terça-feira, 1 de outubro de 2013

En la Escuelita Zapatista los estudiantes aprenden organización comunitaria y resistencia civil como forma de vida


Por Alex Mensing

Especial para The Narco News Bulletin
29 de agosto 2013

Entre el 11 y el 17 de agosto, los zapatistas trajeron a más de 1.500
personas a sus comunidades para asistir a la Escuelita Zapatista. De
acuerdo con un comunicado del EZLN de febrero pasado, en una curso
titulado Libertad según l@s Zapatistas: Gobierno Autónomo I, nuestr@s
compas bases de apoyo zapatistas van a compartir lo poco que hemos
aprendido de la lucha por la libertad, y l@s compas de la Sexta ahí verán
qué les sirve y qué no para sus luchas.

Los alumnos se forman para registrarse para la primera “Escuelita
Zapatista” en el CIDECI, el Centro Indígena de Capacitación
Integral. FOTO DR 2013 Alex Mensing
En muchos sentidos, la Escuelita no era una escuela típica. Los maestros
no tenían títulos, los libros de texto no citaban a prestigiosos
académicos anteriores, y los salones de clase no tenían pizarrón. La clase
estaba en sesión 24 horas al día y la sección de preguntas y respuestas
estaba abierta todo el día. Y, sin lugar a dudas, los temas no eran
ordinarios.
Algunas de las lecciones impartidas en la Escuelita se entregaban en
lecturas de cuadernos de texto y presentaciones de autoridades zapatistas.
Pero la mayoría de las lecciones más importantes se aprendían al compartir
el hospedaje, las comidas, el trabajo la vida y las conversaciones con las
familias y guardianes zapatistas anfitriones de los estudiantes en sus
pequeñas y remotas comunidades durante los días que duró la Escuelita.
De acuerdo con los zapatistas, el objetivo de la Escuelita era mostrar a
las personas de afuera su territorio y la forma en qué organizaron su
lucha por autonomía, con la esperanza que los estudiantes compartieran la
experiencia con otros y usaran lo que aprendieron para organizar sus
propios movimientos de resistencia. Pero la escuela no se trató mucho de
“cómo hacerlo” sino “te muestro y te cuento”, más bien. “Esto es lo que
hacemos. ¿Preguntas?” De esa manera, la observación era la clave de
aprendizaje en esta escuela.
Algunos principios básicos de su proceso de organización pueden sacarse de
sus cuadernos de texto y experiencia, como la disciplina y el trabajo
duro, el acercamiento cara a cara de las comunidades, planeación a largo
plazo, reducción de la dependencia gubernamental a través de proyectos
colectivos de trabajo, evitar la confrontación con el enemigo y enfatizar
la experiencia compartida para convencer a los vecinos que no simpatizan
con ellos. La estructura de su gobierno autónomo también revela aspectos
clave de la resistencia y democracia zapatista.
Listo para la Escuela
En las primeras horas de la mañana del 11 de agosto, decenas de camionetas
de pasajeros comenzaron a llegar al Centro Indígena de Capacitación
Integral (CIDECI) en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en el sur de
México. Las camionetas venían de territorio zapatista, “donde el pueblo
manda y el gobierno obedece.” Cada vehículo tenía una conductora mujer y
uno hombre, cada uno de distintas comunidades zapatistas. Algunas
comunidades se encuentran a unas 10 horas de distancia. Todas llegaron a
tiempo.
Más tarde esa mañana hubo una segunda oleada de arribos, los pasajeros de
las camionetas volverían a territorio zapatista más tarde ese día. Eran
invitados de la Escuelita Zapatista, un curso de inmersión de una semana
en gobierno autónomo zapatista. Eran de todos los rincones del mundo, de
todas las edades, y no todos estuvieron a tiempo.
La Escuelita Zapatista fue anunciada a principios de 2013 en un de los
muchos comunicados desde su resurgimiento público en diciembre pasado.
Poco a poco, fueron difundiendo más información sobre la escuela. Los
estudiantes serían hospedados por familias zapatistas, así que no debían
traer su comida o alojamiento. Tampoco debían venir con la expectativa de
aprender cuestiones militares del EZLN—la escuela se trataba de
autogobierno y autonomía, y no sobre su resistencia armada. ¿El costo para
asistir? Además de tener que llegar a San Cristóbal, 100 pesos por cuatro
libros y dos DVD que ellos proporcionarían. Menos de ocho dólares.
En su característico estilo político, los primeros cuatro anuncios acerca
de los estudiantes describían a las personas que NO estarían en la
escuela: líderes de movimientos sociales que han sido desaparecidos,
presos políticos, y aquellos que llegaron antes y enseñaron a los
zapatistas como organizarse y resistir. Sobre aquellos que SÍ estarían:
1,700 personas, de cinco continentes, de entre 11 meses a 90 años (con una
gran concentración de 20 y 30 añeros), independientes o de colectivos, de
instituciones académicas, y grupos solidarios.

Un hombre camina por la calle en Rosario Río Blanco, en el municipio
autónomo de San Pedro Michoacán. FOTO DR 2013 Alex Mensing
Los estudiantes se registraron en el CIDECI y fueron asignados a uno de
los cinco caracoles zapatistas, como se conocen las regiones autónomas.
Aquellos sin invitación no fueron aceptados. Mientras los organizadores
registraban a una larga lista de los que llegaron tarde, música en vivo
entretenía a la gente y los colectivos vendían los típicos artículos
revolucionarios: camisetas, posters, cuadernos, publicaciones, etc.
Mientras tanto, los zapatistas encapuchados esperaban.
Luego vino la primera lección de organización zapatista: ejecución rápida
de las órdenes. La salida de la primera caravana fue anunciada, con
destino a La Realidad, el caracol más lejano. Esperaban diez horas de
viaje, y querían empezarlo pronto. En tan sólo minutos, los estudiantes
destinados a La Realidad fueron alineados en la entrada, incluyéndome.
Minutos después, nosotros con nuestro equipaje estábamos a bordo… excepto
aquellos estudiantes que habían llegado tarde o no escucharon el anuncio.
Por suerte para ellos, pudieron alistarse rápidamente.
La Realidad
En el Caracol I, La Realidad, fuimos recibidos a la 1 am por todos los
zapatistas en formación ordenada, con las caras cubiertas por pasamontañas
o paliacates rojos. Los estudiantes cansados caminaron a través del barro
y se pararon bajo la llovizna mientras la comunidad cantaba el himno
mexicano y zapatista. Algunos estudiantes se quedaron a bailar luego del
recibimiento, muchos otros fueron a dormir en el piso de concreto en los
espacios designados para su alojamiento.
Cuando los cursos comenzaron al día siguiente, los presentadores
zapatistas anunciaron que “a través de nuestro voz habla la voz del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional.” Todos los maestros, las
familias anfitrionas, y guardianes habían sido declarados portavoces del
EZLN durante la duración de la Escuelita, dejando en claro el punto que
aprender de la autonomía zapatista es aprender de la sociedad zapatista en
su conjunto.
Esa horizontalidad, como fue remarcada en la primera clase, es una parte
fundamental para su gobierno autónomo. Los presentadores nos introducían
en la estructura de su gobierno, algo a lo que muchos ya están
familiarizados. El lenguaje del “buen gobierno” y “mal gobierno” que los
zapatistas usan dice mucho—su gobierno tiene un tipo de estructura
paralela al gobierno tradicional, pero las mecánicas y esencia son
distintas. Muchas características de su gobierno autónomo fueron
explicadas por los zapatistas en relación con el comportamiento del
gobierno mexicano.
“No hacemos campañas electorales,” explicó el presentador. “No gastamos
montones de dinero para elegir a un líder. Los representantes no están
elegidos antes de que la gente vote.” Todas las leyes o proyectos, los
representantes comunitarios y servidores públicos (maestros, promotores de
salud, etc.) en todos los niveles de gobierno (local, municipal,
regional), son elegidos directamente por la gente, que aprueba o
desaprueba las propuestas del gobierno.
El servicio público es realizado por iniciativa y no por recibir un pago.
Cualquier puede convertirse en “líder”. En el sentido estricto, no hay
líderes, sólo miembros de la comunidad en distintos roles. Esto asegura
que el gobierno, la organización, no pueda ir contra la voluntad del
pueblo.
Durante la primera clase, la importancia de la historia del movimiento
zapatista fue clara. Entienden que su movimiento es parte de un hilo
histórico de opresión y resistencia. Uno que se construye de sí mismo y no
olvida, la historia completa es relevante. Los acontecimientos importantes
en su entendimiento de la historia son bien conocidos:
- Antes de que llegaran los españoles, los pueblos indígenas vivían en
pequeñas comunidades y tradiciones culturales que le daban forma a su
relación en común y con la tierra que trabajaban.
-La Conquista española destruyó su tejido social e hizo que la gente
trabajara como individuos en un sistema de explotación.
-En 1810, Miguel Hidalgo condujo a los campesinos a la independencia de
la corona española, pero México permaneció en las manos de los ricos.
Ellos consideran esto como la primer manifestación de inconformidad.
-En 1910, Emiliano Zapata luchó en la Revolución por “Tierra y
Libertad,” logrando el sistema ejidal (tierras de propiedad comunal).
-Durante el Siglo XX, los terratenientes carcomieron las ventajas
obtenidas por el sistema ejidal y, junto con gobiernos corruptos,
oprimieron a las comunidades indígenas.
-En 1983 se forma el EZLN y llega a Chiapas, comenzando a entrenar y
organizar.
-En 1994 el levantamiento armado del EZLN logra espacio para el diálogo
y la autonomía.
-En 2003 se forman las Juntas de Buen Gobierno para organizar el
gobierno y autonomía zapatista.
Cuando hablan sobre su autonomía en un contexto histórico, consideran que
lo que han logrado en los últimos 19 años ha sido más importante que lo
logrado en los últimos 500. Esta historia estaba muy presente para los
presentadores, así como para otros zapatistas con los que hablé. En su
opinión, les da fuerza, sentido y contexto a sus esfuerzos de
organización. Mi familia anfitriona y mi guardián me preguntaron luego
tranquilamente sobre la historia y presente de los movimientos de
resistencia civil en mi país.
Cuando un estudiante le preguntó al panel zapatista si tenían planes de
brindar enseñanza superior, la respuesta reveló que su movimiento tiene
ciertos objetivos y su organización tiene prioridades. De acuerdo al
representante que respondió la pregunta, quieren que sus hijos aprendan a
leer, a escribir, a hacer las cuentas requeridas en las empresas de su
gobierno y colectivo, a entenderá la verdadera historia de su lucha y a
entender el mundo natural a su alrededor y su relación tradicional con él.
Así que no, no piensan hacer una universidad, dijo, “pero ese no es el
problema. El problema es el pinche sistema.”
Otra presentación fue dedicada a la importancia de sus propios medios de
comunicación. En cada uno de los cinco territorios tienen dos radios
comunitarias, dijo el presentador. Esto les permite distribuir la “voz,
palabra y trabajo” de todos por igual. Cuando el gobierno trata de
engañarlos o les envía paramilitares, señaló el presentador, sus cámaras y
radios les permite registrar lo que sucede y difundirlo. El gobierno tiene
sus propios medios, explican, así que tuvieron que crear los propios. De
hecho, más tarde durante la escuela, mi guardian me informó que la Fuerza
Aérea Mexicana hizo sobrevuelos a baja altura de las comunidades la noche
anterior. Lo había sabido a través de la radio comunitaria.
Otras lecciones claves surgieron de la primer clase:
La libertad no es algo que se pide, sino algo que se toma; su forma de
autogobierno no vino de un libro, sino del análisis de las necesidades y
estructura de su sociedad; el trabajo de la resistencia civil requiere que
la gente esté consciente e informada de lo que están haciendo.
La clase se detuvo dos veces. La primera interrupción fue por varios
momentos en que los zapatistas enfatizaron la importancia de la disciplina
en su organización y cuando los representantes de los grupos activistas de
todo el mundo se les mostró su carencia en esta habilidad particular. Una
autoridad zapatista tomó el micrófono y observó que muchos estudiantes se
estaban parando para caminar por ahí, para ir a la tienda cercana y
comprar café o galletas, o alguna otra cosa. “No queremos que se
distraigan. Les recordamos que el pozol se servirá a la 1 pm. Queremos que
entiendan las presentaciones.” En ningún momento sin humor, el presentador
llamó a la seguridad zapatista para que nadie se quedara dormido. La
segunda otra interrupción fue, por supuesto, el pozol, una bebida a base
de maíz que proporciona la energía necesaria al mediodía para muchos
campesinos en Chiapas.
Una segunda lección de disciplina zapatista fue dada esa tarde, pero al
igual que muchas de las enseñanzas de la Escuelita, fue conocida luego de
observar. Todos teníamos la instrucción de pararnos en formación mientras
anunciaban nombres para que los estudiantes se juntaran con sus
guardianes. Mientras los zapatistas anunciaban los nombres, fue claro que
muchos estudiantes no estaban presentes. Muchos otros estudiantes
rompieron la formación y comenzaron a platicar. Cada vez que el nombre de
un zapatista fue anunciado, aparecían prácticamente de inmediato. Muchos
de los nombres de los estudiantes no fueron respondidos por varios
minutos. Una mirada rápida a los guardianes zapatistas, parados
calmadamente en filas ordenadas, fue suficiente para deducir una lección
táctica. Nos moveríamos más rápido y aprenderíamos más si practicaramos la
disciplina. Tardamos tanto que tuvimos que pasar una noche extra ahí antes
de viajar a nuestras comunidades.
La ventaja de quedarnos otra noche en el cuartel del caracol fue que, sin
nada más qué hacer, pudimos probar la tradición musical zapatista. Después
de todo, no puedes mantener una lucha de 30 años sin alguna canción y un
baile. Un zapatista que tocaba la guitarra finalmente fue convencido para
tocar algunos corridos que contaban sus historias de resistencia. Después
de todo, las letras revelaban conmovedoramente la profundidad del
sufrimiento que algunos miembros del movimiento sentían. Algunas partes:
“Lo mató el maldito gobierno
nada más por exigir la justicia.”
“Los asesinos eran soldados de línea
vestidos de campesinos
cuando él dormido estaba
mataron su mujer y niños”
Sin embargo, no todo es sufrimiento.
“Mira que la hora ya llegó
Y no se puede andar de espectador.
La lucha del pueblo es sin parar
hasta ver el triunfo popular.”

El camino es sinuoso y la transportación no es fácil entre los
bosques de Rosario Río Blanco y La Realidad. FOTO DR 2013 Alex
Mensing
Al día siguiente, luego de tres horas en un camión de basura y un caluroso
recibimiento por parte de la comunidad zapatista de Rosario Río Blanco, el
periodo de inmersión en la escuela había comenzado. Por los siguientes
tres días, mi guardián Jorge, mi “padre” anfitrión Rodolfo y yo nos
levantamos a las 4:30 a.m. para el desayuno que la esposa de Rodolfo,
Rosa, ya había preparado. Fuimos a trabajar en el campo hasta el mediodía,
con un descanso a las 9 para tomar pozol, luego descansamos un poco, nos
bañamos en el río, y almorzamos. El resto de cada día estaba dedicado a
estudiar: leer los textos, hablar sobre su autogobierno, o visitar algunos
edificios “institucionales” del pueblo. Así es como la comunidad de
Rosario Blanco decidió llevar a cabo la Escuelita, sin embargo algunos
estudiantes en otras comunidades tuvieron experiencias un poco distintas.
El leer, trabajar, comer y caminar por el pueblo fueron lecciones
distintas sobre la organización zapatista.
Los cuadernos
Los cuadernos de texto para la Escuelita Zapatista, de acuerdo al
comunicado de febrero,
“son producto de las reuniones que las bases de apoyo zapatistas de todas
las zonas realizaron para evaluar los trabajos de la organización.
Compañeras y compañeros tzotziles, choles, tzeltales, tojolabales, mames,
zoques y mestizos, procedentes de las comunidades en resistencia de los 5
caracoles, se preguntaron y se respondieron entre sí, intercambiaron sus
experiencias (que son diferentes según cada zona), criticaron, se
autocriticaron, y evaluaron lo que llevan avanzado y lo que falta por
hacer. Esas reuniones fueron coordinadas por nuestro compañero
Subcomandante Insurgente Moisés y fueron grabadas, transcritas y
trabajadas para la elaboración de los cuadernos de texto.”
Una de las lecciones que aparecía varias veces en los cuadernos era la
importancia de no sobrecargar de trabajo a los miembros de la
organización. Desde su creación en el 2003, casi todas las Juntas de Buen
Gobierno (el nivel más grande de los cuerpos de representación zapatista)
han incrementado el número de representantes y disminuido el número de
tiempo necesario para hacer un trabajo de gobierno. Como un portavoz del
cuartel del caracol había mencionado, “nos dimos cuenta que tenemos
familias.” Cada familia zapatista tiene que mantener sus propios campos y
hogares. Además de ese trabajo, los representantes hacen sus labores de
gobierno.
Un colaborador de los cuadernos, Artemio de La Garrucha, comentó que “los
cambios de los turnos tardaban hasta meses, dos o tres meses,”, y los
representantes de las Juntas tenían otras posiciones gubernamentales.
“Cuando se eligieron los 24 elementos sólo para la Junta se organizaron en
tres turnos de ocho compañeros cada turno y cada turno quedó 10 días. Eso
es lo que se acordó para llevar el proceso más seguido, que no se nos haya
olvidado cuando llegue otra vez nuestro turno.” Antes de eso, muchos
representantes no cumplían sus rotaciones de trabajo, por necesidades en
el hogar.
Incluso con estos cambios, muchos zapatistas se cansan en su trabajo.
Rosalinda, representante del caracol de Oventik, relató en los cuadernos
que en un punto 70 por ciento de sus funcionarios de salud y educación
habían dejado sus puestos, e incluso algunos habían dejado el zapatismo
por completo. Al hablar con mi guardián y la familia sobre esto, aprendí
algo interesante sobre los zapatistas.
“¿Qué haces para mantener a la gente en sus puestos y en la organización?”
les pregunté. Me miraron de una forma extraña, y mi guardián respondió
“Nada. En esta lucha todos somos libres. Si les dijéramos que se quedaran,
se sentirían obligados, y entonces seríamos como el mal gobierno. Si
alguien se va de la organización, es porque ha cambiado su forma de
pensar. Nosotros continuamos trabajando, y cuando quieran ser parte de
ello, pueden volver.”
Debo admitir que al principio fue una sorpresa para mí, al venir de los
EEUU donde hay un énfasis desmesurado en el crecimiento. Los zapatistas
han aprendido que la fortaleza de la organización no viene simplemente de
sus números, sino de la calidad y dedicación de sus miembros. Organizar y
resistir es un trabajo difícil, y siempre habrá gente que no quiera
participar, dijeron mis anfitriones. Uno de los siete principios de
gobierno autónomo zapatista es “convencer y no vencer.”
Y ni que decir de que no hacen esfuerzos por convencer a sus vecinos para
unirse a la lucha. Además de mostrar con ejemplos, practican la estrategia
que se ha utilizado para construir muchos movimientos sociales no
violentos: poner énfasis en las experiencias compartidas. Los zapatistas
siempre hablan con miembros de las comunidades que no simpatizan con ellos
(en persona y a través de sus radios comunitarias, que son escuchadas por
muchos que no son zapatistas) sobre su identidad indígena compartida y la
opresión histórica y continua. También practican la no confrontación con
la gente que consideran hermanos y hermanas, resistiendo la provocación
cuando el gobierno propaga los conflictos intercomunitarios.
Los cuadernos de texto también enseñan la importancia de convertir la
ayuda externa en independencia interna. En otras palabras, las donaciones
de grupos solidarios casi siempre se invierten en el establecimiento de
proyectos colectivos de trabajo que generen sus propios ingresos. Los
proyectos colectivos de trabajo son parte de la esencia de la autonomía
zapatista.

El escenario de la “Escuelita Zapatista” en La Realidad lleva las
figuras de los subcomandantes y de Emiliano Zapata. FOTO DR 2013
Alex Mensing
Un cuaderno incluía el testimonio de Alex de La Garrucha, quien describía
cómo su región había invertido en la compra de ganado, que es cuidado
colectivamente por los miembros de cada comunidad en una base rotacional.
“El objetivo de este trabajo”, dijo Alex, “es que los donativos que hay en
la Junta no se mal gasten así nomás en cualquier necesidad que hay, por
eso se creó esa idea de formar un colectivo de zona para que un día
tengamos de dónde sostenernos, no esperar a que haya alguna ONG que dé
proyectos para la Junta de Buen Gobierno.”
Ahora algo sobre igualdad de género en la organización zapatista. Uno de
los cuatro cuadernos de texto estaba dedicado a la participación de las
mujeres en los gobiernos autónomos. Para alentar la participación de las
mujeres, los zapatistas de cada comunidad así como sus representantes de
gobierno celebraban asambleas para discutir la importancia de la
participación de las mujeres. También tenían una estrategia a largo plazo
de proporcionar educación con igualdad, debido a que muchas mujeres
mayores no tuvieron la oportunidad de ir a la escuela y no saben leer,
escribir, o las matemáticas requeridas para hacer las cuentas financieras.
Los desafíos para la participación de las mujeres incluyen desde los
hombres zapatistas que no dejan que su esposa o hijas trabajen fuera del
hogar, a mujeres que se niegan a tomar puestos de gobierno, argumentando
que son incapaces o analfabetas, o que están preocupadas porque sus
familias no puedan cocinar, lavar o hacer otra de sus tradicionales
tareas. Algunas mujeres dejan sus puestos de gobierno cuando se casan.
Sin embargo, debido a la profundidad y al impulso generacional de la
cultura tradicional (algo que, en muchos casos, los zapatistas buscan
mantener), el progreso que los zapatistas han logrado en igualdad de
género en los últimos treinta años, aunque incompleto, es impresionante.
Mi guardián era un compañero zapatista ejemplar que cocina, lava y alienta
a que su esposa participe, aprenda y viaje. (No es que necesite mucho
aliento. Luego de reunirme con ella, es fácil ver que nunca se hubiera
casado con un machista.)
Cómo afilar el machete
La primera mañana de trabajo, aprendí a afilar un machete.
Desafortunadamente, debido a que aprendí a afilarlo antes que a blandirlo,
me corté el dedo muy rápido… Cuando mi guardián volvió con una venda
(luego de recoger hojas de una planta para ayudar a la cicatrización), nos
sentamos y platicamos. Esa fue la primera vez que Rodolfo y Jorge me
preguntaron sobre mí. Cuando les expliqué que viajaba y escribía sobre la
influencia de los EEUU en América Latina, me empezaron a hablar sobre las
trasnacionales estadounidenses, el neoliberalismo y las semillas
transgénicas.
Los zapatistas ven a los movimientos sociales globales como relevantes
entre sí, como parte del sistema capitalista global, y aún así entienden
cada comunidad y cada movimiento como algo internamente independiente.
Cuándo les pregunté si tenían algo específico que decirle a un ciudadano
estadounidense, ambos dijeron “no.” Con insistencia, explicaron que cada
uno debía hacer su propio movimiento. Y al mismo tiempo dijeron, la lucha
zapatista es para todo el mundo. Como dice la frase zapatista, luchan por
“un mundo donde quepan muchos mundos.”
Al día siguiente, cuando hablábamos de tomar un descanso para tomar pozol
en el maizal, Rodolfo me enseño a decir “vamos a tomar pozol” en su idioma
nativo, tojolabal. Wah kuti pichi, repetí. Luego me miró y dijo, “¿sabes
por qué tomamos juntos el pozol?” Pensé en muchas respuestas para esa
pregunta, pero no tenía idea de la respuesta que buscaba.
“Tomamos pozol juntos,” dijo Rodolfo, “porque en la lucha zapatista
hacemos todo colectivamente. Nadie en la organización recibe más o menos.
Tomar pozol uno sólo en un grupo es algo individualista.” Esta afirmación
repentina de Rodolfo llevó mi entendimiento de igualdad zapatista a otro
nivel. Por supuesto, mucha gente habla de igualdad y de compartir y
cooperación comunitaria. Pero lo que para muchos pareciera un grado
innecesario de compartir era algo natural y un hecho para Rodolfo y Jorge.
Cuando los zapatistas dicen que practican un valor, lo dicen en serio.
Sin duda alguna, la lección más importante al ver a los zapatistas
trabajar, es que trabajan muy duro. Trabajan muy, muy duro. Y es por eso
que han podido construir y mantener su movimiento, su resistencia y su
independencia. Los hombres y mujeres comienzan a trabajar mucho antes de
que amanezca, y cuando terminan el trabajo necesario para mantener a su
familia, participan en proyectos colectivos de trabajo para juntar dinero
para las medicinas de la comunidad o para los costos de transporte de sus
representantes de gobierno. O trabajan en los campos o cocinan para las
familias cuyos miembros trabajan como promotores de salud, maestros o
miembros de la Junta.
La Escuelita enseñó que los miembros de un movimiento de resistencia civil
no sólo deben trabajar duro, sino entender el porqué del trabajo duro. En
el caso de los zapatistas, si no apoyan su propio sistema médico,
educativo o de justicia, entonces dependerían del gobierno mexicano para
esos servicios. Y por doscientos años, el gobierno mexicano ha fallado en
proporcionarle esos servicios o los ha utilizado para controlar y
manipular a la población. El zapatista promedio lo entiende, habla sobre
ello y trabajo duro por ello.
Caminando por la cuadra
Una tarde, mi guardián y mi padre anfitrión me llevaron en un recorrido
por los edificios zapatistas del pueblo. Rosario Río Blanco tiene una
tienda local, una tienda regional, una escuela y una clínica de salud. En
la clínica de salud, el promotor de salud nos dio un ejemplo de la
importancia de la planeación a largo plazo, el compartir las habilidades y
la paciencia en la organización zapatista.

Un mural del subcomandante Marcos adorna una pared en La Realidad.
FOTO DR 2013 Alex Mensing
Poco a poco, los zapatistas han nombrado a miembros de la comunidad para
ser entrenados como promotores de salud. En un principio, voluntarios
externos con experiencia médica entrenaban a los zapatistas, pero al ganar
experiencia, los nuevos promotores de salud han podido entrenar a otros, y
de alguna manera han entrenado a suficientes personas para tener
practicantes generales en cada comunidad.
El gobierno zapatista llevó a cabo una asamblea y determinó 47 factores
importantes para mejorar la salud de la población, y ahora que hay los
suficientes practicantes, luego de años de entrenamiento, han comenzado a
abordar esos 47 factores en las comunidades zapatistas al mismo tiempo.
Pero en vez de tratar de trabajar en todos los factores de una sola vez,
eligieron diez de esos factores para abordar este año, 2013. Los factores
incluyen higiene personal, el uso de mesas para comer y el guardar de
forma adecuada la madera y los platos, etc.
Al celebrar asambleas locales y al visitar cada hogar para asegurarse que
estén implementando estas mejoras, los promotores de salud ya han
comenzado a ver importantes reducciones en las enfermedades. Pero el
desarrollo organizativo requirió de años de planeación a largo plazo y de
un extenso entrenamiento y de compartir habilidades.
Otro principio importante en el desarrollo del gobierno autónomo
zapatista, que los promotores de salud y de educación encarnaron, es que
debes de estar haciendo algo incluso cuando te sientas sin preparación. En
el caso de prácticamente todos los representantes zapatistas de gobierno,
maestros y doctores, comenzaron a practicar su papel con poca o nula
experiencia. Pero al mantener la sana cultura de cooperación, reflexión y
autoevaluación y crítica, grupos de individuos han podido mejorar sus
habilidades de acuerdo a las circunstancias y desafíos locales. Al final,
aprender de la experiencia ha ayudado a que los zapatistas construyan un
sistema que se ajuste a sus propias necesidades.
Conclusión
Al despedirme de mi guardián y agradecerle, su reacción me enseño una
última lección de organización zapatista. Cuando me di cuenta de la
dificultad de traducir y de agradecerle por su esfuerzo, (tradujo entre
tojolabal y español para mí), simplemente me respondió que era su trabajo,
y que todos en la organización habían hecho su parte para hacer posible la
Escuelita. Muchos estudiantes experimentaron esto. Los zapatistas ven su
movimiento como un esfuerzo colectivo, y mientras cada individuo es
responsable de su tarea, no toman crédito personal por el éxito de la
organización. Los movimientos sociales deben compartir sus
responsabilidades y habilidades para lograr sus objetivos. En
consecuencia, los zapatistas compartieron el crédito por sus logros.

El público prestaba atención durante la presentación final
anunciando la clausura de la primera “Escuelita Zapatista”. FOTO DR
2013 Alex Mensing
Los zapatistas invitaron a la gente a ir a su Escuelita para que pudieran
volver a sus comunidades, sus mundos, y organizar movimientos sociales
para luchar contra el neoliberalismo, contra la opresión, contra la
comercialización de los pueblos y el planeta. Pero la escuelita no estaba
estructurada como una serie de talleres, y no esperaba ser un modelo para
la revolución. Y la mayoría de los estudiantes con los que hablé después
no percibieron a la escuelita de esa forma. De hecho, muchos dijeron que
ya sabían muchas de las cosas que fueron explícitamente enseñadas en la
Escuelita.
Lo que la Escuelita Zapatista proporcionó a los estudiantes, por
sobretodo, fue la inmersión en un mundo donde no sólo se habla de
autonomía, sino que se vive. Vieron en cada acción los principios que ya
habían leído en internet y en panfletos. Probaron lo que es el trabajo
duro y la disciplina requerida para construir una resistencia efectiva a
un sistema poderoso. Hablaron cara a cara con la gente que ha sufrido y
resistido, los miraron a los ojos mientras contaban historias de represión
que muy pocos han estado siquiera cerca de experimentar.
El verdadero entrenamiento, los talleres verdaderos, los modelos
verdaderos, deben construirse fuera del territorio zapatista. Los
estudiantes deben convertirse en maestros. Deben diseñar sus propias
estrategias para alcanzar la autonomía, libertad y justicia; estrategias
que encuentran su camino a través de los obstáculos de sus propios mundos,
y que inevitablemente son distintos a los de los Altos de Chiapas, pero
que tienen los mismos valores fundamentales. Entonces, queda por ver el
papel que la Escuela Zapatista tendrá mientras los estudiantes de su
primera generación vuelven a sus lugares de opresión… digo, origen.

***
In
http://narconews.com/Issue67/articulo4711.html
1/10/2013







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