sexta-feira, 20 de dezembro de 2013

Provocando a China


Peligroso encuentro de crucero estadounidense con portaaviones chino


Pepe Escobar
Asia Times Online


Traducido para Rebelión por Germán Leyens




Ocurrió ahora y volverá a ocurrir: casi una colisión entre un barco
estadounidense y uno chino en el Mar del Sur de China.
El USS Cowpens, un crucero de 10.000 toneladas con misiles guiados, se “acercó
demasiado” a un “ejercicio” en el que participaba el Liaoning, el primer
portaaviones chino, y su fuerza de tareas, según Global Times.
La Flota del Pacífico de EE.UU. subrayó que el crucero tuvo que tomar medidas de
emergencia para evitar una colisión. Pero Global Times acusó al crucero de
“acosar” a la formación del Liaoning emprendiendo “acciones ofensivas”.
El periódico lo dijo claramente: “Si la armada y la fuerza aérea estadounidenses
se inmiscuyen continuamente cerca del umbral chino, existirá el peligro de un
enfrentamiento”.
Finalmente, el ministerio de Defensa de China intervino para aclarar que los
navíos se habían “encontrado” en el Mar del Sur de China pero que se evitó lo
peor mediante “comunicación efectiva y normal”.
Más vale que la comunicación sea harto “efectiva” desde ahora mientras China se
hace valer como potencia marítima ascendiente y es obviamente incierto quién
puede hacer qué en el Mar del Sur así como en el del Este de China, para no
hablar de los océanos más lejanos.
Es un hecho que la economía china, que continúa su auge, depende directamente de
sus complejas líneas marítimas de suministro (y demanda) – sobre todo por el
Océano Índico y el Pacífico Occidental. Pero eso no significa que China esté
tratando de controlar sus mares circundantes imponiendo una versión china de la
Doctrina Monroe del Siglo XIX, que fue esencialmente una estrategia continental
de dominación hemisférica (preguntad a cualquier latinoamericano informado al
respecto).
Pekín está ciertamente aumentando sus patrullas marítimas en el Mar del Sur y
del Este de China. Ha habido algunos altercados, en su mayoría retóricos con,
por ejemplo, las Filipinas. Y mientras Pekín decidió su nueva zona de
identificación de defensa aérea (ADIZ), las aerolíneas comerciales –que no están
inclinadas a poner en peligro sus pólizas de seguros– están todas presentando
sus planes de vuelo a Pekín, lo que significa que reconocen el derecho y la
autoridad de China.
Digamos que ahora China está en la etapa de crear hechos en el mar. Por el
momento, una especie de acomodamiento receloso parece prevalecer involucrando a
los estadounidenses y también a los japoneses. Pekín sabe que la Armada de
EE.UU. y la armada japonesa tienen mejor entrenamiento –y más experiencia– que
la armada china. Una vez más, por el momento.
Reptando por las zonas costeras
Hay un resumen bastante decente en South China Morning Post del reciente
crecimiento del poder naval de China en el contexto de un discurso pronunciado
por el entonces presidente Hun Jintao en noviembre pasado “ante el trasfondo del
‘giro hacia Asia’ del presidente de EE.UU. Barack Obama”.
Conecta unos pocos puntos entre el nuevo mantra acuñado por el presidente Xi
Jinping –el “sueño chino”– y el ascenso de China como potencia marítima.
Pero hay mucho más que decir al respecto. No cabe duda de que los estrategas
chinos han echado por tierra cabeza abajo el “giro” de Obama, y eso significa
repasando furiosamente su Mahan, según el capitán de la Marina de EE.UU., Alfred
Mahan, y específicamente The Influence of Sea Power Upon History, [La influencia
del poder marítimo en la historia], 1660-1783, publicado en 1890.
Sí, siempre se trata de un “giro”. Mahan creía que el giro geográfico de los
imperios no era el Heartland [región vital del territorio] de Eurasia –como con
Mackinder– sino los océanos Índico y Pacífico. Para Mahan, el que controlara
esos océanos podría proyectar su poder sobre toda ‘Rimland’ [zona costera]
Eurasiática, y también afectaría el “Heartland” en lo profundo de Asia Central.
Los chinos saben cómo eso se ha traducido en que la Armada de EE.UU. pueda
convertirse en un factor en Eurasia – parte de la dominación de “costa a costa”
venerada en Destino Manifiesto.
Nuestros estrategas en Pekín son muy conscientes de cómo China –cómo Estado y
aún más como civilización– se extiende desde el Heartland a las cálidas aguas de
los países de las costas del Pacífico, También son conscientes de un texto
absolutamente crucial: A Cooperative Strategy for 21st Century Sea Power, [Una
estrategia cooperativa para el poder marítimo del Siglo XXI], publicado por la
Marina de EE.UU. en 2007. Es esencialmente el anteproyecto para el giro de
Obama, basado, en teoría, en la cooperación con armadas locales (Australia,
Singapur, las Filipinas), en lugar de dominación. (A propósito, la armada
pregona a quienquiera esté involucrado que “el poder marítimo protege el modo de
vida estadounidense”.)
Inevitablemente, nuestros estrategas chinos también repasaron su Spykman, como
el holandés Nicholas Spykman, quien fundó el Instituto de Estudios
Internacionales en Yale en 1935. Fue Spykman el que conceptualizó Asia del Sur,
el Sudeste Asiático, China y Japón, así como Medio Oriente como parte de Rimland
[zonas costeras], que para él era la llave al poder mundial (no el Heartland).
Y también aquí vemos cómo lo que una potencia marítima como EE.UU. llama
“contención” es interpretado por una potencia del Heartland como China (para no
mencionar Rusia) como “cerco”-
A los occidentales también les cuesta poco olvidar cómo China fue otrora una
formidable potencia marítima, en su apogeo en el Siglo XV, gracias al
superdotado almirante Zheng He, comandando una amplia flota de barcos
frecuentemente de un tamaño excepcional bajo los emperadores Ming.
Ahora la potencia marítima se ha vuelto a despertar. No más taoguang yanghui
–como en “manteniendo un bajo perfil”, la notoria consigna de Deng Xiaoping.
Y es como si Spykman también hubiera de alguna manera visto el futuro. Basta con
ver este pasaje de America's Strategy in World Politics: the United States and
the Balance of Power, [Estrategia de EE.UU. en la política mundial: EE.UU. y el
equilibrio del poder], publicado en 1942:
Una China moderna, vitalizada y militarizada China… va a ser una amenaza no
solo para Japón, sino también para la posición de las Potencias Occidentales
en el Mediterráneo Asiático. China será una potencia continental de inmensas
dimensiones en control de una gran sección del litoral de ese mar del medio.
Su posición geográfica será similar a la de EE.UU. respecto al Mediterráneo
Estadounidense. Cuando China llegue a ser fuerte, su actual penetración
económica en esa región adoptará indudablemente connotaciones políticas. Es
bastante posible prever el día en el cual esa superficie acuática sea
controlada no por el poder marítimo británico, estadounidense, o japonés, sino
por el poder aéreo chino.
Está sucediendo ahora, solo siete décadas después, a medida que el “giro”
mahaniano de Obama se arrastra hacia aún más contención de la ascendente China.
Ojalá vivamos en tiempos de “comunicación efectiva y normal”.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving
into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad
during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books,
2009). Contacto pepeasia@yahoo.com
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Fuente: http://www.atimes.com/atimes/China/CHIN-01-181213.html

In
Rebelión
http://rebelion.org/noticia.php?id=178431
20/12/2013


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