sábado, 27 de dezembro de 2014

Grecia se vuelca en la autogestión








Bernardo Gutiérrez (ELDIARIO.es)

Ante las políticas de austeridad, los mecanismos de autogestión se multiplican
en la sociedad griega. Incluso asuntos con histórica participación del Estado,
como la salud o el agua, están siendo repensados desde la sociedad civil y la
gestión comunitaria. La economía cooperativa, las redes de solidaridad y las
prácticas alrededor de los bienes comunes viven un momento dorado en el país
helénico.

13.00 horas, Egnatia, periferia de Salónica, la segunda ciudad más importante
de Grecia. Dimitris Koymatsiouli es el único guardián de la fábrica Vio.me. Su
camiseta contiene un lema inequívoco: "la lucha es lo que hace dar vueltas al
engranaje". Dimitris sabe que la autogestión de esta fábrica de productos de
limpieza es un mito de muchos movimientos y pensadores del mundo. Desde la sala
de controles, llena de emoción cada frase: "Naomi Klein estuvo aquí. Estamos en
una lucha global. Lo que hagamos aquí sirve de ejemplo al mundo". Eleni
Dimitriadou, la socióloga que se ofrece de traductora, hace una breve
introducción a Vio.me: "Los dueños quisieron cerrar la fábrica en el año 2011.
Tenían beneficios, pero querían aprovechar la crisis para deshacerse de los
trabajadores sin pagar despidos".

Los trabajadores decidieron, según explica Dimitris, "mantener la planta en
funcionamiento y sobrevivir". El proceso fue arduo. Trabas judiciales. Amenazas.
"Nos les interesábamos. Entonces, la mayoría de los 45 trabajadores votaron a
favor de continuar con la producción de forma auto gestionada", afirma un
entusiasta Dimitris. Vio.me funciona de forma horizontal. Realizan varias
asambleas a la semana, algunas abiertas a movimientos sociales y ciudadanos.
Mientras muestra las naves de la fábrica, Dimitris enumera otras actividades que
realizan, como performances o cine. También cita a intelectuales internacionales
que les apoyan, como David Harvey o John Holloway. Al final de la charla,
aparece Syriza, "la política". Pero a Dimitris no le interesa demasiado. Vio.me
es su prototipo y utopia. "Somos uno, estamos juntos, es la base de todo",
asegura en la despedida.

De crisis a la autoorganización

Autobús 15089, rumbo al Centro de Salónica. Eleni Dimitriadou transforma el
trayecto en una lección político social. "Grecia es el laboratorio de los
mercados, de la doctrina del shock, del miedo", asegura. Eleni recuerda la
Grecia olímpica, con sus flamantes infraestructuras construidas con fondos
europeos. Y critica con dureza a la clase dirigente. "Preocupante es el trato
dado a los inmigrantes. El ascenso de Amanecer Dorado también es terrible",
matiza Eleni. Tampoco se libra Syriza, al que tilda de "otro partido más".
Critica Solidarity4All, la plataforma de Syriza, por ser un espacio de
cooptación política.

En el tono triste de Eleni parecen flotar los datos de la austeridad made in
troika que copan los grandes medios europeos: entre 2010 y el 2014 los salarios
se han reducido un 23,8%, los impuestos sobre la propiedad han aumentado un
514%, el paro juvenil roza el 60%, el número de ciudadanos excluidos del sistema
de salud supera los 3 millones... Pero Eleni, como muchos griegos, sonríe cuando
aflora el tupido entramado solidario en el que vive inmersa. Eleni empieza a
hablar de otro país. Una Grecia social, solidaria, cooperativa. Una Grecia en
red, más micro que macro. Una Grecia en pie."El pueblo paró la privatización del
agua, por ejemplo", asegura, en referencia al referéndum (ilegalizado por el
Gobierno) que ayudó a parar la privatización del agua en Atenas y Salónica
recomendada por la troika.

Noche cerrada. Acaba de terminar una manifestación contra la violencia de
grupos ultraderechistas. La policía comenzó a usar gas. La multitud se dispersó
a las carreras. El centro social Micrópolis, en el centro de Salónica, es uno de
los refugios. Eleni conversa con Jeza Goudi (activista del 15M Barcelona,
colaboradora del Festival de Economía Cooperativa y Solidaria de Atenas), Miki
(un activista del 15M de Barcelona) y Theodoros Karyotis (vinculado a procesos
de autogestión en general). "Es increíble todo lo que está ocurriendo en Grecia
desde las redes de solidaridad", asegura Jeza.

Miki cita el ejemplo de la clínica autogestionada de Helleniko de Atenas, una
de las 42 clínicas y farmacias autogestionadas de Grecia. "Algunas televisiones
y radios públicas de Salónica siguen ocupadas y gestionadas por los propios
trabajadores", matiza Miki. Jeza opina que Grecia no sobreviviría sin la
autogestión: "Sin las clínicas sociales, el 35% de la gente no sabría donde
acudir con un problema médico. Sin las asambleas de barrio y su contacto con las
escuelas no habría educación. Sin los mercados sin intermediarios, muchas
familias sufrirían hambre".

Alternativas

El texto 'Transformando crisis en Krisis' aborda la mutación social griega de
los últimos años: "Estas iniciativas emergentes han sentado las bases de una red
invisible, no regulada y autónoma que se ha llamado economía solidaria y
cooperativa". Grecia se vuelca en la autogestión. Sus ciudadanos se organizan
sin el Estado que les ha fallado. La plataforma Omnikron Project acaba de lanzar
la segunda edición de su guía 'Ouzo-Drinking Lazy Greeks? Grassroots groups in
Greece'. En ella, encontramos la Grecia que no aparece en los medios, cientos de
proyectos que configuran una nueva sociedad en marcha.

La Athens Wireless Metropolitan Network es una red de malla que provee internet
comunitaria. La Red Solidaria de Profesores de Larisa suple los déficits
educativos en dicha ciudad. Nea Guinea incentiva la auto suficiencia energética
desde el paradigma de la tecnología libre. El proyecto Telaithrion evove
alrededor de la permacultura. Nuevos medios como omnia.tv tejen redes a partir
de la comunicación libre. Encuentros como el Commons Fest y el Festival de
Economía Solidaria y Cooperativa de Atenas visibilizan y conectan esa vibrante
Grecia paralela. "La robustas redes de solidaridad y de cooperativas ayudarán a
catalizar esta transición hacia los comunes", asegura a eldiario.es, Vasilis
Kostakis, una de las voces griegas del procomún más respetadas.

Las imágenes de la manifestación regresan a la conversación en Micrópolis:
banderas rojinegras, lemas anarquistas, puños en alto, estética negra, "No
Pasarán" (en castellano). Surgen algunas preguntas. ¿Cómo se conectaron los
movimientos sociales clásicos que protagonizaron la oleada de protestas de 2008
y la ocupación de la plaza Syntagma de 2011? ¿Las ocupaciones de las plazas de
los Indignados griegos fueron tan influyentes como las del 15M en España?

De Syntagma a Syriza

El Embros Theater de Atenas es uno de los mayores símbolos de la autogestión en
Grecia. Tras años de abandono, el colectivo Kinivi Mavil ocupó este teatro
público del distrito de Psiris. "Lo ocupamos tras la oleada de Syntagma, a
finales de 2011, con doce días de discusiones, charlas e intervenciones",
asegura Christina Thomopoulos, que trabaja con arte experimental. Christina
modera una charla en el Embross que resume la pluralidad de la sociedad griega.
También, la dificultad de diálogo.

El sexagenario Thomas Tsoutsos recuerda la ocupación de la plaza Syntagma con
algo de desprecio. Habla de "caos", de "falta de organización", de "decepción
personal". En el lado opuesto de la mesa se encuentra Xara Alexakis, una
profesora de arte dramático. "A mí Syntagma me marcó. Era algo muy vivo. Había
mucha gente que no tenía un pasado militante, interesada en la política", afirma
Xara. Esta diferencia de posturas coincide con la conclusión de Jeza Goudi, tras
un año de convivencia con activistas griegos: los movimientos sociales clásicos
no se conectaron tanto con los Indignados de Sytagma."Tienen mucha más
ideologización que en la España del 15M. No hay un diálogo tan transversal. Los
grupos de izquierdas que participaron en las revueltas de 2008 encuentran naives
a los de 2011".

Christina Thomopoulos, mientras modera la charla informal del Embros, tampoco
toca la macropolítica. Ni rastro de partidos. Apenas habla de gestión colectiva,
de detalles que abren puertas. "Investigamos nuevos caminos comunitarios, la
producción artística, la convivencia", afirma Christina.

Todos los caminos llevan a Exarcheia

En la Atenas social, todos los caminos llevan a Exarcheia, el barrio
anarquista. En la terraza del centro social Nosotros, Christine Papadopoulou
hace un minucioso repaso cronológico de la ocupación de Syntagma. "Fue una
llamada de los Indignados españoles. Alguien en la puerta del Sol colocó un
cartel tipo "silencio, que vamos a despertar a los Griegos". Y la gente se lanzó
a las plazas", afirma Christine. A partir del 25 de mayo de 2011, los griegos
tomaron la plaza Syntagma de Atenas y cientos de plazas en todo el país. 100.000
personas rodearon el Parlamento, con un gran cartel en español: "Estamos
despiertos. ¿Qué hora es? Es hora de que se vayan".

Christine habla de Syntagma con emoción: "Yo nunca había tenido contacto con la
política. Muchos nos conocimos en Syntagma y empezamos a hacer cosas juntos. En
el inicio no había ni banderas de partidos. Poco a poco, comenzaron a llegar los
infiltrados de grupos organizados". Syntagma fue un divisor de aguas. Christine
comienza a enumerar alternativas que surgieron de la ocupación de Syntagma, como
la Campaña Ciudadana de Auditoría de la Deuda, el Banco del Tiempo de Atenas, el
Bazar de Intercambio solidario o el grupo de Democracia Directa. "El formato
asamblea se expandió por barrios y ciudades. El boom de la economía solidaria es
fruto de Syntagma", matiza Christine.

Todos los caminos, todas las luchas, llevan a Exarcheia. La revolución de 1973
empezó en la universidad politécnica, en la calle Stournari. El asesinato del
adolescente Alexis Grigoropoulos, que dio pie a las revueltas de 2008, ocurrió a
pocos metros del centro social Nosotros. Una esquina desconchada sirve de
memorial colectivo. Una fotografía recuerda a Alexis Grigoropoulo, al lado de un
cartel con el rostro de Salvador Puig Antich (ejecutado por el franquismo).
Durante el estallido de 2008, tras la muerte de Alexis, una frase que apareció
en una pared de Atenas viralizó por el país: "somos una imagen del futuro".

Aquella imagen del futuro fue la ocupación de Syntagma en 2011. O las protestas
de diciembre de 2014, las primeras masivas de los últimos años. Para James Roos,
editor de Roar Magazine, "el futuro distópico es ahora". La nueva imagen del
futuro son las revueltas en solidaridad con Nikos Romanos, el preso anarquista
que acaba de terminar una huelga de hambre. Pero la imagen del futuro también es
pasado. El 2 de diciembre, la represión policial e Exarchia se agudizó en la
entrada de la Universidad Politécnica, el lugar exacto del levante estudiantil
de 1973 que acabaría derrumbando al régimen de los coroneles. "Hay un
sentimiento generalizado de que la nueva generación tiene que levantarse hacia
el desafío de nuestros tiempos, como sus padres lo hicieron en los setenta",
asegura James Roos.

Pero tal vez no sea un futuro tan distópico. Nikos Romanos ha forzado al
Parlamento a concederle un régimen abierto. El Gobierno se tambalea. Los
coroneles de la troika tiemblan. Syriza está más cerca del poder que nunca.
Aunque tal vez la imagen del futuro que inquieta a la troika no es la de un
pueblo en las calles. Es la imagen de un país volcado en la autogestión que está
cocinando una atractiva narrativa que sobrepasa el neoliberalismo.

In
Argenpress
http://www.argenpress.info/2014/12/grecia-se-vuelca-en-la-autogestion.html
26/12/2014

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