sábado, 17 de agosto de 2013

¿Qué pasa en Industrias Diana, SIDOR, Lácteos los Andes, etc? una lectura Crítica

Por: Jesus Enrique Marcano


Motivado por el momento que atraviesa la revolución, los importantes conflictos
presentes en las experiencias de co-gestión y/o control obrero, y la posición
asumida en el programa de temas sobre el tapete transmitido por RNV el día
martes 06 de agosto del presente año, he decidido aportar algunas ideas que
permitan abonar al entendimientode por qué tal situación, las cuales pueden
verse erróneamente como simples problemáticas domesticas o reivindicativas, sin
observar el volumen del iceberg que se esconde tras aguas aparentemente
tranquilas.
Antes de leer este breve escrito, sería oportuno que escuchen el audio del
citado programa para poder lograr la necesaria contextualización que requieren
estas líneas, aunque trate de bajarlo, para ahorrarles el trabajo de buscarlo,
lamentablemente aún no he podido hacerlo*. No obstante, en el citado programa se
asume de forma muy rápida y genérica, dadas las limitaciones del tiempo en
radio, tan importante tema como es el del control obrero, la co-gestión, el
sindicalismo o cualquiera otra forma de organización de los trabajadores y su
relación con los medios y unidades de producción, expresión concreta ésta de
cómo funcionan las unidades de producción en el socialismo.
Por éste estratégico espacio de debate, al cual agradezco la gentileza de
siempre publicar mis escritos, han sido múltiples los artículos en que los
camaradas han puesto en evidencia la problemática presente en lácteos los andes,
Industrias diana, SIDOR, Ferrominera, etc, etc, etc, en las que los trabajadores
reclaman en algunos casos mayor o menor participación en el esquema de
co-gestión, mayor participación en la repartición de dividendos, mayor
participación en la toma de decisiones estratégicas de las unidades de
producción, pago de deudas contraídas y cuyo cumulo para el futuro es
simplemente incalculable, eliminación de la tercerización, mayor número de
cargos fijos, aumento de salarios, etc, etc, etc.
Esta larga lista de peticiones y la consecuente problemática que acarrea su
insatisfacción, solo se pueden explicar cuando se logra entender las
características que determinan la estructuración de la formación económico
social venezolana, y como las más importantes de éstas tenemos la cultura
rentista que se produjo, reprodujo e inoculo con el oro negro en el imaginario
colectivo venezolano y, en segundo lugar, el mesianismo que distingue no solo la
cultura política nacional, sino, y más grave aún, el modo se ser del venezolano.
Si bien estas dos características pueden parecer abstractas, en realidad las
mismas operan las 24 horas del día y en forma bien concreta en nuestra población
y en el caso que acá nos motivaes la lamentable explicación del fenómeno
presentado. En el caso de la primera característica, el Estado y la enorme renta
petrolera que el mismo administra, lo han convertido lógicamente en el centro de
las apetencias de todas las clases sociales que a su sombra se han estructurado,
históricamente todo depende del Estado y sus recursos, lo cual no sería del todo
contraproducente si se tratara de un Estado revolucionario, pero como no es así,
a su sombra se desarrolló una vergonzosa cultura parasitaria, que tiene como
principales protagonistas a la mal llamada burguesía nacional, pero que también
tiene como protagonistas aguas abajo a toda la burocracia estatal, que con
distinta forma de extracción cumple el mismo papel parasitario, desde el
respetable portero que trabaja durante 25 años en un ente público para quedar
ganando una pensión, pasando por profesionales, gerencia media y alta, la
iglesia católica y hasta los académicos que nunca producen nuevos conocimientos
en pro del colectivo pero que si garantizan los privilegios de parasitar
académicamente del Estado .
Pero como con esto no estoy descubriendo el agua fría, surge la pregunta ¿por
qué es tan importante esta problemática en la llamada clase obrera?, ¿acaso esto
no ocurre en otros sectores?, en procura de la respuesta más acertada nos
encontramos con el hecho de que como estamos en revolución y es la clase obrera
la que hace revolución, entonces es el estado de su organización, claridad
política y compromiso un tema de primer orden en toda experiencia de
transformación social que tiene la intención de ser socialista. Entendiendo este
nivel de importancia y los rasgos esenciales de la primera característica, nos
surge una nueva pregunta ¿acaso la clase obrera escapo de la inoculación del
rentismo petrolero? Obviamente la respuesta es NO.
Lamentablemente la experiencia histórica nos dice, salvo honrosas excepciones,
que la reserva moral que debe asistir a esta clase social y particularmente a
sus llamados dirigentes, es una gran deuda, y como bien reza la lógica del
rentismo petrolero, lo importante es lograr adherirse a la piel del Estado para
comenzar la extracción de su renta, es decir, la prioridad para este grupo
social es entrar a trabajar para el Estado, más aun si es para una institución o
empresa de gran magnitud, procurar un cargo fijo para garantizar parasitar para
toda la vida y posteriormente en el caso de la dirigencia sindical, esconder
estos objetivos individuales y vergonzosos bajo banderas de luchas
reivindicativas, discursos revolucionarios y la organización de la clase obrera.
Se lo fuerte de estas afirmaciones pero con mucho dolor tengo que decirlas, como
ejemplo de esto basta tomar a la CVG y de todas sus empresas afiliadas, siendo
nativo del estado bolívar puedo hablar con propiedad, en ellas es común escuchar
expresiones de descontento con su gerencia, funcionamiento, producción,
salarios, beneficios, tanto de personal que labora en ellas como del que no, sin
embargo, hay una gran contradiccióncuando descubrimos que el sueño de éstos es
lograr conseguir algún cargo fijo en las citadas empresas, rentismo simplemente
rentismo, y como no solo son los trabajadores, sino el esquema de gestión y el
modelo de desarrollo que en ese momento se impuso, hay que recordarle a nuestro
pueblo que la CVG tiene el mas descarado ejemplo de parasitismo, ya que funciona
con la materia prima de todos los venezolanos (hierro, bauxita, aluminio, etc) y
las riquezas que de su procesamiento se genera solo la disfrutan un pequeño
grupo de trabajadores, ya que la republica no obtiene nada de esta actividad
productiva.
Desde la lógica del rentismo todo proyecto de vida tiene que girar en torno a
sustraer del Estado la mayor renta posible y esperar en su estado de comodidad,
lo cual rompe con toda lógica de trabajo productivo, de creación, de innovación,
de invención, de conocimiento creativo, como características que deben definir
al socialismo. Se trata de medrar del Estado, de importar, de consumir y
asimilar ficticiamente un modo de vida propio de una sociedad industrializada,
se trata de la lógica de ¿para qué trabajar creativa y productivamente, si hay
un Estado rico y hay que parasitar de él en la versión que sea?, así las
unidades de producción no puedan pagar ni su propia nomina, allí hay un Estado
rentista que resuelve.
La segunda característica refiere a una de las maldiciones históricas de nuestra
sociedad el mesianismo, en el que se resume el hecho concreto de no asumir
responsabilidades en el rol protagónico que tenemos todos y cada uno en el
destino de nuestra patria y hasta en la definición y concreción de nuestros
proyectos de vida personales, es siempre la necesidad que tenemos de endilgar
esta responsabilidad en un mesías o caudillo, en la otredad, para de esta manera
siempre mantener nuestra pureza moral frente a la complejidad de hecho social.
Desde esta segunda característica se explica el por qué del caudillismo en
nuestro pasado mediato, el por qué del presidencialismo y todos los jefismo que
hoy definen nuestra vida política, desde la dimensión más abstracta hasta la más
particular; ahora cómo se relaciona esta característica con el tema que motivo
esta líneas, pues resulta obvio, se trata de unidades de producción con esquemas
de gestión en los cuales resulta imprescindible la presencia del Estado, tanto
para para su dirección como para asumir los riesgos que pueden acarrear
posibles fracasos económicos.
Las nuevas unidades de producción y los nuevos esquemas de gestión no
capitalistas que estas deben poner en práctica, suponen una nueva racionalidad
que rompa con el estado de comodidad que caracteriza al rentismo y demanda
asumir efectivamente nuevas y mayores cuotas de responsabilidad en el destino de
estas nuevas experiencias productivas. Los esquemas de gestión de Industrias
Diana, de Lácteos los Andes, de CVG, entre otras experiencias, deben ser
expresión concreta de un nivel de claridad política y cosmovisión cónsono con
los valores y principios que definen al socialismo, donde se debe entender que
el desarrollo de todas y cada una de las aristas que supone el hecho productivo
dependen del trabajo de cada trabajador o trabajadora, así como el posterior
destino de esta producción, en este nuevo esquema de gestión se rompe con las
clásicas relaciones técnicas de producción, y en una primera fase seguramente se
requerirá de mayores horas de trabajo de cada trabajador, ya que su nueva cuota
de responsabilidad va más allá de operar tal o cual maquinaria o cumplir
rigurosamente un horario y deberá mantener los mismos niveles de beneficios
socio-económicos.
Esta realidad tiene como significante principal la disminución de la cuota de
responsabilidad del Estado, tanto en la injerencia en la operatividad de la
unidad productiva como y progresivamente en la definición de las líneas de
producción, destino de la misma y distribución de las utilidades obtenidas, las
cuales sin duda alguna deben traspasar los muros de las unidades de producción
(UP) e impactar al mayor número de venezolanos, ya que el nivel de claridad
política de los trabajadores debería permitircomprender que la citada UP se
enmarca en un nuevo proyecto de país que se intenta construir sobre la base de
los valores y principios del socialismo, y en el que no operaran los valores
egoístas del capitalismo y la tesis de la falsa democratización de la propiedad.
Igualmente, esta realidad supone un trabajo de planificación de importancia
cardinal, a través del cual se logre la mayor eficiencia posible con una
progresiva disminución en el tiempo de las jornadas de trabajo, sin embargo, y
como contrapartica, los trabajadores deben entender que en este nuevo esquema de
gestión y su lucha contra el mesianismo de papa Estado rentista, supone asumir
la responsabilidad de todo cuanto ocurra en la UP, es decir, que en caso de
perdidas, baja de producción, falta de colocación de la producción, disminución
de los precios internacionales, ect, son los trabajadores los que tienen que
buscar alternativas para procurar el menor impacto posible a la UP y no acudir
al Estado y su renta para que asuma las perdidas, mientras que ellos asumen la
distribución de las utilidades.
Lamentablemente estos supuestos no son los que caracterizan los esquemas de
gestión de las UP acá citadas, el mesianismo y la otredad son los que mejor
explican los fenómenos que en ellos vienen ocurriendo, salvo honrosas
excepciones, la comodidad del rentismo, el cumplir un horario, el no ocuparse
más allá de su responsabilidad directa y el tener garantizado con el Estado
rentista el quince, el ultimo y la pensión, son los elementos que caracterizan
el imaginario de los trabajadores sobre los cuales se materializa el esquema de
gestión.
Con la cultura rentista y el mesianismo, como características predominantes de
nuestra sociedad, se puede explicar grosso modo lo que ocurre en las nuevas
experiencias productivas y más allá, no obstante, para lograr una comprensión
más terrenal del fenómeno se hace necesario, cual chef que trabaja con dos
ingredientes principales, combinar en la complejidad del hecho social las
relaciones e interacciones que existe entre estas y otras características. En
este sentido, es en este plano donde logramos comprender la situación de la
clase obrera y de su dirigencia, sin duda, no es en el contenido de los
discursos donde encontramos las reales motivaciones que moldean sus acciones,
sino en el rentismo y el mesianismo, lamentablemente se trata de grupos
inoculados por estas características, y cómo no estarlo, que ven en el Estado su
fuente de riqueza. Cualquier estudio serio sobre el tema arrojaría pésimas
conclusiones al respecto, salvo honrosas excepciones, en el seno de los
trabajadores se prefiere seguir operando bajo el amparo del Estado,
democratizando las perdidas y privatizando la distribución de las utilidades.
Sin desconocer lo complejo que significa un cambio de cosmovisión, tampoco se
trata de esconder la preeminencia de estas características en el imaginario
colectivo, sin duda, un gran hombre como el presidente Hugo Chávez se consumió
en esta tarea titánica, pero la realidad parece mostrar un fortalecimiento de
estas dos características, en ello creo importante mencionar el ejemplo del
SENIAT o PDVSA, entre otras, instituciones con naturaleza distinta pero en las
cuales sus trabajadores han sido víctimas de la acción de estas características
y del resto del enorme aparato hegemónico del sistema, ya que son trabajadores,
salvo honrosas excepciones, que dado el musculo financiero que poseen han
logrado adquirir estándares de vida de la llamada clase media y han sido
absorbidos por los valores y principios capitalistas de este grupo social, no
obstante, a pesar de ser la renta petrolera el origen de esta movilidad social,
han asimilado la cultura hegemónica del modo de producción capitalista, pero
como no hacerlo si no hay razón para no hacerlo.
En este sentido, por ejemplo las pugnas en el seno de la dirigencia sindical y
de éstos con los incipientes consejos de trabajadores, no tiene otra explicación
que la de los celos naturales por ver quien se lleva la mayor parte en la
extracción de la renta, tras el ocultamiento en un discurso que dista muy lejos
de sus prácticas. Es el rentismo y el mesianismo, sazonado con una poderosa
dosis de egoísmo, lo que explica la situación de conflictividad que actualmente
ocurre en estas experiencias de cogestión o control obrero, es un poco de
luchemos para abrir la puerta, pero cuando estamos a dentro luchemos para
cerrarla y si no es así preguntémonos que dirían los trabajadores si se les
consulta ¿están ustedes de acuerdo con disminuir los bonos de productividad para
dirigir estos recursos al beneficio de las comunidades donde se encuentran
ubicadas las UP?, ¿están ustedes de acuerdo con usar las horas de trabajo que
fueron disminuidas en un plan de trabajo diario con las comunidadesdonde se
encuentran ubicadas las UP?, ¿están ustedes de acuerdo con frenar un nuevo
aumento salarial para incorporar más trabajadores a las UP?, ¿están ustedes de
acuerdo con eliminar progresivamente el HCM para fortalecerel sistema público de
salud?, ect, ect, ect, etc,
sin duda, esta líneas tendrán muy diversas interpretaciones y muchas de ellas
fundadas a partir de una respuesta natural al sentirse aludido, pero más allá de
estas interpretaciones, el sentido de estas líneas es hacer reflexionar en torno
a lo que está ocurriendo en estas UP y en la revolución en general, si no
reconocemos la preeminencia de estas características entonces caemos en su
reafirmación, ¿cómo reclamarle a un trabajador de Industrias diana por ejemplo,
que históricamente estuvo excluido de la renta y que ahora entro en una UP
estatizada altamente productiva, en la que seguramente son muy llamativos los
beneficios socio-económicos, que exija que las utilidades se repartan solo entre
los trabajadores, que estas se incrementen cada vez más, que se anule cualquier
toma de decisiones que ponga en peligro su cuota de renta?, lógicamente el que
históricamente esta inoculado por los valores y principios de capitalismo y ha
estado excluido, cuando se le incluye quiere cerrar la puerta y asumir la
propiedad privada sobre lo que no la tiene.
No se trata de cuestionar a la clase obrera que actualmente tenemos con una
argumentación anti-obrerista, ni de fustigar al Estado, se trata de diagnosticar
e identificar sin prejuicios cuáles son los aspectos que caracterizan su
situación ideológica, y en el caso del Estado se trata de hacer ver su
inviabilidad económica en el largo plazo, no se trata de reducir el Estado, todo
lo contrario se trata de fortalecerlo en cuanto a sus funciones orientadoras y
reguladoras, mas no en su irracional volumen administrativo y de personal, un
Estado fuerte y eficiente no es sinónimo de una nómina gigantesca, todo lo
contrario una nómina gigantesca es sinónimo de ineficiencia.
En este sentido, lo que actualmente ocurre en las UP acá tratadas, es un
resultado lógico que aún no muestra su rostro más capitalista, ya que cuando se
tiene un accionar político que parte de una atomización de la complejidad social
y en la que se prioriza casi exclusivamente el hecho económico, el resultado
lógico en el mediano plazo es que tengamos una clase obrera con una situación de
clase antagónica a su posición de clase, es decir, tengamos trabajadores a los
que se les ha resulto en gran medidas su precaria situación económica pero que
manifiestan una clara racionalidad capitalista. Es en este punto donde el
trabajo ideológico debe tener la misma importancia del hecho económico, pero
trabajo ideológico como política de la revolución y sin ortodoxias
metodológicas, en el que se rompa con ese anquilosado método de escuelas de
formación que no forman ni a los formadores.
Sin duda es la variable ideológica la gran ausente en todo este proceso
revolucionario, si no logramos atender eficientemente este complejo campo de
batalla, más temprano que tarde la revolución terminara capitulando ante el
rentismo y el mesianismo capitalista. Estas características resultan
completamente antagónicas al socialismo, no puede haber un socialismo rentista,
todos y cada uno debemos de asumir nuestra nueva responsabilidad en la
construcción de esa nueva realidad social, mientras digerimos esta urgente
necesidad el excremento del diablo y la enorme maquinaria ideológica del sistema
continúan haciendo su trabajo, segundo a segundo, minuto a minuto y día tras
día, recuperemos la autoridad moral que lamentablemente parece haberse borrado
de nuestra dirigencia o burocracia alta, media y baja, recuerden la consigna de
predicar con el ejemplo y la revolución no se tiene en los labios para vivir de
ella, la revolución se lleva en el corazón para morir por ella
********
In
http://www.aporrea.org/actualidad/a171937.html
Venezuela
17/8/2013

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