quarta-feira, 17 de maio de 2017

Cumbre de Ruta de la Seda: último paso hacia la quiebra del dominio de EEUU


Raúl Zibechi

El Foro Internacional "Cinturón y Ruta de la Seda" celebrado el 14 y 15 de mayo
en Pekín, es un paso decisivo en el viraje global a favor de los países
emergentes y en desarrollo. La Ruta terrestre y marítima conecta China y Asia
con Europa, incluye 65 países con 4.400 millones de habitantes, el 63% de la
población mundial, y casi el 30% del PIB global.
En Pekín se dieron cita 28 presidentes y primeros ministros, cien ministros y
unos 1.200 delegados de todo el mundo. Entre las presencias destaca la de
Vladimir Putin, lo que implica la consolidación de la alianza estratégica
Rusia-China, mientras la ausencia más notoria fue la de Donald Trump.

Chile dispuesto a unir a Latinoamérica con Asia
Entre los europeos predomina la división. Asistieron mandatarios de primer nivel
de España, Italia, Grecia, Suiza, Polonia, Hungría, República Checa y Serbia,
mientras Alemania, Francia, Gran Bretaña y Japón enviaron delegaciones de menor
nivel. La ausencia de India es la más notoria, molesta por el "corredor
económico" que China construye en Pakistán, uniendo Xinjiang con el estratégico
puerto de Gwadar en el mar Arábigo.
En América Latina destacó la presencia de Chile y Argentina, países que apuestan
fuerte al comercio con China y a las inversiones del dragón en sus economías.
Brasil envió una delegación simbólica y México estuvo también ausente.
Fotos: El Primer Foro Internacional de la Ruta de la Seda
Los seis corredores de la Ruta pasan por Rusia o por las repúblicas de Asia
Central (Kazajstán, Kirguistán, Uzbekistán, Pakistán), además de Sri Lanka,
Turquía y Mongolia. Las obras de la Ruta de la Seda consisten en ferrocarriles,
carreteras, puertos, aeropuertos, oleoductos y redes de internet con los que
China apuesta a lubricar el comercio mundial y potenciar la globalización,
mientras Estados Unidos tiende a aislarse en un proteccionismo defensivo.

China pretende convertirse en la fuerza motriz de Eurasia
El año pasado los bancos estatales chinos anunciaron que disponen de 900.000
millones de dólares para financiar mil proyectos de la Ruta de la Seda, en la
que participa también el Banco Asiático de Infraestructura e Inversiones (AIIB).
Muchos de los proyectos incluyen empresas estatales chinas de petróleo y gas,
pero también han confirmado su participación las occidentales General Electric y
Siemens, entre otras.
En el largo plazo, la Ruta de la Seda "podría impulsar la internacionalización
del yuan fomentando su uso tanto en transacciones comerciales como financieras",
sostiene Tianjie He, de Oxford Economics. La internacionalización de la moneda
china, clave en su ascenso al rango de potencia global, se verá facilitada
porque las enormes obras que requiere la Ruta serán préstamos chinos en su
propia moneda.
En opinión de Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China, "la
Franja y la Ruta tiene la potencialidad para modificar el mapa económico mundial
y proyectar un nuevo modelo de globalización. Incluso sus más aciagos
detractores lo reconocen".

'Un cinturón, una ruta', el proyecto chino que pretende relanzar la
globalización
Uno de los hechos que más sorprende es la rapidez con que ha despegado la Ruta
de la Seda. Cuando se lanzó la iniciativa, en 2013, apenas 17 trenes de carga
unieron China con Europa. En 2016, fueron 1.702, cien veces más en cuatro años.
"Frenética" es la palabra usada por el analista Pepe Escobar para explicar la
construcción de 51 líneas de trenes que unen 28 ciudades de Europa y 27 de
China. Considera que las inversiones en la Ruta "serán un impulso para las
economías, desde Bangladesh hasta Egipto y desde Myanmar hasta Tajikistan".
En el mismo lapso de solo cuatro años, China abrió 356 líneas internacionales de
transporte de mercancías y pasajeros a lo largo de las carreteras del Cinturón y
la Ruta y opera 4.200 rutas aéreas semanales entre el dragón y sus socios de la
Ruta.
Sin embargo, uno de los aspectos más importantes de la iniciativa es que "está
ayudando a los países a unirse", como sostiene el oficialista Global Times. En
su discurso de apertura del Foro, el presidente Xi Jinping explicó que el
Cinturón y la Ruta es "el proyecto del siglo", que definió como "un camino de
paz" que busca convertir "la actual gobernanza global en una versión más
inclusiva y más justa".
Lea más: Banco de Desarrollo chino inyectará $36.200 millones en proyectos de la
Franja y la Ruta
Según Escobar, estamos ante un proyecto de "globalización inclusiva" que pasa
por "des-americanizar la globalización", lo que supone un fuerte contraste con
la política de Washington (goo.gl/G5i7tn).

Rusia apoya la iniciativa de la Franja y la Ruta
Ningún país puede alcanzar el rango de potencia hegemónica en base a la fuerza
militar. Por el contrario, para alcanzar la hegemonía sin dominación una nación
debe encarnar visiones del mundo capaces de atraer el interés de millones de
personas en los más remotos rincones.
Algo así sucedió con la Revolución de Octubre, un siglo atrás. El poder de los
soviets entusiasmó y enamoró (literalmente) a millones de obreros y campesinos
en todo el mundo, ya que era la primera vez en la historia que los de abajo
ejercían el poder y lo hacían a favor de los desheredados.
Incluso el ascenso de Estados Unidos al rango de gran potencia, fue posible
porque esa sociedad había realizado notables conquistas en el terreno científico
y en el cultural, convirtiéndose en polo de atracción para muchísimas personas
alrededor del mundo.

Presidente chino: La Ruta de la Seda llevará a la paz, prosperidad e
innovaciones
Por el contrario, la actual supremacía estadounidense, anclada en la potencia de
sus armas, es un síntoma de decadencia, como lo fue el poder militar de los
nazis. Nunca en la historia el dinero y las armas fueron suficientes para
sostener una supremacía, que siempre se asentó en el resplandor de una nueva
cultura política.
La milenaria China parece haber comprendido que debe mostrarle al mundo que su
superioridad económica debe jugar a favor de la mayoría de las naciones. En
paralelo, la colaboración estratégica entre Rusia y China es la "salvaguarda de
la paz y la estabilidad regionales y mundiales", según afirmó Xi en su discurso.
En los hechos ambos países se posicionan de la misma manera en los más
conflictivos escenarios, como en la guerra siria, y apuntan a profundizar la
cooperación económica y energética a la vez que tienden a elevarla hacia otras
áreas, como la innovación y las tecnologías. En los hechos, está naciendo un
mundo centrado en Eurasia.
Lea también: La Ruta de la Seda desafía guerras y conflictos

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK

In
SPUTNIK
https://mundo.sputniknews.com/firmas/201705161069187619-china-eeuu-dominio/
16/5/2017

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