terça-feira, 13 de setembro de 2016

Pronostican el fin del capitalismo***


Patricia Lee Wynne

En la cumbre del G20 en China, el 4 y 5 de septiembre, los líderes mundiales
hablarán de la salud de la economía mundial. Analizarán si el crecimiento será
mayor o menor en 2017, si aumentarán los tipos de interés en EEUU, si China
crecerá un punto más o menos. ¿Serán conscientes de la declinación irreversible
del sistema mundial que representan?

Sobrevivir es el nuevo sueño americano: jóvenes de EEUU pierden la fe en el
capitalismo
Importantes teóricos han predicho en los últimos años que nos acercamos al fin
del capitalismo como sistema mundial. El más conocido es el sociólogo Immanuel
Wallerstein, quien afirma, en su último libro, '¿Tiene futuro el capitalismo?',
que se ha llegado a un punto en el cual el sistema mundial se ha movido muy
lejos del equilibrio, se ha vuelto caótico y ya no puede sobrevivir. Para
Wallerstein, en las próximas dos o tres décadas, la cuestión ya no es de qué
manera los gobiernos pueden reformar el sistema capitalista. "No hay ninguna
posibilidad de hacerlo. La pregunta es qué va a reemplazar a este sistema",
afirma.

El hecho fundamental es la declinación definitiva de la hegemonía de los Estados
Unido, afirmación confirmada por los datos empíricos. El medidor clave para
analizar el futuro de una economía es el crecimiento de la productividad, y en
Estados Unidos, donde todo sucede primero, la caída de la productividad es la
más grave de los últimos 30 años: en 2015 solo creció un 0,3%, y este año solo
aumentaría 0,2%. Desde la posguerra hasta los años 70, la productividad creció a
un ritmo del 3% anual, entre los 70 y los 90, cayó a la mitad, y ahora se licuó.

Para el especialista argentino Jorge Castro, la razón del "virtual derrumbe de
la eficacia productiva norteamericana" es la caída estructural de su capacidad
innovadora: menos empresas nuevas, reducción de la fuerza de trabajo y
crecimiento de la pobreza, que alcanza al 15% de la población, lo cual dificulta
la asimilación de los inventos y el progreso educativo, según escribe en su
columna dominical del diario Clarín de Buenos Aires.

El otro aspecto es la reducción cada vez mayor de la clase trabajadora
industrial estadounidense, la base de la generación de la riqueza. Esta caída es
producto no solo de las innovaciones tecnológicas y la destrucción de puestos de
trabajo, sino del aumento de la mortalidad, debido al suicidio, las drogas y el
alcohol: mientras que la mortalidad en general cayó un 2% en los últimos 20 años
del siglo pasado, la de la clase trabajadora industrial blanca de entre 45 y 54
años, aumentó el 0,5% anual.
La fuerza industrial cayó de 17 millones a 11 millones de trabajadores en los
últimos 15 años, lo que explicaría el éxito de Donald Trump en los sectores más
maltratados de la clase trabajadora blanca, pues propone una economía más
proteccionista, contra los inmigrantes y los tratados de libre comercio. Un
fenómeno similar al triunfo del Brexit, gracias al voto de los trabajadores
ingleses más afectados por la crisis.

¿Podrían los robots acabar con la humanidad?
El desplazamiento de la fuerza de trabajo por la técnica y los robots no solo
afecta a la clase obrera industrial: ahora el avance de la computación y la
tecnología de la información va por la clase media y los sectores de servicios.
Según el investigador Randall Collins, la tecnología de la información ha
iniciado la segunda gran era de contracción de la fuerza de trabajo, pero,
mientras que llevó dos siglos desplazar a la clase obrera, la sustitución de la
clase media por la tecnología lleva dos décadas y avanza a pasos agigantados.
Cuando las computadoras reemplacen a los vendedores en los supermercados, a los
empleados bancarios y hasta a los gerentes, los estados se verán obligados a
aumentar el empleo público y los subsidios al desempleo, haciendo sucumbir los
presupuestos estatales. Este proceso, llevado a su extremo —Collins habla de
tasas del 50 al 70% de desocupación en 2050—, es lo que llevaría a la crisis
terminal del capitalismo.
Lea también: ¿Un futuro de robots y desempleo?
La otra cara del mismo fenómeno es el enorme salto de la desigualdad social. En
Estados Unidos, los ingresos del 1% más alto aumentaron el 3,4% anual desde
1973, mientras que, para el resto, crecieron 10 veces menos. Según datos de la
Universidad de Harvard, la concentración de la riqueza ha reducido un 20% el
crecimiento de EEUU en las últimas cuatro décadas.

In
SPUTNIK
https://mundo.sputniknews.com/firmas/20160901/1063185166/g20-capitalismo.html
1/9/2016

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