sexta-feira, 13 de janeiro de 2017

“Recolocar a Brasil en la ruta de la influencia de Estados Unidos”  




Entrevista a Marcelo Braz, profesor de la Universidade Federal de Rio de Janeiro
“Recolocar a Brasil en la ruta de la influencia de Estados Unidos”

Christian Quintero, Camila Hoshino y Leandro Taques
Hemisferio Izquierdo

Recolocar a Brasil en la ruta de influencia de Estados Unidos, es crear
 condiciones para acelerar medidas en el campo económico que posibiliten nuevas
formas de ampliación de la generación de valor. Estos son los principales
objetivos de la actual agenda política manejada por el gobierno interno de
Michel Temer (PMDB), de acuerdo con el profesor de la URFJ Marcelo Braz: “Es
preciso construir unidad en el plano táctico entre los sectores progresistas
para contener el proceso feroz de contra-reformas profundas que están siendo
colocadas”.


HI- BF- JL: Usted presentó recientemente un artículo titulado “Un golpe en las
ilusiones democráticas”
(http://marxismo21.org/wp-content/uploads/2016/06/Um-golpe-nas-ilusoes-democraticas-Marcelo-Braz.pdf),o
donde analizaba la actual coyuntura en Brasil a partir de los diferentes
elementos históricos y estructurales. Nos gustaría que retomara las ideas
centrales de ese texto, señalando especialmente aquellos a los que entiende como
“ilusiones democráticas”.
Marcelo Braz: el punto de partida de este análisis fue el desenlace -que todavía
no terminó - que destituyó a la presidenta Dilma y tuvo su ápice, desde el punto
de vista institucional, en la votación de la cámara de diputados del día 17 de
abril de 2016. Digo desde el punto de vista institucional, porque desde el punto
de vista de las clases que construyeron las condiciones para el golpe, eso va
más allá de las instituciones. Pero lo que pasó el 17 de abril fue un
acontecimiento que presentó a Brasil y al mundo, la putrefacción del sistema
representativo brasilero y el nivel de la indigencia moral e intelectual de los
parlamentarios, reunidos en aquel show de horrores. Solo que esta vez el show
fue televisado. Y, lamentablemente esta fecha, que marca, el aniversario de la
masacre de “El Dorado de Carajás”, en que 19 compañeros sin tierra fueron
asesinados (esto fue en Pará, en 1996), entrará nuevamente en la historia.
Aquellos parlamentarios que representan intereses de clase muy concretos, en
 nada representan los intereses del pueblo brasilero. Eso no es forzar el
análisis, pues sabemos que puede haber muchas formas parlamentarias que pueden
representar algunas demandas de los trabajadores. Aquella votación, sirvió
didácticamente, para mostrar que el sistema político condensado en el congreso
Nacional (no sólo la Cámara de Diputados, sino que también el Senado Federal)
envejeció completamente. Los parlamentarios que allá están, no representan los
intereses de Dios y la familia, como dijeron el día de la votación, ni los
intereses de sus ciudades pequeñas del interior, por más que puedan representar
algunas demandas locales. El dominio de la Cámara de Diputados, como se dice
 desde hace algún tiempo, es el dominio de la bancada “BBB” (“Boy” -buey-, Bala,
Biblia). Yo diría que es la bancada de la “BBBBB”, porque es la bancada
ruralista, de la industria de armas, la bancada de los evangélicos conservadores
(porque no todos son conservadores) es la bancada de bancos e instituciones
financieras, es la bancada de la pelota, que inclusive conspiró recientemente
contra la CPI (Comisión Parlamentaria de Investigación) del fútbol.
De forma más precisa, el 17 de abril de 2016 entra para la historia como el
momento en que se produce desenlace principal de hechos coyunturales que guardan
vínculos con tendencias de carácter estructural.
Por tanto, aquello no fue un “rayo que cayó del cielo” (referencia a la obra
“Napoleon le petit” de Víctor Hugo, sobre el golpe de Estado de Luis Bonaparte
en Francia, en 1851). Por un lado, lo que nosotros vivimos en aquel momento
representa, en un plano inmediato, coyuntural, la falencia de la democracia
brasilera. Desde un punto de vista estructural, representa hasta dónde van los
intereses de las clases dominantes y como ellas pueden dominar un sistema
político putrefacto, pero que les es muy útil. Representa un comportamiento de
las clases dominantes brasileras profundamente antidemocrático, que siempre
colocó obstáculos a cualquier conquista democrática significativa. Ni digo sobre
conquistas que pudiesen llevar a la socialización del poder político, porque eso
nosotros sabemos que solo es posible con el derrumbe del Estado. Siempre que los
niveles de emancipación social avanzan, la burguesía trata de hacerlos recular.
Si pensáramos la democracia en capas políticas, sociales y económicas, la última
jamás alcanzada en sociedades capitalistas, veremos que el capitalismo puede
llegar a algunos niveles de democracia política y social. Pero todas las veces
en que la sociedad brasilera, pensando en la lucha de los trabajadores, hizo
avanzar alguna forma de democracia política o social, las respuestas de las
clases dominantes y de otras clases asociadas a estas, fueron golpes, procesos
dictatoriales (y fascistas) o la introducción de profundos retrocesos
democráticos.
No podemos comparar los retrocesos de nuestra pobre democracia, que se empobrece
más todavía con lo que estamos viviendo hoy, con el retroceso democrático más
profundo que se configuró en el golpe de 1964. En 1964, en el período pre-golpe,
el movimiento y el sentido de reformas de hecho estructurales, de reformas de
base como la reforma agraria, urbana y financiera. La izquierda estaba peleando
por reformas de base de carácter estructural. A lo que asistimos ahora, más que
en 1964 (sabemos que la historia no es evolutiva ni lineal) es a una estructura
política del capitalismo brasilero, condensada en el Estado y en sus diversas
 instituciones burguesas, muy poco permeables a las demandas de los
 trabajadores. Ella se muestra hoy más resistente a atender a algunas demandas
en el nivel de la democracia política y social de los trabajadores. Eso desde el
punto de vista de algunas conquistas que los trabajadores pueden tener dentro de
los límites del orden burgués. Lo que significa decir que nosotros precisamos
hacer un balance profundo del significado de lo que ahí está expuesto para ver
qué tipos de acciones en el plano inmediato deben ser colocadas y qué tipo de
 acciones en el mediano plazo pueden ser pensadas.
Dstituir a Dilma y colocar a Temer es colocar un gobierno “pura sangre” de la
 burguesía, esto es, que representa por entero los intereses de la burguesía en
sus lineamientos más avanzados, incluyendo no sólo, pero principalmente, al
capital financiero. Porque uno de los significados de ese golpe es destrabar los
obstáculos que impiden la implementación de una agenda profundamente regresiva.

HI-BF-JL: ¿Cuáles serían los objetivos más concretos de esa agenda regresiva?
MB: La agenda del golpe, atiende tres objetivos principales. La primera es
 recolocar a Brasil en la ruta de influencia y de dominación preferencial de los
Estados Unidos. Eso no significa que los Estados Unidos hayan dejado de ejercer
su imperialismo entre nosotros. Pero sabemos que, en los últimos 10 o 15 años,
por la existencia de gobiernos con orientaciones ideológicas muy distintas, se
colocaron obstáculos en la manutención de la zona de influencia preferencial
dominada por los Estados Unidos. Esos gobiernos presentaron, desde una
inclinación anti-imperialista, como el de Hugo Chavez en Venezuela, hasta el de
un reformismo flaco como el del PT en Brasil. Pasando de esos extremos tenemos
gobiernos como el de los Kirchner en Argentina, Correa en Ecuador y el de Evo en
Bolivia.
El segundo objetivo es crear las condiciones para acelerar medidas en el campo
económico que aumenten las posibilidades de extracción de plusvalía, tanto
absoluta como relativa. Evidentemente esto significa, desde el punto de vista de
la plusvalía relativa, aumentar la productividad media del trabajo, elevar las
inversiones tecnológicas. Basta leer lo que Delfim Neto (último funcionario vivo
del Acta Institucional N°5, considerado una de las más duros de la dictadura
 brasilera) ha dicho en sus columnas. Afirma que es muy baja la productividad
media del trabajo en Brasil y que es preciso incrementarla.
Esto coloca el tercer objetivo en la agenda regresiva, vinculado con el segundo
porque auxilia las condiciones para extraer plusvalía absoluta, que es
desarticular lo poco del edificio de los derechos sociales que fueron
conquistados en al país.

HI-BF-JL: ¿Desde el punto de vista de la extracción de plusvalía, cuáles son las
formas de hacer efectivo ese objetivo?
MB: Una de las formas es realizando tareas atrasadas. Son tareas que Fernando
Henrique Cardoso anunció tiempo atrás, pero el vigor de la lucha en oposición al
neoliberalismo de los años 90 logró detener, a través de actores que encabezaban
esa lucha, entre otros el PT y el movimiento sindical encabezado por la CUT
(Central Única de Trabajadores).
Como el propio Fernando Henrique dijo en su discurso de asunción: “uno de los
objetivos de mi gobierno es superar la era de Vargas”. Lo que él quiso decir con
eso no era superar el Estado Burgués que Vargas (1930-1945, 1951-1954)
construyó, sino desmontar los derechos de los trabajadores condensados en la CLT
(Consolidación de las Leyes de Trabajo, otorgadas en el gobierno de Getulio
Vargas que concedían muchos derechos a los trabajadores brasileros). Y no apenas
los derechos de los trabajadores sino también los derechos sociales que
avanzaron tanto cuanto como fue posible en el ordenamiento constitucional de
1988. Los diversos sectores burgueses entienden que “la cuenta está muy cara”.
En ese sentido, hasta el Programa Bolsa Familia (política social desarrollada
por los gobiernos del PT) está siendo atacado por el nuevo ministro de
Desarrollo Social y Agrario, Osmar Terra. Él está diciendo que el programa
precisa ser más focalizado, que debe atender apenas el 5% de los más pobres
entre los más pobres. Esto significa beneficiar apenas 10 millones de brasileros
contra los 60 millones que hoy Bolsa Familia alcanza. No preciso decir lo que el
Programa Bolsa Familia significa en términos monetarios…
Pero no es el Programa Bolsa de Familia el objetivo principal, y sí el ataque a
la seguridad social, que no es distributiva, sino contributiva pero recauda y
constituye el fondo público de los trabajadores. El sentido no es sólo
privatizarla, creando un mercado privado de seguridad social, el sentido es de
un avance para ese fondo público mayor de aquel que se hace hoy. Y no es sólo la
seguridad social, sino contra toda la asistencia social. Veremos el avance
contra algunos derechos constitucionales como el Beneficio de Prestación
Continuada y sobre todo, el avance en la salud, este sí, un derecho universal
constituido en el SUS (Sistema Único de Salud), que es un sistema extremadamente
 avanzado, uno de los más avanzados del mundo, y que no puede funcionar pues
tiene un sub-financiamiento crónico. Desde mi punto de vista, es necesario
construir desde el plano inmediato y táctico, un amplio frente con los sectores
más progresistas que resistan estos retrocesos democráticos, porque el golpe del
17 de abril fue un retroceso democrático, que significa un atajo para más
retrocesos democráticos.


HI-BF-JV: ¿En ese sentido, cuáles son los desafíos de la izquierda?
MB: Yo diría que en el plano inmediato, si la interrupción del mandato de la
presidenta Dilma se confirma entre Agosto y Setiembre, es preciso construir una
unidad en el plano táctico entre los sectores progresistas, entre los diversos
sectores de la izquierda brasilera y los diversos movimientos sociales, para
contener el feroz proceso de contrarreformas que este gobierno está impulsando.
En un texto que escribí recientemente (“Un golpe en la ilusiones democráticas”)
critico el “discurso de posesión” (entre comillas porque no es un discurso de
 posesión de mando sino que es un gobierno interino) en el que Michel Temer dice
con todas las palabras aquello que está puesto en el documento del PMDB: “un
puente hacia el futuro”, que en realidad es un puente hacia la barbarie. Las dos
líneas de ese gobierno, dice Temer, serán: “orden y progreso”, que están en
nuestra bandera y “privatizar todo lo que fuese posible”. Nosotros sabemos que
“orden” significa represión para los trabajadores y “progreso” significa
libertad para el capital. Entonces, creo que esa unidad de resistencia es más
que necesaria.
Además, fue realizada una campaña difamatoria contra la izquierda, no sólo en el
Congreso Nacional, llevada adelante por el partido más organizado de la clase
dominante de Brasil, que es el “partido de los medios de comunicación”, para
deslegitimar enteramente no sólo a la izquierda brasilera, sino a la actividad
política en general. El ataque preferencial es al PT y en la tentativa de
derrotar al PT, que sobre todo es una derrota a la estrategia del PT, cae toda
la izquierda. Por lo tanto, hipoteca a toda la izquierda, trae problemas para
todos.
La unidad táctica para luchar es necesaria, no sólo para resistir el avance
represor que viene por ahí y el linchamiento moral al PT y el ataque efectivo
que ya se constituyó contra el MST, con persecuciones, encarcelamiento e
investigaciones impulsadas por los sistemas de inteligencia militar del
gobierno. Este gobierno interino recreó el Gabinete de Seguridad Institucional y
colocó allí a un ex general pro-dictadura (Sergio Etchegoyen), hijo de un
general que sirvió en la dictadura. Entonces (la unidad) es para resistir los
ataques a la clase trabajadora, a nuestras organizaciones, es para denunciar
políticas y detenciones, y presionar por la libertad de compañeros como Jose
Valdir, Luiz Batista (ambos militante del MST), es para resistir los ataques
 contra los derechos sociales y democráticos, y para resistir las
 privatizaciones que están siendo anunciadas.

HI-BF-JV: Diversas organizaciones que presentan estrategias distintas de mediano
y largo plazo, tienen constituido en el plano táctico, frentes de resistencia al
golpe. ¿Cómo ve usted eso?
MB: No quiero entrar en el análisis específico de los frentes, pero creo que
podría existir algo que he llamado “frente de frentes”. A mi modo de ver esa
construcción solo puede tener futuro si avanza en la resistencia en el plano
táctico contra los retrocesos democráticos que ese gobierno realizará. El
gobierno cuenta con el apoyo de los medios de comunicación y en el Congreso
Nacional una hegemonía muy fuerte, de manera que lo que está en cuestión no es
apenas destrabar los obstáculos para crear condiciones de forma de implementar
contrareformas que atacan a los derechos de los trabajadores, sino la propia
organización de los trabajadores.
No sé si el “Fuera Temer” unifica. Como palabra de orden ya vimos que unifica,
pero es preciso dar mayor contenido a la consigna. Pues hasta el mismo “Fuera
Temer” interviene más en el horizonte estratégico de lo que las tácticas de
resistencia que son necesarias ahora. Entonces, creo que sin vanguardismos, con
la humildad necesaria de la autocrítica, es necesaria la construcción de un
frente amplio y unido que luche contra los retrocesos democráticos. Eso no
significa rebajar el horizonte estratégico de ninguna organización.
 
HI-BF-JL: Usted es un investigador de autores clásicos, y defiende la vigencia
de su teoría. ¿Podría citar tres elementos de la obra de Marx que nos ayuden a
comprender el mundo contemporáneo?
MB: Los tres elementos, seguramente, son: el método histórico dialéctico, la
teoría del valor-trabajo y la teoría de la revolución. Siendo fieles a la obra
de Marx, a partir de la conclusión de que es preciso estudiar el tiempo a partir
del método histórico dialéctico, la tarea que se nos presenta es realizar un
análisis teórico que actualice a Marx, como ya hubo diversos análisis teóricos
que abordaron a Marx durante el siglo XX. Esa tarea es difícil pero urgente,
necesaria y permanente. En lo que refiere a esos tres pilares, la teoría del
valor es la que más exige un análisis teórico contemporáneo, porque los análisis
teóricos equivocados en ese terrero generarán errores en la teoría de la
 revolución. Tendremos por ejemplo, problemas en identificar el sujeto de la
revolución si no tenemos un análisis contemporáneo del capitalismo y de las
nuevas formas de extracción de valor. Por último es claro que precisamos
actualizar la teoría de la revolución pero con una base en la actualización de
la teoría del valor. Y esa actualización no es ninguna revisión de Marx sino que
es darle más vitalidad a las categorías marxianas. Considerando como ellas
sobreviven al tiempo histórico, como pueden iluminar la realidad actual y ayudar
a entender nuevas formas de extracción de plusvalor. Que quede claro que no se
trata de una revisión. Para finalizar, siempre digo que Marx, solo, no da cuenta
de la complejidad del mundo en qué vivimos, pero sin Marx no podremos
 entenderlo.
Entrevista realizada en Veranopolis (RS), junio 2016.
Marcelo Braz es doctor en economía de la Universidad de Lisboa, doctor en
servicio social de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), es profesor
y subdirector de la Escuela de Servicio Social (ESS) de la UFRJ. Es miembro del
Partido Comunista Brasileiro (PCB) y sostiene vínculos con movimientos
populares, como el MST, siendo profesor y colaborador de la Escuela Nacional
Florestan Fernandez.
Fuente:
https://www.hemisferioizquierdo.uy/single-post/2016/09/07/%E2%80%9CRecolocar-a-Brasil-en-la-ruta-de-la-influencia-de-Estados-Unidos%E2%80%9D-entrevista-a-Marcelo-Braz
In
REBELION
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221576
13/1/2017

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