terça-feira, 12 de janeiro de 2016

Un mundo en el filo de la navaja





Alan Woods


"Adios Año Viejo. Feliz Año Nuevo". Ese fue siempre el mensaje alentador del Año
Nuevo. Pero en medio de todas las fiestas y del estallido de botellas de
champán, no había señal alguna de optimismo ni esperanza en el futuro por parte
de la clase dominante y sus estrategas. Por el contrario, las columnas de la
prensa burguesa están llenas de pesimismo y aprensión.

El 28 de diciembre el Financial Times publicó un artículo de Gideon Rachman con
el título interesante: Maltratado, magullado y asustado - el mundo entero está
en el filo de una navaja. En él se lee lo siguiente:

"En 2015, pareció asentarse una sensación de inquietud y aprensión en los
principales centros de poder del mundo. Desde Beijing a Washington, de Berlín a
Brasilia, de Moscú a Tokio –gobiernos, medios de comunicación y ciudadanos se
mostraban temerosos y acosados.

"Este tipo de ansiedad globalizada es inusual. Durante los últimos 30 años y
más, ha habido al menos una potencia mundial que era disparatadamente optimista.
A finales de 1980 los japoneses todavía estaban disfrutando de un auge de
décadas –y confiadamente compraban activos en todo el mundo. En la década de
1990 Estados Unidos disfrutaba de la victoria en la guerra fría y de una larga
expansión económica. Al comienzo del 2000 la UE estaba en un excelente estado de
ánimo, con el lanzamiento de una moneda única y la casi duplicación de sus
miembros. Y durante la mayor parte de la última década, el creciente poder
político y económico de China ha inspirado respeto en todo el mundo.

"Sin embargo, en este momento todos los grandes jugadores parecen sumidos en la
incertidumbre –incluso temerosos. La única excepción parcial que me encontré
este año fue la India, donde la élite de los negocios y de la política todavía
parecía impulsada ​​por el celo reformista del primer ministro Narendra Modi.

"Por el contrario, en Japón, se está desvaneciendo la fe en que las reformas
radicales, conocidas como Abenomics, puedan realmente romper el ciclo de deuda y
deflación del país. La ansiedad japonesa está alimentada por las continuas
tensiones con China. Sin embargo, mi principal impresión de una visita a China,
a principios de año, es que este es también un país que se siente mucho menos
estable que hace incluso un par de años. La época en la que el gobierno sin
esfuerzo despachaba crecimientos anuales del 8 por ciento o más ha terminado.
Las preocupaciones sobre la estabilidad financiera interna van en aumento, como
revelaron los trastornos en la bolsa de Shanghai durante el verano".

Nuevas explosiones en Oriente Medio

El año nuevo se abrió con gran dramatismo en el escenario dispuesto, como era de
esperar, del caldero hirviente de Oriente Medio, a raíz de la ejecución del
jeque Nimr al-Nimr, un prominente clérigo musulmán chiíta, crítico persistente
de la familia real de Arabia Saudita que participó en las protestas
antigubernamentales que estallaron en Arabia Saudita en el período de la
Primavera Árabe, hasta que fue detenido en 2012.

Washington considera la situación con una mezcla de alarma e impotencia. El
portavoz del Departamento de Estado John Kirby pronunció palabras
tranquilizadoras: "Vamos a seguir instando a los líderes de toda la región a
adoptar medidas afirmativas para calmar las tensiones. Creemos que el compromiso
diplomático y las conversaciones directas siguen siendo esenciales".

Pero mientras Washington predica dulzura y luz, sus amigos y aliados en Riyadh
están vertiendo litros de gasolina a las llamas de la que ya era una región
altamente explosiva. Las palabras de Kirby se asemejan a un discurso pronunciado
por un vegetariano en una convención anual de caníbales. La única diferencia es
que el hombre que lo pronunció es el representante de la potencia más caníbal de
la tierra.

Las llamas que envuelven todo Oriente Medio son la consecuencia directa de la
invasión criminal de Irak y de la continua injerencia del imperialismo
estadounidense en esa infeliz región. Después de haber desestabilizado Irak y de
reducirlo a ruinas humeantes tras una guerra devastadora, los estadounidenses y
sus aliados han ayudado e instigado fuerzas reaccionarias en Siria que ahora
plantean una grave amenaza para sus intereses. Pero la llamada "guerra contra el
terror" que supuestamente ha sido llevada a cabo por los EEUU y sus aliados en
los últimos años en Irak no ha conseguido absolutamente nada. La afirmación de
que el patético y cobarde ejército iraquí, que está bajo control de Estados
Unidos, ha retomado Ramadi de manos del ISIS, resultó ser una mentira.

Mientras escribo estas líneas, los yihadistas permanecen con el control de
grandes partes de esa ciudad (o lo que queda de ella) y la lucha todavía se está
librando. Sin duda, el ejército iraquí finalmente podría tener éxito en
controlar un montón de ruinas humeantes. Pero el "triunfo" en Ramadi sólo ha
servido para exponer al ejército iraquí como un instrumento inútil. Esta farsa
vergonzosa expone la falsedad de todas las pretensiones jactanciosas del
Pentágono, que paga sus salarios y pone armas en sus manos, que tirarán a la
basura tan pronto como se presente la primera oportunidad conveniente.

Estados Unidos, Rusia e Irán

Después de haber despertado finalmente ante el peligro que representan las
fuerzas que han escapado a su control, los estadounidenses están buscando
desesperadamente a alguien que pueda ayudarles en acabar con los incendios que
ellos mismos han provocado. Pero, ¿quién puede ser? De mala gana, murmurando en
voz baja, los estadounidenses están obligados a recurrir a los más inesperados e
indeseados de todos los aliados imaginables –Rusia e Irán.

No hace mucho tiempo, los estadounidenses y sus aliados de la OTAN estaban
repitiendo constantemente el mismo canto monótono de "aislar a Rusia". ¡Oh si!
"Rusia está aislada internacionalmente." Ese era el mantra, repetido día tras
día. Pero ahora, como por arte de magia, Rusia no está en absoluto aislada, sino
cortejada, festejada, y bañada en elogios, aunque proporcionados de una forma
hosca y gruñona. "No tenemos ninguna intención de aislar a Rusia", "Tenemos que
llegar a un entendimiento con Rusia", repiten ahora constantemente, y esperan
que nadie notará el cambio de tono.

Esa no fue la única vuelta de campana realizada por Washington en el año del
Señor de 2015. Un salto aún más sorprendente en el circo diplomático tuvo lugar
en relación con Irán. El mismo Irán que, como Rusia, estaba condenado al papel
de un paria internacional, que estuvo sometido a sanciones de castigo, e incluso
estuvo a punto de recibir las atenciones amables de la fuerza aérea de Estados
Unidos, se ha convertido ahora en un amigo de Estados Unidos. Y como todos
sabemos, ¡un amigo en la necesidad es un amigo de verdad!

La razón de estas acrobacias diplomáticas sorprendentes no es difícil de ver.
Las únicas acciones militares serias contra los yihadistas en Siria han sido
llevadas a cabo por los rusos en colaboración con el ejército sirio de Bashar
al-Assad. Y las únicas acciones militares serias contra el ISIS en Iraq (aparte
de los kurdos, que sólo luchan en sus propias áreas) son llevadas a cabo, no por
el llamado ejército iraquí y sus aliados estadounidenses, sino por la milicia
chiíta respaldada por Irán y elementos del ejército iraní.

En la práctica, los estadounidenses se han visto obligados a reconocer esto y
aceptar las demandas de Rusia e Irán de que Bashar al-Assad debe permanecer en
el poder durante el futuro previsible. Un informe publicado en la London Review
of Books por el destacado periodista de investigación estadounidense Seymour
Hersh afirma que "el Estado Mayor Conjunto estadounidense proveyó de información
de seguridad al Ejército sirio a través de Alemania, Rusia e Israel".

Esto concuerda con las declaraciones hechas por el ex director de la 'Agencia de
Inteligencia de Defensa' estadounidense (DIA), Michael Flynn, quien dijo a la
misma revista que entre 2012 y 2014 su agencia envió una serie de mensajes de
advertencia sobre el impacto de derrocar al régimen de Assad. Su agencia comenzó
a ofrecer al régimen información de inteligencia (sin, al parecer, la aprobación
de los políticos) para avanzar en su guerra contra los "enemigos comunes".

Los estadounidenses y sus aliados están siendo obligados por la fuerza de las
circunstancias a abandonar la ficción ridícula de una "oposición islamista
moderada" en Siria. Esta "oposición moderada", como ahora todo el mundo sabe, se
compone de bandas extremistas de yihadistas como las del Frente Al Nusra,
apoyado por EEUU, y que es la rama siria de Al Qaeda. Una parte del imperialismo
de Estados Unidos (la CIA) desea continuar esta política, pero se contradice
directamente por el cambio de línea de la Administración de Obama en relación
con Rusia e Irán. Mientras tanto, los rusos siguen bombardeando a placer a todas
las fuerzas yihadistas, sin prestar la menor atención a los aullidos de protesta
de Washington.

Saudíes y turcos

Estas divisiones en Washington crean una impresión de confusión e indecisión,
que está personificada en la persona del presidente Obama. No puede haber
ninguna duda de que el derribo de un avión ruso por los turcos fue una
provocación deliberada por parte de Erdogan, cuya intención era abrir una brecha
entre Estados Unidos y Rusia. Como predijimos, esta maniobra fracasó totalmente.

La ejecución de Nimr al-Nimr –un asesinato legal ordenado por la camarilla real
saudí, es del mismo orden. Fue una provocación deliberada con la intención de
provocar la violencia sectaria entre chiítas y sunitas y empujar al gobierno de
Teherán a tomar una acción militar contra Arabia Saudita, para luego pedir ayuda
a los estadounidenses.

La reacción inmediata a lo que fue claramente un asesinato judicial fue el
asalto a la embajada saudí en Teherán. Arabia Saudita inmediatamente rompió
relaciones diplomáticas con Irán. Todo esto fue cuidadosamente premeditado. Los
acontecimientos han procedido paso a paso, al igual que los pasos de una
bailarina de ballet. Pero este ballet es la danza de la muerte. Este fue un acto
desesperado de un régimen que se encuentra en serios problemas y que se enfrenta
a la perspectiva del derrocamiento.

Los gángsteres saudíes calcularon mal en Yemen, donde están involucrados en una
guerra imposible de ganar. Ahora han despertado la ira de los chiítas, que
constituyen al menos el veinte por ciento de la población saudí y están entre
las capas más pobres y oprimidas. Manifestaciones masivas han estallado en
ciudades saudíes con consignas como "¡Muerte a la Casa de Saud!" Al
extralimitarse, la camarilla dominante saudí ha sembrado vientos y cosechará
tempestades.

Crisis de los refugiados

El revisionista pseudo-marxista Hobsbawm, haciéndose eco de una idea que fue
mucho mejor expresada por Kautsky, sostuvo que en la era de la globalización,
las barreras nacionales dejarían de tener sentido y las guerras serían una cosa
del pasado. En lugar de esto, el siglo XXI ha estado marcado por interminables
guerras, violencia y conflictos nacionales de todo tipo. Oriente Medio es sólo
un ejemplo de esto.

El caos sangriento de Siria está provocando un desplazamiento masivo de
personas, probablemente no visto desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Miles y miles de refugiados ateridos de frío, agotados, y hambrientos golpearon
con sus puños desnudos contra las alambradas que fueron apresuradamente erigidas
por las fuerzas de la ley y del orden de la Europa civilizada. Nada puede
ilustrar mejor la hipocresía fría y cínica de la burguesía europea que su
reacción frente a la crisis de los refugiados.

Durante muchos años los pueblos de Europa y de Norteamérica fueron alimentados
con la mentira de que cada acto de agresión imperialista estaba motivado por las
más puras preocupaciones humanitarias. Estas "preocupaciones" han creado el
mayor desastre humanitario desde la Segunda Guerra Mundial. Después de haber
contribuido en gran manera al caos en Siria, los gobiernos de Europa están ahora
ocupados diseñando la mejor manera de cerrar la puerta a las desafortunadas
víctimas de la guerra.

La situación no es mejor en el otro lado del Atlántico. Hace cien años, EEUU
inscribió en la Estatua de la Libertad las famosas palabras:

"Dadme vuestros cansados, vuestros pobres,
Vuestras masas hacinadas que anhelan respirar en libertad,
El desamparado desecho de vuestras rebosantes costas.
Enviadme a estos, los desamparados y náufragos, a mí:
Levanto mi lámpara junto a la puerta dorada ".

Ahora, estas palabras suenan como una cruel ironía. Esa misma Norteamérica está
erigiendo vallas cada vez más altas para contener a las pobres masas hacinadas
en el otro lado del Río Grande. El candidato presidencial que encabeza las
preferencias por el Partido Republicano pide públicamente la prohibición de
ingreso a los musulmanes que deseen entrar en los Estados Unidos. Esta es la
auténtica voz del capitalismo del siglo XXI, la voz de la reacción abierta, del
chovinismo, la xenofobia y el racismo, apenas disimulada.

En lugar de la utopía revisionista de un mundo sin fronteras, las barreras
nacionales se están reforzando en todas partes. Los controles fronterizos están
siendo reintroducidos no sólo en la periferia de Europa, sino también entre los
países miembros del Acuerdo de Schengen. La bonita y democrática Suecia está
introduciendo controles de los viajeros procedentes de la bonita y democrática
Dinamarca. Nada queda del sueño de una Europa unida, que siempre fue imposible
sobre bases capitalistas.

Europa en crisis

El estado de ánimo en Europa es sombrío. El año 2015 estuvo marcado tanto en su
principio como en su final por dos atentados sangrientos en París. Los
ciudadanos de Munich y Bruselas ni siquiera pudieron celebrar el Año Nuevo en el
estilo acostumbrado por temor a nuevos atentados terroristas. En París, el
castillo de fuegos artificiales tuvo que ser suspendido. El miedo y la
incertidumbre están en todas partes.

Todos los economistas serios esperan que la economía global se dirija hacia otra
caída, que puede comenzar en Asia como resultado de la fuerte desaceleración de
la poderosa economía china. Pero igualmente podría comenzar en Europa. Alemania,
anteriormente la locomotora del crecimiento económico de Europa, se ha estancado
y quedó sumida en una crisis por la llegada de más de un millón de refugiados de
Oriente Medio y de otras zonas en guerra.

El euro, que, junto con el Acuerdo de Schengen, se suponía iban a ser la base
para una mayor integración económica, se ha convertido en su contrario. Un
profundo abismo se ha abierto entre Alemania y los países del sur de Europa,
mientras que la crisis de los refugiados ha abierto una brecha entre ella y los
países del este. La larga agonía de Grecia va a continuar, ya que nada en
absoluto ha sido resuelto. La salida de Grecia del euro es sólo cuestión de
tiempo.

A su vez, será la causa de mayor dolor y sufrimiento para el pueblo griego, y
puede actuar como un detonador que empujará a otros países hacia la puerta
marcada con la salida. Gran Bretaña ha convocado un referéndum que podría
terminar con la salida del Reino Unido de la UE. El sentimiento anti-UE se está
acumulando en Francia y otros países. El futuro, no sólo del euro, sino de la
propia UE, está en cuestión.

Fermento político

El pesimismo de la burguesía está bien fundado. Pero es sólo una cara de la
moneda. La crisis del capitalismo engendra inevitablemente su opuesto: el
nacimiento de un nuevo espíritu de revuelta que es lo único que puede ofrecer a
la humanidad una esperanza en el futuro. Lenta, pero firmemente, la conciencia
de las masas está despertando. Y si los brotes verdes de la recuperación
económica son sólo producto de la imaginación de los economistas, los primeros
síntomas del renacimiento de un estado de ánimo revolucionario son reales y
tangibles.

Es una proposición elemental del materialismo dialéctico que la conciencia
humana siempre va por detrás de los acontecimientos. Pero tarde o temprano se
pone al día de una manera explosiva. Eso es precisamente lo que es una
revolución. Y lo que estamos presenciando en Gran Bretaña es el comienzo de una
revolución política. De la noche a la mañana toda la ecuación se ha
transformado. Eso en sí mismo es un síntoma de los profundos cambios que se
están produciendo en la sociedad. Los cambios bruscos y repentinos están
implícitos en la situación actual.

Es cierto que la conciencia se forma en gran medida con los recuerdos del
pasado. Tomará un tiempo para que las viejas ilusiones en el reformismo sean
reducidas a cenizas y expulsadas de la conciencia de las masas. Pero bajo los
golpes de martillo de los acontecimientos habrá cambios bruscos y repentinos en
la conciencia ¡Ay de aquellos que tratan de basarse en la conciencia de un
pasado que ya se desvaneció sin remedio! Los marxistas deben basarse en el
proceso vivo y en las perspectivas para el próximo período, que no guardan
ninguna similitud con lo que hemos experimentado hasta ahora.

Buscando una salida a la crisis, las masas ponen a prueba un partido tras otro.
Los viejos líderes y programas son analizados y descartados. Esos partidos que
son elegidos y traicionan las esperanzas del pueblo, llevando a cabo recortes en
violación de las promesas electorales, se ven desacreditados rápidamente. Las
que eran consideradas ideologías dominantes se vuelven despreciadas. Los líderes
que eran populares se vuelven odiosos. Cambios bruscos y repentinos están en el
orden del día.

Hay una ira creciente contra las élites políticas: contra los ricos, los
poderosos y los privilegiados. Esta reacción contra el status quo, que contiene
las semillas embrionarias de acontecimientos revolucionarios, puede durar mucho
más allá del punto en el que la economía comienza a registrar signos de mejoría.
La gente ya no cree lo que dicen o prometen los políticos. Hay una creciente
desilusión con la clase política y en los partidos políticos en general. Hay un
sentimiento general y profundo de malestar económico en la sociedad. Pero carece
de un vehículo que sea capaz de darle una expresión organizada.

En Francia, donde el Partido Socialista arrasó en las últimas elecciones
presidenciales, François Hollande tiene la tasa de aprobación más baja de
cualquier presidente desde 1958. En Grecia vimos el colapso del Pasok y el
ascenso de Syriza. En España tenemos el auge de Podemos, que salió de la nada
para conseguir –junto con sus aliados– 69 escaños en el parlamento español,
consolidándose como el único partido verdadero de oposición.

Vemos el mismo proceso que tiene lugar en Irlanda en el reciente referéndum.
Durante siglos, Irlanda fue uno de los países más católicos de Europa. No hace
mucho tiempo, la Iglesia mantenía un dominio absoluto sobre todos los aspectos
de la vida. El resultado del referéndum sobre el matrimonio gay, donde el 62%
votó Sí, fue un duro golpe a la Iglesia Católica Romana. Fue una protesta masiva
contra su poder y su interferencia en la política y en la vida de las personas.
Esto representó un cambio fundamental en la sociedad irlandesa.

En Gran Bretaña, contra todos los pronósticos, Jeremy Corbyn arrasó en las
elecciones para líder laborista. Este fue un terremoto político que transformó
toda la situación en Gran Bretaña prácticamente de la noche a la mañana. Este
desarrollo fue anticipado por los acontecimientos en Escocia, donde la revuelta
contra el Establishment se reflejó en el rápido crecimiento del Partido Nacional
Escocés (SNP). Esto no fue un movimiento hacia la derecha, sino a la izquierda.
No fue una expresión de nacionalismo sino de un odio ardiente hacia la élite
decadente que gobierna en Westminster. El Partido Laborista, como resultado de
las políticas de colaboración de clases cobarde de sus líderes, es visto
justamente como una parte de dicho Establishment.

Durante décadas, el Partido Laborista bajo el liderazgo del ala derecha fue un
pilar de apoyo al sistema existente. La clase dominante no lo abandonará sin una
lucha feroz. La primera línea de defensa del sistema capitalista es el mismo
grupo parlamentario del Partido Laborista (PLP). La mayoría de Blair del PLP es
el agente directo y consciente de los banqueros y capitalistas en esta lucha.
Eso explica su determinación fanática de deshacerse de Jeremy Corbyn a toda
costa. Se está preparando el terreno para una escisión en el Partido Laborista,
que creará una situación totalmente nueva en Gran Bretaña. Todo esto es una
expresión del profundo descontento que existe en la sociedad y que busca una
expresión política. En toda Europa existe el temor de que las políticas de
austeridad no serán un ajuste temporal, sino un ataque permanente a los niveles
de vida. En países como Grecia, Portugal e Irlanda estas políticas ya han dado
lugar a profundos recortes en los salarios y las pensiones nominales sin haber
resuelto el problema del déficit. Por lo tanto, todos los sufrimientos y
privaciones de las personas han sido en vano. En todas partes los pobres son más
pobres y los ricos son más ricos.

Estos procesos no se limitan a Europa. La elección presidencial estadounidense
presenta un desarrollo más interesante. Es, por supuesto, imposible de predecir
el resultado con algún grado de certeza, dada la coyuntura extremadamente
inestable y volátil de la política estadounidense. El circo de los medios se ha
centrado casi exclusivamente en la persona del Republicano Donald Trump. Parece
poco probable que la clase dominante de Estados Unidos confíe sus asuntos a un
payaso ignorante. Pero lo ha hecho al menos en dos ocasiones en el pasado
reciente. Hillary Clinton es sin duda una apuesta más segura desde el punto de
vista de la clase dominante.

Pero mucho más importante que Trump o Clinton fue el apoyo masivo a Bernie
Sanders que habla abiertamente de socialismo. La aparición de Bernie Sanders
como un rival por la nominación Demócrata a la candidatura presidencial es un
síntoma del profundo descontento y fermento en la sociedad. Sus ataques contra
la clase multimillonaria y su llamamiento a una "revolución política" resuenan
en millones de personas, mientras decenas de miles asisten a sus mítines.

La palabra "socialismo" ahora se utiliza con mayor frecuencia en los medios de
comunicación. Una encuesta de 2011 encontró que el 49% de los jóvenes de 18 a 29
años tenía una visión positiva del socialismo, frente a sólo el 47%, con una
visión positiva del capitalismo. Una encuesta más reciente, de junio de 2014,
encontró que el 47% de los estadounidenses votaría por un socialista, con un 69%
de los menores de 30 a favor.

Un gran número de personas, muchas de ellas jóvenes, estaban ansiosas por
escuchar el mensaje de Bernie Sanders. Es cierto que éste era más afín al estilo
escandinavo de socialdemocracia que al verdadero socialismo. Aún así, este es un
síntoma muy significativo de que algo está cambiando en los EEUU.

La situación en Rusia ha marcado diferencias con el resto de Europa. En la
superficie puede parecer paradójico que Putin haya emergido fortalecido de la
crisis en Ucrania y Siria. Los esfuerzos de Occidente para aislarlo han sido un
fracaso miserable. En Siria él es el hombre que ahora está al mando. E incluso
si los EEUU persisten en el mantenimiento de las sanciones sobre Crimea y
Ucrania, podemos predecir con confianza que sus aliados europeos retirarán las
suyas de manera silenciosa. La economía europea en crisis, necesita el mercado
de Rusia y el gas ruso tanto como necesita la burguesía europea ayuda rusa para
limpiar el desorden en Siria y (si Dios quiere) detener el flujo interminable de
refugiados.

Pero, si miramos más profundamente en la situación, quedará claro que no es tan
estable como parece. La economía rusa sigue cayendo, afectada por la caída del
precio del petróleo y las sanciones occidentales. Los salarios reales están
cayendo. La clase media ya no puede pasar fines de semana agradables en Londres
y París. Se queja, pero no hace nada. Los trabajadores rusos estuvieron
influenciados por la propaganda oficial sobre Ucrania. Ellos se escandalizaron
por las actividades de los fascistas y ultranacionalistas ucranianos y Putin fue
capaz de tomar ventaja de su simpatía natural hacia sus hermanos y hermanas del
este de Ucrania.

Putin puede mantener su control del poder por algún tiempo, pero todo tiene sus
límites y al final de la historia siempre llega la factura. La crisis económica
ha llevado a una fuerte caída en los niveles de vida de muchos trabajadores,
sobre todo fuera de Petersburgo y Moscú. Las masas son pacientes, pero la
paciencia tiene límites definidos. Vimos una evidencia de esto al final de 2015,
cuando los camioneros de larga distancia se declararon en huelga. Un pequeño
síntoma tal vez; pero un síntoma, no obstante, de que tarde o temprano el
descontento de los obreros rusos encontrará su expresión en graves protestas.

Panorama sombrío

En el fondo, todos estos fenómenos reflejan el hecho de que el sistema
capitalista ha llegado a sus límites. La globalización, habiéndose agotado, se
ha convertido en su contrario. De ser un factor poderoso que propulsaba el
crecimiento, ahora está ayudando a arrastrar todo el edificio poco sólido hacia
abajo. El hecho es que la llamada recuperación –que no es una recuperación en
absoluto– es de carácter tan débil y anémica que cualquier choque, ya sea
económico, político o militar, será suficiente para llevar toda la recuperación
a una parálisis temblorosa.

La desaceleración de la economía china amenaza al mundo entero. China importaba
grandes cantidades de productos de países como Brasil. Ahora la economía
brasileña se contrae un 4,5 por ciento. Muchos otros de los llamados BRICS están
en una posición similar. Las predicciones de los portavoces del capital son cada
vez más pesimistas sobre el futuro. The Wall Street Journal informó de las
palabras de Adam Parker, jefe de valores de EEUU, estratega jefe de la bolsa de
valores del Morgan Stanley: "Creemos que estamos propensos a dirigimos hacia un
año agitado de bajos rendimientos, y sospechamos que muchos otros piensan lo
mismo".

El máximo ejecutivo de Hyundai Motor ha dicho que la perspectiva para este año
"no es brillante". El presidente del Grupo Chung Mong-Ku dijo a los jefes de los
fabricantes de automóviles en el extranjero que el crecimiento de las unidades
en 2015 estuvo limitado por una economía global débil, por la desaceleración
económica en el segundo mayor mercado de autos del mundo, China, y por una
disminución de la demanda de los mercados emergentes. "Teniendo en cuenta muchos
de los indicadores principales, las perspectivas para el mercado de automóviles
del próximo año tampoco son brillantes", dijo. Ejemplos similares se pueden
repetir a voluntad.

En el artículo que mencionamos al principio, Gideon Rachman saca las
conclusiones más pesimistas:

"El pesimismo mundial hace que el sistema político internacional se asemeje a un
paciente que todavía está luchando por recuperarse de una enfermedad grave que
se inició con la crisis financiera de 2008. Si no hay malos choques adicionales,
la recuperación debe proceder gradualmente y los peores síntomas políticos
pueden desvanecerse. El paciente es vulnerable, sin embargo. Otro duro golpe,
como un ataque terrorista o una recesión económica grave, podría significar un
verdadero problema".

Esta es la verdadera voz de los estrategas del Capital. Miran el futuro con
temor. Y desde su propia perspectiva de clase no se equivocan. 2016 producirá
más turbulencia, crisis económica y ataques a los niveles de vida, más
desigualdad e injusticia, más derramamiento de sangre y caos.

El Año Nuevo replicará al Viejo, pero con mayor intensidad. Las guerras en
Oriente Medio, África y Asia producirán el mismo tsunami de miseria humana que
continuará derramándose hacia Europa, donde será recibido por una barrera de
alambres de púas y de inhumanidad.

El terrorismo, que se está extendiendo por el mundo como una epidemia
incontrolable, es en sí mismo un síntoma de la naturaleza enferma del
capitalismo en el siglo XXI. Más actos de terrorismo son inevitables. Los
terroristas no pueden ser detenidos con métodos policiales. No hay suficientes
policías en el mundo para hacer frente a un gran número de individuos
determinados y fanáticos que deseen perpetrar actos de asesinato contra civiles
desarmados e indefensos.

Cuando Lenin escribió que el capitalismo era horror sin fin, él estaba diciendo
la verdad. Es tan inútil quejarse de estos horrores, como de quejarse de los
dolores que acompañan al parto. La tarea de los marxistas no es quejarse de las
consecuencias inevitables de la decadencia capitalista. Dejamos ese tipo de
cosas a los predicadores y pacifistas.

Nuestra tarea es trabajar incansablemente para señalar a los trabajadores y los
jóvenes las causas reales de estos horrores y explicar la forma en que el
problema se puede erradicar de una vez por todas. Eso sólo se puede lograr
mediante una transformación de raíz de la sociedad. Problemas drásticos exigen
soluciones drásticas. Sólo la revolución socialista puede resolver los problemas
a los que se enfrenta la humanidad. Esa es la única causa por la que vale la
pena luchar hoy día.

Londres, 4 de enero de 2016

In
Lucha de clases
http://www.luchadeclases.org.ve/internacionales/7920-perspectivas-20016
8/1/2016

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