segunda-feira, 18 de agosto de 2014

Educación autogestionaria: Lo que silencia la reforma, lo que callan las demandas


Henry Renna


A la fecha la mayoría de los movimientos sociales y la sociedad en general han
adherido a la demanda por el “derecho” a la educación, proponiendo su
estatización. Simultáneamente algunos sectores, ante la falta de respuesta de
los malos gobiernos, levantan propuestas educativas concretas, alternativas que
no son estatales, ni mercantiles, sino sociales, que persiguen abrir espacio a
un modelo educativo contra-hegemónico que pone en el centro estructuras de
redistribución solidarias, formas de organización asamblearias, proyectos
educativos liberadores y bajo control directo de las comunidades.


¿Qué hay más allá del derecho a la educación?
La construcción y el ejercicio de autogestión educativa hace parte de proyectos
emancipatorios emanados desde los movimientos sociales ante la crisis del Estado
en América latina. Las críticas masivas hacia el sistema educativo actual es
sintomático de éste cambio de ciclo en que las estructuras determinantes de la
desigualdad y, que históricamente han limitado las fuerzas instituyentes en su
lucha contra lo constituido se ponen en tela de juicio. Los mismos principios de
organización de la sociedad son cuestionados.
La reforma educacional de la Nueva Mayoría va a contrapelo de este cambio de
época, no es un giro estratégico en esa dirección, no es una ruptura con el
sentido detrás del modelo inaugurado en dictadura. Solamente responde a una
reorganización táctica del poder con miras a su mantenimiento mediante la
inauguración de una novísima fase de dominación capitalista. En esta ya se
conoce lo que será uno de sus principales componentes: el monopolio educativo en
la sociedad chilena de los próximos años no será de la Iglesia o el Mercado
docente, sino será el retorno del Estado docente.
La estatización del sistema escolar simplemente contendrá la regresiva
desposesión capitalista, mas no permitirá una progresividad en su superación, ir
más allá de él. Peor aún, uno de los triunfos de la reforma será consensuar un
nuevo pacto que definirá los límites de lo posible para el quehacer educativo,
una síntesis social que monopolizará la conducción del sistema en la estatalidad
y silenciará el rol de la sociedad organizada y su capacidad para
autoemanciparse y educarse por sus propias manos.
El derecho a la educación podrá ser conquistado, con el riesgo de callar tras de
sí una necesidad ineludible para ese nuevo mundo que aún no puede nacer: pensar
desde los cimientos la organización futura de la sociedad donde la Escuela
constituye su prefiguración, su desarrollo en el presente representaría esa
sociedad por la que se lucha. Por ello, independiente del protocolo final de la
reforma lo prioritario para las organizaciones y movimientos será fortalecer
donde haya y sembrar donde no, los gérmenes de un nuevo modelo educativo,
liberador, solidario y autogestionario.
Control directo sobre la organización de la escuela
La misma existencia de estos embriones del mañana en distintos rincones y
lugares del país, son un cuestionamiento presente a la política jerarquizada del
sistema educativo chileno, al ir a contracorriente de sus fundamentos: la toma
de control de la gestión administrativa y pedagógica de la educación por la
sociedad organizada.
Las experiencias y casos que hacen parte de la autogestión educativa son
espacios no estatales, ni mercantiles, sino sociales. El campo de aquellas
actividades que desarrolla la gente de modo autogestionado para dar respuesta a
sus necesidades más urgentes y negadas por las clases dominantes. Una serie de
acciones educativas cuyos resultados son indivisibles de sus
originadores-productores; la totalidad, idealmente, de los ámbitos de la
organización de la escuela son controlados directamente por quienes le dan vida.
La lucha por el control de la educación considera, según Bruno Baronnet (2012),
“una apropiación social del espacio y del tiempo escolar, así como del papel
político y cultural del docente”; pero más importante lo que está en juego
“parece ser el poder de creación, ejecución y evaluación, no solamente de los
planes y programas, sino de la gestión de la organización escolar en su
conjunto”. Es un proceso en que los sectores populares recuperan la confianza en
sus propias fuerzas e imponen soluciones concretas desde abajo, donde el
“poder-hacer” en sus territorios se superpone al “poder-sobre” que los de arriba
tienen en nuestras vidas. Sería, según una fanzine de hace algunos años, una
transición similar al del movimiento obrero, del paro y la toma, a la
autogestión educativa (Crónica Negra, 2011).
Es precisamente esta potencialidad lo que está silenciando y callando la
reforma: la capacidad del pueblo de educarse mancomunadamente en independencia
de las clases dominantes, sea el mercado, la iglesia o el Estado.
Educación autogestionaria
Esta otra educación corresponde a los distintos centros educativos, de infantes,
primaria y secundaria, educación permanente y flexible para jóvenes y adultos,
de especialización universitaria, bibliotecas, radios, editoriales y centros
educativos culturales, que han debido mantenerse en los márgenes de la gestión
estatal o se han incorporado en ella bajo figuras institucionales. En general la
educación autogestionaria es emprendida por movimientos y comunidades, populares
y solidarias, tales como cooperativas, organizaciones territoriales y
funcionales, u otras, que sin fines de lucro, desarrollan acciones educativas
concretas para complementar y/o sustituir, el sistema escolar actual.
Los casos son múltiples y diversos. A nivel de infancia están los jardines
populares con experiencias como el Jardín Epuwen (dignidad) en la comuna de
Peñalolén o Mi Pequeño Mundo Organizado en La Pintana, ambos gratuitos y reciben
niños entre 2 y 5 años, recuperando de la JUNJI alimentación y recursos para el
mejoramiento del espacio como para las educadoras que son de la misma comunidad.
A nivel de educación de jóvenes y adultos existen muchos casos, dentro de ellos
está la experiencia de la Escuela Pública-Comunitaria en la comuna de Santiago
que desarrolla en formato de exámenes libres nivelación de estudios y la Escuela
Paulo Freire en la comuna de San Miguel creado por el MPL que logró el
reconocimiento oficial del Estado y hoy recibe a más de 150 jóvenes. Ambos son
completamente gratuitos y cuentan con formas democráticas y asamblearias de
organización y control social. A nivel de formación superior está el Diplomado
Latinoamericano en Movimientos Sociales que a través de un sistema de gratuidad
diferenciada ha logrado formar a más de 250 dirigentes, educadores e
investigadores. Además existen una infinidad de espacios culturales
autogestionarios que emprenden prácticas educativas extra-curriculares con
profundos impactos en la formación continua de las comunidades. Casos como La
Juanita en Conchalí, la Cerro en Toma en Renca, El Jardín en Cerro Navia, El
Arca en La Pintana, Pedro Mariqueo en Pedro Aguirre Cerda, Centro de Operaciones
Poblaciones Los Areneros en San Bernardo, Centro Ernesto Guevara en Peñalolén.
Todas ellas, y muchas otras que existen, son modalidades solidarias de
producción socio-educativa orientadas a la emancipación cultural de los sectores
más empobrecidos y vulnerados por este sistema.
Una posibilidad de otra educación
De las diversas experiencias que corren por todo Chile es posible identificar
cuatro grandes elementos que explican su carácter autogestionario y hacen de
principios de diferenciación con otros ámbitos de construcción educativa:
Una estructura solidaria en su organización económica. No existe lucro, ni
utilidades directas o pago a personal ajeno a la tarea propia del centro
educativo. En caso de existir, éstas son redistribuidas entre las y los
trabajadores, inversiones en el centro mismo, o socializadas en la comunidad
en general.
Los actores educativos son soberanos, controlando directamente el desarrollo
del proyecto educacional creado y cuya voz radica en los órganos de poder
asamblearios que se han dado a sí mismos. Es una educación con control directo
en todos sus niveles de gestión y organización, ya sea hacia dentro
(trabajadores, educadores, apoderados y estudiantes) y/o hacia afuera
(colaboradores, organizaciones y vecindad del territorio).
Compromiso con la transformación de la realidad. No son experiencias
educativas aisladas de sus espacios de trabajo, son sujetos de cambio social,
y su comunidad educativa actores de dicha transformación.
Apunta a la emancipación del género humano mediante la generación de una
conciencia crítica de la realidad y el incentivo de su compromiso por
transformarla. Es una educación que corre a contrapelo del currículo formal
como de las metodologías tradicionales de aprendizaje.
En relación a este último punto la educación autogestionaria no se reduce a una
forma de organización distinta de la escuela, sino también es la construcción de
un proyecto pedagógico alternativo al dominante. Un proyecto en permanente
búsqueda, pero que es posible identificar también algunos elementos
transversales en su práctica:
Encuentro de saberes. Buscan una producción de saberes dirigidos a la
transformación social, conocimiento rebelde que hace uso de las herramientas
de la ciencia pero que también reconoce la experiencia de vida de la gente
como fuente de aprendizaje.
Pedagogía territorializada. Gran parte de las experiencias de autogestión
educativa son expresión de necesidades locales, se hacen parte de ella y desde
ahí construyen su devenir. Por eso generalmente en su interior se observa una
fuerte territorialización de las prácticas pedagógicas, expresada en su
arraigo y apropiación espacial de los contenidos y una fuerte identidad
barrial del currículo.
Política del afecto. Los centros educativos autogestionarios tienen como uno
de sus ejes el quiebre de las matrices disciplinarias, autoritarias y
jerarquizadoras de la relación profesor-alumno y su sustitución con
mediaciones y compañerismos horizontales que difuminan las barreras que les
dividen. Desarrolla su labor desde el amor, al pueblo, al cambio, a la
educación misma. Por eso persigue la generación de vínculos comunitarios como
forma para re-tejer las futuras relaciones humanas.
Conciencia crítica de la realidad. Existe en ellos un cuestionamiento abierto
y directo al sentido común naturalizado, a las desigualdades dadas como
naturales, al pensamiento único y hacia nuestras propias vidas. Se lucha en
cada uno de esos espacios contra la raíz del problema, el hombre mismo, por
eso persiguen un acción educativa que genere una conciencia crítica sobre la
realidad, que identifique su situación en el mundo, los determinantes que
producen tal condición y piense las fórmulas para superarlo.
Vamos caminando
Estas experiencias hoy se podrían perfilar como una alternativa real de
educación para los sectores populares. Hacerlas parte del sistema de educación
nacional, del conjunto de acciones educativas reguladas y garantizadas por el
Estado que hacen posible el derecho a la educación. Se debería tensionar un
proceso de reducción permanente -hasta su eliminación- de los espacios
mercantiles de gestión educativa mediante el fortalecimiento de la educación
pública a través de dos modalidades: (1) la estatización de los establecimientos
municipales y su administración desde el gobierno central vía Mineduc, pero
también la (2) la socialización de los establecimientos municipales y su
administración delegada en comunidades educativas autogestionarias.
En ella, como hemos dicho, las prácticas, sus tiempos y sentidos, no son las que
establece el Estado, la Iglesia o el Mercado sino las que se da el propio pueblo
, desde abajo libremente. Es un proceso de transformación cultural de la
sociedad que no pasa por las clases dominantes, sino por la comunidad (la clase
trabajadora organizada en sus territorios), por su rol como sujeto histórico de
la transformación radical de la vida y de la organización socialista y
libertaria del mundo.
A ese sur, sin prisa pero sin pausa, vamos caminando.
Henry Renna, Movimiento de Pobladores en Lucha
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una
licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras
fuentes.


IN:
Rebelión
http://rebelion.org/noticia.php?id=188576
18/8/2014

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