segunda-feira, 5 de setembro de 2016

Los Rothschild preparan desorden para forzar un 'brave new world'



Wim Dierckxsens

Lord Jacob Rothschild hace referencia aquí a un colapso conducido de la sociedad
por la élite bancaria y no está sorprendido de este suceso como tal sino
preocupado por su eventual resultado. “Estamos en aguas desconocidas”, y es
imposible predecir las consecuencias de la combinación de tasas de interés muy
bajas, con un 30% de la deuda pública mundial con rendimientos negativos y la
flexibilización cuantitativa a una escala masiva. Las élites como los Rothschild
están preparando así el caos necesario para crear las bases de un gobierno
global. Es preciso crear ese caos para generar un nuevo ´orden´. Es obvio que
estas cosas no reciben cobertura en los principales medios de comunicación
controlados por las élites. Llama la atención que el gobierno de Angela Merkel
ha urgido a los alemanes de adquirir cantidades de alimento y agua suficientes
para diez y cinco días respectivamente ante la eventualidad de un ataque o
catástrofe. Está claro también que las diferentes fracciones de las élites están
buscando lograr cosas diferentes en ese caos. Las políticas de inmigración de la
canciller Angela Merkel no coinciden con los objetivos de la OTAN o de EEUU. Con
el desplazamiento de millones de musulmanes mediante guerras de agresión la
élite financiera globalista busca desintegrar a la Unión Europea, en tanto las
políticas de Merkel no están realmente interesadas en la seguridad y el
bienestar de los alemanes sino en el fortalecimiento de una economía
pan-europea. La élite financiera globalista no tiene interés real en salvar al
dólar y calcula el momento indicado de aumentar la tasa de interés para dejar a
EEUU en bancarrota declarada. Ante una economía norteamericana en bancarrota y
la gran duda de que las reservas de oro aún se encuentren en las bóvedas, toda
base objetiva de confianza en dicha moneda se perdería. La próxima gran crisis
financiera será demasiado grande para que los bancos centrales puedan salvar a
la banca.La apuesta de los Rothschild y la élite financiera globalista es que
podrán controlarlo todo y crear en medio del desorden un nuevo orden global (´a
brave new world) bajo su hegemonía aunque sea a punta de guerra.
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Las ganancias corporativas en picada, una crisis bancaria mucho peor que la de
2008 y el voto a favor del Brexit en el Reino Unido parecen inaugurar la fase
que los bancos se preparan para un nuevo sistema monetario internacional o
´Economic Reset´. La caída de las ganancias financieras ha llevado a los bancos
a elaborar una estrategia para “el peor escenario”, que podría suceder antes de
finales de este año. Las acciones de los bancos europeos más importantes han
estado cayendo en picada. Deutsche Bank ha perdido hasta el mes de agosto casi
un 45%, Credit Suisse ha caído un 41% y el Royal Bank of Scotland ha bajado un
35% en 2016. En términos de Osman Karimov, los bancos se están “preparando para
una situación de invierno nuclear económico”. Otro referéndum similar al Brexit
podría llevarse a cabo en Francia o los Países Bajos y llevaría a una coyuntura
de cambio que están buscando. Los bancos están preparados para un cambio global
del sistema monetario internacional (Vea, Osman Karimov, “El peor escenario”:
los bancos se preparan para un “invierno nuclear económico”
www.actualidad.rt.com 29 de agosto de 2016.
El propio Lord Rothschild admite abiertamente que el sistema está colapsando
afectando a los trabajadores comunes y la gente común en general. El ciudadano
común de EEUU no obtendrá fruto alguno de ello sino tendrá que pagar caro por el
´experimento bancario´ en proceso. Lord Rothschild hace referencia aquí a un
colapso conducido de la sociedad por la élite bancaria y no está sorprendido de
este suceso como tal sino preocupado por su eventual resultado (Vea, Mac Slavo,
Rothschild Warns “Biggest Financial Experiment in History” About to Unleash
Consequences Unknown, www.silverdoctors.com, August 24, 2016).
Las tasas de interés bajas, rendimientos negativos de la deuda pública y la
flexibilización cuantitativa forman parte de este mayor experimento financiero
de la historia, afirma Jacob Rothschild. Sus consecuencias son aún desconocidas,
advierte. “Estamos en aguas desconocidas”, y es imposible predecir las
consecuencias de la combinación de tasas de interés muy bajas, con un 30% de la
deuda pública mundial con rendimientos negativos y la flexibilización
cuantitativa a una escala masiva. Por esta “creciente ola monetaria”, el sector
real de la economía “sigue estando anémico. Afirma que muchos riesgos presentes
ya en 2015 siguen siendo de alto riesgo para la economía global, mientras que la
situación geopolítica se complica. Entre los riesgos Rothschild incluye el voto
del Reino Unido por abandonar la Unión Europea y las elecciones presidenciales
en EE.UU. Billonarios como George Soros están afirmando que el sistema está por
colapsar y muchos de ellos están abandonando en las últimas semanas las monedas
fiduciarias y las bolsas de valores para refugiarse en oro (Rothschild: “El
mundo vive el mayor experimento de política monetaria de la historia”,
https://actualidad.rt.com , 16 de agosto 2016).
Llama la atención que el gobierno de Angela Merkel ha urgido a los alemanes de
adquirir cantidades de alimento y agua suficientes para diez y cinco días
respectivamente ante la eventualidad de un ataque o catástrofe. Así suele
fomentarse el miedo. Situaciones como Brexit y un estado económico catastrófico
harán difícil llevar una vida normal ni permiten planear algo a futuro. Luego
los líderes políticos anunciarán otras falsas banderas de ataques terroristas o
de guerra incluso para mostrar que estaban en lo cierto con sus prevenciones y
con su sabiduría esperan ser los líderes naturales para llevarles a su objetivo.
 Las élites como los Rothschild están preparando así el caos necesario para
crear las bases de un gobierno global. La gente siente su existencia cada vez
más como andar sobre el filo de una navaja y reclama soluciones que las mismas
élites les van a ofrecer a su manera. Es preciso crear caos para generar un
nuevo orden. Es obvio que estas cosas no reciben cobertura en los principales
medios de comunicación controlados por las élites. Está claro también que las
diferentes fracciones de las élites están buscando lograr cosas diferentes en
ese caos. Las políticas de inmigración de la canciller Angela Merkel no
coinciden con los objetivos de la OTAN o de EEUU. Con el desplazamiento de
millones de musulmanes mediante guerras de agresión la élite financiera
globalista busca desintegrar a la Unión Europea, en tanto las políticas de
Merkel no están realmente interesadas en la seguridad y el bienestar de los
alemanes sino en el fortalecimiento de una economía pan-europea.
Con mucha sorpresa se comunica en el periódico Die Welt el 1 de setiembre
(apenas un día después de la destitución de Dilma Russef como presidenta de
Brasil) que está en marcha un golpe contra la canciller Angela Merkel (Vea, ´El
golpe contra Angela Merkel ya está en marcha´, www.actualidad.rt.com, 1 de
setiembre de 2016). Así como la destitución de Russef fue para dar un golpe al
proyecto BRICS, de la misma forma un eventual golpe contra Angela Merkel sería
un golpe de la élite financiera a la unidad pan-europea. Estamos en una nueva
era de golpes en el mundo que generan inseguridad y miedo. Tenemos además el
´golpe´ en Turquía, se está hablando cada vez más de un posible golpe en
Venezuela sin hablar de los anteriores en Honduras y Paraguay y los eventuales
próximos en Bolivia y Ecuador. Todo ello genera un clima de inseguridad y miedo
en el mundo.
Los Estados Unidos no están exentos de sucesos que causan preocupación y miedo.
Estamos ante una elección muy peculiar en los Estados Unidos que puede tener
desenlaces no previstos. Nos informan los medios dominantes que el sistema
electoral ha sido ´hackeado´ en dos estados y que nadie menos que el ´Homelnd
Security¨ monitoreará los sondeos. Con ello los sondeos dejan de ser creíbles.
No es curioso que Trump siga llenando auditorios con varias cuadras de gente
haciendo fila para poder asistir al tiempo que las audiencias de Clinton apenas
atraen a unos centenares de asistentes. Sin manipulaciones eventuales, Donald
Trump es el candidato con más apoyo popular para ganar las elecciones. La prensa
oficial presenta un cuadro muy diferente al respecto hecho que entre ellos
mismos se comenta como absurdo. Ante la perspectiva que Trump lograse triunfar
tampoco es inimaginable pensar en un acto de falsa bandera lo suficientemente
importante para posponer las elecciones o incluso aplicar la ley marcial (Vea,
Bill Holter, If this is true, it is game over, www.silverdoctors.com 1 de
setiembre de 2016).
Desde ya están preparando cosas que causan precisaría transmitirse para la
opinión pública. Jeff Berwick escribió que Barack Obama advierte a los
norteamericanos estar preparados para un desastre cuando el 12 de agosto de 2016
emitió tres decretos que regulen el orden de sucesión en la Tesorería en
cualquiera de los siguientes casos: ante la muerte simultánea del Secretario y
Subsecretario de la tesorería; en caso que se dé una bancarrota de Estados
Unidos o; ante movidas del FMI para reemplazar el dólar por los Derechos
Especiales de Giro respaldados por el Yuan chino, hecho último que está
planificado por el FMI para el 1 de octubre de este año.
En la última semana de agosto el Banco Mundial vendió a China bonos denominados
en Derechos Especiales de Giro por un valor de 500 millones de dólares que China
colocó en su mercado. Es un hecho histórico que tiene lugar en Shanghai un mes
antes de la inclusión oficial en el FMI de la moneda china en la canasta de
Derechos Especiales de Giro (compuesto de las diferentes principales monedas).
Lo anterior significa que los Derechos Especiales de Giro están de vuelta en el
sistema monetario internacional después de 35 años. Con ello China está creando
un Nuevo Mercado o al menos suscribiéndolo. En todo caso este suceso es un acto
de rivalidad con el dólar y la pregunta es cómo reaccionará EEUU ante este
hecho. El paso siguiente pueda ser una crisis geopolítica donde incluso las
fuerzas nacionalistas norteamericanas y las del capital financiero globalizado
se encuentran en conflicto entre si y en tanto que la hegemonía de la última no
percibe obtener hegemonía en la nueva conducción del mundo las fuerzas de la
OTAN por un lado y las de Rusia y China podrán estar cara a cara (Vea, Bill
Holter, If this is true, it is game over, www.silverdoctors.com 1 de setiembre
de 2016
El presidente Putín está preparando obviamente a sus compatriotas en Rusia por
todo lo que puede venir. No es extraño en este caso que vea con mejores ojos a
la elección de Trump como presidente de EEUU. Además de sus preparaciones
militares Putin está preparando con China una nueva moneda de referencia
respaldada en oro que representa una amenaza no solo para la sobrevivencia del
dólar, lo que sería un derrota de la élite financiera conservadora con su
proyecto de otro siglo americano, sino también para los planes de la élite
financiera globalista de crear un gobierno global. Es ante este panorama de caos
económico y amenazas de guerra que los gobiernos y no solo de Alemania están
advirtiendo a sus ciudadanos de preparase para tener provisiones de alimento y
agua (Vea, Jeff Berwick , Merkel prepares for a deliberate crisis while White
House plans for a disastrous succession, www.silverdoctors.com, August 26,
2016).
James G. Rickards, consejero del Departamento de Defensa e Inteligencia de EEUU
se refería a la crisis de la actual estructura monetaria mundial como a dos
placas tectónicas en movimiento (deflacionario e inflacionario) que pronto pueda
resultar en un terremoto. Está la placa tectónica natural de la deflación. Se
suele afirmar que la causa de la deflación es que existe demasiado poco dinero
para comprar y que eso provoca la caída de los precios, pero esta es una
explicación sesgada. El sistema financiero mundial se encuentra en una crisis
profunda y lo que ocurre en realidad no es que haya poco dinero sino que éste se
destina a usos especulativos, a mercados que nada tienen que ver con la
producción de riqueza real. Por más dinero que se inyecte no se soluciona nada
porque el dinero adicional (por endeudamiento) no se destinará a aumentar el
empleo y la demanda a través de crédtos al consumo o la producción. Lo anterior
más bien agrava la financiarización de la economía que esté detrás del problema
que se quisiera resolver.
Los bancos centrales tratan de evitar a toda costa la deflación y sobre todo en
una era de grandes deudas ya que no pueden aceptar un incremento en el valor
real de sus deudas ya que con la deflación todo se abarata excepto las
obligaciones de pago de las deudas. En una era de gran endeudamiento la tasa de
crecimiento económico global tiende a la baja y con ello la acumulación del
capital. La deflación significa para el capital una baja proporcional en la tasa
de ganancia. Para contraponerse a la deflación se pone en actividad a la otra
placa tectónica de la inflación. Esta ópera mediante las políticas de la
expansión cuantitativa o impresión de dinero sin respaldo, las guerras de
moneda, las tasas de interés negativas, los seguros contra impago de deudas,
etc. (Vea, Tekoa Da Silva, Jim Rickards: “There Will Be A War On Gold”,
www.solverdoctors.com, August 29, 2016).
Con la impresión de dinero sin respaldo podría imaginarse una política de
aumento en la capacidad de compra de la población en general. Sin embargo la
distribución de dinero no significa necesariamente un aumento en el consumo o la
velocidad con que circula el dinero y con ello tampoco estimularía un
crecimiento del PIB. Bien podrían inclinarse los ciudadanos hacia el ahorro en
tiempos tan inseguros o cancelar sus deudas.
Ante la tendencia deflacionaria se lanza la política de tasas de interés cero e
incluso negativas que hace aún más barato el endeudamiento mediante la impresión
de dinero que cada vez menos se invierte en la economía real sino cada vez más
para que las empresas compren sus propias acciones a fin de mantener la
cotización de su empresa a la alza. Estas compras de las propias acciones
obviamente no inyectan dinero en la producción ni en el crecimiento de la
economía real generando mayores condiciones objetivas para una crisis. Lo
anterior genera inseguridad y desconfianza entre el público.
Para evitar que la gente busque sacar su dinero ante una creciente crisis de
confianza, los bancos están eliminando paulatinamente la posibilidad de sacar
montos apreciables de dinero en efectivo. Cada vez más estamos obligados a usar
dinero por transferencia, tarjeta de crédito y cada vez menos en efectivo. Si
uno procura retirar un monto relativamente sustantivo de dinero el banco hará
toda clase de preguntas para cuál propósito lo ocupará dejando a uno la
sensación de ser una persona sospechosa. En realidad los bancos se están
preparando en otras palabras para una corrida del público hacia la banca en el
momento de crisis financiera que está por estallar. La banca está levantando
para ello un corralito a nivel mundial.
Las dos placas tectónicas (de deflación e inflación) están confrontándose con
cada vez más fuerza. Cualquier día podrá darse un ´terremoto´ y con un aumento
simple en las tasas de interés la élite financiera globalista es capaz de
calcular el momento preciso de hacerlo. La impresión de dinero sin respaldo y el
endeudamiento cada vez mayor generan mucha inestabilidad monetaria y explica el
refugio hacia el oro y la plata como los últimos ´puertos seguros´. Este oro ha
ido de Occidente a Oriente en la última década. Los Brics y China y Rusia en
primera línea están preparando una nueva moneda de referencia respalda en oro o
podrían en el FMI respaldar los Derechos Especiales de Giro, con su moneda.
Estamos en otras palabras ante una confrontación monetaria. Quien llevará la
batuta en esta nueva situación monetaria. Con ello la situación geopolítica se
pone al rojo vivo.
¿Cuál es el rol del dólar como moneda de referencia a partir de entonces?
Podamos preguntémonos primero lo que es una moneda. ¿Pueden ser conchas, cacao,
oro, bitcoin, oro, plata? Lo que le queda al dólar es la confianza que sirva de
medio de pago. La confianza es la base fundamental de toda moneda, sea bitcoin,
sea dólar, o cualquier forma monetaria que sea. Los derechos especiales de giro
podrán ser respaldados por oro, es decir, por algo real que es base de
confianza. Las monedas fiduciarias como el dólar y el euro no están más
respaldadas por el oro ni por una economía que se encuentran ante la bancarrota.
Durante tan solo los últimos ocho años el gobierno estadounidense ha duplicado
su deuda. Con ello es imposible aumentar las tasas de interés sin que el país
entre oficialmente en bancarrota. En la práctica EEUU ya está mucho más allá del
estado de bancarrota. La última vez que el gobierno norteamericano canceló una
fracción de su deuda fue en los años cincuenta y desde entonces sobrevive
gracias a la deuda y la baja en las tasas de interés. La élite financiera
globalista no tiene interés real en salvar al dólar y calcula el momento
indicado de aumentar la tasa de interés para dejar a EEUU en bancarrota
declarada. Los Republicanos como representantes políticos de la élite financiera
que lucha por otro siglo americano en cambio defendería la sobrevivencia del
dólar como moneda de referencia a capa y espada (Vea, Tekoa Da Silva, Jim
Rickards: “There Will Be A War On Gold”, www.solverdoctors.com, August 29,
2016).
Ante una economía norteamericana en bancarrota y la gran duda de que las
reservas de oro aún se encuentren en las bóvedas, toda base objetiva de
confianza en dicha moneda se perdería. La próxima gran crisis financiera será
demasiado grande para que los bancos centrales puedan salvar a la banca. En tal
caso será necesario que el FMI podría entrar en acción con el uso de los
Derechos Especiales de Giro, Estos necesitan estar respaldados. El Yuan y el oro
chino y de los Brics en general ven aquí una oportunidad. Su intervención
reducirá el papel del dólar como moneda de reserva internacional. El dólar, al
igual que la libra esterlina hace un siglo, quedará reducida a la del estatus de
una moneda nacional con un fuerte proceso de devaluaciones. El proceso que ha
marcado a tantos países periféricos en el mundo le tocará esta vez a EEUU. La
pregunta del millón será quien llevará la batuta en el FMI o habrá un sistema
monetario paralelo. La apuesta de los Rothschild y la élite financiera
globalista es que podrán controlarlo todo y crear en medio del desorden un nuevo
orden global (´a brave new world) bajo su hegemonía aunque sea a punta de
guerra. Los próximos meses podrán ser meses de suspenso (Vea, Brandon Smith,
Central Bankers Take On “New Tools To Fight Fiscal Downturns” (And Take
Control), www.silverdoctors.com, 1 de setiembre de 2016).
 
In
La Página de Wim Dierckxsens
http://mariwim.info/?p=54
Sep 2016

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