las relaciones institucionales (controladas por los que
tienen mayores ingresos), que sistemáticamente favorecen a los mejor pagados
sobre los demás. Es la distribución de poder dentro de las empresas lo que
predominantemente determina las diferencias salariales. En realidad, tales
desigualdades afectan frecuentemente la eficiencia y productividad de las
empresas.
Una situación semejante ocurre en el mundo empresarial español. Las
remuneraciones de los directivos no guardan relación con su contribución al
valor añadido a la empresa. En realidad, remuneración y productividad, a nivel
directivo, no guardan relación. Así, tal como señala David Fernández en su
artículo “Una casta a prueba de crisis: la brecha salarial entre los directivos
de las empresas y sus empleados se amplía”, El País (13.05.12), sólo 11 empresas
del Bies durante el periodo de crisis 2007-2011 fueron rentables para sus
dueños, los accionistas, y, sin embargo, las remuneraciones de los directivos
aumentaron en la mayoría de ellos. En realidad, algunos de los mejor remunerados
y con mayores crecimientos salariales, fueron los directivos de empresas
financieras, como Banco Santander y BBVA, que fueron responsables pérdidas de un
41,5% y de un 53,4% respectivamente.
LA SOCIEDAD COMO UNA EMPRESA
Un tanto igual ocurre, por cierto, en la sociedad en general. Personas que
ganan, por ejemplo, diez millones de euros al año no los ganan porque añadan ese
valor a las empresas o a la sociedad, consecuencia del conocimiento o educación
adquirida (puesta al servicio de la empresa o sociedad), sino que los ganan
predominantemente gracias a los contactos y articulación del individuo dentro de
unas redes de poder que poco tienen que ver con su aportación a la sociedad. No
hay nada que pueda justificar, en base a principios de eficiencia, estas
diferencias exageradas de ingresos entre los grandes ingresos y los de la
mayoría de la ciudadanía. Y lo mismo ocurre con las empresas. Gar Alperovitz
analiza ejemplos de empresas cooperativas (más de 1.000 empresas) en EEUU, y
documenta que su eficiencia y productividad es mayor que la de las grandes
empresas transnacionales estadounidenses que se presentan como ejemplo de
eficiencia y productividad.
Es interesante también mencionar que Gar Alperovitz señala la influencia que la
cooperativa vasca Mondragón ha tenido en el movimiento cooperativista en EEUU.
Mondragón, la cooperativa que tiene 80.000 empleados a nivel mundial y que ha
resistido mejor la crisis en España, está ahora asesorando a varias cooperativas
en EEUU. Un punto importante es que el movimiento sindical estadounidense, el
AFL-CIO, que había sido escéptico, e incluso reacio en ocasiones, sobre el
cooperativismo, ha ido cambiando su actitud como consecuencia de la crisis. El
movimiento sindical estadounidense tenía reservas de que el establecimiento de
sociedades de propietarios diluiría el sentido de pertenencia a la clase
trabajadora, base social del sindicalismo, cambiando su lealtad a la clase
social para identificarse con el mundo empresarial más que con el mundo del
trabajo.
Tales reservas, sin embargo, se han ido diluyendo como consecuencia, en parte,
de la dureza de la crisis, que ha estimulado un replanteamiento de la estrategia
sindical, favoreciendo el control directo de las empresas por parte de los
trabajadores. Cuando el Gobierno federal de EEUU nacionalizó en la práctica la
General Motors, la respuesta sindical fue la de pedir que la General Motors se
convirtiera en una cooperativa, propuesta no aceptada, sin embargo, por la
Administración Obama. En este proceso, Mondragón asesoró a los sindicatos
estadounidenses. Mondragón está asesorando ahora al sindicato del Acero en Ohio,
junto a la cooperativa Ohio Employee Ownership Center, en la que los sindicatos
ayudarán al establecimiento de una cooperativa, en la que el principio
cooperativista pueda compaginarse con el principio de negociación colectiva, que
es sagrada para el sindicalismo: el enorme grado de democracia interna existente
en el cooperativismo tipo Mondragón, debe articularse con el movimiento de
democratización de la sociedad. Alperovitz cita otros tipos de participación
democrática, como las cooperativas de usuarios y consumidores, asociaciones
vecinales, empresas asociativas sin afán de lucro y otras que están viendo una
gran reanimación y reavivación en estos momentos de crisis. Sería de desear que
algo semejante ocurriera en España.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una
licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras
fuentes.
*******************
In: Rebelión
http://rebelion.org/noticia.php?id=150099
España 22/5/2012

Nenhum comentário:

Postar um comentário