quinta-feira, 5 de novembro de 2020

La Confederación Iroquesa y la “democracia estadounidense”

 




Por Luciano Andrés Valencia


La organización política iroquesa ha sido llamada “la primera democracia
de América” y “la base de la Constitución de los Estados Unidos”.

La denominación Iroqués o Iroquesa no hace referencia a un pueblo
originario de Norteamérica, sino a una Confederación conformada por las
naciones mohawk (mohicanos), onondaga, oneida, cayuga, seneca y –desde
1722- tuscarona. Se llamaban a sí mismos /nadowa/, pero pasó a ser más
popular el nombre /iroqués/, que provenía del algonquino
/irok-ois/ o /irinakhoiw/ (“real unión”) que fue adoptado por los
conquistadores franceses. También adoptaron los nombres
de /Haudenosaunee/ o /Hodinonhsioni/ (“pueblos de la casa grande”)
y /Ongwanonhsioni/ (“constructores de casas grandes”) (1).

Por lo general se acepta que su origen se sitúa en el siglo XVI, a
partir del mítico guerrero mohawk Hiawatha, que habría creado la
confederación en 1570. Otros historiadores sostienen que ya existía 300
años antes de la llegada de los conquistadores. Originalmente estuvo
compuesta por los pueblos de los Lagos Finger (New York): mohawk,
onondagas, oneidas, cayugas y senecas que conformaban la Liga de las
Cinco Naciones. El objetivo de esta alianza era mantener la paz entre
sus pueblos, incrementar los lazos comerciales y posicionarse en contra
de otras naciones originarias o de los conquistadores europeos. La
nación tuscarona (originaria de North Caroline) emigró a principios del
siglo XVIII hacia el actual Estado de New York pasando a formar parte de
la Confederación que, desde entonces, pasó a ser conocida como la Liga
de las Seis Naciones. Su territorio llegó a extenderse –hacia el siglo
XVII- por la mayor parte de los actuales Estados de New York y
Pennsylvania, así como por Canadá, y su capital era Onondaga (hoy
Siracusa, New York). Cada nación tenía su propia lengua (con existencia
de dialectos internos), pero compartían un idioma común: el iroqués (2).

Su economía se basaba en la caza, la recolección, la agricultura
(producían maíz, alubias, calabaza, tabaco, frutos secos), y una intensa
actividad comercial. Aunque esta última existía antes de la llegada de
los conquistadores, fue con estos que se diversificó ya que les
proporcionaban tabaco y pieles a cambio de armas, pólvora y alcohol. La
hegemonía del comercio de pieles en el siglo XVIII produjo un
enfrentamiento armado (la Guerra de los Castores) con los peleteros
franceses y sus aliados originarios (algonquinos, hurones). Ante esto,
la Confederación Iroquesa debió concretar una alianza con la Corona
Británica que se volvió tan necesaria para su supervivencia, que
debieron emigrar hacia el Dominio Británico de Canadá cuando las Trece
Colonias se independizaron en 1776, ya que los acusaron de traidores a
la revolución (3).

Pero lo que nos interesa analizar en este artículo es su organización
política, que ha sido llamada “/la primera democracia de América/” o
“/la base de la Constitución de los Estados Unidos/”.

Uno de los primeros en referirse a ella fue el antropólogo Lewis Morgan
en su obra /Ancient Society /(1877), quién nos dice que se organizaban
en /gens/ o clanes similares a los antiguos griegos y romanos, que a su
vez se agrupaban en fratrias (hermandades o pueblos) y tribus
(naciones). Cada /gens /agrupaba a un mismo linaje familiar y podía
estar presente en más de una tribu –por la prohibición de matrimonios
dentro de la /gens/-, lo que favorecía la paz y los contactos
comerciales. Entre los Seneca existían ocho /gens/ con nombres de
animales: lobo, oso, castor, ciervo, perdiz, ganso y halcón, que se
agrupaban en dos /fratrias/. Cada /gens/ elegía un /Sachem/ (director en
tiempos de paz) y un Jefe Guerrero. El primero era elegido por la misma
/gens /y sus funciones eran hereditarias dentro de la /gens/, aunque no
se permitía elegir al hijo del anterior –por estar vigente el derecho
materno-. El jefe guerrero en cambio se podía elegir fuera de la /gens/
y faltar en tiempos de paz. Hombres y mujeres adultas formaban parte de
la elección y el cargo debía ser ratificado por las otras siete /gens/.
La autoridad del /sachem/ era paternalista pero no coercitiva, siendo un
miembro más del Consejo Tribal y del Consejo de la Confederación. La
/gens/ además podía destituirlo en una votación libre (4).

En la época de las Cinco Naciones el Consejo de la Confederación se
componía de 50 royaneh (“hombres buenos”): 9 oneida, 10 cayuga, 14
onondaga, 8 seneca y 9 mohawk. Más tarde se incorporaron los tuscarona.
Los clanes o /gens /los elegían de entre una lista de candidatos
propuestos por las mujeres. Cuando uno moría, se celebraban complejos
rituales de duelo para luego nombrar al sucesor. Las decisiones se
tomaban en /caucus/ (pequeñas juntas) hasta lograr el consenso. Las
crónicas se transmitían oralmente o por los/ wampums/ (“cinturones
sagrados”) (5).

Para Engels se trataba de una democracia propia del “comunismo
primitivo” (sociedad sin Estado): “/Todos los miembros son individuos
libres, obligados cada uno a proteger la libertad de los otros; son
iguales en derechos personales; ni los sachem ni los jefes pretenden
tener ninguna especie de preminencia; forman una colectividad fraternal,
unida por vínculos de sangre. Libertad, igualdad y fraternidad, aun
cuando nunca se han proclamado como fórmula, son los principios
fundamentales de la gens; y a su vez, está última es la unidad de todo
un sistema social, la base de la sociedad india organizada/” (6).

Se ha comparado la organización política iroquesa con la Atenas clásica
de tiempos de Pericles. Entre los puntos en común encontramos: la
división tripartita (/gens/, fratrias y tribus), las decisiones tomadas
por asambleas, los cargos públicos no remunerados y el carácter
isonómico de la sociedad (en donde la ley era igual para todos) (7).
Pero también tenemos una diferencia fundamental, ya que en la Antigua
Grecia no se les otorgaba condición de ciudadanía a las mujeres, los
esclavos y los metecos (migrantes). En cambio, en la Confederación
Iroquesa no encontramos ninguna forma de esclavitud, las mujeres
participaban en la toma de decisiones y la /gens/ podía adoptar a
extraños en su seno (incluyendo los prisioneros de guerra que no fueran
condenados a muerte) e incorporarlos así en su respectiva tribu. Además,
al no existir la propiedad privada y no ser hereditarios los cargos, no
llegaban a formarse familias nobles ni clases dominantes (8).

El carácter democrático de la sociedad iroquesa se basaba en que el
/Sachem /debía gobernar con el consentimiento de sus gobernados, ya que
al momento de tomar una decisión de importancia todos los miembros de la
/gens /podían participar de las asambleas. El mandato de la asamblea era
llevado por el /Sachem /al Consejo de la Nación y al Consejo de la
Confederación que debían tomar una decisión por unanimidad de todos sus
miembros. La /Kaianerekowa/ o /Gran Ley de la Paz/ establecía que
los /Sachem/ debían obedecer a las censuras de los Consejos. Engels los
llamó “/un débil germen de funcionario con poder ejecutivo/” (9). No
existía además concentración de poder ni propiedad privada de la tierra.
Las mujeres eran las encargadas de la mensura y su división entre las
/gens/ que se revisaba cada dos años.

Sin embargo la sociedad iroquesa tenía divisiones de género. Cada clan
era liderado por una mujer –por lo general la más anciana- que lo
representaba en el Consejo de Mujeres de las /gens/, que decidía sobre
los asuntos relacionados con la tierra, la labranza y la división de
bienes. Los hombres -a su vez- elegían al /Sachem/ y al Jefe Guerrero,
pero su poder era menor ya que respondían a los Consejos, además de
cumplir las funciones de caza y pesca. Aunque existían estas
diferencias, todas las funciones eran consideradas en igualdad de
importancia para la supervivencia de la nación y de la Confederación.

La sociedad era matrilineal y matrilocal (no matriarcal), ya que el
linaje de los clanes se realizaba por la raíz femenina, y el matrimonio
residía en la vivienda de la mujer. El divorcio era una práctica
aceptada en la sociedad, y los registros señalan que la violencia en el
hogar y las violaciones eran prácticamente inexistentes.

Un paralelismo en el Viejo Mundo –según Engels- lo encontramos en los
antiguos germánicos, donde las decisiones se tomaban en asambleas. El
contacto con Roma favoreció que se crearan familias nobles y se perdiera
este espíritu democrático (10).

La influencia iroquesa en la Constitución de los Estados Unidos podemos
rastrearla hasta cuarenta años antes de la Declaración de Independencia,
cuando en 1736 Benjamin Franklin –uno de los siete Padres Fundadores- se
dedicó al estudio de su sociedad, llegando a publicar una 14 tratados
sobre el tema en 26 años. Su fascinación no solo con los iroqueses, sino
también con otras naciones originarias, lo llevó a proponer en el Albany
Plan of Union (1754), primera propuesta de una organización política
independiente, la creación de un sistema confederal para las Treces
Colonias Norteamericanas. En una carta enviada a su editor James Parker
en 1751 expresaba que: “/Sería muy extraño si seis naciones de savages
ignorantes fueran capaces de formar un esquema para semejante unión y de
llevarlo a la práctica de tal forma que logre subsistir durante siglos
pareciendo indisoluble, y una unión de ese tipo no pueda ser llevada a
cabo por diez o doce colonias inglesas/” (11).

Décadas más tarde el Congreso Continental –que declaró la Independencia
y sancionó la Constitución- creó el Comité de Asuntos Indios bajo el
liderazgo de Franklin. Según el historiador Bruce E. Johansen (autor de
/Forgotten Founders/): “/Los escritos de Franklin sobre los iroqueses
estaban notablemente libres de etnocentrismo, a pesar de que a menudo
utilizada palabras como savages, las cuales tienen hoy un sentido
prejuicioso, pero no tanto por aquella época/” (12).

Las similitudes entre la Confederación Iroquesa y la organización del
Estado norteamericano fueron señaladas por muchos autores desde el siglo
XIX. A los ya citados Morgan y Engels, tenemos que mencionar también a
Alexis de Tocqueville que en su famosa obra /Le Democratie in Amérique/
(1835-1840) nos dice –refiriéndose a la Confederación iroquesa- que “/no
se había visto nunca entre las naciones un desarrollo tan prodigioso, ni
una destrucción tan rápida/” (13).

Las similitudes que se mencionan habitualmente son: la defensa de las
libertades individuales, la descentralización del poder (a través de su
división) y un sistema de contrapesos al poder de los líderes. La
/Kaianerekowa/ establecía además el derecho a expresar libremente las
opiniones en las asambleas, la inviolabilidad del domicilio (también
presente en la IV Enmienda de la Constitución estadounidense) y otorgaba
a un órgano independiente (el Consejo de Mujeres) la función de
resolución de disputas (como la Corte Suprema de Justicia).

En 1987, con motivo de cumplirse los 200 años de la sanción de la
Constitución, se realizó el seminario “The Iroquois Great Laws and the
US Constitutions” en la Universidad de Cornell, en donde el académico
Bruce Barton afirmó que: “/la democracia estadounidense le debe su sello
distintivo a los principios y la estructura de los Gobiernos civiles de
los indios norteamericanos/” (14).

Sin embargo debemos aclarar que en muchos aspectos la Confederación
Iroquesa era más democrática que los Estados Unidos. En primer lugar,
porque a ningún miembro de la /gens/ se le negaba la votación en la
asamblea, mientras que en los Estados Unidos el voto estuvo negado a las
minorías étnicas y a las mujeres durante muchos años. De hecho, algunas
de las primeras sufragistas, como Matilda Gage, Lucretia Mott o
Elizabeth Staton reclamaron que se tomara como ejemplo el modelo iroqués
en donde las mujeres votaban y ejercían cargos públicos. No fue
casualidad que organizaran la Convención de Seneca Falls (1848) por el
voto femenino en el antiguo territorio de la Confederación Iroquesa y
que la mayoría de las sufragistas fueran de los Estados de New York,
Pennsylvania y otros poblados antiguamente por las naciones iroquesas (15).

En segundo lugar, porque la elección de autoridades era directa siendo
los mismos miembros de la asamblea quienes elegían a los /Sachems/, los
jefes militares y las líderes de clan. En el sistema estadounidense la
elección del presidente se hace de manera indirecta, eligiendo cada
distrito electoral delegados al Colegio Electoral llamados /electores /o
/compromisarios/ que son los encargados de elegir a la máxima autoridad.
La elección de delegados no es proporcional, sino que la lista ganadora
se lleva todos los cargos, aunque haya ganado apenas por el 51% de los
votos. Además de que hay distritos sobrerepresentados y
subrepresentados, en proporción con su población. Así hubo casos de
presidentes electos por tener mayoría de delegados en el Colegio
Electoral, aunque su lista o partido haya sacado menos votos populares
(16). Otra diferencia es que entre los iroqueses, el líder debía rendir
cuentas a la asamblea y podía ser destituido de no cumplir sus
funciones, mecanismo que es muy difícil y casi imposible de aplicar en
el sistema político estadounidense.

Por todo lo expuesto, podemos considerar a la Confederación Iroquesa
como una democracia directa y participativa en una sociedad
relativamente igualitaria, que nos sirve de ejemplo a la hora de pensar
reformas de nuestros regímenes políticos y electorales.

*Bibliografía*:

(1)/Encyclopaedia Britannica/, www.britannica.com
<https://www.britannica.com/>, artículo: “Iroquois Confederacy”.

(2) *Shipley*, Trajan; “La confederación iroquesa: democracia nativa de
Norteamérica”, /EOM/,
https://elordenmundial.com/la-confederacion-iroquesa-democracia-nativa-en-norteamerica/
<https://elordenmundial.com/la-confederacion-iroquesa-democracia-nativa-en-norteamerica/>,
22 de mayo de 2017; y *Asimov*, Isaac; /La Formación de América del
Norte/, Madrid, Alianza, 2000.

(3)*Asimov*, Isaac; /La Formación/…, op. cit.

(4) Citado en *Engels*, Friederick; /El origen de la familia, de la
propiedad privada y del Estado/, Buenos Aires, Claridad, 1964, p. 97-98.

(5) “Los Iroqueses”, /Pueblos Originarios/,
https://pueblosoriginarios.com/norte/bosques/iroqueses/iroqueses.html
<https://pueblosoriginarios.com/norte/bosques/iroqueses/iroqueses.html>,
consultado en mayo 2020.

(6)*Engels*, Friederick; /El origen de la familia…/, op. cit., p. 101.

(7)*Shipley*, Trajan; “La confederación iroquesa…”, op. cit.

(8)*Engels*, Friederick; /El origen de la familia…/, op. cit., pp. 100 y
122.

(9)*Engels*, Friederick; /El origen de la familia…/, op. cit., p. 106.

(10)*Engels*, Friederick; /El origen de la familia…/, op. cit., p. 166.

(11)*Masana*, Sebastián; “La Liga de las Seis Naciones Iroquesas y el
debate sobre su aporte al sistema político estadounidense”,
/Iberoamérica y el Mundo/, Departamento de Relaciones Internacionales de
Argentina, http://www.argentina-rree.com/documentos/iroqueses.pdf
<http://www.argentina-rree.com/documentos/iroqueses.pdf>, consultado en
mayo de 2020.

(12) Citado por *Masana*, Sebastián; “La Liga de las Seis Naciones
Iroquesas…”, op. cit.

(13)*Tocqueville*, Alexis; /La Democracia en América/,
https://mcrcalicante.files.wordpress.com/2014/12/tocqueville-alexis-de-la-democracia-en-america.pdf
<https://mcrcalicante.files.wordpress.com/2014/12/tocqueville-alexis-de-la-democracia-en-america.pdf>.

(14)*Shipley*, Trajan; “La confederación iroquesa…”, op. cit.

(15)*Shipley*, Trajan; “La confederación iroquesa…”, op. cit.

(16) Sobre el régimen electoral estadounidense se puede consultar:
*Pueyo*, Luis; “El proceso electoral en los Estados Unidos”, /Boletín de
la Revista de Historia/, www.revistadehistoria.es
<http://www.revistadehistoria.es/>, 10 de noviembre de 2016.

Luciano Andrés Valencia es escritor, historiador y psicólogo. Autor de
/La Transformación Interrumpida/ (2009), /Páginas socialistas/ (2013) y
/Breve Historia de las personas con discapacidad: de la opresión a la
lucha por sus derechos/ (2018), además de participar en decenas de
antologías y libros colectivos.

In
REBELION
https://rebelion.org/la-confederacion-iroquesa-y-la-democracia-estadounidense/
5/11/2020

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