sábado, 31 de agosto de 2019

Las pulsiones de Brasil Acumulación mundial, dependencia exportadora y barbarie socioambiental





José Luis Ríos Vera


*1. **Gobierno Bolsonaro: primarización, sobreexplotación natural y
fiebre exportadora *

Días antes de la jornada electoral /controlada/ desde el Estado de
excepción en Brasil, apunté principales elementos del proyecto económico
del gobierno Bolsonaro:

“El programa económico de Bolsonaro es la agenda del gran capital
internacional. Significa la humillación de la soberanía nacional y la
regresión de las condiciones de dependencia a un régimen neocolonial con
enormes transferencias de riqueza al exterior, vía deuda, programa
privatizador radical, entrega de riquezas naturales (hidrocarburos,
electricidad, agua, biodiversidad), creciente repatriación de ganancias
con cargo en la regresión de la valorización salarial, entre otras vías.

El desmantelamiento de Electrobras, Petrobras, extranjerización del
Pre-sal, una mayor liberalización comercial y financiera (privatización
de la banca pública de desarrollo), y la elevación de importaciones
asociada a una desindustrialización profunda seguida del deterioro de la
investigación científica pública, podrán agudizar una mayor dependencia
tecnológica y subordinación a la división internacional del trabajo en
la nueva etapa de la revolución tecnológica-industrial 4.0. Con la
renovada fuerza política del agronegocio, la economía se orienta al
crecimiento de las exportaciones de bienes de bajo valor agregado,
sustentadas en las mayores condiciones de explotación del trabajo, el
fortalecimiento del latifundio, la sobreexplotación de la amazonia, el
deterioro ambiental, lo que agravará los problemas de la economía
brasileña”.[1]

En otro trabajo redactado a poco más de cuatro meses de iniciado el
gobierno Bolsonaro, señalaba la tendencia de una “crisis socioambiental
permanente” vinculada a la especialización productiva exportadora:

“Una primera caracterización del proyecto económico, político e
ideológico del nuevo gobierno puede definirse por una violenta
restauración de la política económica neoliberal (privatización,
disciplina fiscal, austeridad, desregulación, ataques y desaparición de
servicios públicos como salud, educación, vivienda, agua, etc.)
subordinada a una profundización de la acumulación financiera vinculada
a su vez a una modalidad de reproducción ampliada del aparato de
especialización productiva volcado a la exportación. El principal rasgo
de este aparato productivo consiste en la primarización regresiva de la
economía, lo cual implica un estado de crisis socioambiental permanente
además de la acentuación del proceso de desindustrialización
estructural. […]

En el nuevo estadio del salto tecnológico acompañado de una redefinición
de los escalones en la división internacional del trabajo, a la que
Bolsonaro cierra los ojos sometiendo al Brasil a la sobreexplotación de
recursos naturales y de la biodiversidad realineándose a la geopolítica
imperialista de EEUU, el nuevo gobierno pronuncia al extremo el abismo
que separa al aparato productivo respecto de las necesidades del
trabajador colectivo y de la mayoría de la población.[2]

*2. **Superexplotación del trabajo, /patrón exportador/ y transferencias
de valor *

Dos recientes estudios demuestran la profundización de la concentración
de la riqueza en Brasil en los últimos años. El primero ha sido
elaborado por la Fundación Getulio Vargas, sobre la base de la Pesquisa
Nacional por Muestra Domiciliaria (PNAD), del IBGE. La investigación
intitulada /Escalada de la desigualdad,/ muestra el agravamiento de la
desigualdad experimentada en el periodo 2014-2019.

Al integrar el segundo trimestre de este año, Brasil acumula el 17º
trimestre continuo en la concentración de renta. En este periodo, para
la mitad más pobre de la población, la renta del trabajo descendió
17.1%, mientras que la renta del 1% de los más ricos registró un
crecimiento de 10.11%. Así también, la franja de la población
correspondiente al 40% de los intermediarios, cayó 4.16%. Se trata, de
acuerdo con la investigación, de un proceso de concentración de renta
sin precedentes, si se toma en cuenta la continuidad ininterrumpida del
periodo.[3]

El segundo estudio es elaborado con datos del /Relatorio de la
Desigualdad Global/, de la Escuela de Economía de París. La
investigación señala que solo después de Qatar, los “superricos” de
Brasil lideran la concentración de la renta a nivel global, siguiéndole
a éste país, otro latinoamericano, Chile.

En Brasil, el 1% de la población brasileña (1.4 millones) concentra el
28.3% de los rendimientos brutos totales, los cuales perciben
mensualmente R$140 mil (reales). En contraste, la mitad más pobre (71,2
millones) concentra el 13,9% de los rendimientos totales, con un ingreso
en promedio de R$1.200, esto es, apenas por arriba de un salario mínimo.

Al considerar al 10% de los más ricos, en términos de la paridad del
poder adquisitivo, los 14.2 millones de adultos captan el 55.5% de los
rendimientos. En este segmento, Brasil empata con la India y solo es
superado por Sudáfrica.[4]

Bajo el gobierno Bolsonaro, la tendencia en la concentración de riqueza
y de la reproducción de la desigualdad se mueve en torno a su mayor
acentuación.

En el marco de la crisis económica que no cede, con prácticamente cinco
años de recesión en Brasil, el proyecto del gobierno actual pretende
imponer una /nueva etapa/ en la degradación-transgresión del tiempo de
trabajo /necesario/ para la reproducción del trabajador colectivo, esto
es, removiendo obstáculos y endurecer las existentes relaciones de
/superexplotación/ del trabajo.

Dentro de esta /nueva etapa/ se inscriben distintos mecanismos y
procesos de agresión a los derechos y condiciones de vida del
trabajador: la Reforma Laboral (2017), violación de contratos colectivos
de trabajo, primacía de lo "negociado" sobre lo legislado; intermitencia
y precarización del trabajo; ley de tercerización "total"; Reforma
Previsional (aprobada en la Cámara de Diputados en el mes de julio),
incremento de la edad de jubilación; disminución pensionaria;
capitalización de los fondos de pensión (al quedar fuera de esta
Reforma, se ha elaborado una nueva propuesta de Ley); ataque y
desmantelamiento de organizaciones sindicales; desaparición del
Ministerio de Trabajo; degradación de la justicia laboral,
flexibilización de las normas de regulación del trabajo esclavo,
infantil, de seguridad y salud del trabajo; flexibilización de la
"formalidad" laboral; desvalorización salarial, prolongación de la
jornada de trabajo; mayor intensificación del trabajo normativizada en
la llamada “Minireforma Laboral” (Ley de la Libertad Económica, MP881),
la cual fue aprobada días atrás, y que entre otras agresiones, buscaba
extender la jornada laboral a los días domingos (en el Senado fue
frenada esta última medida).

Las repercusiones de estos procesos cuyo significado reside en el
incremento de la tasa de explotación, y por ende, en un nuevo periodo de
violencia sobre las condiciones de consumo de los trabajadores, impactan
sobre la acentuación de la desigualdad y concentración de riqueza. Esto
se agravará en mayor medida mediante las nuevas bases de acumulación
aceleradas por los planes de /privatización/ radical anunciados.

El principal impacto de la desigualdad y superexplotación del trabajo
recae en la contracción del mercado nacional, cuya contrapartida
necesariamente arrastra a la economía a robustecer los /nudos de
dependencia/ con el mercado externo.

Ahora bien, sustentar la crisis económica mediante la mayor explotación
del trabajo tiende a agravar los problemas y contradicciones de las
economías dependientes.

Sostener al mercado externo como esfera dominante de realización del
capital, que es a lo que conduce la superexplotación del trabajo y las
sólidas condiciones de desigualdad reflejadas en la circulación y el
consumo, recrea en otra escala una de las principales ataduras del ciclo
de /reproducción del capital/ que asume la economía dependiente: la
escisión entre la estructura de la producción (local) y la esfera de la
circulación (encauzada al exterior), esto es, la reproducción de una
estructura productiva dependiente y subordinada a las demandas del
mercado externo.

Sobre estas condiciones, la economía readapta su inserción dependiente a
la economía internacional, marco “global” bajo el cual operan una serie
de mecanismos de /transferencias de valor/ (intercambio desigual;
transferencias de ganancias a los países sede de las corporaciones
trasnacionales; pago de intereses vía deuda externa, deuda pública;
renta tecnológica; etc.), los cuales menoscaban a las economías
dependientes sometiéndolas a la continua reproducción de un capitalismo
mundial escindido entre el mundo dependiente y los países centrales.

En resumen, el nuevo periodo de superexplotación del trabajo fortalece
las relaciones de dependencia externa, promoviendo una reproducción
ampliada del /patrón exportador/.

Una economía con un crónico /declive/ de la estructura industrial (la
participación de la industria de transformación en el PIB fue de 11.3%
en 2018), cuyos efectos impiden desarrollar el sector de servicios con
alto grado de generación de valor, refuerza al agronegocio y la
sobreexplotación de los recursos naturales como el principal eje de
acumulación del capital.

El neofascismo del “ala bolsonariana”, respaldado con el Gabinete de
Seguridad Institucional (GSI) del “ala militar”, y en alianza con el
capital financiero (local-extranjero), la oligarquía latifundista del
agronegocio, el imperialismo trumpista y sus históricos intereses
geoeconómicos y geopolíticos en la Amazonía, representan el proyecto de
un /patrón exportador/ con base en la mayor depredación del territorio
natural y explotación radical sobre la biodiversidad que resguarda el
gigante sudamericano.

En un cuadro de crisis del capitalismo mundial, sin la menor expectativa
de que se repitan los pocos años de bonanza económica previos a 2008, el
proyecto que Bolsonaro representa reposa sobre transferencias de riqueza
y de valor al exterior, intercambio desigual y barbarie socioambiental.

En otro momento, al señalar una línea directriz de este proyecto señalé:
“la exacerbación del patrón de especialización productiva a que se
dispone la asociación subordinada de Bolsonaro con Trump, tiene por
detrás el socavamiento del aparato productivo tecnológico-industrial, e
incidirá en las desiguales relaciones de apropiación de valor entre las
economías, con impactos en la mayor explotación del trabajo, y graves
consecuencias socioambientales para Brasil y el planeta”.[5]

*3. **Crisis económica, golpe de Estado y alianza neofascista-militarista *

La crisis económica mundial y brasileña en particular, agravó el
inestable equilibrio de fuerzas que sustentaron a los gobiernos del PT,
y desembocó en la crisis política de la /Nova República/ postdictadura,
que mediante el Golpe de 2016, se asistió a una metamorfosis
político-estatal (de excepción) que ha girado en torno a una radical
/reestructuración/ en el proceso de reproducción del capital.

Dos años de gobierno Temer sentaron las bases del desmantelamiento del
/Estado social/ (neodesarrollista) llevado a cabo bajo la hegemonía de
la fracción financiera (local-extranjera), del agronegocio y en mucha
menor medida, del capital industrial. Posteriormente, el Ejecutivo,
Legislativo, Judicial, Fuerzas Armadas, medios de comunicación,
iglesias, todos ellos asociados con las fracciones hegemónicas y al
imperialismo estadounidense, construyeron un /pacto de dominación de
clase/ cerrando filas en la inhabilitación política de Lula y la
elección del gobierno Bolsonaro. Las recientes filtraciones y reportajes
del sitio /The Intercept /han revelado la profundidad del laboratorio
real “articulado con los americanos” de la operación /Lava Jato/ en la
/sentencia político-electoral-judicial/ en contra del político más
popular de Brasil.

Una de la cuestiones centrales de la /excepcional/ elección del gobierno
Bolsonaro gira en torno a la /reestructuración en el patrón de
reproducción del capitalismo brasileño./ Los principales procesos que se
ponen de relieve son: Predominio de los intereses del capital financiero
(ajuste, austeridad y servicio de deuda); especialización productiva
concentrada en el agronegocio exportador; privatización del patrimonio
público-productivo; desnacionalización de la economía; ofensiva al mundo
del trabajo; desindustrialización; realineamiento al imperialismo
estadounidense; mudanzas en las relaciones geopolíticas con el grupo de
los BRICS; modificaciones en las relaciones geoeconómicas con China.

*4. Fiebre exportadora, Amazonía y devastación ambiental *

Como sabemos, la crisis ambiental y la deforestación de la Amazonía no
son “accidentales” o de carácter “individual”. Es un problema de orden
/estructural/ que se remonta /al menos/ a las últimas tres décadas.

En la actualidad, la Amazonía está muy próxima de alcanzar el 25% en la
tasa de desforestación, un nivel que volvería irreversible recuperar la
vegetación y los enormes servicios socioambientales que produce.

/La crisis socioambiental, que en las últimas semanas ha descollado con
los incendios en la Amazonía, se inserta en la división internacional
del trabajo, el modo en el que las economías del mundo dependiente son
subordinadas a una incesante lógica de la acumulación mundial, misma que
permanentemente reproduce asimetrías entre países centrales y países
dependientes. /

El despotismo que el capital ejerce sobre la naturaleza en los países
dependientes, se ha insertado en la fiebre del mercado externo con la
subsunción de territorios para la producción de productos básicos (soya,
minerales, madera, carne, petróleo bruto, etc.) como eje de valorización
del capital. El /boom/ de los productos tradicionales (commodities) en
la década anterior, estimulado por la demanda de la economía China y el
crecimiento de los precios de estos productos, /consolidó el/ /patrón
exportador de especialización productiva/ /con el que América Latina se
integró a los circuitos de la acumulación mundial en las últimas dos
décadas./

El modelo de “crecimiento económico con distribución de renta”
implementado en los gobiernos del PT, fue sustentado en dicho patrón de
reproducción, el cual reposó en el agronegocio exportador, haciendo de
China su principal socio comercial.

La extensión de las actividades ganaderas hacia la región de la Amazonía
Legal, la apropiación de territorios, la expansión de las tierras para
el cultivo de soya, la extracción exportadora de minerales, la
explotación de madera, maíz, caña de azúcar (para agrocombustibles),
representaron el motor de los megasuperávits comerciales en los años
previos a 2008. Ello no dejó de presentar legislaciones que dieron
impulso a los procesos de /apropiación territorial/ a favor del capital
y del usufructo infrasoberano de la Amazonía (Ley de Gestión de
Florestas Públicas; Ley Floresta Zero; Plan de Aceleración del
/Grilagem/ [invasión de tierras]; Programa Amazonía Sustentable).[6]

/El Estado organizó y articuló dicho proceso reproductivo del capital /
. A través del BNDES, se financiaron a las “campeonas nacionales”, entre
los cuales sobresalen grandes empresas del agronegocio (JBS, Bertin,
Marfrig, etc.), actuantes en la región de la Amazonía Legal.

*4.1 Salto exportador y especialización productiva *

Apoyado en la explotación de recursos naturales, en las últimas tres
décadas, Brasil experimenta un salto exportador, con mayor énfasis en la
primera década de 2000.

De 31 mil millones de dólares (mmd) en el total exportado en 1990, pasa
a 60 mmd en el año de 2002. En el año 2003 obtiene 73mmd, que ascienden
a 93 mmd en 2004, 164mmd en 2007 y para 2010, el valor total exportado
suma 201mmd. En la década de los noventa el valor exportado se duplican,
mientras que en el primera de cada de 2000, prácticamente se
cuadruplican.[7]

En los años noventa los productos tradicionales representarán en
promedio el 40% de las exportaciones. A partir del año de 2010, los
productos básicos comienzan a representar más del 50% de las
exportaciones. Ello alimentará el debate sobre la /primarización/ y
/desindustrialización/ de la economía.[8]

Con la crisis de 2008 y el fin del /boom/ de los precios de los
commodities, el valor de las exportaciones comenzó a caer. De 256 mmd
(2011) a 236mmd (2012), 224mmd (2014), 190mmd (2015), 184mmd (2016).

Después de cinco años de caídas, solo vuelven a crecer en 2017 (217mmd)
y en 2018 (239mmd). Dicho crecimiento fue sustentado por los productos
básicos, tanto un aumento del volumen exportado, como en un incremento
de los precios (otra vez dependiente de los precios).

La estructura exportadora brasileña se basa en la /especialización
productiva/. Unas cuantas actividades la sostienen. Para 2010, solo
cuatro grupos sostuvieron tres cuartas partes de las exportaciones
agroindustriales: cereales, leguminosas (principalmente soya) y
oleaginosas; caña y sacaríferas; productos florestales (madera,
celulosa); carne (bovina, porcina, de pollo).[9]

En esta primera década de 2000, las exportaciones de los nueve estados
que conforman la Amazonia Legal,[10] pasaron de 5mmd a 26mmd, /un
crecimiento multiplicado por cinco./[11]

A finales de la década, la Amazonía Legal se convirtió en la segunda
región más exportadora de minerales en el país. En el 2010, solo el
estado amazónico de Pará, representó la mitad (12.8mmd) de las
exportaciones de esta región. La extracción de minerales (mineral de
hierro y aluminio principalmente) bajo las megaempresas /Vale/,
/Alunorte/ y /Albrás/, exportaron más de tres cuartas partes (10mmd) de
las exportaciones de Pará. Dicho estado se convirtió en las últimas
décadas en el segundo estado exportador de minerales del país, solo
detrás de Minas Gerais. Más del 75% de sus exportaciones reposan en la
explotación de minerales, lo que torna a esta actividad un eje de
acumulación clave en la región amazónica. El principal producto de
exportación de Brasil es el mineral de hierro, y está por encima de la
soya y el petróleo.

El estado de Maranhão, que integra también la Amazonia Legal, respondió
por una cuarta parte de la industria extractiva en el año de 2008.
Conocida es la devastación socioambiental que acompaña a las actividades
mineras. Basta mencionar los derrames tóxicos en el municipio de Mariana
(2015) y Brumadinho (2019) en Minas Gerais, con trágicas afectaciones
humanas y ambientales en decenas de municipios, además de la enorme
destrucción y contaminación que realizan (solo para obtener un kilogramo
de oro se necesita remover más de 500 toneladas de materia bajo
procedimientos altamente nocivos).

Mato Grosso representó alrededor del 9% de la producción mundial de soya
y el 30% de la producción brasileña en 2015. Es el estado “campeón” en
la producción y exportación de soya en más de una década. En 2018
contribuyó con 19 mil millones de toneladas (mmt) (equivalentes a 7,803
millones de dólares), de un total de 83 mmt que exportó Brasil (40mmd),
primer exportador mundial de este producto. En 2017 y 2018, el estado
representó dos terceras partes de las exportaciones nacionales de maíz.
En este último año, contribuyó con el 20% de las exportaciones de carne
bovina, equivalente a 1,119 millones de dólares. Mato Grosso es el líder
nacional en la producción de commodities agrícolas, y más de la mitad de
su producción se realiza en el mercado exterior.

*4.2 Despotismo exportador y devastación de la Amazonía *

La Amazonía tiene poco más de siete millones de km^2 que recorren nueve
países. Es la región más grande de bosque tropical en el planeta. Tiene
un bioma extraordinario y sus servicios climáticos son fundamentales
para el mundo. Produce el 20 por ciento de oxígeno y llega absorber mil
millones de toneladas de dióxido de carbono (tres décadas atrás absorbía
el doble), evitando la concentración de gases de efecto invernadero, que
provocan el cambio climático. La cuenca del río Amazonas es la más
grande del mundo, con un promedio de 230 milm^3 de agua por segundo,
alberga el 20 por ciento del agua dulce en la superficie terrestre.
Aproximadamente el 60 por ciento de la Amazonía es parte de Brasil, país
que ocupa el lugar 69 en el Índice mundial de Desempeño Ambiental.

Resulta cada vez más patente el vínculo existente entre la destrucción
de la Amazonía con la profundización de la crisis ambiental global, la
amenaza /para el futuro del ser humano y de millones de especies. /

Los graves procesos de deforestación, talas y quemas de bosque son
producidos con la extensión de procesos de /apropiación y concentración
territorial/ dominados por las actividades agrícolas y ganaderas, a lo
que se añade la expansión de la explotación de bosques, reservas y
tierras indígenas por empresas mineras y madereras. Contribuyen
igualmente con la deforestación, el desarrollo de infraestructura
energética, de comunicación y transporte promovidas por el Estado, así
como el incremento de cultivos ilegales, tala de árboles, tráfico de
madera, trabajo esclavo, el aumento del /grilagem[12]/ (invasión de
tierras) y del /garimpo/ (zonas de extracción minera autorizadas y no
autorizadas y de baja escala).

Las actividades ganaderas son el sector que más impacta en la
deforestación del territorio amazónico. Aproximadamente el 70 por ciento
de las tierras deforestadas son habilitadas como áreas de pastoreo.

En el periodo 1997-2016 Brasil multiplicó por diez el volumen y el valor
de las exportaciones de carne bovina. Brasil es hoy el mayor exportador
mundial de este producto. Según las Asociación de Industrias
Exportadoras de Carne de Brasil (ABIEC), en 2018 se alcanzó el record de
un millón 640 mil toneladas de carne bovina exportadas, equivalentes a
6,570 millones de dólares. Tres empresas dominan el sector (JBS,
Minerva, Marfrig).

Las actividades agrícolas, contribuyen con la desertificación, además
del nocivo uso de agrotóxicos implementados (Bolsonaro ha liberado el
uso de 280 agrotóxicos). Como hemos señalado, Brasil ocupa los primeros
lugares a nivel mundial en exportación de soya, maíz, caña de azúcar,
café, tabaco.

El Cerrado, una exuberante mezcla de bosque, sabana y tierra de pastoreo
con una extensión de origen de 2 millones de km^2 en la región centro y
noreste, ha perdido aproximadamente la mitad de su vegetación
originaria, lo cual se vincula al crecimiento del agronegocio. En el
periodo 2006-2017, se calcula una deforestación de alrededor de 140 mil
km^2 del bioma del Cerrado, en contraste a los 80 mil km^2 que
experimentó la Amazonía en el periodo.[13]

En estos años, más de 17 mil km^2 han sido deforestados exclusivamente
para las plantaciones de soya en el Cerrado. Esta región, que representa
el 5% de la biodiversidad del mundo, ha sufrido una tasa de
deforestación dos veces más que la Amazonía, en el periodo señalado.

Como la Amazonía, el Cerrado brinda vitales servicios en los
ecosistemas. Es fuente de tres acuíferos y de ocho de los principales
ríos del país. De continuar con la especialización productiva sustentada
en el agronegocio y el avance en la deforestación, los efectos (escases
de agua, mayor impacto de fertilizantes, plaguicidas, entre otros)
serían aún más devastadores. (/Ibídem/)

El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha declarado que “no
podemos permitir más daños a una fuente importante de oxígeno y
biodiversidad”. El problema de la ONU es que no puede reconocer la
dialéctica de la acumulación mundial que tiende a /perpetuar la
debilidad de las economías subdesarrolladas y dependientes en un mundo
fracturado por desiguales condiciones científico-tecnológicas, distintos
grados de composición orgánica de capital y diferenciados niveles de
productividad. Las condiciones actuales de acumulación global reproducen
la subordinación de nuestros países a los patrones de especialización en
recursos naturales y bienes de escasa generación de valor. /

Visto como un todo, residen en la esencia de la socialización global del
trabajo y de su permanente /jerarquización/ que configura y subordina al
vigente /patrón/ latinoamericano exportador, las devastadoras
consecuencias en la naturaleza, biodiversidad y medio ambiente de
nuestros países, cuyos efectos, agravan la crisis ecológica global y
amenazan a la humanidad.

En este sentido, /el orden asimétrico de la acumulación de capital a
escala global exacerba en los países dependientes no sólo los
desequilibrios sociales ligados al subdesarrollo, sino las
contradicciones socio-ambientales que le subyacen y cuyos efectos son de
alcance planetario. /

*4.3 Desertificación y siniestros: una correlación destructiva *

A raíz de la extensión y proliferación de devastadores incendios en las
últimas semanas en la Amazonía, los cuales suscitaron protestas e
indignaciones en todo el mundo, el Programa de Incendios del Instituto
Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) ha dado a conocer el
registro de 72 mil 843 focos de incendio en todo Brasil entre enero y
agosto (19) de este año.

El registro señala un crecimiento de 83% respecto al mismo periodo de
2018, en el que se presentaron 39 mil 194 focos de incendio. En Bolivia,
Perú y Paraguay, el INPE registró respectivamente, 1.618, 1.166 y 465
focos de incendio en este periodo. Brasil registra en este año la mayor
cantidad de focos de incendio desde 2013.

En el bioma amazónico, el INPE registró 32 mil 728 focos de incendio
entre el primero de enero y el 14 de agosto de este año. Dada la mayor
humedad en la Amazonía que en los últimos tres años, la hipótesis de la
sequía como causa de los siniestros es insustentable.

/Los incendios se deben fundamentalmente al aumento en la
desertificación de las áreas verdes. /

Como señala el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia
(IPAM), la proliferación de los siniestros y de la propagación del fuego
“está directamente relacionada a la acción humana, y las llamas
acostumbran seguir el rastro de la deforestación: en cuanto mayor es la
tala, mayor es el número de focos de calor”.[14]

De principios de año y hasta el 19 de agosto, Mato Grosso lidera el
número de incendios con 13 mil 682, un 87 por ciento más que el mismo
periodo del año anterior, llegando a superar la mayor cantidad de
incendios que registró este estado en 2016 con 12 mil 896 focos.

La investigación del Ipam para el periodo de enero a julio de 2019
arroja un dato relevante: “Los diez municipios amazónicos con los brotes
de incendios más altos también fueron los que tuvieron las tasas de
deforestación más altas” (/Ibídem/).

De acuerdo con la nota técnica del Ipam, si bien la relación
deforestación e incendios ha sido mucho más intensa en este año, ello
conduce a la población de las ciudades de la Amazonía, o incluso fuera
de ella, a respirar un aire mucho más contaminado que el existente en
las grandes urbes, lo que implica daños a la salud “potencialmente
catastróficos”.

Basta mencionar el fatídico día 19 de agosto en la propia ciudad de Sao
Paulo. A las tres de la tarde, el día devino una espesa obscuridad y
“lluvia negra” formada por grandes cortinas de humo llegadas de la
proliferación de incendios en el país.[15]

*5. **La marcha de la deforestación en la Amazonía (subsunción
territorial al capital) *

De acuerdo con datos del INPE, y el proyecto PRODES, que realiza el
monitoreo por satélite de la deforestación en la Amazonía Legal, entre
los años 1978-1997 se deforestaron 532 mil km^2 (equivalente a dos
estados de Sao Paulo).

Una investigación realizada en la Universidad de Oklahoma, señala que en
el periodo 2000-2017 la Amazonía brasileña experimentó una deforestación
de alrededor de 400 mil km^2 . La estimación es muy relevante, puesto
que advierte de más del doble de los 180 mil km^2 que reporta el sistema
de monitoreo de deforestación anual realizado por el INPE en el mismo
periodo.[16] Así, el estado minero de Pará, el exportador agropecuario
de Mato Grosso, y el estado de Roraima y sus miles de /garimpeiros/,
despuntan como los estados con mayor deforestación de la región amazónica.

Con datos del INPE, mostramos en el Cuadro 1 y Gráfico 1, la marcha de
la deforestación en la Amazonía Legal en el periodo 1995-2018. Los datos
muestran un descenso a partir de 2004 hasta 2012, no obstante, el
incesante paso de la deforestación continúa. A partir de 2012 –año en
que comienzan a reflejarse las repercusiones en las exportaciones a raíz
de la crisis de 2008– comienza a agravarse la tasa de deforestación.
Según han señalado distintos especialistas, ello ha sido posible
mediante la flexibilización de las normas de preservación en el Código
Florestal de 2012. Como se observa, para el año 2018 se registró la
mayor tasa de deforestación desde 2008. 

En 2019, de acuerdo con datos del mismo instituto, la deforestación en
la Amazonía registró en el mes de mayo un volumen de 739km^2 (73 mil 900
hectáreas), esto es, ¡dos campos de futbol a cada minuto!

En el mes de junio, la deforestación alcanzó un volumen de 920km^2 , un
aumento de 88% en relación al mismo mes del año 2018 (año de mayor nivel
de deforestación en la última década).

En Julio, la deforestación abarcó un volumen de 2.254 km^2 , esto es,
278% mayor que el verificado en el mismo mes de 2018.

Cuando el INPE hizo públicos los datos sobre los volúmenes de
deforestación de los últimos meses, Jair Bolsonaro dimitió al director
Ricardo Galvão, y el general Heleno, respaldó al presidente acusando que
no debe hacerse una “mala imagen” de Brasil en el exterior.

Como se observa, la tendencia en la elevación de la deforestación en el
gobierno Bolsonaro es radical. Ésta reposa en la fuerza política del
agronegocio y la bancada “ruralista” aliada del gobierno. Se respalda en
el proyecto económico depredador que representa el Ejecutivo, el cual
buena parte de éste se sustenta en la mayor intensidad de apropiación de
territorios y recursos naturales (metales preciosos, minerales, agua,
actividades agropecuarias). El discurso de Bolsonaro y las medidas
gubernamentales hasta hoy adoptadas apoyan a su vez esta tendencia hacia
una peligrosa etapa en la devastación de los recursos naturales en el país.

*6*. *El febril discurso entreguista y antiambiental de Bolsonaro *

Entre las principales promesas de campaña de Bolsonaro estuvieron el fin
de las sanciones ambientales, el recorte de áreas protegidas y el
socavamiento de las ONG ambientalistas. En noviembre de 2018, un mes
después de la elección presidencial, la deforestación de la Amazonía
creció 406% en relación al mismo mes de 2017.[17]

El presidente brasileño ha hecho público sus intereses respecto a la
Amazonía. Impulsa abiertamente una política de sobreexplotación de
tierras y recursos naturales con el objeto de transformar a la región en
un polo económico con un desarrollo “semejante al de Japón”.

En múltiples ocasiones, ha cuestionado la “inmovilización” del
territorio brasileño a “causa” de las reservas indígenas y cuestiones
ambientales. El segundo día de iniciado su gobierno expresó en twitter:
“Más del 15% del territorio nacional está demarcado como tierra indígena
y quilombolas. Menos de un millón de personas viven en estos lugares
verdaderamente aislados de Brasil, explotados y manipulados por las ONG.
Juntos integraremos a estos ciudadanos y valoraremos a todos los
brasileños”.

Para ese momento, y en el mismo día de toma de posesión del gobierno, ya
había firmado un decreto en el que transfería la demarcación de tierras
indígenas al Ministerio de Agricultura, cuya ministra en turno, Teresa
Cristina, es la máxima representante de los intereses fincados en la
concentración territorial. El decreto fue suspendido por el Supremo
Tribunal Federal (1/8/2019), regresándole sus funciones a la Fundación
Nacional del Indio (Funai).

Según lo señaló este 27 de agosto, para el excapitán, certificar y
proteger territorios indígenas significa “inviabilizar” al país. ¿Se
referirá Bolsonaro a “inmovilizar” e “inviabilizar” los intereses del
imperio en el país?

El presidente ha criticado al Instituto Brasileño para el Medio Ambiente
y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA) como un “obstáculo al
desarrollo”. Con el nuevo gobierno, se le ha recortado al instituto un
25% del presupuesto. Entre los sectores más debilitados, lo ha sido el
financiamiento para la prevención y control de incendios forestales,
además de que se han flexibilizado acciones contra la tala ilegal, la
agricultura y minería que no cesan con la desertificación. De esta
manera, desde el Ejecutivo se vienen desregulando y desmantelando
políticas ambientales de gobiernos anteriores (a excepción del Gobierno
Temer).

Los discursos de Bolsonaro predican la mayor apropiación de territorios
de la Amazonía para su sobreexplotación. Uno de los objetivos de la
Reforma sobre posesión y portación de armas de fuego gira en torno a
fortalecer a los latifundistas, abastecerlos de armas, al tiempo de
socavar violentamente los derechos de los pueblos indios, criminalizar a
los movimientos de lucha social, tales como los Sin Tierra,
organizaciones ambientalistas, entre muchos otros (Brasil lidera el
número de asesinatos en contra de ambientalistas). Arguyendo de una
narrativa conspirativa, fue a las ONG´S ambientalistas a las que el
presidente recientemente responsabilizó como las causantes de los
incendios, para debilitar su gobierno.

El presidente y su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, defienden
el establecimiento de hidroeléctricas y de vías férreas en zonas
protegidas. En días recientes, Bolsonaro señaló que retomará los
proyectos de las termoeléctricas en los estados de Roraima (Bem Querer),
y en Rondônia (Tabajara). Se trata de dos viejos Megaproyectos
vinculados al sector eléctrico, los cuales fueron promovidos en los
gobiernos de Lula y Dilma. Dichos proyectos lograron ser paralizados por
sus nocivos efectos contra el medio ambiente y los territorios indígenas.

Asimismo, las comunidades indígenas han venido denunciando invasiones a
sus territorios por parte de empresas mineras, ganaderas y madereras. El
sábado 24 de agosto, de acuerdo con un reportaje en el diario /Folha,
/en el estado amazónico de Pará, que por mucho registró los mayores
niveles de deforestación entre 2017-2018, los indios /xikrins, /ante las
omisiones de las autoridades,/ /hicieron frente a la invasión de tierras
llevada a cabo por /grileiros/ (invasores).[18] De acuerdo con el
reportaje, cuando una indígena encaró a uno de los invasores, éste
exclamó: “La tierra está liberada, Bolsonaro la liberó, por eso
venimos”. (/Ibídem/) Los indios lograron que invasores se retiraran de
sus tierras, pero entonces, ya había 15 km^2 de áreas verdes
carbonizadas. Los /grileiros/ amenazaron con volver.

Lo que Trump predica con su racismo, odio y supremacismo en contra de
los inmigrantes, Bolsonaro lo emula en contra de indios, ambientalistas
y “comunistas”.

El discurso latifundista, mercantilista y antiambiental de Jair
Bolsonaro, alienta y enardece a sus interlocutores. Hacenderos de la
región amazónica, al sudoeste del estado de Pará, organizaron y
propagaron la realización de una jornada el día 10 y 11 de agosto, a la
que llamaron “día del fuego”. Entrevistado por un diario local, uno de
los organizadores de la jornada señaló: “Necesitamos mostrarle al
presidente que queremos trabajar y la única forma es desmatando. Y para
formar y limpiar nuestros pastos, es con fuego”.[19]

Es por ello que, el sábado 10 de agosto, la ciudad de Novo Progresso, la
más cercana de la región, multiplicó por tres (en relación al día
anterior) el registro de focos de incendios, llegando a 124. El domingo
11, registró 203 focos. La ciudad de Altamira multiplicó por siete los
incendios, llegando a 194 el día sábado. En otras ciudades de la región
amazónica, igualmente proliferaron los siniestros, varias de las cuales
vieron cubrir sus cielos por enormes cortinas de humo. La PGR ha abierto
una investigación en contra de los responsables de una “acción
orquestada” y “largamente cultivada” operación de propagación de
incendios en la región amazónica de los estados de Amazonas, Pará, Acre
y Rondônia.[20]

Por otro lado, Bolsonaro representa un mayor impulso a las actividades
extractivas basadas en la explotación y exportación de oro. En 2018, el
gigante suramericano exportó 95 toneladas de oro (más de 2mmd), y en la
última década, obtuvo un crecimiento de 150% de sus exportaciones. La
tendencia podrá acentuarse dado el nuevo auge internacional en la
demanda y precio de este metal acelerada por la guerra geopolítica,
tecnológica y comercial entre Estados Unidos y China.

Así también, el excapitán predica la explotación de las riquezas
minerales en la Amazonía. Ha llegado a señalar que su padre fue
/garimpeiro/ (buscador de oro), y ha dicho que él “tiene el /garimpo/ en
la sangre”. Así, sin reparar en sus devastadoras consecuencias
socioambientales, ha hecho públicos sus intereses en legalizar el
/garimpo/ (zonas de extracción de oro) en la región amazónica, y
convertirla en múltiples “mini-Serras Peladas”, esta última expresión,
en referencia a la conocida región aurífera “Sierra Pelada”
sobreexplotada en el país de los años ochenta, y que el extraordinario
fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, retrató y mostró al mundo lo que
es el trabajo en la minería.

En este contexto, Bolsonaro ha llamado a la explotación de la tierra
Yanomami, en el estado amazónico de Roraima. Dicho estado, sin tener una
sola empresa minera oficial, ha venido acrecentando sus exportaciones de
oro (¡oficiales!), sobre todo a partir de enero de este año.

Con el discurso bolsonariano, y la eliminación de bases que
obstaculizaban el acceso de /garimpeiros/ a territorios reservados,
éstos se han expandido. Alrededor de 10 mil buscadores de oro se han
adentrado en los territorios Yanomami, los cuales se han incrementado en
los últimos meses.[21]

El Ministerio de Minas y Energía estudia un proyecto solicitado por
Bolsonaro para regularizar el /garimpo/ en tierras indígenas, lo que
socaba los derechos de los pueblos con brutales consecuencias para el
bioma amazónico.

A este proyecto de apropiación territorial bolsonariano, habría que
añadir el proyecto de ley presentado por el senador Flavio Bolsonaro en
el pasado mes de abril. Dicho proyecto pretende poner fin a la “reserva
legal” de vegetación nativa que el Código Florestal estipula para las
propiedades rurales.

Si bien la Amazonía está cerca de un 25% de deforestación, y por tanto,
existe el riesgo de pérdida de su capacidad de regeneración, lo que
podría transformarla por ejemplo, en un bioma de sabana, el Código
Florestal estipula que el productor mantenga de “reserva legal” el 80
por ciento de vegetación nativa en la Amazonía, y el 35 por ciento en el
Cerrado. Para los productores, eso es un “costo” inadmisible, y
responden: “Si eso es importante para el equilibrio ambiental, necesita
tener un valor” (/sic/).[22] ¡El /valor/ valorizando el Armagedón
climático!

Como señala Bernardo Esteves, en caso de aprobarse el proyecto del hijo
del excapitán, serían deforestadas 156 millones de hectáreas,
equivalentes a seis estados de Sao Paulo. (/Ibídem/)

*7. **Competencia interimperialista por la Amazonía: el papel de la
región en la acumulación mundial *

En días recientes ha circulado en redes sociales un video en el que se
muestra al entonces candidato a la presidencia, Jair Bolsonaro,
aceptando abiertamente que ha tenido “aproximaciones” con funcionarios
del gobierno de Estados Unidos, y lo primero que señala después de
advertir que trató con ellos de “algunos temas”, es que “sólo un ingenuo
puede pensar que la Amazonía es de los brasileños”, y posteriormente
sentenció: “la Amazonía no es más nuestra”.

Ya instalado en la presidencia, Bolsonaro ha hecho públicas sus
pretensiones de “explotar la Amazonía con Estados Unidos”, lo que
refuerza la idea de que la “victoria” electoral de Bolsonaro representó
un triunfo /geoestratégico/ del imperialismo estadounidense.

Ahora bien, históricamente, los países latinoamericanos han contribuido
con enormes y decisivos aportes a la dinámica de la acumulación mundial,
así como a acelerar las capacidades productivas de los países
centrales.[23] Fue la participación de las economías exportadoras que
ayudaron a la formación de un mercado de materias primas industriales y
de alimentos, lo que empujó la especialización productiva en bienes
industriales en aquellos países (con Inglaterra en el corazón del
mercado mundial), así como desempeñó un papel fundamental para superar
los obstáculos de la acumulación, por ejemplo, el declive de la tasa
general de ganancia.[24]

Bajo las condiciones del siglo XXI, vemos a este cuadro histórico volver
a presentarse.[25] El relativo auge del patrón exportador
latinoamericano, empujado por la mayor economía de la región, responde a
las demandas de materias primas industriales y alimentos de un dragón en
ascenso tecnológico-industrial convertido en el nuevo “taller del mundo”.

Ha sido a través de sus fuentes de abastecimiento, sus centros
productores de bienes tradicionales, y del desarrollo de estos mercados,
que la región, fundamentalmente Sudamérica, ha contribuido a acelerar
las capacidades productivas de la economía de China, a modificar sus
condiciones de acumulación hacia métodos de plusvalía relativa, y ha
contribuido a resolver dificultades de valorización y de la tasa de
ganancia.[26]

Procesos y contribuciones de esta significación (sea con recursos
naturales, transferencias de valor, procesos de
desacumulación-desposesión, etc.) que realiza la región latinoamericana
a la acumulación mundial, y en esa medida, a las economías centrales,
representan una /causalidad primaria/ en las contradicciones
inter-imperialistas que involucran a la región.

En las turbulentas condiciones y contradicciones inter-imperialistas
(EEUU, China, Rusia, UE, Irán, India, Israel), cuyos distintos intereses
se han establecido con creciente fuerza en el subcontinente, los
extraordinarios depósitos de recursos naturales y biodiversidad
(tierras, aguas, energéticos, minerales, agrícolas, forestales,
etcétera) que alberga la región, agudizan sus caracteres vitales y
decisivos.

La Amazonía es un polo estratégico-territorial en el impulso a los
procesos y circuitos de acumulación. Ello, en la nueva etapa de
/especialización/ vinculada a la cuarta revolución
tecnológico-industrial, lo que exige, para los países centrales,
reservorios de abastecimiento para la valorización mundial del capital
(incluido el “complejo militar-industrial”), control de flujos, socavar
intereses “hostiles”, etc. Es el caso, por ejemplo, del /golpe
permanente/ sobre Venezuela impuesto por el imperialismo de EEUU, y las
respuestas del eje Rusia/China/Irán. No debe soslayarse que, tras casi
tres años de intensa ofensiva trumpista-imperialista en la región (Cuba,
Nicaragua, etc.), en los primeros meses de 2019, Mike Pompeo señaló: “El
hemisferio occidental es nuestro”.

Todo ello se refleja en el reciente conflicto diplomático protagonizado
entre Bolsonaro (en total sumisión de EU), E. Macron, Ángela Merkel y el
respaldo de Trump al primero.

El hecho de que Macron apelara a un “estatus internacional” de la
Amazonía, significa que en tiempos de crisis mundial del capital, los
países centrales están inconformes con las condiciones de
/jerarquización /del sistema mundial. No bastaría con el intercambio
desigual, enclaves trasnacionales en energéticos, minerales y
agropecuarios en los países de la región, sino que, buscan incrementar
el aseguramiento de /territorios/ y /condiciones/ en que serán
producidos, comercializados y abastecidos los valores de uso que
demandan, cuando no, establecer nuevos procesos de
desacumulación-desposesión sobre la región /bajo el tenso arco de las
contradicciones inter-imperialistas/.

*/Coda /*

Como puede advertirse, las condiciones de las economías dependientes
vuelven a presentarse de una forma aún más aguda. En términos
históricos, bajo escenarios muy distintos, marcados por: el ascenso de
la economía China (y de un mundo multipolar); la hegemonía del capital
financiero; el declive de Estados Unidos; la disputa por la hegemonía
mundial; la nueva doctrina de seguridad nacional de EEUU y su política
hiper-militarista; la “guerra híbrida”, la crisis climática global.

Resolver los obstáculos que presenta la valorización de los países
centrales, responder a sus demandas en tanto economía /secundaria/ y
/subordinada/, es la vuelta a la economía exportadora de otros tiempos
bajo estas condiciones del siglo XXI. Las contrapartidas se repiten y se
agravan con mayor intensidad: el menoscabo de la soberanía y de la
participación democrática; la degradación de las condiciones de
explotación del trabajo; la mayor depredación de los recursos naturales
en detrimento de las condiciones ambientales.

Uno de los desafíos actuales reside en cuestionar un patrón de
reproducción dependiente del mercado internacional cuya inviabilidad
histórica se profundiza en los tiempos de la industria 4.0, que perpetúa
al mundo de los países subdesarrollados en la división del trabajo
internacional, y que tiene sus límites ante el estancamiento global
agravado desde 2008, la acentuación de la guerra comercial, procesos que
anuncian la irrupción de una nueva crisis económica mundial.

La respuesta que el capitalismo brasileño ha dado a la crisis económica
ha sido la salida neofascista/militarista, el despotismo oligárquico
contra el trabajador colectivo y la naturaleza, acelerando
transferencias de valor al exterior y agravando la barbarie
socio-ambiental, y en consecuencia, la crisis climática global.

Las disputas inter-imperialistas y el lugar que ocupan los países
latinoamericanos, y sus luchas de emancipación dentro de estas
contradicciones y antagonismos en curso, empujan a la región a la mayor
intensificación de sus conflictos.


*Notas *

[1] “Desdoblamientos del Estado de excepción”, Octubre/2018,
https://herramienta.com.ar/articulo.php?id=2918
<https://herramienta.com.ar/articulo.php?id=2918>

[2] “Neofascistas vs militaristas: Reproducción del capital e
inestabilidad hegemónica en Brasil”, 15/05/2019,
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=255951
<https://www.rebelion.org/noticia.php?id=255951>

[3] Ver,
https://opiniao.estadao.com.br/noticias/notas-e-informacoes,escalada-da-desigualdade,70002970926
<https://opiniao.estadao.com.br/noticias/notas-e-informacoes,escalada-da-desigualdade,70002970926>


[4] Ver,
https://temas.folha.uol.com.br/desigualdade-global/brasil/super-ricos-no-brasil-lideram-concentracao-de-renda-global.shtml
<https://temas.folha.uol.com.br/desigualdade-global/brasil/super-ricos-no-brasil-lideram-concentracao-de-renda-global.shtml>


[5] Neofascistas vs militaristas… /Op. Cit/.

[6] Ver, Edmilson Brito Rodriguez, /Território e soberanía na
globaliza/çã/o/. Amazônia, Jardim de águas sedento. Tesis Doctoral en
Geografía Humana, Universidad de Sao Paulo. 2010.
https://www.teses.usp.br/teses/disponiveis/8/8136/tde-22112010-164131/publico/2010_EdmilsonBritoRodrigues.pdf
<https://www.teses.usp.br/teses/disponiveis/8/8136/tde-22112010-164131/publico/2010_EdmilsonBritoRodrigues.pdf>
. A este respecto ver, Capítulo 12: “Normativización y uso hegemónico
del territorio en la Amazonía”.

[7] En el periodo 2000-2011, los productos agroindustriales verán
quintuplicarse, pasando de 21mmd a 99mmd. José Marangoni Camargo, /et
all, Múltiplas faces da crise econômica e financeira mundial, /Projeto
Editorial Praxis/,/ 2012,/ /p. 96.

[8] Ver, Fernanda De Negri, Gustavo Varela, “A primarização da pauta de
exportações no brasil: ainda um dilema”, IPEA, 2010,
http://www.ipea.gov.br/portal/images/stories/PDFs/radar/110509_radar13_cap1.pdf
<http://www.ipea.gov.br/portal/images/stories/PDFs/radar/110509_radar13_cap1.pdf>


[9] José Marangoni Camargo, /Op. Cit./ p. 97.

[10] Los estados de Acre, Amazonas, Roraima, Rondônia, Pará, Amapá, Mato
Grosso, Tocantins, Maranhão.

[11] Alessandra Cardoso, Alexandre Ciconello, “La amazonia violada”,
Instituto de Estudios Socioeconómicos (INESC), SocialWatch, 2012.
http://www.socialwatch.org/es/node/14071
<http://www.socialwatch.org/es/node/14071>

[12] Ver, Mauricio Torres, Juan Doblas e Daniela Fernandes Alarcon,
/Conexões entre grilagem e desmatamento no sudoeste paraense, /Instituto
Agroeconómico de la Amazonía, 2017./ /Puede consultarse en:/ /

https://www.socioambiental.org/sites/blog.socioambiental.org/files/nsa/arquivos/dono_e_quem_desmata_conexoes_entre_gril1.pdf
<https://www.socioambiental.org/sites/blog.socioambiental.org/files/nsa/arquivos/dono_e_quem_desmata_conexoes_entre_gril1.pdf>


[13] Claire Asher, “El comercio de soya de Brasil está conectado a la
deforestación y las emisiones de carbono”, 14/07/2019,
https://es.mongabay.com/2019/07/soya-brasil-deforestacion/
<https://es.mongabay.com/2019/07/soya-brasil-deforestacion/> .

[14] Ver, “Nota técnica - Amazonía en llamas/”,/ 20/08/2019, Instituto
de Investigación Ambiental de la Amazonía, (IPAM),
https://ipam.org.br/wp-content/uploads/2019/08/NT-Fogo-Amazo%CC%82nia-2019-1.pdf
<https://ipam.org.br/wp-content/uploads/2019/08/NT-Fogo-Amazo%CC%82nia-2019-1.pdf>


[15]
https://es.mongabay.com/2019/08/amazonia-brasil-incendios-de-bosques/
<https://es.mongabay.com/2019/08/amazonia-brasil-incendios-de-bosques/>

[16] https://www.bbc.com/portuguese/brasil-49426494
<https://www.bbc.com/portuguese/brasil-49426494>

[17] Bernardo Esteves, “O meio ambiente como estorvo”, Revista /Piauí/,
Junio 2019.
https://piaui.folha.uol.com.br/materia/o-meio-ambiente-como-estorvo/
<https://piaui.folha.uol.com.br/materia/o-meio-ambiente-como-estorvo/>

[18] Ver,
https://www1.folha.uol.com.br/ambiente/2019/08/abandonados-pelo-governo-federal-indios-xikrin-retomam-area-de-grileiros-no-pa.shtml
<https://www1.folha.uol.com.br/ambiente/2019/08/abandonados-pelo-governo-federal-indios-xikrin-retomam-area-de-grileiros-no-pa.shtml>



[19]
https://www1.folha.uol.com.br/ambiente/2019/08/em-dia-do-fogo-sul-do-pa-registra-disparo-no-numero-de-queimadas.shtml
<https://www1.folha.uol.com.br/ambiente/2019/08/em-dia-do-fogo-sul-do-pa-registra-disparo-no-numero-de-queimadas.shtml>




[20]
https://www.dw.com/pt-br/pol%C3%ADcia-federal-intensifica-apura%C3%A7%C3%A3o-sobre-queimadas-na-amaz%C3%B4nia/a-50180319
<https://www.dw.com/pt-br/pol%C3%ADcia-federal-intensifica-apura%C3%A7%C3%A3o-sobre-queimadas-na-amaz%C3%B4nia/a-50180319>




[21] https://www.bbc.com/portuguese/internacional-48534473
<https://www.bbc.com/portuguese/internacional-48534473>



[22] Bernardo Esteves, /Op. Cit./

[23] Ver Ruy Mauro Marini, /Dialéctica de la dependencia/. México, 1974,
Era. A este respecto, Cap. 1. Consúltese en línea:
http://www.rebelion.org/docs/55046.pdf
<http://www.rebelion.org/docs/55046.pdf>

[24] Como fue explicado por Ruy Mauro Marini (/Op. Cit/), la
contrapartida para nuestros países, engendró el “carácter contradictorio
de la dependencia”, cuya expresión principal configuró el desarrollo de
un modo de acumulación fundado en la mayor explotación del trabajo, esto
es, el régimen de “superexplotación del trabajo”. Éste incidirá en la
conformación de una modalidad particular de reproducción del capital en
las economías dependientes.

[25] Esta tesis es expuesta por Jaime Osorio en, “América Latina en la
valorización mundial del capital”, en Osorio, J. /Teoría marxista de la
dependencia,/ México, UAM-I-ITACA, 2016. pp. 381-402.

[26] (/Ibídem/). La contrapartida para nuestros países fue, la mayor
profundización de la dependencia exportadora, de la especialización
productiva en bienes tradicionales, una mayor concentración del capital,
un mundo de trabajadores superexplotados, precarizados, y los enormes
impactos socio-ambientales que acompañan esta modalidad de integración
al ciclo mundial de valorización.


In
REBELION
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=259990
31/8/2019

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