sexta-feira, 21 de setembro de 2018

Cómo EEUU desmanteló Brasil



Vicky Peláez

Los estrategas norteamericanos y sus 1.777 'think tanks' están concentrados
permanentemente en buscar métodos para mantener su hegemonía mundial y en
especial preservar para su uso exclusivo las inmensas riquezas naturales de
América Latina y el Caribe, a los que consideraba su 'patio trasero'.

"Solamente los muertos están contentos en Brasil".
(dicho popular)

Sin embargo, en el caso de Brasil, que siempre ocupó un lugar privilegiado como
aliado incondicional de Washington, se le terminó toda ventaja cuando llegaron
al poder los gobiernos populistas de Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff.

Excanciller: Lula está indignado con sumisión brasileña ante EEUU
Desde el día que Lula da Silva asumió la presidencia, los 'grandes
manipuladores' de la democracia: la CIA, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA),
Soros Quantum Hedge Fund y el Grupo Stonebridge (ASG) de la ex secretaria de
Estado norteamericano, Madeleine Albright, promovieron una guerra mediática
contra el populismo brasileño a nivel mundial y nacional.
En Brasil, 551 medios de comunicación pertenecientes a seis familias que
controlan el 98% de la información divulgada en el país escribieron miles de
artículos y presentaron un sinnúmero de informes de TV en los que acusaban al
gobierno populista de ser corrupto, ineficiente, incapaz de terminar con la
violencia, vendido a los chinos, etc.
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De acuerdo con el periodista norteamericano y exempleado de la NSA, Wayne
Madsen, la lucha contra el populismo se intensificó después de asumir Dilma
Rousseff su segundo mandato en 2014. La Fundación Soros, la Agencia de Estados
Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), la
Fundación Nacional para la Democracia (NED) y cientos de ONG usaron
organizaciones como Vem Pra Rua, el Movimiento Brasil Libre para desatar
protestas callejeras y tratar de convertirlas en un tipo de Revolución de
Colores. No lograron 'crear' una 'revolución', pero sí desestabilizaron al país.

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Brasil
La CIA y la NSA infiltraron, de acuerdo con The Real Agenda News, no solamente
instituciones judiciales, legislativas y al propio Gobierno sino que reclutaron
a varios líderes de movimientos sociales, inclusive penetraron el Partido de los
Trabajadores (PT) en el Gobierno, se contactaron con servicios de inteligencia
militar, con los directivos del Banco Central y con ejecutivos de Petrobras.
Lo interesante fue que después de comprobarse por varios estudios geofísicos que
frente a Río de Janeiro, en el mar a una profundidad de 2.000 metros, hay más de
100.000 millones de barriles de petróleo, en mayo de 2013 el vicepresidente de
EEUU en aquel entonces, Joe Biden, fue a Brasil para convencer a Dilma Rousseff
de dar permiso a las corporaciones energéticas norteamericanas y participar en
la explotación de aquel yacimiento de oro negro.
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El representante norteamericano recibió una respuesta negativa y desde que Biden
regresó a su país con las 'manos vacías', las protestas contra el Gobierno de
Rousseff se intensificaron y la aceptación de la presidenta bajó
estrepitosamente del 70 al 30%, según los medios de comunicación. Inmediatamente
a Dilma Rousseff la implicaron en el escándalo de Petrobras por recibir
aparentemente de esta corporación estatal dinero usado para 'comprar' votos en
el Congreso. Nada de esto fue probado pero el proceso de 'impeachment' contra la
presidenta arrancó.

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Los impulsores de la destitución de Dilma Rousseff, el presidente de la Cámara
de Diputados, Eduardo Cunha, y el presidente del Senado, Renan Calheiros,
después de hacer varias consultas con el Departamento de Estado norteamericano
promovieron la acusación contra la presidenta de violar normas fiscales para
maquillar las finanzas del país. En Brasil, estas decisiones fiscales se conocen
como 'pedaladas fiscales' y consisten en usar fondos de bancos públicos para
cubrir gastos de programas que están bajo la responsabilidad del Gobierno. No
había ningún gobierno brasileño que no recurriera a esta práctica. En realidad,
este método lo han estado utilizando prácticamente todos los gobiernos del mundo
en el transcurso de la historia para cubrir gastos urgentes.
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contra Lula
Sin embargo, el 'impeachment' de Dilma Rousseff fue sancionado en Washington y
el 31 de agosto de 2016 después del voto en el Senado, la primera mujer
presidenta en la historia del país fue destituida. Dos horas después, Michel
Temer, que hasta aquel momento era el presidente interino, se transformó en
seguida de vicepresidente y aliado de Dilma en su enemigo y el nuevo presidente
de Brasil después de jurar apresuradamente el cargo.

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Poco tiempo después, uno de los principales autores de la destitución de Dilma
Rousseff, Eduardo Cunha, fue condenado a 15 años de prisión por tener en Suiza
cinco millones de dólares provenientes de sobornos por un contrato de Petrobras.
El presidente del Senado, Roman Calheiros, tuvo que pasar por 11 investigaciones
en la corte suprema por corrupción, lavado de activos, desvío de dinero y fraude
público, pero el Tribunal Supremo de Justicia lo absolvió milagrosamente de
todas las acusaciones. A la vez, 34 legisladores que votaron por el
'impeachment' de la presidenta terminaron en la cárcel junto con 51 políticos
acusados de corrupción y lavado de dinero.
Así, después de una larga 'labor' encubierta, Washington logró terminar con el
populismo en Brasil e instalar a un presidente a su gusto, Michel Temer, que en
seguida promovió un proyecto elaborado por el Fondo Monetario Internacional, que
él mismo bautizó como el 'Plan Puente al Futuro'.
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medidas contra Lula
Este plan incluye el recorte de gasto público para los programas sociales de
vivienda, educación y combate de la pobreza; reforma del sistema jubilatorio y
flexibilización de las leyes laborales y aprobación de un 'contrato
intermitente', que se caracteriza por ausencia de jornadas fijas regulares sino
esporádicas, de acuerdo a la necesidad del empleador; cierre del programa 'Mi
Casa — Mi Vida', que permitía a los trabajadores adquirir su casa propia;
revisión del Sistema universal de Salud Pública; privatización de aeropuertos,
carreteras, ferrocarriles y empresas energéticas estatales al estilo de Alberto
Fujimori en Perú o Mauricio Macri en Argentina. Hace poco el Gobierno anunció 34
licitaciones y subastas de bienes públicos.

Excanciller de Lula: América del Sur lucha de nuevo por ver quién es el mejor
amigo de EEUU
Desde la llegada de Temer al poder en 2016, Brasil va camino a su peor ciclo de
crecimientos de los últimos 100 años. La expansión del Producto Interno Bruto
(PIB) en 2017 era solo de 1% y para 2018 los economistas pronostican un
crecimiento del 1,47%, según el Instituto de Investigación Económica Aplicada.
Tal es la situación en el país que el 70% de los brasileños considera a Michel
Temer como el peor presidente desde el retorno del país a la democracia en 1985.
Los únicos contentos con su llegada al poder son los oligarcas nacionales y los
dueños de las transnacionales energéticas y militar-industriales, pues Temer les
está ofreciendo las riquezas nacionales a cambio de una simple promesa de
inversiones e interés en una cooperación militar. También está feliz el
Pentágono que por fin se acerca a su meta de instalarse en la Amazonía
brasileña, algo que no logró ni con el Gobierno militar.
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Para alcanzar todo esto, los norteamericanos no escatimaron dinero para sus
operaciones abiertas y en especial, encubiertas. Según documentos de Edward
Snowden, desde 2002 la CIA y la NSA instalaron en conjunto dos estaciones de
espionaje y de interceptación de la comunicación electrónica SCS (Special
Collection Service) llamado en privado 'College Park'. Precisamente sus datos
fueron usados tanto en la Operación Lava Jato, como en la destitución de Dilma
Rousseff y el encarcelamiento de Lula da Silva.
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Las mismas estaciones conectadas al sistema Primary Fornsat Collection
Information (La Red de Interceptación Global de la NSA) fueron instaladas en la
Ciudad de Panamá, Ciudad de México, Bogotá y Caracas, de acuerdo a la
información revelada por Snowden (estas estaciones están operando actualmente en
88 países, según Electroslaces.net). Precisamente, estos sistemas SCS
permitieron a Estados Unidos interferir en las elecciones de 41 países de 1946 a
2000, de acuerdo al estudio de Carnegie Mellon University. Tras analizar los
últimos acontecimientos en el mundo, podríamos decir sin equivocarnos que estas
interferencias ya pasaron para 2018 el número 50 de lejos.
A pesar de que los fallidos regímenes populistas representados por Cristina
Fernández en Argentina, Dilma Rousseff en Brasil, Rafael Correa traicionado en
Ecuador por su aliado, Lenín Moreno, todos estos líderes populistas proclamaron
una política de 'Equilibrio y Reconciliación' entre pobres y ricos. No obstante,
las élites nacionales toleraron esta política mientras no interfería seriamente
con sus ganancias y la rechazaron inmediatamente cuando las condiciones
económicas ya no les convenían. Al mismo tiempo, EEUU ha percibido desde el
principio que el populismo sería aprovechado en términos geoeconómicos por China
y Rusia. En el caso de Brasil, a Washington le irritó inmediatamente la
membresía del país en BRICS y el apoyo de Dilma Rousseff a la creación de una
nueva moneda de reserva.

Después, cuando el Gobierno brasileño inició la colocación de cables de fibra
óptica a través del Atlántico hacia Europa para lograr su propio sistema de
telecomunicación independiente de EEUU, inclusive su internet para evitar la
interceptación por la NSA, la Casa Blanca se puso en alerta.

Presidenta del PT: hay que perdonar a quienes apoyaron "golpe" en Brasil
Finalmente, todos estos hechos colmaron la paciencia norteamericana y aceleraron
el golpe judicial legislativo contra Dilma Rousseff y de paso contra Lula da
Silva que se proyectaba como un favorito para las elecciones presidenciales
programadas para el próximo 7 de octubre. El candidato de la CIA, NSA y Soros
para las elecciones de 2014, Aecio Neves, no está participando en esta contienda
electoral, pero la otra favorita del trío, mencionado para las elecciones
anteriores, Marina Silva, se está presentando como candidata aunque está
bastante 'quemada'.
Para la agencia Bloomberg News, los más visibles candidatos a la Presidencia
actualmente son Jair Bolsonaro, un excapitán de las Fuerzas Armadas que
representa a la extrema derecha del Partido Social Liberal (PSL), cuyo índice de
aceptación aumentó después de sufrir un atentado; lo sigue Marina Silva de
Unidas para Transformar Brasil (REDE); y el heredero político de Lula da Silva,
Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT) quien es doctor en
filosofía. Ultimamente está creciendo la aceptación de Geraldo Alckmin del
Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) debido al apoyo de los
empresarios. En fin, nada está claro y todo indica que habrá una segunda vuelta
el próximo 28 de octubre. Se espera también que un 20% de los votantes se
abstenga de dar su voto.

En todo caso, será el pueblo quien decida, como dijo alguna vez Lula da Silva,
si seguirán a "los críticos del PT que piensan que debemos empezar el día
pidiendo a EEUU permiso a estornudar o a Europa, permiso dee toser" o ser un
país orgulloso, independiente y soberano.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK


In
SPUTNIK
https://mundo.sputniknews.com/firmas/201809201082115911-como-eeuu-desmantelo-brasil/
20/9/2018

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