segunda-feira, 28 de novembro de 2016

Ante qué coyuntura nos encontramos


Wim Dierckxsens


Parece que hemos entrado en el Imperio del Caos, entendido como lo que resulta
de la negativa a aceptar el propio declive hegemónico. Parece que Obama lidió
con la decadencia de Estados Unidos, como Gorbachov en la ex URSS. Con la
pretensión de California, Hawai y Puerto Rico de separarse de la Unión de
Estados parece anunciarse incluso la Perestroika en Occidente. Las tendencias
nacionalistas amenazan también la desintegración de la Unión Europea y se
vislumbra un retorno al proteccionismo y nacionalismo.
 Ante la tesis que los nacionalismos solo generan caos, racismo, xenofobia y
hasta fascismo, los globalistas trabajan para poner nuevo orden en el mundo, con
un proyecto del Estado Global que estaría por encima de las naciones e incluso
por encima de los EE.UU. Para lograr su cometida no se puede descartar en este
contexto un golpe, la ley marcial para no mencionar la eliminación física del
nuevo presidente.
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Parece que hemos entrado en el Imperio del Caos, entendido como lo que resulta
de la negativa a aceptar el propio declive hegemónico. Parece que Obama lidió
con la decadencia de Estados Unidos, como Gorbachov en la ex URSS. Con la paliza
que recibieron los Demócratas en EE.UU., los perdedores principales son los
globalistas, con los banqueros de Wall Street (City Bank, los Rothschild, etc.)
y sus empresas transnacionales que operan en los países emergentes, así como los
principales medios masivos bajo su control (CNN, etc.). Con la pretensión de
California, Hawai y Puerto Rico de separarse de la Unión de Estados parece
anunciarse incluso la Perestroika en Occidente. Las tendencias nacionalistas
amenazan también la desintegración de la Unión Europea y se vislumbra un retorno
al proteccionismo y nacionalismo. Al no prosperar los tratados de libre comercio
empujados por Obama (ATP, el TTIP y TISA) un proceso de des-globalización se
pone en marcha a menos que se lo impongan a la fuerza.
Es preciso saber que en Estados Unidos existe un Estado profundo o gobierno de
sombra. Así como Clinton sufrió un ataque del Estado Profundo en la recta final
de las elecciones cuando el FBI presentó nuevos correos electrónicos
relacionados con el mal manejo de información clasificada, también Trump puede
ser comido por el omnipotente ´Deep State´ e incluso antes de asumir la
presidencia. Ya seis miembros del Colegio Electoral estadounidense, han
anunciado que no tienen intención de votar en línea con los resultados pero
hacen falta 21 para evitar que Trump asuma la presidencia. Todo sucede en un
paisaje económico con alto riesgo de otra crisis financiera mundial. Si Trump
asume la presidencia las tasas de interés subirán porque necesita dinero rápido
para su proyecto de invertir un billón de dólares en infraestructura. Es un
proyecto que constituye un genuino neo-keynesianismo anti-neoliberal que
conllevaría a la des-globalización.
Con aumento en las tasas de interés, en el entorno de una inmensa pirámide
invertido de crédito y deudas, otra gran crisis financiera global se pondrá en
marcha. La nueva política económica no podrá evitarla, pero los globalistas sí
podrían hacerle responsable a la administración Trump por el caos que resulte de
ello. En semejante coyuntura el capital financiero globalista (el verdadero
responsable de la especulación financiera) se presentará como los salvadores del
caos global. Ante la tesis que los nacionalismos solo generan caos, racismo,
xenofobia y hasta fascismo, trabajan para poner nuevo orden en el mundo, con un
proyecto del Estado Global que estaría por encima de las naciones e incluso por
encima de los EE.UU. Para lograr su cometida no se puede descartar en este
contexto un golpe, la ley marcial para no mencionar la eliminación física del
nuevo presidente.
Lo prioritario en este contexto es lograr que se conserve la paz. No se olvide
que ahora, si algo se rompe, estamos en pie de guerra, todos contra todos. No
está nada claro que exista una red de seguridad internacional. Y ni Trump ni
nadie puede estar seguro de que no la necesitará. La salida más sensata en el
momento parece ser ir por un nuevo orden multipolar con diferentes regiones en
el mundo sin guerra. La paz mundial tiene también su precio cuando China y
Rusia, deberían ser solidarios y ayudar incluso a Estados Unidos a salir de su
marasmo civilizatorio y económico. En un mundo multipolar más proteccionista se
erosiona el comercio internacional. La suma de las cuentas nacionales daría
negativa, o sea, habrá decrecimiento económico a escala mundial y sin mayor
perspectiva que lo habrá en el futuro. Tal vez se anuncia una nueva era de
decrecimiento estructural sin otra salida que la lucha social por otra
civilización donde la re-producción de la vida colectiva está en el centro de
nuestros valores y para lograrlo hemos de dar vida colectiva a las cosas que
producimos. Solo así también podamos devolver la vida a la naturaleza y saber
ser parte de ella.
In
La página de Wim Dierckxsens
http://mariwim.info/?p=59
Nov. 2016

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