segunda-feira, 17 de março de 2014

Cooperativas mineras bolivianas: entre socios, patrones y peones **



Kirsten Francescone y Vladimir Díaz ….


Desde que se inició el neoliberalismo en 1985 hasta el presente las características centrales de éste son: a)
el predominio del capital privado, actualmente extranjero, en la producción y exportaciones mineras (1) y b)
la fuerte presencia de cooperativas mineras que son el sector donde los gobiernos neoliberales descargaron
el gran costo social que significó la relocalización de los trabajadores mineros estatales (2) Mientras la
minería privada pasaba a ser el actor principal del sector minero (a la cabeza de COMSUR de Sánchez de
Lozada), las cooperativas fueron las que absorbieron una parte importante de la masa de trabajadores
echados a la calle, mitigando de alguna manera la presión por empleo sobre otros sectores y en particular
sobre la minería privada. En este sentido, las cooperativas mineras son la otra mitad del modelo neoliberal
en minería.


Desde sus inicios y en particular después de 1985, el grueso de las cooperativas mineras de Oruro y Potosí
operó en yacimientos de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), la mayoría sino todos provenientes
de la nacionalización de las minas del 52, bajo la figura de contratos de arrendamiento (3). Mientras los
mejores yacimientos de COMIBOL irán a ser entregados en la década de los noventa a capitales privados,
nacionales y extranjeros (Bolívar, Huanuni, Colquiri, Cerro Rico), diversos centros mineros del Estado como
Llallagua, Chorolque, Cholquechaca, Tasna, etc., que en las circunstancias eran considerados poco
rentables, fueron entregados a cooperativas mediante contratos arrendamiento. A la par de esto, una de las
características de la política de los gobiernos neoliberales fue beneficiar a las cooperativas mineras con la
entrega de bienes, maquinaria y equipos pertenecientes a COMIBOL (Tabla 1). Este fue uno de los aspectos
de la propia aniquilación de la minería estatal. De hecho, la enajenación de los bienes de COMIBOL
dispuesto por Ley 1786 fue decretada dos días después de la aprobación del Código de minería de
Gonzales Sánchez de Lozada (Ley 1777 de 17 de marzo de 1997).


De hecho, en medio de los conflictos de 2003, los cooperativistas, presión de por medio, demandaron apoyo
financiero y técnico del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, habiendo obtenido varios decretos a su
favor a pocos días de la caída del Gobierno. De hecho Goñi proclamaba esto, en octubre del 2003, como un
logro del diálogo en contraposición a los bloqueos de los campesinos del altiplano.


Este mismo sector ha sido unos de los más importantes aliados políticos del Gobierno del MAS. El primer
Ministro de Minería de este Gobierno, Walter Villarroel, fue presidente de la Federación Nacional de
Cooperativas Mineras (FENCOMIN) entre los años de 2004-2005. El MAS tiene actualmente una bancada
de diputados y senadores cooperativistas. Los senadores del MAS Efraín Condori, Pascual Huarachi y
Andrés Villca fueron presidentes de la FENCOMIN entre los años 1998-2000, 2005-2006 y 2006-2010
respectivamente (4). El actual Vice Ministro de Cooperativas mineras, Isaac Meneses, fue presidente de
FEDECOMIN Oruro (5). La masiva participación de las cooperativas en la marcha a favor del Gobierno
durante el conflicto TIPNIS en octubre del año pasado fue premiada con dos leyes a favor del sector. Y de
hecho el sector cooperativo ha arrancado otros beneficios del gobierno en el reciente conflicto de Colquiri.


Este poder político es al final consecuencia del peso económico que las cooperativas mineras han adquirido
en los últimos años.

El peso económico de las cooperativas mineras


Aunque el grueso de la producción y exportaciones mineras están en manos de empresas extranjeras,(6)
las cooperativas mineras controlan alrededor del 30% de las exportaciones mineras nacionales. El año



2011, las exportaciones de este sector alcanzaron la cifra histórica de 1.059 millones de dólares, misma que
representa un salto enorme respecto a los 65 millones exportados en 1980 (7).




A diferencia de las empresas privadas, nacionales y extranjeras, que producen sólo los principales
minerales del país (zinc, plata, plomo, oro, plomo, estaño y cobre), además del reducido papel de la
COMIBOL (estaño y cobre), las cooperativas mineras explotan todos los minerales que se producen en el
país desde aquellos más importantes hasta diversos minerales no metálicos (wólfram, ulexita, ácido bórico,
bórax, tantalita, caliza, etc.) siendo la única excepción el hierro.




De todos modos, los minerales más importantes que exporta el sector son los mismos que tienen mayor
importancia nacional (y que son exportados por las empresas extranjeras), esto es, plata y zinc. Sumados
ambos, éstos representaron el 59% del total del valor exportado por las cooperativas mineras del país el
año 2011 (Ilustración 1). En términos absolutos, las exportaciones de plata (en concentrado y metálico)
alcanzaron los 392 millones de dólares en tanto que las de zinc llegaron a los 229 millones de dólares.


En los minerales en que su producción sectorial tiene mayor peso relativo se encuentran el oro y el estaño.
Sin embargo, el valor de exportación de ambos minerales alcanza al 10% de todas las exportaciones del
sector. Aun así, en la actualidad la gran mayoría de las cooperativas mineras son auríferas y están
concentra- das en el norte de La Paz, Santa Cruz y Beni. Para el 2011, la producción de oro de las
cooperativas (sin contar obviamente la producción ilegal) representó el 72% de la producción nacional de
este metal precioso con un valor de 236 millones de dólares (Ilustración 2).


Aunque la reciente literatura sobre cooperativas mineras en Bolivia trata poco sobre el sector aurífero, dehecho es un sector histórico dentro de las cooperativas. Éste se desarrolló después de la nacionalización de
las minas en la zona que comprendía las concesiones auríferas de los Aramayo (8) En los años posteriores
a 1985 éste fue el sector de mayor dinamismo dentro las cooperativas mineras (9).




Para el caso de estaño, la producción de las cooperativas representó en 2011 el 41% de la producción
nacional con un valor de 218 millones de dólares (Ilustración 3). En los casos del manganeso, ulexita, ácido
bórico, bórax, tantalita y una lista de más de una decena de otros minerales, las cooperativas mineras son
responsables del 100% de la producción nacional.

Los beneficios en concesiones mineras


Hasta hace algunos años, las cooperativas mineras operaban esencialmente en los yacimientos arrendados
de COMIBOL (10). Al 2009 estaban en vigencia un total de 89 contratos de arrendamiento con COMIBOL,
todos ellos en los departamentos de Potosí, Oruro y La Paz (11). Sin embargo, en los últimos años este
sector ha sido beneficiado con la otorgación de un gran número de contratos mineros (la nueva modalidad
jurídica, equivalente a la concesión minera, que está en vigencia desde 2008 (12)) lo que ha cambiado
significativamente la distribución territorial de las cooperativas mineras (13).


Bajo esta nueva modalidad jurídica, las cooperativas mineras obtuvieron más de la mitad de la totalidad de
contratos mineros otorgados desde 2008 y que se hallaban vigentes a 2012 (abril) y casi la mitad de la
superficie en hectáreas que éstos abarcan (Tabla 2).(14) En efecto, se les fue otorgado en total 514
contratos mineros, de un total de 879, que abarcan una superficie de 139 mil hectáreas. En contrapartida,
las empresas privadas, las empresas comunitarias (que ya de facto existen bajo esta denominación en el
sector) y personas individuales se repartieron el resto.

La mayor parte de los contratos mineros otorgados entre estos años estuvo concentrada en los
departamentos de La Paz y Santa Cruz. Más específicamente, la gran mayoría de los derechos otorgados a
cooperativas mineras se encuentra en las zonas auríferas del norte de La Paz y Santa Cruz (Ilustración 4).
Según el Viceministerio de Cooperativas Mineras, del total de 1.417 cooperativas mineras existentes en el


país al 31 de julio del presente año, nada menos que 947 se encontraban en el departamento de La Paz, a
lo que se pueden sumar las 30 de los departamentos de Santa Cruz y Beni (15) esto es, el 69% de todas las
cooperativas a nivel nacional.


En base a esto, en muy pocos años las cooperativas mineras saltaron de poseer 73 mil hectáreas el año
2008, que representaba apenas el 3% del total de las concesiones mineras del país, a 216 mil hectáreas al
presente año. De esta forma, en la actualidad las cooperativas mine- ras controlan un no despreciable 11%
de la superficie concesionada del país, esto sin contar el centenar de contratos de arrendamiento por los
cuales operan en las concesiones de COMIBOL que sigue siendo el mayor concesionario del país, aunque
sólo opera en Huanuni y Corocoro (Tabla 3).

Los beneficios tributarios


Si bien en general el régimen tributario minero en actual vigencia apenas permite captar para el Estado
boliviano una pequeña parte del valor exportado (16), esto es aún más cierto para el caso de las
cooperativas mineras. Del conjunto de impuestos que gravan directamente la renta minera, éstas sólo
pagan la regalía minera. Por su “carácter social”, éstas no están alcanzadas por el Impuesto a las Utilidades
de las empresas (IUE) ni por la Alícuota adicional a este impuesto, mismos que son pagados tanto por el
sector estatal como por el sector privado.


Aunque buena parte del debate público reciente se ha centrado en debatir quién paga más impuestos de los
sectores, lo que es un polémica poco útil ya que obviamente los sectores que producen más pagan más
impuestos (en este sentido quien paga más impuestos es el sector privado), más importante resulta ser
cuánto se paga respecto al valor ex- portado. La pasada gestión, de los 1.059 millones de dólares
exportados por las cooperativas mineras, fueron pagados apenas 44 millones por regalías, lo que
representa tan sólo el 4% del valor exportado. Si a esto sumamos el canon de arrendamiento que pagan por
los yacimientos de COMIBOL, y que asciende al 1% del valor de producción, tenemos que no más de 5%
del valor generado se queda en las arcas del Estado. El restante, aparte de los costos de producción, se
queda en manos de las comercializadoras que exportan la producción de muchas cooperativas, de las
refinerías que procesan esta producción y que se encuentran en el extranjero y de un grupo de
cooperativistas que funcionan como una élite en el sector (17).


Patrones, peones y las condiciones de trabajo


Como en toda su historia, el destino de las cooperativas mineras está directa- mente vinculado a los precios
internacionales de los minerales. En efecto, el crecimiento en los últimos años del número de trabajadores
de las cooperativas mine- ras estuvo directamente atado a la bonanza internacional de precios.
Actualmente, según el Viceministerio de Cooperativas Mineras existen más de 112 mil trabajadores en este
sector (Ilustración 4),(18) lo que significa que en los últimos años casi el 90% de los trabajadores del sector
minero trabaja en cooperativas. Hacia 1973, apenas alcanzaban alrededor de 20,000 trabajadores
cooperativistas involucrados en el sector.(19) En consonancia con esto, el número de cooperativas ha
crecido de 447 cooperativas en 2008 (20) hasta más de 1,400 a la fecha. (21) Además de esto, se debe
considerar que según la Organización Internacional de Trabajo (OIT), en 2011, las cooperativas mineras
generaban 300 mil empleos indirectos.(22)


Pese a la uniformidad aparente que parecen mostrar los datos anteriores, lo real es que no existe el sector
cooperativista en términos generales sino una gran gama de cooperativas que abarcan desde las más
pequeñas con menos 30 socios hasta otras muy grandes con miles de trabajadores. (23) En la base de la
pirámide que se ha creado, se encuentra la gran mayo- ría de las cooperativas que son pequeñas y cuentan
con un pequeño número de socios, en tanto en la cúspide se halla un mucho más reducido número de
cooperativas grandes.


La investigación realizada por J. Michard (CEDIB) el 2008 ha develado la existencia de una estratificación
económica y social al interior de las cooperativas grandes y medianas. (24) De hecho, en la práctica esto
fue lo que fue puesto a la luz en el conflicto de Colquiri. Al interior de éstas existen un grupo socios que se
destacan de entre el conjunto de socios, que ocupan los órganos de dirección de las cooperativas y que
contratan a una masa de trabajadores asalariados que no tienen el status de socios y que son, sin embargo,
la mayoría. Éstos constituyen una fuerza de trabajo no especializada y que periódicamente, según las
demandas de las cooperativas, son absorbidos o expulsados de ellas. En Potosí y Oruro, el 23% de los
trabajadores de las cooperativas no son socios sino personal contratado, mientras que en el caso particular
del Cerro Rico la situación es más marcada ya que el 80% de la fuerza laboral es contratada, es decir, nada
menos que alrededor de 18 mil trabajadores. (25) En este sentido, las cooperativas mineras grandes son
más propiamente empresas. El ropaje jurídico de “cooperativas”, donde existen socios en calidad de
iguales, poco se ajusta a una realidad donde hay patrones y trabajadores asalariados.


Esta situación de estratificación se manifiesta a su vez en los ingresos que genera la producción. Como se
ha develado también el conflicto de Colquiri, por un lado existen socios que reciben 140 mil bolivianos en
mes y medio y, por otro, trabajadores y “makunkus” que tienen ingresos sumamente inferiores.(26) En el
caso de las cooperativas del sur de Potosí, los ingresos de los socios podían alcanzar hasta 60 mil
bolivianos siendo el promedio en cambio de 5 mil,(27) en tanto que en Cerro Rico los peones tienen
ingresos promedio de sólo 1.500 bolivianos. (28) Aunque dichos ingresos no son ingresos-mes regulares,
estos permiten tener una idea de la brecha existente en los ingresos de unos y otros.(29) Además, en caso
de los socios que se hallan al medio, como la explotación cooperativa tiene un alto carácter aleatorio, hay
quienes directamente pueden no ganar nada en varios meses en tanto otros ganan muy rápidamente
aumentando las diferencias al interior de la cooperativa.(30)


En este sentido una cuestión central es qué tipo de empleo representan las cooperativas. Aunque son pocos
los estudios que existen sobre el tema (principalmente del año 2008) éstas coinciden en mostrar la
precariedad de las condiciones en las que se desenvuelven las cooperativas mineras.


En primer término, en el caso de Potosí y Oruro, las cooperativas trabajan en los viejos yacimientos de
COMIBOL. Aunque la explotación minera que realizan cuenta cada vez con más maquinaria (perforadoras),
todavía existen casos donde la producción es completamente manual. De todas formas, las condiciones de
trabajo al interior de la mina requieren un gran esfuerzo físico que implica desde la dura labor de
perforación, en muchos casos realizada con punta y martillo, hasta la carga de la mena en las espaldas,
cuando no se dispone de carros metaleros. (31) La concentración es en gran parte manual siendo que
además la gran mayoría de las cooperativas (80%) no cuenta con ingenios para el procesamiento de
minerales.(32) A esto hay que añadir el peligro para la salud que representa el uso de químicos como el
xantato, ácido sulfúrico y kerosén para la concentración.(33)

De igual manera, la producción aurífera presenta muchos riesgos además de las propias condiciones de las
zonas productoras propensas a inundaciones y derrumbes, características que están agravadas por la
explotación minera.(34) Existen referencias a varios casos de derrumbes producidos en décadas pasadas,
por ejemplo en Tipuani (zona de alta riqueza aurífera), que enterraron comunidades y turnos de
trabajadores enteros, y que fueron causados por explotación cooperativista.35 En el caso del procesa-
miento las cooperativas auríferas, por falta de tecnología y conocimiento, en éstas mayormente se lava el
oro con altas cantidades de mercurio que provoca no so- lamente en daños ambientales, sino que tiene
graves repercusiones para la salud de los trabajadores y los comunarios que se encuentran alrededor de las
operaciones mineras. De hecho, cada año 15 toneladas de mercurio son botadas por las cooperativas
auríferas en el país al medio ambiente, lo que según un estudio es un record mundial.(36)
Aunque la mayoría de las cooperativas mineras en Oruro y Potosí trabajan jornadas de 8 horas, existen
varios casos en los que se superan esto, hasta incluso llegar a las 16 horas diarias.(37) La jornada de
trabajo se realiza en condiciones precarias y en muchos no existen ventilación siendo que además el equipo
de protección se reduce al mínimo indispensable, es decir, al guardatojo y las botas de goma.(38) Además
el trabajo se realiza en condiciones de frío y calor extremos. La falta de acceso a equipos y maquinarias y la
falta de protección personal empeoran los riesgos de accidentes, enfermedades y muerte. De esta forma,
las condiciones de trabajo, en algunos casos, muestran una especie de regreso a los tiempos coloniales.


La flexibilización laboral y la necesidad del trabajador de adecuarse a las circunstancias para encontrar
trabajo han permitido que la explotación laboral al interior de algunas cooperativas haya llegado a niveles
extremos. Aunque mayormente el trabajo al interior de la mina requiere un esfuerzo físico que limita la
actividad a varones mayores de edad, la participación de niños y adolescentes en actividades mineras en
las cooperativas es sumamente alta, situación que ha sido por la OIT.(39)


De hecho, según un estudio realizado, se estima que más de 700 niños y adolescentes, que representan
más que 5% de la fuerza laboral en el Cerro Rico, trabajan haciendo tareas desde recolección de
desmontes y concentración de minerales hasta preparación de la dinamita.(40)


De hecho, la política neoliberal, en este aspecto, se caracteriza por la flexibilización de los derechos
laborales y seguridad social. El Ministerio de Trabajo tiene menos de una quincena de funcionarios en el
departamento de Potosí (41) para la protección de los derechos de los miles de trabajadores asalariados
que trabajan en cooperativas en ese departamento. (42) En esas condiciones es muy difícil creer que haya
control. En lo que respecta a la seguridad social, apenas un 16% del personal de las cooperativas realizan
aportes para el seguro social a largo plazo en Oruro y Potosí. (43)

La vigencia del modelo neoliberal en minería implica la mantención de estas condiciones de trabajo
precarias en las cooperativas mineras. No sólo esto, éste también encubre el hecho de que la minería en las
actuales condiciones se traga la vida de muchos trabajadores mineros en el país. Hasta donde conocemos
no existen estadísticas del Estado sobre enfermedades profesionales, accidentes de trabajo y muertes en
minería. Sin embargo, los accidentes y las muertes son un tema muy bien conocido en los centros mineros.
Se ha naturalizado la muerte en los socavones por un modelo que en nada beneficia al país.

Las cifras de muertes y accidentes en minería son una cifra negra. Entre 2008 y 2012 son varios artículos
de prensa que cuentan accidentes y muertes en el sector minero. (44) En ellos se puede contabilizar
decenas de fallecidos. La UNESCO habría contabilizado 120 muertos en el Cerro Rico el año 2010. (45) Si
se considera que según el Inspector de Trabajo de Potosí sólo 6 de cada 10 accidentes en las minas son
reportados, (46) es razonable suponer que cualquier cifra que se quiera dar al respecto es presumiblemente
menor a la real.


No se puede negar las condiciones de extrema pobreza y marginalización en que se encuentran, así como
la falta de opciones de trabajo. En Oruro y Potosí, el 40% de los centros mineros de cooperativas no tienen
ni agua potable ni alcantarillado. (47) Sin embargo, desde algunos años el Presidente Evo Morales viene
inaugurando una serie de canchas de fútbol de césped sintético y coliseos en estos mismos centros
mineros.


Este es el modelo laboral actualmente apoyado por el Gobierno nacional y que convive con el dominio
transnacional de la minería nacional.


Notas:

1) Véase Vladimir Díaz, “La Minería bajo el dominio de las transnacionales,” Petropress, 25.
2) De hecho el nacimiento y la expansión de las cooperativas mineras en el país estuvieron muy ligados a las crisis del sector
minero. Las primeras cooperativas se formaron después de la crisis de los años 30, en tanto varias otras se crearon después del
cierre de varios centros mineros de COMIBOL tras del Plan de Estabilización de 1956 y el Plan Triangular en los 60. La continuidad

o paralización de las actividades de las cooperativas mineras están asimismo determinadas por la fluctuación de los precios
internacionales de los minerales.
3) El arrendamiento de centros mineros de COMIBOL fue dispuesto por el Decreto Supremo 21377 en 1986.
4) Espinoza, La minería boliviana: su realidad, 235.
5) Jocelyn Michard, Cooperativas Mineras en Bolivia: Formas de Organización, producción y comercialización, (La Paz: CEDIB,
2008: 62).
6) Díaz, “La Minería bajo”.
7) Jorge Espinoza, La minería boliviana: su realidad, (Plural: La Paz, 2010), 243.
8) Éstas fueron revertidas mediante el DS 3229 del 7 de noviembre 1952. Véase también Alurralde A, Cooperativas Mineras Bolivia.

La naturaleza de las cooperativas mineras bolivianas www.sinpermiso.info

9) Hugo de Granado y Ernesto Sheriff B. “Nuevos Rumbos de la Minería y de los hidrocarburos en Bolivia,” CEDLA Documentos de
Trabajo 8, (La Paz: CEDLA, 1984).
10) Espinoza, La minería boliviana: su realidad, 236.
11) Ministerio de Minería y Metalurgia, Estadísticas del Sector Minero Metalúrgico, 1980-2008.
12) Vladimir Díaz, “La vigencia de la legislación neoliberal en minería,” Petropress, 28.
13) En el Viceministerio de Cooperativas Mineras, dependiente del Ministerio de Minería, existe todo un grupo de funcionarios
dedicados a colaborar a las cooperativas en sus diversos trámites administrativos.
14) Para el cálculo de estos datos se consignó
como cooperativa la que expresamente tenía la palabra en su denominación en la
base de datos del SERGEOTECMIN. Lo que quiere decir que en realidad las proporciones pueden ser realmente mayores si se
considerase a los titulares individuales que están vinculados a cooperativas.
15) Viceministerio de Cooperativas Mineras, Presentación “Fortalecimiento a la minería cooperativizada y la minería chica” para la
Alcaldía de La Paz, septiembre de 2012.
16) Díaz, “La Minería bajo”.
17) A esto se debe sumar que la pasada gestión el Gobierno nacional favoreció
con tasa cero en el impuesto al valor agregado
(IVA) en las ventas internas de minera-les hechas por las cooperativas (Ley 186).
18) Viceministerio de Cooperativas Mineras, “Fortalecimiento a la minería cooperativizada”; Página Siete, “Las Cooperativas
crecieron 20% más que el año pasado”, 27/09/2012.
19) Antonio Alurralde A, Cooperativas Mineras Bolivia, (Don Bosco: La Paz, 1973).
20) Ministerio de Minería y Metalurgia, (www.minería.gob.bo).
21) Viceministerio de Cooperativas Mineras, “Fortalecimiento a la minería cooperativizada”; Página Siete, “Las cooperativas
crecieron…”
22) Rodrigo Mogrovejo & Philippe Vanhuynegem. Visión panorámica del sector cooperativo en Bolivia: Un modelo singular de
desarrollo cooperativo OIT para los países andinos,” (OIT: La Paz, 2012).
23) Michard, Cooperativas Mineras, 16.
24) Ibíd., 59.
25) PDM Potosí 2007-2011, Rubén Ferrufino, G. Rodolfo Eróstegui T. & Marco Gavincha L., Potosí: El Cerro Nuestro de cada día
(Garza Azul: La Paz, 2012). Michard calcula para el caso de la Cooperativa Unificada15 mil “peones y segundas manos”, (2008: 16).
26) Entrevista realizada por Amalia Pando a ex coope-rativistas de Colquiri y que se pasaron a la empresa estatal. Los mismos
asistieron a la entrevista con las papeletas de pago correspondientes. Radio ERBOL, 13 de septiembre de 2012.
27) Michard, Cooperativas Mineras, 48.
28) PDM Potosí, 2007-2012, 196.
29) Esta disparidad tan grande de ingresos explica, para el caso de Colquiri, por qué
una fracción mayoritaria de los cooperativistas
optó
por convertirse en trabajadores asalariados. Además de esto, la otra parte de la explicación tal vez haya que buscarla en las
condiciones de trabajo en las cooperativas.
30) Las cooperativas mineras son, en general, intensivas en mano de obra y no en capital. La verdadera unidad de producción está
constituida por la cuadrilla, esto es, un grupo de cooperativistas que trabaja un paraje determinado, y no la cooperativa en sí. Esto
reduce aún más la limitadísima capacidad de inversión que se necesita para una explotación minera racional. Allí
donde funcionan
las cuadrillas el “fin social” de las cooperativas se pierde ya que cada cuadrilla produce por su tienen suerte y castiga a los que no,
aumentando más aún la precariedad.
31) Michard, Cooperativas Mineras.
32) APEMIN II. “Diagnóstico del Sector Minero Cooperativizado en los Departamentos de Oruro y Potosí.” Informe Final Agosto
2008.
33) Michard, Cooperativas Mineras, 31.
34) Alurralde A, Cooperativas Mineras Bolivia.
35) Ibid, 250-256.
36) Thomas Hentschel, Diogenes Roque y Evelyn Taucer. “Small-scale gold mining: Examples from Bolivia.”Organización
Internacional de Trabajo: Sectoral Activities Program, 2003.
37) APEMIN II, “Diagnóstico del Sector Minero”, 31.
38) Ibid., 33-34.
39) OIT y UNICEF. , (UNICEF: La Paz, 2004).
40) Laura Baas, Child Labour in the Mining Sector of Bolivia. The IREWOC Research Project on the Worst Forms of Child Labour in
Latin America, 2008. El estudio critica a la FEDECOMIN de Potosí
por su falta de voluntad para tomar acciones en contra de este
fenómeno.
41) Ministerio de Trabajo, (http://www.mintrabajo.gob.bo/ PersonalDependiente.asp).
42) El Art. 11 de la Ley General de Cooperativas establece que las relaciones asalariadas en las cooperativas se rigen por la Ley
General del Trabajo.
43) APEMIN II, “Diagnóstico del Sector Minero”, 30. También, Michard, Cooperativas Mineras, 51.
44) Dossier CEDIB sobre accidentes y muertes en centros mineros, 2008-2012.
45) La Razón, Unesco: Estabilidad del Cerro Rico sigue en deterioro, 01/06/2011.
46) El Potosí, Sólo 6 de cada 10 accidentes en las minas son reportados en Potosí, 24/04/2012.
47) APEMIN II, “Diagnóstico del Sector Minero”, 17.

Kirsten Francescone y Vladimir Díaz son investigadores del Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB)

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** Versão original com ilustrações, gráficos e tabelas
IN
http://www.cedib.org/petropress/cooperativas-mineras-entre-socios-patrones-y-peones-petropress-30-1-13/




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