quinta-feira, 29 de dezembro de 2022

Pronóstico 2023: la caída inminente

  

 


MICHAEL ROBERTS, ECONOMISTA BRITÁNICO

*/El consenso entre los “pronosticadores” puede resultar correcto y la
economía mundial tendrá una fuerte caída del PIB real y muchas economías
importantes entrarán en recesión. Esto puede ocurrir con terribles
consecuencias para el nivel de vida de muchísima gente. /*

Al final de cada año, intento hacer un pronóstico de lo que sucederá en
la economía mundial el próximo año. Por supuesto, los pronósticos están
envueltos en errores, dadas las muchas variables involucradas que
impulsan las economías. Aún los pronósticos meteorológicos son difíciles
de hacer y eso que los meteorólogos se ocupan de eventos físicos y no
(al menos directamente) de acciones humanas.

Sin embargo, las previsiones meteorológicas con hasta tres días de
antelación ahora son bastante precisas. Y los pronósticos del cambio
climático a más largo plazo se han visto confirmadas en las últimas
décadas. Entonces, si consideramos que la economía es una ciencia
(aunque una ciencia social), hacer predicciones es parte de probar
teorías y evidencias también en economía.

*¿Cómo resultaron las predicciones que hice el año pasado para 2022?   *

En 2022, se esperaba que la economía mundial creciera alrededor del
3,5-4,0% en términos reales, una desaceleración significativa en
comparación con 2021 (un 25% menos en esa tasa).

En realidad, 2022 parece ser peor que el pronóstico de consenso, con
solo un crecimiento de un 3.2%. Se esperaba que las economías
capitalistas avanzadas crecieran cerca del 4%; ahora parece que estas
economías sólo lograrán el 2,4%. Se esperaba que las llamadas economías
emergentes lograran un aumento promedio del 4%, fue un acercamiento
demasiado optimista, el resultado probable es de 3.7%. Entonces, a las
principales economías les fue mucho peor que en 2021, y peor que las
previsiones de consenso. De hecho, la caída del crecimiento en 2022 en
comparación con 2021 fue una de las más profundas registradas.

Mi propio pronóstico de crecimiento del PIB real para 2022 también fue
demasiado alto. Pero, al menos reconocí y explique por qué habría un
retroceso significativo. El año pasado, argumenté que después del Covid
“la  fiebre” del consumo acumulado hizo que el gasto fiscal de los
gobiernos y las enormes inyecciones de dinero crediticio por parte de
los bancos centrales, se diera dado por terminado”. 

Como sabemos, a mediados de 2022, los bancos centrales al iniciar el
aumento de las tasas de interés agrandaron drásticamente el costo de los
préstamos para consumidores y empresas. Pasaron bruscamente de la
flexibilización monetaria (QE) al endurecimiento crediticio (QT) . La
transición fue rápida y pronunciada debido al rápido aumento de la
inflación de bienes, servicios y materias primas a nivel mundial.

He discutido las razones del pico inflacionario y la reacción de los
bancos centrales en muchas publicaciones. Las economías débiles de baja
productividad, los bloqueos de la cadena de suministro global por el
COVID y la crisis energética, potenciada por el conflicto entre Rusia y
Ucrania, fueron los impulsores de la inflación, NO la ‘demanda
excesiva’, como argumentaron los keynesianos; o demasiado ‘dinero
barato’, como argumentaban los monetaristas. Como resultado, los bancos
centrales han sido impotentes para detener la inflación, excepto
destruyendo ingresos, elevando los costos de la deuda e intensificando
así la probabilidad de una caída total en las principales economías en 2023.

De hecho, el año pasado se esperaba que llegara una crisis de deuda
global: “Tal era el tamaño de la deuda corporativa y la gran cantidad de
las llamadas ‘compañías zombis’ que ni siquiera estaban obteniendo
suficientes ganancias para cubrir el servicio de sus deudas ( a pesar de
las tasas de interés muy bajas), que podría producirse un colapso
financiero”. 

Eso no ha sucedido todavía en las economías capitalistas avanzadas, en
parte debido a la inflación que ha reducido la carga ‘real’ de los
costos de endeudamiento. La relación deuda/PIB global alcanzará el 352 %
para fines de 2022, según el último Monitor de Deuda Global del
Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) con sede en Washington. Eso
incluye la deuda del sector financiero, generalmente adeudada dentro del
sector. Exceptuando este dato, la deuda global supera el 250% del PIB
mundial según el BIS.

Pero como pronostique, las llamadas economías emergentes se enfrentan a
una gran crisis crediticia, con impagos de deuda que ya están ocurriendo
en Sri Lanka, Zambia, Ghana y al borde de insolvencia en países como
Egipto y Pakistán. Un dólar muy fuerte en 2022 ha hecho que el servicio
de la deuda en dólares para muchos de los países pobres sea
prácticamente imposible de pagar.

Según el BIS, hay unos 65 billones de dólares de deuda en dólares de
entidades no bancarias en economías emergentes. Alrededor de la mitad de
las economías de bajos ingresos (LIEs) ahora están en peligro de
incumplimiento de pago de la deuda. La deuda de los ‘mercados
emergentes’ con respecto al PIB ha aumentado del 40 % al 60 % en esta
crisis. Hay poco espacio para aumentar el gasto público y aliviar el golpe.

Este año se espera que los países más pobres del mundo paguen un 35% más
en intereses de la deuda para cubrir el costo adicional por la pandemia
y el dramático aumento en el precio de las importaciones de alimentos,
según un informe del Banco Mundial.

América Latina enfrenta una ‘crisis prolongada’ tras la pandemia. Un
informe de la ONU sobre América Latina y el Caribe advierte que casi el
45 por ciento de los jóvenes vive por debajo del nivel de pobreza. El
informe de la CEPAL encontró que 56,5 millones de personas en la región
se vieron afectadas por el hambre. Se estima que el 45,4 por ciento de
las personas de 18 años o menos en América Latina vivían en la pobreza.

Comparemos esto con las enormes ganancias obtenidas por los productores
de energía en 2022. Las ganancias en las siete empresas petroleras más
grandes se dispararon a casi $ 175 mil millones.

Dije en mi pronóstico que “este el 2022 podría ser el de un colapso
financiero o al menos el de una corrección severa en el mercado de
valores y el precio de los bonos, a medida que aumentan las tasas de
interés, lo que eventualmente llevará a un sector de empresas zombis a
la bancarrota”.   Bueno, todavía no se ha producido el colapso ni las
quiebras, pero hemos tenido una severa corrección en los mercados
financieros. Los mercados de acciones y bonos de las principales
economías se han desplomado en línea con la fuerte reducción del
crecimiento y el aumento de las tasas de interés.

Hubo dos bajas notables por el endurecimiento del crédito y la liquidez:
la muerte de las criptomonedas; y la fuerte caída de los precios de las
acciones de “semidioses” de la especulación «tecnológica» como Tesla y
Meta. 2022 ha sido el año de la criptocatástrofe. Más de $ 2 billones en
valor teórico se han desvanecido en el aire a medida que la
capitalización total del mercado de tokens criptográficos se ha
desplomado un 70 por ciento desde su punto máximo en noviembre de 2021.

La locura de las criptomonedas tipo Ponzi fue puesta al descubierto. Su
desastre comenzó con el escándalo de Tether y terminó con el arresto con
cargos criminales de Sam Bankman-Fried el jefe supremo del imperio FTX.
La especulación es inherente al capitalismo, pero aumenta, como otras
actividades financieras, en épocas de malestar económico y crisis, es
decir, cuando cae la rentabilidad en los sectores productivos y el
capital emigra a sectores improductivos y financieros donde la tasa de
ganancia es mayor. Esta es la razón del surgimiento y auge del
criptomercado.  Lo que ahora muestra la caída de este mercado es lo que
sucede cuando los inversores comienzan a esperar una caída en las
ganancias debido a una desaceleración inminente e incluso a una recesión
en la economía ‘real’.

Y luego está Tesla y su cabecilla, Elon Musk. El aumento del precio de
las acciones de este aparentemente líder mundial en autos eléctricos
convirtió a Musk en el multimillonario más rico del mundo. Pero su tensa
compra de Twitter y la importante caída en la producción y las ventas de
Tesla han destruido casi la mitad de su riqueza en papel. Tesla valía
1,2 billones de dólares en capitalización de mercado a principios de
2002, ahora el valor de Tesla ha caído a 400.000 millones de dólares,
una caída equivalente a la capitalización de mercado de más de 80 de las
empresas más pequeñas del índice S&P 500.

En mi pronóstico para 2022, calculé que “es probable que las altas tasas
de inflación actuales sean ‘transitorias’ porque durante 2022 el
crecimiento de la producción, la inversión y la productividad
probablemente comenzará a retroceder a tasas de ‘larga depresión’. Eso
puede significar que la inflación también disminuirá, aunque seguirá
siendo más alta que antes de la pandemia”.  Eso fue escrito antes de que
realmente comenzara la crisis energética y comenzara el conflicto en
Ucrania. Por lo tanto, las tasas de inflación no disminuyeron en 2022 y,
por el contrario, continuaron aumentando hasta alcanzar niveles máximos
en noviembre. Y esto no parecía tan ‘transitorio’.

Pero, las tasas generales de inflación ahora están comenzando a caer, a
medida que disminuye el precio de la energía y los alimentos (aunque se
mantienen en máximos históricos). Habiendo alcanzado más del 7 % como
promedio en 2022, la inflación mundial podría reducirse a menos del 5 %
en 2023, si bien aún es mucho más alta que el promedio del 3 % en la
década de 2010. En ese sentido, la alta inflación resultará
‘transitoria’ en 2023 (pero aún más alta que antes de la pandemia),
aunque solo sea porque la economía mundial se dirige a una nueva
recesión sólo tres años después de la recesión pandémica, que fue la más
profunda y amplia en la historia del capitalismo (¡unos 200 años!).

*Nunca se había esperado tanto una recesión inminente*.

Tal vez esto signifique que no sucederá, ¡dado el historial de los
principales pronosticadores económicos! Pero esta vez el consenso parece
estar en lo correcto. Claro, hay algunos pronosticadores en los EE. UU.
que continúan afirmando que esta economía con un mercado laboral
ajustado, la desaceleración de la inflación y el dólar fuerte evitarán
una caída. Pero eso no es lo que piensan todas las agencias de
pronóstico internacionales.

Tomemos el FMI primero.  El Fondo calcula que el crecimiento del PIB
real mundial será solo del 2,7% en 2023. Oficialmente, eso no es una
recesión, «pero se sentirá como tal». El crecimiento de EE. UU. se
desacelerará al 1%; el Reino Unido al 0,5% junto con la Eurozona,
mientras que Alemania entrará en recesión al -0,3%. «Los riesgos para
las perspectivas siguen siendo inusualmente a la baja». Y la previsión
del FMI es la más optimista.

La OCDE estima que el crecimiento global se desacelerará a 2,2% el
próximo año.  “La economía mundial se enfrenta a importantes desafíos.
El crecimiento ha perdido impulso, la alta inflación se ha extendido a
todos los países y a todos los productos y está demostrando ser
persistente. Los análisis están inclinados a la baja”. Luego, la UNCTAD,
en su último informe sobre Comercio y Desarrollo, también proyecta que
el crecimiento económico mundial caerá al 2,2 % en 2023. “La
desaceleración mundial dejaría el PIB real aún por debajo de su
tendencia previa a la pandemia, lo que le costaría al mundo más de $17
billones, cerca del 20 % de los ingresos mundiales”.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) se une a las demás agencias
internacionales para pronosticar una recesión global.  “Se prevé que el
comercio mundial de bienes se desacelere bruscamente el próximo año bajo
el peso de los altos precios de la energía, el aumento de las tasas de
interés y las obstáculos relacionadas con la guerra, lo que aumenta el
riesgo de una recesión mundial”. El pronóstico de la OMC  para en 2023
es del 2,3% y advierte una desaceleración aún mayor si los bancos
centrales aumentan las tasas de interés demasiado en sus esfuerzos por
controlar la alta inflación.

En el sector privado el Instituto Peterson pronostica una recesión para
la Eurozona, los EE. UU., el Reino Unido y Brasil el próximo año, con un
crecimiento económico mundial cayendo a un mínimo del 1,8%. Y el
Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), un organismo de
investigación financiado por las principales instituciones financieras
internacionales, pronostica una caída aún más profunda para el próximo
año.  “Pronosticamos una recesión global en 2023. Ajustado por los
efectos base, probablemente alrededor de +0,3 % ( verde). El próximo año
el crecimiento global será solo de +1,3 %. Eso es tan débil cómo 2009,
cuando el crecimiento general fue menor (+0,6 %), pero el remanente fue
de -0,7 % (amarillo). Otra “Gran Recesión”.

Por lo tanto, parece que la mayoría de los principales pronosticadores
están de acuerdo: se avecina una caída en 2023. Sin embargo, algunos
economistas convencionales descartan este pronóstico con el argumento
que la economía mundial seguirá creciendo en 2023. “Mientras que la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el Fondo
Monetario Internacional  esperan que el crecimiento global se  desplome
entre un 2.2 y un 2.7% en 2023 , desde el 6,1% en 2021, esto deja a la
economía mundial con pocas probabilidades de contraerse durante
trimestres consecutivos”. ( Jeffrey Frankel ).

Sin embargo, no debemos olvidar que si el PIB real mundial crece
alrededor del 2 % el próximo año (para una economía mundial que incluye
a Estados Unidos) la tasa de crecimiento será tan baja como en la Gran
Recesión de 2008-9.

*¿Puede Estados Unidos escapar de una recesión? *

En diciembre, la actividad empresarial. se estaba contrayendo al ritmo
más rápido desde la pandemia en 2020. El PMI compuesto que analiza la
actividad empresarial, cayó a 44,6 en diciembre desde 46,4 en noviembre;
cualquier valor por debajo de 50 significa contracción y cuanto más bajo
sea, más rápida es la caída. Esta es una señal clara de que la economía
estadounidense se dirige a una caída. Los economistas de JP Morgan
informan que la producción manufacturera cayó en noviembre «a un nivel
rara vez visto fuera de las recesiones». Esto apunta a un aterrizaje
forzoso de la producción fabril mundial en 2023.

El BCE ahora reconoce que la economía de la eurozona ya está en
recesión, con una contracción de la producción para el último trimestre
de 2022 y para el primer trimestre de 2023. Pero, espera que la recesión
sea «relativamente breve y superficial».  Incluso si este fuera el caso,
yo lo dudo. Se anticipa que el crecimiento del PIB real de la zona euro
sea de solo el 0,5% el próximo año y el crecimiento anual se mantendrá
por debajo del 2% anual en el futuro previsible.

Si las principales economías entran en una recesión total en 2023 o
simplemente la evitan, es sólo un tema a discutir para los economistas.
De cualquier manera, tiene consecuencias nefastas para los medios de
subsistencia de millones en el Norte Global y los miles de millones en
el Sur Global.

The Financial Times del Reino Unido lo resumió así:

“/A medida que nos acercamos al final del año, es difícil argumentar que
2022 ha sido bueno para los trabajadores. La escasez de mano de obra ha
persistido y el crecimiento de los salarios ha repuntado con bastante
fuerza en algunos países como Estados Unidos y el Reino Unido. Pero los
salarios NO se han mantenido al ritmo del aumento de los precios. Como
resultado, los salarios globales cayeron en términos reales este año
según la Organización Internacional del Trabajo (por primera vez desde
que comenzaron los registros). La participación laboral en el ingreso
global también ha disminuido, según los cálculos de la OIT, ya que el
crecimiento de la productividad superó el crecimiento de los salarios
por el mayor margen desde 1999. En el Reino Unido, una década de
crecimiento salarial estancado antes de la pandemia ahora será seguida
por una caída más pronunciada en los niveles de vida de los hogares en
seis décadas, según las previsiones oficiales”./

En los EE. UU., la disminución promedio de los salarios reales fue de
poco más del 2 por ciento interanual en el tercer trimestre de 2022. En
Europa, Alemania y España experimentaron caídas aún más pronunciadas en
el poder adquisitivo, con una caída de los ingresos reales de poco más
del 4 y 5 por ciento, a nivel nacional. Los salarios reales en la
eurozona han caído un 8 % desde el final de la pandemia en 2020. En
Alemania, los ingresos reales se han desplomado un 5,7 % en el último
año, la mayor pérdida de salarios reales desde que comenzaron las
estadísticas.

La pregunta que debemos hacer es por qué las principales economías están
cayendo nuevamente en una nueva depresión después de tan poco tiempo
desde la caída de COVID. En artículos anteriores he destacado dos
factores (dos hojas de ‘tijera’ que están a punto de cerrarse y recortar
producción e inversión). Los dos factores son la desaceleración e
incluso la caída de las ganancias y el aumento del costo del servicio de
la deuda en niveles récord.

*Los salarios no son los responsables de la inflación*

Como he mostrado antes en publicaciones anteriores con cierto detalle ,
que, contrariamente a las afirmaciones de los principales políticos,
gobernadores de bancos centrales y economistas, no existe una espiral de
‘salarios-precios’. Los salarios no están elevando los precios. De
hecho, son las ganancias las que han aumentado considerablemente desde
la pandemia. Pero a medida que nos acercamos a fines de 2022, el bajo
crecimiento de la productividad, los precios aún crecientes – de
materias primas y componentes- y el aumento de los costos laborales
unitarios están afectando los márgenes de ganancias. La caída de los
márgenes de ganancia conducirá eventualmente a una menor rentabilidad e
incluso a una disminución de la masa de ganancias. Y la caída de las
ganancias es la fórmula para una eventual caída de la inversión y la
producción.

El crecimiento de la productividad sigue cayendo en EE.UU. El tercer
trimestre de 2022 experimentó una caída interanual del -1,4 %, lo que
supuso tres trimestres consecutivos de descenso interanual, el primero
de este tipo desde la profunda caída de 1982. Entonces, aunque los
salarios están aumentando poco más del 3 % en comparación con la
inflación de más del 8 %, la caída de la productividad está comenzando a
reducir las ganancias de las empresas, ya que los costos laborales por
unidad de producción aumentaron más del 6% interanual.

En los Estados Unidos las ganancias corporativas cayeron en el tercer
trimestre de 2022, según los últimos datos publicados. Los beneficios
totales cayeron un 1,1% respecto al trimestre anterior. De hecho, los
beneficios de las empresas no financieras cayeron casi un 7% en el
trimestre. Los beneficios de las empresas no financieras se han
desacelerado hasta el 6,4% interanual.

La contracción de las ganancias ha comenzado ya que los salarios, los
precios de importación y el costo de los intereses ahora está aumentando
más rápido que los precios de venta. Los márgenes de ganancia (por
unidad de producción) han tocado techo (a un nivel alto) y los costos
unitarios no laborales y los costos salariales por unidad están
aumentando a medida que la productividad se estanca. La bonanza de
ganancias pospandemia ha terminado.

Esta es una de las hojas de “la tijera de la depresión”. La otra
cuchilla es el aumento del costo de los préstamos. Muchas corporaciones
están cargadas de deudas y se encaminan hacia problemas a medida que
aumentan los costos de endeudamiento y los bancos reducen la liquidez.
En efecto, un gran número de las ‘empresas zombis’ no obtienen
suficientes beneficios para cubrir ni siquiera sus compromisos de
servicio de la deuda; y los “ángeles caídos”  aquellas empresas que se
han endeudado demasiado para invertir en activos de riesgo ahora se
enfrentan a un “reventón”. Tal vez las quiebras que se pospusieron en
2022 surgirán este 2023.

Si bien los bancos centrales y los gobiernos son reacios a admitir que
se avecina una recesión, los inversores financieros no son tan
optimistas. Otra señal fuerte y confiable de una recesión inminente ha
sido la llamada curva de ‘rendimiento de bonos invertidos’. Una curva de
rendimiento de “bonos invertidos” es cuando su rendimiento a largo plazo
(10 años) es más bajo que las tasas de interés a corto plazo (3 meses o
1 año). Actualmente, la curva de rendimiento de los bonos
estadounidenses está muy, muy invertida, lo que realmente predice una
recesión. Las otras cuatro veces que esta curva se rompió por debajo de
la línea cero, en poco tiempo se produjo una recesión.

Entonces, parece que el consenso entre los “pronosticadores” puede
resultar correcto y la economía mundial tendrá una fuerte caída del PIB
real y muchas economías importantes entrarán en recesión. Esto puede
ocurrir con terribles consecuencias para el nivel de vida de muchísima
gente. Después de ‘la crisis del costo de la vida’ vendrá la crisis de
la vida.

Em
OBSERVATORIO DE LA CRISIS
https://observatoriocrisis.com/2022/12/29/pronostico-2023-la-caida-inminente/
29/12/2022

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