segunda-feira, 17 de fevereiro de 2014

Trabajadores/as de fábricas autogestionadas se reúnen en Marsella


por Theodoros Karyotis

El evento de “La Economía de los Trabajadores” en Fralib inspiró y motivó todos
los involucrados, y quizá haya desencadenado la creación de un movimiento
europeo amplio por la ocupación de los medios de producción y por una autentica
autogestión obrera.


Fralib es una fábrica de procesamiento y empaquetado de hierbas para infusiones
situada a unos 20 kilómetros de la ciudad de Marsella, al sur de Francia. El
antiguo dueño de la fábrica, la enorme transnacional de químicos y alimentos
Unilever, decidió hace 3 años trasladar al extranjero la producción del té
Lipton con el fin de ahorrar costos. Con intensas protestas y campañas de
boicot, los 80 trabajadores demandaron que la fábrica permanezca abierta, y
cuando vieron que esto no era possible, decidieron tomar la producción en sus
propias manos.

Recientemente los trabajadores han reactivado las máquinas de la gran fábrica
para producir un lote de té de tila basado en la producción local, y actualmente
están buscando maneras de recomenzar la producción a plena capacidad. Fralib es
solo una de un de un puñado de fábricas europeas que, teniendo o no un discurso
transformador o radical, han avanzado hacia la autogestión de la producción por
los trabajadores.

La ocupación de empresas por trabajadores y su autogestión democrática a través
de la toma horizontal de decisiones es una práctica que tiene siglos de
historia. Sin embargo, ha resurgido recientemente como fenómeno – especialmente
en Argentina en torno al cambio de siglo, país que actualmente cuenta con
alrededor de 300 empresas recuperadas, empleando a más de 15 mil trabajadores.

¿Puede también este modelo constituir una solución viable en Europa, no sólo
para el creciente desempleo y pobreza, sino también para la verdadera
explotación y alienación que caracterizan el modo capitalista de producción?
Ésta fue la pregunta principal que el primer encuentro europeo de “La Economía
de los Trabajadores”, que tuvo lugar el 31 de enero y 1 de febrero en la fábrica
ocupada Fralib, intentó contestar. La idea detrás de estos encuentros
independientes y autofinanciados nació hace 7 años en Argentina, con su
tradición de dos décadas de ocupación de fábricas. Mas tarde, eventos similares
se realizaron en Brasil y en México.

Esta primera edición europea del encuentro reunió no sólo a los trabajadores de
las fábricas autogestionadas de Europa (mayormente de Italia, Francia y Grecia),
sino también a académicos, activistas, sindicatos y organizaciones que promueven
y estudian la autogestión, como la Association Autogestion de Francia y el ICEA,
proveniente del Estado español.

Alrededor de 200 personas de una docena de países asistieron al evento que tuvo
lugar entre las intermitentes luces de la maquinaria de la fábrica empaquetadora
de té. La traducción paralela a tres idiomas, llevada a cabo por traductores
activistas voluntarios de la red Babels, ayudo a derribar las barreras
lingüísticas permitiendo la unión de estas experiencias tan distantes
geográficamente.
Además de los anfitriones de Fralib, hubo participantes de Pilpa, una fábrica
ocupada de helados de Carcasonne, Francia; de Officine Zero y Rimaflow, dos
espacios ex-industriales ocupados por sus trabajadores y otros activistas en
Roma y en Milán respectivamente; y de Vio.Me, una de las pocas experiencias de
autogestión que hasta el momento han garantizado un estable – aunque limitado –
ingreso por sus trabajadores a través de la producción de detergentes ecológicos
en su fábrica ocupada de Tesalónica, Grecia. Otro invitado, un trabajador
argentino de la fábrica textil Pigüé, intentó también trazar paralelos entre las
primeras etapas del movimiento argentino – que surgió en plena crisis-, y el
naciente movimiento europeo. Muchas más experiencias en autogestión obrera y
economía cooperativa fueron compartidas de lugares tan diversos como Serbia,
España, México, Venezuela y Brasil.

Si bien la voluntad de democratizar la producción y de redistribuir la riqueza
“está en el ADN de los trabajadores”, como señala Andrés Ruggeri – un
investigador militante argentino y uno de los principales promotores del evento
- , las experiencias de ocupación de fábricas y autogestión son tan diversas
como los contextos políticos, económicos e históricos en los que ocurren.
Usualmente, los trabajadores deben lidiar con una unidad de producción obsoleta
o que produce mercancías que no tienen ninguna demanda (como es el caso de
Oficina Zero). El ingenio y la creatividad de los trabajadores en estos casos, y
lo que es más importante, la estrecha cooperación con la comunidad, puede ayudar
a reconvertir la producción hacia productos más útiles y respetuosos con el
medio ambiente. En el caso de las fábricas italianas, esta reconversión
permitirá, entre otras actividades, rescatar y reciclar equipamiento
electrónico.

Algunos de los desafíos habituales que deben enfrentar las fábricas ocupadas son
la represión estatal, grandes trabas burocráticas, falta de un marco
institucional apropiado, y la hostilidad de los antiguos dueños, los partidos
políticos y los sindicatos burocráticos. A menudo operan en economías que ya
están en severa recesión (tal es el caso de Vio.Me y de la mayoría de las
fábricas argentinas en el comienzo del siglo 21), y por ende reinsertarse en el
mercado y asegurarse un ingreso son metas muy difíciles de conseguir.

También existen peligros en caso de éxito económico. ¿Cómo pueden los
trabajadores proteger el carácter radical del experimento y evitar convertirse
en una empresa capitalista cooperativa guiada por el principio de ganancia o
usando trabajo asalariado? En torno a esto, muchos participantes resaltaron la
importancia de las relaciones cercanas con la comunidad. No es suficiente que la
producción esté bajo control de los trabajadores, aunque sí es un primer paso
necesario para romper el círculo vicioso de explotación capitalista. La
producción también debería ser controlada socialmente; debería ser sensibilizada
en materia de política del medio ambiente y fundada en los valores del respeto y
la solidaridad.

Los trabajadores de Vio.Me se hicieron eco de estas preocupaciones al anunciar
que, en el estatuto de la naciente cooperativa que tiene como objetivo legalizar
sus actividades tras el primer aniversario de la autogestión de los
trabajadores, se reconoce la figura del “simpatizante-solidario”. Éste es
cualquier miembro de la comunidad que se compromete a consumir cierta cantidad
de productos de la fábrica, y que a cambio tiene el derecho a obtener
información de primera mano sobre la lucha, a participar en las asambleas de los
trabajadores, y a ayudar en la toma de decisiones a través de un voto
consultivo. Un puente se construye así entre el control obrero y el control
social de la producción.


Además de un intercambio de ideas y experiencias, también muchos proyectos
fueron

puestos en marcha en este primer encuentro europeo. Trabajadores, activistas,
académicos y simpatizantes iniciaron campañas para promover los productos de las
fábricas autogestionadas, hicieron acuerdos de intercambio directo de bienes
entre las fábricas, asentaron herramientas para el trabajo en red y toma
colectiva de decisiones, y elaboraron proyectos que avanzan en la comprensión
teórica de la autogestión y la promoción del conocimiento popular de los
problemas que la rodean, como por ejemplo el sitio web workerscontrol.net, un
recurso multilingüe dedicado al estudio y promoción de la autogestión obrera.
Incluso se habló de un fondo de solidaridad que puede surgir del excedente que
las fábricas ocupadas puedan tener, el cual ofrecerá financiación a los nuevos
emprendimientos y así ayudará a cortar los lazos con el sistema de financiación
capitalista.

Cuando se trata de crear una actividad económica humana basada en la igualdad y
en la solidaridad, no hay reglas preestablecidas. La imaginación de los
trabajadores y su voluntad de luchar por un mundo mejor son los límites. El
evento de “La Economía de los Trabajadores” en Fralib inspiró y motivó todos los
involucrados, y quizá haya desencadenado la creación de un movimiento europeo
amplio por la ocupación de los medios de producción y por una autentica
autogestión obrera.

In
http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/80917-trabajadores/as-de-fábricas-autogestionadas-se-reúnen-en-marsella.html
17/2/2014

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