sábado, 14 de maio de 2016

Temor del 1% a los de abajo, causa del impeachment




Raúl Zibechi



La pregunta decisiva, ante la crisis brasileña, debería ser: ¿por qué los grandes
empresarios que habían apoyado a Lula y a Dilma rompieron con los gobiernos del
PT y lanzaron una potente ofensiva hasta conseguir la destitución? La ofensiva
de la derecha brasileña contra la presidenta Dilma Rousseff fue producto de un
viraje abrupto, a consecuencia de la intensificación de las luchas de clases, en
particular de los pobres, negros y habitantes de las favelas.

Para dilucidar esta hipótesis es necesario reconstruir lo sucedido en los años
pasados. Los hechos dicen que el punto de inflexión en la tolerancia de la
burguesía sucedió en 2013. Con la distancia del tiempo es posible mostrar la
confluencia entre diversos sectores de trabajadores y de jóvenes en una
coyuntura que permitió dar un enorme salto cualitativo en la capacidad de
movilización de los sectores populares. Para ello veremos tres hechos: las
movilizaciones de junio de 2013, el alza notable de las huelgas y la creciente
organización de los diversos abajos.

Sobre el primer punto hemos hablado bastante: en junio de 2013 millones de
jóvenes ganaron las calles contra el aumento al transporte urbano y la represión
policial, en acciones que deben comprenderse como una gigantesca denuncia contra
la desigualdad que los gobiernos del Partido de los Trabajadores no modificaron,
aunque hayan disminuido la pobreza. Hoy sabemos que la desigualdad no sólo no
cayó, sino que tiende a aumentar, incluso en los periodos de bonanza económica,
cuando el uno por ciento acaparaba 25 por ciento de la riqueza, porcentajes que
habrán subido durante la presente crisis.

La segunda se relaciona con las huelgas. Las luchas obreras en Brasil habían
alcanzado un pico luego de la salida de la dictadura, en el periodo de
aprobación de la nueva Constitución Federal en 1988 y las primeras elecciones
presidenciales directas en 1989. En esos años se alcanzó un pico histórico de
mil 962 huelgas, en 1989, y algo menos en 1990, para descender abruptamente en
la década neoliberal y estabilizarse bajo los dos gobiernos de Lula en torno a
300 huelgas anuales.

En 2013 se produjo un aumento repentino de las huelgas (aunque en 2012 ya habían
crecido), batiendo el récord de la serie histórica de los 30 años pasados. Según
el informe del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Económicos,
Balance de las huelgas en 2013 (http://goo.gl/o35Wi6), ese año hubo 2 mil 50
huelgas. Pero el crecimiento cuantitativo es un dato que no alcanza a mostrar
los fuertes cambios registrados en las protestas.

El informe citado destaca que hubo una expansión de las luchas hacia sectores
que habitualmente no se movilizan. Sostiene que hubo un desborde de las
categorías profesionales más frágiles, tanto desde el punto de vista de las
remuneraciones como por las condiciones de trabajo, salud y seguridad. Se
refiere, de modo particular, a los trabajadores de la industria de la
alimentación y la limpieza urbana.

En la industria frigorífica trabajan 800 mil personas, de las cuales entre 20 y
25 por ciento presentan problemas de salud, ya que realizan entre 70 y 120
movimientos por minuto, cuando se recomienda no superar 35. En 2010, 70 por
ciento de los obreros de la multinacional Brasil Foods sufrían dolores por el
trabajo, y 14 por ciento pensaron en suicidarse por la presión a que los someten
(http://goo.gl/x0Bxfi). Un joven que ingresa a la industria a los 25 años, a los
30 ya tiene lesiones irreversibles.


Los trabajadores de la limpieza urbana de Rio de Janeiro realizaron una huelga
memorable durante el carnaval de 2014 y consiguieron aumentos de 37 por ciento
en sus salarios. Fue una huelga masiva y combativa que se sostuvo con base en la
democracia directa, desconociendo al sindicato burocrático
(http://goo.gl/zvl58G). La inmensa mayoría son negros y mestizos que viven en
las periferias urbanas y en las favelas.

En 2014 irrumpieron las camadas menos calificadas y peor pagadas de la clase
trabajadora, alentadas por las movilizaciones de junio de 2013 e impulsa-das por
la crisis que se comenzó a sentir en 2012.

La tercera cuestión consiste en el aumento de la organización y el activismo en
las favelas, donde viven los brasileños más pobres. El 24 de junio de 2013,
mientras millones se manifestaban en paz en las avenidas, la policía ingresó
disparando al Complexo da Maré, en Rio de Janeiro, y asesinó a 10 jóvenes
negros. Es lo común. Lo diferente fue la respuesta de los favelados: 5 mil
vecinos cortaron la estratégica avenida Brasil durante dos horas. Fue el
comienzo. En julio, las acciones se multiplicaron por la desaparición del obrero
Amarildo de Souza en la Unidad de Policía Pacificadora (UPP), de la favela
Rocinha.

En diciembre y enero sucedieron los rolezinhos de miles de jóvenes pobres que se
reúnen en los shoppings y desafían, bailando, a la policía. De ahí hubo decenas
de reacciones a la brutalidad policial. Los favelados neutralizaron el control y
comenzaron a organizar en muchas favelas grupos culturales, de denuncia, de
defensa de los derechos humanos, que se conectan con otros grupos de otras
favelas. Han perdido el miedo.

Los de abajo relanzaron su lucha por la dignidad y por la vida. Fue la señal de
alarma para los de arriba. En uno de los países más desiguales del mundo, donde
las clases coinciden con el color de piel, el clasismo y el racismo se expresan
con la brutal violencia que caracteriza a las sociedades coloniales. Porque
Brasil debe ser analizada como sociedad colonial, donde la acumulación de
capital se apoya en la segregación que supone el no reconocimiento de la
humanidad de los de abajo.

La crisis ha develado que la democracia es apenas el taparrabo que usan los de
arriba para esconder sus vergüenzas: la primera y básica es que no están
dispuestos a compartir el pastel con negros y mestizos. Para ellos, sólo las
migajas que sobran. Pero el problema es otro: nos creímos el cuento. Unos por
conveniencia. Otros por pereza o miedo.


In
LA JORNADA
http://www.jornada.unam.mx/2016/05/13/opinion/015a2pol
13/5/2016



Nenhum comentário:

Postar um comentário