segunda-feira, 7 de agosto de 2017

El multipolarismo avanza a costa del unipolarismo ¿Hasta dónde hay una amenaza de guerra?


Wim Dierckxsens y Walter Formento



El Unipolarismo Militarista, a lo que el gobierno de Trump apunta, no puede, por
fuera de un escenario de guerra militar mundial, aspirar a recuperar el control
sobre el mundo. En medio de las contradicciones internas en los esquemas
unipolaristas dentro de los propios Estados Unidos el multipolarismo tiende a
avanzar. El lanzamiento en el Foro Internacional “Cinturón y Ruta de la Seda”
celebrado el 14 y 15 de mayo en Pekín, significa el lanzamiento de una
iniciativa económica estratégica a favor de los países emergentes y en
desarrollo. Xi Jinping inauguró el Foro Internacional “Cinturón y Ruta de la
Seda”, con la presencia de representantes de 110 países. En la cumbre asistieron
28 presidentes y primeros ministros, cien ministros y unos 1.200 delegados de
todo el mundo.
 Podemos afirmar que en la Primera Guerra Mundial, la tensión fue acerca de
flotas navales y el control de los océanos y en la Segunda Guerra Mundial:
fuerza aérea y control del espacio aéreo. La Guerra Fría fue acerca de los
satélites y el control del espacio. Un actual conflicto bélico internacional
gira alrededor de la encriptación, los ciberataques y el control de los efectos
en el mundo real de parte del ciberespacio.
 Un bloqueo norteamericano de las rutas de los buques petroleros y comerciales
chinos, implicaría inevitablemente una respuesta militar china. En el caso de
una eventual guerra entre China y EUA, Rusia no quedaría neutral. La política de
Trump de acercarse al último país para neutralizarlo en un eventual conflicto
con China no ha dado ningún resultado.
 El congreso de EUA aprobó un aumento de 695.500 millones de dólares del
presupuesto militar, lo que es más de 4 veces el presupuesto total militar de
China en 2016 (150 millones de dólares). Trump procura trasferir este gasto a
los países de ambos escudos: los aliados europeos de la OTAN en la frontera
occidental de Rusia y a Corea del Sur y Japón frente a las costas chinas. Lo
anterior pareciera que implicaría potencialmente una guerra de dos frentes.
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El multipolarismo avanza a costa del unipolarismo
 ¿Hasta dónde hay una amenaza de guerra?
Wim Dierckxsens y Walter Formento
El mundo transita por una crisis política que no se puede interpretar a partir
de un análisis de potencias en conflicto sino de una disputa universal de
proyectos en pugna. La contradicción principal a nivel mundial, desarrollada con
una disputa al interior de EUA entre el unipolarismo financiero globalista y el
unipolarismo financiero continentalista. El último incluso con contradicciones
internas por la tendencia unipolarista militar del presidente Trump al interior
del proyecto continentalista. A nivel mundial estas tendencias en conflicto en
los EUA están librando una batalla con el multipolarismo que avanza a nivel
mundial y acumula fuerzas en cada vez más países.
Como lo hemos presentado en textos anteriores, definimos a nivel mundial 4
grandes estrategias de poder: dos de ellas conforman el unipolarismo financiero
y las otras dos conforman el multipolarismo no financiero. Dentro del
unipolarismo tenemos dos esquemas de poder que entraron en contradicción abierta
desde 2001 (Evento de las Torres Gemelas y el Pentágono, 11 S), con el uso de
armas militares, económicas y financieras. Esta contradicción es la principal,
tiene al mundo en vilo y marca el ritmo de las contradicciones secundarias.
• El Unipolarismo financiero continental con centro de poder en EE.UU y que
opera como Nafta (EEUU-México-Canadá) detenta un desarrollo industrial
tecnológico de avanzada y conduce el Complejo Industrial Militar de esa Nación.
Como esquema de poder se encuentra en declinación.
• El Unipolarismo financiero global sin centro geográfico con base en la
conducción de la Red de cities financieras (Wall Street, Nasdaq/Londres/Hong
Kong/Shanghái) que, como esquema de poder se encuentra en ascenso, pero en
conflicto tanto con el unipolarismo financiero continental como con el
multipolarismo.
• El Multipolarismo universal BRICS, una red de polos regionales de poder a
partir del Capitalismo de Estado, en ascenso.
• El Multipolarismo universal del Humanismo Ecuménico e Inter-religiones, una
red de grandes religiones monoteístas, sin centro. En ascenso.
 El unipolarismo financiero continental es un esquema de poder en proceso de
declinación mundial. Periodo abierto a partir de 1999-2008 con nitidez, cuyo eje
instrumental en la proyección de poder es el dominio del poder militar y la
guerra militar, regular e irregular como terreno.
• Que fue dominante a partir de Breton Woods (1944) y hasta 1998 comandaba un
esquema dominante que reunía a la Unión Europea y al Japón con su área
Asia-pacifico.
• Que a partir de 2010-2012 deja de explicar el PBI mundial por las Economías
Centrales –EC-, que en un 60% comienza a explicarse a partir de las Economías
Emergentes –EE- con centro en el Asia-Pacifico.
• Cuya moneda, Dólar, pierde el respaldo del monopolio del comercio mundial a
partir de 2012-2014, cuando el Petróleo se consume en forma dominante por las EE
del Asia-Pacifico con centro en China.
• Que pierde capacidades de condicionar la política de la UE a partir de 2010.
 Tres esquemas en ascenso. Periodo abierto definido desde el 2008.
• El esquema Unipolar global se encuentra en ascenso desde 1989-1991, Caída de
la URSS y creación del Consenso de Washington. Se fortalece con la “Caída de la
Ley Glass Steagall” en el 1999, en el Gobierno de Clinton y Ministros del
Citigroup. Consolida a partir de Diciembre del 2008 con el armado del G20.
• El esquema Multipolar BRICS, se fortalece a partir de 2010, con la crisis
financiera de la gran banca de la UE: Grecia por Goldman Sachs y España por el
HSBC, Barclays, Santander Central Hispano, etc. Donde interviene apuntalando la
consolidación de la UE contra la operación del Unipolarismo Globalista.
 Se consolida a partir de 2014/15, con el lanzamiento de un sistema
institucional de Nueva Arquitectura Financiera (Moneda/Banco Desarrollo BAII/
Fondo Fomento/Sistema de Compensación de Intercambios) y Nueva Arquitectura
Productiva (Nueva Ruta de la Seda). Consolida posiciones con su ingreso al FMI
en octubre 2016, su respaldo de moneda por tener gran acopio de Oro y consolidar
su Bolsa de Oro de Shanghái, y su segundo respaldo de la crisis de la UE frente
a un nuevo ataque/corrida financiera globalista.
• El esquema Multipolar Ecuménico Humanista e Interreligioso se fortalece con la
crisis del 2010 que debilita al Santander CH y a Tarsicio Bertone, y con la
abdicación de Benedicto XVI. Y se consolida con la elección del Papa Francisco.
La UE como bloque de poder Continental (sin real poder militar o financiero)
solo tiene fortaleza en sus capacidades estratégicas en el campo industrial,
científico y tecnológico. Como en la UE no existe poder con suficiente escala,
sólo puede ser poder real en tanto es parte de un esquema existente, o sea, sólo
puede proyectar poder en tanto se articule a los esquemas unipolares o
multipolares. El Unipolarismo Global, sin embargo, requiere la disolución de la
UE como Bloque o Unidad, para absorberla a partir de Red Citis Financieras en
Europa. Como vimos en un artículo anterior nuestro, el triunfo de Macron en
Francia después del Brexit da una señal en esa dirección. Lograrlo solo es
posible en un escenario de guerra financiera abierta con una gran corrida
financiera y migración masiva.
 El esquema del multipolarismo, en cambio, no requiere que la UE se disuelva
como bloque, más bien como Unidad la EU tendría un rol estratégico en la
correlación de fuerzas a nivel mundial. El Unipolarismo Militarista, a lo que el
gobierno de Trump apunta, no puede, por fuera de un escenario de guerra militar
mundial, aspirar a recuperar el control sobre la UE ni sobre el mundo.
En medio de las contradicciones internas en los esquemas unipolaristas dentro de
los propios Estados Unidos el multipolarismo tiende a avanzar. El lanzamiento en
el Foro Internacional “Cinturón y Ruta de la Seda” celebrado el 14 y 15 de mayo
en Pekín, significa el lanzamiento de una iniciativa económica estratégica a
favor de los países emergentes y en desarrollo. La Nueva Ruta de Seda, la Ruta
terrestre y marítima que conecta China y Asia con Europa, incluye 65 países con
4.400 millones de habitantes, el 63% de la población mundial, y un 30% del PIB
global. Con la incorporación eventual de la Unión Europea al multilateralismo
(tendencia actual) la correlación de fuerzas sería totalmente otra. En este
sentido la UE es un socio estratégico para un lado u otro. El multipolarismo es
una iniciativa económica estratégica, que se desarrolla hoy en día en una
situación mundial donde los esquemas financieros de poder unipolar se encuentran
paralizados. El multipolarismo tiene la capacidad de convocar e incluir a la
mayoría de los intereses y que incluye a también a empresas transnacionales con
sus CEO´s.
El multipolarismo en ascenso a partir de la Nueva Ruta de Seda
 En 2001 China entró al WTO y a partir de entonces las transnacionales entraron
masivamente al país bajo el esquema del unipolarismo financiero globalista. En
2016 el PIB de China era ya 8 veces de lo que fue en 2001 y ocupa el segundo
lugar a nivel mundial. La participación de China en el Producto Mundial Bruto
pasó de 2% en 1990 a 15% en 2016 lo que involucró a unos 700 millones de
personas, es decir, un 10% de la población mundial, hecho que contribuyó que el
70% de la reducción en la pobreza en el mundo se puede atribuir al éxito de la
economía china. En 1990 apenas el 26% de la población china vivía en las
ciudades contra 56% en 2016. China cuenta con cinco ciudades con más de 10
millones de habitantes. Las empresas chinas invirtieron en 2016 cuatro veces más
en empresas europeas de lo que lo hicieron las empresas europeas en China. China
logró generar el superávit comercial más grande de la historia y otro tanto pasó
con las reservas de divisas.
El mismo proceso se ve acompañado por una carrera por la innovación tecnológica.
China invierte más que Europa y Japón en Investigación y desarrollo y
reemplazará antes del 2021 a EUA en este campo, para no decir que ya lo dejó
atrás en la economía civil si dejamos de un lado la investigación y desarrollo
en el ámbito militar. China cuenta con los trenes y computadoras más veloces del
mundo. En áreas como la robótica, drones, aeronáutica tecnología de internet
China ya no tiene mayor cosa que envidiar a EUA. China lleva la vanguardia en la
modificación genética de plantas, animales e incluso seres humanos. Lo anterior
ha requerido un fuerte desarrollo en materia de educación formal y salud. En
otras palabras, se acabó la era de mano de obra barata y de productos chinos
baratos.
Es preciso saber que con el reemplazo cada vez más acelerado en las empresas de
una tecnología por otra más sofisticada implica una baja en la tasa de ganancia
y así está pasando hoy en China lo que fue el caso de Japón en los ochentas.
Muchos economistas de primera línea ya plantean que China está sufriendo ´la
enfermedad japonesa´. Es decir que el proceso de realizar inversiones para la
expansión económica (nuevas empresas y nuevos sectores) se ha sido sustituido
por un proceso acelerado de inversiones que reemplaza de manera cada vez más
acelerada la ´vieja´ tecnología por otra más nueva, acortando la vida media útil
de la misma. Al bajar la tasa de ganancia, las inversiones se tornan menos
rentables y el capital busca otro destino más lucrativo y no en último lugar en
la especulación bursátil y en el mercado inmobiliario.
Ante esta situación se da una caída en la tasa de crecimiento, China tenía que
buscar donde colocar sus productos, es decir, cómo integrar un mercado ´interno´
más allá de China. La primera vez que se escuchó hablar de la iniciativa de la
Nueva Ruta de Seda fue en septiembre de 2013, es decir, a menos de un año que el
presidente chino, Xi Jinping se instaló, el aprovechó un viaje oficial a Astaná
(Kazajistán) para expresar su voluntad de relanzar las antiguas rutas
comerciales. En este sentido, la Iniciativa del Cinturón Económico y la Nueva
Ruta de la Seda, tal y como ha sido rebautizado el proyecto en sus dos
vertientes, tierra y mar, busca construir carreteras, vías férreas, puertos,
oleoductos, gasoductos y otras grandes obras de infraestructura en más de 60
países de Asia, Europa y África. La finalidad es promover el desarrollo común de
toda Eurasia e involucrar los países en el proyecto y dentro de China sobre todo
a la provincia más occidental Xinjiang.
En diciembre de 2015 China creó el Banco Asiático de Inversión en
Infraestructura (AIIB por sus siglas en inglés) cuando el país ya fue el
principal financista de proyectos de infraestructura en el mundo, invirtiendo
más en el exterior de lo que todo el exterior invirtiera en China. Cinco países
del G7 participan en el Banco excepto EUA y Japón. La gran mayoría de los países
de la Unión Europea participaron también e Inglaterra se presentó primero que
nadie.
En febrero de 2017 Xi planteó por primera vez de manera pública que China
proyecta tomar el liderazgo de crear un nuevo orden mundial (el Mundo Multipolar
a como lo hemos bautizado en nuestros trabajos) oportunidad que le fue
facilitado al afirmar el presidente de EUA que su país se retirará del Área de
Libre Comercio del Transpacífico (FTAAP por sus siglas en inglés) así como del
Atlántico. China aprovechó la oportunidad de presentar su liderazgo en materia
de integración económica a nivel mundial. Con la creación de la Organización de
Cooperación de Shanghái (con Rusia, Kazajstán, Kirguizia y Uzbekistán) una
organización policía y militar procura mejor garantizar la seguridad
internacional y un acuerdo de cooperación militar entre China y Rusia, el
creciente poder militar acompaña al poder económico.
El 14 y 15 de mayo el gobierno de Xi Jinping inauguró el Foro Internacional
“Cinturón y Ruta de la Seda”, con la presencia de representantes de 110 países.
En la cumbre asistieron 28 presidentes y primeros ministros, cien ministros y
unos 1.200 delegados de todo el mundo. La Ruta terrestre y marítima, conocida
como la Nueva Ruta de Seda, conecta China y Asia con Europa, incluye 65 países
con 4.400 millones de habitantes, el 63% de la población mundial, casi el 30%
del PIB global y es un paso decisivo en el viraje global a favor de los países
emergentes y en desarrollo. Es un proyecto multilateral estratégico a fin de
establecer lazos económicos y fomentar las inversiones en infraestructura que el
país asiático y financia y realiza en el extranjero. Es interesante que Trump
accediera a enviar una delegación.
Asistieron mandatarios de primer nivel de España, Italia, Grecia, Suiza,
Polonia, Hungría, República Checa y Serbia, mientras Alemania, Francia, Gran
Bretaña y Japón enviaron delegaciones de menor nivel. La ausencia de India es la
más notoria, molesta por el “corredor económico” que China construye en
Pakistán, uniendo Xinjiang con el estratégico puerto de Gwadar en el mar
Arábigo. En América Latina destacó la presencia de Chile y Argentina, países que
apuestan fuerte al comercio con China y a las inversiones del dragón en sus
economías. Brasil envió una delegación simbólica y México estuvo ausente. En el
largo plazo, la Ruta de la Seda podría impulsar la internacionalización del yuan
fomentando su uso tanto en transacciones comerciales como financieras. Este
proyecto multilateral e incluyente tiende a avanzar en el mundo de hoy a costa
de los proyectos unilaterales, sea este globalista o continentalista.
El 12 de mayo Estados Unidos y China, las dos mayores economías del mundo, justo
antes del Foro en Beijín, anunciaron un acuerdo para ampliar los negocios
conjuntos. Estados Unidos permitirá a China importar gas natural licuado
estadounidense. Según el secretario de Comercio, Wilbur Ross, reducirá el
déficit comercial que su país registra con China. Es un punto importante para
China, ya que buscan desde hace algunos años diversificar sus fuentes de energía
para disminuir la dependencia del carbón al tiempo que el país podrá deshacerse
de los bonos del Tesoro como medio de pago. Tras anunciar el pacto, el
Departamento de Comercio estadounidense ha dado la bienvenida a los inversores
chinos a través del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura. James
Woolsey, un anterior directivo de la CIA ha recomendado que EUA participe en el
proyecto de la Nueva Ruta de Seda. A partir de ello se entiende que Trump ha
accedido a enviar una delegación al Foro Internacional “Cinturón y Ruta de la
Seda”. El gobierno de Trump está reconociendo la importancia del plan de
inversiones y negocios impulsado por China bajo el nombre de la Nueva Ruta de la
Seda.
a. La Integración de Medio Oriente a la Nueva Ruta de Seda
 Desde hace 4 años, los pueblos del Levante han estado luchando no sólo contra
otros Estados sino, ante todo, contra un consorcio de transnacionales –o sea,
una alianza de transnacionales que incluye a los grandes medios de difusión
internacionales–que con su brazo armado la OTAN y varios Estados de nivel medio,
sometan a pequeños Estados, los que a su vez se encargan del trabajo sucio.
Poco a poco, comienza a concretarse la política exterior del presidente Trump en
esta zona. En el Medio Oriente ampliado –o Gran Medio Oriente– Trump ha logrado,
con ayuda de su consejero de seguridad nacional, el general H. R. McMaster, y de
su director de la CIA, Mike Pompeo, poner fin a los programas secretos de ayuda
a los yihadistas. El objetivo de esa decisión no era arrodillarse ante el zar
ruso como sugieren las insinuaciones del Washington Post.
 Las revelaciones provenientes de Bulgaria sobre la existencia de una gran red
de tráfico de armas, creada por el general estadounidense David Petraeus cuando
era director de la CIA –en 2012– y posteriormente controlada por el propio
Petraeus desde su oficina privada en el fondo de inversiones KKR, demuestran el
enorme poder de los partidarios de la guerra.
Al menos 17 Estados han participado en esa operación, identificada como «Timber
Sycamore», durante la cual Azerbaiyán garantizó el transporte de 28 000
toneladas de armas destinadas a los yihadistas mientras que Israel proporcionaba
documentos falsos sobre la destinación final de todo ese armamento. Todo indica
que David Petraeus y KKR actuaron con ayuda del secretario general adjunto de la
ONU, el también estadounidense Jeffrey Feltman.
 Las dificultades que Donald Trump ha venido enfrentando para imponer su
voluntad a la CIA y al Pentágono, así como la existencia misma de esa red
paralela –de naturaleza simultáneamente pública (estatal) y privada– permiten
entrever la complejidad de su tarea en el marco de un orden mundial que se halla
bajo la nefasta influencia de intereses privados. En un primer momento, y aunque
se registraron varios incidentes, las fuerzas estadounidenses no han detenido la
ofensiva de los ejércitos de Irak y Siria que tratan de restablecer la ruta de
la seda. Es la primera vez que los ejércitos del Líbano y Siria y el Hezbollah
actúan oficialmente de manera coordinada. El hecho es que esta guerra, concebida
para destruir los Estados de la región, está arrojando un resultado exactamente
inverso ya que está forjando la unidad entre las fuerzas iraníes, iraquíes,
sirias y libaneses.
La mirada casi obligada de la Unión Europea hacia el Este
 El sábado 22 de julio, el Congreso de EE.UU. publicó en su página oficial el
texto del nuevo proyecto de ley sobre sanciones adicionales contra Rusia, que
según lo previsto se sometió a votación el 25 de julio. Las medidas están
relacionadas con el sector energético y bancario de la economía rusa, y apuntan
en particular contra el proyecto del gasoducto ruso Nord Stream. La UE ha
criticado el proyecto de ley estadounidense sobre las sanciones contra Rusia e
Irán porque considera que puede dañar los intereses económicos y energéticos del
bloque y tener “consecuencias inesperadas”. Alemania y Austria han criticado la
postura estadounidense en el plano energético debido a que varias empresas
europeas tienen convenios de cooperación comercial con Rusia en ese sector, y
creen que EUA podría haber tomado esa decisión porque desea vender su gas
licuado en Europa.
La Comisión Europea contempla incluso la posibilidad de adoptar contramedidas de
acuerdo con las normas de la Organización Mundial del Comercio. Cuando el 25 de
julio la Cámara Baja del Congreso de EE.UU. votó a favor de la imposición de
nuevas sanciones contra empresas y ciudadanos rusos, aprobó una legislación que
impide al presidente del país modificar las sanciones existentes sin la
aprobación del Congreso. Bruselas considera adoptar una serie de restricciones
propias anti-EE.UU. si Trump ratifica este nuevo paquete de sanciones contra
Rusia ya aprobado por el Senado norteamericano porque estas afectarían a los
intereses de la UE en el ámbito energético. Entre otras medidas, las autoridades
comunitarias estudian limitar el acceso de varias empresas estadounidenses a los
préstamos de bancos europeos. La aprobación podría significar el rechazo
“frustrante” de la política común de la UE y de EE.UU. en relación a la
situación en Ucrania, consideró Jürgen Schwarz, portavoz de la Cancillería de
Austria. Pareciera que la Unión Europea está siendo forzada de mirar hacia el
Este. Rusia es el país que más consume de toda Europa, por lo que la alianza con
la UE podría resultar fructífera y ante las nuevas sanciones bien puede
independizarse no solo de Reino Unido a partir del Brexit, sino también de EUA.
Esto no es más que el primer paso y el segundo será aliarse con Rusia
Uno de los hechos que más sorprende en este contexto es la rapidez con que ha
despegado la Nueva Ruta de la Seda hacia Europa. Cuando se lanzó la iniciativa,
en 2013, apenas 17 trenes de carga unieron China con Europa. En 2016, fueron
1.702, o sea, cien veces más en cuatro años. Hay 51 líneas de trenes que unen 28
ciudades de Europa y 27 de China. En el mismo lapso de solo cuatro años, China
abrió 356 líneas internacionales de transporte de mercancías y pasajeros a lo
largo de las carreteras del Cinturón y la Ruta y opera 4.200 rutas aéreas
semanales entre el dragón y sus socios de la Ruta. Lo que está logrando la
iniciativa es que estimula a los países a unirse, como sostiene el oficialista
Global Times. Parece que estamos ante un proyecto de “mundialización inclusiva”
que pasa por desarmar ambos esquemas de unipolarismo. En los hechos, está
naciendo un mundo centrado en Eurasia y EUA tiende a aislarse.
En el G20 de 2017 Xi Jinping operó para acercarse a Europa para aprovechar la
confusión que problematiza a sus países, generada en buena medida por el
residente de la Casa Blanca. En ejercicio de la presidencia del G-20, Alemania,
en la persona de Angela Merkel, ofició su rol de anfitriona del encuentro
celebrado en Hamburgo que tuvo como consigna “Conformar un mundo
interconectado”, es decir encaminar hacia un mundo multipolar.
La integración económica en torno al Yuan
 China y Rusia se posicionan en forma prudente y gradual para erigir el nuevo
sistema monetario mundial en el que el dólar cese su función parasitaria
hegemónica que le procura, según analistas chinos, 9.36% del PIB global debido a
su laxa impresión de billetes verdes. Se vislumbra que la conectividad de la
nueva ruta de la seda china con la Unión Económica Euroasiática apuntalada por
Rusia epitomiza el sistema nervioso central del nuevo orden global protegido con
sus bombas nucleares. El oro significa el puntal de la nueva ruta de la seda:
proyecto geoestratégico y geoeconómico de China para evadir a lo largo de
Eurasia la asfixia marítima de EUA. El verdadero día del advenimiento del nuevo
orden mundial tripolar será, de acuerdo con Alfredo Jalife, cuando China y Rusia
pongan sobre la mesa sus cuantiosas reservas de oro, que significará la
sepultura del dólar.
Sin mucho ruido, Pekín lanzó desde octubre de 2015 el Sistema Internacional de
Pagos de China (CIPS, por sus siglas en inglés), al unísono de la aceptación del
yuan (divisa china) como parte de los derechos especiales de giro (divisa
virtual del FMI). Se vislumbra que el CIPS chino se convierta en un notable
competidor del SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial
Telecommunication), que domina EUA. Rusia, ´gracias a las tantas sanciones
asfixiantes de EUA/OTAN/Unión Europea, se ha alistado a desconectarse del SWIFT,
cuando el banco central ruso ha cambiado en los cajeros automáticos de retiro
cash (ATM) el sistema de pagos de las tarjetas Visa y Mastercard por el MIR,
nuevo sistema de pagos doméstico. Ni en Rusia ni en China desean repetir la
opresiva vivencia monetarista de Irán que sufrió una paliza con las sanciones de
cuatro años al ser exorcizado del sistema SWIFT.
UnionPay, con sede en Shanghái, es la mayor organización de pagos de tarjetas de
crédito en el mundo, antes de Visa y Mastercard. UnionPay funciona a lo largo de
Asia e incluso ha sido adoptado en forma entusiasta por HSBC, banco globalista
que igualmente desea acabar con el dólar como moneda de referencia
internacional. Moscú y Pekín unen sus fuerzas para rebasar al dólar en el
mercado monetario mundial. Rusia se prepara a lanzar sus primeros bonos de
empréstito federal denominados en yuan chino, lo que tiene como intención
desbancar al dólar. Arabia Saudita (AS) está ya contemplando el comercio de su
petróleo en yuanes. Las geofinanzas están a favor del Yuan a costa del dólar al
tiempo que la riqueza de las naciones se traslada de Occidente a Oriente.
La amenaza de una eventual guerra
Podemos afirmar que en la Primera Guerra Mundial, la tensión fue acerca de
flotas navales y el control de los océanos y en la Segunda Guerra Mundial:
fuerza aérea y control del espacio aéreo. La Guerra Fría fue acerca de los
satélites y el control del espacio. Un actual conflicto bélico internacional
gira alrededor de la encriptación, los ciberataques y el control de los efectos
en el mundo real de parte del ciberespacio. La innovación tecnológica en materia
de información y computación implica también el desarrollo de ´haceyos´. En 2016
los chinos colocaron en el mercado norteamericano un ´Smartphone´ barato con
´software´ chino que enviaba cada 72 horas la información a China. No solo
logran apropiarse de esta forma de secretos tecnológicos en materia civil, sino
también les permite realizar un nuevo modo de espionaje militar. Es más en la
era cibernética una guerra estratégica implicará ataques digitales a los
satélites como su objetivo principal. El avance de China y también Rusia en esta
materia preocupa a EUA.
Oficiales del gobierno norteamericano concluyeron que han sido ´hackers´ rusos
quienes estaban detrás de infiltraciones en plantas de energía nuclear y de
otras compañías energéticas el día 8 de julio de 2017 en EUA, afirma un reporte
de Washington Post. En este contexto, afirma el mismo rotativo, vale aclarar que
Obama aprobó una medida (hasta ahora no revelada) que autorizaba la instalación
de armas cibernéticas en la infraestructura de Rusia, el equivalente digital de
bombas que podrían detonarse si Estados Unidos se viera inmerso en un
intercambio cada vez más intenso con Moscú. Por el momento, un ataque masivo a
la infraestructura eléctrica, política (votaciones) y financiera de Estados
Unidos constituye un real riesgo y otro tanto puede decirse para Rusia o China.
¿Cuáles son los riesgos más grandes para que estalle un conflicto entre las
grandes potencias?
 Un bloqueo norteamericano de las rutas de los buques petroleros y comerciales
chinos, implicaría inevitablemente una respuesta militar china. En el caso de
una eventual guerra entre China y EUA, Rusia no quedaría neutral. La política de
Trump de acercarse al último país para neutralizarlo en un eventual conflicto
con China no ha dado ningún resultado. Lo anterior, sin duda, también por la
política del capital financiero globalizado que más bien intentó aislar a China
de Rusia. En semejante entorno, los dos países han fortalecido más bien su
alianza y con ello el proyecto multipolar. No es por nada que Putin aparece muy
a menudo en la capital de China, pues Moscú y Beijín se sienten ambos amenazados
por escudo de misiles que está levantando EUA y la OTAN tanto en el este de
Europa como en Corea del Sur. De acuerdo a los chinos el escudo no está tanto
dirigido hacia Corea del Norte debido a su proyecto nuclear, sino que constituye
una estrategia para unir EUA, Japón y Corea del Sur a fin de acorralar a China.
Es preciso plantear en este contexto que el congreso de EUA aprobó un aumento de
695.500 millones de dólares del presupuesto militar, lo que es más de 4 veces el
presupuesto total militar de China en 2016 (150 millones de dólares). El gasto
militar de EUA llegaría con esto a más de 3.5% del PIB frente a China con 1.3%.
Es obvio que el gobierno de Trump apunta a estimular la economía militar por
encima de la civil muy de acuerdo con el proyecto del unipolarismo continental.
China hace lo inverso al bajar el aumento anual de su presupuesto militar a como
desciende la tasa de crecimiento de su economía. Su presupuesto militar para el
año 2017 bajó de 10% en 2016 a 7. Para no cargar exclusivamente con este gasto
improductivo, la administración Trump procura trasferir este gasto a los países
de ambos escudos: los aliados europeos de la OTAN en la frontera occidental de
Rusia y a Corea del Sur y Japón frente a las costas chinas.
Lo anterior pareciera que implicaría potencialmente una guerra de dos frentes.
Una guerra en dos frentes, como la recomienda la escuela neorrealista se basa en
Macchiavello y Hobbes. Tal escenario no sería muy probable en la visión de la
Escuela Inglesa del constructivismo que se basa más en las relaciones
internacionales. En su visión no es como el caso de Inglaterra que tuvo que
tragar que su vieja colonia le quitó el liderazgo mundial. Lo único que ha de
aceptar EUA sería abandonar la idea del unipolarismo sea de un tipo u de otro y
aceptar el multipolarismo bajo liderazgo chino. EUA solo puede mantenerse grande
si también florece China y si aceptaría que los grandes problemas en el mundo no
se puede resolver sin este país.
El mundo unipolar de Trump con tambores de guerra
 Cuando Trump asumió la presidencia ya había una guerra verbal entre China y EUA
sobre todo en torno al mar al sur de China donde pasa el 30% de todo el comercio
mundial y más de la mitad del comercio de petróleo proveyendo a China y Japón
básicamente. Quien controla esta ruta controla a China y Japón y por ende a la
economía mundial. De ahí también el proyecto chino de la ruta de seda por tierra
que busca la integración de Eurasia ya que quien domina a Eurasia tiende a
dominar también geopolíticamente al mundo. El proyecto de la Nueva Ruta de Seda
aumenta la influencia geopolítica de China y por lo anterior el país busca hacer
retroceder a EUA paso por paso en la parte occidental del Pacífico.
Para lograrlo China ha construido 7 islas artificiales con sus bases militares.
Las islas quedan en aguas en disputa con las Filipinas, Malasia, Brunei y
Vietnam. El nuevo presidente de las Filipinas ya ha manifestado que EUA mejor
retiren sus bases militares de su país; el primer ministro de Malasia prefirió
estar del lado de China y Brunei ya lo había manifestado antes, señala el
periodista independiente Jan van der Putten. El único país continental que queda
para oponerse a las islas chinas en aguas en disputa es Vietnam. Sin embargo,
Vietnam forma parte de ASEAN y no podrá permitirse el lujo de tener a China como
enemigo. Por ende el mundo multipolar está haciendo retroceder en su hegemonía
al unipolar sobre las vías marítimas claves.
a. El papel geopolítico de Corea del Norte
 En el mar de China Oriental entre Taiwán y el sur de Japón hay otras 8 islas
pequeñas no pobladas que reclama China. Solo dos de ellas tienen una superficie
mayor de un kilómetro cuadrado, pero su ubicación es estratégica ya quien se
adueña de estas islas se adueña también de enormes superficies de mar alrededor
de las mismas. Las islas se encuentran bajo dominio de Japón, pero tanto Taiwán
como China reclaman derechos sobre las mismas. Del lado continental de la
disputa también se encuentran las dos Coreas.
La península de Corea es un punto de no ceder para China ni tampoco para Rusia.
La caída del régimen de Kim y la reunificación de las Coreas sería una gran
pérdida geopolítica para ambas potencias. La influencia de Estados Unidos se
extendería virtualmente de manera ilimitada sobre el Pacífico. Si EUA interviene
directamente en Corea del Norte corre el riesgo de que ese conflicto se le
convierta en un conflicto de escala mundial en corto tiempo. Corea del Norte ha
sido clave para la seguridad continental china desde un punto de vista
geoestratégico ya desde hace más de 100 años, señala Jan van der Putten. China
perdió más de un millón de soldados luchando en la Guerra de Corea (1950-1953)
para impedir que los Estados Unidos pusieran su bandera en territorio
norcoreano.
La política china hacia Corea del Norte se ha enfocado en el comercio y la
inversión en el país, con la esperanza de promover prosperidad y estabilidad, y
aumentar su capacidad de influencia sobre el régimen. China es sin duda el mayor
aliado de Corea del Norte, además de su más importante socio comercial como
principal fuente de alimentos, armas y energía. Sin China el proyecto defensivo
de Corea del Norte ya hace tiempo hubiera colapsado a su economía civil. Pekín
ha contribuido a sostener los sucesivos regímenes en Corea del Norte con la
esperanza de evitar un colapso que derive en un derrame de refugiados a lo largo
de su frontera de más de 1.000 km, y un vacío de poder en una región que resulta
clave para su seguridad nacional. Sostener al régimen de Pyongyang significa
evitar la presencia de tropas estadounidenses en la frontera china, una afrenta
inasumible.
Corea del Norte probó 114 misiles desde 1984, cuando comenzó su carrera
armamentista. Fue Kim Jong-un, quien le dio un impulso definitivo. Desde su
llegada al poder, en 2011, se realizaron 84 ensayos balísticos. La escalada
llegó a otro nivel el 4 de julio pasado, cuando el régimen anunció el
lanzamiento exitoso del misil Hwasong-14, el primero de alcance intercontinental
(ICBM). Llegó a una altura de 2.802 kilómetros y recorrió 933 kilómetros en 39
minutos, hasta caer en el Mar de Japón. Expertos internacionales aseguran que,
disparado en otro ángulo, podría cubrir una distancia muy superior. Las
estimaciones más bajas le permitirían llegar fácilmente a Alaska, y las más
altas a buena parte de la costa oeste del país.
Lo anterior no solo constata el avance del programa armamentístico de Corea del
Norte y representa “una nueva escalada” en la amenaza para los proyectos
unipolares, sino también evidencia lo limitadas que son las opciones de
Washington para frenar a Pyongyang. Corea del Norte no va a renunciar a sus
misiles. Para los Kim el programa nuclear es una cuestión de supervivencia, ya
que el objetivo específico al tener armamento nuclear es no estar a la merced de
superpotencias mundiales como sí es el caso en autocracias de Libia, Egipto,
Siria y Ucrania. Sin armas nucleares, Kim Jong-un sufriría el mismo destino de
Gadafi, Mubarak. Kim Jong-un está comprometido con su programa nuclear para dar
una señal clara que evite una intervención militar. Corea del Norte no va a
abandonar su capacidad nuclear y balística, sin importar cuánta presión reciba.
La política de disuasión de Obama ha demostrado ser efectiva para impulsar el
proyecto globalista. La administración Obama buscaba crear un Estado global por
encima de las naciones a partir de los acuerdos del Transpacífico sin China y
Transatlántico. Su estrategia fue de subordinar en el plano económico y
geopolítico no solo a China y Rusia sino también supeditar los propios EUA a un
estado global manejado por grandes bancos y transnacionales. Trump con su
retórica y demostración de fuerza militar tiene pocas opciones válidas para
responder a Corea del Norte. Las sanciones económicas no han tenido ni tendrán
efecto real y testimonio de ello es que en el primer semestre de 2017 el
comercio entre China y Corea del Norte aumento 10,5% respecto al mismo período
del año pasado, según datos oficiales de Pekín.
La probabilidad que Kim Jong-un lance efectivamente un ataque preventivo sobre
la Costa Oeste de EUA es casi nulo ya que dicha acción supondría un suicidio.
Sin embargo, es un hecho que al tener Kim Jong-un la capacidad de contraatacar,
permite a Trump imponer a sus aliados (Japón y Corea del Sur) instalar un escudo
de misiles y, en la medida de lo posible a cuenta de estos países aliados.
Estados Unidos ha mostrado su cara agresiva enviando 3 portaaviones y 2
submarinos nucleares a la zona del conflicto, intimidando más a sus aliados que
a Corea del Norte. Lo anterior ha servido como medida de presión para instalar
sistemas antimisiles en Corea del Sur y Japón. De esta manera logra fomentar el
complejo industrial y militar bajo el pretexto de defender a sus aliados en la
región.
A nivel interno en EUA esta estrategia permite usar el conflicto con Corea del
Norte para justificar la doctrina de intervencionismo directo. Esta doctrina
permite aumentar el presupuesto de defensa y mostrar su poderío militar y con el
objetivo final de lograr mantener la hegemonía geopolítica en el mundo unipolar.
Esta forma de ver el mundo es regresar a la década de los años 70, pero esta
vez, sin la presencia de la Unión Soviética, es decir no bajo la modalidad de un
mundo bipolar sino unipolar: ´Make America great again´. Con ello logra al
interior de EUA mostrar la validez de su campaña y permite su sobrevivencia en
el poder.
Para lograr obtener una ventaja táctica sin necesidad de tener el lado negativo
de un conflicto con China, EUA ha considerado librar una gran guerra silenciosa
en el ciberespacio para causar un desastre nuclear tipo Chernóbil en Corea del
Norte. Cabe anotar, sin embargo, que la vulnerabilidad de Corea del Norte a un
ciberataque a sus instalaciones nucleares es muy baja porque la infraestructura
de internet que tiene el país casi es de nula penetración. La nación cuenta por
lo demás con fuertes aliados alfabetizados en criptografía. Es más, un ataque
masivo a la infraestructura eléctrica, política (votaciones) y financiera de
Estados Unidos constituye más bien un mayor riesgo que uno a las instalaciones
en Corea del Norte.
Las compañías norteamericanas tienen motivos reales de preocuparse de los
ataques cibernéticos en sus plantas de energía ya que se sospecha, con razón,
que Rusia fue la responsable de un corte eléctrico en Ucrania en diciembre del
año pasado dejando a 225 mil personas sin electricidad durante más de seis
horas. Las plantas de energía nuclear en EUA son relativamente protegidas ante
ataques cibernéticos al estar completamente aislados del sistema de internet,
las otras plantas de energía, por lo contrario, no lo están. EUA y Japón
realizaron el miércoles 21 de junio de 2017 una prueba de intercepción de un
misil de medio alcance sobre el océano Pacífico. La prueba falló y no debe haber
contribuido a la efectividad del escudo de misiles.
Ante la exigencia de Trump que Corea del Sur debería pagar por la instalación
del escudo de misiles (THAAD), el país decidió suspender de manera temporal el
despliegue del sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos en su
territorio. No exigieron que las dos lanzaderas y los otros equipos que han sido
ya desplegados debieran ser retirados, pero aquellos que aún están por
desplegarse tendrían que esperar. Por su parte, el Ministerio de Defensa
surcoreano indicó que todos los pagos vinculados con el despliegue del THAAD
están claramente por cuenta de EUA según el acuerdo firmado en junio.
El nuevo presidente surcoreano en persona, Moon Jae-in, trató que Trump
negociara con Corea del Norte. Si la reunión hubiese tenido lugar sería el
primer diálogo intercoreano desde diciembre de 2015. En esencia, tal negociación
significaría que China a través de Corea del Norte, lograría así su objetivo:
limitar la libertad de acción militar de EEUU en el Pacífico y darle todo el
espacio al desarrollo del proyecto multipolar. Un pacto político que acepte
semejante disuasión es políticamente inviable para el gobierno de Trump. Sin
embargo, todo indica que el proyecto multipolar sigue avanzando a costa de los
proyectos unipolares.
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Julio 2017

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