segunda-feira, 29 de abril de 2024

Cambiar la estrategia para derrotar al bolsonarismo

 


*Fuentes: *Esquerda Online (Brasil) [Imagen: Lula aupado por el pueblo
tras su discurso frente al Sindicato de Metalúrgicos en São Bernardo
(São Paulo). Créditos: Ricardo Stuckert]

El regreso de la extrema derecha a las calles y la caída de la
popularidad del gobierno de Lula son un llamado de atención. Es
necesario reorientar nuestra línea política.

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La coyuntura en el país presenta grandes desafíos. A pesar del cerco
creciente del STF (Supremo Tribunal Federal) alrededor de Bolsonaro y de
los demás golpistas, la extrema derecha mantiene una enorme fuerza
política y vuelve a ocupar las calles. Aunque los indicadores económicos
son positivos, con crecimiento del PIB y caída del desempleo, la
popularidad de Lula disminuye, y revela una creciente insatisfacción
popular. Si bien la izquierda ganó las elecciones presidenciales, la
dificultad para movilizar a la sociedad dentro de su propio campo es
innegable. Aunque el proyecto de cambio progresista ganó la votación,
hay muchos obstáculos para avanzar en un Congreso dominado por el /
centrão /(nebulosa de partidos de derecha y de extrema derecha) y ante
las limitaciones impuestas por el marco fiscal.

El hecho es que la receta adoptada hasta ahora por el gobierno se ha
quedado corta y es incapaz de reducir la influencia de la extrema
derecha en la sociedad e impulsar los índices de aprobación de Lula. El
peligro del bolsonarismo sigue vivo, incluso con la derrota del golpe
del 8 de enero y los procesos judiciales en curso. Fortalecido por el
acto paulista de febrero, Bolsonaro convocó hace unos días una
manifestación golpista en Río de Janeiro el 21 de abril.

El gobierno, rehén en el Congreso del chantaje de Artur Lira (Lira hizo
campaña por Bolsonaro y se enfrenta al ejecutivo sobre la adopción del
presupuesto, y pone en duda la facultad de iniciativa del gobierno
federal), apuesta por la gestión económica conservadora de Fernando
Haddad, que tanto agrada al mercado, y por la firme actuación de
Alexandre de Moraes (presidente del Supremos Tribunal Electoral) contra
Bolsonaro y los golpistas. Pero todo esto no es suficiente. Cabe
destacar que el deterioro de la aprobación del gobierno, si no se
revierte a tiempo, podría afectar negativamente a la izquierda en la
batalla contra el bolsonarismo en las elecciones municipales. Consciente
de la complicada situación, el gobierno debate internamente sobre como
corregir el rumbo.

*¿Qué rumbo tomar?*

¿Cuál debe ser el nuevo rumbo del gobierno de Lula? Hay sectores de la
izquierda que sostienen que, ante la adversidad, es necesario aumentar
las concesiones al centro, al mercado financiero, a los militares y al
agronegocio.

Esta evaluación es la base de algunas de las políticas del gobierno, que
no contribuyen en nada a aumentar la popularidad del gobierno ni la
necesaria confrontación con Bolsonaro. Por ejemplo, el ajuste fiscal, la
propuesta de reajuste cero para los funcionarios, el silencio de Lula
sobre el 60º aniversario del golpe del 64 y el fomento de las
colaboraciones público-privadas, que se traducen en privatizaciones, van
en contra del programa bajo el que fue elegido Lula. Esta estrategia de
concesiones permanentes a la derecha desdeña la importancia de construir
movilizaciones en defensa de medidas populares, contra las que el /
centrão /de Lira y la extrema derecha actúan sistemáticamente en el
Congreso.

Nosotros pensamos de forma distinta. Ante los peligros que plantea la
situación, creemos que el gobierno de Lula necesita dar un giro en la
dirección opuesta, una nueva estrategia. La primera y más importante
línea de cambio debe ser la reorientación de la política económica,
asfixiada por el marco fiscal.

Es necesario ofrecer mejoras concretas y sólidas al pueblo trabajador,
para recuperar el apoyo popular y avanzar sobre la base de Bolsonaro.
Necesitamos más medidas como el programa Pé de Meia (estímulo financiero
para evitar la deserción escolar), anunciado esta semana, que favorecerá
a los estudiantes pobres de secundaria.

El 1º de mayo, Lula podría anunciar un nuevo aumento real del salario
mínimo, un ajuste de la Bolsa Família, un aumento salarial para los
funcionarios en huelga y una exención del impuesto sobre la renta para
quienes ganen hasta 5.000 reales. También sería muy importante un plan
eficaz para bajar el precio de los alimentos básicos. Estas medidas
serían muy bien recibidas por la clase trabajadora, especialmente por
los que tienen ingresos más bajos.

El segundo aspecto del cambio tiene que ver con la adopción por parte
del gobierno de Lula de una línea activa en la promoción de campañas de
concienciación política e ideológica entre la población. Se trata, entre
otras cosas, de fomentar la movilización popular para apoyar la
aprobación de medidas sociales y democráticas progresistas. Uno de los
desafíos en la lucha por la concienciación de las masas es, por ejemplo,
mantener y ampliar la mayoría social a favor de la encarcelación de
Bolsonaro y de los generales implicados en la intentona golpista. ¡Sin
amnistía!

*Movilizar al pueblo contra las ideas del bolsonarismo*

Mientras que Bolsonaro trabaja para mantener su base social intacta,
cohesionada y movilizada, el gobierno permanece completamente distante
de la disputa en las calles. Solo actúa en el plano institucional, lo
que acaba reforzando la desmovilización que reina en la izquierda y la
falta de cohesión política de su base social de apoyo. Hasta ahora, Lula
no ha convocado ninguna manifestación popular. Es más, mientras que la
red mediática de Bolsonaro se extiende y es cada vez más eficaz, el
gobierno se muestra tímido en la apuesta política e ideológica, con una
política de comunicación débil y obsoleta.

El Brasil de hoy es muy diferente del periodo de los primeros gobiernos
del PT, cuando la oposición estaba liderada por un PSDB flojo. Ahora
existe una extrema derecha influyente y rabiosa, con una sólida base
social y conexiones internacionales. Esta fuerza fascista moviliza a su
base social en torno a banderas políticas e ideológicas bien definidas y
la organiza a diario en las redes sociales, en las iglesias evangélicas
y en los cuarteles. El bolsonarismo actúa en el plano institucional y
electoral, pero no renuncia a la disputa ideológica en la sociedad y a
la lucha directa en las calles. Por eso, es un grave error creer que
sólo con pequeñas mejoras económicas y la actuación del Tribunal Supremo
será posible derrotar a la extrema derecha y garantizar la reelección de
Lula. Es necesario un giro a la izquierda, con medidas concretas
dirigidas al pueblo trabajador, una lucha ideológica intensa y la
construcción de la movilización popular.

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Em
REBELION
https://rebelion.org/cambiar-la-estrategia-para-derrotar-al-bolsonarismo/
29/4/2024

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