terça-feira, 18 de outubro de 2016

Una cuestión de vida o muerte El "Eje del mal" de Hillary Clinton



Pepe Escobar
CounterPunch

      Traducción del inglés para Rebelión de Carlos Riba García

Anticipando un resultado de las elecciones presidenciales
de Estados Unidos como una repetición del triunfo arrollador de Nixon en 1972,
también Hillary puso en circulación –al mejor estilo George W. Bush– una nueva
versión del eje del mal: Rusia, Irán y “el régimen de Al-Assad”.
Esto es sin siquiera incluir a China que, con sus “agresiones” en el Mar
Meridional de China, se ha ganado la condición de enemigo certificado de la
Madre Fundadora del giro hacia Asia.
Y si todo esto no fuera bastante preocupante, Turquía parece estar transitando
el camino para unirse al eje. Los presidentes Putin y Erdogan se han encontrado
en Estambul. Moscú declara estar preparado para desarrollar con Ankara una
cooperación militar y técnica a gran escala. En la que están incluidos, por
supuesto, la planta nuclear de cuatro reactores situada en Akkuyu, que ha sido
construida por Rosatom a un costo de 20.000 millones de dólares. Y el impulso
para “acelerar los trabajos” en la planta de gas natural Turkish Stream, con lo
que de hecho se reforzará más todavía la posición rusa en el mercado europeo del
gas, evitando a Ucrania para siempre, al mismo tiempo que se blinda a Ankara
como la encrucijada energética clave entre Oriente y Occidente. Además, tanto
Moscú como Ankara respaldan la postura de Staffan de Mistura, enviado especial
de Naciones Unidas para Siria, quien sostiene que los “rebeldes moderados”
(según la terminología de los políticos de Washington) que mantienen rehenes en
el este de Aleppo deben ser erradicados.
La jugada por el cambio geopolítico es obvia. Por mucho que Erdogan pueda estar
girando y girando como un derviche de la política, es imposible entenderle y
creerle, y que Putin sea un maestro en el juego de largo plazo, los intereses de
Moscú y Ankara tienden a converger en el Nuevo Gran Juego; esto explica una
integración más estrecha en el amanecer del "Siglo Eurasiano".
Todo un vaso de cicuta para Hillary Clinton, que ya ha comparado a Putin con
Hitler. ¿Cambio de régimen o guerra abierta?
En el terrible espectáculo en que se ha convertido la segunda vuelta de la
interminable pelea entre Trump y Clinton, una vez más Donald Trump se anotó un
punto racional cuando expresó su deseo de normalizar las relaciones con Rusia.
Pero esto es un absoluto anatema para el Partido de la Guerra, lo mismo que para
la nebulosa neocon*/neoliberalcón del eje Washington-Wall Street.
Clinton, la máquina de hacer dinero controlada por los demócratas, condenó otra
vez a Trump por ser funcional a Putin mientras muchos desconcertados
republicanos castigaron a Trump por ir por libre e ignorar a “la corriente
dominante del pensamiento republicano”.
He aquí lo que respondió Trump: “Al-Assad no me gusta en absoluto, pero él está
matando al Daesh. Rusia está matando al Daesh e Irán está matando el Daesh”.
El punto de vista que tiene Trump sobre Oriente Medio es destruir el
EI/ISIS/ISIL/Daesh. Eso es lo que el asesor y ex director de la Agencia de
Inteligencia de la Defensa (DIA, por sus siglas en inglés), teniente general
retirado Michael Flynn, ha infiltrado en el espacio notablemente limitado de la
atención de Trump.
Flynn habría admitido oficialmente que el desarrollo del Daesh había sido una
decisión deliberada de la administración Obama. Aun así en su deshilvanado libro
Field of Fight (Campo de batalla), Flynn insiste en que “los rusos no han sido
muy eficaces en su lucha contra el yihadismo en su propio territorio”, están
“conchabados con los iraníes” y “la mayor parte de sus acciones apuntan hacia
los oponentes del régimen de Al-Assad”. Este es un mantra neocon; no es
sorprendente que el coautor del libro mencionado sea el neocon Michael Leden.
Tanto algunos poco fiables “expertos” de salón del Instituto Americano de
Empresa (AEI, por sus siglas en inglés) y del Instituto de Política para Oriente
Cercano de Washington (WINEP, por sus siglas en inglés) como algunos ex
consejeros del departamento de Estado, están de acuerdo en que el ridículo punto
de vista del remozado eje del mal –hoy en día totalmente adoptado por Hillary–
no tiene utilidad contra los yihadistas; los buenos muchachos que están haciendo
el trabajo difícil son los de la “coalición liderada por Estados Unidos”. Y la
maldición caiga sobre quienes se atrevan a criticar a los “relativamente
moderados” respaldados por la CIA.
Lo que dijo Trump es anatema no solo para los republicanos del establishment que
desprecian a Obama por no oponerse al renovado eje del mal adoptado por Hillary.
El verdadero pecado mortal es que “ignora” los supuestos sostenidos por los dos
partidos que están en la esencia de la política exterior de Estados Unidos y que
son tenidos por tan sagrados como la Biblia.
Así debe leerse el éxito del sabotaje del neocon Ash Carter contra el cese del
fuego Kerry-Lavrov llevado adelante por el Pentágono, que habría implicado
bombardeos aéreos coordinados tanto contra el Daesh como contra el Frente para
la Conquista de Siria, antes conocido como Jabhat al-Nusra, esto es, al-Qaeda de
Siria.
Los neocons y los republicanos de la corriente dominante culpan al equipo del
‘pato cojo’ Obama por la “nefasta dependencia” respecto de Rusia e Irán. Y en lo
más alto del altar de la corrección reina la histeria, con el neocon que preside
la NED*" haciendo un llamamiento al gobierno de Estados Unidos para pedirle que
promueva un cambio de régimen en Rusia.
¿Preparados para la guerra nuclear? Hillary Clinton no se cansa de decir que
Estados Unidos no está en guerra contra el islam. De hecho, Estados Unidos está
en guerra en Afganistán, Irak, Siria, Yemen, Somalia, y zonas tribales de
Pakistán; involucrado en una guerra encubierta en Irán; y ha destruido
totalmente Libia. No es difícil hacer las cuentas.
Además, la frustrada conversación sobre que ahora Washington avanzaría un Plan C
para Siria es algo absurdo. Nunca ha habido un Plan B; solo un Plan A, que
pretendía meter a Rusia en otro Afganistán. No funcionó debido a la demolición
controlada de Ucrania. Y no funcionará en Siria, mientras Moscú tenga la
voluntad de proporcionar mucho apoyo aéreo y misilístico pero no de involucrar
fuerzas importantes de infantería. Ese es un trabajo para el ejército árabe
sirio (SAA, por sus siglas en inglés), Irán y sus milicias chiíes, y Hezbollah.
Ash Carter ha amenazado a Rusia con “consecuencias”. Después de hacer saltar por
los aires el alto al fuego, el Pentágono –apoyado por la Jefatura de Estado
Mayor Conjunta– está dando pábulo a la idea de “posibles ataques” contra la
fuerza aérea siria para “castigar al régimen” por lo que en realidad hizo el
Pentágono: torpedear el cese del fuego. Es imposible maquillar esto.
Rápidamente, el general Igor Konashenkov, portavoz del ministerio de Defensa
ruso, envió un mensaje a “nuestros colegas de Washington”: “si creéis que podéis
conseguir algo lanzando una guerra abierta ‘en la sombra’ contra Rusia más vale
que os lo penséis dos veces. Rusia tendrá en la mira a cualquier avión furtivo o
no identificado que intente atacar blancos del gobierno sirio y lo derribará.
Entonces, la única cuestión es si acaso un Pentágono fuera de control –mediante
ataques con bandera falsa u otros– obligaría a que la fuerza aérea de Rusia
derribara aviones de combate estadounidenses y si Moscú tiene el poder de fuego
para realizar estas acciones”.
Por lo tanto en este lapso de tres meses de “agonía” de la era Obama, antes de
la probable entronización de la Reina de la Guerra, la cuestión es si el
Pentágono se arriesgará a lanzar la Tercera Guerra Mundial debido a que “la
caída de Aleppo”.
En última instancia, las cosas están encaminadas a ir cada vez peor. El gobierno
de Estados Unidos mantiene abierta la opción de ser el primero en atacar con
armas nucleares contra Rusia. Hillary apoya con firmeza esta posibilidad,
mientras que Trump ha dejado claro que él “no sería el primero en atacar”.
La posibilidad de que la profesional del ‘eje del mal’ Hillary Clinton tenga el
dedo sobre el botón nuclear debe ser considerada como la cuestión primordial de
vida o muerte en este circo global en el que vivimos.
*Neocon: Es la forma abreviada de neoconservador: la ideología política de
personas que fueron liberales, del partido Demócrata o de sectores izquierdistas
y que adoptaron posiciones conservadoras. En EE.UU. el movimiento neoconservador
se consolidó en los 60; y el término neocon se popularizó en los 70. (N. de la
E.).

** NED son las siglas de National Endowment for Democracy, una “fundación sin
ánimo de lucro que se dedica al crecimiento y fortalecimiento de las
instituciones democráticas en todo el mundo”, según declara en su propia página
web: http://www.ned.org/. (N. del T.)
 Pepe Escobar  es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving
into Liquid War (Nimble Books, 2007), Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad
during the surge and Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Su libro más
reciente es Empire of Chaos.

(Artículo revisado por Silvia Arana)
Fuente: http://www.counterpunch.org/2016/10/13/hillary-clintons-axis-of-evil/
In
REBELION
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=218066
18/10/2016

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