segunda-feira, 30 de janeiro de 2023

La elite de Davos a la deriva frente a la «policrisis» del capitalismo global

 



Por William I. Robinson

La élite política y corporativa transnacional estuvo de regreso en Davos
del 16 al 20 de enero para su cónclave anual en medio de la crisis más
severa del capitalismo global desde la fundación del Foro Económico
Mundial (FEM) hace medio siglo.

En años anteriores los participantes en la reunión exclusiva
descendieron a la estación de esquí en sus jets privados rebosando
confianza en la hegemonía del capitalismo global. Pero esta vez, la
incertidumbre sobre su capacidad para manejar la crisis, mantener el
control, reestabilizar el capitalismo global y reconstruir el consenso
fracturado en sus filas estaba a la plena vista.

El FEM fungió como centro de intercambio y órgano de planificación de la
clase capitalista transnacional (CCT) y sus aliados políticos en el
apogeo de la globalización capitalista. Pero ahora los grupos dominantes
parecen estar en permanente gestión de crisis, incapaces de reestablecer
la hegemonía mientras el consenso capitalista global construido en el
apogeo del neoliberalismo desde la década de los 1990 hasta el colapso
financiero del 2008 continúa desintegrándose.

La elite de Davos está muy consciente de que el capitalismo global
enfrenta una serie de crisis entrelazadas – lo que el informe anual del
Foro para 2023, “Riesgos Globales”, calificó como una “policrisis”. El
mundo enfrenta “inflación, crisis del costo de la vida, guerras
comerciales, fugas de capitales, descontento social generalizado,
confrontación geopolítica y el espectro de la guerra nuclear,” indicó el
informe. Estos riesgos, advirtió, “están amplificados por novedades en
el panorama de los riesgos globales, incluyendo niveles no sostenibles
de deuda, una era de bajo crecimiento, baja inversión y
desglobalización, una disminución en el desarrollo humano después de
décadas de progreso, el desarrollo descontrolado de tecnologías del uso
dual (civil y militar), y las crecientes presiones del cambio
climático”. En su conjunto, “estas crisis están convergiendo para dar
forma a una década venidera única, incierta, y turbulenta”, concluyó.

El FEM, establecido en 1971 en vísperas de la globalización capitalista,
reúne al círculo íntimo de la CCT y sus representantes políticos en los
Estados y las organizaciones internacionales. Cada año, la crema y nata
de la elite transnacional corporativa y política se reúne en Davos para
dimensionar el estado del capitalismo global, debatir los problemas y
desafíos que enfrentan como clase dominante global, y considerar
programas y políticas para abordar estos desafíos a su dominación
clasista. En una palabra, Davos es donde los Señores del Capital
elaboran anualmente su estrategia de cómo van a gobernar el planeta.

El núcleo de la membresía del FEM lo constituye los directores
ejecutivos de las 1,000 corporaciones transnacionales más grandes del
mundo, junto con los representantes de los grupos mediáticos más
poderosos, los formuladores de políticas clave de los gobiernos
nacionales alrededor del mundo y de los organismos internacionales, y
una selección de expertos de los campos político, económico, científico,
social y tecnológico. Se trata de un club ultra-exclusivo, cuya
membresía es por invitación solamente. La elite de Davos es una
verdadera Internacional de Capital.

La asistencia a las cumbres anuales es solo por invitación y cuesta
$19,000 por asistente. Entre los 2,700 participantes en la reunión de
2023, figuraron los directores ejecutivos de más de 600 corporaciones
transnacionales, 51 jefes de estado, 56 ministros de finanza, 19
gobernadores de bancos centrales, 30 ministros de Comerio, 35 ministros
de Exteriores, y los directores de las principales organizaciones
internacionales, entre ellas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco
Mundial, El Banco Central de la Unión Europea, las Naciones Unidas, y el
secretario general de la OTAN.

*La Amenaza Desde Abajo*

Bajo la égida del FEM, del Fondo Monetario Internacional, y de otras
instituciones financieras internacionales y de los gobiernos
occidentales clave encabezado por Estados Unidos, la CCT ha implusado
una globalización capitalista salvaje desde la década de 1980, en el
proceso desestabilizando y arrojando a la inseguridad a innumerables
comunidades, países y regiones enteros. Esta globalización has resultado
en una concentración y centralización sin precedentes del capital a
escala mundial en manos de la CCT. En 2018, solamente 17 conglomerados
financieros globales controlaron colectivamente $41.1 billones de
dólares, más de la mitad del PIB mundial.

Al mismo tiempo, la globalización ha desatado desigualdades sin
precedentes y desencadenado conflictos sociales y políticos en todo el
mundo. El aumento de la desigualdad, el empobrecimiento y la inseguridad
de las clases trabajadoras y populares después de décadas de la
decadencia social generada por el neoliberalismo están llevando a los
Estados a una crisis de legitimidad, desestabilizando los sistemas
políticos nacionales, y ponen en peligro el control de las élites.

Apenas unos días antes de que abriera la reunión de Davos, la Fundación
Carnegie para la Paz Internacional actualizó los datos que maneja sobre
las protestas populares alrededor del mundo, informando que más de 400
protestas anti-gubernamentales de mayor envergadura han estallido
alrededor del mundo desde 2017, una cuarta parte de ellas sostenidas
durante tres meses o más, muchas de ellas involucrando a cientos de
miles y hasta millones de manifestantes, y no menos de 32 de ellas
estaban todavía en curso mientras el cónclave su puso en marcha.

Como para simbolizar la creciente revuelta mundial, en el tercer día de
la reunión, más de un millón de personas salieron a las calles de Paris
para protestar el ataque a las pensiones y otras medidas neoliberales,
mientras que al otro lado del Canal de la Mancha, los trabajadores del
Reino Unido avanzaron con una ola de huelgas no vista en décadas. No es
sorprendente que tanto el Presidente francés Emmanuel Macron y el Primer
Ministro británico Rishi Sunak se saltaron Davos este año para atender
las crisis internas.

El capitalismo global se enfrenta una crisis estructural de la
sobreacumulación y el estancamiento crónico. La CCT ha acumulados
cantidades obscenas de riqueza, mucho más allá de lo que puede
reinvertir. Pero los grupos dominantes también enfrentan una crisis
política de la legitimidad estatal, hegemonía capitalista, y
desintegración social generalizada; una crisis internacional de la
confrontación geopolítica; y una crisis ecológica de proporciones
históricas. El ecosistema plantario en que se basa la civilización
humana se está desmoronando bajo el impacto de la desenfrenada
acumulación capital global.

Como contexto de fondo, un informe de inteligencia del gobierno
norteamericano de 2021 advirtió que el mundo “enfrentará desafíos
globales más intensos” en los próximos años, incluidos “el cambio
climático, enfermedades, crisis financieras y perturbaciones
tecnológicas” que “probablemente se manifiesten más frecuente e
intensamente en casi todas las regiones y países” y que “producirán
tensiones generalizadas en los Estados y las sociedades, así como shocks
que podían ser catastróficos.” El informe continuó señalando que “la
magnitud de los desafíos transnacionales, y las implicaciones emergentes
de la fragmentación, están excediendo la capacidad de los sistemas y
estructuras existentes.”

Los asistentes a Davos este año discutieron extensamente las variadas
dimensiones de esta “policrisis” pero parecieron estar a la deriva sobre
cómo reestabilizar el capitalismo global y rechazar la amenaza de la
revuela de masa desde abajo como de la derecha populista, el
nacionalismo y el neofascismo a la globalización capitalista. El
secretario general de la ONU Antonio Guterres advirtió que la batalla
contra el cambio climático se está perdiendo, mientras la directora
general del FMI se vio obligada a admitir que la economía mundial
enfrenta “quizás su mayor prueba desde la Segunda Guerra Mundial”.
Mientras tanto, la invasión rusa a Ucrania en 2022 y la respuesta
política, militar, y económica radical de Occidente, junto con la Nueva
Guerra Fría entre Washington y Beijing, están acelerando violento
colapso del sistema internacional post-Segunda Guerra Mundial. Este año,
los jefes de Estado de Rusia, China, y Estados Unidos se mantuvieron
alejados.

*Hacia Dónde Va el ‘Gran Reinicio’?*

Se suponía que la pandemia de Covid-19 habría allanado el camino para
“reestablecer u remodelar” el mundo en lo que el Foro denominó el “Gran
Reinicio”. Este fue un eufemismo para un esfuerzo por reestabilizar y
expandir el capitalismo global mediante una mayor desregulación
neoliberal, la aplicación de las nuevas tecnologías digitales, un
control más reglamentado y autoritario sobre la población global, la
vigilancia, y la “gobernanza global” tecnocrática.

Pero las cosas no han ido como se anticipaba. Más bien, la pandemia
aceleró todas las contradicciones y tendencias de crisis del capitalismo
global, sobre todo la tendencia hacia una concentración cada vez mayor
de riqueza y poder en manos de la CCT, lo que ha alimentado aún más las
protestas en masa y la inestabilidad política en todo el mundo.

Cada año, la agencia de desarrollo internacional Oxfam programa la
publicación de su informe anual sobre las desigualdades globales para
que coincida con la reunión de Davos. Según el informe para este año,
“Supervivencia de los Más Ricos”, las fortunas de los multimillonarios
están aumentando en $2.7 mil millones al día, incluso cuando al menos
1.7 mil millones de trabajadores ahora viven en países donde la
inflación supera los salarios, y el 1 porciento más rico de la humanidad
se apoderó de casi dos tercios de toda la nueva riqueza creada desde 2020.

En medio de la crisis mundial energética y alimentaria, las 95
corporaciones alimentarias y energéticas principales más que duplicaron
sus ganancias en 2022, según el informe, obteniendo $306 mil millones en
ganancias extraordinarias y pagando $257 mil millones de eso a
accionistas ricos, en el mismo tiempo que casi mil millones de personas
en el mundo pasaron hambre. Mientras tanto, el informe de Oxfam advirtió
que tres cuartas partes de los gobiernos del mundo están planeando
recortes del gasto público, incluida la educación y la atención médica,
por la friolera de $7.8 billones de dólares durante los próximos cinco años.

La fragmentación y la confrontación geopolítica están llegando a un
punto de ruptura a raíz de la invasión rusa a Ucrania y la Nueva Guerra
Fría. Estados Unidos está perdiendo su posición dominante en el sistema
internacional, pero ninguna nueva potencia estatal cuenta con la
autoridad política necesaria para estabilizar la ahora inextricablemente
integrada economía global. La crisis de hegemonía en el sistema
internacional tiene lugar dentro de esta economía global única e
integrada. El fin de la dominación Occidental del capitalismo mundial
está sobre nosotros a medida que el centro de gravedad de la economía
global se desplaza hacia China. Pero China no se convertirá en la nueva
potencia hegemónica. Más bien, el mundo gira hacia la multipolaridad
política en un momento de crisis aguda el el capitalismo global –
turbulencia económica prolongada y la decadencia política.

Nos enfrentamos nada menos que la descomposición de la civilización
capitalista. La elite de Davos está consciente de la gravedad de la
crisis global: que el sistema se está resquebrajando, que su control del
poder está cada vez más tenue y dependiente de un estado policiaco
global, y que las clases trabajadoras y populares están en pie de lucha.
Pero el compromiso del FEM de defender y expandir a toda costa la
acumulación interminable de capital a escala mundial – esta es su /razón
de ser/ – hace imposible que la clase dominante global ofrezca
soluciones viables a la crisis de época. Abordar esta crisis implica una
redistribución de gran alcance de la riqueza y el poder hacia abajo, la
regulación de los mercados globales, controlar el capital transnacional,
la desmilitarización de la sociedad global, y medidas ambientales
radicales. Tales soluciones solo vendrán de la lucha de masa desde abajo
/en contra de/ la clase dominante de Davos.

*William I. Robinson*. *Distinguido Profesor de Sociología*,
*Universidad de California en Santa Barbara*.

Em
REBELION
https://rebelion.org/elite-de-davos-a-la-deriva-frente-a-policrisis-del-capitalismo-global/
30/1/2023

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